Está en la página 1de 14
[vno.] FRONTERAS Querida amiga la saludo carificeamente y celebro que podamos encon- ‘rarnos aqul, en este espacio de Fccién que nos dala escitua, [No nos veros en persona, pero vaya que nos vemos. Yo lain vento a usted a través de estas palabra y usted hace Io propio conmigo. Los dos somos imégenes y las proyectamos en estos mensajes que nes enviamo, Silo piensa bien, compartimos una ilusién de presencia, una utopia de cereanfa que consigue lugar nla escritura, [En primer término, quiero decile cunto me sorprende-y _gratifica su deseo de abraza la profesién del ensayista. Sabe- ‘mos de cartasal oven poeta, al joven pinto, al joven baiarn, al joven novelista, pero nunca de un epistolaro entre una persona que quiere hacer ensayos y otra que regularmente los escibe por guttoy por ofco, Que sea ademas una muchacha quien me ‘escriba,yabra ahora un diflogo sobre esta area, es revelador. No recuerdo yo que los autores de aquellos epistlarios venidos ala mente hayan sido dstintos a hombres, encopetados profesiona- les de las letras que aconsejan a yn muchacho que apenas entra ‘en las lies del arce verbal. Quizés porque el destinatario de los secretos estéticos ha sido un sujeto masculino resulta extrafio que usted y yo hablemos ahora del ensayo, con una intimi- dd quid poco acostumbrada en este tipo deescritos. Sin duda, lejos de esta cofrada de machos melancéicos, podemos hablar mis claramente de lo que supone la creacén en el mundo de las ideas, Recordando a Virginia Wool, podriames intalaraqut * nuestro “evar propio" En esta primera carta, quisiera exponer mis razones para ‘entender como excepcional -y ala vez maravillos- esa preocu- paciOn suya. Podrlamos ensayar algunas ideas sobre lo que sig- nifica hacer ensayosy las implicaciones que cultivarlos tiene en laelaci6n con la literatura, la cultura yla sociedad. Ensayar, co- mo usted imagina,seré de aqui en adelante algo mésque un juego de palabras o un santo y sefia. Si desea pensar de esa manera, nos ensayamos en ests correspondenciae intentamos ensayar scuetdos sobre el ensayo, Una transaccidn que, como veremos, cesconnaturl a este tipo de esertura Para empezar, deb decile que la actividad de ensayo es & laves paradsjcay distintiva, En primer temino, parece un que- hacer indéei a cualquier definicién, una especie deescapatoria a ls intentor de clasificr la experiencia ltervia, una afimacin del derecho ibertario a opinar y axgumentar, motivados ambos por un acontecimiento 0 una coyuntuta, Peto, por otro lado, Lensayo resulta necesaio para una sociedad que se precia de ‘stimula el debate y la confrontacicn, la libertad de expresion y En este punto, conviene remontarse a un noble francés, a quien atribuimos la invencién del género, Michel Eyquem de ‘Montaigne, una amable figura que, pese a haber exstido hace més de cuatro sigs, nos alara muchas cosas sobre la esctitura yyla vid. No sed aro que volvamos a, como quien acude aun Viejo amigo en busca de conse, Con su obra, segtin la ecordada frase del novelsta Aldous Huxley cl ensayo ‘nace adulto", Como siya desde el inicio contuviera sus potencias y desarrollo. Y di- go queatribuimos a invencidn del ensayoa Michel de Montaigne porque, si bien l fue quien dio nombre ala tarealiteraia de ensayar su libro de 1580 se llama, precsamente, Losensayes-, en autores anteriores como Platén, Séneca, Cicerén 0 Marco Aure- lio, habita un tipo de escritura meditativa que solo después obtuvo carta de presentacién con el francés, Recordando a Borges -quien dio que Kafka haba influido ‘en sus precursores-, podemos decir que Montaigne incidié pro- fundamente en la manera en que entendemos alos autores alos que se asemeja Su obra nos hace comprensbles a esos esrito- res que ya hoy nos parecen ensayistas 0 modelos de escrtura a quienes solo podemos figurarnos através del lente ensayistico, Montaigne hizo algo extraordinavo: inventé una forma de ex critura que después de él parece haber existido desde siempre. Esto resulta més sorprendente aun pensamos en quelosgéneros literarios hunden sus origenes en las penumbras dela historia, ‘mientras que el ensayo tiene inventory nacimiento conoxidos. Como recuerdan los riticos, junto con el poema en prosa el en sayo es, quis, el nico géner literario que la modernidad Fue capaz de inventar ara volver a nuestro tema de conversaci6n, los ensayo de ‘Montaigne estén llenos de alusiones pivadas: sus dolencias, sus esperanzasyy temores; los episodios més prosaicos ylasangedotas ss banales pueblan suesriturs, como en una especie de peiplo exhibicionista ante el lector, que de esta manera se conviete en una especie de confidente ode wyeur. Nos enteramosdeque tiene cleus, que la muerte de un amigo lo ha lenado de tristeza, {que vio unos aborigenes en una exhibiién, Sin embargo, el en- sayista no se queda alli Mientras narza centenares de anéedotas historias desu vida y de personajes de la antighedad clésica- va tocando las inquietudes fundamentales de la exstenca las cosas * quea todos atafien: el poder la muerte la amistad, la soleda la educacion. Fara usar una metéfora ya recurida, el ensayo des- cribe una curva taza un arco entrela Gnicoy lo tipic, que, com su tens, se cazga con enerpa sulicente como para creat algo vigoroso en el mundo dels simboles. ‘Césares tan vsibleen sus asuntos privados como en las hazafas| recordadas en los libros, no dice. Con esta declaracién, que ‘expone uno de los asuntos mas recurridos en la historia de las leerasy el pensamiento, Montaigne ests queviendo deci, creo yo, dos cosas: al ensayista no le es indiferente nada que tenga {ue ver con lo humano; chismes, grandes ideas y conceptos, cpirodioe vulgares y geatas hacen pate del universo que puede visitar el ensaysta con el fin de apoyar un planteamiento y dec algo significative paa todos, Por otro lado, el ensayo tiende un pente entre las inquietudes individuaes, el evasvo universo de lo priveda, ye mundo scil el de as ideas y las confrontacones, Esto significa que cl ensayoencarnala creenca de queelindviduo puede decir algo sobre [a sociedad: la ides de que todos podemos fpinar sobre todo, sin que seamos expertos o tengamos una auoridad delegada po alg poder. Mas adelante, espero mostrar shasta qué puntola destruccin de fronteas-en todos os nivelee- es imprescindible en el eres ensayatico. En [a ciencia yen la politica es donde més claramente se ve la necesdad de rechazar Ia especilidad y el poder, pues el censaylsta no necesita ser un expertoo conocedordelos entesijos ‘burocrticos y juricos para pronunciare contra las injuticiasy crores de los poderososo para prevenir sobre los alcances nega- ‘vos que los conocimientos, teorias y técnicas pueden tener cuando estin mal empleados ose usan para atentarcontrala dg- nidad humana, El mismo Montaigne nos da a clave en uno de sus textos, cuando anuncia que habla, no come juriscansulto © gramétic sino como hombre, como Michel de Montaigne, aproximacié parcial entee dos figuras que andan muchas veces dela mano! Creo que esto puede bastarle a usted, querida amiga, para entender cusn inludibleesel ensayo ycusn espontineo surgeen nuestra vida intelectual. Cémo nos resulta de urgentey estrcta su disciplia, ‘Ahora bien, debemos atender de una ve2 a una cuestién que, de seguro, reaparecerd en nuestro dilogo. Es, siaslo acordamos, ‘un nuevo asunto de frontera, él ensayo eso no literatura? La cuestin, como usted supondr, resulta bastante espinosa, po quedespués de tanto tiempo an no sabemos quéesla literatura, dela misma manera en queno podemosdefinicel arte latelleza, “Tenemosexperiencas de todo ello, pero resulta eareaharto diffi, ~ademés de instil abstraer un concepto general para nominar tales experiencias En relacion especifica con nuestro géneto, don, ‘Miguel de Unamuno dijo una vez algo que resulta muy acertado Bo existe realmente “el ensayo", sino “ensayos", Con esto, el tiésofo y escrito de Salamanca queria indiar, tl vez, que lo ‘ocurrido en cada acto, en cada impulso de esritura, no puede reducirsea una generalidad, Siendo un espiritu, una actitud, una pulsin, un deseo y una necesidad, sera inti definir el ensayo Loliterrio, lo atsticooloestcico, como yasaberos, varlan ‘en la cultura, cambian con el paso del tiempo y, portal 12260, ‘no podemos afirmar que haya algo asf como una esencia de la creacién,Porello, resulta aén mis dificil comprobar sie esa celiteratura 0n0, 3 a tien de icacion de Anstétcles * poco hemos eambiado nuestra percepei6n de las especies litera Fas, debemos acepearquelaesrtura con propésitoargumentativo| ‘ore ha = a Fuera de las. a estéticas, ED “egumentato pa communi co este Pe ni ie hay mancrs de spony pun ur sl pueden catego geno terimagatves, ban. Usa malt de gneo, Cate tain cxpone terelamente eta cues, cuando ln ure chayo ans ltetra en pela oreo ‘Manel su lctura Ouiero compari on wt mea pelea A rnc ttacon par uecearyosslouna po Tad una expen que sempre "he las, dee ongubtoratale bas ogacfo tetany pends enlar rey lnetion, ets ec y miu, ue da super esc en nests dn srs deta crear y pol moments {ap quo rosa con algunos compos clo an ao de feundsstelclonesentieleneayo leq adicnalmeste Iemor sonal come leant Us rnp lo tenemos Sige qu eat un i despls de Mickel de Manage ot en tn autor eontempancs quctrllsen sen, ¥ qe ‘Nees deacon estilo dan de uc ay desu enabled prea ero dejo para ms tarde, cuando las tareas me den tregua, la visita a esas figuras entrafable, con las que ~creo- se van a poblar nuestros abuntos, Querida amiga Como habeé usted escuchado,atribuimos a Miguel de Cer vantes Saavedra la invencién de ese cutioso artefacto que co rnecemos coma novela, Al, el autor no solo conté las aventuras| de su caballero, sino que también nos dio acabadas reflexo nes sobre la gloria, el pode, ls amistad, el amor. Desde ese en- tonces, a gran novela no le fue eno el interés por expicar los ‘enigmas del ser humano, de la historia y de la sociedad, en un iro que solo podemas entender como ensayistico y prafunda- mente moderno. La novela, como habré usted notado en sus lecturas de Sterne, Balzac, Dostoievski, Proust o Joyce, no solo narra hechos; también nos da acabados pensamientos, tori, conceptos ¢ ideas. Recordemos que Marx dijo alguna vez que habia aprendido mis de las luchas de clases sociales en Francia a través de a puma de Balzac que leyendo los muchos tratados de economia politica que consult. De hecho, una de las gran- des novelas de nuestro tiempo, El hombre sn atrbutos de Robert Mus celebra el ensayimo como una de las fuereas de la vida. ‘La narracin, al prvilegar sobre todo las accione ye tiem po, no se ecupa necesaviamente de cevelar lo que se piensa y conjetura, salvo cuando el curso de ls hechos se detiene y el narrador los petsonajes empiezan a contarnos Io que se les ‘cute o han elaborado en sus momentos de meditacion. En este punto, lo ensayistico entra a matizar lo que solo estaba fenel terreno de a peipecia y nuevas densidades argumentales ‘e posesionan de Ia escritura, Obvia deci que, en este caso, el ‘ensayo entra en el cuentoo la novela y tanto personajes como a5 i t narradores empiezan a actuar como ensaystas, Dehecho, asf nos hhayan dicho lo conteario, la voz del ensayista es también la voz se un personaje, de un ser creado por las palabras, La ides del tebrco Mikhail Bakhtin, segin la cual la novela es un entrama- do polifénico, encuentra en el ensayismo una explicacién par Ja abundancia de voces que entran en la naratva. (Otroautorque nos una clave paraentenderla potencalidad literati la eneris etética del ensayoes Jorge Luis Borges, Como salpemos, en su escritura se destrayen muchos limites, dos de los ‘cuales atin al ensayo, Por un lado, en sus obras desconcertan- tes lo argumentativo, lo nazrativo y lo liseo parecen cobabitar sin que entendamos muy bien qué estamos leyendo, si cuentos, poemas, rsefias, poemas en pros, retimenes 0 prélogos, en tun juego que ya es conocido por los aficionados y los muchos aie ee ety Ea Seeds ‘como si el ensayismo fuera una garan- tfa paral verosimlitud y la aceptacion moral, Incuso, me are vveria a decir quela presencia del ensayo es imprescindibe cuando lanarzacién terara quiere hacernos pensar que lo que nes cuenta hace parce dela realidad ‘Muchas delas tetas de Borge -inventar autores, hacer pr: logos imaginaros a obras que nunca existieron, escribir reseBas 0 restmenes de ibros que slo estén en su mente- tienen en el ‘ensayo su coartada principal. Son algo as{como la prueba de que sus personajes -o por lo menos los pensamientos suyos~ pien- san de manera efectivaen la realidad, De manera que el ensayo reivindica su derecho a la ficcién, su residencia en ef lugar de lo imaginario, con este trfnsito maravilloso agenciado por la imaginacin y el ingenio, En altimas, lo que pase con Cervantes y la novela © con Borges y Ia ides de ficcién resulta clave para lo que venimos sefialando, El ensayo no solo pone en crisis nuestra manera de efi a literatura, sino que resulta representative del modo en. ‘que nes rlacionamos con ella, Noes descabellado imaginar que ene ensayo es donde se puede pensar el arte y descubri mas claramente la posibilidad de integra la experiencia estética en _nestra vida, La posibilided de vivir arsticamente eha dado mu- chas veces enel ensayo, dSe puede vivir ensaysticamente? Dejo gu eta pregunta para que ocupe su oci, Un argumento nical es que el ensayo nos conecta con Ia facultad que tiene la literatura de remitienos al mundo de las ‘ideas. En cierta medida, tenia az6n Georg Lukécs, un crtico Ihdngazo que antes de hacer explicaciones ideoldgicas y sociales sobre Ia literatura, nos dio uno de los textos mis bellos -y tenigméticas- que se han escrito ac cexenciay forma del ensayo", sto hace que el ensayo ‘tenga simpatia por lo que ya se pens6 y ya se dijo. "Ahora bien, de esta representatividad podemos sacar en claro aque el ensayo thene como rasgos principales su uso del discur so argumentativosu interés en temas de cultura, historia y soci dad, ou perspectiva intelectual, ys encantadorainclinacién por coleccionar y despegarcitas. [Estas propiedades, alas que ahora podemos dat el nombee Ge “internas", son importantes, pero no necesaiamente las ms tls, para entender Ia pertenencia del ensayista aa literatura, ‘Son més ventajosas las que tienen que vercon el contexto, con lo aque el socidlogo francés Pierre Bourdieu lamé alguna vez el “campo! Elensayista entra sale dela literatura, vuelve litearia a su experiencia después de un largo proceso de sintesiso la expone ‘como siestuviera era dea inguieud estética, mientras discute yy habla de lo amado y lo odiado. Filtra ls hechos y petcepcio- nes antes de elaboraros en simbolosyredesconceptuales. mos fen sus movimientos los comportamientes del canon, el criterio * testético y los juicios de valor. Penetza los simbolos y muestra ‘bine llegaron a constituitse como tales. Por ello, puede ser tan. ‘demoledor cuando crtice formas de vida oideologs "Abora bien, aunque esta estadaen un afuera cen un adentro estemporal, debemos anotarqueelensayista, por momentos, en- tra y sale de Ia insttucién y del mundo literario para ser mis efectivo, De ab que sea conflitva su rlacién con los que dei nen loque vale, Elensayo,siusted quiere es elinstrumento més apropiado para interrogar nuesteos hébitos y nuestros gustos, nuestra manera de somete 8 juicio ertico la moda y los 6de~ znes que ot 0s nos imponen. Cero, en este punto, recordar una elas ican aera en 'No podemos entonces decir que el ensayar sea una profe- si6n, como la del novelist el pintor oe ailarin(SEERGED Thecho, no sé si usted ha repara fen algo aparentemente insignificante, pero que, bien mira o, resulta de importancia capital. El nombre “ensayo” designa tun género, pero también una acién, algo que no ocure con los dems tipos de esrituralteara Puedo ver su gesto de escepticismo, sospechando que yo no tengoen cuenta hecho deque palabras como teatro” y ‘no- vel" pueden convertcte en acciones, mediante laadicién de un sufij, Sin embargo, yo hablo de una confluencia que no exis- teen la literatura entre acto y resultado. Un ensayo es un texto, pero también una tentativa, una accién,Piense usted en Jopotente yal vez ambigua que resulta unaexpesiéncomo Yay da hacer un ensayo", la cual, por despracia, los profesores y las tecuelas han desfigurado, En este caso, acu las etimologias| fesulta ilustrativo. Fjese que el ensayo fue también el acto de opesar los metales en tiempos de Montaigne. Y también, en flguna época, la ace de probar una cornida destinada al ry, para determinar si estaba envenenada, SI. sins cect tuminaons Coan oem ensayosextamor oda poe en bla pcan poking el veneo,deiendo de acerdo con el 1 Tle ides de vesicai, de rues, disp, reultan ‘al ensayo podemos dec st wted et de acuerdo, que vive en le pees dela aden, Ceo que ya entende sted ve gota ensayo ha doen su propia vida ua tortura ecalar rv giualon cinta Tl ver por ea mala infuenci, otayo ata vue ton opac, Nada esta ms ni y com eae racene que inventar elo nortas pra lento. Yes seer entender con ideas lenny vena 9 tener ner see tcl aos que se eet In acadria. Sin embargo, propos data, Panes bien, dcome algo de fo que Bemos dicho que ex cadcalnente nda repel entreted con a vids, sei ane uneistla come el ness? caso fos as wooed arn a poeta, novelas, pnzoe ybailaines 29 ‘provecharonlas sas ar contarlo eet desu fc, aa ees str una eee yn hace? eNo sera ms lepimo he yoke enna usted cma hacer un buen ensayo? Yea cats cncutimar algunos aunts propio de a escrtra dl ensayo sn pena ellos ncarman ua especie “9 de decélogo. HI mismo ensayo ha desconflado siempre de las recetas, Si hablamos del tiempo, del espacio, del punto de vista, de la digresién y del uso de las citas, como espera que ocurra més adelante, si es que usted mantiene este hilo de palabras que la unen conmigo, no quiere deci que se desprendan leyes 0 * regs para construir ensayos. Aunque usted, con sy perspicacia, de seguro advertir en estas palabras los asuntos ténicos que también nos interesan y quel aga, terminaremos revisando, Salvo por el hecho de ser un escrito donde se dan argumentos ¥y tazones, no hay nada més que sea aplicable de un ensayo en ‘otro. Yendo ms lejos, podemos decir que la eolucin singular a un tema o a un argumento en un ensayo es intepetible,-2Serd «st laraz6n porla que esta cartasa una joven ensayista resulta ‘una excentrcidad?- Aunque hay familias de pensamiento, del ensayo no se puede decir lo que, a veces, sueleafizmatse de los otros géneroslterarios. No hay tendencias, excuela o estios en ellensayo, como sf cabe decir de la novela el cuento ola poesia, Como quedamos entonces usted y yo en este terreno mo- vedizo? eVale la pena ponerse a hacer ensayos y, més ain, dar recomendaciones para esrbirlos? Porahora, no tendea yo mismo una respuesta, Acaso, estascattas son un largo rodeo, un asedioa «saisla que, como en el poema de Cavafys, revel su importancia, ‘no por a legada, sino por el trayecto que inalmente, luego de divagaciones y aplazamientos, nos permite aleanzacla, Este via« je, que necesariamente pasa por la cultura y ls historaliterada, ‘os permitiré dar un primer recorrdo dl que podemos aprender algunas cosas. aro dejo ese tema para mi préxima carta. Por ahora, me despido de usted y quedo ala espera de su respuesta, cuLTURA Querida amiga ‘Su carta me sorprende justo cuando empiczo a preguntar sme lo que usted sealacon agudezaen su respuesta, Mire hasta {qué punto hemos logrado una coincidencia en las inquietu- des que despierta el tema de nuestro didlogo. 2Seré tan distante consonancia Ia que nos hace aptos para ensayar este trnsito de palabras por los dias? ‘Voy a ocuparme, entonces, de lo que usted encuentea osc roen mi anterior mensaje: la afirmacién de que el ensayo es un _Rénero que tiene simpatia por lo ya sido, por lo ya creado, Para ser més preciso, en su texto de 1910 el crtico hingaro Georg Lukécs responsable de tal declaraciGn, observ que el ensayo no sacasusasuntos dela nada, ¢Queé puede significar esto? Aunque los criticos ee han devanado los sesos intentando extraer algo en claro de tan enigmética aseveracin, podemos andar un camino més cencill, La ya creado, lo ya sido, es lo elaborado y pensa- da par otras personas: ls simbolos, el are, los libros, la ciencia, lo que ha legado la civiizacin, Tal apertura resulta alarmante, lo reconozco, pero creo que allt hay una cave para entender los intereses del ensayo. Si bien podemos encontear ensayos sobre la naturaleza -algunas echo, eFautor bls al exer La vids dea abeasy Laing dels flrs dos ibosaravilosos qu sted me ha dichoestn en su biblioteca, adopt una tes humans cuando se ocup de estos seres maraillses. ato al lero, ent @ su jardin, ess Fgilesentidades se hayan volailizado en ideas sole la sociedad yl politic. Pocemos decir del ensayo que es, entonces, un género de caltuz. Lo interesante esque usted puede rte del anterior cacin a preposicin dey susttuila por eras—en" la cultura, ‘para lecular, “por” la cultura con el in de ball, en cada aso, una aueva posibilidad, Para volver ala oposicién que algunos han advetido entre naturalezaycvilzaién,podemos detenernos un momento en ls ensayosescrtos “conta” la cultura ‘Muchos de esos texts, que ahora asociamos con activids- des lamadas “contraulturales, 0 de reblia, se ubican en el ane. Esta pradoja se exlica por una raza, Hl arte moderno, donde encontramos algunos de los mejores enayos de est tipo, fue proclve a criticar la civlizacin occidental de la cual hacia parte yde la que, camo observan algunos, fue su culminacén. For ejemplo, en a obra de do artistas esritoresdefinitivor para late de nuestro zmpo,ballamos muestrasrepresentativas de este ensayismo contra la cultura o, paca ser exacts, cote cultura ocidental- Se rata de dos nombres que austedle deben de ser familias: ls pintores Vincent van Gogh y Pal Gauguin, Dos amigos que visjaron al su de Francia en 1888 para nventar tuna nueva manera de sr aristasy vivir la vida en medio de Jn belleza,o “aresticamente’, como quite la vanguard. Una asocicia loca y entrafabe, aa que yo me fguro como una de las grandes amistades intelectuales. Los dos emprendieron una aventura humana y estéica inusitada que culmind, como ha- br usted lefdo, con un episodio doloroso, cuando Vincent atac6 con un cuchllo a su amigo y, por temordimiento, se cort6 una trea a misma que envolvig en un pesiéico y después envi6 a ‘una prosituta como obsequio, ‘Mis alléde las anéedotas tepidantes de ambos creadores, y de au influencia en la renovacién de las ates del siglo, po- emos acura sus escrito, en los que vemos un cansancio con. Jos valores dela civilizacién, asl como un deseo deretorno a una shumanidad ms ingen, no contaminada pola enfermedad del progtesoy la técnica. En obras como los enérgicos Escritos de un Salvaje de Gauguin, oasentrafables Cartas a Théo de Van Gogh, seve al artista como un ser que evade los centros metropolita- os, el reinamiento, la tecnologia y las instituciones de cultura, pata ir a la busea de un ntcleo de huranidad més puro, del {que pueda emanar la fuente vivade a creacién.Hbalance nosio da otro artista, quien vivié un poco desputs de los dos aventure- rosimpresionistas, el pintor francés Jean Dubufft, quien en sus textos sobre el arte bruto ~una vanguardia que exalt la pintu- ra delos locos ls nifiosy los consideradosretrasados mentales— dicta Debo decile ue paso pocos dissin pensar en esa fas, para mi convertida en el més certeroy til dels aforismos. ‘Ahora bien interés ensayistco por loque otoshan hecho ats ndfoln mas Se lace no ene Canc, ii eso ESD ————>E ‘ica que tiene la respuesta de todo hombre sensato ante lacultt ralettada y la institucin El ensayista persigue ideas, conceptos, imagenes, textos y objetos pare averiguar Ia cara humana que tienen, para entrever a la mujer o al hombre que estan detrés de su elaboracin y de su custodia. No obstante, la relacion de de: pendencia con Ia cultura sigue existiendo, a despecho del gesto de desdén del indviduo. Incuso, el rechazo salvaje de autores como Van Gogh y Gauguin revste una patadoja: usar la misma txftca~instrumento letrado por excelencia~ para euestionar ala misma civilizacién, Esto ya lo sabia Kant, quien vio en esta fa- cultad wa rasgo de nuesto tiem Lo humano es discontinuo, fragmentaro. Por elo, hay ue reinventarloa cada momento y defendeslo de toda amenaza, incluso en nombre delo que se nos revela como pretendidamente Ihumano, Es como si el ensayo tuviera que defender la vida de ideas que se han vuelto demasiado abstractas. Esto ocurre sin ‘mportar que esa defensa tenga la apaiencia de un retio, de un sbandono de lacvlizaién, tal como ha acuttido, no solo con nuestro dos pintores, sino también con ensayistas como Henry David Thoreau, 0 el mismo Montaigne, cuyas figuras tienen por rsgo importante una eeccin de vida marginal, lejos de las ‘veleidades urbanas. El retio de Thoreau ala propiedad rural desu amigo Ralph Waldo Emerson en Concorde ensefa bien lo que el ensayista desea en el momento en que trascendiendo el mundo de las le- tras, se aleja momenténeamente de la ciudad. No deja de ser llamativo qu, pese a haberse Fugado, Thoreau sguiera teniendo en su utilae elementos dela cultura ycontinuara hablando con ‘ellos como lente. En su Walden ola vida en os bosques, publicado «en 1854, Thoreau celebré los placeres sencillos, las ideas y sabe res esenciales para una supervivencia frugal y honesta en la naturaleza, Lo interesante es que cuando Thoreau habla de los "gore del inviero, de la vsia de las aril, del trueque con ‘campesinos que ayudan ala supervivencia, ef bagae intelectual 2 nolo abandona, La suya, ala large, sigue siendo una perspectiva Ue hombre de ciudad, asien su ensayo-diaro critique la manera fen que se conduce la urbanidad Libro de Thoreau es interesante también de otra manera Con Walder, no estamos solo frente a un texto. En sus piginas seconsigna, ms que nada el balance de un experimento socal, tin juego de aprendizaje con la existencia. Cabe recordar que ‘como muchas cosas del arte y dele vida que salen bien libro tel zesultado de una limitacin avtoimpuesta, ya que Thoreau pact6 con su amigo Emerson -otro gran ensayista~unaestada tn a propiedad cercana al lago Walden Pond durante dos af, dos meses y dos dias, Alli, Thoreau vivié con lo basco, asi tido solo por fariiaresy amigos, y Fue consignandoen su diario Jnforme-ensayo todo Io que le ocurla. La marginacion, como hhan tecordado los bi6grafes de Thoreau, no fue completa, da- do que el autor se instal6 a pocos kilometros de la casa de su madre. Adivino una sontisa dibujindose en su cara. Qiz4s una de las mayoresvirtudes del ensayo esque propone formas alter fas de habitar el mundo y relexiona a partir de un alejamiento {eo que, a pesar de ser amado, ala larga se sabe superfivo, ‘Coincidira usted conmigo en que el ensayo es una atalaya pra mirar las transformaciones de los mods de vivir y pensar tn el pasaje de la historia, y que ensayos como el de Thoreau imuestran las reacciones de lot seres bumanos ante modos de ida artficiosos e inauténtcos. Bien porque los ensayistes nos ‘den con sus vidas ejemplos de conduccion y tomas de postuta, bien porque en ellos se exprese lo major de la inteligencia y la agudeza de su tiempo, el ensayo resume intelectualmente a sn época.Platn, Bacon, Voltaire, Borges, Steiner no son solo -muestras de realizacones individuales, Son prucbas de lo rau cho que una sociedad puede legar a pensar una cuestién, La imaginacién bartoca late en los textos de Quevedo, los rgores bélicosasedian en los apuntes de Canetti. as ‘De modo que, para volvera Luks, nose trata tanto de que cllensayo genete simbols, sno de que los interrogue Elensayo nos muestra cémo se represent6 en otros lugares en otros tiempos. lvestiga qué signifcé ser humano en un momento anterior y cémo podemos comparar esas maneras de ser con aquellasa las que nos estamos habtuando, De hecho saber emo pensaron los seres humans del pasado en sus ensayos es una de las experiencia mas intensas que puede tener el lector. Yo, en 5sticulas, no puedo dejar de imaginar a Thoreau alimenténdose cn rotenone det, mia a as rls, anotando todo lo que se le pasaba por la cabeza en las no- ches de ventisca. En ess gestos, st, para mi, J fundamental lesa actitu BERR closa del progres que ha estado en al- unos de os mejoceseseritoresy pensidores norteamerieanos,¥ jemiésesté que dga que ellome assteen este momento, cuando ‘quiero liberatme de todas las atadurs. ‘Mientras la historia los reportjes nos muestran des de fuera los modos de sentry pensar, losensayos estén dentro de 08 sistemas de pensamiento y nos los comunican con toda cspontancidad. Acazo porque, al ir mds allé de la narracién y ofrecerse como un espacio donde alguien piensa, elensayo tamita ‘un comereio mds intenso con las deas. Cuando Voltaire y Zola defendierona personas injustamente acusadas-en lo que, sein se nos ha dicho, define Ia aparcin de intelectual moderno-, ‘vemos que recusieron a argumentos que difrtan de os usados ens época, Con sustextos,nstaureron une nueva forma de en- tender ls comporamientosy los valores, haciendo un llamado a la toleranca y la cordura. Bso nos dice mucho sobre ellos, y también sobre la sociedad ala que se opusieron En el Yo acu, Zolé se dig en 1898 al presidente dela repaiblica de Francia par inteceder por un militar acusadoinjus- tamente de traicién, quien habia sido implcado en un escéndalo porsuorigen udio, como es obvio,porel antisemitism delos 26 x centmigos. Voltate habia hecho algo parcido en 1762, cuando {ntervinocon su palabra para evitarla prsecucin de una familia calvinista francesa, cuyo padre habia sie acusado de asesinar au hijo porque este queria convertieseal eatolcismo. Eros ejemplos prucban que el ensayo ha estado unido al intelectual ~e Tatado de la solerancia de Voltaire es uno de los mejores ensayos dela Ilustracin— y, muy especialmente, a causas que estan en la vir da cotidiana de algunos de nuestros semejantes. Madame de ‘Stéel, una magnifica pensidora, dejé dicho que el ensayo ayu- daa queel extremismo y la tirantapierdan sefoti, ‘Dejo este amago de escritura para cumplir con mis tareas del dia. Expero retomalo para que hablemos sobre lacompeja telacién del ensayo con la cultura Querida amiga La saludo de nse, sin estar seguro de haber sido caroen el inicio de mi carta. De todas formas, para volver a Lukes, decir ‘quela ceacion dela nada no existe en el ensayo puede inducira tsquvoces, incluso con lo que nosotros mismos hemos expresado Sielensayose enfrenta acosasyadichas, Zquéle queda? Recuerde «que defeademos la dimensinatistca la plastiidad formal dela ‘serivuraensayitia; ast que el ensayo e arte que toma en cuen- taloya pensado yl ya formlizado.2Qué puede estar més cerca de a idea de ceacién que un arte que se ocupa de creaciones? Lukes recuerda que, en alemién, la palabra “ereacin’, Dichung, tiene connotacionesasociadas a tal experiencia. En espafil, la reac tiene un significado més amplio, pues se relaciona con. el hacer mismo de a vida ‘Me parece que, aunque el ensayo no crea de a nada, Lukes estéafirmando ain més su dimensin inventiva, pues -como han explicado ya los tericos de la iterature~no hay escritura dqueno sea resultado de una lectura. En el ensayo, con el ensayo, a siempreleemos. Y,comoen el caso suyo,elesritorhadebido leer 8 otros. La tradicidn es un teido de interpretacionesy respues- tas 2 lo que ya estaba dicho. En el fondo, como ha mostrado Ricardo Fig, la critca ya literatura tienen el mismo principio. Son comentario, nota glosa. De modo que los ensayists al tenet (que consierarlas obras existentes, nose sienten imitados. Antes bien, en las creaciones ajenas ven posbilidades para proseguir la propia aventura ‘Oponge aqui a ereacién un concepto que puede servi para mostrar que el ensayo sf produce nuevas ealidades: esta nocién esa de comracreaci, especialmente stil para entender el arte, cuestién andmala que, como decta Borges, no saben explicat Iapsicologiaylos profesores. Desde una perspectiva que sala vez pscoldgicay teoldgiea, ceamos porla angustia de no poder crear Respondemos alo ya hecho con una nueva idescién. Oponemos almundodado el que cada dia levantamos. Le esribo esto para poblar ls inopia de mi vide y para superar lo inane de los dias. [Nuestra construceiones, como ecuerda Herbert Read, se hacen, dentro de otra construcci6n, la del mundo que tiene por techo| cl cielo y por muros los confines. De made que, al sembrar de cosas nuestro camino por vida, estamos reconociendo nuestro Jgaren un universo en el que ya habia imitans. Al finde os tempos, estaremas respondiendo a las cavernas de Altami los megalitos de Stonehenge, al Cdigo de Hammurabi y al Bagavad-Git, ‘De modo que en algo tan enigmstico como el arte es donde cl ensayo anda mas @su albedro. Parafraseando a Montaigne, podemos decir que de conformidad marchanelarte ye ensayo. ‘A ambos les gustan las imagenes y comparten un destino de traduccién permanente. El arte ayuda al ensayo a pensar las complejidades de a realidad a través de las imagenes, y el ensayo lasinterpreta para que el encuentra de as obras de arte con eles pectador sea mis intenso. Por ello, al ocuparse de imagenes, el ensayo evita sr demasiado abstractoy nos muestra en vives: Gia especie lo que insina a mano dl artista o del esritor De esta simpata del ensayo porclarte, me gutaalgo mila tensén qu se crea entre actuaidad y anacronismo. Nada como ta obra de arte prahacernos pensar en un tempo que no ese Ge nostro, y que a la vez est ac con su cercania incuestona- bie, desafiant. Hl ensayo expone las impliaciones que tiene cllhecho de que td obra de arte es realidad actual y, al vez, lareacto queyanovive con nosotros. Am, pr ejemplo, sempre ‘me a precido que la belea es el coflito entre algo dstante, inaccesibley ala vez fama, alalcance dela mano. Su bla, ‘mi queida aig, ea daltica entre su jana ysu presencia, enesta suerte de rodeo au persona que hacen estas caras, este meandso de palatras qu la presienten yl cean Lo anterior, por puesto, va en contra de algo que nos han ico sempre. Cue el ate ylatratura estén vivos solo cuando €llectoroexpetador ls activa. De este modo, dqué significa una distancia como la que menciono? éY por qué, entonces, clensayo tiene a misién de acuaiar? Creo ques bien ada tspectador cress distancia con a obra, y que en ello rside el ‘rida de emocin esttca que le suscita, el ensayo labra una fendaaltermativa, pues muesta a qué distancia emocional y Fisica est quien ee y quien esribe Lalectura de un ensayo es Ia confrontaign de dos magnitudes ceties. encuentro de dos pertonalidades en caloqui, en alternanca de soledades. "Aor ben Is actualdad del ensayo-ese tatoenrelopxs- imo yl distane-nose limita alate, Enotrosasuntos ensayo tiene especial interés porlo presente, de hecho cea l misma la ‘igenca deo que expone. Me explico: cuando un eeritor como 4 Walter Benjamin considera el valor que tenen los vejos ibros sustiaos los uguees de radiciones pedis, los recuerdos fancia olor artefacts patados de moda, est echando sobre alls na eva luz, y poniéndonos en contacto con una nueva _manerade entender el tiempo, lamemoriay los objetos. Recuerdo vivamente un ensayo del escritorcolombiano Hernando Téllez nel que evoca un pisapapees visto en la infanci;estole ayuda aa meditar sobre muchas cosas: los juguetes, la industria de artefactos de oficna, la evolucién del gusto. El objeto ha sido salvado del flujo temporal y ha quedado como simbolo.Y, si sted lo quiere, e5 una clave de ingreso a un mundo emocional xy mental. Los datos que usted me da, por ejemplo, me ayudan a ‘entender se inteés por la andinera por viejo tiles de poda, 1 de plantio como wna insistencia en una préctca, en un modo {e vivir y sentir su tempo. Con la vocacion critica suya, el ensayo se inclina por la invencin del presente y busca conjurarlalejania de un hecho, tuna persona o una época. Por ello, nos los presenta como una Jmagen. El ensayo traduce, si usted quiere, los simbolos de una época en los de otra. Crea una especie de juego de cajaschi- nas, en donde no sabemos qué est dentro de qué. Con Borges, la cébala, las sagas nézdicas medievales o ls versos de un poeta popular argentino se vuelven actuaes, imprescindibles para ‘entender muchas cosas dela vida ‘Ms nquietante aun es otra enigmética expresién de Lukes, para quien el ensayo es an Bautista, un precursor, alguien que ‘anuncia la venida de algo més imporante que é. Este recién llegado, a quien su antecesor no es digno de amarrrle la cinta de as sandalias,es la teora “grande’,segtn Lukics. La ciencia, Ia filosofia los sistemas de conccimiento. Esto, necesariamente obliga a una posicién de humildealtivez. El ensayists, ala la 2, acepta que dice algo para que otro lo diga mejor. Explora para «que un conquistador fije después bandera, “Humilde altivez" expresién conteadictoria, lo sé, pero que puede entendese si ppensamas bien en Io que sugier. El ox{moron, como usted re cordars, es una figura literasia de gran expresvidad, con la cual se califca aun nombre con un adjetivo de significado aparen- + ‘teinente opuesto. EI mismo Lukes recurri6 a esta figura para decir que el ensayista es orgllosamente corté, edo esto srve para entender algo que podria parecer obvio, pero en lo que pocos eparan. Después de Montaigne, elensayoes ejeticio del julio y, por tanto, en él halla una potente vocacén, critica, Sopesary gar son crasdela misma moneda, La mayor responsabilidad del ensayista no es ni squiers con la verdad, © con a fidelida alos acontecimientos, como esimperativo en el eportajeoen la historia, Hl ensayo se compromet, sobre todo, cone! juicio, con a ponderacién. Con una atencidn que, aunque imperfecta, seré sempre responsable y garantia de buena fe Esta crtica ocurfe en varias eseres, pero aqutinteresa en particular la que nos remite a obras lteraras y aristicas. Aun «que hay ensayos que transmiten una conseguida impresién de imparcialdad, es inevitable en lacisposcin a compara, ligat 1 por ende, a estimar, Quizés coma en ninguna otra forma de fscriturs, el ensayo trata, ante todo, de responder alos valores precedentes. Es siatlo queremes, una forma dela cortesia ante la lnminencia dela obrade arte, huésped deluj, Est idea, que tomo prestada de George Steiner, sirve para entender que el ensayo ‘aloj, més que excluye o expulsa. Es algo que ayuda también 3 cerradicar de nosotros a idea de que la critic es aquella forma de Jamezquindad escondida en la descalficacin, Me atrevo a decit| ‘que incluso en ls crticas més adveras, el ensayo se comporta _generosamente y considera su objeto como un invitado, como un familiar al que vale ls pena poner atencin. Tratemos aqui de recordar al ensaysta Alfonso Reyes, uno de sus libros va con cesta misva, y para quien lactic ea una forrna dela concord, una capacidad de leer pasando por el corazén. Qué elaciones pueden telerseentreensayoy hoeptalidad? Le deja a usted, mi querida amiga, este posible vinculo, paca que piense en él, en [a compahia del gran regiomontano. éQuién mejor para analizar esto? ZQuién, si no usted, que me acoge cen estas cartas que nos eseribimos? exo volvamos a la rlacién dl ensayo con otros géneros y cotsas formas de esritura. O, ms bien, con las plataformas en [quese dan otras expresiones,tambign perifércasdelaliveratura ebernos aceptar que, casi sempre, el ensayo ha sido género de revista y queello ha tafdo consecuenclas. Por un lado el ensayo hha adquirdo un dinamismoy una verstilidad queno tienen otras cexcrituras; pero, porelotro, el ensayo esefimero y solo merodea, sin que se le pueda dar residenca, raz6n por a que tiende a ser olvidado. El ensayo se diluye en su sucesox. ‘os académico ehistoradores de las ideas tienen, a veces, “unestereotipo: queel ensayo es imperfecto, pues solotantea,an- tes de que se profesinalice una inquietu, seinstitcionalice un concepto 0 se haga operativa una noci6n Esto niega la dimen: sion de tanteo que tiene toda investigacin, incluso la més rigurosa. En el ensayo de América Latina hay vatios ejemplos de lo que aqut le digo, Uno de ellos es Fernando Ortiz, el antro- péloge cubano al que debemos uno de los ensayos mis des- Tumbrantes de la tradiién lterarla: Contrapunteo cubano del tabacoy ef azicar, Si bien Ortiz en su texto quiso contradecit| la nocidn de faculturacién” que usaban los cienttficos sociales hasta su épocay propuso lade “transculturaciOn’, su propuesta, con todo lo luminosa que pudo se, no profuncli26 mayormen- teen el concepto -por lo menos en el sentido académico- y la dej6 como indice de algo inherente a la historia del isl. Des ‘pués, con el paso del tiempo, “transculturacin” se conviti6 fen un concepto imprescindible de las ciencias sociales y huma- ras, una categorfa*viajra", como lallamé Mieke Bal, pues pasé al dominio académico. ‘lo mejor, quizis, sea decir que el ensayo apenas descu- bre, y que en e50 no necesariamente hay insufcienia, Esto supone, mis bien, como ene erotismo, que el preémbulo noes destino truncado, sino el camino para llegar a algo més fuerte aa y definitive. Ante todo, el ensayo es ruta, laberinto de placer Intelectual.¥ felizmente, hallazgo. En el mbito periodistco, pademos establecerrelaciones con formas definidas de escrtura, ue tambign pertenecen ala logica del tanteo y Ja intuci6n, y que solo desean que alguien lege fuego para hacer que un pilpito se vuelva un acorde de latidos. Si bien el ensayo se sostiene por sf mismo esté lejos de creerse “autoruficiente, Los linders del ensayo cone articulo, la colurana ‘yet editorial son ya conocidos. ‘Con el periodistno, por lo menos aquel que se express en la cxénicay ef repotaje, encontramos una nueva posibiidad para Ta relacida entre argumentacin y narraci6n, Atento a Jos mo vimientos de a vida caidiana, el ensayista respalda con hechos yy anéedotas as ideas los conceptos, que no provienen solo de fos libros ode las grandes exposiciones y discursos académicos, ‘Al ensayo, la espontaneldad le viene muchas veces de afescura del reportero. ‘Me doy cuenta en este punto de que, aunque hemos hecho permanentes referencias a la conversecin -de hecho, estamos {Enuna-, no hemos dicho mucho sobre la relacién del ensayo.con ftto género de larga tradicidn en la filosotia, la literature y fos medios de comunicacién el dslogo. Vala la pena dstinguir cia presencia en dos direciones: una explicita y otra implicita, Pritnero, como disposcién connatural hacia el lector y, segun- dd, como arificio, como recurso ala estructura textual dela conversacién, Los ensayos de Wilde o los diflogos de Plata Son un buen referente. E ensayistaindividualiza tipogréica- mente las voces de los contertulos, y por eso los vemos ensayat wy ensayarse- frente a nosotros, En ocasiones, esa charla nos recuerda un contrapunto musical, donde ideas aparenterente

También podría gustarte