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Trabajo final

Literatura Antigua y Medieval


Felipe Páez Pareja

Quizá para el que, pretendiendo haber vivido las más íntimas de las vivencias de la vida
se llame a sí mismo el más conocedor de la tragedia, del dolor y, sin embargo, actúe
como guía para otros, le sea conveniente leer a los trágicos antiguos. O, si no es versado
ni tiene la concentración mínima, observe las obras teatrales o, aún más, si no tiene la
paciencia suficiente entonces es preferible que desista de ser quien aparenta y afronte la
realidad: no conozco la verdadera tragedia ni la comedia que conlleva ésta.
En la antigüedad pudieron haberse dado distintos escenarios sociales y políticos que
sirvieron para la construcción de las obras de la mano de escritos como Esquilo,
Eurípides, Sófocles, entre otros. Y es lamentable que las obras que se conservan de esos
tiempos sean, aunque no escasas, no completas o faltantes en su desarrollo. Sin
embargo, esto no impidió reconocer que fue en los tiempos clásicos donde la narrativa
poética y teatral se desarrolló con gran habilidad los principios que permitirían en la
Edad Media y en el Renacimiento la construcción de obras más complejas. Es así como,
en una mezcla entra la razón y la pasión, se desarrolla las partes han marcado la tragedia
antigua y que Aristóteles remarcaría en su Poética.
Tales estudios son, en palabras vagas, el prólogo que en sí contenida introducción
sobre el argumento y el conflicto a desarrollar. Luego, siguiendo ese orden, entra el
coro. Los Párodos es la primera intervención del coro que centran las circunstancias
precias al comienzo de la acción de la obra, todo esto acompañado de danza y música.
Los Estásimos es la segunda entrada del coro, con orquesta, sin danza, y el autor de la
obra expresa sus ideas políticas, filosóficas, sociales, etc. Dentro de los Estásimos se
encuentra la estrofa, la antistrofa, el épodo. Los Episodios es el desarrollo de la acción
de la obra, el constante salto entre el coro, los personas o entre personajes. El actor
expresa las ideas del personaje. Y se da los Agones: enfrentamiento entre personajes. El
Éxodo es el canto final, la última intervención del coro y los actores, se da el fin moral,
se reconoce el error y se cae el fin.
Los grandes aportes estructurales, textuales que los trágicos antiguos y Aristóteles
hacen a la poesía y al teatro formaron los principios para la creación del teatro
renacentista y moderno. Para su época, los escritos, en su gran mayoría era liricos;
incluso Platón en sus diálogos, a pesar de su fuerte crítica al teatro y a la lírica, escribe
de una forma tal que pasa a ser poético. Esto nos demuestra cómo, incluso en textos
filosóficos el carácter poético estaba presente, por tanto, en otros textos de expresiones
moralistas y políticas está presente este sistema.
Ya podemos ver el argumento Antígona de Sófocles que narra la historia de
Antígona, hija de Edipo, en su calvario por querer dar sepultura a su hermano Polinices
que murió en Tebas. Sin embargo, su tío, el rey Creón, lo prohíbe. Antígona rechaza la
posición de su tío, es condenada por Creón por desobedecerla. Al final, ella termina
suicidándose sin saber que Creón mando a liberarla, pero no llega a tiempo. Creón cae
en tristeza y desolación por dictamen de los dioses.
Ante argumento como el anterior escrito para el teatro de carácter social y político,
poco podemos decir que este sistema este vigente en la actualidad. Hoy los límites al
escribir un texto están marcados por el carácter que al cual el texto aspira o pretende.
Un texto científico, un texto político o legal, incluso ciertos ensayos no admiten en su
composición herramientas liricas o composiciones que suenen rítmicas. Los textos
deben estar escritos de una manera tal que sea acorde con su propósito. Podemos decir
de esto, por tanto, que obras y textos clásicos de opinión social, ética, religiosa y
política no son acordes a la estructuración actual.
Sin embargo, esto no significa que las obras clásicas ni sus autores sean relevantes en
la actualidad; es más, sus pasajes y obras son nombrados con gran alevosía en
seminarios literarios e incluso en asambleas políticas. Pero no se espera de un texto
político ni siquiera filosófico actual que utilice esta antigua forma de escribir que, y es
propio decirlo, en el uso de los recursos literarios poéticos expresan más en una frase
que un párrafo completo. Además, eran sumamente prudentes, pero concisos al expresar
la opinión que pretendían (esto podía costarles la vida).
O simplemente relataban contextos épicos, de guerras y héroes que sobresalían por
sus hazañas en ellas, tal como sucede en la Orestiada donde la intervención de los dioses
(como era común en la narrativa antigua) marcaba el curso de la historia. Su argumento
gira en torno a la relación con el Ciclo Tebano y la Ilíada de Homero, Agamenón a
punto de partir a Troya, impertinente ofende a Artemisa quien impide salir los barcos
pidiendo en sacrificio a Ifigenia. Luego volverá de Troya, es asesinado por Clitemnestra
en venganza por Ifigenia y por Egisto, hermano de Agamenón y amante de
Clitemnestra, pero una profecía dice que Orestes, hijo de Agamenón y Clitemnestra
vengara a su padre.
Aquí comienza en sí la obra, con Las Coéforas donde Orestes y su hermana Electra
matan a Clitemnestra y Egisto, pero las Furias, vengadoras de los crímenes, deciden
perseguir a Orestes y atormentarlo.
Luego, en Las Euménides, Orestes acosado por las Erinias, acude a Delfos pidiendo
ayuda a Apolo que lo manda a Atenas donde la diosa Atenea, en un acto político
histórico, soluciona el problema con el primer tribunal democrático donde, por mayoría
de votos, Orestes es absuelto de todo crimen.
Homero, también, utilizando la épica, relata en su Ilíada y Odisea la naturaleza
humana, la moral y todo marcado de un romance añorante como el de la Odisea que es
dividida en 24 cantos, pero los estudiosos dividen la historia en tres: la Telemaquia que
narra la historia de Telémaco y Penélope en Ítaca y las consecuencias de la ausencia del
rey, la llegada de los pretendientes que tienen como misión casarse con Penélope para
gobernar Ítaca. Luego el regreso de Odiseo, su trayecto que lo lleva hasta Ítaca. Al final,
la venganza de Odiseo que es el reconocimiento por parte de Telémaco, Penélope y su
padre, la venganza contra los pretendientes y la intervención de Atenea para evitar una
guerra.
De esta manera, la narración poética ha marcado todos ámbitos posibles clásicos,
ciertamente renacentistas y algunos modernos. La rigurosidad científica que sublevo el
discurso literario cambio esto, de cierta forma, para que tal discurso se adaptara al
método necesario por la ciencia y la investigación. Aceptado y procesado no hubo
marcha atrás para volver a la escritura y expresión clásica, limita a un campo especifico
y a un orden especifico.
Tal estructuración, aunque concorde a los paradigmas actuales, tuvo ciertos
principios en la antigüedad, pero no limitándola a un campo especifico sino dando cierto
orden al discurso. Tal trabajo fue de sofistas o, incluso en el periodo romano, de poetas
y políticos como Virgilio que versado en la poética cultivo dos de las grandes obras de
la literatura universal: La Eneida y Las Georgias. Virgilio fue poeta romano amigo de
grandes personajes como el político Cayo Mecenas y el emperador Augusto. De padres
humildes recibió estudios en retórica, lengua y filosofía.
Uno de los hechos importantes es que, en vista de la situación de su época donde
muchas personas deseaban el amor y esplendor por la guerra, él decide recobrar la
riqueza y armonía del campo escribiendo Las Georgias.
Un hombre de mundo, en su perfeccionamiento del verso y el latín, viajo por toda
Roma inspirándose en los paisajes para escribir La Eneida, encarga por el emperador
Augusto con el fin de relatar la grande desde inicio hasta el culmen del imperio. Pero
enfermó viajando a Asia y en su lecho de muerte pidió destruir la obra pues la
consideraba imperfecta, pero no se cumplió su promesa y La Eneida se volvió un éxito
para la posteridad.
Virgilio también maestro en la lengua latina, la estructuro de cierta forma para que
los versos fueran más precisos y expresivos. De rigurosa mano, la enseñanza del latín
por parte de Virgilio era muy estricta, pero rindió grandes frutos, porque latín se adaptó
a su concepción y formación que él dejo claro en sus obras.
Pero sus influencias en el latín no se limitación a un simple hecho gramatical, sino
que está formación gramatical sirvió para que su amigo cercano el emperador Augusto
le ordenara escribir una obra que relatara el principio de la civilización romana. La
Eneida la historia de Eneas, encomendado a mantener el espíritu de los troyanos vivos
después de la destrucción de Troya, viaja durante mucho tiempo a Cartago, Sicilia y
otros lugares de Europa. Eneas siempre añoraba la tierra prometida que sus
descendientes volverían un gran reino. La aspiración y búsqueda de Eneas llevaría a la
formación del Gran Imperio que no se ha visto de nuevo desde su caída por culpa de las
invasiones bárbaras y su separación en dos imperios: occidente y oriente. La influencia
del Imperio Romano en la historia de occidente está presente en los tiempos actuales.
O también la bella admiración de Virgilio a la naturaleza, al campirano que conocía
los ciclos de la naturaleza y sus costumbres. Las Georgias son la construcción de estas
finas y bellas costumbres, desde la siembra hasta la cría de animales, Virgilio viajó por
todo el Imperio, pues ese era su deseo: conocer y admirar los panoramas que ofrecía la
bastedad de Roma en la antigüedad, además de recopilar estos principios humanísticos
que marcaron el fin sedentarismo y el comienzo de los asentamientos cívicos a causa de
siembra.
El argumento de las Georgias se propone Virgilio la recuperación del agro itálico, el
renacimiento de una ética enraizada en la tierra, el retorno a las virtudes y costumbres
ancestrales sobre las que se había fundamentado la añorada grandeza de la antigua
Roma. Una composición de intencionalidad social y política, que reencontrándose con
las esencias patrias trata de responder al mismo tiempo a las necesidades económicas de
la Italia del momento. Una obra que para el experto merece la categoría de obra maestra
y que para cualquiera posee el atractivo de descubrir un mundo de sensibilidad ante la
naturaleza y de respeto hacia las formas de vida que ella genera y nutre.
Los argumentos que se han dado desde los tiempos clásicos son la prueba suficiente
para afirmar que sus ideales siguen vigentes, pero ignorados o rebajados a un simple
artilugio decorativo del texto. No es, entonces, justo para con los antiguos como para el
hombre actual seguir ignorando este desdén desmesurado a la forma por cual
expresamos las trivialidades diarias como los sublimes discursos liricos, filosóficos y
políticos que llaman a ser humanos, a ser escritos desde el corazón y la cabeza, no sólo
desde el cientificismo mitológico y la rigurosidad académica.

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