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LA EVOLUCIÓN DEL CASTELLANO MEDIEVAL


Líneas generales
«La historia del castellano, desde su aparición en los textos iniciales de los ss. XII y XIII, se nos
muestra como una continua expansión. En primer lugar, hay una expansión interna: el castellano
se convierte en la lengua «propia» de Castilla en todas sus manifestaciones escritas (literarias,
jurídicas, cintíficas, etc.), quedando el latín restringido al ámbito de la liturgia y a ciertas actividades
intelectuales. El castellano conquista así la primacía, o exclusividad, en una gama cada vez más
amplia de textos, lo que obliga al «desarrollo» de un idioma que en épocas anteriores sólo servía
para las necesidades prácticas de la comunicación inmediata. Ese «desarrollo» es, por una parte, la
historia literaria, con sus procedimientos expresivos, sus estilos cada vez más personales y sus
géneros de textos cada vez más variados. Pero también es el de la propia lengua: puestos sus
hablantes en el deseo, o la necesidad, de expresar en ella nuevos contenidos, de más alto nivel de
abstracción o de mayor sutileza significativa, su sistema lingüístico debe llegar a ser capaz de
manifestarlos. Para ello, la lengua ha de ganar en ‘universalidad’, o posibilidad de empleo en todos
los sectores del saber humano (lo que se logra con el incremento del léxico), y en ‘complejidad’, o
capacidad expresiva de procesos especulativos y reflexivos (para lo que se necesita una sintaxis
cada vez más flexible, sobre todo en la oración). Lo habitual es que tal proceso se realice bajo el
influjo de otras lenguas ya utilizadas como vehículos de cultura: para el castellano cumplieron dicha
función el latín y el árabe. Todo ello unido a los cambios producidos en diferentes sectores del
sistema (poco sólido en muchos puntos, según hemos ido indicando), configura la historia
lingüística del castellano medieval.
Por otro lado, el castellano continuó su expansión externa, ocupando nuevos territorios,
absorbiendo y desplazando las formas lingüísticas de éstos y arrinconando a los otros dialectos
centrales. Ellos produjo en relación con fenómenos políticos tales como la progresión de la
Reconquista frente a los musulmanes, la unión definitiva con León y la paulatina penetración
castellana en Aragón, sobre todo en las zonas no catalanas.»

La evolución lingüística2
«En la Baja Edad Media el castellano consolida algunos de los procesos iniciados en épocas
anteriores, mantiene la situación de variación en otros y anuncia alteraciones que sólo se cumplirán
en el Siglo de Oro» (p. 206).

Vocalismo
No hay ya en esta época prácticamente ninguna modificación del sistema vocálico. Sólo algunos
cambios:
1- Cambio en la posición del acento:
REGINA>reína>reina
BIBITU>bebdo/béodo>beódo
2- Reducción de /ie/ a /i/ en el sufijo proveniente de –ELLU:
CASTELLA>Castiella>Castilla
Y en otros casos (casi siempre en contacto con –s implosiva o líquida):
VESPERA>viespera>víspera
SAECULU>seculo*>siec’lo*>sieglo>siglo
PRESSA>priesa>prisa (aún priesa /prisa en los Siglos de Oro)
3- En el siglo XIV se dan también los primeros casos de reducción de /ue/:
ue>e: COLOBRA>coluebra>culebra
FRONTE>fruente>frente
FLOCCU>flueco>fleco
ue>u (muy pocas veces).

1
Rafael Cano Aguilar, El español a través de los tiempos, Madrid, Arco/Libros, 1988, pp. 193-194.
2
Cfr. Ibidem, pp. 206-220.

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