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La oportunidad de replanteamiento

táctico del sistema deportivo


internacional en épocas de la COVID-
19
Catalina Melendro nos invita a aprovechar la pausa en los eventos deportivos,
impuesta por la COVID-19, para interiorizar los principios de la buena
gobernanza en las entidades que administran el deporte.

Profesora del seminario Diplomacia Deportiva de la Facultad de Finanzas,


Gobierno y Relaciones Internacionales.

Magister en ética e integridad deportiva. Consultora internacional en temas de


género y gobernanza deportiva.

| catalina.melendro@uexternado.edu.co

Siempre he sentido que, como humanos, solemos pensar “que todo pasado fue
mejor”. Solo basta alejarnos un poco de los hechos sucedidos para que nuestra
memoria se dibuje con un pincel de positivismo mayor a la realidad. Así, pensar
en el ayer, después de 2 meses de confinamiento con un futuro incierto y para
muchos angustiante, equivale a recordar un pasado al que todos añoramos
regresar. No obstante, cuando tratamos de desatarnos de este sentimiento de
añoranza tan humano, podemos ver y analizar que este pasado tan anhelado no
es tan maravilloso como nuestra memoria trata de dibujarlo.

Y ahora, ¿qué sucede con nuestros sueños de volver a ver a nuestros equipos e
ídolos deportivos jugando y compitiendo? Si nuestro futuro del día a día parece
incierto y oscuro, el futuro del deporte y de su desarrollo social parece aún más
sombrío.Me permito afirmar que todos los fans de los deportes más populares a
nivel mundial están en vilo a la espera de que las autoridades deportivas
internacionales y nacionales analicen y determinen su continuidad o las
adaptaciones que se deberán realizar.

Así, al igual que cuando analizamos nuestro devenir individual, cuando


analizamos el devenir deportivo, todos saltaríamos a afirmar que añoramos
poder disfrutar ver nuevamente la final del Roland Garros, reunirnos con amigos
para apoyar nuestros equipos favoritos en la Champions y hacerle fuerza a todos
los escarabajos colombianos compitiendo en las grandes vueltas ciclísticas
europeas. No obstante, reitero, este ejercicio de añoranza, que se erige de la
forma más natural en situaciones de cambio e incertidumbre como la que
vivimos en la actualidad, es realmente una reacción instintiva y es la respuesta
natural al vernos enfrentados a cambios abruptos.
Pero volvamos ahora a ese primer sentir. Volvamos a posicionarnos en este
pasado cuando todo lo que veíamos y escuchábamos en noticieros acerca de la
COVID-19 nos sonaba ajeno, lejano y casi irreal. ¿Era realmente la situación del
sistema deportivo internacional tan multicolor como lo añoramos? ¿Debemos
extrañar volver en el tiempo para situarnos en situación pre-pandemia?
Personalmente, mi respuesta desde un análisis individual y colectivo de la
sociedad es “No”. Un “no” fuerte y marcado. Un ¡No! que nos invite por el
contrario a analizarnos desde otra mirada diferente a nuestra primera
corazonada y sentir natural de añoranza de volver al pasado, a la cotidianidad y a
la “normalidad”.

En este sentido, y regresando a lo que muchas veces nos ha permitido como


conjunto de humanidad sobrevivir y adaptarnos a los cambios y rupturas
constantes que nos hemos encontrado en nuestro devenir social desde tiempos
prehistóricos, la invitación es a incluir en la ecuación un análisis racional, basado
en hechos, estadísticas, argumentos y estudios para que se conviertan en
nuestras herramientas para proyectar luz y poder esclarecer las sombras que
vemos ante este futuro incierto.

Así, lo más importante que debemos rescatar en este análisis de racionalidad es


que nuestro pasado no era perfecto, y aunque nuestra realidad no es la mejor
tampoco, nos permite replantearnos en un lugar diferente al cual hubiésemos
seguido por la inercia misma de la vida. Ahora estamos en un lugar que nos
enfrenta a retos que antes no teníamos pero que, al mismo tiempo, nos abre la
oportunidad de repensar soluciones o alternativas que no tenían cabida
(política/corporativa) o tiempo de ser analizadas anteriormente.
GUÍA DE REINCORPORACIÓN A LA PRÁCTICA DEPORTIVA EN EL DEPORTE DE COMPETICIÓN

Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED)

Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM)

C/ Cánovas nº 7, bajo – 50004 – Zaragoza

Tno: 976 02 45 09

Correo electrónico: femede@femede.es

La pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, por su virulencia, capacidad de transmisión y elevada


morbi-mortalidad causando la COVID-19, ha afectado de una forma insospechada a todos los
ámbitos de la sociedad, entre ellos al deporte en todas sus manifestaciones. Una vez iniciada la
desescalada de las extremas medidas de contención de la infección, ha llegado el momento de
la reincorporación a la práctica deportiva que no se puede hacer de otra manera que desde el
doble objetivo de la protección de la salud del deportista y, lo que es más importante, de la
protección de la salud del conjunto de la sociedad, por lo que las recomendaciones de
reincorporación deportiva no se pueden plantear más que contemplando estos dos principios
inviolables. Además del principal objetivo de esta guía, el de minimizar los contagios por virus
SARS-CoV-2, no se debe olvidar como objetivo secundario el de minimizar la incidencia lesional
en unos deportistas sometidos a un largo desentrenamiento. La reincorporación a la práctica
deportiva requiere un explícito compromiso personal de todos los implicados (deportistas,
técnicos, directivos y cualquier otra persona integrante del conjunto de actores implicados en
el deporte) por lo que deberán controlar su estado de salud y se abstendrán de asistir o
participar en su centro deportivo o lugar de entrenamiento ante la más mínima duda de estar
afectado por la infección o de haber entrado en contacto con personas infectadas de la misma,
porque es indispensable separar a estas personas del grupo deportivo para preservar la salud
individual y colectiva. La protección de la salud, al menos desde el punto de vista médico, no
entiende de preferencias, por lo que esta guía de recomendaciones es de utilidad para todos
los deportistas de competición (profesionales, alto nivel, federados y aficionados). En caso de
que exista alguna consideración específica referida a alguno de estos grupos, se indicará
convenientemente. Este momento exige una gran prudencia debido al desconocimiento de los
efectos de la pandemia y también, debido a que la actividad física realizada en condiciones de
alta intensidad y de gran volumen, que es la forma en la que suelen entrenar por la mayoría de
los deportistas de competición, tiene un impacto inmunológico negativo por lo que, al menos
desde un punto de vista teórico, situaría al deportista ante un mayor riesgo de infección. Por
ello, es imprescindible extremar las medidas de protección y de seguridad. La reincorporación
a la práctica deportiva depende de varios factores, entre los que el más importante es la
situación clínica de los deportistas y resto de personal de asistencia al entrenamiento, pero
también, el tipo de deporte, grado de contacto físico, lugar y medio de realización, condiciones
de entrenamiento y posibilidad de poder cumplir con todas las recomendaciones de
prevención, entre otros. Además, los conocimientos que se van adquiriendo son variados,
complejos y cambiantes, por lo que se consideran necesarias dos medidas de enorme
importancia. La primera nombrar a un médico especialista en Medicina de la Educación Física y
el Deporte como responsable de que la entidad deportiva y sus componentes cumplan con las
normas establecidas y, la segunda, establecer un sistema obligatorio, constatable y que
confirme las actividades que se hagan, de formación sobre medidas de prevención de la
infección por coronavirus.

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