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El 23 de abril se celebra el Día Mundial del Idioma Español (siendo aprobado el

13 de octubre de 1946) en honor al escritor Miguel de Cervantes Saavedra,


quien murió el 23 de abril del año 1616nota 1 y cuya novela "El Ingenioso
Hidalgo Don Quijote de la Mancha" está considerada la obra cumbre de la
lengua española. En la misma fecha, pero del calendario juliano, murió William
Shakespeare. En algunos países se conmemora a la vez el Día del Libro.

El Día del Idioma Español fue institucionalizado en Colombia mediante el


decreto ejecutivo 708 del 23 de abril de 1938, durante la administración del
Presidente Alfonso López Pumarejo, siendo Ministro de Educación Nacional
José Joaquín Castro Martínez.

Un cuento para el Día del Idioma y la conmemoración del autor del Quijote, el
23 de abril.

Don Miguel vive ahora en Sevilla, y lleva muchos días tratando de escribir la
historia del hombre al que se le secó el cerebro, y que ya se llama Don Quijote
de la Mancha que al publicarse después se convertiría en la máxima expresión
de nuestra lengua. Metido entre sus libros, como nunca antes vive el fervor de
las palabras que le brindan sus personajes, diciendo que engrandecen la vida y
el mundo, y hablan de Dios y sus maravillas. Esta vez a mediodía al fin pudo
redactar el gran comienzo de su famosa novela que dice: En un lugar de la
Mancha de cuyo nombre no quiere acordarme... Y así se dijo que no olvidaría
nunca ese día y esa hora de nuestro Señor para que la humanidad entera se
acordara de ella. Ahora siente el idioma que ama y con el que trabaja
aprendiendo a nombrar cuanto lo rodea, y sabe que es la misma grandeza de
España que crece en este instante con tantos hombres que van por mares y
cordilleras al oriente y occidente, a la conquista de muchas naciones.

Después de una larga jornada de trabajo, camina en silencio por una calle, y
delira con el fantasma de su personaje que parece llevarlo de la mano. En
algún momento, mirando hacia el suelo, encuentra al lado del andén una hoja
arrugada, manchada y sucia porque las letras de la pluma de ganso, semejan
ya raíces oscuras y fatídicas igual que cosa de diablo. Entonces, tembloroso se
inclina para recogerla y la abre. Primero la lleva unos cuantos pasos apretada
en su puño como sin saber qué hacer, y luego la guarda en el bolsillo. Pero una
furtiva lágrima salta por sus párpados. Por su contenido, es una carta para
alguien pidiendo un favor, y arrojada por la persona que ha preferido no
entregarla y olvidar dicha solicitud. Al genio español le duele muchísimo el
estado espantoso en el que están allí las bellas palabras, en su más dolorosa
condición de frágiles y vanas en medio del papel.

▬¡El gran idioma no merece este destino!▬ dice con tono golpeante que
resuena pero que nadie oye▬ Él debe ir en cubierta segura, en labios nobles
que hablen de la bondad del corazón, y en medio de manos limpias para ser la
voz de lo que la gente debe decir a diario aquí y acullá. Sabe que para él
escribir es pensar en su propia vida y en los años adoloridos por la cárcel y la
lucha con sus enemigos que nunca le perdonaron haber sido Comisario de
Cereales y de Impuestos, y lo obligaban en forma constante a ir a dar nuevas
aclaraciones ante el Tribunal de Cuentas de Madrid como parte de la
mezquindad que lo persiguió sin tregua siempre. Precisamente para él poder
concretarse en estos días al trabajo de su novela, ha logrado que un amigo lo
remplace en una nueva citación.

▬¿Don Miguel, por qué llora?▬le pregunta alguien.

▬¡No es nada!▬Entonces se limpia las lágrimas, y asevera para sí, que


tristemente, el gran idioma representa también la presencia de la infamia
porque las palabras van por escaleras invisibles de diferentes almas, hacia
abajo y hacia arriba, entre la mirada de gloria y la altivez de los príncipes y
nobles, y la maldición y el sarro de los bandidos y los mendigos. ▬¡Don
Miguel, los poetas lloran con facilidad!▬insiste otro transeúnte.

▬¡Ya dije que no es nada! Todos tienen la costumbre de hablar sin saber lo
que dicen.

▬¡Los verdaderos poetas son los más valientes! Y no lo digo por mí sino por el
gran Garcilaso de la Vega que debemos honrar por haber sido un gran
guerrero, y eso lo llevó a ser el primer lírico de nuestra lengua. Pero yo estoy
manco, encorvado y enfermo a causa de las heridas de las batallas en las que
aprendí a sentir y cantar el mundo y la vida.

▬Y no es que ya me proponga ser un cascarrabias pero parece sano para la


razón de los humanos hacer las aclaraciones necesarias a fin de enderezar el
juicio de los demás afirma y quisiera agregar que la gente no entiende estos
asuntos. Por lo anterior, varios historiadores y biógrafos hablan del día que don
Miguel lloró. Que eso lo lleve a cabo una persona, constituye desde siempre
una circunstancia normal y corriente. Pero que lo hiciera Cervantes, el padre
del idioma español, es un hecho significativo. Además, no eran las lágrimas del
guerrero de antes que se enorgullecía de sus heridas por su vida y por su
patria, y de las que pudo tener muchas de las no que se tiene noticia, sino las
del cultor del buen decir que ha aprendido a vivir la dignidad que él mismo ya
sentía en las palabras. Sabía que ésta se funda en las manos y la inteligencia
de los que luchan por engrandecerlas, como en las de quienes se empeñan en
mostrar sus rencores, miserias y demás dolores. De tal forma concluye cuales
son los dos extremos que debe reunir en su obra, y que definen la humanidad y
el tamaño de dichas aventuras porque el mal también forma parte de la obra de
Dios. Entonces, Cervantes esa tarde supo que se habían acabado los tropiezos
en la escritura de su novela, y está ahora saldría a borbotones, y por tanto
podía pensar en terminarla pronto, lejos ya de todos los dolores que le había
producido este personaje que ya le parecía de carne y hueso.

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