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UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE DERECHO

“MEDIACIÓN Y TRIBUNALES DE
FAMILIA: EVOLUCIÓN
LEGISLATIVA”

ALUMNA: MARÍA PAZ MORILLA SALINAS.

MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE LICENCIADO EN CIENCIAS


JURIDICAS Y SOCIALES

PROFESOR PATROCINANTE: SRA. SUSAN TURNER SAELZER

VALDIVIA – CHILE
2009
2

Índice

Pág.
Introducción……………………………………………………………….3
Capítulo I: Aspectos generales de la mediación
1.- Marco Conceptual………………………………………………….......4
2.- Mediación en el Derecho Comparado……………………………….....8
3.- La Función de la Mediación en el Proceso……………………….........11
Capítulo II: La mediación en Chile
1.- La Mediación en Leyes Especiales…………………………………….14
2.- La Mediación ante Tribunales de Familia……………………………..17
a) Mediación en Materia de Derecho de Familia………………………….17
b) Ley 19.968…………………………………………………………..….18
c) Ley 20.286………………………………………………………………32
Capítulo III: Análisis comparativo de la mediación ante los Tribunales de Familia según las leyes
19.968 y 20.286
1.- Carácter de la mediación dentro del procedimiento de familia………...38
2.- Oportunidad de la mediación dentro del procedimiento de familia….....40
3.- Sistema de mediadores…………………………………………….……42
4.- Requisitos del acuerdo mediación ……………………………………...44
Conclusiones………………………………………………………………..47
Bibliografía…………………………………………………………………48
3

Introducción

Tanto en la comunidad internacional como nacional existe un interés creciente por


investigar sobre los métodos alternativos de resolución de conflictos y sus eventuales efectos
positivos en la solución de controversias jurídicas.
En nuestro país con la Ley Nº 19.968 de 2004 que creó los Tribunales de Familia,
concentró en un solo tribunal las materias relacionadas con la familia y que antes eran conocidas
por distintos tribunales (de Menores y Juzgados de Letras en lo Civil). Con esta nueva regulación
se esperaba una gran demanda de la población, por lo que la ley de Tribunales de Familia
recurrió, de acuerdo con la tendencia internacional, a la mediación como vía no confrontacional y
alternativa para enfrentar los conflictos.
La presente investigación busca analizar la evolución de la mediación desde su
surgimiento en el marco de la discusión de la Ley de Tribunales de Familia, hasta su
establecimiento como forma no adversarial de resolución del conflicto familiar en dicha ley,
siguiendo con la hipótesis de que la última reforma incorporada a dicha ley en materia de
mediación (Ley 20.286) no hace más que recuperar el diseño original de la misma que se perdió
durante la tramitación parlamentaria, instaurándola con carácter de obligatoria en ciertas
materias. Se abordarán los aspectos clave de diseño normativo y el respaldo orgánico de este
método alternativo. Además se analizarán ciertos aspectos de la mediación, tales como su
concepto, el tratamiento que se le ha dado a este sistema en el derecho comparado y la función
que cumple tal institución, así como la evolución presentada por la Ley de Tribunales de Familia
(19.968) desde la presentación del proyecto original y hasta su promulgación. Acto seguido se
determinará la estructura de la mediación, tanto en la discusión parlamentaria como en la
normativa aprobada de la Ley 20.286 que introduce reformas a la Ley que creó los Tribunales de
Familia, para finalmente analizar comparativamente la mediación en los textos que regulan los
Tribunales de Familia según ciertos aspectos fundamentales.
4

I.- Aspectos generales de la mediación

1.- Marco conceptual

Un elemento inherente al hecho de que el hombre viva en comunidad, es la existencia de


conflictos entre sus miembros. Se han realizado distintas clasificaciones de las formas de
resolución de conflictos, dentro de las cuales está la que distingue tres sistemas de solución de
controversias: la autotutela, la autocomposición o autodefensa y el proceso judicial.
Otro tipo de clasificación de las formas de resolución de conflictos que ha señalado la
doctrina es la que distingue entre formas negociadas de solución de conflictos, dentro de las
cuales encontramos la mediación y la conciliación, y las formas no negociadas de solución de
conflictos, representadas por los juicios ante tribunales1.
Dentro del sistema de la autocomposición, en el que se encuentran la negociación y la
mediación2, es conveniente determinar en qué consiste la mediación, cuáles son los conceptos
que se barajan en la doctrina y, en base a esto, establecer sus características, sus ventajas y
desventajas para, finalmente, construir un concepto que aglutine las principales ideas de esta
institución.
La mediación encuentra sus orígenes en Canadá, Estados Unidos, así como también en el
continente europeo en la década de los sesenta. Se instauró este sistema con el objeto principal de
mitigar el colapso de los tribunales de justicia en tales lugares3, por lo que podemos decir que en
ese momento ya se consideraba a este sistema alternativo de resolución de conflictos como una
opción viable para descongestionar la administración de justicia de países importantes e
innovadores. Sin embargo, pareciera ser que este sistema data de antes de la década del sesenta,
puesto que existen antecedentes de que en la República Popular China se utilizaba la mediación
ya en el año 19494.
El concepto clásico de mediación es el de “método de resolución de conflictos por un
tercero neutral”5. Otro concepto dado por la doctrina, señala que la mediación es un
“procedimiento no adversarial en el cual un tercero neutral ayuda a las partes a negociar para
llegar a un resultado mutuamente aceptable”6. Una tercera idea que podemos citar respecto de la
mediación es que permite que sean las propias partes quienes resuelvan sus conflictos, con la
ayuda de un tercero que propondrá las bases para un arreglo7. Por último, en Chile se ha definido

1
Henríquez Fernández, Jorge, La mediación en los tribunales de familia, Editorial Jurídica La Ley, Santiago de
Chile, 2006, p. 25.
2
Ibídem.
3
Alliende Luco, Leonor. El Proceso de Mediación, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 2002, p. 65.
4
Bouché Peris, J. Henri. Mediación y Orientación Familiar, Editorial Dykinson, Madrid, 2004, p. 579.
5
Suares, Marinés. Seminario de Actualización, Editor Arturo Orfray Vivanco, Facultad de Derecho Universidad
Diego Portales, Santiago de Chile, 2006, p. 139.
6
Alliende Luco, Leonor. Op. Cit., p. 11.
7
Maluenda Parraguez, Rodrigo. Contratos Internacionales, Editorial Jurídica Conosur, Santiago de Chile, 1998, p.
344.
5

la mediación como un “procedimiento alternativo de resolución de conflictos, autocompositivo y


no adversarial en el cual un tercero neutral carente de poder sobre las partes, ayuda a éstas a que
en forma colaborativa y confidencial encuentren una solución a su conflicto satisfactoria para
ambas”8. Por consiguiente, un elemento principal inherente a la definición de mediación y, que
puede indicarse como la primera gran característica de ésta, es que consiste en un método de
resolución de conflictos alternativo a la clásica vía judicial 9.
Del análisis de los conceptos sobre formas negociadas de resolución de conflictos, dentro
de las que encontramos la mediación, la doctrina ha determinado algunas características de las
mismas, cuales son que las partes siempre van a poder poner fin al procedimiento, la decisión es
tomada en conjunto, y las partes perciben que se benefician con una solución que partió de ellas
mismas10. En relación con lo anterior podemos señalar además que las decisiones que se tomen
dependerán sólo de las partes en conflicto, lo cual implica que al arribar a un consenso, éstas se
van a ver beneficiadas con esta solución11. Además podemos agregar que la mediación es
confidencial, por lo tanto lo que las partes expresen en las sesiones que se lleven a cabo, no podrá
ser revelado por la contraparte ni por el mediador, a menos que cuente con la autorización
expresa del emisor. Por lo demás, la mediación tiene el acento puesto en el futuro de las partes en
conflicto, busca que éstas puedan relacionarse en forma normal después de concluido o
solucionado el problema que los aquejaba. Adicionalmente los costos en dinero y emocionales
son menores que si se entabla una acción judicial, fuera de la enorme duración de un litigio ante
tribunales que en la mediación no es tal. Por último se establece que la estructura de este sistema
es sencilla y flexible, lo cual hace que las partes entiendan de mejor manera lo que ocurre y las
posibilidades que tienen frente a sus acciones dentro del procedimiento12.
A partir de las características expuestas, las principales ventajas de estos sistemas que se
señalan en la doctrina son: la participación activa de las partes para encontrar una solución al
conflicto, las relaciones entre las partes se conservan una vez resuelto el conflicto, que es un
sistema que ofrece mayor rapidez que los litigios judiciales, y que los costos que debe solventar
las partes son menores13. Otros beneficios de este sistema son: que los costos emocionales que
van aparejados al conflicto son menores a los de un juicio ante un juez, se logra una visión
integral del conflicto por el mediador y se cuenta también con la confidencialidad de lo
discutido14. Una ventaja que se destaca de este procedimiento alude a que, en definitiva, la toma
de decisiones siempre va a quedar radicada en las partes del conflicto, llegando a una solución

8
Gómez Barboza, Paulina. “La Mediación, una forma alternativa de resolución de conflictos de naturaleza, esencia,
características, estructura, ventajas y desventajas frente a la solución judicial” en Revista de Derecho de la
Universidad Católica de Valparaíso, vol. XX, 1999, p. 385.
9
Suares, Marinés. Op. Cit., p. 137.
10
Henríquez Fernández, Jorge. Op. Cit., p.26.
11
Ruiz Guridi, Lorena. “La Mediación” en Revista de Derecho Universidad Católica de la Santísima Concepción,
Nº 11, 2003, p. 154.
12
Gómez Barboza, Paulina. Op. Cit., pp. 388 y 389.
13
Henríquez Fernández, Jorge. Op. Cit., p.27.
14
Gómez Barboza, Paulina. Op. Cit., p. 392.
6

que integra los intereses de éstas15. Como se señalaba anteriormente, la flexibilidad de la


mediación, y el hecho de que el proceso esté libre de formalismos, favorece la conducción de los
conflictos, lo que evidencia otros beneficios de la mediación16.
Si hacemos un análisis más profundo de las ventajas que se presentan al establecer la
mediación como una alternativa en la resolución de conflictos, nos encontramos con que las
partes van internalizando la vía de autogestionar sus conflictos. Además no se relaciona un
problema de orden legal con una confrontación en que la contraparte se convierte en el
adversario, al cual hay que derrotar, todo lo cual se transforma, a largo plazo, en una contribución
a la paz social17. Otro punto importante que debemos destacar de la mediación es que favorece
que los derechos de las partes sean ejercidos en forma igualitaria, lo cual se refleja en que las
personas que tienen un conflicto deben internalizar que son iguales la una a la otra, siendo incluso
una de las tareas del mediador mantener ese equilibrio de poderes18. Una ventaja que me parece
fundamental en estos sistemas es que las partes no se sienten intimidadas por un esquema rígido,
que desconocen y conformado por una serie de pasos obligatorios, como lo que ocurre con el
poder público.
Los métodos alternativos de solución de conflictos ofrecen una opción más amigable, en
que las partes son iguales y en que quien conduce el proceso es una persona que se sienta con
ellas en una misma mesa. Esto en contraposición de los juicios en que, incluso la distribución de
la sala y de los puestos de cada interviniente denotan una posición, siendo el juez un elemento
superior que se presenta como lejano, duro y rígido, y que a pesar de esa impersonalidad de la
relación es quien finalmente va a decidir el caso. El ciudadano común, al enfrentarse a esta
realidad se debe sentir intimidado y cohibido, pudiendo incluso guardar silencio sobre ciertas
informaciones que pueden ser vitales en la resolución de la controversia. Estos sentimientos, a mi
entender, se ven potenciados si agregamos el posible desequilibrio entre las partes, en que puede
existir dependencia económica o una relación de subordinación entre ellas. Todo lo anterior se ve
notablemente disminuido en la mediación, pudiendo las partes incluso entrevistarse privadamente
con el mediador, lo que genera una mayor cercanía y confianza con quien, más que imponer una
solución en base a lo que establece la ley guiada por estereotipos, busca entender la complejidad
y heterogeneidad de cada posición y del conflicto en general19.
En base a las ventajas que se han señalado en los párrafos anteriores, la mediación como
método de resolución de conflictos es recomendado por la doctrina principalmente por tres
razones: en primer lugar porque el mediador busca mejorar la capacidad de comunicación entre
las partes; en segundo lugar porque se logra una comunicación informal y, finalmente, porque se
fomenta tanto la honestidad como la revelación de hechos importantes para las partes20. Además,

15
Ruiz Guridi, Lorena. Op. Cit., p.152.
16
Ídem., p. 154.
17
Gómez Barboza, Paulina. Op. Cit., p. 391.
18
Ídem, p. 392.
19
Gómez Barboza, Paulina. Op. Cit., p. 380.
20
Duffy, Karen Grover. La Mediación y sus Contextos de Aplicación, Editorial Paidós, Barcelona, 1996, p. 130.
7

por el hecho de que el mediador se mantenga neutral respecto al resultado e imparcial entre las
partes, la mediación produce mayor satisfacción que otros métodos de resolución de conflictos21.
Teniendo presente lo anterior podemos establecer que los objetivos principales de la mediación
son dos: que se produzca el restablecimiento de la comunicación entre las partes en conflicto para
lograr la colaboración de éstas en la búsqueda de soluciones que sean satisfactorias y, en segundo
lugar, la revalorización y aceptación de los intereses de la contraparte - o como lo denomina
Gómez Barboza el “colaborador” - en base al respeto y tolerancia mutuas22.
Ahora bien, cabe destacar que el surgimiento de la mediación no estuvo exento de
conflictos. Los propios colegios de abogados se manifestaron en contra de este sistema
alternativo de resolución de conflictos23.
Siguiendo la línea anterior, hay ciertas desventajas o precauciones que debieran tomarse
con respecto a la mediación, las cuales la doctrina ha estimado necesarias: no hay que caer en el
exceso de aplicación de este sistema, no hay que descuidar la administración de justicia ni
tampoco fomentar la desconfianza en las soluciones de los tribunales de justicia24. Además de lo
anterior pueden existir riesgos de presiones, chantajes, amenazas a una de las partes o falta de
preparación de las personas que están a cargo de estos procedimientos25.
Adicionalmente debe velarse siempre por que los mediadores cumplan con los requisitos
de imparcialidad y neutralidad frente al conflicto y las partes de éste, la objetividad debiera ser el
principio rector de este sistema26. A mayor abundamiento, es necesario ser cautelosos con las
expectativas puestas en este procedimiento alternativo, puesto que la mediación no puede
convertirse en una solución infalible para cualquier clase de conflicto. Existen temas o materias
legales que no pueden ser remediados por este procedimiento no confrontacional27. Otra de las
precauciones que debe tomarse en cuenta al instaurar un sistema como la mediación es que los
mediadores cuenten con una adecuada preparación técnica y ética o que sean adecuadamente
fiscalizados o controlados en el desempeño de sus labores por un ente con tales funciones28.
Finalmente, para lograr que la mediación sea un sistema íntegro, deben establecerse
ciertos principios que la informen y que sirvan de guía ante dudas generadas por un conflicto de
normas, lagunas legales o falta de claridad de las disposiciones que rijan este procedimiento. La
doctrina se ha ocupado extensamente de este tema, por lo que en este estudio se nombrarán
someramente algunos principios, dentro de los que podemos nombrar el consenso de las
decisiones tomadas, voluntariedad, neutralidad y confidencialidad29.

21
Bouché Perris, J. Henri. Op. Cit., p. 571.
22
Gómez Barboza, Paulina. Op. Cit., p. 386.
23
Bouché Peris, J. Henri. Op. Cit., p. 579.
24
Henríquez Fernández, Jorge. Op. Cit., p.28.
25
Arias Londoño, Melba. La Conciliación en el Derecho de Familia, Editorial Legis, Bogotá, 2002, p. 105.
26
Ruiz Guridi, Lorena. Op. Cit., p.153.
27
Gómez Barboza, Paulina. Op. Cit., p. 392.
28
Ídem. Op. Cit., p. 393.
29
Suares, Marinés. Op. Cit., p. 140-142.
8

Al tener como requisito el consenso, es frecuente que los acuerdos a los que se llegan por
las partes en los procesos de mediación sean cumplidos en un alto porcentaje30. En lo referente a
la voluntariedad, hay que diferenciar el paso por una mediación obligatoria establecida por ley,
del hecho de poder forzar mediaciones. El que se establezca que las partes deben someterse a una
etapa de mediación previa, no implica que éstas se vean forzadas a llegar a un acuerdo en esta
etapa, puesto que si las partes en conflicto no llegan a un acuerdo, podrán tener acceso a un
juicio31. El tema de la neutralidad va a implicar que el mediador no puede preferir una parte por
sobre la otra32. Por último, la confidencialidad conlleva el secreto absoluto, el mediador no puede
transmitir la información recopilada al juez como sí ocurre en el caso de los consejeros
familiares, los que deben hacer llegar la información para la resolución del caso en sede
judicial33.

2.- La mediación en el derecho comparado.

Con respecto a la mediación en el derecho comparado, podemos indicar que es un sistema


de gran aceptación. Se ha implementado exitosamente en países como Estados Unidos, Canadá,
Argentina34, España, Alemania, Francia, Inglaterra e Italia35 en materias familiares y comerciales
principalmente, dando como resultado que el tiempo de duración de la mediación es menor que el
de un procedimiento judicial. Además, el grado de satisfacción de las partes con el procedimiento
y los acuerdos es mayor que con las decisiones de los tribunales. Se destaca el caso de Estados
Unidos, debido a la temprana implementación de resolución alternativa de controversias
familiares desde la década del 6036.
En España, uno de los estados precursores en materia de resolución alternativa de disputas
es Nuevo León, en cuya Constitución se ha consagrado el derecho de las personas a solucionar
sus conflictos por medios alternativos en su artículo 16 inciso quinto37. En este país europeo, ya
desde 1983, se creó un sistema de equipos psicosociales en los juzgados de familia como asesores

30
Suares, Marinés. Op. Cit., p. 141.
31
Ibídem.
32
Ídem., p. 142.
33
Ídem., p. 143.
34
Alliende Luco, Leonor. Op. Cit., p. 16.
35
Palao Moreno, Guillerrno. “¿Hacia una armonización de la mediación familiar en Europa?”, en Revista Crea, Nº 2,
2001, p. 135.
36
Ibídem.
37
Artículo 16. “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los
plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial, y bajo los
principios de seguridad jurídica, de la búsqueda de la verdad y de la transparencia, a través de los medios y en los
términos que establezca la Ley. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas
judiciales.
Las leyes establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia de los tribunales y la plena
ejecución de sus resoluciones.
Nadie puede ser aprisionado por deudas de carácter puramente civil.
Toda persona en el Estado tiene derecho a resolver sus diferencias mediante métodos alternos para la solución de
conflictos, en la forma y términos establecidos por la Ley”.
Disponible en http://www.constituciondf.org.mx/files/const_rep/nl.pdf.
9

de los jueces38. Posteriormente, en el año 2001 se aprobó en Cataluña la Ley de Mediación


Familiar que contempla la posibilidad de mediación voluntaria para evitar que se inicien
procedimientos familiares en los juzgados de familia o finalizar los ya iniciados39. Este punto
evidencia la importancia que se le ha dado a la mediación en España.
Uno de los países latinoamericanos que ha sido pionero en la implementación de la
mediación es Argentina. Este país ha establecido la mediación como prejudicial obligatoria en los
asuntos familiares, así como también anexa con los Tribunales Civiles y Comerciales desde hace
ya más de 10 años40. Ya en 1995 se proclamó la Ley 24.573 que establece la mediación
prejudicial obligatoria a todo juicio41, sin embargo, se nombran una serie de materias que no son
mediables en el artículo 2 de tal cuerpo legal42. Dentro de los temas que en que no es obligatoria
la mediación, destacan causas penales, nulidad de matrimonio, divorcios, quiebras y hábeas
corpus, entre otros43.
Por su parte, México ha establecido centros de mediación municipales en ciertas entidades
federativas como Distrito Federal, Estado de México, Nuevo León, Oaxaca, Puebla y Chiapas, y
las materias que más se presentan en tales establecimientos son familiares, vecinales, laborales y
civiles.44
Volviendo al caso de Europa, cabe destacar que la mediación ha tenido una importante
acogida como forma de resolución de conflictos, particularmente en el ámbito familiar45, esto se
ha reflejado en que ya numerosos estados miembros de la Comunidad Europea cuentan con

38
Villanueva Rey, Nuvia. “El patchwork de una mediadora”, en Revista Crea, Nº 3, 2002, p. 200.
39
Ídem., p.201.
40
Stella Álvarez, Gladys. “Hacia un Cambio de Paradigma Cultural en Resolución Alternativa de Disputas. El
Modelo de la Mediación Prejudicial Obligatoria, Anexa o Conectada con Tribunales Civiles y Comerciales en
Argentina”, en Vargas Vivancos, Juan Enrique. Arbitraje y Mediación en las Américas, Centro de Estudios de
Justicia de las Américas, Santiago de Chile, 2003, p.32.
41
Ley 24.573 Art.1. “Institúyese con carácter obligatorio la mediación previa a todo juicio, la que se regirá por las
disposiciones de la presente Ley. Este procedimiento promoverá la comunicación directa entre las partes para la
solución extrajudicial de la controversia.
Las partes quedarán exentas del cumplimiento de este trámite si acreditaren que antes del inicio de la causa, existió
mediación ante mediadores registrados por el Ministerio de Justicia.” Disponible en
http://www.portaldeabogados.com.ar/codigos/24573.htm
42
Ley 24.573 Art.2. “El procedimiento de la mediación obligatoria no será de aplicación en los siguientes supuestos:
1. Causas penales.
2. Acciones de separación personal y divorcio, nulidad de matrimonio, filiación y patria potestad, con excepción de
las cuestiones patrimoniales derivadas de éstas. El juez deberá dividir los procesos, derivando la parte patrimonial al
mediador.
3. Procesos de declaración de incapacidad y de rehabilitación.
4. Causas en que el Estado Nacional o sus entidades descentralizadas sean parte.
5. Amparo, hábeas corpus e interdictos.
6. Medidas cautelares hasta que se decidan las mismas, agotándose respecto de ellas las instancias recursivas
ordinarias, continuando luego el trámite de la mediación.
7. Diligencias preliminares y prueba anticipada.
8. Juicios sucesorios y voluntarios.
9. Concursos preventivos y quiebras.
10. Causas que tramiten ante la Justicia Nacional del Trabajo.”
Art.3. “En el caso de los juicios de desalojo, el presente régimen de mediación será optativo para el reclamante,
debiendo en dicho supuesto el requerido ocurrir a tal instancia.”
http://www.portalbioceanico.com/re_legnac_soceind_mediacion_ley24573_docs02.htm, 02 octubre 2009.
44
Pérez Sauceda, José Benito. “La Situación Actual de la Mediación en México”, en Vargas Vivancos, Juan Enrique.
Arbitraje y Mediación en las Américas, Centro de Estudios de Justicia de las Américas, Santiago de Chile, 2003, pp.
320 y 321.
45
Ibídem.
10

normativa referente a la mediación y tantos otros países se encuentran en proceso de elaboración


de sus propios marcos normativos46.
Un elemento interesante que se ha desarrollado en la Comunidad Europea es la
recomendación de una posible regulación marco de la mediación para los países miembros de
esta entidad47. El Consejo de Europa realizó una declaración respecto de la reglamentación de la
mediación, en particular de la mediación familiar, en la Recomendación No. R (98) 1 sobre
Mediación Familiar que fue adoptado por el Comité de Ministros en Enero del año 199848. En
este documento se realizan ciertas recomendaciones, de carácter facultativo para los estados
miembros, que podemos resumir en las siguientes:
i) un sistema de resolución de conflictos –familiares– no adversarial
complementario, el cual implicaría la reducción de costos tanto emocionales como económicos
aparejados a las resoluciones jurisdiccionales;
ii) el establecimiento de principios rectores de este mecanismo, dentro de los
cuales se establece la voluntariedad, imparcialidad, neutralidad frente al resultado, privacidad,
confidencialidad, prioridad del interés de los menores, etc.;
iii) necesidad de determinar los procesos de selección y formación de los
mediadores;
iv) por último, se señala la posibilidad de que las partes puedan elegir el país
donde realizar este procedimiento y el reconocimiento de decisiones extranjeras en materias
como custodia y visitas de menores49.
En Sudamérica, Brasil ya ha implementado la mediación desde hace más de una década50.
Nicaragua, por su parte, instauró este método como un requisito de procedimiento previo a la
admisión de ciertas demandas en sede judicial desde 199851. En Venezuela por su parte, se ha
instaurado la conciliación en el área familiar52.
Sin perjuicio de lo anterior, se ha instituido la mediación en otras áreas del derecho y en
diversas materias, dentro de las cuales podemos nombrar principalmente el derecho comercial,
daños patrimoniales y temas laborales53. Adicionalmente se plantea la posibilidad de mediar en
temas contencioso-administrativos54, en problemas de índole comunitaria (vecindarios)55, en
interpretación de tratados internacionales56, en conflictos medioambientales, penales y respecto
de dificultades de los consumidores57.

46
Pérez Sauceda, José Benito. Op. Cit., p. 136.
47
Ibídem.
48
Ibídem.
49
Ídem., p. 137.
50
Suares, Marinés. Op. Cit., p. 144.
51
Ídem., p. 356.
52
Arias Londoño, Melba. Op. Cit., p. 413.
53
Alliende Luco, Leonor. Op. Cit., p. 47 y ss.
54
Arias Londoño, Melba. Op. Cit., p. 411.
55
Suares, Marinés. Op. Cit., p. 137 y ss.
56
Bouché Peris, J. Henri. Op. Cit., p. 579.
57
Duffy, Karen Grover. Op. Cit., p. 325 y ss.
11

3.- La función de la mediación en el proceso

Como ya se ha señalado anteriormente existe una clasificación clásica de las formas de


resolución de controversias: la autodefensa, la autotulea y la heterocomposición. La autotutela
implica fundamentalmente hacerse justicia de propia mano, concepto que lleva necesariamente
aparejado un componente violento, y que no es otra cosa que una reacción al conflicto mismo sin
proporcionar ninguna solución a éste58. La autotutela ha sido definida en doctrina como el
método en que “una de las partes impone a la otra, por su fuerza propia, la solución del litigio”59.
Otra definición de autotutela es “que consiste en que, uno de los sujetos en conflicto, sea un
individuo, sea una persona jurídica, sea una masa indeterminada, resuelven o intentan resolver el
conflicto pendiente con otro sujeto, a través de una acción directa en lugar de dirigir el
instrumento apropiado hacia un tercero para que lo dirima”60. Como estima Fairén Guillén,
implica hacerse justicia por la propia mano61. Actualmente, el Estado tiene radicada en forma
exclusiva la función jurisdiccional, por lo que tiene la responsabilidad y el deber de solucionar
conflictos, ya sea por iniciativa de una de las partes involucradas o en caso de controversias de
trascendencia social por iniciativa propia, por lo que claro está que ha quedado prohibida la
autotutela62. Una tercera definición es que “consiste en la imposición de la pretensión propia en
perjuicio del interés ajeno”.63 Dentro de las características de esta forma de resolución de
controversias es la inexistencia de un tercero o de un juez que es distinto a las partes, además
existe una imposición de carácter coactiva de la solución por una de las partes a la otra sin
importar que se haya arribado a esa solución sin un procedimiento anteriormente establecido64.
Para Ovalle Favela, tal como para otros autores, la autotutela tiene dos grandes particularidades:
en primer término destaca la ausencia de un tercero ajeno a las partes y, en segundo lugar, la
imposición de la decisión por una de ellas a la otra”65.
En el caso de la autocomposición o autodefensa nos encontramos con un sistema que
efectivamente intenta resolver el conflicto que se ha suscitado entre las partes, las cuales llegan a
un acuerdo directamente y en forma pacífica. Como señala Paulina Gómez Barboza, la
autocomposición “consiste en la subordinación recíproca o unilateral del interés propio al del otro
como forma de poner fin a un litigio ya iniciado”66. La autocomposición responde a una
evolución de la resolución de controversias, es un método más civilizado que el anterior67.
Consiste en que “ambas partes mediante acuerdo mutuo, bien una de ella por sacrificio o
58
Gómez Barboza, Paulina. Op. Cit., pp. 380 y 381.
59
Gimeno Sendra, José Vicente. Fundamentos del Derecho Procesal: jurisdicción, acción y proceso. Editorial
Civitas, Madrid, 1981, p. 22.
60
Fairén Guillén, Víctor. Doctrina General del Derecho Procesal. Hacia una Teoría y Ley Procesal Generales.
Librería Bosch, Barcelona, 1990, p. 19.
61
Ibídem.
62
Ovalle Favela, Jorge. Teoría general del Proceso, Editorial Oxford, México D.F., 2001, p. 8.
63
Ibídem.
64
Gimeno Sendra, José Vicente. Op. Cit., p. 22.
65
Ovalle Favela, Jorge. Op. Cit., p. 8.
66
Ídem, p. 381.
67
Fairén Guillén, Víctor. Op. Cit., p. 23.
12

resignación, deciden poner fin al litigio planteado”68. También es concebido como “un medio de
solución parcial, porque proviene de una o de ambas partes en conflicto”69. Podemos definir este
método alternativo de resolución de controversias como “arreglo pacífico del conflicto, por
medio de un acuerdo, expreso o tácito, de los interesados en él, sin acudir a una tercera persona o
entidad que lo dirima70. Lo que caracteriza a la autocomposición es que son las propias partes las
que encuentran la solución del conflicto, la cual se logra por acuerdo de voluntades, puede
aparecer en algunos casos un tercero que deberá acercar a las partes, además la solución obtenida
no se puede imponer a las partes71. La autocomposición puede clasificarse en unilateral, en caso
de que la solución provenga de una de las partes, y bilateral, en caso de que sean ambas partes las
que arriban al resultado72.
Por último, se encuentra la heterocomposición o proceso judicial, en el cual se someten
las controversias a un tercero imparcial con poder de imperio73. También es concebida como “la
solución al conflicto es calificada de imparcial porque no va a ser dada por las partes, sino por un
tercero ajeno al litigio, un tercero sin interés propio en la controversia”74. En este método de
resolución es un tercero, ante quien las partes han concurrido previamente, el que está compelido
a dictaminar una solución que es obligatoria para las partes; este tercero que dirime el conflicto es
imparcial, esto debido a que goza de una autoridad especial y por tener independencia
institucional75. En la heterocomposición sólo es necesario que uno de los interesados decida
someter la controversia a la decisión de este tercero con poder de imperio para que, por la fuerza
de la ley, la contraparte queda sujeta al proceso, por lo demás deberán acatar lo que dictamine
este órgano”76. Dentro de este método encontramos tanto el proceso judicial como el arbitraje.
Sin perjuicio de lo anterior, es importante destacar que Ovalle Favela tiene una visión particular
sobre este punto, pues clasifica a la mediación dentro de los métodos heterocompositivos77. En
mi opinión esto no es correcto, puesto que de acuerdo con el concepto que el propio autor nos da,
en la heterocomposición la solución a la controversia la da el tercero ajeno al conflicto, mientras
que en el caso de la mediación el tercero debe en primer lugar acercar a las partes para lograr que
dialoguen y una vez que existe comunicación entre ellas proponer ciertos arreglos, pero es clave
que la solución siempre es tomada exclusivamente por las partes.
La doctrina procesal ha estudiado durante mucho tiempo los distintos medios de solución
de los conflictos intersubjetivos y, especialmente, el proceso. Con respecto al proceso se han
desarrollado distintos conceptos, escrito teorías -privatistas y publicistas o procesalistas- sobre su
naturaleza jurídica, así como sobre su función, se han establecido ciertos objetivos, los principios

68
Gimeno Sendra, José Vicente. Op. Cit., p. 22.
69
Ovalle Favela, Jorge. Op. Cit., p. 14.
70
Fairén Guillén, Víctor. Op. Cit., p. 20.
71
Gimeno Sendra, José Vicente. Op. Cit., pp. 14 y 15.
72
Ovalle Favela, Jorge. Op. Cit., p. 14.
73
Henríquez Fernández, Jorge. Op. Cit., p. 23.
74
Ovalle Favela, Jorge. Op. Cit., p. 23.
75
Gimeno Sendra, José Vicente. Op. Cit., pp. 24 y 25.
76
Ovalle Favela, Jorge. Op. Cit., p. 30.
77
Ídem., p. 15.
13

que lo informan, las distintas clases de procesos y sus estructuras, entre otras cosas. Tales temas
no serán analizados en este estudio, por la extensión que se requeriría y puesto que es un área
tangencial de este análisis.
Pasando a otro tema, hay un punto que resulta importante y consiste en la determinación
de los conceptos que se barajan en la doctrina y los principales objetivos que se buscan en el
proceso, para así establecer ciertas semejanzas y diferencias con la mediación como modelo
alternativo de resolución de controversias.
Con respecto a los distintos conceptos que la doctrina procesalista ha confeccionado
podemos nombrar, por ejemplo el de Correa Selamé quien señala que el proceso “es el
instrumento que proporciona el Estado a los particulares, destinado a satisfacer pretensiones
procesales y que se desarrolla a través de una serie de actos jurídicos de carácter procesal que se
desenvuelven concertada y sucesivamente en el tiempo, culminando con la decisión del juez que
dirime el correspondiente conflicto de interés”78.
Rodríguez Garcés por su parte hace una alusión en un primer momento al concepto de
proceso desde el punto de vista del lenguaje llano, y no desde un prisma jurídico; señala que el
vocablo proceso está relacionado con una actividad, con movimiento y el cumplimiento de algún
objetivo79. En el mismo sentido ha sido descrita esta palabra por el diccionario de la Real
Academia Española, se le otorga el significado de “acción de ir hacia adelante” y “conjunto de las
fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial”80. Ahora desde una arista
más jurídica, Rodríguez Garcés lo define como el “instrumento de trabajo del juez; y es, a la vez,
como complemento necesario de la actividad de éste, instrumento de ejercicio del derecho de
defensa en juicio a disposición de los litigantes. La actividad de ambos se conjuga y
complementa en el proceso”81. Ovalle Favela por su parte nos indica que en caso de que el
“tercero ajeno que decide el conflicto es un órgano jurisdiccional del estado, un juzgador, con
facultades no solo para emitir una resolución obligatoria para las partes, sino también para
imponerla por si mismo en forma coactiva, estaremos frente al proceso”82. Para Couture el
proceso es “el cúmulo de actos de la conducta jurídica, un medio idóneo para dirimir
imparcialmente, por acto de juicio de la autoridad, un conflicto de intereses con relevancia
jurídica”83.
Ahora bien, con respecto a las finalidades del proceso, la doctrina ha establecido dos
grandes puntos: en primer lugar es un medio para lograr un fin, vale decir, un instrumento y, en
segundo lugar, tiene como finalidad la solución de conflictos jurídicos84.

78
Correa Selamé, Jorge. Curso de Derecho Procesal, Ediciones Jurídicas de Santiago, Santiago de Chile, 2005, p. 9.
79
Rodríguez Garcés, Sergio. Derecho Procesal Funcional. Proceso Judicial y Disposiciones Comunes a todo
Procedimiento Tomo I, Ediciones Vitacura Limitada, Santiago de Chile, 1993, p. 33.
80
Concepto extraído del sitio www.rae.es.
81
Rodríguez Garcés, Sergio. Op. Cit., p. 44.
82
Ovalle Favela, Jorge. Op. Cit., p. 29
83
Couture, Eduardo J. Fundamentos del Derecho Procesal Civil, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1990, p. 10.
84
Correa Selamé, Jorge. Op. Cit., p. 21.
14

De acuerdo con los objetivos establecidos para el proceso, podemos concluir que a través
de la mediación se pueden obtener los mismos resultados, logrando que sean las propias partes
las que busquen soluciones y decidan cuál es la mejor para ambas; para mayor abundancia hay
que destacar que por el hecho de que no se les impone coactivamente una respuesta al conflicto,
las partes quedan más satisfechas con la decisión. Es importante destacar que en la mediación
también existen ciertos pasos o un procedimiento que debe seguirse, al igual que en cualquier
proceso judicial, solo que en este método alternativo no es tan rígida la estructura. Una de las
ventajas que presenta la mediación es que puede lograr importantes descongestiones de los
tribunales en materias como familia, por ejemplo. Como consecuencia de todo lo señalado a
favor de la mediación tenemos que las partes que estaban en conflicto no sólo logran una mejor
relación hacia el futuro, sino que además hay un mayor respeto por el acuerdo logrado. Como
podemos ver, la resolución de conflictos a través de la mediación no sólo se puede llegar
igualmente a una solución de la controversia, sino que incluso podemos establecer que debiera
ser deseable su aplicación.

II.- La mediación en Chile

1.- La mediación en leyes especiales

La mediación ha sido incorporada en nuestro país como herramienta de resolución de


conflictos no sólo en el derecho de familia, sino que igualmente en el área de la salud. Es así es
como la ley 19.966, publicada el 3 de septiembre de 2004 y que entró en vigor el 4 de marzo del
año 2005, establece la mediación como un procedimiento obligatorio previo al inicio de una
acción judicial civil en caso de reclamaciones por prestaciones de salud, tanto en el ámbito
público como en el privado85. Esto se traduce en que si se quiere presentar una acción judicial
civil para reclamar reparación de los daños ocasionados por el otorgamiento de prestaciones de
carácter asistencial, previamente se debe someter la reclamación a una mediación ante el Consejo
de Defensa del Estado, en caso de ser una prestación del sistema público, o ante la
Superintendencia de Salud, en caso de ser una prestación otorgada en el sistema privado86.
Si se somete a mediación una reclamación por servicios de salud prestados en el sector
público, el Consejo de Defensa del Estado podrá designar como mediador a uno de sus
funcionarios, a otro en comisión de servicio o a un profesional que reúna ciertos requisitos
descritos en la misma ley87, específicamente en el artículo 5488. El mediador deberá ser imparcial,

85
Díaz de Valdés L., Marcelo; Siebel B., Claudia; San Martín Z., Ernesto. Manual de Mediación por Reclamos en el
Sistema Privado de Salud 2007, Editorial Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2007, p. 5.
86
Artículo 43 Ley 19.966, disponible en www.bcn.cl, 15 octubre de 2009.
87
Artículo 43 inciso 1, Ley 19.966.
88
Artículo 54 Ley 19.966 Para ser inscrito en el Registro de Mediadores, se requiere poseer título profesional de una
carrera de a lo menos diez semestres de duración, otorgado por una institución de educación superior del Estado o
15

pudiendo las partes solicitar la inhabilidad de éste y el nombramiento de otra persona al Consejo
de Defensa del Estado, quien resolverá en una única audiencia, a más tardar dentro de tercer día
hábil. Si alguna de las partes no se conformara con la decisión, se entenderá fracasado el
procedimiento y se levantará un acta; todo lo anterior regulado en el artículo 50 de la ley en
comento.
Por su parte, al presentar un reclamo por servicios asistenciales prestados en el sector
privado, el procedimiento de mediación se realizará ante mediadores acreditados por la
Superintendencia de Salud, el que será designado por las partes de común acuerdo. El mediador
es designado de la siguiente forma: el reclamante en su formulario de solicitud de reclamación
debe presentar una lista de cinco posibles mediadores en orden de preferencia, posteriormente es
notificado el prestador de salud o la institución privada indicándosele la lista de mediadores
presentada por el reclamante y dispone de tres días para proponer cambios89. Si no se logra
acuerdo en este punto, la mediación se entenderá fracasada. Además el procedimiento de
mediación será de cargo de las partes, reclamante y prestador de servicios asistenciales privado.
En el procedimiento, tanto ante el Consejo de Defensa del Estado como ante la
Superintendencia de Salud, el reclamante debe presentar su reclamo con su individualización
completa y la de su representante, el motivo del reclamo y, en lo posible, las peticiones concretas
en contra del prestador reclamado, acompañando todos los antecedentes que estime
conveniente90. Posteriormente se notifica a la persona o institución contra la cual se presentó el
reclamo de la posibilidad de someter este conflicto a un proceso de mediación, frente a lo cual
éste podrá aceptar o negarse a someterse a tal sistema91.
En caso de que no se acepte se expide un certificado por la institución a cargo de la
mediación, Superintendencia de Salud o Consejo de Defensa del Estado, indicando que se dio
cumplimiento a lo dispuesto en la Ley 19.966, para que así el reclamante pueda iniciar las
acciones judiciales correspondientes92.
Si se acepta la posibilidad de someter el conflicto a mediación, se deberá citar a las partes
a una primera audiencia. Si no comparece alguna de las partes, éstas serán citadas nuevamente.
En caso que tampoco comparezcan después de la segunda citación, se tendrá por fracasada la
mediación, lo anterior si dentro de tercero día no acompañan antecedentes verosímiles que
justifiquen su no comparecencia. En este caso, se citará por tercera y última vez a las partes, para
una primera audiencia. Se procederá de la misma forma para las audiencias posteriores.
Establece la ley en comento que el plazo para el procedimiento de mediación es de
sesenta días corridos, los que se computan desde el tercer día de la primera citación al reclamado,

reconocida por éste, cinco años de experiencia laboral y no haber sido condenado ni haber sido objeto de una
formalización de investigación criminal, en su caso, por delito que merezca pena aflictiva.
La Superintendencia de Salud establecerá los aranceles que corresponda pagar por la mediación, en el caso del inciso
segundo del artículo 43.
89
Díaz de Valdés L., Marcelo; Siebel B., Claudia; San Martín Z., Ernesto. Op. Cit., pp.28-29.
90
Artículo 44 Ley 19.966.
91
Díaz de Valdés L., Marcelo; Siebel B., Claudia; San Martín Z., Ernesto. Op. Cit., pp. 28-29.
92
Ídem., p. 29.
16

plazo que podrá ser prorrogado hasta enterar ciento veinte días, como máximo93. Si dentro del
plazo establecido no se llegara a acuerdo, se entenderá fracasado el procedimiento, levantándose
un acta que deberán firmar ambas partes. Es importante señalar que este artículo establece que
durante el plazo que dure la mediación, se suspenderá el término de prescripción de las acciones
civiles y criminales a que hubiera lugar. Todo lo anterior está establecido en el artículo 45 de esta
ley.
Señala el artículo 46 de la Ley 19.966 que en cualquier momento de la mediación, las
partes podrán expresar su voluntad de no continuar con ésta, frente a lo cual se deberá extender
un acta que firmar tanto las partes como el mediador.
Indica el artículo 49 del mismo cuerpo legal que “el mediador deberá ayudar a las partes a
llegar por sí mismas a la solución de su controversia, sin perjuicio de proponer bases para un
acuerdo, en caso de ser necesario”. El mediador podrá llevar a cabo la cantidad de audiencias que
considere necesarias dentro del plazo reglamentado, para poder lograr un acuerdo entre las partes.
El mediador, en el caso de un reclamo por una prestación asistencial otorgada en el sector
público, debe cumplir con el principio de probidad administrativa, esto por indicación expresa de
la ley en su artículo 50.
La mediación puede entonces concluir por decisión voluntaria de cualquiera de las partes,
por falta de comparecencia de las partes a las audiencias, por expiración del plazo otorgado para
llevar a cabo el procedimiento o por lograr un acuerdo entre las partes94.
Establece el artículo 53 que en caso de llegar a acuerdo, se levantará un acta que debe ser
firmada por las partes y el mediador, en la que se describirán los términos del acuerdo, las
obligaciones que asume cada una de las partes y la expresa renuncia del reclamante a todas las
acciones judiciales correspondientes. Continúa tal precepto indicando que el acta tendrá los
efectos de un contrato de transacción.
Una salvedad que se produce en el caso de prestadores institucionales públicos, es que los
contratos de transacción deberán ser aprobados por el Consejo de Defensa del Estado cuando se
trate de sumas superiores a mil unidades de fomento y, en caso de contratos de transacción que
establecen sumas superiores a tres mil unidades de fomento, deberán ser aprobados por
resolución del Ministerio de Hacienda según señala el artículo 53.
Si por el contrario, la mediación termina sin lograrse un acuerdo entre las partes, el
mediador levanta un acta en la que conste el término y la causal por la cual concluye, la que
deberá firmar él y las partes95.
Si se ha llegado sólo a un acuerdo parcial, pueden presentarse las acciones
correspondientes ante los Tribunales Civiles, los puntos pendientes presentando el acta de
acuerdo96.

93
Artículo 45 Ley 19.966.
94
Díaz de Valdés L., Marcelo; Siebel B., Claudia; San Martín Z., Ernesto. Op. Cit., p. 31.
95
Ibídem.
96
Ídem., p. 32.
17

2.- La mediación ante los Tribunales de Familia

a) Mediación en materia de Derecho de Familia

La aplicación de sistemas de resolución de conflictos de naturaleza no adversarial a


materias de familia es absolutamente deseable de acuerdo con lo que ha planteado la doctrina, la
cual ha destacado las ventajas que presenta este tipo de procedimientos.
Dentro de los beneficios que la doctrina rescata de la mediación en el área del derecho de
familia, podemos nombrar los siguientes: proporciona soluciones que invitan a una vida más
amena entre los familiares, los que probablemente deberán continuar relacionados en el futuro, y
se evitan confrontaciones entre parientes97. También se ha señalado que se reduce la intensidad
del conflicto familiar y que hay un cumplimiento más pacífico del acuerdo alcanzado (debido a
que es un acuerdo que las propias partes lograron), reportando un beneficio tanto para las partes
como para los menores que se ven arrastrados al conflicto. El Estado, por su parte, se beneficia al
lograr un nivel de conflictividad social menor y, además, se aliviana la carga de los tribunales de
justicia98.
Otras ventajas que han sido recogidas por la doctrina son: la posibilidad de las partes para
opinar siendo respetadas y escuchadas, el apoyo a la parte más débil que podrá ser la madre o los
hijos generalmente, evitar presiones de alguna de las partes, lograr un acuerdo que sea real
considerando las condiciones en las que viven los integrantes de la familia, y la efectiva
posibilidad de respetarlo99. Por último, se puede destacar de este sistema ayuda a fortalecer la
autoestima y la validación social de las partes, lo que adquiere especial importancia en los
sectores de escasos recursos100.
Por otra parte, se han advertido ciertos peligros y desventajas en la aplicación de sistemas
alternativos de resolución de conflictos como la mediación en el ámbito familiar. En el área de
los peligros detectados, encontramos que el mediador no cuente con la preparación adecuada para
detectar ciertas variables, sucediendo por ejemplo: que no pueda descubrir la existencia de una
situación de poder del hombre sobre la mujer, la posibilidad de la presencia de amenazas,
chantajes o presiones, el riesgo de quebrar el deber de confidencialidad101 y, en último lugar, la
presencia de dependencia afectiva o económica de la mujer102.
Otras desventajas son la posibilidad de llegar a acuerdos que sean desfavorables para la
mujer, que existan mediadores que no cumplan con el requisito de objetividad o neutralidad, la

97
Arias Londoño, Melba. Op. Cit., p. 105 y 107.
98
Palao Moreno, Guillermo. Op. Cit., p. 136.
99
Arias Londoño, Melba. Op. Cit., p. 111.
100
Turner Saelzer, Susan. “Los Tribunales de Familia”, en Ius et Praxis, Vol. 8 Nº 2, 2002, p. 437.
101
Arrué Rodríguez, Ana; Purcell Torretti, Carolina y Muñoz Gutiérrez, Carmen Gloria. “Investigación Explorativa
acerca del Proceso y Resultados de la Aplicación de la Mediación como Técnica Alternativa de Resolución de
Conflictos en el Ámbito Judicial”, en Revista Crea, Nº 2, 2001, p. 208.
102
Ídem., p. 105.
18

posibilidad que se transen derechos que no debieran negociarse y, finalmente, que se confunda la
mediación con terapia familiar103.
Dentro de las materias que de acuerdo a la doctrina pueden ser mediables encontramos:
las controversias sobre custodia y visitas de menores e incapaces, obligaciones alimenticias,
liquidaciones de sociedades patrimoniales, separación de bienes, conflictos referidos al ejercicio
de la patria potestad104 y pensiones compensatorias105.
Por su parte, no se considera adecuado someter a sistemas alternativos de resolución de
conflictos asuntos como la nulidad de los matrimonios, la adopción, el estado civil de las
personas106, violencia intrafamiliar, declaraciones de interdicción y maltrato de menores107.

b) Ley 19.968

El 3 de noviembre de 1997 el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle presentó un proyecto


de ley que modificaba la justicia de familia, creando los Tribunales de Familia en nuestro país.
Con este proyecto se pretendía establecer una jurisdicción especializada en asuntos de familia,
que recogiera todos los conflictos que se generan en esa institución y lograr una mayor eficacia y
eficiencia del ejercicio de las acciones jurisdiccionales108. Lo anterior responde a una etapa
importante de modernización de diversos procedimientos que se han planteado por los gobiernos
de la Concertación. Esta fase comenzó con la reforma procesal penal, la cual cambió
completamente el concepto de procedimiento al incluir la oralidad como característica principal,
siguió con la implantación del nuevo proceso laboral y, por último, se ha planteado una posible
reforma procesal civil. Como podemos apreciar, nuestro país se ha ido actualizando y ha tomado
los ejemplos de otros países, principalmente España, que hace varias décadas han instaurado
procedimientos similares a los que tenemos hoy en Chile.
Siguiendo con la línea anterior, desde hace ya varios años, se han destacado en el ámbito
internacional los beneficios de los sistemas alternativos de resolución de conflictos. El proyecto
original de 1997 plasmaba en forma clara la incorporación de este tipo de procedimientos a las
controversias que prácticamente sólo se resolvían en sede jurisdiccional. Cabe destacar que se
establece dentro de los objetivos específicos de la instauración de estos nuevos tribunales, el de
“proporcionar a las partes los medios necesarios para alcanzar soluciones pacificadoras que
favorezcan la armonía del grupo familiar, privilegiando las vías no controversiales, como son la
mediación y la conciliación”109. Ya en el mensaje presidencial del proyecto se establecía como

103
Arrué Rodríguez, Ana; Purcell Torretti, Carolina Y Muñoz Gutiérrez, Carmen Gloria. Op. Cit., p. 107.
104
Ídem., p.112.
105
Villanueva Rey, Nuvia. Op. Cit., p. 201.
106
Arias Londoño, Melba. Op. Cit., p.113.
107
Díez Arriagada, M. Fernanda. “La mediación como medio de solución de conflictos de familia y su
implementación en Chile”, en Revista de Derecho Universidad Mayor, Nº 4, 2005, p. 271.
108
Historia de la Ley 19.968 que crea los Tribunales de Familia, Informe Comisión de Familia Cámara de Diputados
sobre el proyecto de ley que crea los Tribunales de Familia, p. 64. Disponible en www.bcn.cl. En adelante “Historia
Ley 19.968”.
109
Ibídem.
19

objeto “instituir un procedimiento que confiera primacía a las soluciones no adversariales del
conflicto familiar” y que con dicho fin se instauraría la mediación110.
El proyecto original de la Ley 19.968, presentado en 1997, consagraba la mediación con
las siguientes características:
i) En cuanto a sus principios el proyecto partía estableciendo que las partes
involucradas en este proceso debían encontrarse en igualdad de condiciones para negociar111,
principio de suma importancia en materia de mediación. El artículo mencionaba que en caso que
el mediador detectare que alguno de los involucrados no era libre para negociar o se encontrara
en una situación de desventaja o sumisión respecto de la otra, debía procurar lograr un equilibrio
y, si ello no era posible, debía incluso suspender o dar por terminada la mediación112.
Acto seguido consagraba la voluntariedad de este procedimiento, vale decir, que las partes podían
retirarse en cualquier momento de la mediación, bastando sólo la declaración de voluntad de
alguna de ellas para que terminara esta etapa113.
Otro de los principios que se plasman en el proyecto original de 1997 es la
confidencialidad. Los mediadores debían reservarse todo lo que conocieran durante las
audiencias de mediación, protegiéndolos con el secreto profesional, salvo que en ese proceso
tomaran conocimiento de maltrato a menores o incapaces114. La doctrina ha establecido que una
de las bases de este método alternativo de resolución de conflictos es la confidencialidad115.
Un último principio que se consagraba en el proyecto original era la imparcialidad y
neutralidad en relación a las partes. Para lograr que se garantizara este punto, se habían
establecido dos situaciones en que el mediador designado podía dejar su cargo evitando que se
rompa este principio. La primera situación era que el propio mediador renuncie indicando las
causas que justificaban tal decisión116, y la segunda, en que las partes podían solicitar al tribunal
que se designara un nuevo mediador, señalando las razones y fundamentando la falta de
imparcialidad del ya designado117. Este principio se reiteraba posteriormente indicando que en
caso de que el mediador fuera cónyuge o tuviera cierto grado de parentesco con alguna de las
partes, no podría ejercer tal función para ese caso particular118. Es importante destacar que sobre
este principio descansa la confiabilidad de este método alternativo de resolución de conflictos, no
sólo en el derecho de familia, sino que en cualquier otra materia.

110
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18.
111
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, artículo 54, p. 27.
112
Ibídem.
113
Ídem., artículo 55, p. 28.
114
Ídem., artículo 56, p. 28.
115
Correa Selamé, Jorge. Procedimientos ante los Juzgados de Familia, Editorial Punto Lex, Santiago de Chile,
2006, p. 100.
116
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, art. 57, p. 28.
117
Ibídem.
118
Ídem., art. 69, p. 30.
20

Así, en materia de principios, el proyecto se mostraba de acuerdo con lo que se ha


establecido en la doctrina nacional119.
ii) En cuanto a su relación con el procedimiento se regulaba la mediación en tres
distintas situaciones. En primer lugar se establecía la mediación obligatoria prejudicial, la cual
adquiría esta característica sólo en las materias de relación directa y regular, alimentos y cuidado
personal120. Se indicaba como un requisito de procesabilidad el hecho de haber asistido
previamente a mediación, tanto en el sistema de los Tribunales de Familia, como ante mediadores
habilitados por ley121. Este punto constituye una de las características principales del proyecto
original de 1997, además de haber sido una gran novedad.
Un segundo punto era la prohibición de someter ciertos conflictos a mediación,
concretamente en las materias referidas a maltrato de menores e incapaces, adopción, acciones de
estado civil, interdicción, nulidad del matrimonio, divorcio y hechos delictivos cometidos por
menores de edad122.
Finalmente se daba la alternativa a las partes a someter sus controversias en forma voluntaria a
mediación, esto era, que en las demás materias de competencia de los Tribunales de Familia no
exceptuadas por ley, se derivaba a mediación en cualquier estado de la causa hasta antes de la
audiencia complementaria (audiencia de juicio de acuerdo al procedimiento actual)123. En este
caso podía ser el juez el que derivaba un conflicto a mediación habiendo oído a las partes o éstas
declaraban su voluntad de hacerlo124. La derivación se hacía por escrito, estableciendo la materia
del conflicto125 y una vez que el mediador recibía esta comunicación, debía fijar una audiencia
inicial de mediación126.
Es importante destacar que la obligatoriedad de la mediación en las materias señaladas
con ese requisito previo, era sólo hasta que las partes manifestaran su voluntad de no continuar
con este proceso. No era obligatorio que se lograra a un acuerdo en sede de mediación, podía
perfectamente llegar después a sede jurisdiccional y que un juez de familia dirimiera el conflicto
entre las partes. La obligación se refería solamente a que el reclamante debía asistir a la primera
audiencia de mediación127.
Otro elemento a considerar es cuáles fueron las razones que se tuvieron en cuenta para
determinar qué materias se someterían a mediación obligatoria. Se plantean dos argumentos: en
primer lugar estos temas surgen prácticamente cada vez que existe una ruptura de una pareja128.

119
Ruiz Guridi, Lorena. Op. Cit., p. 154.
120
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, art. 59, pp. 28-29.
121
Ibídem.
122
Ídem., art. 61, p. 29.
123
Ídem., art. 60, p. 29.
124
Ídem., art. 60, p. 29.
125
Ídem., art. 65, p. 30.
126
Ídem., art. 66, p. 30.
127
Ídem., art. 62, p. 29.
128
Vargas Pavez, Macarena, “Mediación Obligatoria. Algunas Razones para Justificar su Incorporación” en revista
de Derecho de la Universidad Austral de Chile, vol. XXI, 2008, p. 189.
21

En segundo lugar porque se estableció que estas materias constituían un 70% de las causas
ingresadas a los Tribunales de Menores129.
Con respecto a las razones que se tuvieron a la vista para disponer que la mediación
tendría el carácter de obligatoria, podemos señalar principalmente que fue porque en Chile no
existía una cultura de buscar soluciones alternativas o cooperativas, por lo que para dar a conocer
a los ciudadanos este nuevo sistema era necesario forzarlos a experimentarlo130. Sin embargo, a
cambio de la obligación de participar de este sistema, se brindaría este servicio en forma
gratuita131.
iii) En cuanto a sus fases hay que hacer un alcance previo respecto a la tramitación de la
mediación obligatoria, puesto que si se presentaba una demanda cuya materia requería tal trámite
previo, un funcionario calificado debía informar al recurrente acerca de la mediación y la
obligación de asistir a la primera audiencia a la que cite el mediador132. De igual forma se
procedía en caso de derivaciones a mediación de acuerdo con el artículo 62 del proyecto.
La tramitación de la mediación continuaba con la designación de la persona del
mediador133 y, posteriormente, con la citación a la primera audiencia de mediación, la cual debía
realizarse por carta certificada u otro medio de comunicación que asegurara la comparecencia de
los involucrados134. A esta primera audiencia y a las que siguieren, las partes debían concurrir
personalmente, sin perjuicio de la comparecencia de sus abogados135. Los menores que podían
verse involucrados en el conflicto, serían convocados sólo si su presencia fuera indispensable
para el desarrollo de la mediación136.
Dentro de esta primera fase de audiencias se establecía la posibilidad de las partes de
postergar las audiencias por una vez de mutuo acuerdo o sólo por una de éstas acreditando causa
justificada137. En la primera audiencia, el mediador debía informar a las partes la naturaleza y
objetivos de la mediación, su duración, etapas y el carácter voluntario de ésta138. En la fase de
celebración de audiencias, el mediador puede citar a las partes a las sesiones que estime
convenientes, pudiendo éstas asistir en forma separada o conjuntamente139.
En lo referente a la duración de las fases de la mediación, éstas no debían extenderse por
más de 60 días, contados desde que el mediador recibía los antecedentes. Este plazo podía

129
Vargas Pavez, Macarena, Op. Cit., p. 159.
130
Ibídem.
131
Ibídem.
132
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, art. 62, p. 29.
133
Ídem., art. 64, p. 29.
134
Ídem., art. 68, p.30.
135
Ibídem.
136
Ibídem.
137
Ídem., art. 71, p. 30.
138
Ídem., art. 72, p. 31.
139
Ídem., art. 73, p. 31.
22

ampliarse de mutuo acuerdo de las partes hasta por 30 días más, para lo cual se debía presentar
una constancia escrita ante el tribunal, la que debía ser firmada por las partes y el mediador140.
El proyecto original regulaba los casos en que se declaraba frustrada la mediación en su
fase de audiencias. Se planteaban tres situaciones: en primer lugar que una de las partes no
concurría a las audiencias, en segundo lugar que una de las partes declaraba su voluntad de
retirarse y, por último, que transcurrió el plazo máximo y no se hubiese llegado a acuerdo141.
La siguiente fase en el proceso de mediación era la de acuerdo, donde también hay que
hacer diferencia entre tres situaciones. En primer lugar, si alguna de las partes no concurría sin
causa justificada, habiéndose practicado dos citaciones, se entendía frustrada la mediación142. En
el caso de mediación obligatoria, si el recurrente no asistía a una audiencia, no podía proseguirse
con la demanda y si el recurrido no comparecía el mediador le otorgaba un comprobante, que era
suficiente para iniciar la vía jurisdiccional143. En segundo lugar, si se lograba un acuerdo total en
la mediación, se debía levantar un acta que las partes y el mediador leían y firmaban 144.
Posteriormente debía remitirse una copia del acta al tribunal, quien debía aprobarla, y una vez
aprobada tenía valor de sentencia ejecutoriada para todos los efectos legales145. En tercer lugar, si
se llegaba a un acuerdo parcial, sólo sobre ciertos puntos del conflicto, se seguía el mismo
procedimiento que en caso de acuerdo total, con la salvedad que la copia del acta de avenimiento
que se remitía al tribunal debía consignar en forma clara las pretensiones subsistentes146.
iv) En cuanto a los mediadores hay que señalar que el proyecto original de 1997 era
bastante escueto. Principalmente indicaba los principios que debían respetarse y qué debían hacer
en caso de que se vulneraran tales principios147.
Se hacían dos referencias breves al sistema de mediadores en el proyecto original. La
primera era respecto a la forma de designación de los mediadores para cada caso, para lo cual se
dictaría un reglamento que regularía esto148. En segundo lugar, al final del articulado referente a
la mediación, se establecía que se dictaría un reglamento que regularía el sistema nacional de
mediadores149. No se hacía ninguna referencia a qué temas contendría el reglamento, cuándo se
iba a dictar ni si los mediadores se entenderían como parte de los tribunales o sería una
organización anexa a éstos. Esto denota el poco desarrollo que se le dio a la mediación en el
proyecto original, y particularmente al sistema de mediadores.

140
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, art. 73, p. 31.
141
Ídem., art. 75, p. 31.
142
Ídem., art. 70, p. 30.
143
Ibídem.
144
Ídem., art. 76, p. 32.
145
Ibídem.
146
Ídem., art. 77, p. 32.
147
Ídem., art. 74, p. 31.
148
Ídem., art. 64, p. 29.
149
Ídem., art. 78, p.32.
23

La mediación consagrada en el proyecto original de 1997 presentaba, en definitiva, ciertas


debilidades:
i) En primer lugar no se establecía dentro del articulado referente a la mediación un
punto básico para regularlo, no se señalaba lo que se entendía por mediación.
ii) Así también se destaca la desorganización con que se regulaba el proceso de
mediación, mezclando los principios con las citaciones, las materias obligatorias con las
incomparecencias de las partes a las audiencias, etcétera. No existía una sistematización en la
reglamentación de este procedimiento, lo que sí se lograba posteriormente con las indicaciones
que se realizaron a este proyecto original.
iii) Además, la regulación de la mediación pareciera ser incompleta, sobre todo en lo que
se refiere a los mediadores. No se establecía cómo se organizarían, si existiría un registro ni
cuáles eran los requisitos para poder ser mediador, entre otras omisiones. De hecho, esa fue una
de las críticas que se le realizaron al proyecto durante su tramitación, puesto que es un punto
importante para comprender cabalmente, como un sistema completo, el proceso de mediación150.
Esta falta de reglamentación tiene gran importancia, sobre todo teniendo en cuenta que se
establecía que el hecho de haber asistido previamente a mediación era un requisito de
procesabilidad para accionar en ciertas materias.
Cuando el proyecto original inicia su tramitación parlamentaria, Paula Correa y Macarena
Vargas (asesora del Ministerio de Justicia y coordinadora del programa piloto de mediación
anexo a tribunales, que desarrolla dicha Secretaría de Estado, respectivamente) indican un punto
fundamental en la implementación de la mediación: no se está regulando algo en abstracto,
puesto que se basa en un programa piloto de mediación que se estaba llevando a cabo151. Este
programa nació en septiembre de 1997, funcionaba en las ciudades de Santiago y de Valparaíso y
tenía como objetivos evaluar y testear la aplicación del mecanismo de mediación dentro de los
tribunales de justicia152.
En la Comisión de Familia de la cámara baja, las opiniones eran favorables en lo referente
a la incorporación en general de la mediación a las materias de familia, pero aparecieron ciertas
reticencias acerca de cómo la mediación estaba concebida153. En principio, y con respecto a la
implementación de un proceso de mediación en los conflictos familiares, se produjo un respaldo
unánime a su aplicación como método alternativo de resolución de conflictos. Tanto las personas
especialistas que fueron consultadas sobre el tema154, como los parlamentarios que tomaron la

150
Historia Ley 19.968, Oficio de Corte Suprema a Cámara de Diputados Nº 0035 de 14 de enero de 1998, p. 58.
151
Historia Ley 19.968, Informe Comisión de Familia de la Cámara de Diputados de 20 de julio de 1999, p. 93.
152
Ídem., p. 96.
153
Historia Ley 19.968, Informe de la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados sobre el proyecto de ley que
crea los Tribunales de Familia de 20 de julio de 1999, opiniones de Ana Luisa Prieto, Ana María Fuentes y Gabriela
Ureta (Asociación Nacional de Jueces de Menores), p. 70.
154
Ídem., opiniones de Clara Salgado, Leonor Alliende, Sandra Pérez y Jorge Burgos (del Centro de Mediación de
la Corporación de Asistencia Judicial de la Región Metropolitana), p. 73; Ídem., opinión de Andrés Donoso
(psicólogo y terapeuta familiar), p. 75; Ídem., opinión de Ingeburg Fürmann (Centro de Estudios y Terapia
Sistémica), p. 76; Ídem., opinión de Dolly Schmied, (jueza del Segundo Juzgado de Menores de Antofagasta), p. 79
24

palabra155, manifestaron que era una posibilidad deseable, dadas las características especiales de
los conflictos que pueden existir en el ámbito de la familia. Lo anterior principalmente porque es
frecuente que las partes en conflicto se deban seguir relacionando en el futuro, por lo que la
posibilidad de llegar a un acuerdo con el que ambas estén de acuerdo y se declaren satisfechas
facilitará, tanto el cumplimiento del acuerdo, como un buen trato entre éstas. Esto último en
comparación con la imposición de una solución por un juez en un proceso judicial, el cual puede
ser intimidatorio para las partes y en que siempre se tendrá la impresión de que hay un ganador y
un perdedor.
Sin perjuicio de lo anterior, sí se hacían escuchar ciertas opiniones que indicaban algunos
temores con el establecimiento de mediación obligatoria prejudicial en determinadas materias.
Este es el caso de Ana Luisa Prieto, Ana María Fuentes y Gabriela Ureta, que pertenecen a la
Asociación Nacional de Jueces de Menores. En el informe de la Comisión de Familia de la
Cámara de Diputados sobre el proyecto de creación de los Tribunales de Familia de 20 de julio de
1999, estas juezas manifestaron estar de acuerdo con la instauración de un proceso de mediación,
especialmente por la posibilidad de descongestionar los tribunales. Sin embargo, señalaron su
preocupación con respecto a que este procedimiento se regule como obligatorio en algunas
materias. Lo anterior por la imposibilidad de iniciar una demanda de alimentos, cuidado personal
o relación directa y regular si no ha habido previamente un proceso de mediación156.
Esta comisión finalmente aprobó en forma unánime modificaciones formales al proyecto
original de 1997, las que estaban referidas principalmente a la sistematización del articulado y a
la especificación de que en los casos de violencia intrafamiliar, la mediación sólo procedería
excepcionalmente y bajo determinadas condiciones157.
En el año 2001, el ejecutivo presentó una Indicación Sustitutiva que introducía cambios
importantes en relación al proyecto original en materia de mediación. En efecto, la indicación
proponía:
i) Que el servicio de mediación sería anexo a los tribunales de familia158.
ii) Que este servicio sería prestado por las personas naturales o jurídicas seleccionadas a
través de un proceso de licitación regulado en la propia ley159.
iii) Que existiría una supervisión, control, registro y administración de los recursos del
sistema de mediación anexo a los Tribunales de Familia, la cual correspondería a la Corporación
Administrativa del Poder Judicial a través del Departamento de Mediación160.

155
Historia Ley 19.968, Discusión en Sala de Cámara de Diputados de 11 de junio de 2003, diputados Nicolás
Monckeberg, p. 674; María angélica Cristi, p. 677; Juan Bustos, p. 681; Guillermo Ceroni, p. 686; Edgardo Riveros,
p. 688 y Zarko Luksic, p. 690.
156
Historia Ley 19.968, Informe de la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados sobre el proyecto de ley que
crea los Tribunales de Familia de 20 de julio de 1999, p. 70.
157
Ídem., p. 135.
158
Historia Ley 19.968, Indicación Sustitutiva del Ejecutivo al proyecto de ley que crea los Tribunales de Familia de
30 de mayo de 2001, art. 62, p.261.
159
Ibídem.
160
Ídem., art. 73, p. 262.
25

iv) Que se modificarían las materias en las que estaba prohibida la mediación, las que
eran las siguientes: los asuntos relativos al estado civil o interdicción de las personas, las causas
sobre maltrato de menores o incapaces, los procedimientos regulados en la ley 19.620 sobre
adopción de menores de edad y las causas sobre nulidad de matrimonio y divorcio, sin perjuicio
de lo establecido en los artículos 26 bis y 35 bis de la Ley de Matrimonio Civil161.
v) Que se sistematizarían los principios rectores del proceso de mediación estableciendo
expresamente la igualdad, voluntariedad, confidencialidad e imparcialidad162.
vi) Que se incluiría un párrafo nuevo, el que se denominaba “De la Administración del
Sistema Nacional de Mediación” y que precisamente reglamentaba la creación de este sistema163.
El Sistema Nacional de Mediación estaría a cargo de un Departamento de Mediación,
dependiente de la Corporación Administrativa del Poder Judicial164. Esta regulación contemplaba
la creación de un registro de mediadores de familia, el cual debía crearse por este Departamento
de Mediación165, se establecían los requisitos para ser mediador166 y las inhabilidades de éstos167.
vii) Que se incorporaba la regulación de la formación de los mediadores, la forma de
licitación de los servicios de mediación, el control de las mediaciones, los reclamos y las
sanciones en caso de insatisfacción168. Cabe destacar que el tema de las licitaciones, vale decir, la
fijación de las bases para las licitaciones regionales de servicios de mediación169 y el llamado
cada tres años a licitación en cada región170, estaban a cargo de este nuevo Departamento de
Mediación.
viii) Que se creaba un registro de mediadores de familia que estaba a cargo del
Departamento de Mediación, en el cual podían inscribirse quienes cumplieran con los requisitos
para ser mediadores171.
ix) Que se regularían los organismos de formación de los mediadores, quienes podían
constituirse como tales y los requisitos para ello172.
x) Que se establecería una reglamentación para los procesos de licitación de mediadores
que se llevarían a cabo a nivel regional, esto es, la composición del jurado de licitación173, los
criterios de selección de los mediadores174 y la determinación del valor de los servicios de
mediación175.

161
Historia Ley 19.968, Indicación Sustitutiva del Ejecutivo al proyecto de ley que crea los Tribunales de Familia de
30 de mayo de 2001, art. 76, p. 262.
162
Ídem., art. 77-81, pp. 262-263.
163
Ídem., art. 94 y ss., p. 265-267.
164
Ídem., art. 94, p. 265.
165
Ídem., art. 95 Nº 1, p. 265.
166
Ídem., art. 98, p. 266.
167
Ídem., art. 99, p. 267.
168
Ídem., art. 102 y ss., p.268.
169
Ídem., art. 94 Nº 4, p. 265.
170
Ídem., art 94 Nº5, p. 266.
171
Ídem., art. 97, p. 266.
172
Ídem., art. 102- 103, p. 268.
173
Ídem., art. 111, p. 269.
174
Ídem., art. 113, p. 270.
175
Ídem., art. 116, p. 271.
26

Estas indicaciones eran muy necesarias, tanto así que la propia Corte Suprema señaló en
un Oficio a la Cámara de Diputados Nº 001649 de 22 de agosto de 2001 que “la indicación
sustitutiva que se informa estructura en forma más adecuada los Tribunales de Familia, que el
proyecto original”176.
Un punto interesante que se plantea en el Informe de las Comisiones Unidas de
Constitución y Familia de la Cámara de Diputados es el tema de la constitucionalidad de la
mediación obligatoria en relación con el derecho de acción. Patricio Zapata Larraín, profesor de
Derecho Constitucional en la Universidad Andrés Bello, señaló que no existen problemas de
constitucionalidad “toda vez que ésta no impedía salirse de ella y tenía, en todo caso, una
duración razonable. No afectaría en consecuencia el derecho a la acción. Sin embargo, para evitar
posibles complicaciones, creía necesario dejar establecido que la sumisión al procedimiento de
mediación no constituiría un requisito para deducir una demanda sino sólo la primera medida que
podría adoptar el tribunal una vez que se la hubiere presentado”177.
Posteriormente, en las Comisiones Unidas de Constitución y Familia de la Cámara de
Diputados se discute la Indicación Sustitutiva del ejecutivo. Con respecto a la mediación, hay que
señalar que se habían aprobado la mayoría de las indicaciones realizadas; particularmente los
puntos donde se regulaba el proceso de mediación en sí, el Sistema Nacional de Mediadores con
la correspondiente creación del Departamento de Mediación, los requisitos para ser mediador y
las inhabilidades, la creación del registro de mediadores, el tema de los organismos de formación
de mediadores y los requisitos que deben cumplir y, finalmente, la licitación178.
Dentro de las intervenciones que se realizaron en esta comisión, está la de Macarena
Vargas Pavez, coordinadora del Programa Piloto de Mediación anexo a Tribunales del Ministerio
de Justicia. Ella señaló que consideraba muy importante que el proyecto estableciera la
mediación obligatoria en las materias relativas al derecho de alimentos, a las cuestiones sobre
tuición y el derecho de visitas; esto porque se permitiría a la gente conocer el sistema que aún es
desconocido179. Además indicó que de las causas que ingresan a los Tribunales de Menores, las
tres materias de mediación obligatoria constituyen el 80% éstas180, por lo que iba a existir un
contacto importantísimo de los usuarios de los Tribunales de Familia con la mediación.
Al pasar por la votación de la Cámara de Diputados, es curioso que en las exposiciones de
los diversos diputados que pidieron la palabra todos apoyaron la iniciativa de instaurar un
proceso de mediación en materias familiares y ninguno se manifestó en contra de la mediación
obligatoria181. En esta etapa de la tramitación, se aprobó el proyecto en general por unanimidad;
sin embargo, con respecto al artículo 101 del proyecto con la indicación sustitutiva habían ciertas

176
Historia Ley 19.968, Oficio de Corte Suprema a Cámara de Diputados Nº 001649 de 22 de agosto de 2001, p.
297.
177
Historia Ley 19.968, Informe de Comisiones Unidas de Constitución y Familia de la Cámara de Diputados de 16
de abril de 2003, p. 306.
178
Ídem., pp. 413-475.
179
Ídem., p. 308.
180
Ibídem.
181
Historia Ley 19.968, Discusión en Sala Cámara de Diputados 11 de junio de 2003, pp. 667-691.
27

reticencias y se solicita votación separada de éste182. Este artículo 101 trata el tema del registro de
mediadores que debía llevar el Departamento de Mediación, donde se inscribirían quienes
cumplieran con los requisitos señalados en la ley183. En la votación separada no se logró acuerdo
y el artículo en cuestión no fue aprobado184. Llama la atención que a pesar de que se rechazó el
artículo que señalaba el registro de mediadores, en el texto que se expide de la Cámara de
Diputados se incluye un párrafo llamado “Del Registro de Mediadores de Familia y los requisitos
para ser mediador habilitado”185. No queda claro en el articulado aprobado por la cámara baja de
qué se trata este registro ni cómo se regula, puesto que no se vuelve a nombrar en este párrafo186.
El proyecto con las indicaciones sustitutivas siguió su curso normal pasando a discusión
en la Cámara Alta.
La comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado en su primer
informe de 9 de junio de 2003, estableció que el articulado que regulaba la mediación era en
general adecuado, haciendo sólo un alcance respecto a la cancelación de las inscripciones de los
mediadores187. En la discusión en sala de la comisión en cuestión, los senadores Chadwick,
Viera-Gallo, Muñoz Barra y Sabag se manifestaron a favor de la instauración de un proceso de
mediación familiar, sin hacer ningún comentario en contra de la implementación de la mediación
como obligatoria para ciertas materias188. Se aprobó en general el proyecto proveniente de la
cámara baja189.
Algunos meses después, el 7 de Octubre de 2003, se incorporan ciertas Indicaciones del
Presidente de la República y de senadores. Dentro de estas indicaciones se incluía la posibilidad
de que los mediadores escucharan a los menores de edad que, atendida su edad y madurez,
estuvieran en condiciones de formarse un juicio propio sobre lo que los afectare190. Además se
incluía un artículo, el 89 bis, que establecía lo siguiente: “Designación del mediador. Las partes
elegirán al mediador de común acuerdo de entre quienes figuren en la nómina de mediadores que,
de acuerdo al registro respectivo, se encuentren habilitados para actuar en el territorio
jurisdiccional del Tribunal.

182
Historia Ley 19.968, Discusión en Sala Cámara de Diputados 11 de junio de 2003, opinión de diputada Marcela
Cubillos, p. 670.
183
Historia, Informe de Comisiones Unidas de Constitución y Familia Cámara de Diputados 16 de abril de 2003, p.
547.
Artículo 101.- Registro de los mediadores de familia. El Departamento de Mediación a que se refiere el párrafo
anterior, llevará un registro de mediadores de familia, en el que deberán estar inscritos quienes cumplan con los
requisitos que establece la ley para prestar servicios de
mediación anexos a juzgados de familia.
Este registro se dividirá en secciones correspondientes a los territorios jurisdiccionales de las Cortes de Apelaciones
del país, debiendo cada mediador inscribirse en la sección correspondiente al territorio en que ejercerá sus funciones.
Con todo, un mediador podrá inscribirse en más de una sección.
184
Historia Ley 19.968, Discusión en Sala Cámara de Diputados 11 de junio de 2003, p. 694.
185
Historia Ley 19.968, Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen, Oficio de Ley al Senado de 11 de junio de
2003, p. 735.
186
Ídem., pp. 735-737.
187
Historia Ley 19.968, Primer Informe de Comisión de Constitución del Senado de 9 de junio de 2003, p. 823.
188
Historia Ley 19.968, Discusión en Sala del Senado de 26 de Agosto de 2003, pp. 630-647.
189
Ídem., p. 962.
190
Historia Ley 19.968, Boletín de Indicaciones de 7 de Octubre de 2003, Indicaciones del Presidente de la
República y de Senadores, indicación Nº 136, p. 998.
28

Si no hubiere acuerdo, el juez procederá a designarlo de inmediato de acuerdo con un turno, de


entre quienes figuren registrados en la mencionada nómina, con indicación del carácter gratuito o
remunerado de sus servicios.
El reglamento señalará los requisitos y condiciones para el funcionamiento de los turnos y la
designación de los mediadores, asegurando una distribución aleatoria y equitativa en las
designaciones”191. La primera indicación fue aprobada con modificaciones y, por su parte, la
última indicación fue rechazada192. Cabe destacar que, tanto en las indicaciones que se
introdujeron como en la discusión de las mismas se mantenía la mediación obligatoria en
determinadas materias, sin sufrir grandes modificaciones.
Hay que señalar que existe una nebulosa con respecto qué ocurrió con el tema de la
mediación obligatoria. Como se indicó en el párrafo precedente, en el texto de las indicaciones
que se realizaban por el ejecutivo y por los senadores se mantienía la idea de que exista esta
193
instancia forzosa previa . La misma intención de conservar la instancia de mediación
obligatoria se advertía en la etapa de discusión de estas indicaciones194. Es extraño que no se haya
plasmado una discusión sobre la conveniencia o no de la mediación obligatoria, teniendo en
cuenta que el texto que expidió la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento
del Senado no incluía ningún artículo que la señalara195. Pareciera ser que fue suprimida esta
instancia, sin quedar claras las razones de tal decisión.
En la discusión en sala de la Cámara de Diputados, ya en el tercer trámite constitucional,
hubo diputados, como Maximiano Errázuriz, María Eugenia Mella, Ximena Vidal y Laura
Soto196, que a pesar de considerar la resolución alternativa de controversias como un avance,
apoyaron la eliminación de la mediación obligatoria. Lo que llama la atención es que en esta
oportunidad, la mayoría de los diputados se manifestó a favor de la eliminación de la mediación
obligatoria, en vista de que la mediación era un procedimiento nuevo para nuestro país y que no
debía abusarse del tutelaje, dejando en manos de las partes en conflicto la decisión de someterse a
mediación o a un procedimiento judicial197. Todo esto es bastante peculiar, puesto que durante la
primera tramitación ante tal cámara, no se pronunció ninguna opinión en contra de la aplicación
obligatoria de mediación en ciertas materias; es más, el tema no fue discutido en lo absoluto. Sin
perjuicio de lo anterior, hay que destacar que otros diputados, como María Angélica Cristi,
Edgardo Riveros y Zarko Luksic, manifestaron que la regulación que incluía la mediación

191
Historia Ley 19.968, Boletín de Indicaciones de 7 de Octubre de 2003, Indicaciones del Presidente de la
República y de Senadores, indicación Nº 162, pp. 1000-1001.
192
Historia Ley 19.968, Segundo Informe de Comisión de Constitución del Senado de 13 de Julio de 2004, p. 1014.
193
Historia Ley 19.968, Boletín de Indicaciones de 7 de Octubre de 2003, Indicaciones del Presidente de la República
y de Senadores, indicación Nº 137, pp. 998-999.
194
Historia Ley 19.968, Segundo Informe de Comisión de Constitución del Senado de 13 de Julio de 2004, p. 1162.
195
Ídem., pp. 1287-1292.
196
Historia Ley 19.968, Tercer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados, Discusión en Sala de 3 de diciembre
de 2004, p. 1628- 1640.
197
Ibídem.
29

obligatoria era más adecuada198. Posteriormente se votó el texto proveniente de la cámara alta y
se aprobó199.
Finalmente, el 30 de agosto de 2004 se publicó la Ley 19.968 regulando la mediación con
las siguientes características:
i) En cuanto a sus principios, se dictó un solo artículo que hace referencia a esto, el
artículo 106. En esta disposición se establece que deben respetarse y tenerse en cuenta la igualdad
entre las partes, el interés superior del niño y la confidencialidad200. Evidentemente se eliminó el
principio de la voluntariedad, puesto que sólo existe la mediación facultativa en la ley aprobada.
Un punto importante en este tema es que no se nombra dentro de los principios que deben
informar el procedimiento de mediación, la confidencialidad. En mi opinión, y de acuerdo con lo
que ha establecido la doctrina201, la confidencialidad es un elemento importantísimo en los
procesos de mediación202, puesto que en esta circunstancia descansa la confianza que las partes
pueden llegar a tener en el sistema.
ii) En cuanto a su relación con el procedimiento judicial tenemos que puede ser
independiente de éste o producirse después de iniciado el procedimiento judicial. En el caso en
que las partes señalan su voluntad de someter su conflicto a mediación antes de iniciar la vía
jurisdiccional (art. 105) y se llegue a un acuerdo, la mediación será anexa al procedimiento
judicial, pero el acta de avenimiento tendrá valor de sentencia ejecutoriada (art. 109). En segundo
lugar se presenta el caso de que por el contrario, una vez iniciado el procedimiento ante el
tribunal, las partes, por iniciativa propia o del juez de familia, deciden mediar su controversia,
situación en la que se produce derivación a mediación (art. 105).
iii)En cuanto a sus fases, la Ley 19.968 establece que al presentarse una acción
susceptible de mediación, un funcionario especializado debe proponer e informar al recurrente
sobre este proceso (art. 105). Si las partes que someten sus conflictos a mediación, ya sea por
derivación o en etapa prejudicial, deben de común acuerdo proponer al tribunal un mediador que
elijan del registro de mediadores (art. 105). El juez, por falta de acuerdo entre las partes o por
voluntad de éstas, designará al mediador que figure en el registro en forma aleatoria. Una vez
designado el mediador se suspende el procedimiento si se ha iniciado uno (art. 105).
Acto seguido el mediador designado debe fijar una sesión inicial de mediación a la que
deben concurrir los involucrados en el conflicto, ya sea conjunta o separadamente (art. 107). Los
involucrados también pueden concurrir con sus abogados si lo estiman conveniente (art. 107). En
la primera audiencia de mediación, el mediador debe informar a las partes la naturaleza y

198
Historia Ley 19.968, Tercer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados, Discusión en Sala de 3 de diciembre
de 2004, p. 1628- 1640.
199
Ídem., pp. 1653-1656.
200
Art. 106 Ley 19.968. Disponible en www.bcn.cl.
201
Ruiz Guridi, Lorena. “La Mediación”, en Revista de Derecho Universidad Católica de la Santísima Concepción,
Nº 11, 2003, p. 154.
202
Correa Selamé, Jorge. Procedimientos ante los Juzgados de Familia, Editorial Punto Lex, Santiago de Chile,
2006, p. 100.
30

objetivos de la mediación, los principios que la informan y el valor jurídico de los acuerdos a que
puedan llegar (art. 107).
El proceso de mediación con todas sus fases no puede durar más de 60 días contados
desde la celebración de la primera audiencia de mediación, pudiendo las partes de común acuerdo
ampliar este plazo hasta por 60 días más (art. 108). Durante este tiempo se pueden citar a la
cantidad de audiencias de mediación que el mediador estime convenientes (art.108).
En la fase de acuerdos hay que distinguir dos situaciones: si se llega a acuerdo total o
parcial y si se frustra la mediación. En caso de que se logre un acuerdo, total o parcial, se levanta
un acta de mediación, que debe ser leída por los participantes y firmada tanto por éstos como por
el mediador (art. 109). El acta se remite al tribunal para que la apruebe y una vez autorizada por
el juez tendrá valor de sentencia ejecutoriada (art. 109). La segunda situación es la que se
presenta en caso de frustración de la mediación. Esto puede ocurrir en cuatro casos: si alguno de
los participantes, citado dos veces, no concurre a la sesión inicial sin causa justificada; si se
manifiesta la voluntad de no continuar con la mediación; si el mediador considera que no se
alcanzarán acuerdos y si durante el tiempo máximo estipulado para la mediación no se llega a
acuerdo alguno (art. 109).
En caso de que la mediación se frustre, se levanta un acta en la que se deja constancia del
término de la mediación y se remite al tribunal, terminando la suspensión del procedimiento
judicial (art. 109).
iv) En cuanto a los mediadores, la Ley 19.968 establece un sistema de mediación anexo
a los Tribunales de Familia en que existe un registro de mediadores (art. 110). Este registro lo
confecciona Ministerio de Justicia a través de las Secretarías Regionales Ministeriales, y sólo quienes
figuren inscritos en este registro pueden ser designados mediadores (art. 110). También se establecen
los requisitos para ser mediador (art. 111), las causales de eliminación del registro y las sanciones
(art. 112).
Como se puede apreciar, la regulación de los mediadores es escueta, lo que no constituye un
problema desde el momento que se dicta el Reglamento de la Ley 19.968, el que desarrolla este tema.
Me parece importante señalar que es positivo que el título de la mediación comience con un
concepto de ésta, porque desde el punto de vista de la sistematización de un procedimiento nuevo
es fundamental saber a qué nos referimos con mediación (art. 103). Esta era una de las
deficiencias que se presentaban en el proyecto original de 1997 y que logró ser salvada.
Otra de las modificaciones que se introdujeron a la regulación de la mediación del
proyecto original, es que se ubican los principios en forma conjunta, señalando al comienzo del
artículo que efectivamente se trata de principios. Esto a diferencia del proyecto original
presentado, donde se establecían los principios publicados, pero sin hacer alusión a que se trataba
de tales puntos. Con esta modificación, se permite delimitar perfecta y claramente cuáles son los
principios que informan el procedimiento, sin posibilidades de generar confusión como podía
ocurrir en la redacción original.
31

En lo referente al plazo para llegar a acuerdo, la ley publicada estableció en su artículo


108 que el proceso de mediación no puede durar más de sesenta días, ampliables por otros
sesenta a petición de las partes. Esta es una alteración de lo que se planteaba en el proyecto
original presentado por el ejecutivo, porque en éste se podía ampliar sólo por otros treinta días203.
Además se modificó la forma de computar el plazo, el que antes era contado desde que el
mediador hubiese recibido los antecedentes del caso204.
En el tema de la frustración de la mediación se presenta un cambio importante, puesto que
no se conservaron las disposiciones que establecían sanciones para la incomparecencia
injustificada por las partes a las audiencias de mediación, particularmente la inasistencia de la
parte requirente en materias de mediación obligatoria205. Esta última sanción era especialmente
dura y me parece que se actuó correctamente al eliminarla; sin embargo, podría haberse señalado
expresamente que en caso de inasistencia injustificada de las partes a las audiencias de
mediación, ésta se debe dar por frustrada.
Como vemos, con la dictación de esta ley se lograron grandes avances: la evolución
importantísima de que se haya creado una judicatura especial para los conflictos familiares, la
concentración en un solo tipo de tribunal de los conflictos referidos al núcleo familiar y, por
último, la incorporación de la mediación de conflictos familiares. Si bien es cierto que finalmente
sólo se estableció una mediación voluntaria, fue un avance significativo introducir tal institución
a nuestra legislación, actualizándonos con lo que ocurría a nivel internacional hacía ya varios
años.
Es difícil poder señalar en forma perentoria si fue un error o no la supresión de la
mediación obligatoria, podría pensarse que fue beneficioso en la medida que los ciudadanos
conocieron la existencia del sistema de mediación y pudieran llegar a confiar en este mecanismo
alternativo sin verse compelidos a participar de él. Sin embargo, la experiencia parece demostrar
que esto contribuyó a la congestión de los Tribunales de Familia. La doctrina nacional, Macarena
Vargas Pavez particularmente, señala que la primera etapa de divulgación y legitimación social
de la mediación debe vincularse al sistema judicial, estableciendo la comparecencia obligatoria a
programas de mediación206. Por lo anterior esta autora considera que la implementación de la
mediación regulada en la Ley 19.968 era inadecuada207.

203
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, art. 73, p. 31.
204
Ibídem.
205
Ídem., art. 75, p. 31.
Artículo 75. Si la mediación se frustrara porque alguna de las partes decidiera retirarse de ella, o si, transcurrido el
plazo o su prórroga, los involucrados no hubieren alcanzado acuerdo respecto de todos o algunos de los puntos
sometidos a mediación, el mediador deberá levantar un acta. Dicha acta será firmada por las partes y en ella se dejará
constancia de tal resultado. Copia del acta deberá entregarse a cada una de las partes.
En el caso de los asuntos previstos en el artículo 59 (mediación obligatoria), el reclamante quedará desde ese
momento habilitado para iniciar la vía judicial.
En los demás casos, el mediador comunicará inmediatamente y por escrito esta circunstancia al juez, absteniéndose
de agregar otros antecedentes.
206
Vargas Pavez, Macarena, “Mediación Obligatoria. Algunas Razones para Justificar su Incorporación” en revista
de Derecho de la Universidad Austral de Chile, vol. XXI, 2008, p. 185.
207
Vargas Pavez, Macarena. Ob. Cit., p. 184.
32

Uno de los puntos que se pueden plantear como conflictivos al establecer una mediación
obligatoria, es una posible restricción del ejercicio del derecho de acción. Con respecto a este
tema, considero que si se estudia el proyecto original, es claro que la obligación es sólo concurrir
a la primera audiencia de mediación. Después de haber cumplido con ese requisito, se puede
iniciar la vía jurisdiccional sin restricciones, por lo que no se busca obligar a las partes a llegar a
un acuerdo en la mediación y no se coarta este derecho.

c) Ley 20.286

La Ley 20.286 de 15 de septiembre de 2008, tiene su origen en un mensaje de la


Presidenta de la República. Sin embargo, puede decirse que esta regulación se realizó a
proposición de las Comisiones de Constitución, Legislación y Justicia del Senado del año 2006.
Esta propuesta consistió en la realización de un diagnóstico de la situación de los Tribunales de
Familia, la cual fue aceptada por el Ministerio de Justicia208. Este ministerio convocó a una
comisión de expertos en temas de familia para que realizaran el diagnóstico y para que
propusieran soluciones a los problemas que se detectaran. Esta comisión trabajó durante dos
meses en el año 2006 y el grueso de las recomendaciones de tal informe fueron recogidas en el
proyecto de ley.
Conforme con lo anterior, al poco tiempo de dictada la Ley 19.968, se envió al parlamento
una modificación a tal cuerpo legal. Ya en el mensaje de la Presidenta de la República, Michelle
Bachelet Jeria, se indicaba que el no establecimiento de la mediación como obligatoria en
determinadas materias, junto con otros factores, produjeron a poco andar una altísima congestión
en los Tribunales de Familia209. Indica el mensaje que con esta congestión se llegó a un punto tal,
que las virtudes y avances que el nuevo sistema establecía se vieron en gran parte opacadas en los
primeros meses de funcionamiento210. Precisamente por estas razones es que se planteó la
reincorporación de la mediación obligatoria a la Ley 19.968.
Este proyecto que introducía modificaciones orgánicas y procedimentales a la Ley Nº
19.968 incluía, cambios estructurales y procedimentales. Dentro de los segundos destacaba la
reinstauración de la mediación obligatoria en algunas materias211. Uno de los grandes problemas
que se detectaron en los Tribunales de Familia fue la falta de dotación de jueces para la gran
demanda que se originó. Frente a esta realidad se optó por introducir en la reforma nuevos jueces
para todos los tribunales, llegando a adicionarse hasta 3 jueces en ciertos tribunales212. Además se
estableció la obligación de asistencia letrada para el juicio213.

208
Historia de la Ley 20.286 que introduce modificaciones orgánicas y procedimentales a la Ley Nº
19.968 que crea los Tribunales de Familia, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los
Tribunales de Familia, Boletín 4438-07, p. 6. En adelante “Historia Ley 20.286”. Disponible en www.bcn.cl.
209
Ibídem.
210
Ibídem.
211
Ídem., art. 1 Nº 26, p. 21.
212
Ídem., art. 1 Nº 2 letra e), p. 13.
213
Ídem., art. 1 Nº 6, p. 14.
33

El proyecto que introducía modificaciones orgánicas y procedimentales a la Ley 19.968


consagraba la mediación con las siguientes características:
i) En cuanto a sus principios hay que destacar que se sistematizaban en un solo
artículo con varios numerales. En primer lugar se señalaba la igualdad214, que no presentaba
ninguna modificación respecto a la Ley 19.968.
En segundo lugar se consagraba la voluntariedad215, principio que había sido eliminado al
suprimirse la mediación obligatoria. La eliminación de la voluntariedad en el texto de la Ley
19.968 fue, en mi opinión, un error; esto porque la voluntariedad de la mediación no sólo se
refiere a los casos en que es obligatoria, sino también en la situación de la mediación facultativa.
Este principio establecía que los participantes de la mediación podían retirarse de la mediación en
cualquier momento con sólo manifestar su intención de no seguir adelante con la mediación216.
Con respecto a la confidencialidad, se agregaba que los mediadores quedaban exentos del
deber de confidencialidad si tomaban conocimiento de maltrato o abuso en contra de niños, niñas,
adolescentes o discapacitados217.
Un punto importante es la incorporación de la imparcialidad dentro del catálogo de
principios de este proyecto218. Como se señaló anteriormente, en el texto publicado de la Ley
19.968 no se consagra la imparcialidad como un principio informador del procedimiento de
mediación, lo que considero una falencia de ese cuerpo legal. Se establecía en este proyecto que
en caso de verse comprometida la neutralidad del mediador, éste debía rechazar el caso 219. Así
también las partes podían solicitar al tribunal que se designara un nuevo mediador si justificaban
que el nombrado inicialmente no era imparcial220.
El siguiente principio que se consagra el de velar por el interés superior del niño221, cuya
redacción se mantenía igual a la de la Ley 19.968.
El último de los principios que se establecían en este catálogo constituye una novedad, es
el de velar por los intereses de terceros222. De acuerdo con este principio, el mediador debía velar
por que se consideraran los intereses de los terceros que no hubieran sido citados a la
audiencia223.
ii) En cuanto a su relación con el procedimiento judicial, se consagraba la mediación
obligatoria prejudicial en determinadas materias, estas son las “causas relativas al derecho de
alimentos, cuidado personal y al derecho de los padres e hijos e hijas que vivan separados a

214
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 19.
215
Ibídem.
216
Ibídem.
217
Ibídem.
218
Ibídem.
219
Ibídem.
220
Ibídem.
221
Historia Ley 19.968, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, p. 20.
222
Ibídem.
223
Ibídem.
34

mantener una relación directa y regular, aún cuando se deban tratar en el marco de una acción de
divorcio o separación judicial, deberán someterse a un procedimiento de mediación previa a la
tramitación judicial de la causa, el que se regirá por las normas de esta ley y su reglamento” 224.
Esta regulación era similar a la que se planteaba en el proyecto original de 1997, pero se extendía
la obligación de las materias incluso dentro de divorcios o separaciones judiciales. Es interesante
esta extensión que se planteaba en el proyecto, puesto que efectivamente podrían haber surgido
dudas si se demandaban las materias obligatorias junto con un divorcio o una separación judicial,
y con esta regulación quedaba zanjada cualquier interpretación en otro sentido. Con este artículo
se retorna a la idea que se había planteado en el proyecto original de 1997225, estableciendo al
trámite de mediación, en las materias ya señaladas, como un requisito previo para poder ejercer la
acción jurisdiccional.
Por otra parte, se mantenía la prohibición de mediar en ciertas materias, las cuales eran los
“asuntos relativos al estado civil de las personas, salvo en los casos contemplados por la Ley de
Matrimonio Civil; la declaración de interdicción; las causas sobre maltrato de niños, niñas o
adolescentes; y los procedimientos regulados en la ley N° 19.620, sobre adopción.
En los asuntos a que dé lugar la aplicación de la ley Nº 20.066, sobre Violencia Intrafamiliar, la
mediación procederá en los términos y condiciones establecidos en los artículos 96 y 97 de la
presente ley”226. En este sentido es importante la distinción que se hacía respecto a la mediación
en casos de violencia intrafamiliar, punto que fue mantenido de la Ley 19.968. Así, se
determinaba que en las materias prohibidas, sólo podía iniciarse un proceso formal ante los
Tribunales de Familia, ya sea el procedimiento ordinario, o alguno de los especiales.
Finalmente se regulaba la mediación voluntaria o facultativa en las materias de
competencia de los Tribunales de Familia que no estuviesen prohibidas227. Esto se producía si las
partes lo acordaban o aceptaban228.
iii) En cuanto a sus fases de la mediación hay que hacer diferenciar dos situaciones: la
mediación obligatoria y la voluntaria. Al inicio de la mediación obligatoria, el tribunal procedería
a la designar un mediador, pero los intervinientes podían recurrir a otro mediador del registro de
mediadores, a su costa229. Por su parte, en la mediación voluntaria se establecía que el juez
ordenaría que un funcionario calificado informara al actor sobre la alternativa de este
procedimiento alternativo, al presentarse una demanda que tratara las materias susceptibles de
mediación230. También era posible que las partes solicitaran la mediación o aceptaran la que les

224
Historia Ley 19.968, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, p. 20.
225
Ídem., p. 28.
226
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 20.
227
Ibídem.
228
Ibídem.
229
Ibídem.
230
Ibídem.
35

proponía el juez, caso en el cual designaban al mediador de común acuerdo y si no se llegaba a


un acuerdo, el juez lo designaría231. Esta era la regulación de la fase inicial de la mediación.
Una vez designado el mediador, éste tenía la responsabilidad de fijar la primera
audiencia de mediación a la que los involucrados deberían concurrir en forma personal, sin
perjuicio de la comparecencia de sus abogados232. En la primera sesión de mediación se debía
informar acerca de la naturaleza y los objetivos de la mediación, los principios que la informaban
y el valor jurídico de los acuerdos a que podían llegar233.
El proceso de mediación con todas sus fases no podía durar más de sesenta días,
contados desde que se comunicaba al mediador su designación234. En este punto se vuelve a lo
que se había propuesto en el proyecto original de 1997 respecto a la forma de computar el plazo,
puesto que en la ley promulgada se había modificado este tema señalando que el plazo de contaba
desde la realización de la primera sesión de mediación235. El tiempo de prórroga máximos que se
puede decretar a solicitud de las partes se mantiene en sesenta días al igual que en la Ley
19.968236, y no se retoma la idea del proyecto original de 1997 en que sólo se podía ampliar el
período de mediación hasta por treinta días237. Se mantenía la idea de que durante el período de
mediación se podían celebrar todas las sesiones que el mediador y las partes estimaran
necesarias238.
La fase de acuerdos debe dividirse en dos puntos, en caso que se llegue a un acuerdo total
o parcial y en caso de fracasar o terminar la mediación. Si se lograba un acuerdo, se levantaba un
acta de mediación que debía ser leída por los participantes y firmada por éstos y por el
mediador239. Tal acta era remitida al tribunal para su aprobación, después de lo cual tenía valor de
sentencia ejecutoriada240. La mediación fracasaba en caso de no comparecencia de alguna de las
partes a la primera audiencia de mediación, sin causa justificada, habiendo mediado dos
citaciones;
iv) En cuanto a los mediadores este proyecto original de la Ley 20.286 no realiza
grandes cambios sustanciales al tema del registro de mediadores en relación con la Ley 19.968.
Se realizan ciertas variaciones en la redacción de la disposición que se refiere a este registro, las
que no tienen incidencia en el estudio que se realiza241. Sí llama la atención que se incorporaban
los requisitos que se debían cumplir para ser mediador al artículo que enunciaba el registro de

231
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 21.
232
Ibídem.
233
Ibídem.
234
Ibídem.
235
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, art. 73, p. 31.
236
Ley 19.968, art. 108.
237
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, art. 73, p. 31.
238
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 21.
239
Ídem., p. 22.
240
Ibídem.
241
Ibídem.
36

mediadores242. Esto en contraposición con el texto de la Ley 19.968, en el cual se establecen estos
requisitos en una disposición separada243 y más ordenada, en mi opinión.
En lo referente a las causales de eliminación de la inscripción en el registro y las
sanciones que se establecían para ciertos casos, no se presenta ninguna diferencia entre la Ley
19.968 y el proyecto original de la Ley 20.286.
Una modificación que se realizaba al tema del costo de la mediación, es que en los casos
de mediación obligatoria el procedimiento no tendría costo alguno para las partes244. Este punto
no se establece en la Ley 19.968245, puesto que en tal cuerpo legal no se contemplaba la
mediación obligatoria.
El proyecto original de la Ley 20.286 ingresó a tramitación ante la Cámara de
Diputados, particularmente a las Comisiones unidas de Constitución, Legislación, Justicia y
Familia para su discusión en enero de 2008. En el informe que se confecciona en esta comisión,
se establecieron ciertas opiniones de especialistas en los temas que se pretendían modificar con el
proyecto. Los especialistas en mediación, como Marcela Le Roy Barría y Gloria Baeza Concha,
destacaron lo positivo que era que se estableciera la mediación como trámite obligatorio
prejudicial en determinadas materias246. Marcela Le Roy, Directora de la Corporación de
Asistencia Judicial de la V Región, se manifestó a favor de la instauración de la mediación
obligatoria, sin embargo, agregó que es fundamental que exista un diseño del procedimiento que
la haga operativa247.
La Comisión en cuestión aprobó el proyecto original de la Ley 20.286 sin realizar
modificaciones sustantivas al título que regulaba la mediación. Lo mismo ocurre en la Cámara de
Diputados248.
Posteriormente continuó la tramitación con el ingreso del proyecto aprobado por la
Cámara de Diputados al Senado. En la discusión ante la Comisión de Constitución, Legislación,
Justicia y Reglamento del Senado los senadores Espina y Chadwick se manifestaron en contra de
la instauración de la mediación obligatoria249. Por el contrario la senadora Alvear y la magistrada
Gloria Negroni (Directora Regional de la Asociación de Magistrados del Poder Judicial, y Jueza
Presidenta del Consejo de Jueces del Tercer Tribunal de Familia de Santiago) indicaron estar de
acuerdo con la mediación obligatoria en determinadas materias250.

242
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 21.
243
Art. 111 Ley 19.968.
244
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 23.
245
Art. 113 Ley 19.968.
246
Historia Ley 20.286, Informe Comisiones Unidas de Constitución, Legislación y Justicia y de Familia de la
Cámara de Diputados de 10 de enero de 2007, pp. 69-71.
247
Ídem., p. 69.
248
Historia Ley 20.286, Discusión en Sala de la Cámara de Diputados de 24 de enero de 2007, p. 161.
249
Historia, Informe Comisión de Constitución del Senado de 21 de septiembre de 2007, pp. 377 y 381.
250
Ídem., pp. 376 y 391.
37

En la discusión en sala del Senado, el diputado Letelier destacó que la obligación de la


mediación representaba un gran avance251 y acto seguido se aprobó en general el proyecto
expedido por la Cámara de Diputados252. Hay una modificación que es interesante, la que se
refiere a la designación del mediador en los casos de mediación obligatoria. En el proyecto
original de la Ley 20.286 se establecía que en los casos de mediación obligatoria, era el tribunal
el que designaría al mediador253. Sin embargo, en el texto aprobado por el Senado, se establecía
que en caso de mediación previa, las partes, de común acuerdo, designarían al mediador254. A
falta de acuerdo de las partes o si manifestaran su voluntad de entregar la designación del
mediador al juez, éste procedería a nombrarlo255.
Con respecto al texto que finalmente es publicado en el Diario Oficial como Ley 20.286,
no presenta mayores diferencias en materia de mediación en relación al proyecto original
presentado por el ejecutivo. Sí se cambia el numeral del artículo 1 que introduce las
modificaciones al título de mediación, del 26256 al numeral 44257.
La reincorporación de la mediación obligatoria con las modificaciones que establece la
Ley 20.286, hace que se vuelva nuevamente a las tres clases de mediación contempladas
originalmente en el proyecto de 1997, a saber:
i) mediación obligatoria en materias de alimentos, cuidado personal y relación directa y
regular (art. 1 Nº 44, que establece el art. 106 del título referido a la mediación).
ii) materias que no pueden ser mediables, cuales son las que se refieren a los asuntos
relativos al estado civil de las personas, salvo en los casos contemplados por la Ley de
Matrimonio Civil; la declaración de interdicción; las causas sobre maltrato de niños, niñas o
adolescentes, y los procedimientos regulados en la ley N° 19.620, sobre adopción (art. 1 Nº 44,
que establece el art. 106 del título referido a la mediación).
iii) mediación voluntaria, la cual puede realizarse en el resto de las materias de
competencia de los Tribunales de Familia y que establece un procedimiento de designación del
mediador de común acuerdo o por decisión del tribunal a falta de arreglo entre las partes (art. 1
Nº 44, que establece el art. 106 del título referido a la mediación).
Como ha quedado en evidencia, con las modificaciones que se han establecido en la Ley
20.286 se ha pretendido dar el verdadero sentido de la mediación. Al presentar el proyecto que
creaba los Tribunales de Familia se buscaba lograr una justicia efectiva, rápida y eficiente,
objetivos que en poco tiempo fracasaron. En mi opinión, las medidas tomadas para mejorar el
funcionamiento de los Tribunales de Familia son correctas, puesto que implican una modificación
integral del sistema. Lo anterior lo sostengo, puesto que se atacó tanto la falta de jueces, como la
251
Historia Ley 20.286, Discusión en Sala del Senado de 3 de octubre de 2007, p. 482.
252
Ídem., p. 485.
253
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 20.
254
Historia Ley 20.286, Segundo Informe Comisión de Constitución del Senado de 23 de enero de 2008, p. 713.
255
Ídem., p. 714.
256
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, p. 19.
257
Art. 1 Nº 44 de la Ley 20.286.
38

falta de asistencia letrada que generaba diferencias entre las partes. Además, con la
implementación de la mediación obligatoria se podría lograr que gran parte de las causas
pudieran llegar a su fin en esa instancia. Estimo que con esta última medida se va a lograr una
descongestión importante de los tribunales, pero para esto es necesario publicitar este
procedimiento y lograr que las partes vean lo positivo que puede resultar la solución de conflictos
familiares en esta sede. También es importante que se genere confianza en este sistema, tarea aún
pendiente por el momento.

III.- Análisis comparativo de la mediación ante los Tribunales de Familia


según las leyes 19.968 y 20.286

1.- Carácter de la mediación dentro del procedimiento de familia

En el proyecto original de 1997 se establecía que la mediación era una vía prejudicial
obligatoria para tres materias determinadas: relación directa y regular, alimentos y cuidado
personal258. En segundo lugar, había materias específicas que no podían someterse a este
procedimiento alternativo de resolución de conflictos, cuales eran: los asuntos relativos a hechos
delictivos cometidos por menores de edad, maltrato de menores e incapaces, adopción, acciones
de estado civil, interdicción, nulidad del matrimonio y divorcio259. Por último, las demás materias
de competencia de los Tribunales de Familia podían derivarse a mediación en forma voluntaria a
sugerencia de los funcionarios del tribunal o del juez en su caso260. De acuerdo con lo expuesto,
tanto la mediación obligatoria como la facultativa estaban insertas en el proceso judicial.
La incorporación de la Indicación Sustitutiva del ejecutivo el año 2001 no introducía
grandes cambios a la las tres variantes de la mediación. Se mantenían los conceptos de mediación
obligatoria261 y la mediación voluntaria o facultativa262. Con respecto a este último punto, es
importante señalar que se realizó una modificación en las materias en que estaba prohibida la
mediación. En el proyecto original se establecía que estaba prohibida la mediación en los asuntos
relativos a hechos delictivos cometidos por menores de edad, maltrato de menores e incapaces,
adopción, acciones de estado civil, interdicción, nulidad del matrimonio y divorcio263. Con la
indicación en comento se modificaron estas materias que no se podían mediar, indicándose como
prohibidas las siguientes: asuntos relativos al estado civil o interdicción de las personas, las
causas sobre maltrato de menores o incapaces, los procedimientos regulados en la ley 18.620

258
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al Proyecto de Ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, artículo 59, pp. 28-29.
259
Ídem., artículo 61, p. 29.
260
Ídem., artículo 60, p. 29.
261
Historia Ley 19.968, Indicación Sustitutiva del Ejecutivo al proyecto de ley que crea los Tribunales de Familia de
30 de mayo de 2001, art. 74, p.262.
262
Ídem., art. 75, p. 262.
263
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al Proyecto de Ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, artículo 59, p. 29.
39

sobre adopción de menores de edad, las causas sobre nulidad de matrimonio y divorcio, sin
perjuicio de lo establecido en los artículos 26 bis y 35 bis de la Ley de Matrimonio Civil264.
Una vez que el proyecto aprobado por la cámara baja ingresó a la Comisión de Constitución,
Legislación, Justicia y Reglamento del Senado se produce un extraño fenómeno. El texto que es
aprobado por esta comisión del Senado no incluye a la mediación obligatoria, quedando así
regulados sólo dos posibles escenarios de mediación: la facultativa o voluntaria y la prohibida265.
Con estas disposiciones quedaba supeditada la mediación sólo a un ámbito voluntario, en que las
partes o el juez con acuerdo de ellas, podían derivar los conflictos a este sistema alternativo de
controversias. Esta modificación produjo un retroceso importante respecto a la regulación que se
había logrado en materia de mediación y, en mi opinión, un error que influyó en cierta forma en
el bullado colapso de los Tribunales de Familia.
Finalmente el 30 de agosto de 2004, es promulgada la Ley 19.968, la cual establece que la
mediación tendrá un carácter de voluntaria para las partes en las materias de competencia de los
Tribunales de Familia, salvo las exceptuadas por esta misma ley (art. 104). A pesar de existir sólo
una mediación facultativa en la ley en comento, el sistema está igualmente inserto en el proceso
judicial. Por lo anterior, podemos concluir que se pasó de una mediación con un rol protagónico
en el proyecto original de 1997, a una mediación amputada y con poca relevancia en el proceso
con la Ley 19.968.
A poco tiempo de haber entrado en vigencia la Ley Nº 19.968 que crea los Tribunales de
Familia, se creó un proyecto que de ley que introduce modificaciones orgánicas y
procedimentales a la 19.968, el cual vuelve a plantear el tridente de la mediación: obligatoria,
facultativa o voluntaria y prohibida266. De acuerdo con lo anterior existía una mediación
prejudicial obligatoria en determinadas materias, cuyo desarrollo constituía un requisito para
poder activar la vía jurisdiccional.
La prohibición de mediar ciertas materias - relativas al estado civil de las personas, salvo en
los casos contemplados por la Ley de Matrimonio Civil; la declaración de interdicción; las causas
sobre maltrato de niños, niñas o adolescentes; y los procedimientos regulados en la ley N°
19.620, sobre adopción267 - que sólo podían ser resueltas por un juez de familia, de acuerdo al
procedimiento correspondiente señalado por la ley268.
Finalmente se establecía la mediación voluntaria, la cual podía presentarse antes de iniciar un
proceso ante el tribunal, o durante el procedimiento generando una derivación a mediación269. En
este sentido la mediación podía ser independiente al proceso, si se mediaba antes de la
presentación de la demanda y se lograba un acuerdo total, así como también podía darse dentro
264
Historia Ley 19.968, Indicación Sustitutiva del Ejecutivo al proyecto de ley que crea los Tribunales de Familia de
30 de mayo de 2001, art. 76 p. 262.
265
Historia Ley 19.968, Segundo Informe de Comisión de Constitución del Senado de 13 de Julio de 2004, pp. 1363-
1364.
266
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 20.
267
Ídem., art. 1 Nº 26, p. 20.
268
Ibídem.
269
Ídem., p. 21.
40

del procedimiento, por la derivación a mediación de una controversia por iniciativa del juez con
acuerdo de las partes. Es importante señalar que las dos esferas donde se realiza la mediación en
el proyecto original, podían estar insertas en el proceso judicial de familia.
La Ley 20.286 que finalmente es publicada el 15 de septiembre de 2008, establece que la
mediación se circunscribe dentro del proceso. Como ya se ha señalado anteriormente, la ley
promulgada contempla tres aristas de la mediación: mediación obligatoria en ciertas materias,
mediación prohibida en otros asuntos y mediación voluntaria en las demás materias de
competencia de los Tribunales de Familia.
En primer lugar, se instituye que en los casos de relación directa y regular, alimentos y
cuidado personal, la mediación tendrá carácter de obligatoria, incluso cuando se deban tratar en el
marco de una acción de divorcio o separación judicial (art. 106). Esto quiere decir que en los
casos indicados, las partes tienen la obligación de concurrir a la primera sesión de mediación, la
cual tiene carácter informativo (art. 108). Si después de conocer en qué consiste el proceso de
mediación y sus condiciones, las partes manifiestan que no van a someter su conflicto a este
procedimiento, pueden iniciar el proceso netamente judicial. De acuerdo con lo anterior, para
poder someter el conflicto a la decisión de un juez, la obligación de la llamada mediación
“obligatoria” es sólo asistir a la primera audiencia de mediación.
Con respecto a las materias en las que la mediación está prohibida, el texto publicado no
tiene ninguna diferencia tanto con el proyecto original de la Ley 20.286 como con la ley 19.968.
En el tema de la mediación voluntaria, ésta sigue procediendo en las demás materias de
competencia de los Tribunales de Familia en dos situaciones: si las partes lo acuerdan antes de
iniciar el proceso judicial propiamente tal (art. 106), y si éstas lo aceptan a propuesta del juez (art.
61 Nº 4), caso en el que se produce la derivación a mediación.

2.- Oportunidad de la mediación dentro del procedimiento de familia

La oportunidad de mediación en la regulación establecida en el proyecto original de 1997


merece ciertas distinciones, puesto que se presentan dos diferentes situaciones: mediación
obligatoria y mediación derivada. La mediación en materias obligatorias debía realizarse antes de
la apertura de la vía jurisdiccional, por lo que al presentarse la demanda, un funcionario
especialmente calificado, debía informar al reclamante acerca de la mediación y su obligación de
concurrir a la primera audiencia a que sea citado por el mediador270.
Por su parte, en caso de mediación voluntaria de las partes en las materias permitidas por
la ley, se podía derivar a este procedimiento alternativo en cualquier estado de la causa, hasta

270
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, artículo 62, p. 29.
41

antes de la audiencia complementaria (de juicio de acuerdo a la ley actual) por resolución de un
juez271.
En la Indicación Sustitutiva del ejecutivo de 2001 no se incorporaban modificaciones en
cuanto a la oportunidad de mediación, tanto en la voluntaria o facultativa, como en la
obligatoria272. Sin embargo, se realizó un cambio en el orden en que se establecían en el
articulado.
Con el texto que fue aprobado en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y
Reglamento del Senado, la oportunidad de la mediación en el proceso se limitaba sólo a la
derivación por un juez, con acuerdo de las partes, o por voluntad de las partes antes de iniciar la
vía jurisdiccional con la presentación de la demanda273. Como se ha dicho anteriormente, este
cambio circunscribió la mediación sólo a estas 2 situaciones que requerían el acuerdo de las
partes, las que probablemente desconocían cómo operaba el sistema y las ventajas que tiene la
resolución de los conflictos familiares por esta vía.
La Ley 19.968 estableció sólo dos instancias en que pueden mediarse los conflictos
familiares: una posibilidad es que las partes en forma previa a que se interponga una acción
judicial manifiesten su voluntad de someterse a este sistema alternativo (art. 105), y la segunda
opción es que el juez de familia, una vez ya presentada la demanda e iniciado el juicio,
promueva, de oficio o a petición de parte, la resolución de la controversia mediante la mediación
(art. 61 Nº 4). En este caso se produce la derivación a mediación regulada en el artículo 105 de la
Ley 19.968.
El proyecto original de la Ley 20.286 regulaba tres ocasiones en que se podía iniciar la
mediación, antes de presentar la demanda en caso de mediación obligatoria, antes de la
presentación de la demanda por voluntad de las partes de mediar y una vez ya iniciado el
procedimiento ante el juez de familia por iniciativa de éste con acuerdo de las partes274. En el
caso de la mediación obligatoria, las partes debían cumplir con asistir a la primera audiencia de
mediación donde se les informaba el contenido del sistema, luego de lo cual podían manifestar su
voluntad de no continuar con la mediación275.
Por el contrario, en los casos en que la mediación no era obligatoria, pero estaba
permitida, las partes podían someter a mediación sus controversias antes de la presentación de la
demanda, al ser informadas por un funcionario calificado sobre la posibilidad de someter a
mediación el conflicto276. Además, el juez podía promover la realización de una mediación, de

271
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, artículo 60, p. 29.
272
Historia Ley 19.968, Indicación Sustitutiva del Ejecutivo al proyecto de ley que crea los Tribunales de Familia de
30 de mayo de 2001, art. 83 p. 264.
273
Historia Ley 19.968, Segundo Informe de Comisión de Constitución del Senado de 13 de Julio de 2004, art. 105,
p. 1363.
274
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 20.
275
Historia Ley 20.286, Informe Comisiones Unidas de Constitución, Legislación y Justicia y de Familia de la
Cámara de Diputados de 10 de enero de 2007, p. 98.
276
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 20.
42

acuerdo con el artículo 61 Nº 4 de la Ley 19.968 (disposición que no sufrió cambios con este
nuevo proyecto) y las partes podrían aceptar esta propuesta abriéndose un proceso de mediación,
no obstante ya existir un proceso judicial iniciado, el cual se suspendía.
La ley que finalmente es publicada no tiene grandes diferencias con el proyecto original
en materia de mediación. Se continúa con la estructura de las tres mediaciones - obligatoria,
prohibida y voluntaria - y se establecen tres instancias en que se puede iniciar la mediación: antes
de presentar la demanda en la mediación obligatoria (art. 106); antes de iniciar el proceso judicial
propiamente tal por voluntad de las partes (art. 106); e iniciado el procedimiento ante el juez de
familia por iniciativa de éste con acuerdo de las partes (art. 61 Nº 4).
La mediación obligatoria funciona de la siguiente manera: al concurrir al tribunal, se
indicará a los interesados que su conflicto debe someterse a mediación. Así, las partes de común
acuerdo deben elegir al mediador y en caso de no lograrse un consenso en la persona del
mediador o las partes manifiestan su decisión de entregar la designación al juez, éste procederá a
nombrar al mediador (art. 107). Los participantes deben concurrir a la primera sesión de
mediación, en la cual un funcionario especializado les informa la naturaleza y objetivos de la
mediación, los principios que la informan y el valor jurídico de los acuerdos a que puedan llegar
(art. 108). Después de recibida esta información, las partes pueden decidir continuar o no con la
mediación277.
En la mediación voluntaria, las partes pueden mediar sus conflictos antes de concurrir ante
el juez en dos situaciones: cuando de común acuerdo lo estiman conveniente (art. 106) y en el
caso en que un funcionario especialmente calificado les informe sobre la alternativa de concurrir
a mediación (art. 107) y éstas lo acepten. Además, el juez puede promover la mediación en la
audiencia preparatoria (art. 61 Nº 4), caso en el cual se suspenderá el procedimiento.

3.- Sistema de mediadores

En el proyecto presentado por el ejecutivo en 1997 se establecía una regulación escueta de


la mediación, tanto así, que no se hacía ninguna referencia a quiénes podían ser mediadores, los
requisitos para detentar esa función, cómo se organizaría, ni la cantidad de mediadores que iban a
destinarse para los distintos Tribunales de Familia del país. En el artículo 78 del proyecto en
comento se hacía una referencia a que se dictaría un reglamento que regularía el sistema nacional
de mediación278. Tan poco desarrollo del sistema de mediación se dio en el texto original, que la
propia Corte Suprema en el Oficio a la Cámara de Diputados Nº 0035 de 1998, establece que
efectivamente es positiva la instauración de sistemas alternativos de conflictos, pero que “sería
necesario conocer las disposiciones que se incluyan en la ley que regulará el sistema nacional de

277
Historia Ley 20.286, Informe Comisiones Unidas de Constitución, Legislación y Justicia y de Familia de la
Cámara de Diputados de 10 de enero de 2007, p. 98.
278
Ídem., artículo 78, p. 32.
43

mediación a la que se hace referencia en ciertos artículos”279. De acuerdo con lo anterior se


podría afirmar que en el ámbito del sistema de mediadores en el proyecto original del ejecutivo
de 1997, hay una regulación incompleta y deficiente.
La siguiente gran modificación que se le realizó a este proyecto de 1997 fue la Indicación
Sustitutiva que envió el ejecutivo en mayo de 2001. Una de las grandes novedades de esta
indicación era la incorporación de una regulación más exhaustiva, no sólo del proceso de
mediación, sino también del sistema de mediadores y de su funcionamiento280. La instauración de
la mediación anexa a los Tribunales de Familia partía de una experiencia piloto que se desarrolló
desde septiembre de 1997, el cual contemplaba a la mediación como anexa a los tribunales
(tribunales de menores y civiles en ese momento)281.
En esta Indicación Sustitutiva se contemplaba un servicio de mediación anexo a los Tribunales de
Familia, el cual sería prestado por las personas naturales o jurídicas seleccionadas a través de un
proceso de licitación regulado en un párrafo posterior282. Además se señalaba que la supervisión,
control, registro y administración de los recursos del sistema de mediación, iba corresponder a la
Corporación Administrativa del Poder Judicial a través del Departamento de Mediación283.
El articulado que se aprobó por la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y
Reglamento del Senado denotaba un recorte bastante importante con respecto al tema del sistema
de mediadores y la licitación, entre otros puntos. El texto que fue aprobado por la Cámara de
Diputados se caracterizaba por tener un desarrollo importante de puntos como la creación de un
Sistema Nacional de Mediación y de un Departamento de Mediación de la Corporación
Administrativa del Poder Judicial, la creación de un registro de mediadores y de las
licitaciones284. Sin embargo, con este texto nuevo que expidió la Comisión de Constitución del
Senado, se eliminaba el Sistema Nacional de Mediadores, el Departamento de Mediación y las
licitaciones, quedando regulado sólo el registro de mediadores, los requisitos para ser mediador,
la eliminación del registro y las sanciones, el costo de la mediación y la distribución de los
asuntos285.
Con respecto al sistema de mediadores, la Ley 19.968 sólo establece que es un sistema
anexo a los Tribunales de Familia y que existirá un registro de mediadores que el Ministerio de
Justicia, a través de las Secretarías Regionales Ministeriales, mantendrá permanentemente
actualizado (art. 110). Luego se regulan solamente los requisitos para ser mediador (art. 111), la
eliminación del registro y las sanciones (art. 112), el costo de la mediación (art. 113) y la
distribución de los asuntos (art. 114). Como se dijo anteriormente, el tema de la regulación de los
mediadores fue la que más recortes presentó. Lo anterior debido a que posteriormente, en
279
Historia Ley 19.968, Oficio de Corte Suprema a Cámara de Diputados Nº 0035 de 14 de enero de 1998, p. 58.
280
Historia Ley 19.968, Indicación Sustitutiva del Ejecutivo al proyecto de ley que crea los Tribunales de Familia de
30 de mayo de 2001, art. 102 y ss., p.261.
281
Ídem., p. 237.
282
Ídem., art. 72, p.261.
283
Ídem., art. 73, p. 262.
284
Ídem., pp. 413-475.
285
Historia Ley 19.968, Segundo Informe de Comisión de Constitución del Senado de 13 de Julio de 2004, pp. 1365-
1368.
44

noviembre de 2004, se dictó un reglamento de la Ley 19.968, el que desarrolla el tema del
registro de mediadores en forma más exhaustiva. Este reglamento señala los requisitos para ser
mediador286, procedimiento que deben seguir las personas interesadas en integrar este registro287,
las instancias de reclamo por no incorporación a éste288, suspensión de la inscripción289 y las
causales de eliminación del registro290. Además se regula el arancel de los mediadores, los
derechos de éstos y la mediación sin costo291. Con lo anterior se esclarece que gran parte de las
disposiciones que se incluyeron por la Indicación Sustitutiva del ejecutivo en el año 2001, y que
fueron eliminadas del articulado de la Ley 19.968, hoy se establecen en un reglamento. Esta
modificación me parece correcta, puesto que la idea de una ley no es desarrollar completamente
materias más específicas, como en este caso es la regulación del registro de mediadores, sino que
debiera dictarse un reglamento que lo haga.
En el ámbito del sistema de mediadores, el proyecto original de la Ley 20.286, y el texto
finalmente publicado no presentan grandes variaciones con la Ley 19.968. Se presentan ciertas
diferencias en la redacción y se reorganizan los artículos referidos a éste, pero que no constituyen
modificaciones de especial relevancia. Sin embargo, como ya se adelantaba en el capítulo
anterior, se altera la ubicación de los requisitos para ser mediador. Lo anterior se debe a que en la
Ley 19.968 se regulaba en un artículo aparte, y con la Ley 20.286 los requisitos se incorporan al
artículo que se refiere al registro de mediadores en general (art. 112).
Con respecto a la eliminación del registro y las sanciones, no se producen variaciones
importantes entre la Ley 19.968 y las modificaciones planteadas en la Ley 20.286.
Finalmente, es importante señalar que en los casos de mediación obligatoria, ésta no
tendrá ningún costo para las partes (art. 114). Esta incorporación se debe a que, en vista que se
obliga a las partes a asistir a la mediación, ésta debiera ser gratuita.

4.- Requisitos del acuerdo mediación

La regulación de este tema en el proyecto original de 1997 planteaba dos situaciones


diversas:
i) se llegaba a un acuerdo sobre todos los puntos sometidos a mediación.
ii) se lograba un arreglo sólo respecto de algunos de los puntos sometidos a mediación.
En el caso de acuerdo total, se debía levantar un acta de avenimiento, la cual sería leída
por las partes. Si éstas estaban satisfechas con lo establecido en tal documento, lo firmaban, así
como también debía hacerlo el mediador292. Posteriormente debía remitirse tal acta de

286
Reglamento de la Ley N° 19.968 que crea los Tribunales de Familia, art. 4. Disponible en www.minjusticia.cl.
287
Ídem., art. 5.
288
Ídem., art. 8.
289
Ídem., art. 9.
290
Ídem., art. 10.
291
Ídem. Art. 11-19.
292
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, artículo 76, p. 32.
45

avenimiento al tribunal, el cual podía aprobar o no el acuerdo al que llegaron las partes293. Una
vez aprobada el acta, ésta tendría valor de sentencia ejecutoriada para todos los efectos legales294.
Por su parte, en la situación en que durante la mediación se había llegado sólo a un
acuerdo parcial entre las partes, debía procederse de igual forma que en caso de acuerdo total,
con ciertas salvedades. En el acta de avenimiento debían consignarse claramente las pretensiones
subsistentes de la parte reclamante295, lo anterior para que se pudiera determinar con precisión los
puntos sobre los que versaría el juicio si se abría la vía jurisdiccional.
La indicación sustitutiva ya nombrada no agregaba elementos nuevos a los requisitos del
acuerdo de mediación; sin embargo, eliminaba la especificación de que en el caso de acuerdos
parciales debía establecerse claramente en el acta de avenimiento, las pretensiones subsistentes de
la parte reclamante296.
Cabe destacar que el texto que se presenta al Senado, proveniente de la Comisión de
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del la misma cámara, no presenta cambios
importantes en el tema de los requisitos del acuerdo de mediación, indicando también el requisito
de la aprobación de un juez de familia297.
La Ley 19.968 no presenta cambios con respecto a los requisitos del acuerdo de
mediación. El artículo 109 dispone que si se llega a “acuerdo sobre todos o algunos de los puntos
sometidos a mediación, se dejará constancia de ello en un acta de mediación, la que, luego de ser
leída por los participantes, será firmada por ellos y por el mediador, quedando una copia en poder
de cada una de las partes.
El acta deberá ser remitida por el mediador al tribunal para su aprobación en todo aquello
que no fuere contrario a derecho. Aprobada por el juez, tendrá valor de sentencia ejecutoriada”.
Como ya fue señalado, se eliminó la precisión que se establecía en artículo 77 del
proyecto original de 1997, la cual indicaba que en caso de existir un acuerdo parcial del conflicto
sometido a mediación, debían consignarse claramente las pretensiones subsistentes298. En mi
opinión se permite una mejor determinación del objeto del juicio que se abre si quedan
establecidos en forma precisa los puntos a los que no se llegó a acuerdo entre las partes.
Con la salvedad indicada en el párrafo anterior, pareciera que en el tema de los requisitos
del acuerdo de mediación son razonables. Me parece fundamental que sea el juez el que aprueba
cualquier acuerdo a que hayan llegado las partes en sede de mediación, puesto que de este modo
hay una mayor garantía de que lo pactado está conforme a derecho.

293
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, artículo 76, p. 32.
294
Ibídem.
295
Ibídem.
296
Historia Ley 19.968, Indicación Sustitutiva del Ejecutivo al proyecto de ley que crea los Tribunales de Familia de
30 de mayo de 2001, art.93, p.265.
297
Historia Ley 19.968, Segundo Informe de Comisión de Constitución del Senado de 13 de Julio de 2004, art. 109,
p. 1365.
298
Historia Ley 19.968, Mensaje del Presidente de la República al proyecto de ley que crea los Tribunales de
Familia, Boletín Nº 2118-18, artículo 77, p. 32.
46

La regulación que hacía el proyecto original de la Ley 20.286, no presentaba ningún


cambio en lo relativo a los requisitos del acuerdo a que se llegara en la mediación, por lo que
quedaba intacta la fórmula ya señalada de la Ley 19.968299.

299
Historia Ley 20.286, Mensaje Presidenta de la República al proyecto de ley que modifica los Tribunales de
Familia, Boletín 4438-07, art. 1 Nº 26, p. 22.
47

Conclusiones

El proyecto original de Tribunales de Familia de 1997 planteó una modificación


importante al procedimiento al incorporar la mediación como un mecanismo alternativo de
solución del conflicto familiar. Igualmente relevante era la instauración de la mediación con
carácter de obligatoria en los asuntos relativos a relación directa y regular, alimentos y cuidado
personal, con lo que se pretendía evitar una congestión de los Tribunales de Familia y dar
soluciones más pacíficas al conflicto familiar.
La Ley 20.286 pretendió subsanar las deficiencias demostradas por los procedimientos
ante los Tribunales de Familia a través de la mediación con carácter obligatorio y la
comparecencia letrada.
Con la reinstauración de la mediación como obligatoria en las materias más frecuentes
sometidas al conocimiento de los jueces de familia, se produjo una verdadera vuelta atrás al
diseño original de los Tribunales de Familia.
En definitiva, el nuevo esquema de mediación de la Ley 20.286 le otorga mayor
protagonismo dentro del procedimiento de los Tribunales de Familia y se espera que así pueda
cumplir su objetivo de descongestionar los Tribunales de Familia, subsanar las deficiencias de los
procedimientos y dar soluciones pacíficas a las partes.
48

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3.- Otros

Historia de Ley 19.968.

Historia de Ley 20.286.

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