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Masotta, O. – Consideraciones sobre el padre en “El hombre de las ratas”.

En un primer lugar, el discurso del hombre de las ratas, nos presenta la


irrupción del inconsciente a nivel verbal, bajo la forma de dialecto, oráculo
o juramento, siendo posible trazar un paralelo, que lo conecta con la
dramatización de la historia y el mito individual del paciente.

Fundamentalmente en la cuestión de la deuda contraída por su padre, en


circunstancias que implican una degradación y su imposibilidad de pagarla,
en cuanto al matrimonio como a la relación con su amigo se encuentra en
una posición de deuda por su prestigio.
Ahora bien este aspecto del padre que está contenido en el mito familiar le
retorna a P en circunstancias en la que el debe pagar la deuda,
perturbándolo de tal modo que la posibilidad de pago toma la dimensión
de lo imposible.  Este punto de conexión del significante y la función
paterna, se trataría de la necesidad de que la deuda sea pagada y de la
imposibilidad de pagarla.

Prosiguiendo, es así que en un segundo lugar, en donde tomaremos la


posición del padre, se interroga quien es padre para la madre, se puede
encontrar en la historia familiar el hecho de que el padre amaba a otra
mujer, pero su condición de pobre lo llevo a casarse con su madre por su
fortuna, es entonces en este punto en donde falla, cuando es el padre el
que refiere esto al sujeto y le prohíbe, pero no prohíbe a la madre, sino a la
otra, por lo tanto no prohíbe, padre y dama aparecen nivelados en el
pensamiento obsesivo.
Masotta observa un intento de restitución de los dos momentos de la
función paterna, a partir de su delirio en lo referente a que le ocurre algo al
padre, si el desea como condición de erección del deseo, siendo su padre
que ya estaba muerto y él lo sabía, lo que no sabía era su anhelo anterior a
la muerte real del padre y no sabía que esa muerte, es el momento fecundo
de la constitución de sí mismo como deseante. Se trata entonces de
restituir la prohibición articulando el deseo y su intento de situar a su
padre en otra escena.

Por ultimo y en tercer lugar las conductas delirantes son un intento


renovado de repetir los signos del mito familiar. Masotta toma la metáfora
del hombre taponado, se identifica en el ideal del yo a los emblemas del
padre, se expulsa de la cadena simbólica.

En dicho historial nos encontramos con que su padre presenta fallas, en


este caso bajo la forma de que su palabra, es mentirosa, tanto a nivel de
sus fechorías del ejercito, como del pacto matrimonial. Sus intentos
restitutivos dan cuenta de la necesidad de otorgar otro estatuto a la
palabra padre. Por ello las lateralizaciones como que el padre no puede
mentir, lo llevaran a realizar una educación literal de la acción a la palabra,
intentando restituir la palabra paterna.

Masotta nos advierte que debemos ubicar la función por los momentos que
establece que articulan la función del padre a sus efectos.  Que el padre en
cuestión no es el padre real, concreto sino que es preciso ubicarlo en otra
escena
Es a partir de la prohibición del incesto que se constituye el sistema de
identificaciones edípica, como resultado de la relación del hijo a la función
paterna, a los emblemas del padre y que permite el ascenso, del hijo al
deseo, a la relación con una mujer y a su propia maternidad.

Lacan sostiene que es el significante del padre como autor de la ley que se
une a la muerte del padre como momento fecundo de la deuda por donde
el sujeto se liga a la ley “El padre simbólico es el padre muerto”.
Lo incierto que promueve la figura del padre, genera miedo hostilidad y
falta de confianza.

Esta posibilidad de la falla paterna, ya a nivel de estructura debe


reconocerse como perteneciente a la trama de generaciones en tanto el
sujeto se inserta a una diacronía en el tiempo de las generaciones y su
sucesión.

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