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Familias multiproblemáticas,

dificultades de abordaje
Valentín González Calvo
Profesor titular Departamento
de Trabajo Social y Servicios Sociales
Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España

Resumen
El trabajo con familias multiproblemáticas es habitual para los trabajadores sociales, ya que sus
miembros son frecuentes usuarios de los servicios sociales, educativos y sanitarios. El trabajo con
este tipo de familias entraña una gran dificultad debido a las complejas problemáticas que en ellas
concurren, al amplio número de servicios que en torno a ellas operan y al impacto emocional que
producen en los profesionales que interactúan con ellas. Las emociones son muy fuertes y los
riesgos, numerosos. La supervisión profesional se constituye en una buena herramienta para preve-
nir el agotamiento profesional.

Palabras clave: Familias multiproblemáticas; emociones profesionales; agotamiento profesional;


supervisión.

Abstract
Dealing with multiproblematic families is routine for social workers, because their members are
frequent users of social, educational, and health care facilities. Working with such families is
extremely difficult due to their complex problems, the large number of social services involved,
and the emotional impact on the professionals dealing with them. The emotions are strong,
entailing a number of risks. Professional surveillance is an adequate tool for preventing professional
exhaustion.

Key words: Multiproblematic families; professional emotions; professional exhaustion; surveillance.

Artículo Recibido: Septiembre 01 de 2004. Aceptado: Octubre 20 de 2004.

Trabajo Social No. 6, (2004) páginas 145-156 © Revista del Departamento de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Humanas,
Universidad Nacional de Colombia

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En el presente artículo vamos a abordar el complejo En cuanto a la definición de “familia multiproblemática”
mundo de lo que se ha dado en llamar “familias no hay unanimidad de criterio. El concepto apareció en
multiproblemáticas”. Hablar de este tipo de familias los años cincuenta y sus definiciones posteriores giran en
supone no perder de vista los servicios ni los profesiona- torno a varias líneas confluyentes. Los primeros en acu-
les que las atienden, ya que entre estos tres elementos ñar este concepto fueron profesionales del trabajo social
“familia/servicios/profesionales” se puede establecer una en Inglaterra,2 si bien en aquellos momentos éste hacía
dinámica de relación generadora de cambios o referencia fundamentalmente a familias de baja extrac-
inmovilismos tanto para unos como para otros. ción socioeconómica, posteriormente se incorporaron
otras características relativas a las relaciones que se pro-
Cada vez son más los estudios sobre este fenómeno, si ducían entre los miembros del sistema familiar y las re-
bien la literatura que versa sobre la intervención con fa- laciones que estas familias establecían con los sistemas
milia viene empleando este concepto desde mediados servicios y profesionales.
del siglo pasado. Algunos autores han reflexionado acer-
ca de ciertas características que estas familias tienen, y Distintos autores hacen aportaciones que enriquecen
parece que dentro de la diversidad de opiniones se llega a el conocimiento de este fenómeno. Así, Mazer, en 1972,
algunos puntos de consenso. señala que estas familias tienen un alto nivel de depen-
dencia con los servicios que las atienden. Por su parte,
Comenzaremos señalando la variedad terminológica que Powel, en 1969, dice que son familias de bajo espectro
se ha empleado para este tipo de familia a lo largo del socioeconómico. Este aspecto fue posteriormente cues-
tiempo. Encontramos denominaciones como: f. tionado, ya que también hay familias solventes econó-
multiproblemática, f. multiasistida, f. multicarenciada, micamente y con un nivel sociocultural alto que tam-
f. multisintomática, f. multiproblema, f. diluidas... Pa- bién pueden ser multiproblemáticas. Thierny, en 1976,
rece que hoy el consenso general gira en torno al térmi- hace referencia a la exclusión de éstas respecto de la
no “multiproblémática”. familia extensa, de las instituciones con la que tienen
relación y del contexto social en general (f. excluidas).
En los últimos tiempos se observa un uso y abuso del Familias suborganizadas, señala Aponte(1976), al consi-
concepto, incluyendo bajo el mismo a cualquier familia derar su bajo nivel de organización y el cumplimiento
que dista de la “normalidad”. De igual manera, son así de sus roles, sobre todo en lo que respecta al subsistema
catalogadas aquellas familias que se muestran más resis- parentál. Finalmente, Minuchin(1967) hace mención a
tentes a seguir las orientaciones de los profesionales y de su deficiente nivel de organización en las relaciones
los servicios que las atienden. No sólo por mostrar resis- interpersonales y las dificultades de comunicación(f.
tencias, no por tener que enfrentarse a una o varias crisis desorganizadas).3
en un momento dado o a lo largo del tiempo se puede 2
Cancrini, L., en: Colletti, M. y otros. La Intervención sistémica en
decir que una familia es multiproblemática.1 los servicios sociales ante la familia multiproblemática. Paidós. Ma-
1
González Calvo, V. “Los servicios multiproblemáticos y la familia drid, 1997.
multiasistida”. Rev. Redes. Nº 8. Diputación Provincial de Huelva. 2000. 3
Op. Cit.

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Características generales de las familias bién de los niveles de abstracción. Otra característica es
multiproblemáticas la dificultad para llegar a conclusiones y acuerdos to-
mados con base en un proceso de retroalimentación
Junto con las aportaciones ya señaladas, habría que in- entre ellos mismos.
troducir otros aspectos identificativos de las familias
multiproblemáticas. En consecuencia, haremos un bre- En la parte emotiva, entre los miembros que componen
ve repaso de las características generalmente admitidas este tipo de familias está presente el mensaje implícito:
por todos los expertos al hablar de este tipo de fami- está “conmigo o contra mi”; esto favorece en gran medi-
lias. Para ello, realizaremos un recorrido por los distin- da la aparición de triángulos y coaliciones negadas. Se
tos elementos de su estructura. observa por lo común, una incapacidad para cubrir la
parte afectiva entre los miembros del sistema y, sobre
Comenzando por la comunicación, Minuchin señala que todo, en lo que respecta al nivel paterno-filial.
estas familias tienen un tipo de intercambio muy limita-
do con relación a las informaciones entre los miembros, y Respecto al ciclo vital, las familias multiproblemáticas
una experiencia cognitiva y emotiva tendencialmente in- presentan un ciclo normativo alterado; se da una for-
diferenciada para cada individuo. De otra parte, tienen un mación temprana de pereja, cuando no prematura, en
uso prevalente de los canales paraverbales; son más reso- los hijos de ambos sexos. Es frecuente que las hijas, ya
nantes los aspectos relacionales que los aspectos de conte- desde muy jóvenes, sean madres. Esta situación no obsta
nido de los mensajes. También señala un caos comunica- para que se prolongue la fase de cría de estos hijos ya
tivo, que incide en el desorden relacional y desorganización que ellos, junto con sus parejas e hijos, a su vez perma-
estructural en general.4 necen en el hogar durante mucho tiempo de manera
continua o interrumpida.5
En lo individual, si nuestras ideas, conceptos y pensa-
mientos están suficientemente elaborados, nuestra ex- Estas familias suelen estar distanciadas de su familia de
presión de los mismos será perfectamente entendible origen, aunque en el sistema objeto de intervención
para terceros, reflejando en suma nuestro nivel de or- puede estar conviviendo alguno de los miembros de
ganización mental y facilitando el intercambio origen de ésta. El distanciamiento de la familia de ori-
interpersonal con lo intrafamiliar y con la red social. gen puede darse como consecuencia de un déficit estruc-
En este tipo de familias, su deficiente sistema comuni- tural o bien por rechazo de ésta por agotamiento de los
cativo, cuando no disfuncional, es reflejo del grado de familiares allegados tras las sucesivas crisis.
desorganización relacional dentro del sistema. Habría
que indicar que es frecuente que se dé un cortocircuito La familia multiproblemática tiende a tomar sustitu-
entre los niveles de contenido y relacionales de los men- tos de su familia de origen intentando establecer rela-
sajes, primando más quien emite el mensaje que lo que ciones con terceras personas, que pueden ser personas
se dice en realidad. de su contexto o profesionales de los servicios que les
prestan ayuda. Evidentemente, esto último genera una
Los códigos comunicacionales son muy restringidos, tremenda controversia entre los profesionales al hacer-
su nivel de razonamiento abstracto es muy deficiente;
por ello, muchos profesionales chocan con un gran 5
Es frecuente encontrar hijas que se van a vivir con su pareja de
obstáculo al intentar comunicarse con estas familias sin turno y al producirse la ruptura vuelven o bien atraen a su nueva
pareja(s) al hogar de su familia de origen. También este hogar es
adecuar los registros no solo del lenguaje, sino tam-
refugio cuando se producen excarcelaciones, períodos de
desintoxicación... de alguno de los miembros, permaneciendo en
4
Minuchin, S., Families of the Slums: an Exploration of their structure él durante periodos, aunque no siempre desarrollando roles nutri-
and treatment, New York, Basic Books, 1967. tivos para el resto del sistema.

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se explícita tal situación, por ejemplo durante una su- tánea de dos o más miembros de la familia portando
pervisión profesional. Descubrirse formando parte de un síntoma es el rasgo más definitorio de este tipo de
este tipo de familia como miembro parentalizado o familias; a este rasgo hay que sumarle lo ya menciona-
conyugalizado siempre genera reacciones de negación do de dependencia de los diversos servicios de ayuda.
y/o justificación por parte de los profesionales.
Hasta este momento, lo que hemos dicho de las fami-
Estructuralmente, la característica más frecuente es la lias multiproblemáticas son disfunciones, patologías o
presencia de la figura periférica o satelital del padre.6 El aspectos negativos; no sería adecuado terminar este apar-
ejercicio de sus funciones parentales está muy merma- tado sin mencionar algunos rasgos positivos o factores
do cuando no es inexistente, teniendo una gran difi- de compensación que estas familias encierran.
cultad para desarrollar funciones nutritivas y/o norma-
tivas7 y referenciales en lo que respecta a valores (valores Señalaremos especialmente los importantes registros de
socialmente “aceptables”). flexibilidad que estos sistemas portan, en contraste, con
otras familias con las que trabajamos que se muestran
Cuanto más periférico es el padre, más central es la muy rígidas y del todo inflexibles. Cierto y verdad que
madre, a esto se acompaña una dificultad en el estable- el hiperfuncionamiento de la morfogénesis puede ha-
cimiento de los límites, éstos resultan laxos, ausentes o cer peligrar el sistema. De otra parte, tienen una gran
muy permeables entre los subsistemas. La parentaliza- capacidad para captar recursos y respuestas del entor-
ción de algún hijo se da con bastante frecuencia y no no próximo, el ecosistema puede dispensar dispositi-
siempre la misma. vos de apoyo formales e informales que permitan la
supervivencia de la familia. Otra característica positiva
En cuanto a la conyugalidad, cabe señalar que el sexo es que estas familias tienen una tremenda capacidad
se da frecuentemente en ausencia de amor. Los cónyu- para que se den en su seno relevos en la parentalidad,
ges o compañeros se eligen de manera utilitarista e ins- consiguiendo con esto que se produzca una mínima
trumental. Nos llama la atención el número excesivo protección de los más desprotegidos, generalmente los
de hijos, pese a las ausencias prolongadas del marido, y niños.8 Finalmente, incluiremos como “cualidad”, la
las relaciones ciertamente conflictivas o inexistentes capacidad de provocar la movilización del sistema for-
entre ellos. mal, es decir, siempre hay alguien que se queja, que
denuncia, que pone en alerta... a los dispositivos
La escasa internalización de las normas y la frecuencia de asistenciales o de control ante situaciones de despro-
acontecimientos paranormativos del tipo: separaciones, tección de algún miembro.
emigraciones, pérdidas de poder socioeconómico; unio-
nes, enfermedades, internamientos... jalonan los En cuanto a la relación que se establece entre estas fa-
historiogramas de estas familias, los cuales se hacen com- milias y los servicios que las atienden, hay que hacer
plejos, abigarrados y difíciles de entender de una manera mención a que entre unas y otros se produce una des-
secuencial más o menos “lógica”. confianza mutua, la familia se muestra desconfiada res-
pecto de las instituciones ya que éstas las estigmati-
En lo tocante a la expresión del síntoma, señala Cancrini zan;9 y las instituciones desconfían de que estos casos
que toda la familia es un síntoma. La presencia simul-
8
Siempre hay alguien que hace el relevo en el caso de ausencia de
6
Minuchin señala que el padre tiene una función flotante, su los padres: una vecina, una trabajadora social, el párroco...
presencia en la familia es esporádica. 9
González Calvo, V. y Hernández Ramírez, M., en, Espacio y
7
Coletti, M. Intervención sistémica en los servicios sociales ante la Estigma en la corona metropolitana de Sevilla, Diputación de Sevi-
familia multiproblemática, Paidós, Madrid, 1997. lla. 2000.

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sean capaces de salir de su situación, incluso, piensan Tipología de Familias Multiproblemáticas
que pueden estar sirviéndose de sus servicios sin el más
mínimo deseo de cambio. Mauricio Coletti señala cuatro tipologías de familias
multiproblemáticas:
Es característica la escasa o nula concordancia entre
los objetivos de la familia y los objetivos de los pro- 1. Padre periférico: esta tipología, ya aludida, es muy
fesionales y servicios intervinientes; mientras la fami- frecuente. Como hemos señalado, el padre o no exis-
lia cree que la solución a todos sus problemas sería la te o no tiene capacidad para influir sobre la organi-
provisión de tal o cual ayuda económica, vivienda o zación familiar. A esta situación le acompaña la
alimentos..., para los profesionales esta solución no centralidad de la madre, ya referida.
es la adecuada ya que la han practicado en anteriores 2. Padres jóvenes: es una relación de pareja inestable,
ocasiones con la misma familia, en similares deman- de miembros muy jóvenes, incapaces de ejercer de
das, y no ha producido efecto: “más de lo mismo”. padres. Aparece la figura de la “abuela ausente”11 o
Los profesionales proponen por ejemplo una inter- “abuela-madre”. Estos matrimonios jóvenes son de
vención a nivel relacional y la familia a nivel econó- breve duración y se muestran incapaces de levantar
mico, en esto se ve la disparidad y la dificultad de una familia autónoma. Ambos cónyuges provienen
trabajar en una misma línea. de inadaptación escolar, social, contacto con tóxicos,
conductas delictivas o predelictivas.
Es importante señalar que la “demanda” es nula o 3. Mujer sola: basada en la monoparentalidad, tras
inexistente por parte de la familia. Si esta demanda se una relación casual, o relaciones esporádicas, con di-
produce, tiene un contenido material o de servicios y ficultad para construir una relación estable, con an-
en ningún modo la familia ve como necesario que in- tecedentes de problemas de droga y/o prostitución.12
tervengan otros aspectos(disfuncionales) con los que 4. Familia petrificada13: es esa familia que queda sa-
han vivido desde siempre. Sin duda esto genera gran cudida por un fuerte golpe, por la desaparición dra-
afectación en la “emocionalidad” de los profesionales, mática o imprevista de un miembro; esto produce
ya que son testigos de situaciones de gran riesgo, sin una desorganización, una inmovilización familiar:
demanda de por medio. Al final, si la demanda se el duelo se enquista, la familia es incapaz de afron-
produce, es por medio de terceros ajenos a la familia tar esta situación, se incapacita funcionalmente y se
(vecinos, otros profesionales, policía...) producen cambios en sus funciones...

Finalmente, podemos señalar en este apartado de rela- Las emociones del profesional en el trabajo con
ción familia-servicios que la dependencia de ésta, de las familias multiproblemáticas
los servicios es “dependencia crónica”,10 e incluso
transgeneracional (en los Servicios Sociales se pueden Quien haya trabajado con familias del perfil al que he-
encontrar expedientes de abuelos, hijos y nietos). Esta mos estado aludiendo, habrá evocado a lo largo de la
situación genera que los organismos competentes ten- lectura de este artículo, algunos de los momentos más
gan que hacer grandes inversiones o, como ellos seña- difíciles en el trabajo con algún caso. Si nos detenemos
lan, fuertes gastos con escasos resultados.
11
Minuchin, S. Op.Cit.
12
Recomendamos ver la película LadyBird, LadyBird.
10
Yo diría que la situación es de interdependencia crónica ya 13
Esta tipología responde a casos estudiados en Palermo, donde la
que las familias se cronifican, al igual que los programas, los “cosa nostra” produce este tipo de desastres en algunos de sus ajus-
servicios y los profesionales, no llegando a saberse quién man- tes de cuentas, pero igualmente puede estar presente en otros con-
tiene a quién. textos con pérdidas de la misma índole.

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a pensar en esos casos concretos con los que estamos o las familias en general), se trabaja a “pecho descubier-
hemos trabajado, recordaremos emociones concretas: to”, sin protección.15 Sin duda, una buena medicina
incertidumbre, tristeza, furia, apatía, asco, alivio, apre- para esto es la supervisión profesional; ésta resulta de
cio, miedo, impaciencia, ahogo, manipulación, intran- gran ayuda para evitar situaciones de desgaste, de ago-
quilidad, aburrimiento, rabia, terror... Durante una su- tamiento, de aparición del síndrome de “burn out”, a
pervisión de un caso de una familia multiproblemática, la vez que sirve para mejorar la competencia profesio-
una profesional, a la pregunta “¿Qué emociones te pro- nal y la calidad del servicio.
duce este caso?”, señalaba:
Cuando hablamos de emociones, aparecen las dificul-
“si te digo que lo que siento hacia este caso es odio, tades para concretar, para limitar, para ser precisos. Se
no estaría en lo cierto, no es odio porque al mismo trata de un concepto que encierra cierta ambigüedad;
tiempo me dan pena..., la veo como una familia des- decía Russell que “todo el mundo sabe lo que es una
preocupada por sus hijos, fracasada en el fondo. emoción hasta que se le pide que la defina”. Efectiva-
Pero, cuando aparece la compasión por ellos, recuer- mente, para entrar a definir este concepto se atiende a
do algunas de las agresiones, sus comportamientos las reacciones que éste provoca, éstas son de tipo cog-
irracionales, la absoluta falta de interés, de conside- nitivo, fisiológicas y conductuales. Dice Ricardo Sanz
ración... entonces, lo que me apetece es dejar el caso. que “hablar verbalmente de emociones-sentimientos
Me viene a la cabeza... por ejemplo el olor de la es contradictorio ya que cuando se habla de ellos ya se
casa, repugnante; el enfado... en fin, es mi trabajo, escapan ya que se está racionalizando, aun así es necesa-
lo sé, pero me esfuerzo mucho; no sé... tengo senti- rio hablar de ellas”.16 Son precisamente las emociones
mientos contradictorios, no sé si me explico”. que nos provocan ciertos acontecimientos, lo que nos
hace diferentes. Un fenómeno puede ser común para
Si nos fijamos en este fragmento nos damos cuenta de muchos observadores, pero no en todos provoca la
que en tres párrafos aparece: odio, pena, confusión, misma emoción y, si lo hace, no todos tienen la mis-
compasión, deseos de abandono, repugnancia, enfado... ma intensidad. Spinoza indicaba que “mientras la ra-
No vamos a entrar, de momento, en demasiada pro- zón uniforma a unos y a otros, los sentimientos distin-
fundidad en lo que podría ser la contratransferencía, guen a unos de los otros, los singulariza”.
nuestras vivencias previas de nuestra familia de origen,
nuestro filtros epistémicos, situacionales o sociocultu- Dice J.L. Pinillos que emoción es “un estado de altera-
rales que, sin duda, están influyendo a la hora de sentir ción afectiva originada normalmente por una situación
todas estas emociones y que pueden influir en nuestro que amenaza o frustra al sujeto, o lo excita y se manifies-
modo de intervenir. ta somáticamente por cambios glandulares y de la mus-
culatura lisa, por alteraciones conductuales, y natural-
Trabajar con estos casos supone un desgaste serio para mente por cambios neurofisológicos y endocrinos
el profesional, ya que la exposición a vivencias y emo- considerables”. Dicho esto, hay que hacer alguna preci-
ciones fuertes es muy intensa. La vivencias son en mu- sión más, antes de entrar a señalar las emociones y el
chos casos “al límite”.14 Se pone mucho en juego, en el trabajo con familias multiproblemáticas. La primera
trabajo con estos casos: el prestigio profesional, la ca- cuestión, básica por demás, es que la no emoción no
pacidad de resolver situaciones difíciles, de generar ideas 15
No nos sorprende ver que un obrero antes de entrar en la obra se
nuevas para afrontar el caso, la capacidad de aguante, la ponga el casco, que un conductor se ponga el cinturón o que un
experiencia, en muchos casos el contrato de trabajo, la bombero se vista de ropas ignífugas. Pero el trabajador social, ¿con
propia salud mental. Además, con estas familias (y con qué debe protegerse de las situaciones tan complicadas con las que
algunas veces se tiene que enfrentar?
14
Desprotección de menores, malos tratos, abandonos, desalojos... 16
Sanz Ricardo, XVII Congreso de Terapia Familiar, FEAT.

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existe,17 no hay objetos indiferentes. La segunda cues- Para finalizar este apunte teórico, un recordatorio, “el
tión es que esa “no indiferencia” es bipolar, la emoción punto de partida de toda interacción es el sentimiento
que algo nos provoca se sitúa entre el abanico que nos que suscita la imagen que se tiene de si”.20 Dicho de
abre de extremos opuestos (fuerte/débil, bonito/feo, otra manera, el tipo de relación que entablamos con
agradable/desagradable). Hay objetos, hechos o fenóme- terceros va a depender inicialmente de la visión que
nos que nos producen sentimientos tenues, casi inapre- tengamos de nosotros mismos, de tal manera que, si se
ciables, pero aquellos que están vinculados a relaciones da un alto grado de confortabilidad con uno mismo,
duraderas, intensas, impactantes, fuertes, impredecibles, la interacción con los demás será más favorable, pero si
esos sentimientos tienden a ser polarizados, situándose se tiene una autodepreciación ésta se tornará más difi-
en los extremos antes aludidos.18 Detengámonos en este cultosa.
punto para señalar que esto es lo que puede ocurrir en el
trabajo con familias multiproblemáticas, ya que suelen Emociones diversas e intensas en el trabajo con
estar sujetas a relaciones de cronicidad con los servicios, familias multiproblemáticas
de gran intensidad por lo fuerte de los acontecimientos,
impredecibles por los cambios que se pueden suceder. El agotamiento laboral es característico de los profe-
sionales que trabajan de manera prolongada con este
Como señala Castilla del Pino, no hay sentimientos tipo de casos. El operador no está ajeno a problemáti-
sin síntoma (evidencia), cuando se produce la reacción cas tan crudas como algunas veces se le pueden presen-
(desequilibrio interno), la anhomeostasis debe dar se- tar. Quien en ocasiones se halla al borde de situaciones
ñales al sistema para que elabore una respuesta adaptativa desesperadas debido al escaso cambio conseguido tras
ad. hoc. El conjunto de síntomas constituye un sín- grandes esfuerzos y dedicación. También presionan so-
drome que está formado por la experiencia mental y bremanera las demandas apremiantes de intervención,
por la experiencia fisiológica. Cuando el síndrome des- las frecuentes delegaciones y las siempre difíciles y du-
borda los límites de las posibilidades de respuesta ras intervenciones de control.
adaptativas surge la crisis y aparece irremisiblemente el
estrés. El estrés puede conducir a emitir respuestas Las reacciones frecuentes suelen derivar por caminos
viscerales y emotivas ante experiencias fuertes más que de implicación incontrolada en la situación, acciones o
respuestas adaptativas racionalizadas. No perdamos de conductas de parcialidad para con alguno de los miem-
vista estas secuencias a la hora del trabajo con familias bros, el agotamiento, la impotencia, tras no sé cuantas
multiproblemáticas ya que, como antes se indicó, las soluciones intentadas, el bloqueo, la indignación, la
emociones pueden ser muy intensas y las respuestas pue- rabia...
den ser más que calculadas, viscerales.19
La angustia de la espera es generadora de emociones
17
Dice Castilla del Pino, en la “Teoría de los Sentimientos”: el no
intensas: no tener la certeza de que se van a producir
sentimiento no existe, el concepto sentimiento y emoción se em-
plea generalmente de manera indistinta. cambios, esperar que las situaciones se modifiquen o
que la familia se interese, se tome en serio (según el
18
Castilla del Pino. Op. Cit. Este autor hace una taxonomía de los
sentimientos: a. Alovalorativos (en relación con el otro): Eróticos,
profesional) el mejorar su situación o buscar una solu-
Actitudinales (páticos, estéticos, éticos) y de la corporeidad (estéticos, ción. Ese inmovilismo “nos mata”. La demora, la pasi-
energética, fisiológica, intelectuales); b. Autovalorativos (en relación vidad, la escasa o nula toma de decisiones por parte de
consigo mismo): Eróticos, Actitudinales (páticos, estéticos, éticos), de los miembros de la familia en la línea de salir de... nos
la corporeidad (estéticos, la esfera del vigor energética, la esfera fisioló- provoca angustia, irritación e, incluso, nos puede con-
gica) e intelectuales. ducir a tomar decisiones, producto de la impaciencia,
19
Véase ahora con más detenimiento la trascripción antes señalada
del prof. Castilla del Pino en la cita anterior. 20
Op. Cit.

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que van más en la línea de acciones sustitutivas y repa- no-trabajo, ya que el desgaste y el agotamiento puede
radoras que movilizadoras. ser un gran riesgo para él; estas familias atraviesan difi-
cultades que uno no puede quitarse de la mente, no sa-
En este punto hay que detenerse para hablar de los tiem- ber poner distancia puede hacer peligrar la salud mental.
pos.21 ¿Por qué la familia no actúa?, ¿acaso no desea
resolver sus dificultades?. Ciertamente la percepción que Los “tiempos del servicio”, demandan cambios rápi-
tienen los profesionales es bien distinta a la que tiene la dos, resolución pronta de los casos, evitar la
familia, por ello no se producen cambios y/o deseos de cronificación. La exigencia de eficacia a los profesiona-
cambio. Las familias, los profesionales, los servicios y les está implícita, también reducir el gasto y evitar la
el contexto... tienen diferentes unidades de medida, y mala imagen del servicio cuando se le acumulan estos
distintas percepciones del tiempo en que deben casos.22
afrontarse los problemas; se produce una asincronía.
Los “tiempos de entorno social”, oscilan entre el
Los “tiempos de la familia” son lentos, muestran resis- alarmismo por considerar que es intolerable que se de
tencias frecuentemente a las propuestas que les hacen una situación X en una familia del vecindario, exigien-
los servicios; no ven la necesidad de cambio, al menos do soluciones prontas a los profesionales y a los políti-
en la línea que les proponen los profesionales; aunque cos, sobre todo cuando hay por medio desprotección
estas familias estén en continuo cambio, como ya he- de menores o de ancianos. Y el otro extremo es la acep-
mos señalado, los problemas se hacen transgeneracio- tación de la cronicidad, tolerando en el vecindario esas
nales, ellos viven al día y si tienen deseos de acciones graves situaciones a las que ya se han acostumbrado y
rápidas, están en la línea de conseguir algo material. el deseo va más en la línea de solucionar el problema
Bien, pues todo esto desespera al profesional. alejando el caso de ese barrio.

Por su parte, los “tiempos del profesional” van más en En otro orden, cabe señalar otras situaciones que gene-
la línea de cambios rápidos (deseos de demostrar efica- ran gran intensidad emocional en los profesionales; una
cia, proyectar una buena imagen, prestigio... sobre todo de ellas es la ansiedad que provoca la cronicidad del
los profesionales más noveles que se enfrentan a estos caso para con los servicios que lo atienden; esto produ-
casos). Pero no hay que olvidar que el profesional ne- ce sensación de fracaso, de rendición, de resignación e
cesita tiempo para la reflexión antes que la acción, tiem- incluso de indiferencia al cabo del tiempo, sobre todo
po para comprender, tiempo para formarse en el traba- cuando las recaídas son frecuentes. Estas familias, en
jo con estos casos, debe controlar su tiempo interno y cada una de sus continuas crisis, van agotando a una
su tiempo externo y acompasar los tiempos propios parte de su red social tanto formal como informal; los
con los del resto del equipo. El profesional le “pide” a profesionales no están exentos de este fenómeno.
la familia, mejor dicho, espera de la familia, que se
establezca una sincronía con respecto a lo normativo, El fracaso produce también gran desilusión. Como se-
es decir, que haya una estructuración en la sucesión, ñala Coletti, el profesional que se enfrenta a estos casos
una duración y frecuencia de los sucesos. De alguna puede pasar por dos fases. la primera es la “omnipoten-
manera eso es lo que nos han enseñado, eso es lo que cia”, entendida como un estado ilusorio de creer que
en general hemos vivido y eso es lo que esperamos. puede cambiar esa dinámica tan disfuncional; se sitúa
Pero esto no es característico de este tipo de familias. en una posición poco menos que de salvador y la fami-
Finalmente, el profesional debe saber delimitar ade- lia, de salvada. Esta ilusión que se produce con algunos
cuadamente sus tiempos de trabajo y sus tiempos de cambios por parte de la familia se torna en “impoten-
21
Se recomienda la lectura del texto de Luigi Boscolo Los tiempos 22
Cuando los servicios se activan más es cuando hay una denuncia
del tiempo, Paidós, Barcelona, 1996. en prensa de la situación de un caso.

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cia”; cuando aparecen las recaídas, entonces la desilu- giere la utilización del recurso de la inmediatez du-
sión, la inutilidad, la sensación de incompetencia, la rante los encuentros con esta familia, para hacer ex-
soledad empañan la visión de sí mismo y del caso. plícitas las emociones y vivencias que está teniendo
el profesional en el trabajo con ella como modo de
A lo anterior, Colletti añade una fase en la que puede generación de cambio.
entrar el profesional: la “omnipresencia”, en la medida 3. Conocerse a sí mismo, hacer una labor de intros-
que, si se produce algún cambio, el profesional tiene pección, conocer nuestras fortalezas, nuestras debi-
que estar presente o incluso “cómo se va a producir un lidades, nuestros límites y nuestros recursos.
cambio sin estar yo”. Esto supone poco o nula valora- 4. Realizar un trabajo previo de conocimiento de
ción de las potencialidades de la familia, que antes nuestra familia de origen es fundamental a la hora
mencionábamos, como factores de compensación. de trabajar con cualquier tipo de familia, con las
multiproblemáticas más recomendable si cabe.
Algunas propuestas para el trabajo con familias 5. Realizar un trabajo en pareja, es decir, dos profe-
multiproblemáticas sionales, lo que en terapia se llama en co-terapia.
6. Supervisión del trabajo por agentes externos y con-
A continuación haré una enumeración de algunas con- tinua revisión de casos en el equipo.
sideraciones para tener en cuenta a la hora de trabajar 7. Formación continua sobre los últimos avances so-
con estos casos; algunas propuestas las aportan distin- bre este tema.
tos autores ya mencionados. Otras son fruto de mi 8. Entrenamiento especial para trabajar con estos
experiencia. casos de tanta dificultad. En los centros formativos
no se forma sobre este tema, el aprendizaje lo da la
1. Ser capaz de reconocer nuestras propias vivencias experiencia que muchas veces es por ensayo y error.
emocionales como paso previo y continuo. No olvi- 9. Realizar un trabajo de concienciación de parte
demos la referencia antes señalada de Castilla del de todos los profesionales implicados en esta tarea
Pino sobre la “visión de sí”. sobre las otras instancias que componen los distin-
2. Tener una visión distinta de las emociones. Si bien tos servicios, con el objeto de que reconozcan la tre-
durante mucho tiempo se ha considerado que las menda dificultad que estos casos entrañan y el for-
emociones del profesional son un inconveniente para tísimo desgaste que generan en el profesional.
la intervención,23 hoy se ve que éstas no tienen por 10. Finalmente, realizar diseños de programas de
qué ser tan negativas. Señala Andolfi que se pueden intervención muy realistas con objetivos concretos
utilizar los propios sentimientos dentro de una es- y alcanzables.
trategia cuidadosamente planeada. Por su parte,
Cancrini,24 sugiere mirar la figura del profesional El síndrome del “burn out”, un riesgo posible
como un individuo, como una persona con su pro- en el trabajo con familias multiproblemáticas
pia historia, que es indisociable del profesional. Fi-
nalmente, Elkaïm introduce el concepto de reso- Este síndrome puede aparecer en los llamados profesio-
nancia, al que ya había hecho referencia M. Bowen,25 nales de ayuda. Fue descubierto por Freudenberger en
incluyendo dentro de él la propia historia del pro- 1974, al describir el estado físico y mental de un grupo
fesional, sus ideas y sus sentimientos. B. Roji,26 su- de voluntarios que trabajaban con tóxicodependientes.
23
Psicoanálisis más ortodoxo (contratransferencia). Maslach y Jackson lo definen como “un proceso com-
plejo, multicausal y multidimensional caracterizado por
24
Cancrini, L., La caja de pandora, Paidós, Barcelona, 1995.
un tipo de respuesta inadecuada del profesional ante si-
25
Bowen, M., De la familia al individuo, Buenos Aires, Paidós. 1991. tuaciones de estrés crónico, que se encuentra en el origen
26
Roji, B., La entrevista terapéutica, UNED, Madrid, 1988. del proceso de deterioro en los cuidados y atención

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profesional a los usuarios de las organizaciones de servios despersonalización y la burocracia de los sistemas de
personales”(1981). protección social donde estos trabajan. Tener que lu-
char por cambiar y sensibilizar estos dispositivos es ge-
Los rasgos principales se sitúan en varios niveles. En la nerador de un gran agotamiento y la aparición de estrés.
esfera27 emocional, se caracteriza por un agotamiento fí- De otra parte, los profesionales asistenciales dedican
sico y/o psicológico, cansancio emocional; se tiene la mucho tiempo a la atención de personas con proble-
sensación de no poder dar más de sí mismo a los demás mas de alto contenido emotivo. Esta relación cargada
en el nivel afectivo. En la esfera actitudinal, se caracteriza de sentimientos, frustraciones, temores, desesperación
por una actitud fría y despersonalizada con los clientes y es generadora de gran tensión hasta tal punto que en
los miembros del equipo, a través de la cual el sujeto algunos casos se llega a la extenuación emocional y al
trata de aislarse de los otros para protegerse del senti- agotamiento.
miento de agotamiento emocional. Se dan demostra-
ciones de cinismo, de distanciamiento, de etiquetación Señalaremos a continuación algunos elementos que es-
despectiva de los usuarios, culpabilizándolos de sus frus- tán presentes en la aparición del fenómeno:
traciones. Esto puede suponer un intento de alivio de la
tensión, restringiendo el grado de intensidad de la rela- - Tratar con mucha gente: el profesional se ve so-
ción con los demás. En la esfera cognitivo-aptitudinal, metido al trato constante con gran cantidad de
el sentimiento es de falta de realización personal y profe- casos y a un alto grado de intensidad emocional
sional en el puesto de trabajo. Las demandas son tan en esa relación.
numerosas que exceden las posibilidades de una correcta - Grandes expectativas de éxito por parte del profe-
atención a los casos y además éstas exigen involucración sional y grandes deseos de generar cambios.
emocional. Sin embargo, este rasgo cognitivo-actitudinal - Expectativas poco realistas sobre las posibilidades
puede estar encubierto por una sensación paradójica de de aliviar el dolor y sufrimiento de otros.
omnipotencia; ante la amenaza de demostrar incompe- - Se trabaja con muchos aspectos que están fuera de
tencia en el puesto, como consecuencia de las cuestiones nuestro control, nuestras intervenciones dependen
antes enunciadas, está el desarrollo de un sobreesfuerzo en gran parte de las acciones de terceros. Esa falta
para demostrar interés y dedicación inagotables. de control sobre muchos aspectos es generadora de
gran tensión.
El B.O.28 ó también llamado “síndrome de estar que- - Sentimiento de impredictibilidad, tanto en lo que
mado en el trabajo”, no es un estrés laboral clásico, respecta a los casos como a la propia organización.
sino estrés crónico que surge de las relaciones entre - Ambigüedad del rol que se debe desempeñar.
proveedores y receptores de los servicios de ayuda. Es
un tipo de afrontamiento y autoprotección en la rela- El B.O. es un fenómeno individual, no colectivo, ya
ción: profesional-cliente, profesional-organización. que para su aparición tienen que ver características pro-
pias de cada persona junto a los aspectos ya descritos.
¿Por qué se manifiesta en los profesionales de ayuda? Sin embargo, el síndrome sí puede ser socializado. El
Este aspecto está intrínsecamente unido a la etiología sujeto que lo sufre tiene una experiencia de cambio
del síndrome, las razones son que los profesionales negativo, en este caso para peor y, además, supone un
asistenciales tienen una mayor filosofía humanista, ésta proceso acumulativo, es lo que algunos autores llaman
choca frontalmente con la deshumanización, la “autodefensa deshumanizadora”.
27
Maslach, C. y Jackson. S., Maslach Burnout Inventory, Consul- Se han descrito varias fases para llegar a este estado. Hay
ting Psychologists Press, California, 1981. en un primer momento una sensación de entusiasmo. Es
28
Burn Out. la fase inicial de grandes expectativas, con gran despliegue

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de energías y con una superidentificación con la tarea. El denigración de los compañeros, renuncia a la búsque-
lector podrá identificar seguramente esta fase cuando lle- da de soluciones.
ga por primera vez a ese trabajo tan deseado.
Las consecuencias del síndrome del B.O. son diversas:
La segunda fase es la del estancamiento. En ella el pro- van desde la baja satisfacción laboral hasta el riesgo de
fesional se pregunta: ¿qué hace el trabajo por mí? Hay accidentes laborales, pasando por propensión al aban-
una pérdida de esperanza y de entusiasmo, se descu- dono de la organización, absentismo laboral, deterioro
bren las dificultades y las expectativas no cumplidas. en la calidad del servicio, baja implicación y compro-
miso, conflictos interpersonales frecuentes. Según
La tercera fase es la de la frustración, en la que se cues- Edelwich y Brosdsky,29 el síndrome del B.O. se puede
tionan la efectividad y el valor del esfuerzo. General- contagiar entre los profesionales, a través de los llama-
mente, este estado puede conducir a tres caminos: el dos mecanismos de modelado o aprendizaje por ob-
primero, a desarrollar una energía destructora; el se- servación, durante los procesos de socialización labo-
gundo, a una energía constructora (por ejemplo, acer- ral, hasta tal punto que se puede instituir como parte
carse a la formación como vía para generar nuevas de los estilos de trabajo y de la cultura institucional;
alternativas) y, finalmente, otro que es la huída. con ello el problema no es para pasarlo por alto, sino
que se trata de un fenómeno muy serio.
La cuarta fase es la apatía. En este punto es cuando
aparece el B.O., resulta difícil de tratar, ya que general- Taxonomía de los principales síntomas asociados al
mente, se niega la apatía. Los síntomas son una bajada “burn out”
de la calidad del trabajo, aparición de enfermedades
psicosomáticas, aparición de conductas distintas a las Para finalizar, sugerimos algunas propuestas de preven-
habituales durante los procesos de interacción (inhibi- ción y tratamiento del síndrome de quemarse en el tra-
ción, silencios, criticismo, discusiones irrelevantes...), bajo. Es importante establecer dispositivos de alerta

ÁREA ÁREA ÁREA ÁREA


EMOCIONAL ACTITUDINAL CONDUCTUAL PSICOSOMATICA

Sentimiento de soledad No verbalizar Agresividad Dolor precordial y palpitaciones


Sentimiento de alienación Cinismo Aislamiento del sujeto Hipertensión
Sentimiento de impotencia Apatía Cambios bruscos de humor Crisis asmáticas
Sentimiento de omnipotencia Hostilidad Enfado frecuente Catarros frecuentes
Distancia afectiva Suspicacia Irritabilidad Mayor frecuencia de infecciones
Absentismo laboral Perdida de peso
Comportamientos de alto riesgo Aparición de alergias
Dolores musculares, cervicales
y de espalda
Fatiga crónica
Úlceras y desórdenes gastro-
intestinales
Diarrea
Jaqueca
Insomnio

Fuente: Gil-Monte y Peiró 1997 y Delgado 1993.

29
Edelwich, J. y Brosdsky, A. “Burn out: Stages of Desillusionment in the Helping Professions”, New York, Human Sciences Press,1980.

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que detecten la presencia inicial del síndrome; esto su- Colapinto, J. “La dilución del proceso familiar en los
pone una mayor autoconciencia y una mayor servicios sociales implicados para el tratamiento de
autovigilancia. Para llegar a ello, es necesario impartir las familias negligentes” en Revista Redes I. Nº2,
la adecuada formación para identificar los síntomas. 1996.
También son muy recomendables las supervisiones per- Coletti, M. La intervención sistémica en los servicios socia-
sonales y/o grupales y de equipo. Ayuda enormemente les ante la familia multiproblemática. Paidós, Madrid,
el establecimiento de límites claros respecto de las ta- 1997.
reas, de las acciones y las competencias; atribuciones de FEATF, Actas del XVII Congreso Nacional de Terapia
cada profesional para con los casos atendidos, compa- Familiar. Las Palmas de Gran Canaria, 1996.
ñeros y jefes. Establecer las llamadas variables Gaztañaga,J.L., “La intervención con Familias multipro-
autorreferenciales ayuda, esto es, conocer nuestras po- blemáticas. La paradoja de la sociedad del bienes-
sibilidades, alcances, fortalezas y debilidades, y así ha- tar” en Educación Social. Nº 4, Madrid, 1996.
cerlo saber al equipo.30 Es recomendable, también, el González Calvo, V. Los servicios multiproblemáticos y
entrenamiento en técnicas de administración del tiem- la familia multiasistida en Revista Redes Nº 8, Di-
po y preparación previa para el desarrollo de la tarea. putación Provincial de Huelva, 2000.
También es un recurso útil la terapia, esta opción no se González Calvo, V. Ponencia al II Seminario Nacional y
debe despreciar nunca ya que resulta del todo repara- II Encuentro Internacional de Familias Relac.
dora y genera el adiestramiento en habilidades y afron- Antofagasta (Chile), 2001.
tamiento. Finalmente, es muy recomendable saber dis- Jiménez Bertomeu,V., “El fenómeno del ‘burn out’ en
frutar del tiempo libre, del ocio, del cuidado de la salud las profesiones de ayuda” en Revista de Trabajo Social
física y del deporte. Nº 159, 2000.
Luna, M., Qué hacer con los menores y familias. Lumen-
Sin duda, los organismos prestadores de servicios, las humanitas, Buenos Aires. 1998.
organizaciones profesionales y las instituciones de en- Maslach, C. y Jackson, S. Maslach Burnout Inventory,
señanza deben tomarse muy en serio este problema, ya Consulting Psychologists Press, California, 1981.
que de su prevención depende la salud de muchos pro- Minuchin, S., Families of the Slums: an Exploration of
fesionales, sobre todo aquellos que se encuentran en their Structure and Treatmentm, Basic Books. New
situación de riesgo en la atención de familias tan com- York, 1967.
plejas como las multiproblemáticas. _________ Familias y terapia familiar, Gedisa, 1997.
Nieto, L., “Familias pobres y multiasistidas” en Millan,
E. Psicología de la familia. Promolibro, Valencia,
Bibliografía 1997.
Pittman, F. Momentos decisivos. Paidós, México, 1990.
Boscolo, L., Los tiempos del tiempo. Paidós, Barcelona. Rodríguez Martínez, M., “La familia multiproblemáti-
1996. ca y el modelo sistémico”, Revista Sistémica Nº 4-5,
Bowen, M., De la familia al individuo. Paidós, Buenos 1998.
Aires, 1991. Roji, B. La entrevista terapéutica. UNED, Madrid, 1988.
Cancrini, L., La caja de pandora. Paidós, Barcelona. 1995. Rubiol, G. “El agotamiento en las profesiones de ayu-
Castilla del Pino, C. Teoría de los sentimentos. Círculo de da” en Revista de Trabajo Social Nº 94.
Lectores, Barcelona, 2000. Salzberger-Wittenberg, I. La relación asistencial.
Amorrortu, Buenos Aires, edición, 1992.
30
Por ejemplo, si uno sabe que tiene dificultades para el trabajo con Tonon, G., Calidad de vida y desgaste profesional, Es-
cierto tipo de casos o en la aplicación de ciertas técnicas, ser conciente pacio Editorial, Buenos Aires, 2003.
de ello, hacerlo saber y no tener poblemas de que otro los desarrolle.

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