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Conciencias Espirituales
Conciencias Espirituales
Volviendo al relato, cuando la barca en que navegaban los discípulos iba a mitad de camino, siendo ya
de noche, Jesús se percató que tenían un fuerte viento contrario y estaban pasando grandes trabajos
para poder adelantar, así que decidió ir caminando hasta ellos sobre las aguas. Al verlo creyeron que
era un fantasma, se sobresaltaron, y dieron un grito. Fue en ese momento que Jesús les dijo: “Ánimo,
soy yo, no tengáis miedo”.
Aquí se hace más obvio que los discípulos no habían comprendido en tu totalidad el verdadero
significado y alcance del milagro de la multiplicación de los panes. De lo contrario, sabrían que, más
que un acto de taumaturgia (capacidad para realizar prodigios), como podría hacerlo un mago, lo que
ocurrió allí fue producto del Amor de Dios. Si lo hubiesen entendido, estarían inundados del Amor de
Dios, estarían conscientes de la divinidad de Jesús, y no habrían sentido temor cuando lo vieron
caminar sobre las aguas.
Es aquí que la narración de Mateo se aparta de los paralelos de Marcos y Juan. Nos dice Mateo que
Pedro, como para confirmar la identidad de Jesús, le dijo: “Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti
andando sobre el agua”, a lo que Él le respondió: “Ven”. Pedro comenzó a caminar hacia Jesús sobre
las aguas (porque le creyó a Jesús; llevó a cabo un acto de fe), hasta que apartó su mirada de Jesús y la
fijó sobre la tempestad. Entonces se asustó, comenzó a hundirse, y gritó: “Señor, sálvame”. Jesús
inmediatamente le extendió su mano y lo increpó: “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?” Dudó porque
aún no había aprendido que no podía fiarse de sus propias fuerzas. Inmediatamente la Escritura añade:
“En cuanto subieron a la barca, amainó el viento”. ¡Cuántas veces en nuestras vidas nos encontramos
“remando contra la corriente”, llegando al límite de nuestra resistencia! En esos momentos, si abrimos
nuestros corazones al Amor misericordioso de Dios, escucharemos una dulce voz que nos dice al oído:
“Ánimo, soy yo, no tengas miedo”. Créanme, ¡se puede! Yo he logrado enfrentar situaciones que de
otro modo hubiesen sido aterradoras, con la alegría y tranquilidad que solo el saberme amado por Dios
podían brindarme. Porque Jesús “entró en la barca [conmigo], y amainó el viento”.
“Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo”
Otra vez los animales se reunieron y después de ¡Yo sé quién debe ser el rey! Todos los
mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la animales hicieron silencio y la miraron con
comunicaron a los 3 leones. gran expectativa. ¿Cómo? Preguntaron todos.
Encontramos una solución muy simple para el Es simple, dijo el águila. Yo estaba volando
problema, y decidimos que ustedes 3 van a bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados
en su
Escalada por la Montaña Difícil escuché lo que
cada uno dijo a la Montaña.
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has Lucas era el tipo de persona que te encantaría
vencido! ser. Siempre estaba de buen humor y siempre
tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le
El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, preguntaba como le iba, el respondía:
por ahora! Porque ya llegaste a tu tamaño final
y yo todavía estoy creciendo. - "No puedo estar mejor".
- "Los médicos fueron geniales. No dejaban de - Toma el caballo que está allá afuera y cabalga
decirme que iba a estar bien. Pero cuando me hasta el mercado. Debo vender este anillo
llevaron al quirófano y vi las expresiones en las porque tengo que pagar una deuda. Es necesario
caras de los médicos y enfermeras, realmente que obtengas por él la mayor suma posible,
me asusté. Podía leer en sus ojos: Es hombre pero no aceptes menos de una moneda de oro.
muerto. Supe entonces que debía tomar una Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que
decisión. puedas. El joven tomó el anillo y partió. Apenas
llegó, empezó a ofrecer el anillo a los
- ¿Qué hiciste?, pregunte. mercaderes. Estos lo miraban con algún interés,
hasta que el joven decía lo que pretendía por el
- "Bueno, uno de los médicos me preguntó si anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda
era alérgico a algo y respirando profundo le de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la
dije: Sí, a las balas - Mientras reían, les dije: cara y solo un viejito fue tan amable como para
tomarse la molestia de explicarle que una
moneda de oro era muy valiosa para entregarla - ¡58 MONEDAS! -exclamó el joven.
a cambio de un anillo. En el afán de ayudar,
alguien le ofreció una moneda de plata y un - Sí, -replicó el joyero- yo sé que con tiempo
cacharro de cobre, pero el joven tenía podríamos obtener por él cerca de 70 monedas,
instrucciones de no aceptar menos de una pero no sé... si la venta es urgente...
moneda de oro y rechazó la oferta. Después de
ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba El joven corrió emocionado a la casa del
en el mercado, más de cien personas, abatido maestro a contarle lo sucedido.
por su fracaso montó su caballo y regresó. - Siéntate -dijo el maestro después de
¡Cuánto hubiera deseado el joven tener esa escucharlo- Tú eres como este anillo: Una joya,
moneda de oro! Podría entonces habérsela valiosa y única. Y como tal, sólo puede
entregado él mismo al maestro para liberarlo de evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué
su preocupación y recibir entonces su consejo y haces por la vida pretendiendo que cualquiera
ayuda. Entró en la habitación. descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto,
- Maestro -dijo- lo siento, no se puede volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño. -
conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera Todos somos como esta joya, valiosos y únicos
obtener dos o tres monedas de plata, pero no y andamos por los mercados de la vida
creo que yo pueda engañar a nadie respecto del pretendiendo que gente inexperta nos valore.
verdadero valor del anillo. SIEMPRE RECUERDA LO MUCHO QUE
- Qué importante lo que dijiste, joven amigo TÚ VALES, AUNQUE QUIZÁS, ALGUNAS
-contestó sonriente el maestro-. Debemos saber PERSONAS A TU ALREDEDOR NO TE LO
primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a DEMUESTREN.
montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él Mantén la boca cerrada
para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo
y pregúntale cuanto te da por él. Pero no
importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve
aquí con mi anillo. El joven volvió a cabalgar.
Una rana se preguntaba cómo podía alejarse del clima del frío del invierno. Unos gansos le
sugirieron que emigrara con ellos. Pero el problema era que la rana no sabía volar.
Dejádmelo a mí - dijo la rana -. Tengo un cerebro espléndido. Lo pensó y luego pidió a dos
gansos que la ayudaran a recoger una caña fuerte, cada uno sosteniéndola por un extremo. La
rana pensaba agarrarse a la caña por la boca.
A su debido tiempo, los gansos y la rana comenzaron su travesía. Al poco rato, pasaron por una
pequeña ciudad y los habitantes de allí salieron para ver el inusitado espectáculo. Alguien
preguntó: ¿A quien se le ocurrió tan brillante idea?
Esto hizo que la rana se sintiera tan orgullosa y con tal sentido de importancia que exclamó: ¡A
MÍ!
Su orgullo fue su ruina, porque al momento en que abrió la boca, se soltó, cayó al vació y
murió.
Hay ocasiones en que la falta de humildad o el exceso de orgullo, pueden echar abajo planes
excelentes.
Había una vez tres árboles en una colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas y el
primero dijo: "Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré
decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza".
El segundo árbol dijo: "Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y
reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi
fortaleza, mi fuerza y mi poderoso casco".
Finalmente, el tercer árbol dijo: "Yo quiero crecer siendo el mas recto y grande de todos los árboles en
el bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensará en el Dios
de los cielos, y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el árbol más grande de todos los tiempos; la gente
siempre me recordará".
Después de unos años, durante los cuales oraron para que sus sueños se convirtieran en realidad, un
grupo de leñadores llegó hasta estos árboles. Cuando uno vio el primer árbol dijo: "Este parece un árbol
fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero", y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy
feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros. El otro leñador
dijo, mientras observaba al segundo árbol: "Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al
carpintero del puerto". El segundo árbol se puso feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse
en una poderosa embarcación".
El último leñador se acercó al tercer árbol; éste estaba muy asustado, pues sabía que al cortarlo, su
sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: "No necesito nada especial del árbol que
corte, así que tomaré éste". Y cortó al tercer árbol.
Cuando el primero llegó con el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue
puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había
orado. El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo
suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago.
Así, vio como sus sueños de ser una gran embarcación para trasladar reyes había llegado a su fin. El
tercer árbol fue cortado en largos y pesados tablones, guardándolos en la obscuridad de una bodega.
Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por las que tanto habían orado.
Entonces, un día, un hombre y una mujer llegaron a un portal. Ella dio luz a un niño, y lo colocó en la
paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber
podido tener una cuna para el bebé, pero este pesebre debería serlo. El árbol sintió la importancia de
este acontecimiento y supo que había contenido al más grande tesoro del mundo entero. Años más
tarde, un grupo de hombres entraron al mar en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol.
Uno de ellos estaba cansado y se quedó dormido al arrullo de la barca. Mientras ellos estaban en el
agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a
los hombres. Los hombres despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo: "Calma! Quédate quieto!",
y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había
llevado al Rey de los reyes y Señor de señores.
Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado
por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se
detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima
de la colina.
Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta de que él fue lo suficientemente fuerte para
permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había
sido crucificado en él.
Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un
plan para ti. Si pones tu confianza en Él, te dará grandes regalos a su tiempo. Recuerda que cada árbol
obtuvo lo que pidió, solo que no en la forma en que pensaba. No siempre sabemos lo que Dios planea
para nosotros, solo sabemos que...
Sus caminos no son nuestros caminos, pero... sus caminos siempre son los mejores.
TODOS SOMOS IGUALES ANTE DIOS
En un avión que cubría un vuelo entre Johannesburgo y Londres, a una señora blanca, de unos
cincuenta años, le tocó sentarse al lado de un hombre de color. Llamó a la azafata para quejarse:
-Pero, ¿no lo ve? -responde la señora. -Me ha colocado al lado de un negro. No puedo quedarme al lado
de estos "inmundos". Deme otro asiento.
-Por favor, cálmese -dice la azafata. -Casi todos los asientos de este vuelo están ocupados. Voy a ver si
hay alguna plaza en clase ejecutiva o en primera.
-Señora -explica la azafata -como yo sospechaba, no hay ninguna plaza disponible en clase económica.
He hablado con el capitán y me ha confirmado que tampoco hay plazas en clase ejecutiva. Pero sí
tenemos un lugar en primera clase.
Antes de que la señora pudiese responder algo, la azafata continuó:
-Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de primera clase a alguien que está en
económica, pero dadas las circunstancias, el capitán ha considerado que sería escandaloso que alguien
sea obligado a sentarse al lado de una persona que nos haga sentir mal...
La señora, con cara de satisfacción, se preparó para abandonar su asiento e ir a ocupar el asiento en la
clase ejecutiva... En eso, la azafata mira a la persona de color y le dice:
-Si el señor me hiciera el favor de tomar sus pertenencias, el asiento de primera clase ya está preparado.
Y todos los pasajeros alrededor, que acompañaron la escena, se levantaron y aplaudieron la actitud de
la compañía.
La carreta vacía
La carreta vacía Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño
silencio me preguntó:
Pregunté a mi padre.: - ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió: - Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido.
Cuanto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la
conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose
prepotente y menospreciando a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que
existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Y nadie está más vacío que aquel que
está lleno de egoísmo, de un supuesto Mi Mismo.
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que
llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta
y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón.
Pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy
orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre
vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo
podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me
quiero disculpar contigo porque, debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo
obtienes la mitad del valor que deberías recibir".
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa, quiero que notes
las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino".
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino; pero de todos
modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino?
Siempre he sabido de tus grietas, y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo
largo de todo el camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por dos años yo he podido
recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, incluidos
tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza"
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber
que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados...
Dedicado a todos mis amigos, que aprovechan sus grietas para hacer crecer hermosos jardines...