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ME VOLÓ LA TAPA

Copyright © Andrés Fernando Londoño Padilla. 2018

Primera edición en Proyectos Sin Límites S.A.S: noviembre 2018


Segunda edición en Proyectos Sin Límites S.A.S: febrero 2019 Tercera edición en Proyectos Sin Límites S.A.S: febrero 2020

Impreso por: Proyectos Sin Límites S.A.S


Celular: 3164730530
E-mail: proyectossinlimitesedu@gmail.com
Impreso: Editora Géminis S.A.S
Distribuido: Editorial Solar S.A.S

ISBN Digital: 978-958-56934-2-5


ISBN Físico: 978-958-56934-3-2

Diagramación y Diseño de portada: Mayra Collazos Martínez


Corrección de estilo: Marcela Sequeda
Impreso en Colombia 2020 – Printed in Colombia

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema
informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación
u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del autor, excepto en el caso de breves reseñas utilizadas en críticas literarias y
en ciertos usos no comerciales dispuestos por la Ley de Derechos de Autor.

Agradezco a toda mi familia, en especial a mi esposa Katherine y mi hijo Jerónimo por


apoyarme en todas mis locuras y ser mi razón.

A mis amigos Claudia Rincón, Carolina Acuña y Gustavo García por su compromiso con
este sueño.

A mi mentor espiritual Ezequiel Plaza por su guía y paciencia en todo este proceso.
A Gustavo Henao por trasmitirme tanta esperanza.

Y de manera profunda mi mayor agradecimiento a la fuente de inspiración y protagonista de


este libro.
Contenido

PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
REVELACIONES
PRÓLOGO
E
ra nuestra primera vez en Madrid como familia, estábamos entusiasmados al pisar suelo
Europeo, un gran sueño se cumplía. Teníamos muchas expectativas de las personas que íbamos a
conocer, la comida que probaríamos y los sitios que visitaríamos. Sin embargo, había una
inquietud silenciosa en mi mente y en mi corazón, una que carcomía mi alma y que disimulaba
perfectamente. Trataba de no expresarlo para evitar arruinar el viaje a mi esposa y mis hijos, pero
era indetenible. Aquel malestar se debía a una pregunta que perturbaba mi mente como si fuera una
alarma que no se detenía. Después de haber sido sometido por muchos procesos quirúrgicos
gracias a mi condición de nacimiento (labio y paladar hendido bilateral) y de pasar muchos años
en terapia de lenguaje intentado hablar y que se me entendiera lo que pronunciaba, tuve una
“revelación” que me acercó a una fuente espiritual real, la verdad llegó a mi vida y me regaló los
escenarios para que paradójicamente aquellas palabras que nunca supe pronunciar ahora se
convertirían en el instrumento que me permitiría inspirar. Desde aquel instante siempre he
mencionado en algún espacio de mi discurso a aquel que convirtió mi debilidad en mi mayor
fortaleza, sin religiosidad, pero con espiritualidad. Nunca tuve problemas con ser abierto en este
tema, aunque aquella libertad no me restaba lo prudente, respetando las creencias de quienes me
han escuchado, hasta ese momento mi público había sido cien por ciento latino, los países donde
me había presentado tienen en su cultura cierta tradición a creer en un ser supremo, esto me daba
algo de seguridad de que cuando mi discurso se tornara espiritual por lo menos no encontraría
tanta resistencia, pero ¿Qué sucedería en Europa?, la pregunta sin respuesta que me tenía ansioso
volvía una y otra vez: ¿Podré tocar un ámbito espiritual ante españoles sin ser visto como loco o
fanático?. Había escuchado hablar sobre las diferencias entre latinos y europeos en este aspecto,
lo que me llevó a buscar algunas de las estadísticas donde evidentemente se mencionaba que el
agnosticismo y ateísmo eran predominantes en Europa, nada alentador para mí al saber que estaría
compartiendo tres conferencias en un continente cuya avanzada en la secularización era evidente.

Con angustia me acerqué a escuchar las conferencias que me precedían, quería entender
desde el público con qué me enfrentaría, aunque ya en mi interior tenía la convicción de que
cuando fuera mi turno de hablar lo espiritual, lo evitaría. De repente, sentado casi al final del
salón donde se encontraban decenas de líderes de una gran corporación, escuché a un hombre cuya
elocuencia me cautivó, admiré la fuerza de su mensaje desde su introducción y esperé
ansiosamente el desarrollo con la expectativa de aprender de él y por supuesto de indagar la
forma en como abordaría su mensaje ante grandes empresarios europeos. Con plena seguridad y
de manera contundente, Andrés Londoño se fue sumergiendo en aguas profundas y de la nada
comenzó a desglosar palabras como “gloria, gozo y gracia”, cada una con argumentos profundos
digeribles para un erudito y a la vez tan sencillos que hasta un niño podía entender, este hombre
ME VOLÓ LA TAPA. De inmediato empecé a hacer un recorrido visual esperando que el
auditorio tuviera un rostro de incredulidad, molestia o alguna manifestación de desacuerdo, pero a
diferencia de lo que supuse, todo el público se encontraba atento, tomando anotaciones, asintiendo
con su rostro y aplaudiendo cada sentencia que los desafiaba a exaltar lo espiritual. Me sentí
admirado e intimidado a la vez pues Andrés tuvo la valentía de hacer lo que yo estaba dudando
desde que llegué a España; él fue certero en sus argumentos, genuino en su discurso y contundente
en cada planteamiento que respaldaba con resultados propios. Al finalizar su conferencia no hubo
un solo empresario que no lo ovacionara, los aplausos retumbaban en la sala y la emotividad nos
inundaba. ¡Qué gran experiencia!

Lo que sucedió posterior a esta primera conferencia se triplicó en sus dos presentaciones
restantes ahora ante un auditorio más imponente y miles de personas que eran inspirados por
Andrés Londoño y su esposa Katherine. Cenamos juntos en la misma mesa de los organizadores de
la convención empresarial y lo que vi en aquella cena elegante fue al mismo matrimonio genuino
que inspiró en el escenario. Cuando el evento acabó acordamos encontrarnos por la plaza España
para salir a recorrer algunos sitios emblemáticos de Madrid, teníamos que recorrer una estación
del metro subiendo y bajando escaleras con nuestro hijo de 4 años y nuestro bebé de tan solo
meses de nacido.

Sin preguntar, Andrés tomó el coche del bebé (o carriola como le dicen en México), lo
dobló y se encargó de él durante todo el trayecto para facilitarnos a mi esposa y a mi llevar a
nuestros hijos en brazos, nos ayudaba en todo lo que necesitábamos y hasta nos asesoró en cómo
hacer para no gastar tanto dinero comiendo en la calle. Allí estaba el mismo hombre que un día
antes tenía un traje de gala mientras era ovacionado por miles de europeos después de enseñar
sobre “el ser”, llevando sin problemas el coche de mi hijo, el mismo carisma que percibí en el
escenario se mantenía fuera de él, su humildad ME VOLÓ LA TAPA. Al despedirnos me
prometió que cuando estuviera visitando su ciudad en Colombia nos invitaría a su casa a almorzar
un plato típico que en su hogar preparaban muy bien, meses después estábamos comprobando por
nuestro propio paladar que definitivamente no se había equivocado, nuevamente su sencillez y la
congruencia de sus palabras con sus actos nos voló la tapa. ¿Qué agradable verdad?, qué
satisfactorio saber que en un mundo repleto de caretas estás a punto de leer a alguien real.

El debate sobre la existencia de Dios, que se remonta a nuestros ancestros, está aún
vigente y pareciera que se profundiza cada día según aumenta la decepción de aquellos que antes
creyeron pero que al confiar más en los hombres que en el creador mismo de la humanidad,
terminaron por concluir que el tema de un ser supremo es una falacia, que en definitiva estamos
solos y que cómodamente solo existe un universo que actúa en contra o a favor de nosotros,
movido por la inercia y el pensamiento y no por la orden de un rey soberano que controla el
universo mismo. Solo por este simple argumento ya me parece valiente que el autor de este libro
se decidiera a no guardar silencio y dejar que sus letras gritaran lo que algunos ignoran, aquello
que otros callamos y lo que otros sencillamente evaden, quizás por conveniencia, por ego o por
simple distracción. No sé qué tanto espacio le has dado en tu vida a la espiritualidad, no sé si
prefieras evitar el tema o si consideras que tu relación dominical es suficiente para mantener un
bienestar integral, no sé si esperabas con ansias esta lectura o si este libro llegó por “casualidad”,
no lo sé. Pero lo que si sé y puedo asegurarte con plena convicción, es que esta lectura TE
VOLARÁ LA TAPA.

No sé a ti querido lector, pero a mí me ha sucedido que he comprado galletas en cuya


envoltura se promete que con tan solo llevar los dedos de extremo a extremo en la parte superior
se podrá abrir el empaque gracias al “abre fácil” que lo acompaña, honestamente más de una vez
me he visto defraudado intentado abrir con mis dientes lo que se suponía sería “fácil”, en una que
otra oportunidad tuve que recurrir a las tijeras y la decepción aumentó al darme cuenta que entre
tantos intentos fallidos las galletas estaban desechas así como lo estaba mi confianza en la
empresa de envolturas. ¿Y tú?, ¿tienes incorporado ese abre fácil en tu mente y en tu corazón?,
espero que así sea y que realmente sea fácil abrir tu alma para que entiendas lo que aquí está
escrito, hazlo sencillo querido lector, no te rehúses a ninguna de las revelaciones que llegarán a ti,
pues están escritas con el tacto preciso de los dedos, no esperes que la vida tenga que recurrir a
unas tijeras afiladas pues ese proceso es doloroso y tristemente estaremos desechos para entonces,
mejor hazlo sencillo, deja que Dios use contigo el “abre fácil” para volarte la tapa.

Este ejemplar es un tesoro literario, una lectura obligada, para mi será imposible no
recomendarlo y convertirme en un cómplice de muchas tapas que se volarán. No me lo contaron,
tampoco lo escuché de un tercero, yo mismo fui retado por la transparencia y honestidad del autor,
un hombre sin duda alguna brillante y no me refiero a ese brillo que se produce gracias al efecto
de la luz cuando choca con su cuero cabelludo, sino al destello que se produce cuando alguien
puede avalar lo que dice con su propia existencia. Yo mismo fui desafiado por su insistencia en
despertar mentes dormidas y por su gran llamado, uno que sin duda alguna no proviene de lo
natural ni mucho menos es originado desde el ego, un llamado que trasciende la teoría y se
respalda con una vida genuina, una encomienda divina que traspasa lo físico y trasciende a lo
eterno. No querido lector, no vas a leer a un personaje construido por el marketing o un defensor
férreo de una filosofía, leerás a un hombre real, que te despertará y si acaso te consideras ya
despierto, aun así te aseguro que alguna creencia se destruirá y al finalizar la lectura dirás: ¡Me
voló la tapa!

Gracias querido Andrés, tu existencia es la fiel muestra de que aquella voz que muchos
escuchamos y a veces ignoramos, aún sigue retumbando en corazones sensibles y valientes como
el tuyo. ¡Bendito libro, el primero de muchos!

-Gustavo Henao-

Inspirador de multitudes

@GustavoHenao
INTRODUCCIÓN

Tengo millones de cosas por decir, anhelos profundos desde mi infancia.

Siempre he tenido una pasión incalculable por la vida, pero en especial por los anhelos más
profundos del Ser, como la plenitud, la paz, la prosperidad, pero siempre ha habido uno que
superaba los demás, y era la VICTORIA, el TRIUNFO. Es posible que sea un poco de ego, pero
eso nunca se apagó en mí, el anhelo de grandeza me ha hecho soñar profundamente, casi al punto
de sentir que iba a ser real. Desde muy niño hice muchas cosas, quizás innumerables, pero había
algo especial, un factor transversal y fue que siempre pensé que iba a ser el número uno del
mundo.

Recuerdo cuando empecé en la música a los 11 años, aprendí a tocar las congas y toqué en
un grupo musical de salsa. Soñé, de verdad soñé, llegué a creer que lo iba a lograr y no fue así. A
los 13 años empecé un deporte extremo y soñé, soñé, de verdad soñé, logré imaginarme cómo
quedaba campeón del evento más importante del mundo en ese deporte, pero tampoco fue.
Practiqué muchos deportes, desarrollé varios emprendimientos, caí, me levanté, no sé cuántas
veces, soy joven, pero créeme que he vivido más de 100 años.
Había algo que me levantaba, no sabía qué era, pero a pesar del dolor, de la frustración,
volvía y empezaba. A los 18 años dije: voy a pintar y fue un desastre, entonces dije: Voy a
escribir. Y empecé un libro que se llamaba “Mariposas de mi mente”, pero no lo terminé; por
momentos mi mente me decía que dejara de soñar, que hiciera algo real, que me enfocara, que yo
nunca iba a lograr el éxito, que yo había nacido para trabajar y no para ser grande y transcender.
Muchas veces lo creí, pero volvía y me ilusionaba, sino era un deporte, era un arte, o un
emprendimiento empresarial. Nunca he parado, empecé a estudiar y a trabajar al mismo tiempo, en
circunstancias muy diferentes al promedio de las personas de mi entorno.

Empecé haciendo aseo en la universidad donde estudié, vivía en un cuarto independiente;


las condiciones eran muy básicas, pero no paraba de soñar, vendí comida en bicicleta, ropa
interior, me hice dueño de la cafetería de la universidad, pero volví y fracasé.

Me volví a levantar, no se apagaba esa voz que me decía. Lo vas a lograr. No sabía qué
era, pero lo sentía. Seguí buscando, me gradué e hice más emprendimientos: un almacén de ropa
juvenil, una empresa de consultoría en marketing, pero volví y fracasé. Y esa voz no se apagaba;
mientras sentía en lo más profundo de mi ser que lo iba lograr, la realidad me golpeaba. Seguí
estudiando como algo lógico y me estaba programando para ser por lo menos un buen empleado,
que era más fácil. Ya no iba a ser pintor, músico, deportista ni empresario, con esa realidad, cada
vez emplearme y estudiar se volvían una opción.

Cada sueño, cada emprendimiento se convertían en una tormenta de emociones, peor aún,
una acumulación de obligaciones, y esa voz no cesaba, había algo dentro de mí que no me dejaba
parar.

Me gradué de la universidad como administrador de empresas e hice tres postgrados y a


los veintiséis años era gerente de un centro comercial, había construido un estilo de vida que se
ajustaba un poco a mis anhelos, pero seguía en la búsqueda. Empecé a leer con mucha pasión
desde el 2008, pensando que en los libros encontraría la respuesta, ¿por qué me levantaba una y
otra vez?, ¿qué buscaba?, ¿por qué escuchaba una voz dentro de mí que hacía que volviera a
soñar?. Un día, un libro me llevó a crear una empresa operadora de franquicias, fue una
experiencia especial casi sub-real.

Seguí en la búsqueda de hábitos de éxito que me llevaran a donde yo quería llegar, aunque
no tenía ni idea a dónde era. Cada quince días compraba un libro y una botella de vino, porque
había leído que era un hábito de los ricos, y ¿por qué de ricos?, ¿por qué empecé a buscar
dinero?, cuando era niño no buscaba dinero, lo que quería era triunfar, pero empecé a confundir el
anhelo de mi espíritu con los estereotipos que pone la sociedad. Seguí trabajando, pero nunca
dejaba de soñar, pensé de nuevo como un niño, que esta vez sí que lo iba lograr; aquel libro me
inspiró tanto, que en menos de una semana había creado una empresa operadora de franquicias,
con 10 marcas nacionales, incluso internacionales, 32 empleados, facturación importante, mucha
dinámica; sentí que lo iba a lograr, no funcionaba del todo bien, pero yo sentía que lo iba a lograr.

Como un soñador no tiene límites, llegaron ideas a mi mente e hice otro emprendimiento
paralelo y más arriesgado, un concierto musical en mi ciudad de origen, con expectativas muy
altas, y no me van a creer, pero otra vez fracasé, perdí todo, y todo es todo. Las deudas eran tan
altas, que algunas veces digo una cifra cuando me preguntan y en alguna de las conferencias que
doy digo la misma, pero en esta introducción que no es una biografía, sino una secuencia para
llegar al punto de partida, creo que realmente era esa cifra multiplicada por dos; pero me mentía
para no morirme, de manera literal, nunca había tenido tanto miedo.

Esa noche pensé que la muerte era una opción, pero tres días después apareció de nuevo
esa voz que gritaba más fuerte, tan fuerte que hizo que me parara de la cama a correr. Corrí y
corrí, queriendo huir de mí, era el único espacio donde sentía paz. En 6 meses bajé 24 kilos y por
estar trotando, otra vez soñé, fui un niño, volví a soñar y soñé que iba a ser maratonista. ¿En qué
cabeza cabe que con 29 años de edad iba a ser campeón olímpico y que iba a ser el mejor
corriendo? entonces me dije, a nadie le voy a contar esto, será mi tesoro. Corrí tanto, corrí y corrí,
en paralelo trabajaba, seguía leyendo, me leía unos 4 libros al mes, seguía siendo gerente general
y daba clases en una universidad; mi mente, al igual que la sociedad, querían hacerme creer que
nunca lo iba lograr y que ser empleado era una buena opción. Acumulé a mis 30 años, estadísticas
importantes: más de 7 quiebras, más de 200 libros leídos, 14 años de empleo, 5.000 kilómetros
corridos, 3 postgrados, pero nada que conseguía lo que perseguía.

Había libros que me hacían pensar que estaba cerca, que el triunfo, la victoria, iban a
llegar. ese sentimiento, aquel que no cesaba, empezó a cambiar, a veces se llamaba éxito, a veces
se llamaba paz, a veces se llamaba felicidad, era fuerte, muy fuerte, esa voz no paraba, esa
emoción no cesaba. Me quitó el sueño, no me dejaba dormir, me daba insomnio, cada vez era más
fuerte y cada vez corría más, pero este punto me sorprendió, FRACASÉ. El sueño íntimo que tenía
de triunfar corriendo, porque solo dependía de mí, porque no necesitaba dinero, porque era fácil,
tampoco lo logré.
Ese día lloré, lloré mucho igual que ahora que lo escribo. Se me fracturaron los pies, era
mi sueño, el que alimentaba en soledad, nadie sabía que ese era mi sueño, creo que hasta ahora
antes de este libro, nadie lo sabía.

Comía bien, entrenaba todos los días, me levantaba a las 4 de la mañana, entrenaba más de
3 horas, era mío, era íntimo. No pude seguir corriendo, pagué médicos, compré los mejores
elementos, hice lo que estaba a mi alcance, pero no funcionó, volví e intenté y en este segundo
intento peleé con todas mis fuerzas, corriendo con los dos pies con fracturas de estrés; le grité a
los cielos, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, si ¡yo quiero ser grande!, ¿por qué?, si yo estoy
dispuesto a darlo todo, ¿por qué si es mi sueño, una vez más no puedo?, ¿qué es lo que estoy
buscando?, me frustré mucho. Esto lo viví solo, seguía leyendo libros todo el tiempo, recordé que
también fui ciclista, que la había dado toda, pero también fallé. Ese día recordé más de 30 intentos
de éxito en todas las ramas, pero ya no sabía qué buscaba, ese día creí que ya no iba más. Sin
embargo, después de secarme las lágrimas, dije listo, nací para ser pobre, para ser perdedor, mi
mente me decía “agradezca que tiene un empleo”. En ese momento seguía siendo gerente y apagué
mis sueños, le aposté a una vida común, con un cúmulo de deudas por todos mis sueños y mis
anhelos que proyectaba podría pagar en veinte años; me estaba resignando.

Solo pasaron 6 meses de ese suceso, cuando una oportunidad volvió a tocar mi puerta.
Tenía mucho miedo, y dije: esta es. Volví a soñar, volví a creer. Empecé con toda la pasión,
incluso a quien me la presentó le dije que había un problema, que si esto me llegaba a gustar, yo lo
iba a hacer con toda, me iba a enloquecer, que iba querer ser el mejor y que por eso no quería
empezar; pero para hacer corta esta historia que en realidad es larga, aproveché esta oportunidad.

En un año y medio tenía resultados interesantes y estaba soñando al máximo; dije: - Lo


encontré. Esto era lo que estaba buscando, pero sucedió algo inesperado no apto para incrédulos.
Lo que andaba buscando, me habló, me vio tan metido en ese proyecto que, esa voz que me
hablaba siempre desde niño, que sentía tan fuerte, que movía todo mi ser, me dijo otra vez que lo
iba lograr, pero esta vez fue clara y me dijo: “yo te daré toda la prosperidad para que distraídos
como tú lleguen a mí”.

Era lo que buscaba, lo que pasó es que ÉL se cansó y me encontró, ÉL a mí.

Mi vida nunca jamás pudo volver a ser igual, del Andrés Londoño que conocí, no quedó
casi nada, lloré, lloré, lloré porque sabía que era ÉL. Empecé de nuevo. Dije: -listo. ¿Qué tengo
que hacer?, me entregué con más fervor que a todo lo que había hecho antes y me dejé guiar por
esa voz, como lo estoy haciendo en este momento, porque mi mente no quiere contar esto, porque
sabe que hay muchos incrédulos como lo era yo.

Creí tanto en esa voz que renuncié a mi empleo y le imploré que me hablara más, que no
me dejara solo, llevaba años buscándolo, que había perdido todo y esta vez no quería fallar. No
quería ilusionarme, ya estaba cansando, necesitaba algo serio, real y ÉL me contestó, ÉL me
habló y yo lo seguí.

Muchas veces en este proceso me equivoqué, pensé que tenía que dejar el emprendimiento
que estaba desarrollando, que solo tenía que hablar con ÉL, pero ÉL me enseñó que no, que yo
debía seguir haciendo lo que estaba haciendo, pero con ÉL, que antes estaba solo y ahora todo
sería diferente; a pesar de tener deudas, compromisos, miedos, presión por el que dirán, lo seguí,
no pensé en nada y dije: - Si es esto lo que estoy buscando desde que tengo conciencia, no lo voy
a dejar ir.

El 2 de junio de 2015 renuncié y el 3 de junio, como premio a la valentía de seguirlo, me


regaló lo primero que te voy a dar en este libro. Me lo dio a su manera, como ÉL habla; empezó
un mundo nuevo, en un plano nuevo, me ilusioné tanto, que hice una conferencia pública para
dárselo al mundo; fueron 150 personas, incluso contemplé dejar de hacer el proyecto empresarial
que hago, que me coloca ante miles de personas, para solo compartir lo que ÉL me enseñó ese
día. Pero mi mentor en el proyecto empresarial me llamó cuando se enteró de lo que hice y me
preguntó - ¿por qué lo hacía? -, yo le conté la historia resumida y me dijo: - Hazlo aquí pero
equilibrado, serás de mucho aporte para todo el negocio de habla hispana.

Yo lo creí, lo tomé como una bendición y empecé a hacerlo. En los siguientes 3 años han
ocurrido hermosos sucesos que reafirmaron que sí lo había encontrado a ÉL y a mi propósito.
Llegaron más enseñanzas que fui compartiendo y con la ayuda de esa voz, llegué a un resultado
importante en mi proyecto empresarial, el cual me ha permitido hablarle a más de 100.000
personas en 60 ciudades del mundo. Cada vez que lo hago, siento y confirmo que encontré lo que
estaba buscando.

Cinco grandes enseñanzas que recibí de esa voz en los últimos 3 años, están condensadas
y escritas bajo su guía. Es lo que vas a obtener, si lees todo este libro.

Hoy a mis 35 años, tengo todo lo que andaba buscando, amo profundamente mi vida con
todos sus matices y espero que este libro te entregue los trofeos espirituales, emocionales y
materiales que me dio a mí, al descubrir y aplicar “Los cinco principios básicos para la
plenitud”
CAPÍTULO I
CONÓCETE A TI MISMO
EL INDIVIDUO (SER HUMANO)

1.CUERPO Y CEREBRO

D
entro de las preguntas más frecuentes y profundas que han rodeado el desarrollo humano en la
historia de su existencia están: ¿cómo somos los seres humanos?, ¿qué somos realmente?, ¿cuántas
partes tenemos?, ¿somos tripartitos?, diferentes teorías rodean este aspecto.

Si analizamos las teorías más conocidas y las que más han trabajado el desarrollo humano,
tenemos que hablar de la perspectiva física del ser, de una parte mental y de una parte espiritual;
cada una de estas partes son un universo y no pretendo ser científico en este aspecto, pero
reconocer mis partes como individuo me permitió empezar a explorar ¿cómo gestionar cada área?,
¿qué hacer cuándo es una parte?, ¿qué hacer cuándo es otra?, es posible que seas un lector con una
perspectiva amplia en este aspecto o puede que de lo contrario hayas estado tan ocupado que no
tuviste nunca tiempo para contemplar estos temas, no has reflexionado, no has pensado sobre
cómo eres.

Con información o sin información te daré una perspectiva muy esencial y muy básica que
me permitió conocerme.

Tenemos un equipamiento único, como diría un ingeniero, un hardware y un software de la


más alta tecnología y si no sabes qué programas tienes, no lo vas a poder usar de la mejor manera;
pero limitar al ser humano con una tecnología es miope, somos más grandes, más perfectos, con
potencial ilimitado, tan así que una sola de nuestras partes creo la computadora.

Para empezar a desarrollar este punto, quiero ponerte en contexto acerca de la forma como
llegó la información; esta parte te pondrá a prueba en cuanto a qué tan preparado estás para vivir
en el mundo desde un plano espiritual. Muchos buscan ser espirituales, pero cuando tienen algunas
experiencias, incluso propias, no las pueden identificar y hasta las niegan en el plano mental,
bloqueando el beneficio de lo infinito, de lo eterno, de lo sobrenatural.

El miércoles 3 de junio del 2015, un día después de haber renunciado a mi empleo, sentía
tanta seguridad, tanto amor por la vida, sentí que volví a nacer después de haber escuchado esa
voz. Me levanté a las 6 de la mañana, oré sin saber cómo, pero lo hacía con mucho amor y fe. Me
contristé mucho porque sabía que lo había negado por mucho tiempo, me levanté de la oración y
me disponía a salir a trotar; siempre lo hacía con música o con audio conferencias de liderazgo,
éxito, crecimiento personal, y fue cuando escuché la voz: “sin audífonos”… eso retumbó dentro de
mí.

Yo había orado; orar es un principio espiritual básico que aumenta la comunicación,


genera la conexión, y el sentimiento de la verdad se manifiesta en tu corazón (esto lo hablaremos
en el capítulo 3), sentí que era verdad e hice caso.

Salí a trotar en medio de un cultivo de caña hacia las afueras de mi ciudad y me hice una
pregunta basada en una duda de todo lo que estaba viviendo. Dos meses antes fue la primera vez
que escuché la voz y empecé a dudar de todo lo que estaba viviendo, Dije: - ¿qué tal si todo esto
es mentira?, ¿y si esto es un invento mío?

- POR FAVOR TE SUPLICO QUE CALMES MI MENTE, dije en voz alta y trotando;
no podía controlar el revoltijo de emociones y pensamientos que tenía, algo decía que sí era
verdad; se despertaron más voces dentro de mí, otra decía yo creo que es verdad pero vamos
despacio, otra decía que no que parara de correr, algo me dijo que yo estaba loco y me obligué a
callar mi mente y escuché:

“No puedo calmar tu mente, es la mejor herramienta para hacer real tu experiencia
espiritual, en ella se manifiesta lo que vives, sin ella no podrías escucharme y experimentarme,
ni a MÍ, ni a la vida en sí misma”.

Eso fue un ¡WOW! no podía creer que me pudiera decir todo eso en una sola frase, dudé,
pero la duda duró muy pocos segundos, recuerdo, respiré y pregunté, y entonces, ¿cómo somos?
fue la duda que surgió, no me entendía, ni entendía el momento, no sabía qué pasaba, miles de
pensamientos por segundo pasaban por mi mente, seguí trotando, respiré profundo, había un sol
hermoso, logré volver a callar mi mente y como con plastilina, como una explicación a un niño
empezó a decirme:

“SÍ. tienes tres partes, una física, una emocional y una espiritual; cada una perfecta,
independientes pero conectadas, influyen entre sí, pero pueden actuar de manera autónoma”.

“Mira, el cuerpo y el cerebro son una unidad, estos son como uno solo, el cerebro le
dice al cuerpo qué debe hacer, pero el cuerpo también le da señales al cerebro sobre qué hacer;
están perfectamente conectados, incluso son autónomos muchas veces independientes de tu
mente”.

Primer ¡PLOP!, ahí empecé a rebobinar, pero no quería parar de escuchar, ya no sabía
quién me hablaba constantemente, durante toda mi vida hasta ese momento tenía una leve
confusión; si cerebro y mente eran lo mismo, cómo era posible que el cerebro fuera independiente,
este primer punto fue revelador, porque pude entender muchas cosas y más cuando empezó a
complementar.

“Esta unidad es la parte más física y todo su enfoque está en las necesidades básicas,
ahí hay un sin número de funciones perfectas, como respirar, comer, caminar; son demasiadas.
Todas sincronizadas, tienen que ver mucho con lo que haces a diario; la emoción que
predomina en esta área es el PLACER, son básicas sus necesidades, pero importantes”.

Se me estaban cruzando los cables, volví a pensar y hacer reflexiones reveladoras, pensé
casi en tono de pregunta, ¿puede haber personas que vivan solo en esta dimensión?

“SÍ, incluso hay quienes están aferrados a esta área y tienen acciones inconscientes
constantes porque están dominadas por esta área. El cerebro y el cuerpo generan apego por su
nivel de realidad, porque es lo más real de la vida, y si al cerebro le da hambre se lo dice al
cuerpo, igual al contrario, pero si también quiere sexo hace lo mismo, si quieren dormir
también, pero pasa también con la droga, y todo aspecto físico químico que genere estímulos de
placer o emociones hermanas, euforia, excitación, adrenalina”.

“Esto no es malo, yo creé los placeres y estas emociones; el problema es que no


entiendan, que esto es lo más básico, que no es lo único, pero peor aún que se vuelvan adictos.
El no entender esto los hace esclavos de su propio cuerpo y cerebro, ellos son capaces de
dominarte, te dan incluso órdenes, comamos, durmamos, fumemos, tomemos licor, y como esta
área funciona por repetición, a mayor repetición, mayor adicción, puede ser un ciclo virtuoso,
pero también puede ser un ciclo vicioso”.

Ahí pensé, ¿cuántas veces habré actuado sin pensar?, ¿cuántas veces comí sin ser
consciente?, ¿cuántas veces dormí?, ¿cuántas veces tomé licor?, ¿cuántas veces fumé?, ¿cuántas
veces tuve sexo?, ¿cuántas veces?, ¿cuántas veces?, ¿cuántas veces actué sin ser yo y creí que era
real un deseo mío?

Esta parte de ti, esta área o dimensión es vital para la vida, es más, le llamamos vida a su
manifestación; son las herramientas esenciales para vivir nuestra experiencia en la tierra, sin ellas
no sentiríamos, no pensaríamos, no haríamos, no viviríamos. Por eso tienes que amarlas,
conocerlas, cuidarlas, pero nuestros actos de inconsciencia nos llevan muchas veces a hacerles
daño, incluso irreversibles y a veces degenerativos que pasan de generación en generación, por la
inconsciencia de otro. Todos por diseño podemos llevar esta área a su máximo potencial en la
mayor parte de nuestras vidas, entendiendo también qué es finito y qué tiene un ciclo y un tiempo.

Reconocer esta dimensión como un área mía y la responsabilidad de cada decisión sobre
ella me permitirá tener una mejor calidad de vida.

Para mí fue muy importante reconocer esta área como tal. Hasta el momento de la
revelación o experiencia, tenía algunos hábitos saludables, pero recordé cómo por inocencia e
inconsciencia tomé licor, fumé y comí muy mal sin contemplar la importancia de esta área y mi
responsabilidad sobre ella; peor aún, no dimensionaba esos actos en la proyección del tiempo. La
salud, la energía vital y la estética son resultado de nuestras decisiones, esta área no es
responsabilidad del universo o DIOS, es tú responsabilidad.
2. MENTE Y CORAZÓN

Ese día viví algo indescriptible, recuerdo que seguía trotando y era tal la conexión, que la
noción del tiempo se perdió, desaparecieron las preocupaciones y créanme que eran demasiadas,
iguales o más grandes que las de hoy, la diferencia es haber entendido esta área.

Pensé, lo que resta es la mente, recuerdo tener algún referente de cómo estábamos
compuestos y en segundos hacía muchas analogías, pensaba que eran como sistemas, con algunas
participaciones, pero cuando me dijo lo siguiente se fueron aclarando más las cosas.

“La mente está ligada al corazón, lo que pienso, siento y lo que siento, pienso. La
conexión existente entre estas dos áreas da lugar a la realización de los anhelos del ser humano
a través de vivencias. Es más, algunos han confundido el propósito de la vida con la
satisfacción de estos anhelos porque su realización genera FELICIDAD, que es una emoción
profunda, pero no la más importante.”

Cada vez más me daba cuenta de que no era yo quien estaba pensando, reafirmaba que esto
venía de otra parte, porque no era una convicción mía, siempre pensé, hasta este día, que el
propósito de la vida era ser feliz y cuando dijo eso, pensé: ¿entonces? Rápidamente como que
entendí algo acerca de las VIVENCIAS; a la mente le encanta estar ocupada, hacer cosas, vivir
experiencias, recordaba cómo por mucho tiempo quería hacer algo, salir a cine, comer, viajar,
entretenerme a toda costa.

Eso me generaba muchas preguntas, entonces ¿cuál es el propósito de la vida?, si la


felicidad no es la emoción más importante, entonces ¿cuál es? Era demasiado emocionante ese
momento y a la vez aterrador, porque si ya conocía esta información, ¿cuáles iban a ser mis
decisiones de ahora en adelante?, vivir a través de las convicciones creadas por la sociedad, la
cultura, el colegio, los padres, etc., o vivir desde el entendimiento de esta revelación. Muchas
veces queremos el conocimiento, pero no poner la acción, algunos son espirituales a nivel de
información mas no por su comportamiento.

“Un pensamiento puede generar una emoción y una emoción puede generar un
pensamiento, pero más importante aún es que no eres lo que piensas, incluso no eres lo que
sientes; saber esto garantiza tu estado emocional”.

Podría decir que empezó a perderse la señal, para describir ese momento, porque empecé
a pensar, quería entender todo ya; esto era información nueva para mí, venía de un mundo más
duro, más real, más físico, incluso donde desconocía su existencia. Ya tenía el hábito de la lectura,
y algunos autores plantean aspectos similares, ahí me quedé en silencio, el shock era porque la
felicidad era mi mayor objetivo, solo buscaba, cómo ser feliz ¿y ahora?...

“Esta parte es egoísta, es conveniente porque su objetivo es satisfacerse, incluso a


costa del otro, la felicidad no garantiza que estés haciendo lo correcto, puede que la búsqueda
te pueda alejar de mí y al final no tengas nada”.

Todo esto pasaba en segundos, pero parecía mucho tiempo. Más de 3 años pasaron para
escribir esta primera experiencia, pero cuando la escribo percibo las mismas sensaciones.

Reconocer esta área, entenderla, comprenderla y hacerme consciente me ha entregado


trofeos incalculables como poder estar bien la mayor cantidad del tiempo, “feliz”, dominar mis
pensamientos y mis emociones; saber que mis pensamientos y mis emociones son parte de mí y no
todo de mí, cambió mi vida. ¿Por qué lo digo? Hasta este momento definía como YO la suma de lo
que pensaba y lo que sentía, tomé mis pensamientos como absolutos, como lo único real, me
gobernaron, guiaron todas mis decisiones; hasta este momento no podía comprender que había
algo más profundo de lo que pienso y siento; es más no sé si estoy haciéndome entender, pero este
punto revela que casi todo aquello a lo que le das valor, no es lo más importante y nos gastamos la
vida entera buscando sentirnos mejor a través de las vivencias y experiencias.

De esta afirmación salieron muchos puntos, los cuales fueron tomando forma y se unieron
en el tiempo con otros que desarrollaremos más adelante.

“Claramente esta es tu área emocional y atiende tus necesidades, sentirte bien y estar
bien; lo importante es que son un estado mental, por ende, tú lo puedes decidir, no depende de
las situaciones o circunstancias, depende de lo que piensas y sientes”.

Cuando escuché este punto lo relacioné inmediatamente con el éxito, porque el éxito y la
felicidad son hermanos, si tengo éxito soy feliz e inmediatamente comprendí que podía ser feliz y
exitoso, que era una decisión; pero entendí además que eso no era lo único importante en la vida;
fue un gran golpe al EGO, porque de eso estaba apegado, del éxito y de la felicidad. Esta
revelación me estaba cambiando las reglas del juego a mis 32 años, pero también me daba aliento
porque solo tenía que decidir ser feliz y ser exitoso, aunque comprendiendo que al buscar
felicidad y éxito corría el riesgo de alejarme de esa voz o incluso perderla.

Comprendí con sorpresa que dentro de esta área el coequipero es el corazón, así como
para el cuerpo el coequipero es el cerebro.

En el cuerpo la fuente de mando es el cerebro; el cuerpo levanta una mano si el cerebro se


lo dice y el cerebro da la orden si la mente se lo dice, pero quien influye en la mente es el
CORAZÓN; esto es revelador, porque muchos de nuestros actos vienen influenciados por nuestro
corazón y su pureza. Su carácter es ser alegre y bueno, de él emana la vida física y espiritual; el
problema es que no somos conscientes de este aspecto y vamos acumulando las cargas
emocionales del pasado, lo que hace que nuestro corazón cambie y se vuelva incluso duro y triste;
esto a su vez cambia todos nuestros actos, así sean bendiciones provenientes de la fuente divina.
Un corazón adolorido y maltratado cambia todo, y lo más seguro es que la mente no lo perciba ni
lo limpie; borrar las heridas es un acto consciente y profundo.

Cuando tú comprendes que el cuerpo es dominado o influido por el cerebro, y el cerebro


por la mente, y la mente por el corazón, nace una pregunta.
¿Y qué domina al corazón?

Cuando fuimos llegando a este punto, sentí ganas de no avanzar porque presentía las
respuestas, y conociendo la fuente, esas repuestas traían alto grado de responsabilidad, y más aún,
implicaban un alto grado de cambio.

3. ESPÍRITU – CONCIENCIA
Si a la mente la influye el corazón ¿quién influye al corazón?
Cada vez fui más directo, se ponía interesante, más revelador.

“Claramente, tu conciencia es la herramienta más preciosa que te he dado para guiar


tu vida, de ella emanan lo correcto, lo perfecto y lo eterno”.

Solo esto despejaba muchas dudas, pero generaba muchas más, comprendía que de la
MENTE emana lo conveniente y de la CONCIENCIA lo correcto; sentía que iba a ver un cambio
en mi vida transcendental y afloraba una confusión amplia. Por muchos años pensé que la
conciencia o la inconciencia eran un aspecto mental, había leído libros donde se hablaba del
consciente, subconsciente e inconsciente y para mí todo esto estaba relacionado con la mente.
Pero como si me estuviera leyendo la mente me explicó.

“Esos aspectos están relacionados con la concentración, con respecto a lo que tú


piensas y haces, y si lo haces sabiendo o no, enterándote en un plano mental. La conciencia de
la que yo hablo es la conciencia infinita, una conciencia de mí, una conciencia en el plano
espiritual”.

Puede que en el momento en el que leas esto, seas un ser espiritual que ya lo reconozcas,
pero para mí era nuevo, yo era una persona mental, una persona feliz, una persona incluso
inteligente, más no consciente. Esto empezó a tumbar muchas fichas en mi cabeza, porque me
llevaba a reconocer que había algo diferente a mi mente, posiblemente lo había escuchado, incluso
experimentado, pero no era consciente de ser consciente.

Todo esto era nuevo para mí, porque no había desarrollado esta área. Hasta este momento
de mi vida yo había trabajado mucho en mi cuerpo, a través del deporte, de dietas, etc.; había
trabajado en mi mente con mi profesión, postgrados, empresas, incluso ya en ese momento había
leído más de 100 libros y llegué a creer que era espiritual, pero ahí estaba sintiendo en otro nivel
que no era la conciencia como yo la concebía, no era lo que yo pensaba, sentía que era algo más.

“El ser humano tiene necesidades espirituales y son más profundas que las
emocionales. La paz, la plenitud, el gozo son anhelos de todo espíritu humano, y solo se logran
en esta área”.

Estas necesidades para mí eran palabras; hasta este momento no había claridad de su
magnitud, de la forma de conseguirlas, de poder experimentarlas, estaba tan ocupado que no las
contemplaba como un objetivo, estaba totalmente distraído por lo que la vida, la sociedad, la
televisión y el mundo me planteaban.

Empecé a entender que había niveles en las necesidades y en las emociones; comprendí
además que había fuentes diferentes, que cada área era profunda y acepté que desconocía con
mayor amplitud esa parte de mí.

Cada vez iba ganado claridad, ya veía más claro y más fácil las necesidades físicas,
emocionales y espirituales, ya tenía más claro el mapa, me estaba conociendo, estaba organizando
ideas a pesar de los prejuicios, las creencias y lo que me habían enseñado. Lo que más recuerdo
del colegio es que solo me hablaron del cuerpo, de las células, de los sistemas, nervioso,
digestivo, etc., de todas mis partes físicas, de la sangre, del cerebro; en fin, fueron 11 años en el
colegio, luego 10 años en la universidad y nunca me hablaron de mis otras dimensiones. Mis
padres no me hablaron de esto, la sociedad tampoco lo hizo; mejor dicho, o yo no lo ví, o no lo
quería ver.

Mientras trotaba armaba de nuevo el rompecabezas con mucha más claridad.

El cerebro influye en el cuerpo, la mente influye en el cerebro, el corazón influye en la


mente y la conciencia influye en el corazón.

Cuando armaba este rompecabezas, me llenaba de emoción, sentía una certeza y una
claridad indescriptibles, brincaba, quería salir corriendo a contarle al mundo lo que había
descubierto, como si no lo supieran; ¿por qué pensaba esto? Porque si lo entiendo la vida es
diferente, la gente sería mejor y si yo escucho a mi conciencia hago lo correcto.

Pero me pregunté inmediatamente, ¿por qué la gente no escucha a su conciencia si es de


donde emana lo correcto?

“Por el corazón y la mente”


Simple y claro.

Depende de cómo estén mi corazón y mi mente, yo podré recibir de mi conciencia,


entonces ¿qué influye a mi conciencia?

“Tu espíritu”

Ya se había puesto muy difícil el tema, era a otro nivel; tenía poca información, quería más
explicaciones, pero las palabras eran claras y desataban verdades como reflexiones a toda
máquina, salían miles de pensamientos y miles de sentimientos.

No entendía pero sí entendía; era una sensación muy especial, como cuando un niño sabe
que está haciendo una picardía, pero continúa haciéndola, era una sensación muy especial. Ese
momento fue único, pocas veces he vivido momentos como ese; se desaparecieron los sonidos, el
tiempo, el día se puso más hermoso que nunca, había una atmósfera impresionante, me quedo sin
palabras para describir ese momento, los detalles eran únicos, había un cielo naranja por la
tenacidad del sol, pájaros a la vista, el verde de la caña, una brisa fresca, mi corazón a mil, ganas
de llorar, estaba sintiendo el cielo en mí, estaba sintiendo su presencia, estaba en un momento que
nunca hubiera querido que se terminara, quería estar ahí, ÉL empezó a contemplarme, venía el
punto más importante, el punto más determinante.

¿Cómo experimento esto?, ¿cómo sé que es mi espíritu y no mi mente?, ¿cómo desarrollo


este punto en mí?, ¿cómo se representa?

“FE”

¡Eso no, eso no!, de eso he huido la mayor parte de mi vida, PENSABA, no es eso lo que
yo esperaba, ¿por qué fe?. La fe para mí era religión, eran padres o sacerdotes, iglesia, monjas,
era todo menos algo bueno, no lo concebía como algo bueno.
“El trofeo de la fe es la paz”.

Esta frase fue más reveladora aún; sabía que yo había vivido eso, yo era feliz, yo era
alegre, yo me divertía, yo era inteligente, yo tenía placeres, yo tenía amigos, yo había disfrutado,
yo creía tener todo, pero no tenía PAZ. Sabía que no lo había vivido porque el silencio de la paz,
esa paz que hoy conozco, se experimenta a pesar de las circunstancias; muchas veces llegué a
desesperarme, a llenarme de ansiedad y estas emociones son el antónimo de la paz, pero ahora
claramente entiendo por qué. Porque no tenía FE.

Inevitablemente nació la siguiente pregunta, de la que ya sabía la respuesta, sabía quién


era, lo presentía, pero quería su respuesta, quería su confirmación, quería que ÉL me dijera que
ÉL existía, que era verdad, quería que me amara, quería que me perdonara, quería, quería, quería.

¿Y quién influye en el espíritu?

“YO SOY”

Nunca había tenido tan clara su existencia, para mí fue más que suficiente, empecé a llorar
desconsoladamente, porque por primera vez era consciente de su existencia, nunca mi vida volvió
a ser igual, todo ahí, en ese momento era más que especial, sentía que estaba en otro lugar.

Lloré, lloré mucho, se acabó ese momento y regresé a mi casa sabiendo que ÉL estaba al
control en mi vida, que era real. Llegando a casa, Él tenía todo preparado, percibí que no había
nadie allí y fue cuando empecé a escribir la experiencia y a organizar el rompecabezas.

Dios influye en mi espíritu, mi espíritu a mi conciencia, mi conciencia a mi corazón, mi


corazón a mi mente, mi mente a mi cerebro, mi cerebro a mi cuerpo.

Para mí fue más que claro saber que nunca iba a llegar al 100% en mi vida si no lo
reconocía a ÉL, si no reconocía a DIOS.

Yo puedo vivir sin ÉL, pero nunca al 100%, o sea, nunca pleno.

Lo había negado toda mi vida, me hablaron, me dijeron, me mostraron, no sé cuántas veces


DIOS lo intentó y a quiénes más habrá utilizado, pero no lo veía, 32 años y no lo reconocía.

Más claro no podía ser, después de tanto buscar y de dar vueltas, de trabajar, estudiar,
tener quiebras financieras, de buscar en libros de éxito, liderazgo, espirituales, nueva era, de no sé
cuántas miles de cosas, este momento llegó; me dio mucho miedo, el primero de todos y el más
fuerte y, ¿ahora qué?, ¿para dónde voy?, ¿a quién le cuento?, ¿quién me podrá entender?, ¿me
tendré que ir para una iglesia?, ¿con quién hablo de esto?, ¿mi familia me creerá?, mi madre se
asustó y llegó a pensar: “ahora este se va a enloquecer”.

No sabía si era más difícil saber que sí existía o no saberlo, ¿qué puedo hacer?, ¿qué no
puedo hacer?, ¿y mis gustos?, ¿el sexo?, ¡uy! porque ahora era consciente de su presencia, no
sabía ni que comer, quedé en shock.

Volví a la realidad aunque no quería que esto se acabara; ahora vivir con esto, hablar con
las personas para decirles algo como “sé que DIOS existe, pero no sé cómo explicártelo”, era muy
raro; entonces al día siguiente le pedí a DIOS que me confirmara lo que había vivido y lo hizo,
con una vivencia sobrenatural que no viene al caso, un detalle único al nivel de la elegancia de
DIOS, para notar que, sin duda alguna, fue ÉL. Tuve silencio a partir de aquí por varios meses
hasta el siguiente capítulo.
CAPÍTULO II
CICLO VIRTUOSO
E
mpecé una nueva aventura, a partir de ese día volví a nacer, me embargaba un sentimiento de
alegría saber que ÉL existía, pasé de un cliché social, de bendiciones, de palabras, incluso de
actos que se ven a diario, a una realidad, a una expresión total de ÉL en mí.

Todos los días a partir de ese momento oro y le agradezco infinitamente por miles y miles
y miles y miles de cosas: la creación, la vida, mi vida, mi familia, mi esposa, mi hijo y miles de
cosas más, se volvió tan real, más real que todo lo demás, cambió mi perspectiva de la vida.
Con total inocencia y sin tener idea de qué hacer ni para dónde ir o a quién contarle,
empecé con hábitos básicos que había escuchado, había visto algunas conferencias de guías
espirituales, más exactamente de pastores. Buscaba a algunos en YouTube, leía la biblia y oraba
todos los días. Quería otra experiencia pero no pasaba nada; fue como una semana donde vi
innumerables videos, películas, oré por muchas horas, no quería salir y un día me quedé dormido
profundamente, me sentía muy mal como si no me pudiera despertar, como si fuera a morirme, me
estaba ahogando. Entonces grité ¡Dios no me dejes solo, sálvame! y desperté. Fue muy agobiante,
no entendí el suceso, pero inmediatamente llegó la voz y me dijo sin cesar: “balance, balance,
balance”. Esa voz retumbó por más de quince minutos, seguía y seguía, “balance, balance”; lo
único que se me ocurrió fue escuchar a mi artista favorito de salsa, empecé a cantar e
inmediatamente sentí tranquilidad.

En ese momento se reflejaba un principio,


llevaba más de una semana solo leyendo, escuchando, estudiando y viendo videos de información
espiritual, orando día y noche.

Eso me despertó y me hizo entender que tenía que equilibrarme; empecé poco a poco a
incorporarme de nuevo en mi proyecto empresarial, estaba a dos meses de lograr una meta
importante y logré concentrarme en eso, en paralelo a mi proceso espiritual.

Era muy difícil caminar con esa realidad de saber que DIOS existía, el nivel de convicción
y de certeza que tenía era impresionante, era todo un suceso caminar, veía todo desde otra
perspectiva, empecé a ver cosas que antes no veía, por ejemplo al contemplar los alimentos, veía
su obra con tanto amor, cuando iba a mercar veía tantas frutas que creó, tantos alimentos, tantos
cereales, tantas verduras, me parecía hermoso, nunca había visto la vida desde esta perspectiva,
veía el amor por nosotros en todo los detalles de la creación, la naturaleza, podría sentir como
funcionaba mi cuerpo. Literalmente sentí que desperté.

El amor por mi hijo, por mis padres y por mis familiares se maximizó. Aún en este
momento no he podido llegar al 100% de la relación con mis familiares más cercanos, porque
imagínate, por 32 años, los detalles de un ser humano que era solo mente, muy poco corazón, cero
espiritual y que vivía pero no vivía. Poca gente puede entender lo que yo viví y no podía
salir a decirle a todos “VOLVÍ A NACER, sé que DIOS EXISTE”, me tildarían de loco.

Si alguien se benefició con mi despertar de manera inmediata, fue mi esposa, cuando


desperté, cuando escuché la voz por primera vez, dos meses antes de la primera revelación, le
pedí perdón por más de una hora sin parar de llorar, había estado cegado, siempre la he amado
con todo mi ser, pero claramente estaba gobernado por mi EGO y por el CUERPO y eso me llevó
a cometer muchos errores. Llevo 20 años de feliz relación, pero desde que logré despertar y que
se manifestó el amor de DIOS en mí, nunca más la volví a amarla igual, hoy la amo con todas mis
fuerzas, con toda mi mente, con todo mi espíritu, como nunca la amé, pero eso no solo hace que
tengamos una excelente relación, sino que llena de alegría mi corazón todos los días el poder estar
con ella y esto manifestó un principio que empezó a embargar mi corazón.

Lo que más me impresionaba de este principio aplicado, era que cuanto más la amaba y
más la hiciera feliz, más feliz era yo.

Pero el centro de este capítulo no es mi relación. Pronto escribiré sobre ella y los
aprendizajes para dar al mundo lo que he obtenido de tener una relación desde la perspectiva de
DIOS. El centro de este capítulo es la segunda revelación.

Seguí trabajando en el proyecto empresarial y el 31 de agosto del 2015, logré un nivel


reconocido en el negocio y eso me llevó a dar conferencias en diferentes ciudades de Colombia y
en otros países. Un sábado del mes de septiembre recibí una llamada de alguien muy importante en
la historia de mi negocio en Colombia, para invitarme a dar una conferencia en Orlando - Florida,
Estados Unidos; me emocioné por diferentes razones, por el país, por quien me invitó, pero había
una emoción más profunda.

El 17 de julio del 2015 como conté en la introducción, realicé una conferencia con el tema
de la primera revelación en mi ciudad natal, Palmira - Valle del Cauca, Colombia. Esta
conferencia fue motivada por una de las personas que visité en mi búsqueda de respuestas, quien
me había confirmado mi propósito y me explicaba lo que estaba pasando; es más, Dios utilizó a
esa persona para confirmarme la promesa: YO te daré toda la prosperidad para que distraídos
como tú lleguen a mí.

Busqué a esta persona queriendo que me dijera que yo estaba loco, que lo de escuchar esa
voz no era verdad, pero la sorpresa fue tan impresionante que podría escribir un capítulo entero
contando los detalles de este suceso. Sin embargo, lo más importante es la revelación. Llegué a mi
cita el jueves 27 de mayo a las 3:00 pm y ella no me dejo ni hablar, me dijo: siéntate, ¿tienes
donde grabar o escribir?, te tengo una premonición, yo me reí por dentro, pensé ahora si estoy
loco. Es más, estoy más loco escribiéndolo, porque si superas este punto quiere decir que puedes
vivir experiencias espirituales. Ella me dijo: - mira, Dios te anda buscando, ÉL te dio un don y
quiere que lo uses para ÉL. ÉL sabe que si no te lo dice puedes terminar trabajando para el otro
hombre, tú vas a hablar de ÉL y ÉL te dará toda la prosperidad para que distraídos como tú
lleguen a ÉL.

No hay ninguna palabra en el diccionario ni la real academia para describir lo que sentí en
ese momento. Empecé a llorar y pasó algo especial. Ella me dijo: - Dios te anda buscando hace
tiempo y ha habido experiencias que ÉL ha ido marcando para prepararte para hablarte. Recordé
cada momento; fue muy fácil recorrer el mapa hacia atrás, porque solo tenía que recordar cada
momento cuando sentí lo mismo, a través de canciones, momentos, experiencias, libros; fue un
momento muy especial, no pude dudar, fue un suceso determinante para tener la valentía de
escribir lo que estoy escribiendo y lo que escribiré y hablaré de ÉL hasta que muera.

Esta cita se extendió por 3 horas, recibí mucha información; hice una pregunta antes de
terminar, ¿qué debo hacer de ahora en adelante? y ella me dijo: - no sé cómo, pero ÉL te va hablar
y con el don de la palabra que ÉL te dio, debes contarlo al mundo, debes estar atento, muy atento,
no sé cómo lo vaya a hacer, apenas sepas que fue ÉL, de eso tendrás que hablar, y eso es lo que
debes hacer.

Me sentía como en una película, eso fue una semana antes del día que DIOS me dijo que
me quitara los audífonos y me diera la primera revelación del capítulo anterior; esa fue la razón
por la que el 17 de julio del 2015 hice la primera conferencia basada en capítulo uno.

Desde que empecé la vida laboral fuí muy bueno, siempre di más de lo que me pedían;
cuando tenía 17 años, tras 8 meses de trabajar como aseador, me ascendieron por diligente y
apasionado, valores que cultivé y cuando trabajé en el centro comercial, empecé como vendedor
de un local y a los tres meses estaba en el área comercial. Estos mismos valores me llevaron a
renunciar en la semana de la mencionada cita, en la que Dios me confirmaría su promesa. A la
semana siguiente llegó la revelación y a los 43 días ya estaba en la tarima de un teatro contando
esto, guardando detalles al público. Compartí la información como si fuera de mi autoría, sin
darle un tinte espiritual; es más, la razón por la que estoy escribiendo este libro es que ya llevo un
sin número de experiencias, más de tres años viviendo despierto y miles de personas me han
sugerido escribir, así que decidí hacerlo y no pensé en contar estos detalles, pero la verdad, Dios
me confirmó que llegó la hora y que si lo estás leyendo es porque tú eres uno de esos distraídos.

Después de terminar aquella primera conferencia no me sentí muy bien, pensé que iba a ser
algo sobrenatural, tenía una imagen, que me habían vendido no sé dónde, de que las personas
tenían que llorar y tirarse al suelo y que iban a llegar ríos de gente; solo fueron 150 personas a
partir de una convocatoria abierta, con un costo no superior a 15 dólares. Esto me dejó pensando
de nuevo, ¿será qué

estoy loco?, ¿por qué no pasó nada?, a


veces esperamos de lo espiritual más de lo que es.
De regreso a casa, todo volvió a su normalidad, pasaron dos meses y llegó el momento de
la llamada de Estados Unidos. El domingo 18 de octubre escuchaba “te invitamos a nuestro
seminario empresarial”; la pregunta que me hice fue ¿de qué voy hablar? E inmediatamente la voz
me dijo: “lo que te enseñé”, entendí claramente que era la conferencia que había dado, ajustada al
público, porque era un público de mi negocio.

Llegó el día de la conferencia, era todo un reto hablar de lo que Dios me había enseñado,
en un negocio de distribución de productos de consumo masivo a través de redes de mercado; no
tenía ni idea de la reacción que causaría en el público; empecé, hablé cinco minutos del negocio y
con una fórmula sencilla que se profesa en nuestro proyecto hablé de que lo más importante era lo
que había que SER y no lo que había que HACER, y así di toda la información del capítulo
anterior. Ahí si pasó lo que tenía que pasar y sentí la confirmación en mi corazón que por ahí era;
las personas se me acercaron, casi todo el auditorio esperó a hablar conmigo, fotos, etc, pero en
especial, se me acercaron personas a contarme intimidades, confesiones, a pedirme consejos,
incluso hubo afirmaciones de que Dios les había hablado a algunos a través de mí y claramente
era verdad, porque nadie sabía nada de mí, para todos era una conferencia del negocio.

Al otro día salí a trotar, como lo hacía muy a menudo, incluso no me acordaba de la
experiencia de la vez que hablé con ÉL trotando. Y en un paisaje hermoso en Orlando Florida,
sentía una sensación única, como si mi conciencia me aplaudiera y mi corazón estuviera alegre;
fue algo muy especial, la voz me dijo “lo vas a lograr” justo en el momento en el que estaba
pensando que sería espectacular elevarnos al siguiente nivel en nuestro negocio, un nivel muy
importante a nivel mundial; incluso sentí que ÉL me lo iba a dar por lo que estaba haciendo,
compartiendo su mensaje, cumpliendo mi propósito. Entonces llamé a mi esposa desde Estados
Unidos, le conté la experiencia y me dijo, acabó de pasar algo muy bueno, algo loco; se refería a
un tema financiero que tomamos como una señal y entonces le dije: -necesito que me acompañes,
¡renuncia YA!, lo vamos a lograr, vamos a tener grandes resultados-. Mi esposa por primera vez
creyó en algo de esta manera y renunció, trabajó hasta el 31 de octubre, 12 días después de la
experiencia en Orlando. Seguimos con nuestros hábitos espirituales, algo de deporte, pero
dedicábamos más tiempo al negocio que a las demás áreas de nuestra vida, todo era el negocio o
nada.

En la semana santa que se celebra en mi país, el miércoles 23 de marzo del 2016, previo
al jueves festivo, llegó la segunda revelación.

Dormía después de trabajar con mucha pasión, estábamos a 6 meses de la meta que
teníamos en el negocio y a las 4:00 a.m. desperté con una voz que retumbaba mi mente, lo hizo
durante dos horas y solo repetía “un ciclo”, y repetía “un ciclo” y repetía “un ciclo”.

Ese ciclo era un llamado a mi conciencia porque estaba de nuevo enfocado en el negocio,
en el éxito, en lo terrenal. ¡Qué fácil se pierde el rumbo, incluso si Dios te habla!

Claramente era la voz protagonista de este libro, quien me recordó que yo era tripartito
que atesoraba tres áreas. Me dijo:
Magnifica tu espíritu

Magnifica tu mente

Magnifica tu cuerpo

Reconozco que no era yo, no hacía parte de mi vocabulario la palabra MAGNIFICA; el


mensaje se repitió por una hora, sin exageración, seguía y seguía; yo no quería escuchar, yo quería
dormir. Eran las 5 de la mañana, qué me iba a levantar a esa hora, pero seguía y cuando pensé que
se había calmado…

“Y te daré Gloria, Gozo y Gracia”.

Cuando escuché estas tres palabras, no pude resistirme y desperté; me quedé en la cama
esperando que saliera el sol y meditando en ese mensaje; todavía no me acostumbraba a los
encuentros con Dios. Con el corazón a mil y pensando en eso, esperé que fueran las 6:00 am y
desperté a mi esposa. Como ella ya sabía todo el contexto de mi experiencia espiritual le dije: -
mira esto- y se lo dibujé tal cual me llegó; todavía no tenía la unión de los puntos, era la segunda
revelación después de 9 meses.

Esta revelación fue muy corta y contundente, era el llamado de nuevo al equilibrio, el
primer desequilibrio fue espiritual, cuando el mensaje fue BALANCE; este era el segundo, un
desequilibrio mental.

Cuando escuché eso no lo entendía, pero ya Dios estaba pidiéndome madurez, sabía que
tenía que desarrollarlo y aplicarlo.

Empecemos por la palabra MAGNIFICAR, claramente no es una palabra que utilicemos


todos los días, pero sus sinónimos dan claridad inmediatamente de lo que DIOS quiere que hagas
con todo tu ser: HONRAR, ENGRANDECER, AUMENTAR, ALABAR, AMPLIAR. Cuando
empecé a discernir esta información me daba cuenta de que la revelación era una estrategia para
tener éxito en mi negocio, pero que aplica a todas las áreas de la vida. Antes de recibir esta
manifestación, había mucha tensión, faltaban 8 días para que se acabara el mes donde se sabía si
cumpliría con la meta tan importante en mi negocio o no, y como ÉL quería, me dio este principio.

Para el desarrollo de cada una de tus áreas, se hace más lógico y más real empezar, como
ÉL lo plantea en la primera revelación, por la parte más tangible: EL CUERPO.

1. MAGNIFICA TU CUERPO
Cuando yo reconozco esta parte de mí, su naturaleza, su carácter, se hace más fácil
llevarla a su más alta expresión y aquí se genera un principio revelador.

¿Por qué es importante este principio?, tendemos mucho a los desequilibrios. Encuentras
personas que solo trabajan su cuerpo, que se vuelven vacías y su enfoque es la imagen, la estética,
dejando de un lado la parte espiritual y la parte mental.

Existen personas mentales, muy brillantes laboralmente, pero que no trabajan ni su físico ni su
espiritualidad y, existen personas que, por el contrario, solo trabajan su parte espiritual, pero su
cuerpo y su mente están poco desarrollados; así que solo porque oren, no les va a dejar de dar un
infarto; en fin, muchas mezclas incorrectas y solo una que es la acertada; magnificar las tres
partes: cuerpo, mente y espíritu. Romper este principio puede anticipar el llamado que te hagan.

Claramente lo incorrecto también se revela; comer de manera saludable es un hábito vital


para poder magnificar mi cuerpo; si me alimento mal, se revela; si me alimento bien, se revela; de
manera literal, los malos hábitos alimenticios son una expresión clara de este principio; si como
mucho, engordo, pero si lo llevo al otro extremo, enfermo, incluso puede llevarme hasta la muerte.

Pero ¿qué es correcto? Lo correcto es lo que en la traslación en el tiempo tenga un impacto


positivo para mí y para los demás.

Cuando se comprende la sabiduría, no tiene que ser compleja y este principio se aplica en
las tres áreas; pero antes de avanzar quiero aclarar que no pretendo promover ningún modelo en
ninguna de las áreas, lo importante es la revelación, si me magnifico en todas mis áreas tengo
trofeos incalculables que llevan al ser humano a sus máximas emociones: GOZO, GLORIA Y
GRACIA.

El modelo de hábitos a seguir en cada área no es lo relevante, lo importante es el objetivo,


los principios y los trofeos.
Cuando yo entiendo que mis hábitos determinan mi futuro en todas mis áreas, debo
hacerme consciente de esto y empezar a aplicarlos. Ya sé que debo alimentarme bien, claramente
sé que debo hacer deporte, ¿cuál deporte? cualquiera, el modelo va a depender del individuo, de
su momento presente, de su estado en esta área; lo que no puede pasar es que después de leer estas
líneas, sigas cometiendo el mismo error, técnicamente siendo estúpido, comiendo mal y sin hacer
deporte; sabemos también que dormir bien, no tomar licor, no fumar, evitar los químicos y tomar
agua, son hábitos saludables. Hay libros, hay profesionales en el área que pueden asesorarte, lo
importante es que te hagas CONSCIENTE.

Este es el punto más importante y será


la herramienta más preciada para lograr magnificarme, recuerda el principio revelador en el
capítulo anterior.
¿Por qué muchos, a pesar de saber que se debe comer bien, hacer deporte, tomar agua, no
fumar, evitar el licor, dormir bien, aun así, no lo hacen? y el punto es crucial, porque depende de
desde dónde se orientan. Recuerda que el cuerpo tiene un aliado que es su cerebro y es muy fácil
que este par se haga adicto a los malos hábitos; si no me hago consciente voy a perder la guerra.
Ellos siempre querrán hacer lo fácil y no lo correcto; debes saber que nunca tu cuerpo por sí solo
querrá comer bien, hacer deporte, no tomar, no fumar, lee bien NUNCA. Esta inocencia hace que
la gente no entienda por qué no puede hacer deporte, por qué el desaliento.

Hacer lo correcto en el cuerpo tiene que ser un acto de conciencia, para que pueda influir
en todas tus áreas, para que pueda influir en los demás actores del proceso: la mente, el corazón,
el cerebro y finalmente en el cuerpo, como lo hablamos en el capítulo anterior.

O sea, hacer deporte de manera permanente es un acto consciente.

Si trabajo en mi cuerpo, tengo inmediatamente beneficios claros como salud, energía vital,
buena condición física, estética, claramente anhelos de toda persona; ninguna persona de manera
consciente querrá estar enferma, sin energía, subir de peso, llegar a estados deplorables en su
estado físico. Lo particular es que aún sin anhelarlo ese es el resultado y esta se convierte en una
de las incapacidades más grandes de los seres humanos, la incapacidad de alinear sus deseos con
sus acciones. Quieres tener un buen cuerpo, pero tienes hábitos que distan de ese deseo, como
comer mal; la razón es no ser conscientes; recordemos que el cerebro y el cuerpo son autónomos
en muchos de sus actos, por ejemplo, tú no tienes que estar consciente para respirar, eso hace que
él también pueda influir en un acto como fumar, si el cerebro ha probado la nicotina y ha sido de
su agrado, si ha sido una experiencia placentera, el cerebro buscará los medios para lograr volver
a fumar y entre más cedas, más se enviciará y más neurotransmisores activará para lograr fumar
más; pero de la misma manera que llegas al cigarrillo puedes llegar al deporte, este también puede
generar placeres en tu cuerpo, puedes llegar a necesitarlo, porque la dopamina y la endorfina que
son las hormonas de la felicidad, también se segregan cuando haces deporte y resulta obvio que un
hábito es positivo a largo plazo y el otro no; lo particular sigue siendo el mismo punto a recalcar,
¿por qué fallo aún conociendo todos los efectos de los malos hábitos? ¡POR FALTA DE
CONCIENCIA!.

Magnificar el cuerpo es muy fácil cuando te haces consciente, es muy fluido e incluso
divertido y pone en el radar un sentido de preocupación sano por tus hábitos; además genera rutas
del proceso, metas parciales y hoy más que nunca se simplifica con todas las tendencias fitness,
aunque ser fit es diferente a magnificar el cuerpo, porque la intención marca la diferencia en la
acción. Es diferente querer verse bien para agradar a los demás, a magnificar el cuerpo como un
acto consciente para cumplir el ciclo virtuoso que dará trofeos profundos en ti y no superficiales
para la sociedad.
Magnificar es muy diferente a realizar un acto común como las cirugías estéticas con
objetivo de belleza; para eso no se necesita estar consciente, entendiendo “estar consciente” como
el acto de escuchar la voz de mi espíritu, la que emana lo correcto; en el acto de mandarse a hacer
una cirugía estética no hay ningún valor humano profundo, por el contrario es una manifestación de
debilidad, de no tener dominio propio para llevar el cuerpo de un punto A a un punto B, sino de
querer acelerar el proceso. Es sinónimo de debilidad hacerme una cirugía para bajar de peso,
teniendo claro que tengo las capacidades de bajarlo de manera natural, pero prefiero la velocidad.
No entender el ciclo virtuoso es doloroso, porque tú puedes verte bella después de una cirugía,
pero no con gracia, porque alteraste lo que Dios te dio, un cuerpo para tu experiencia en la vida.

Define un estilo de vida sano, equilibrado, donde el sentido no sea externo sino interno,
que puedas manejar, que sea permanente y te ayude a crear gobierno de tu cuerpo, el trofeo directo
de esto es que no será el cuerpo quien decida si no tu conciencia y eso hace la diferencia. Yo
tengo unos hábitos fáciles desarrollados a través de un proceso, me definen en lo físico y eso me
da ciertos beneficios; por ejemplo, una alimentación sana y eliminar algunas carnes me permitió
tener más energía, mejor digestión, entre otros aspectos; hago deporte funcional con mi peso y
hago running para hacer transición; duermo siempre 6 a 7 horas, no trasnocho a no ser que sea de
fuerza mayor por los viajes, no consumo licor, ni fumo, cero bebidas gaseosas, nada de alimentos
de paquetes, evito las frituras, es algo muy fácil, mantengo mi peso, no hay enfermedades, me veo
joven, etc. Pero hay algo muy especial y es que debe ser continuo; deja de resistirte a hacer lo
correcto, no lo hagas pensando en premiarte con un anti hábito el fin de semana, debes lograr
llevarlo a un acto consciente, para toda tu vida, fluido y permanente.

2.MAGNIFIA TU MENTE

Los hábitos físicos son fáciles, son mucho más visibles, se revelan de manera más clara.
Cuando hablamos de magnificar la mente, se hace más denso identificar lo incorrecto y lo
correcto, resulta un poco más complejo porque es intangible e influye los aspectos culturales, las
creencias y los paradigmas, que a menudo, si no soy consciente, se vuelven verdades sin serlo.

Recordemos que en esta área las necesidades son emocionales, que la felicidad juega un papel
crucial, que el amigo de la mente es el corazón y que la intangibilidad de esta área la hace
compleja, pero vamos mostrando principios que ayudarán a entender algunos aspectos que
permitirán hacer algunos cambios para llevar esta área a otro nivel.

Empecemos por aquí, mucho más difícil que escoger los alimentos que ingiero, es
seleccionar lo que digo y lo que escucho. Basarme en los criterios de la sociedad lo hace muy
difícil, porque la sociedad y la cultura han confundido lo común con lo correcto; es común
escuchar música con mensajes fuertes de sexualidad, pero no es correcto.

Hay un principio básico de la información


que entra a mi mente, que describe el ciclo de mis actos y mis resultados.

Cuando no soy consciente de este aspecto y todos los días escucho información, letras de
canciones, programas de televisión y todo sin filtro, que en este caso es la conciencia, puedo
llegar a cometer actos incoherentes, incluso actos mortales; sé que suena exagerado y que hay
mentes que no quieren escucharlo porque rompe con sus creencias, lo digo por experiencia propia.

A los 16 años empecé a escuchar rock y sus derivados (metal, heavymetal, hardcore, etc.)
y como por arte de magia empecé a leer a Friedrich Nietzsche, mi asociación cambió, mi forma de
vestir cambió, mi actitud cambió, incluso me alejé de la mujer que más amo, que es mi esposa,
porque ya no teníamos los mismos gustos. Yo no era consciente ni tenía las convicciones claras y
con un hogar disfuncional, tenía la excusa perfecta para cambiar. Me volví ATEO; es evidente que
yo no era ateo, era lo que creía, porque era lo que había metido a mi mente; así como una comida
alta en grasa, engorda, una información alta en falacias cambia personalidades, digamos que
engorda también, pero en lo emocional, en lo mental.

Nadie que se haga consciente o despierte es ateo. Lo especial es que si traslado mi mente a
ese momento histórico veo ese pensamiento tan real como este momento para mi mente; lo que me
hubiera ayudado a desecharlo estaba apagado, por ende, se volvió mi realidad, viví con esa
mentira dos años de mi vida; si vamos a la profundidad, esa experiencia me estaba preparando
para este momento, pero ¿qué tal que no hubiera despertado?, ¿que hubiera seguido
alimentándolo?, ¿Qué tal que siga comiendo lo mismo por más años (libros, conciertos, música)?.
En todo hay niveles y si profundizo ¿dónde puedo terminar?. Tu mente puede repeler este
principio, porque puedes decir “yo escucho rock y no pasa nada”. El juego no es que no pase
nada, el juego es que casi todo lo nocivo es silencioso y se revela solo con el tiempo, pero da
placeres en el corto plazo. Lo que es correcto incomoda en corto plazo y no da placeres, pero es
beneficioso en el largo plazo.

El área de la mente se ha estudiado mucho, hay miles de libros, diría quizás millones, pero
para mí hubo aspectos que fueron claves para llevar a magnificar la mente, uno de ellos está
alineado con la importancia de la información con la que la alimento; es entender que:
La mente es vacía y esto cambia las reglas del juego, la mente es una herramienta, ella no
viene llena, tiene funciones, tiene aplicaciones, tiene un sin número de funciones, pero es vacía;
ella va a operar de acuerdo con lo que yo la programe, con la información que yo le entregue. La
mejor forma para explicar este principio es el idioma, si un ser humano nace en Colombia, pero al
mes de haber nacido se lo llevan para Inglaterra y su asociación es con solo ingleses, entra a un
colegio de ingleses y solo en su entorno se habla inglés, él no va a hablar español; si la mente
viniera llena, ese ser humano debería hablar español inmediatamente en el país donde nazca así lo
trasladen a donde sea.

Lo más especial es que así se desarrollan las creencias culturales que van determinando
mi comportamiento y esto influye en mi personalidad. Esto me hace recordar a familiares que se
han ido para los Estados Unidos; por ejemplo, un primo que nació en Colombia y a desde los 4
años se fue a USA, cuando regresó a los 15 años estaba fascinado por el hip-hop mientras que
nosotros escuchábamos salsa. Su vestuario era igual a sus gustos musicales y sus comportamientos
también se derivaban de las atmósferas en las que creció. Es vital hacerse consciente de este
punto; si mi mente es vacía y es una herramienta, yo puedo transformarme por medio del
entendimiento de este principio, renovando mis pensamientos, generando pensamientos de bien y
no de mal, usando buenas herramientas, observando continuamente qué pongo en mi mente, si me
edifica como ser humano, si me hace mejor persona y de aquí se desglosa otro principio.

Los rasgos de personalidad están ligados a mi forma de pensar; como pienso actúo. Lo que
me aterra es ver personas que se definen y asumen sus defectos como un rasgo de su personalidad,
llevándolo a su carácter y ratificándolo como algo inherente a su esencia como individuo. Cuando
yo comprendo que mis acciones se derivan de mis decisiones y que mis decisiones atienden lo que
pienso, siento y creo, no puedo aceptar que yo soy de tal o cual manera, porque lo que sí es
definitivo, es que puedo reprogramarme.

Asegurar que YO SOY ASÍ es la peor actitud para poder magnificar esta área. Lo que me
define cómo soy son mis comportamientos y estos se derivan de mis pensamientos. Un
comportamiento constante define mi personalidad. Por ejemplo, si yo siempre llego a tiempo, soy
puntual; si siempre contesto de mala manera, soy malgeniado; si siempre le doy detalles a mi
esposa, soy cariñoso o detallista.

Este punto es crucial, la personalidad responde a mis comportamientos, pero mis


comportamientos atienden a mis pensamientos, por ende, mi personalidad no es absoluta.

Si yo entiendo esto, no puedo volver a decir es que yo soy X o Y, porque el rasgo de


personalidad no está de primero sino de último, es un resultado, no el principio de la ecuación; no
puedo creer que yo nací impuntual, grosero, perezoso ó mujeriego. Pensar así solo es un placebo
para darte el permiso de no cambiar y ser como quieres ser; lo complicado es que la personalidad
que yo construyo dista de la que necesito para lograr lo que quiero y hacer este punto consciente
puede cambiar tu vida de manera definitiva. Tú no eres como eres y eso no define tus actos, tú
eres como has permitido ser, y tú puedes reprogramarte totalmente.

Basado en la anterior ecuación, desde la información hasta el resultado, se deduce la


ecuación de la personalidad.

La personalidad no va primero, a no ser que creas que eres así. Tus decisiones van a
atender a lo que tú crees de ti; si te defines como un negativo y lo crees, es definitivo que tus
pensamientos serán negativos y de ahí se desencadena otra vez el ciclo hasta llegar a tu
personalidad.

No creas en lo que has definido de ti. Hay un riesgo mayor y es que lo que hoy piensas de
ti, haya sido puesto por otro en tu mente; por ejemplo, tus padres, tus amigos, la cultura, la religión
ó tu pareja. No ser consciente de ello es delicado pues podemos llegar a ser lo que otro quiere
que seamos y el día que despertemos puede ser demasiado tarde. Voy a hablar por mí; cuando
tenía 16 años era ateo y me definía de esa manera, por ende, mi comportamiento era basado en
esas creencias. Después de dos años para recuperar mi relación, hice cambios y ya estaba en otra
subcultura urbana, conocida como fresa en México, gomelo en Colombia, sifrino en Venezuela.

Después de un tiempo me trasladé a otra cultura suburbana, la electrónica, y esto


condicionaba de nuevo todo mi comportamiento; luego maduré un poco, “supuestamente”, pero la
verdad es que me había reprogramado de nuevo; estudié postgrados en las mejores universidades
de mi país y eso me cambió por completo. Solo los rasgos permanentes definen mi carácter, es
decir, mi esencia más profunda. Esto para mí fue totalmente revelador, yo puedo desarrollar mi
carácter a través de entender este principio…

CARÁCTER

Mi personalidad más constante define mi carácter; aquí están implicadas mis


convicciones, los principios, los valores, un proceso de decantación y el carácter definirá mi
comportamiento bajo presión. El carácter es lo último que se revela de mí y se deriva de un
cúmulo de repeticiones del proceso, desde las creencias hasta las acciones. Genero el
aprendizaje, cambio la creencia, vuelvo y actúo, tengo un resultado, genero el aprendizaje, cambio
la creencia y lo hago por toda mi vida y así pulo mi carácter. ¿Dónde está el punto?, ¿SOY
CONSCIENTE de esto, o creo que mi carácter y mi personalidad ya venían definidas?

Incluso hay un punto más profundo, hay un carácter meta, y la vida te llevará hasta ese
punto si lo permites. Ese carácter meta contiene promesas invaluables, es más, la verdadera
búsqueda de la vida está a la vuelta de pulir tu carácter conforme a ÉL.

Los hábitos son la base para magnificar nuestras áreas, la conciencia es la herramienta,
estar alertas, ser un gran observador y entender que cada área se desarrolla en su área es la clave.

Leer, meditar, asistir a conferencias de éxito, de liderazgo, con contenido, evitar la


televisión tradicional, estudiar videos de crecimiento personal, escuchar música con mensaje
edificante, eliminar los periódicos, los noticieros amarillistas y permitir solo información
objetiva e importante, que sea relevante para tu desarrollo, se debe volver un imperativo, debe ser
algo definitivo. JAMES ALLEN decía “así como piensa el hombre, así es su vida” porque
pensamos con base en lo que leemos, vemos, escuchamos y con quién nos asociamos.

3.MAGNIFICA TU ESPÍRITU

Esta área es la de mayor controversia, la más especial. Lo que nos une en lo espiritual por ley
de unicidad, nos desune en lo mental por ego. En esta área hemos defendido el modelo, la
doctrina, si es iglesia con o sin figuras, la denominación e incluso históricamente se han generado
guerras por defender la interpretación individual de DIOS; en este punto no hemos podido
avanzar.

Hemos avanzado en lo tecnológico, en lo intelectual, en lo físico, pero no en lo espiritual,


seguimos con el enfoque errado, importa más el modelo que su propósito.

Este punto era álgido para mí. DIOS hasta este punto me trataba como un bebé, y un bebé
es cuidado por el padre en un principio, pero poco a poco va soltándolo. El primer punto para
avanzar en esta área es que si tenemos ESPÍRITU, el soplo de vida, ¿por qué se hace difícil?
Porque en el orden de lo tangible a lo intangible, esta es el área más profunda que tenemos; aquí
en esta área no caminamos por vista, sino por FE, nada de esta área se ve, no se expresa como las
áreas anteriores, por eso solo se puede desarrollar en quienes creen y esto lo hace muy complejo.

Cuando intenté escribir en la adolescencia el libro “mariposas de mi mente”, tenía


preguntas todo el tiempo rondando en mi cabeza y la primera era ¿DIOS EXISTE? Se me hizo tan
difícil este punto en mi vida… solo hasta los 32 años obtuve una respuesta real.
Pero en esta área te voy a dar los tips que DIOS utilizó conmigo para ir llevándome y estoy
seguro de que generará controversia como siempre. Los muy cristianos dirán que es nueva era,
que es muy light; los muy mentales dirán que es muy religioso; la medida la dará tu percepción
individual, tu nivel en este momento, pero la intención es el crecimiento de esta área como paso
vital para la plenitud.

Si yo soy cien por ciento y estoy dividido en tres áreas, cada área es el treinta y tres por
ciento. Dejar de desarrollar esta parte en mí, me deja incompleto; por eso a pesar de que algunas
personas famosas, siendo lindas físicamente, con todo el éxito y la fama, dinero en abundancia,
deciden quitarse la vida; nunca lograron ser plenos, les faltó el treinta y tres por ciento, faltó el
área espiritual.

Hay aspectos básicos de trofeos en lo mental que se parecen a lo espiritual, pero distan en
realidad; por ejemplo:

Riqueza y Prosperidad: la riqueza es acumulación de bienes; prosperidad es


sentirse bien con lo que tienes. O sea que yo puedo ser rico y desgraciado, a pesar de
tener el dinero no sentirme bien y querer más, pero también puedo ser pobre y sentirme
muy bien en mi interior.

Éxito y Victoria: el éxito implica saber lo que quiero y lograrlo; el éxito es externo,
pero puedo sentirme mal en soledad, porque para el éxito no necesito hacer lo correcto,
mientras que la victoria es saber lo que DIOS quiere para mí y lograrlo; y voy a
sentirme muy bien en soledad por que hice lo correcto.

Felicidad y Plenitud: ser feliz es vivir como yo quiero; no necesariamente haciendo


lo correcto, solo lo que me gusta; ser pleno es vivir haciendo lo correcto así no quiera.

Inteligencia y Sabiduría: la inteligencia cambia con el tiempo, la sabiduría tiene


que ver con lo eterno, la inteligencia tiene que ver con cómo ganarse la vida, la
sabiduría tiene que ver con los principios de la vida.

Las diferencias están en a quién satisfago, si al EGO o a la CONCIENCIA, y justo esto es


lo que se le dificulta al EGO; la felicidad, el éxito, la riqueza no están basados en cumplir las
leyes y hacer lo correcto, están basados en hacer lo que yo quiero y lo que me conviene.

¿Pero entonces está mal buscar felicidad, éxito y riqueza? No, la respuesta es un rotundo
no; ÉL también las creó y puso ese anhelo en tu corazón.
Lo que está mal es que se consigan a costa de no hacer lo correcto. De nada sirve negociar
tener el 66% pudiendo tener el 100%, cuando yo voy por el 100%, el 66% se consigue; cuando
elijo lo profundo, lo superficial se da fácil.

El primer principio para poder magnificar mi área espiritual, es el reconocimiento de que


DIOS existe. Sin este reconocimiento la espiritualidad es falsa. ¿En qué debería basarse la
espiritualidad? Cuando reconozco a Dios mi área espiritual se activa, aumenta mi intimidad con
ÉL, despierta la intuición y mi conciencia se agudiza.

Decidí creer y cuando ya lo reconocí empezó el proceso. Desarrollar hábitos es vital para
todas las áreas; de la misma manera, todo lo que no se gestione, active o utilice, tiende a
atrofiarse, y es igual para el cuerpo, la mente y el espíritu.

¿Cuáles son los hábitos a desarrollar en el área espiritual? Antes de ir a ellos quiero
desarrollar dos puntos: Primero, si yo comienzo una disciplina deportiva, ¿comienzo en el nivel
avanzado? o ¿me van llevando poco a poco por los aspectos más básicos? claramente me van
llevando paso a paso, todo es un proceso.

El segundo punto de reflexión es diferenciar el modelo del objetivo; por ejemplo, el


deporte tiene como objetivo la salud, la condición física, la energía vital, etc. y el modelo puede
ser natación, ciclismo, gimnasio, crossfit, etc.; el modelo puede variar, pero el objetivo es el
mismo. En el área espiritual es igual, el objetivo es la paz, la plenitud, el amor, la bondad, la
paciencia, etc.; pero nos hemos centrado en el modelo. DIOS prefiere salvar a sus hijos que
defender un modelo; a mí me permitió creer en ÉL sin modelo, Él es el centro, pero todo en la
vida tiene niveles de profundidad. Yo hoy hago crossfit en mi área espiritual, pero empecé
caminando.

Volvamos entonces a los hábitos o pasos básicos para desarrollar mi parte espiritual:

1. ORAR

¿Qué es caminar en lo espiritual? ¡ORAR! Empecé orando todas las mañanas. Este es un
aspecto súper básico en lo espiritual; ORAR es al espíritu como LEER es a la mente y el
DEPORTE al cuerpo. Hay unos aspectos que fueron clave para mi sanidad mental, fueron alivio
para hacerlo. Cuando hablo con DIOS, no voy a decirle mentiras, voy a decirle la verdad; es más,
con el tiempo descubrí que es al único que se le puede decir la verdad, porque ni a la mamá
podemos decirle la verdad, estamos muy condicionados a las reacciones de los demás y por eso
ocultamos, exageramos u omitimos, que es igual que mentir, pero mentirle a DIOS es lo más
inocente; ÉL es omnipresente, omnisciente y omnipotente. Para mí hubo un razonamiento más
lógico: si yo digo la verdad, mi subconsciente graba esa verdad y eso hace que lo busque. Orar
sirve incluso como un ejercicio para la mente, pero también sirve como un ejercicio para el
corazón, porque descarga las emociones; sirve para mi cerebro, para que por un tiempo deje de
funcionar, pues en ese momento debo apagarlo y sirve para mi cuerpo porque debo dominarlo.
Cuando estás empezando a desarrollar el hábito de orar, que, a mi parecer es más difícil
que cualquiera por el nivel de dominio que necesita, todas tus otras áreas quieren tu atención. Por
ejemplo, no es sino que te arrodilles y empieza tu cuerpo a decir que quiere ir al baño, tu cerebro
recuerda algo pendiente, tu mente no deja de pensar en las preocupaciones, tu corazón está
desanimado, todo quiere tu atención. El juego es que todo cese para recibir, para amarle, para
agradecerle, para pedir perdón, para pedir su guía.

Quiero contarles un recuerdo de un momento especial con respecto a la oración; la


sociedad y la cultura consideran como valiente a quien hace cosas difíciles, aunque no correctas, y
débil a quien hace lo correcto a pesar de que sea un acto fácil. Ejemplo, una joven que a los 15
años no ha perdido su virginidad es tildada de no valiente; desde la perspectiva espiritual, es más
valiente quien guarda ese bien para su pareja oficial, por decirlo de alguna manera, pero la
sociedad considera valiente a quien lo hizo a temprana edad y con muchos, que es peor aún.

Un día estaba en Las Vegas con mi esposa, en medio de una fiesta de nuestro negocio y
podía percibirse una atmósfera increíble; yo me tomé una cerveza y mi esposa no tomó nada de
licor; quienes me conocían me hacían bullying para que yo tomara, me decían “me voy a tomar
este trago desde la conciencia”; casi todos conocían mi discurso y habían escuchado apartes de
los principios que ves en este libro, así que para todos era un reto que yo tomara y lo hacían
retándome, provocándome, diciéndome que yo no era capaz de tomar, queriendo decir que no era
valiente; esta fue una primera prueba de carácter que superé con éxito.

Pero este era solo el comienzo de la prueba; mi esposa y yo no estamos teniendo hábitos
espirituales como para no subir de peso, no, nosotros queremos ser profesionales en lo espiritual,
queremos correr en lo espiritual, y como un campeón olímpico, corremos todos los días y
entrenamos más duro; eso quería decir que en Las Vegas también debíamos entrenar.

Salimos de la fiesta temprano, sin importar el “qué dirán” y nos fuimos a nuestra
habitación; ahí nos esperaba la segunda prueba: ORAR O NO ORAR; la mente tenía las razones
para justificar porque no; el cuerpo igual, pero sabíamos que eso retrasa el objetivo en lo
espiritual; es como querer tener un buen cuerpo y no entrenar. Empezó el debate, había paradigmas
sociales en la mente, como, “lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas”, “estamos solos”,
“pijama pequeña”, en fin lo dejo a su imaginación. Finalmente ambos oramos; ganamos en lo
espiritual y sentimos la certeza de hacer lo correcto. Es tanto como para un deportista recorrer la
milla extra que lo va a hacer campeón. Esto no quiere decir que después de la oración, no puedas
tener tiempo para compartir con tu esposa.
Lo importante es empezar a orar sin preocuparse por el método, lo importante es empezar
y reconocer que la repetición es la madre de la habilidad, la habilidad no va primero.

Ora, ora, ora, te dará salud. Orar evita el infarto espiritual, como caminar evita el infarto
físico.

Ahora quiero llegar a un punto que me preguntan mucho, ¿Cómo orar? La oración básica
tiene unos puntos claves, el primero que no parece relevante, pero es demasiado importante es
arrodillarse; al cuerpo no le gusta, pero al EGO menos, así que hazlo para que Él sepa que sí estás
poniéndolo en primer lugar solo con este acto. También es importante verificar las condiciones:
soledad, silencio, no celular, no distractores, por eso lo mejor es que sea apenas te levantas y
temprano. Ya en la oración puedo empezar por agradecer, por pedir perdón que es un acto
sumamente difícil pero vital en la oración, pedir perdón por todo lo que hacemos mal, luego
buscar guía, hacer nuestras peticiones y por último alabarle.

No lo veas religioso, hazlo fácil, sin prejuicios, no le digas a nadie, no te niegues a tener
trofeos espirituales, cediendo a tu mente que repele a este acto básico; puedes empezar como
teniendo una conversación con tu mejor amigo a quien le cuentas tus cosas.

2. ESTUDIAR LOS PRINCIPIOS

El éxito espiritual está en el estudio y aplicación de la palabra. Entre más estudies los
principios más cerca estarás de cumplirlos, te van a guiar y si tu mente los reconoce, cuando la
conciencia se los sugiera, menos resistencia hará en querer cumplirlos.

En este punto para mí fue vital leer primero libros con base bíblica que la biblia, DIOS
hizo conmigo espiritualidad para principiantes. Yo empecé con libros generales de espiritualidad,
también escuché prédicas antes y eso me ayudó. La biblia es otro idioma y tienes que empezar
poco a poco, como empezar a hablar cualquier idioma, lo importante es ir explorando. Disto
mucho que una persona que lleve una semana en su proceso espiritual, lo manden a leer la biblia,
porque no va a entender nada y por eso se frustra. Hay autores que basan sus libros en la biblia,
son livianos y uno los entiende (Jhon C. Maxwell, Joel Osteen, Mike Murdock, Myles Munroe). Si
ya tienes un nivel y quieres ser profesional en lo espiritual, la biblia es la base, pero démosle un
manejo; mézclalo con los libros que son para la mente, que no se te vaya a cambiar el tono por
solo leer la biblia, después nadie te entiende y te repelen, es importante siempre el balance en
todo.

3. VITAL UN MENTOR

Como en el gimnasio hay instructor, en las universidades un docente o en las conferencias


un ponente, en el área espiritual es vital un mentor. Yo tengo uno hace tres años, lo veo tres horas
cada semana, sin fallar y ha significado elevar el proceso. La humildad aumenta la velocidad y
reconocer que necesitas un mentor es un acto de humildad, un acto que te hace crecer, un acto
espiritual, pues debes dejar el ego a un lado y permitir que otro trabaje en tus debilidades. Este
punto es duro, lo reconozco, es tal cual cuando entreno en mi deporte y el instructor me exige más,
no quiero, pero en el fondo sé que es lo mejor.

4. CONGREGARSE

La atmósfera es importante. Así como en el deporte yo puedo hacer abdominales y


ejercicios en mi casa, no será igual que el ambiente en un sitio propicio; un profesional en un
deporte va a los mejores lugares, con los mejores entrenadores y con los mejores elementos; igual
sucede en lo espiritual, debes asistir a un lugar de sana doctrina.

Personalmente tengo definidos espacios, libros, hábitos, mentores y horarios para cada
área. Sin falta y en total balance.

Pero lo mejor de este ciclo virtuoso es la promesa.

LAS PROMESAS

GOZO

Máxima alegría en el corazón; la promesa se deriva de hacer lo correcto, de haberme


orientado desde la conciencia y no desde el ego, se deriva de tener balance en todas mis áreas.
Hemos escuchado mucho que el equilibrio da paz y si, el equilibrio es pariente de la
espiritualidad. Usualmente tenemos el concepto errado de que el que reza y peca, empata y
realmente es un grave error cultural; la cultura muchas veces dista de la conciencia, es más, la
conciencia es enemiga de la cultura y de los sistemas económicos. Hay países que por cultura
rompen leyes espirituales, y esto no los exime del efecto, [ley causa – efecto], porque no aplica
ese dicho. La cuenta espiritual que llevo en mi conciencia no borra el registro, del pecado.

El pecado es la ausencia de hacer lo correcto; esa palabra suena fuerte, pero el pecado no
es algo malo en sí, es el nombre que recibe el incumplir una ley o un principio. Vámonos al área
física para ejemplificar la creencia de que “el que reza y peca empata”: sería tanto como si fumo y
hago deporte ¿tengo salud? Es imposible, solo tengo salud si tengo hábitos saludables en su
totalidad, incluyendo el deporte; por eso el gozo es al espíritu lo que la salud, la energía vital y la
estética son al cuerpo cuando lo magnifico. El gozo se deriva de actos guiados por las leyes y los
principios.
El gozo es el sentimiento de júbilo en mi interior. Cuando estoy alineado con lo divino es
como si mi interior aplaudiera, es una sensación superior a la felicidad, a la alegría, a la
diversión, este sentimiento va a mi interior, no es superficial. Es más, la mente no lo entiende y
por no entenderlo, no lo valora, pero tu espíritu lo anhela, hay emociones profundas que el ser
humano no ha experimentado por no querer activar su área espiritual, por temor a reconocer a
DIOS. Hay personas que mueren sin nunca haber vivido estos trofeos y cuando los tienes te das
cuenta que son mejor que cualquier droga, licor o experiencia terrenal; esto es más poderoso que
lo que sea en la vida.

¿Por qué no lo viven? porque todo SI trae consigo un NO y la gente no quiere dejar los
malos hábitos que les dan placer, no sueltan lo bueno por tener lo mejor, creen que ser espiritual
los va a volver aburridos y que no van a vivir como antes; yo pensaba lo mismo. Semanas antes de
empezar a escribir el libro estaba en una playa en Estados Unidos, salí a caminar y comprendía
¿por qué la gente le cuesta tanto ser espiritual? Recordaba cómo 6 años antes la playa era
sinónimo de rumba, licor, cigarrillo y cómo, en ese momento que no había despertado, creí que era
lo mejor, que era espectacular, que yo era lo máximo, porque me acostaba al otro día borracho y
no aprovechaba el mar. Para mí el mar era increíble, es cultural que el mar sea increíble para los
jóvenes en mi país; incluso hay un programa para cuando te gradúas del colegio y se trata de irse a
una playa a tomar, toda una semana de sexo, droga, licor y a eso le llamamos felicidad.

Ese día caminando sentía Gozo en mi alma, sin ningún mal hábito, era muy temprano, y me
decía ¡que imbécil fui! por mucho tiempo pensé de otra manera, ¿cuánta gente ha vivido esto? me
preguntaba, ¿cuánta gente lo ha perdido por no saber?

Creemos que la espiritualidad es muy aburrida, lo que no sabemos es que el GOZO que es
la máxima alegría en el corazón solo se encuentra aquí, con ÉL y en su camino, y con sus leyes,
pero la gente cree que es un invento para fastidiarnos la vida, podría escribir dos libros de lo que
yo creía y decía de la espiritualidad real antes de despertar. Es peor que cualquier pensamiento
tuyo mientras lees esto, si los tienes, y si no, te felicito y no negocies nunca esto por cualquier
emoción.

Sería bueno montar una banda de traficantes de GOZO, no da plata, pero compartir el
Gozo da Gozo.

GLORIA

La Gloria es un estado muy profundo, muy parecido al gozo, son hermanos, pero el gozo es
más explosivo, es más de momento, es como la emoción. La Gloria es como estar en el cielo.
Socialmente podemos compararla también con el momento de fama, en el lenguaje
cotidiano se dice esa persona está en la gloria, es como decir, está super bien, por eso es de
ESTAR y el gozo de SENTIR, cuando yo estoy en la Gloria, me siento único, pero la Gloria solo
está presente cuando he hecho lo correcto, le apuesto a lo inevitable, cumplo las leyes y tengo
comunión con ÉL.

GRACIA

La Gracia es del SER, quiere decir que tiene que ver con lo que soy, agraciado; es un
rasgo del individuo, me veo diferente, me veo muy bien ante los ojos de los demás, decimos en la
sociedad “esa persona tiene Gracia, carisma, tiene algo, un no sé qué, no sé dónde”.

La Gracia tiene algo muy especial que atrae, que conecta y esto abre puertas; la Gracia se
emana de todo el ciclo de magnificarme, y genera algo muy especial que se llama el FAVOR. El
favor de las personas implica que la gente quiera ayudarte, pero la máxima promesa es el favor de
Dios. Tener la gracia de Dios es que todo te fluya, que todo salga bien; este trofeo me ha dado
cosas inimaginables, recuerdo muchos, excepciones en premios, en viajes, excepciones en mi
negocio con detalles en los requisitos, muchos, pero muchos contratos de conferencias, pagos de
más, tener un pronóstico de pago por una conferencia y casi llegar a doblarse el valor, apoyos del
banco, personas que te ayudan sin prebendas, que tu proyecto empresarial fluya, que la gente
quiera estar contigo, realmente esta promesa me encanta, y lo mejor es que también está para ti.

Ahora imagina, si me siento bien, si estoy, si soy mejor, si mi cuerpo está bien, mi mente
está bien y mi espíritu está bien, ¿qué espero de la vida?

Gozo- Siento
Gloria- Estoy
Gracia- Soy
CAPÍTULO III
EL PODER DEL DISCERNIMIENTO
Ya me conozco como individuo, conozco las partes del ser y cómo funcionan, cuáles son sus
bases, los principios básicos para magnificarme, conozco cómo puedo llegar a ser mejor, cuáles
son los hábitos, etc.

Ahora, dentro de este proceso ha habido algo para mí que ha sido clave para vivir día a
día, segundo a segundo y lograr mantener mis emociones en el punto correcto, mi estado de ánimo
óptimo y mantener equilibrado todo mí ser.

Signos vitales del discernimiento


Corazón = Alegre
Mente = Tranquila
Cuerpo = Reposo
Cuando tengo claro cuál es el punto en el que deben estar los signos vitales del
discernimiento, es mucho más fácil identificar las fallas. Así como estoy pendiente de las alertas,
como el nivel del agua del auto, o el nivel del combustible, es vital para el proceso de la vida
saber cuáles son los niveles correctos. Ejemplos de síntoma inmediato son: la ansiedad, la
preocupación, la fatiga; estas sensaciones nos permiten darnos cuenta de que algo anda mal.

Que los antónimos de la forma correcta de ESTAR sean tu normal, no quiere decir que
estés bien, hay personas que llegan a convivir con el estrés como su esencia, porque se basan en
que siempre lo tienen y que casi todos también. La forma correcta de estar es: el Corazón Alegre,
la Mente Tranquila y el Cuerpo en Reposo, y esto nos permite recalcular nuestros sentimientos,
pensamientos, y acciones, para mantener nuestro estado de felicidad, de paz, de plenitud, de gozo.

La herramienta que siempre será la pieza angular para mantener mis áreas en su esencia, en
su estado correcto, es la CONCIENCIA.

El carácter de la conciencia es aconsejar, es guiar, pero aquí tenemos que reforzar que la
conciencia de la que hablamos es la conciencia genuina, la que DIOS nos dio para guiar nuestras
vidas, nuestras decisiones. Nosotros tenemos libre albedrío, capacidad de decidir, igualmente
somos responsables de nuestros actos, pero el diseño está ahí no solo por ti, si no por la creación;
DIOS puso conciencia en el diseño del individuo, así seas ateo, ella opera para que tus decisiones
sean correctas. A pesar de eso, fallamos y podemos escoger orientarnos desde otra parte, en
especial desde nuestra mente. Recordemos que nuestra mente viene vacía, que puede estar llena de
basura y guiar mi vida al abismo.

Hay un principio que nace del amor de DIOS, y es que siempre, y siempre significa
siempre, la conciencia me guía, pero es mi decisión si escucho o no. Ella tiene formas de
representarse en mis otras áreas para que yo tome las mejores decisiones, no porque no podamos
tomar las mejores decisiones, y DIOS no quiera que hagamos nuestra vida plena, por el contrario,
en su infinito amor, lo que ÉL quiere es lo mejor para nosotros, pero el EGO no nos deja ver esto.
Creemos que lo espiritual es un estorbo en nuestras vidas.

DIOS no está buscando que lo reconozcamos para su vanagloria, eso es solo de nosotros
los humanos, Él sabe que en su reconocimiento está la posibilidad de tener la mejor vida posible,
para que cada uno de nosotros pueda ser pleno, próspero, exitoso, feliz, etc. y cumplir todos
nuestros anhelos.

Pero son nuestras decisiones las que definen al final de todo, el cómo será nuestra vida. La
primera decisión importante para que se active en ti el PODER DEL DISCERNIMIENTO, ya no
es reconocerlo como en los capítulos anteriores, sino ponerlo en primer lugar; esto agudiza la
conciencia de tal manera que tus decisiones son acertadas, son fluidas, pero mejor aún, no se
manifiesta el cargo de conciencia, porque tú puedes decidir en contra de la voluntad de DIOS y de
sus leyes y principios, pero lo que nunca podrás obviar, es el cargo de conciencia.

No hacer lo correcto cuando sabemos qué es lo correcto, es muy inocente; es más, es


estúpido, porque, ignorante es aquel que hace algo mal porque no sabe, pero estúpido es quien
hace algo que está mal, aún sabiéndolo.

Han sido cinco las revelaciones que he recibido de Dios y las estoy compartiendo una a
una en cada capítulo de este libro, sin embargo, el orden en que las recibí, no es el mismo en el
que las he escrito.

Antes de esta gran experiencia, yo aplicaba el poder del discernimiento basado en


aspectos básicos de inteligencia emocional, que en resumen es la capacidad de manejar tus
emociones para mantenerte FELIZ, y también me basaba en algo de inteligencia espiritual, que es
la capacidad de mantenerme en PAZ. Aquí se revela un principio: yo puedo ser feliz pero no estar
en paz y viceversa.

Al gestionar mis emociones como un acto más inteligente que espiritual, buscaba estar
siempre bien, tenía cierta habilidad para minimizar las emociones en mí, pero claramente cometía
un grave error y era su orientación, la cual estaba basada en mi mente. La diferencia más grande
entre el discernimiento y lo que la espiritualidad moderna llama “inteligencia emocional”, es que
DIOS está en la ecuación y la orientación es la conciencia. Esto da garantía de que no manejo mis
emociones a mi conveniencia, sino basado en las leyes, principios y valores universales creados
por ÉL.

Yo puedo por autosugestión quitarme una emoción, pero el punto es que puede estar
basado en una creencia o por EGO, o por orgullo. Un ejemplo grave de inteligencia emocional vs
discernimiento, puede ser una infidelidad. Yo puedo aplicar principios de inteligencia emocional
que están en la mente, para manejar los nervios por haber cometido el pecado (recordemos que
pecado es ausencia de hacer lo correcto), la pregunta es: ¿es correcto ser infiel? La inteligencia
emocional está basada en la gestión de las emociones, el discernimiento está basado en hacer lo
correcto y eso elimina las emociones negativas, pero de raíz y entrega como trofeo la plenitud,
porque caminaré con sabiduría, con una guía por las sendas de la vida creada por DIOS.

Si has llegado hasta aquí, es porque puedes recibir esto. Muchas veces, en mi proceso
espiritual, escuché hablar de la importancia de leer la biblia, realmente fue mi primera batalla; a
decir verdad, no entendía nada, no me gustaba, no conectaba, además venía de leer muchísimos
libros que hacía más difícil poder leerla, y la representación de la biblia nos hace sentir
religiosos.

En las religiones vemos personas todos los días en las calles, queriendo compartir la
palabra y eso a mí me traumaba. Un religioso puede decir que estoy diciendo una herejía, pero esa
forma de actuar ha generado el rechazo de más de uno. La mejor forma de compartir nuestro
proceso espiritual, es con nuestro comportamiento, con lo que emanamos como seres humanos y
eso hace que las personas quieran saber. En este proceso yo he conectado a mucha gente con
DIOS, pero nunca lo he hecho en las calles, en cambio hay gente que puede durar días enteros
tocando las puertas y lo que genera es rechazo porque rompe el sentido común y por naturaleza del
hombre, este va a repeler un acto donde se ofrece y no donde se hace desear.

Llevar a las personas a preguntar, ¿por qué él vive así?, ¿por qué es tan feliz?, ¿por qué es
próspero?, ¿por qué él tiene gracia?, estos son anhelos de todo ser humano y no lo es estar dando
biblias en la calle, por eso esta actitud a mí me trauma; pero poco a poco empecé a leerla, a
estudiarla y definitivamente no hay nada por encima de ella para vivir la vida, es el manual, ahí
está todo, me costó tiempo quitarme ese paradigma.

Y por qué hablo de la biblia, porque en este punto ya estamos a otro nivel. Por varios años
yo hablaba de la inteligencia emocional, es más, hace 20 años en 1998, me leí el libro
“Inteligencia Emocional” de Daniel Goleman. Yo tenía 18 años y en mi búsqueda me encontré con
ese libro; en ese periodo de mi vida yo era ateo, vivía solo en una pieza, escuchaba metal, pero
quería hacer algo grande en la vida, y como ya conté antes, intenté escribir y en el proceso de
investigación, apareció este libro.
Ahora me da risa, porque recuerdo que mi libro tenía la intención de poner en duda la
existencia de DIOS, realmente todo en tu vida tiene sentido, la mejor forma en la que alguien se
puede volver un gran creyente, es que antes no haya creído, de esas historias hay muchas y en
especial en la biblia; la historia más famosa es la de Saulo de Tarso. Por 20 años gestioné mis
emociones muy bien, en la vida tuve miles de tropiezos, situaciones familiares adversas, un caso
muy delicado con mi madre, viví en soledad por más de 5 años, sin familiares en mi país, tuve 7
quiebras; en fin, circunstancias que me pusieron a prueba para manejar mis emociones y no
recuerdo haber estado triste, yo siempre fui feliz, por eso no sentía la necesidad de DIOS; era lo
que creía, era una máquina, insensato, porque no vinculaba el corazón en el proceso y menos a la
conciencia, el juego para mí era muy sencillo, ganar YO [ego], sin que me importaran los demás,
nadie, realmente nadie, yo era un gran manipulador y mentiroso; eso hacía que prevalecieran mis
emociones, osea yo siempre estaba bien y eso hacía que me considerara inteligente
emocionalmente. Es más, me consideraba un ganador, no sé a dónde iba a ir a parar si DIOS no se
mete en mi camino, o si, si sé, la muerte; porque ya estaba en el nivel de pecados graves y la
muerte es su resultado. En ese momento era inconsciente, porque al no reconocer a DIOS, no se
iluminaba mi parte espiritual, por ende no tenía activada mi conciencia, no escuchaba nada, era un
hombre mental, técnicamente sin Dios y sin ley.

En un mundo donde la inteligencia emocional es más importante que la comunión con


DIOS, estamos en alto riesgo, por eso muchos están en modo “sálvese quien pueda”, porque no
importa la vida de los demás. Rompemos la ley más básica, la ley esencial de la vida, amar a
DIOS sobre todas las cosas y amar al prójimo como a ti mismo. Solo con esa ley se resuelve todo,
si estuviéramos todos guiados únicamente por esa ley, no mataríamos, no robaríamos, no haríamos
daño, no existirían todos los sistemas económicos, políticos y de control, no habría ni ejércitos, ni
policías, no necesitaríamos control, porque Dios nos dio la herramienta que es la conciencia.

Este contexto es muy fuerte, por no tener conciencia se desglosan todas las enfermedades
sociales, emocionales y físicas. Al gobierno no le interesa eso, no lo podría hacer, habría una
hecatombe en la economía mundial. Imagina un mundo donde la gente no fume, no tome, no se
drogue, no vea porno, no busque sexo pagado, donde lo superficial pierda valor, donde la moda no
importe sino lo que en realidad importe sea el corazón, donde todos amemos nuestros cuerpos y
por ende no hayan cirugías estéticas, donde comamos sano, todo natural, nada industrializado,
donde la necesidad de entretenimiento mengüe porque estamos llenos de gozo, donde exista el
desapego y el despertar. ¡Uff! sería la hecatombe; podría seguir nombrando todo lo que cambiaría,
no habría, divorcios, habría hogares felices, la gente tendría salud, la gente estaría plena y
próspera. No creemos que exista una vida PERFECTA, pero realmente esa es la voluntad de
Dios; su voluntad es buena, agradable y PERFECTA. Pero no lo podemos creer, por eso nuestras
decisiones están basadas en que no puede haber una vida perfecta.

No podemos cambiar el mundo, pero si hay algo que podemos cambiar y es nuestras vidas.
Vamos a hablar de eso; cuando yo reconozco a Dios y sus leyes, y fluyo en ellas, mi vida es
liviana, es fácil y mis emociones cambian.
Vamos a llevar este punto a la práctica, a la vida cotidiana; el discernimiento entrega
trofeos claros, pero su base más importante es reconocer lo correcto; qué es bueno y qué no. La
pregunta no es ¿qué me conviene? y aplica en todo; cuando ya estoy consciente elegir se hace fácil
y divertido y tu vida es lo máximo.

El juego es pasar mis decisiones por el corazón, la mente y el cuerpo; a través de mi


conciencia, evaluar su impacto desde lo profundo, desde las leyes, los principios y los valores, y
se empieza desde lo básico; podemos arrancar desde un semáforo, si yo voy conduciendo y el
semáforo se demora ¿cuál va a ser mi decisión?, ¿me enojo, pito, grito? este es un acto
inconsciente.

Ser consciente me permite observarme, verme totalmente, confrontar con lo correcto y no


con lo conveniente; por eso estudiamos las leyes y los principios. Si no existieran las leyes y los
principios esto sería un caos, porque todos actuaríamos bajo nuestras creencias; bueno, por eso es
que es un caos, porque no entendemos el juego de la vida y de eso hablaremos en el último
capítulo.

Cuando me hago consciente y puedo observarme, puedo ajustar mi comportamiento y


puedo tomar mejores decisiones. El carácter de la conciencia es aconsejar y este acto es
anticipado; cuando no lo hago, viene el cargo de conciencia. Cada acto en el que no actúo de
manera consciente, me genera un cargo de conciencia, son pesos que llevamos; el juego es súper
interesante, el juego es actuar siempre desde la conciencia y evaluar en mis otras áreas.

Semáforo en rojo, se demora en cambiar y un auto se atraviesa, tiene realmente sentido


enojarme, apretar mi corazón, pensar cosas negativas, decir que voy a llegar tarde, siempre es lo
mismo, acelerar el auto, pitar, insultar, ¿realmente tiene sentido?, ¿por qué sucede esto?, porque el
corazón quiere decidir qué es lo que debes hacer, la mente también y el cuerpo también.

Cada área de ti quiere decidir, quiere tomar control, quiere ser más fuerte, quiere ser la
protagonista, se manifiesta, incluso lucha para que la decisión se tome de acuerdo a su
satisfacción; esto hace complejas las decisiones y fallar en la vida es muy fácil, son
imperceptibles sus influencias y más cuando no eres consciente.

¿Qué agudiza la conciencia?, la comunión con DIOS, estudiar sus leyes y principios.
Mientras no hagas esto tu mente luchará incansablemente para tomar el control, al igual que tu
corazón y tu cuerpo; no siempre es la mente la que influye, es la que prevalece, pero no siempre es
ella.

Cuando comprendí este juego me volví un apasionado y todos los días hago mi balance,
¿cuántos puntos positivos logré? o sea ¿cuántas veces actúe consciente?, ¿en cuántos momentos
ganó la mente?, ¿en cuántos ganó el corazón?, ¿en cuántos ganó el cuerpo?, la idea es llegar al
100% actuando desde la conciencia; sé que no es fácil, pero si pones la meta en el radar se puede
lograr, porque es la representación de la plenitud, es la limpieza de mi conciencia. Si siempre
hago solo lo correcto, no hay cargo de conciencia, entonces me siento pleno. El paradigma es que
volvimos lo correcto aburrido o religioso y eso dista de esto; es más, es muy divertido cometer
errores, ver cómo fallas y cómo opera el proceso.

Hay una historia en mi vida que me encanta porque fue el día en el que más pude observar
el juego, fue espectacular ser un gran observador.

El 5 de julio del 2017, mi esposa y yo viajamos a Buenos Aires, Argentina; teníamos


varias conferencias en diferentes ciudades de este país, un país que realmente nos encanta (tanto
que en el 2008 cuando nos casamos, lo elegimos para nuestra luna de miel, era el lugar perfecto,
por su gastronomía, el tango, el vino, la gente, realmente nos encanta). El día del viaje llegamos a
las cuatro de la mañana y como no tuve en cuenta la diferencia horaria, les había dicho a mis
anfitriones que llegaba a las seis de la mañana. Cuando llegamos, estaba el clima por debajo de
cero grados, teníamos mucho frío, cansancio por no haber dormido, viajar de noche es muy
pesado, teníamos hambre, no teníamos cómo comunicarnos porque los celulares no tenían internet,
-eso era lo que yo pensaba-, entonces varias veces dije, no tenemos internet para avisar a quienes
nos recogerán, entonces tendremos que esperar dos horas más. Volví a insistir “no tengo internet,
no tengo internet”, ¿qué hacemos amor? y ella ni hablaba; volteo a verla y tenía una sonrisa
gigante, estaba en Facebook; ella sí tenía internet. Durante más de 15 minutos yo estuve diciendo
que necesitábamos internet y ella no dijo nada, así que cuando la vi en internet me molesté mucho,
mucho… y le pregunté que si ella tenía internet por qué no me había dicho… me contestó: - ¿acaso
es mi problema?. Eso fue como un ¡BOOM! Yo alcancé a observar cómo mi MENTE lograba
enojarse y me dice ¿qué tal esta ridícula, ¿cómo no va a ser su problema?, claramente estamos los
dos tirados acá en el aeropuerto, pero yo ya sabía el juego y no contesté, solo observé; mi corazón
dijo: - siempre ha sido así, nunca has estado en primer lugar. Gran punto, el corazón y su carácter
guarda los sentimientos, buenos o malos y eso también afecta nuestros comportamientos; mi
cuerpo estaba cansado y solo expresó su hambre y su cansancio, como diciendo “por esta vez nos
va tocar quedarnos acá”, no actué basado en ninguno de los tres; me esforcé por hacer lo correcto
y fui a mi conciencia; observé la escena y ella me dijo “esto no es una respuesta consciente, no te
enojes, debe tener hambre, cansancio, estrés, igual que tú.”

¡Claro! dije, debe tener hambre y a pesar del revoltijo de emociones, no contesté, PUNTO
PARA MÍ, gané, la comprendí, no le dije nada y me fui a comprarle el desayuno. En ese momento
pasó algo mágico, empecé a observar cada parte de mí, mi mente seguía, quería pelear, quería que
se reconociera la falta y me dijo “es increíble que después de 20 años, ella te conteste así de esa
manera, no te valora”; en mi interior yo me reía, pero la mente no salía de su enganche, estaba
haciéndome dudar, hasta que salió esta perla: “yo creo que debemos separarnos”, ¡¿qué tal ese
PENSAMIENTO?! Pero eso no es todo, afloró un sentimiento que siempre había tenido en mi
corazón, en los 20 años de relación. Siempre he tenido un resentimiento y lo voy a confesar en
este libro. Mi esposa, no sé si lo sepa, ha dejado una huella en mi corazón. No he estado en su
primer lugar en el plano terrenal; he estado como en el quinto puesto. El primer lugar es de su
madre, le siguen su padre, hermana, sobrinas y luego yo. Eso me dolía porque para mí, el primer
lugar está ocupado por ELLA. Le siguen mi madre, hermano menor, papá, etc. La cosa se puso
peor cuando nació Jerónimo, nuestro hijo, bajé un escalafón más, ya era como el sexto, incluso
hubo una época que el trabajo y el estudio me bajaron al octavo lugar, increíble, me río.

El corazón también es una cosa muy seria. En este momento estaba sacando a relucir esto
y se unieron la MENTE y el CORAZÓN, los dos juntos a llevarme al conflicto, pero no siempre el
cuerpo es el más bruto, este dijo, “para qué vamos a pelear, si nos enojamos no tendremos
intimidad, son 15 días en Argentina, en hoteles y solos. Sí peleamos, perdemos. No habrá
función”; eso sí me generó la más alta reflexión, pude observar que no se pusieron de acuerdo que
es lo más común. Lo más especial es que todo esto pasó en segundos, mientras fui a comprar el
café.

No tomé ninguna posición, le llevé café y croissant, y pensé, para qué contestar semejante
estupidez, es porque tiene hambre. Me senté a su lado, le pedí el teléfono, llamé a las personas,
nos recogieron y nos fuimos a buscar el hotel. Para agravar el asunto, yo no había hecho la reserva
de esa noche porque por Buenos Aires íbamos solo de paso, íbamos para Corrientes y luego a
Rosario.

Como ya la emoción estaba arriba, seguíamos con tensión, hablándonos con sarcasmos,
pero yo seguía observando y no entraba en el juego de las emociones; seguí batallando con mi
mente y con mi corazón. El único que estaba con la conciencia era el cuerpo, pero por
conveniencia. Logramos conseguir hotel, llegamos y mi esposa se acostó a dormir como si nada y
mi mente volaba, “¿Qué tal ésta?, ¿cómo es posible?, es que mira lo que te contesta y se acuesta a
dormir como si no hubiera pasado nada”, mi corazón decía: “es porque no le importas”, ¡claro! Se
acostó a dormir y no pasó nada, el cuerpo quería intimidad, le parecía inaudito que no fuera a
pasar nada, sabiendo que acabábamos de llegar a Buenos Aires, donde fue nuestra luna de miel;
esto me llevó al límite, mi cuerpo, mi mente y mi corazón en conflicto, en contra de la persona que
más amo en la vida. Ella durmiendo como si nada y yo, con semejante conflicto, hasta la
separación aparecía como buena idea, no hablarle todo el viaje era la opción de mi mente. Durmió
cuatro horas y yo al lado, con todo esto en mí, mi conciencia observaba, pero yo no actuaba.

Después de casi 6 horas disminuyó todo este proceso, logré calmarme, no actúe basado en
ninguna de las anteriores, salimos del hotel y le dije: - amor vamos a tomar un café, aplicando un
principio básico de las relaciones, que es no suponer y tomándonos la bebida en un lugar pequeño,
cerca al Obelisco, le dije: - mira amor, hoy pasó esto… y tuve unos pensamientos y sentimientos
que no me gustaron y quiero hablarlo contigo, desde los principios, desde lo correcto, para que
evaluemos y ajustemos, para buscar siempre estar mejor.

- Claro amor, contestó.


Yo la contextualicé con sutileza y le conté lo que me había dicho.
- Amor, te pregunté que, por qué si tenías internet, no me habías dicho, Y TÚ ME
CONTESTASTE: ¿ACASO ES MI PROBLEMA?

Mi esposa se echa a reír y me dice: - ¿cuándo?, yo no dije nada, te lo juro amor, yo no dije
eso, en serio, no lo dije.

Ahí mi CONCIENCIA habló: “viste”, me puse feliz, sentí que gané. Esa victoria fue para
mí solo, no dije nada, lo que la conciencia quería decir es que casi siempre un acto inconsciente
de otro ser humano no necesariamente tiene alguna intención; ella ni sabía lo que estaba pasando,
pero ¿qué hubiera pasado si yo reacciono inconscientemente?, ¿qué hubiera pasado si le hubiera
dicho, ¡estúpida, pues claro que es tu problema!?, ¿cómo se puede generar un conflicto de la nada?
La mente vuelve real ese momento, es experta haciéndose la víctima, queriendo siempre ganar; ese
día gané el juego, todavía no era hábil, no tenía por qué demorarme más de 6 horas en un conflicto
tan infantil, pero evité que se diera uno para toda la vida. Hay parejas que terminan separadas por
estas situaciones, porque el orgullo aflora, el EGO toma el control y como no hay conciencia,
pierden el juego; el discernimiento es poderoso, te permite actuar con sabiduría. Y así es más fácil
ganar el juego de la vida.

Cuando te haces consciente y desarrollas discernimiento, todo es un momento especial, se


trata de ver cómo funcionamos por naturaleza casi animal; el juego es controlar, identificar el
error y llevar las emociones, decisiones y acciones, al punto CORRECTO. Esto solo puede
lograrse entendiendo las leyes, principios y valores, por eso es vital ponerlos en nuestra mente,
bajarlos al corazón y llevarlos a la conciencia, porque una cosa es escuchar, otra es entender, otra
es comprender, pero más importante aún ser consciente.

La mayoría ha leído, visto o escuchado sobre los principios, algunos que se vuelven
incluso sabiduría convencional, pero ponerlos en práctica es determinante. Tú le preguntas a
alguien si sabe qué es perseverancia y tal vez te va dar una definición clara, la cuestión está en si
la aplica. Le preguntas si sabe qué es paciencia e igual te da una definición, pero bajar el valor al
corazón para que exista el anhelo de la aplicación, es el punto, y después, cuando esté en tu
corazón, estar atento, consciente, para que cuando se dé alguna situación, sea aplicado.
He contado estas historias en varias conferencias alrededor del mundo. Hay una especial,
que me encanta contarla para que exploremos por qué a pesar de amar a nuestros hijos, esposas o
familiares, fallamos, y en vez de beneficiarlos de poder decidir asertivamente, fallamos de manera
desastrosa. Las consecuencias pueden ser permanentes, la clave es estar consciente, pero para
estar consciente debo tener a DIOS presente siempre en primer lugar. Quisiera decirte otra cosa
para hacer el libro más comercial, pero no, solo poniendo a Dios en primer lugar recibiré el
consejo necesario; ÉL te muestra las sendas de la vida y en su presencia tendrás plenitud y gozo;
créeme que estas palabras no salían de mi boca, pero solo por lógica las apliqué y obtuve su
recompensa.

Cuando estoy escribiendo este libro, mi hijo tiene 5 años. Recuerdo que un día cuando
tenía 3 años, no quería bañarse, era una escena normal en esa etapa de su vida, siempre tocaba
hablarle y explicarle porqué debía bañarse; no le gustaba para nada bañarse, era todo un proceso;
ese día la escena subió de nivel, por nada del mundo quería bañarse, teníamos una cita médica y
dijo “no me voy a bañar”, ya se nos estaba haciendo tarde y él seguía insistiendo en el “NO ME
BAÑO”; la escena empeoró, empezó a llorar con más intensidad y con mucha ira, hasta llegar a
decir, “ME VOY DE LA CASA”. Con solo tres años, claramente no estaba consciente, estaba
emocionado y cuando la emoción supera la conciencia, actuamos con incoherencia. Esto es
natural, tan natural que lo hacemos desde que nacemos, pero lo natural no quiere decir que sea
correcto en todo momento. El ser humano tiene este tipo de emociones para defenderse, para
proteger su dignidad, pero no para pelear por todo de manera irracional.

Mi esposa me llamó porque no sabía qué hacer. Si reír, llorar, enojarse, castigarlo
físicamente. Hasta este momento de nuestras vidas, nunca hemos golpeado a nuestro hijo y ese día
tampoco sería.

Ella me llamó de nuevo, llegué al lugar y me contó la escena. Respiré y apliqué el


discernimiento. Empecé a hablar con él y su rabia era tal que casi logra alterarme. Logré
calmarme y le dije: - Jerónimo, déjame hacerte dos preguntas y no te molesto más.
Contestó: - bueno papá
- Jerónimo: ¿qué es mejor? ¿FELIZ o TRISTE?
- FELIZ papá. Respondió y suspiró.
- Segunda pregunta Jerónimo: ¿LLORAR ES FELIZ o TRISTE?
- TRISTE papá. Volvió a respirar profundo, se calmó.
Le hice las preguntas dos veces, seguía respirando y le dije:
- ¿ENTONCES JERÓNIMO?
- Bueno papá y se bañó.

Esta escena sin el proceso de discernir, sin tener a Dios en tu corazón, sin el manejo de las
emociones, sería muy diferente, lo común sería haberle dicho que tenía que bañarse porque él no
se manda solo, porque nosotros éramos sus padres, porque él tenía que hacer caso, porque si no lo
castigaríamos; incluso hay padres que golpean a sus hijos y empeoran la escena por falta de
consciencia y por no entender los principios.

Confucio decía “no se puede apagar fuego con fuego” y este es un principio; si presionas a
tu hijo en el momento que está enojado será peor, pero peor aún es que tú te comportes igual.
Estas escenas se perpetúan con los hijos hasta los 18 años y ahí si, de manera literal, se van de la
casa.

Ser consciente es mejor que ser inteligente o talentoso. Hay personas inteligentes que por
no ser conscientes han acabado con sus carreras; hay ejemplos de deportistas famosos, de
cantantes e incluso de personas del común, que no escucharon su conciencia o peor, aunque la
escucharon, no hicieron nada al respecto. Un exceso de droga los ha llevado a la muerte, a perder
sus carreras, etc. Recuerda esto, por ley:

Esto aplica en todas las acciones; todas se pueden evaluar, hasta la más mínima que sucede
en cuestión de segundos. Decisiones que se toman a diario como por ejemplo, ayudar en el hogar
con los quehaceres cotidianos; la mente nunca los va a querer hacer y qué decir del cuerpo, es
posible que tu corazón sí, por amor a tus seres queridos; la conciencia como expresión de amor lo
va a proponer. Estas pequeñas victorias son medallas en tu corazón, la certeza de haber hecho lo
correcto llena de gozo tu alma.

Si de algo quisieras volverte adicto, hazte adicto de hacer lo correcto, de ganar trofeos
para tu corazón, de ganarle a la mente y al cuerpo. Esto es aplicable en las acciones más básicas
como hacer deporte. Tu cuerpo no va a querer hacer deporte por naturaleza, tu mente es amiga del
cuerpo, puede que en tu corazón exista un rayón por baja autoestima, por ejemplo, que hayas
vivido bullying en el colegio por sobrepeso; todo esto influye. Es evidente que la conciencia
siempre te lo va a propiciar, pero debes ganar todos estos elementos; es vital en el proceso de
discernimiento observarte.

Esta habilidad es otro nivel en el desarrollo de tu mejor versión del desarrollo de tu


carácter. Cuando tú comprendes el poder del discernimiento y sus trofeos, debes observar tus
pensamientos, debes evaluarlos con respecto a los principios, con respecto a los valores.

La mayoría falla por actuar desde la emoción y no desde el valor. Es normal tener pereza
de seguir con un hábito constructivo. En el ejemplo de hacer deporte, la pereza es la emoción, no
es el valor; el valor que rompe esa emoción es la disciplina [disciplina: hacer lo que tengo que
hacer, así no quiera]. El punto no es si quiero, si tengo ganas, el punto es que lo tengo que hacer,
pero la clave es si soy consciente. Las personas no comprenden esto y se vuelven víctimas y no
saben que su enemigo son ellas mismas, porque no conocen el carácter del cuerpo, la mente, el
corazón y la conciencia.

Muchas veces veo con tal inocencia cómo fallamos por paradigmas que afectan nuestras
decisiones; rápido no es mejor, muchos creen que rápido es mucho mejor, que rápido es amigo del
éxito, que rápido es inteligente, pero el juego no es ser rápido, el juego es ser sabio y la sabiduría
no es rápida. Algunas decisiones rápidas, por no tomarse un día más, una semana o quizás meses,
puede ser malas decisiones y que lleve muchos años resarcir el efecto. No quiero tocar estos
puntos a profundidad, pero una persona que por ganar dinero rápido y sin discernimiento se presta
para algo ilegal, puede terminar en la cárcel. Estos son casos que ocurren a menudo y lo triste es
que han tenido la opción de decidir.

Hay una historia en mi vida que ejemplifica lo que es tomarse tiempo. Mi esposa antes de
dedicarse conmigo al proyecto empresarial que desarrollamos, trabajó durante varios años en
multinacionales en cargos directivos y en su último empleo cuando renunció la liquidaron. Hasta
ahí todo normal; sin embargo, meses después a ella la llamaron de la empresa y le dieron otro
dinero por sus servicios. Ella en ese momento no me contó que le habían entregado más dinero,
pero un socio del proyecto empresarial se dio cuenta por medio de su esposa, quien hablaba
mucho con mi esposa y él me contó a mí.

¿Tú que crees? Yo casi vuelo de la rabia, pero ya venía desarrollando maestría en el poder
del discernimiento. Me quedé callado aunque me dolió, era inaudito, mi EGO estaba que volaba,
mi corazón se sintió traicionado, eran ambos, pero yo sentía que algo estaba mal. Me quedé atento
a mis emociones, evalué los principios y la conciencia me dijo que era culpa mía; me aguanté unos
días y las partes no se alineaban con respecto al radar, mi corazón seguía mal, no estaba alegre, mi
mente no estaba tranquila y mi cuerpo no estaba en reposo. Todo estaba alterado, los escenarios
que me planteaba abordar eran agresivos y no los veía bien.

Esperé unos días más y quise probarla, dije -con esto la desenmascaro-, era una
oportunidad de ganar, mi EGO se lamía de la oportunidad de decirle lo que había hecho, lo mal
que estaba y miles de cosas más. Mi corazón me dolía mucho, pasaron dos semanas y ella no me
contaba y yo esperando que cayera, pasó un mes y nada; esto me iba a matar, yo estaba que
estallaba, pero como oraba todos los días, disminuía.

En una oración me llegó una reflexión, el culpable de esta situación eres TÚ. De todo
quería escuchar menos eso, no quise acabar el momento espiritual, me dijo mi conciencia:

Cuando escuché el principio y entendiendo el proceso del discernimiento, dije, listo es


verdad, muchas veces a pesar de saber el principio, el EGO nos quiere llevar a pelear, aun
sabiendo que no tenemos la razón; respiré profundo, me paré y me calmé, habían pasado casi dos
meses desde que me había enterado de lo del dinero extra, no era mucho el valor, era el detalle.
Esperé el momento propicio para hablarlo y que no existiera emoción, además que ya yo fuera
consciente de que lo que tenía que hacer era pedir perdón, así no supiera por qué, pero tenía que
decirle que le ofrecía disculpas si en algo había fallado para no merecer su confianza.

Esto debía ser un acto sincero y no una actuación para hacer que ella se sintiera mal.
Pasaron tres meses hasta sentir que era el momento, mi corazón estaba sano, mi mente tranquila,
mi cuerpo en reposo.
Salimos a caminar como de costumbre en esa época y de repente cuando íbamos pasando
por un paisaje hermoso y tranquilo le dije: - amor, yo me enteré de algo hace tres meses y quiero
ofrecerte con todo mi corazón las más sinceras excusas de lo que yo haya hecho para que tú no me
contaras; me imagino que tendré cierto comportamiento y será tan fuerte que pone una barrera para
que me lo digas; mi único objetivo es ser mejor y más aún es hacerte feliz -.

Ella se preocupó por dicha introducción.


Le dije: - me enteré de lo del dinero que te dieron en la empresa.

Ella tragó entero y me iba a dar una razón, cuando yo le dije: - amor tranquila, sé que es mi
responsabilidad, porque la confianza es algo que se gana.

Ella me miró, es muy poco expresiva y me contestó: - discúlpame, ya aprendí la lección;


sé que debía confiar en ti, pero es que tú no escuchas, además, eres muy acelerado y con el dinero,
a veces, tomas decisiones con las que yo no estoy de acuerdo… y yo quería hacer con él algo
importante para mí -.

Nunca vas a querer escuchar esto de ti, pero ese día lo agradecí en mi interior y era el
reflejo de lo que la conciencia me quería decir. No importa qué quería hacer ella con el dinero, lo
importante es como crecimos ese día; nos dimos cuenta de varios principios, del valor de la
confianza, de que habíamos madurado, pero lo mejor es que no peleamos, nos amamos, ese día
nos conmovimos, nos abrazamos y ambos aprendimos; quedamos gratamente agradecidos por el
proceso.

Ahora bien, imagínate cómo hubiera sido la escena el mismo día que me enteré, la
insultada que mi mente tenía para darle era gigante y eso iba a alterarlo todo; ella iba a decirme lo
mismo que me dijo pero en otro tono y esto hubiera desencadenado ataques y defensas, solo por
no esperar, por no discernir. Incluso una separación puede darse por emoción, por orgullo, por
EGO. El ego no deja ver que tú eres en la mayoría de los casos responsable de cómo los demás se
comportan contigo. Elevar el nivel de conciencia y observar lo que piensas te entrega las mejores
decisiones y con ellas mejores acciones y resultados para tu vida.

La mente y el cuerpo son amigos y se confabulan. Este punto es revelador, cuando voy a
hacer algo incorrecto, el cuerpo me avisa y este aviso es una manifestación de la conciencia para
que evite cometer el error.

Cuando éramos chicos e íbamos a la escuela y no estudiábamos para los exámenes,


teníamos opción de copiar a nuestros compañeros, o hacer trampa copiando en algún lugar secreto
las respuestas; este acto nos llenaba de nervios y se representaba en el cuerpo, con sudoración,
palpitaciones excesivas, tembladera, etc. y esto lo observábamos como normal. Estas emociones
surgen en todas las acciones que no debemos hacer,; el cuerpo, cuya esencia es estar en reposo,
pierde el control; la mente lo empuja a que lo haga, sabes claramente en tu conciencia que no lo
debes hacer, sigues adelante y esto se va volviendo normal. Por ley, tenemos libre albedrio en
todo, hasta en estos pequeños detalles. El asunto, es que esto se va volviendo un hábito y por falta
de conciencia y de no percibir el error, técnicamente el pecado avanzó.

Cuando llegamos a la vida adulta, en un momento como el de la infidelidad, se repite el


cuadro de las emociones y las sensaciones en el cuerpo. Un hombre está cortejando a una mujer
ajena, esto nunca será un acto consciente si estoy casado; si realmente decidí con discernimiento a
mi pareja para toda la vida, no debe darse la infidelidad.

Cuando decides mal, generas una bola de nieve, las malas decisiones te arrastran y te
llevan a tomar otras malas decisiones.

Sigamos con el tema de la infidelidad. El hombre siente el deseo de estar con otra mujer,
en algunos casos es inocencia por no conocer el carácter del cuerpo y de la mente. Si un hombre
ve a una mujer linda físicamente, es natural que lo atraiga, si no se observa y no logra
redireccionar la emoción, el proceso avanza; la mente y tus genitales son muy amigos, te excitas y
vuelves una escena natural, algo más profundo.

Ahora resulta que tu mente te hace creer que te gusta, porque hace rato no sentías eso, tu
mente empieza a maquinar todas las formas de lograr estar con ella, se vuelve un objetivo, se
vuelve una nueva realidad; en esos momentos se tapan los oídos a la conciencia y empieza el
juego. Puede que tarde meses o días, llamadas, citas, salidas con la nueva amiga que te gustó,
caigo en el juego, no me hago ninguna pregunta reflexiva porque sé en mi interior que debería
abortar el plan y más si tengo hijos y un hogar edificado con tiempo; juego a la suerte, aun
sabiendo que si se llegan a enterar, se acabará todo, pero sigo el juego; es un acto de total
inconsciencia, llega el día en el que se consuma el proceso y voy a tener intimidad…
¡SORPRESA! empiezas a sentir los mismos síntomas de la copia del día del examen en el colegio,
pero no te das cuenta, nervios, palpitaciones excesivas, sudoración, y a eso le llamas
“adrenalina”.

Tu cuerpo está influenciado por tu conciencia para que no lo hagas, pero tú lo interpretas
como el gusto y le dices a la mujer que no es tu esposa, me haces sentir muy especial, nunca
había sentido esto; llegas a pensar que con tu esposa no tienes estas sensaciones, porque como es
lo correcto se generan otro tipo sensaciones, pero estas no se van a dar, porque imagínate tú,
sintiéndote así todos los días cuando te acuestes con tu esposa. Esto no es una sensación natural,
es la sensación que rompe lo natural, que genera la alerta para que te protejas y disciernas, pero la
famosa inteligencia emocional, te lleva a decir no, eso es miedo y te autosugestionas para seguir
adelante, entonces te haces creer que eres valiente si lo logras; si todavía tienes algo de
conciencia después del hecho, por naturaleza te va a dar cargo de conciencia, lo grave es que
jugamos a la suerte, no a lo inevitable.

Cuando juegas a la suerte, los resultados pueden ser desastrosos, luego tu esposa se entera,
el pecado se manifiesta en ti, es evidente, cambias, porque se altera el radar; ya no estás con
corazón alegre, él se aflige porque tú amas a tu esposa y sabes que fallaste, la mente no está
tranquila porque entiende que estás en peligro, ahora te toca maquinar la siguiente mentira. Tu
cuerpo está manifestando el engaño, no puede estar en reposo y todo eso se expele en tu energía; tu
actitud cambia y tu pareja como todo ser humano tiene INTUICIÓN, herramienta dada por Dios
en el espíritu, no para estos actos en específico, sino para tener una segunda voz antes de cada
acto. La intuición es compañera de la conciencia.

La CONCIENCIA Y LA INTUICIÓN son herramientas dadas por la COMUNIÓN con Dios


y se agudizan en la medida que paso tiempo de intimidad con ÉL. Cuento con ellas porque así
fuimos creados, ellas operan en todo ser humano, pero si no solo entiendo que las tengo sino que
reconozco a Dios, ellas son herramientas únicas que van a guiarte para que tu vida sea como ÉL la
diseñó, perfecta, plena, con aflicciones, pero hermosa, linda, una experiencia única que hasta los
Ángeles la anhelan. LA VIDA es la máxima expresión de la creación y la perfección de DIOS.

Estas herramientas le ayudan a la mujer para que perciba la infidelidad, ELLA empieza su
investigación, no conozco ningún hombre que se haya salvado de esta. Seguramente conocemos
muchas historias como esta; es increíble que sigamos cometiendo el mismo error. Técnicamente
somos estúpidos, porque repetimos un acto aun sabiendo que es malo y que al final el resultado no
es el deseado, porque si lo que quisieras es terminar con tu pareja, es más fácil decirle que se
separen, que provocar toda esta escena. Pero a veces llego a creer que de manera inconsciente
queremos vivir esa novela.

Si te atrapan en el acto de infidelidad, se desencadenan todas las consecuencias como la


separación, peleas, hijos sufriendo, temas económicos y a veces somos tan cínicos que le
preguntamos a DIOS, ¿Por qué a mí?, ¿Por qué me pasó esto? ¡Mucho idiota, por imbécil!
Disculpa las palabras pero no hay más para decirte basado en lo que hiciste; hasta tu cuerpo te
avisó, tú tuviste que sentir que no debías hacerlo, antes de hacerlo, pero avanzaste, pudiste evitar
todo esto con solo escuchar a tu conciencia, discerniendo; no se necesita ser inteligente para no
caer en este juego. Muchas veces tenemos la suerte de que nos perdonen, pero la relación no será
la misma, afectaste su corazón y de ahora en adelante eso influirá en todas sus acciones. Llegamos
a ser tan cínicos que después de que somos perdonados, nos enojamos porque son muy celosas;
nos volvemos víctimas de nuestros propios actos.

Realmente me apasiona entender y aplicar el poder del discernimiento, verificar todos mis
actos, evaluarlos, pasarlos por mi mente, mi corazón y mi conciencia, ver cómo somos de
especiales y cómo podemos crear realidades donde no las hay, vivir emociones innecesarias,
cometer errores repetidos, fallar y no darnos cuenta de los principios. Realmente la vida es más
fácil y tiene trofeos incalculables cuando todo lo pasas por el discernimiento. Esto aplica para
todo, cómo me alimento, si hago o no deporte, si le contesto a mi esposa con o sin respeto, si
llamo al banco, si hago un préstamo, si me compro unos zapatos, si fumo, si tomo licor, si peleo
con mi esposa, si le contesto a mis padres con o sin respeto, si engaño a alguien, si pruebo la
droga, si me leo un libro, todo, todo acto se puede discernir. En la medida en la que disciernes vas
creando un banco de lo correcto y con él ganas sabiduría genuina, sabiduría que va a guiar tu vida
por el camino de la voluntad divina.

Antes de que llegara la revelación, ya había observado esto en mi vida. Así que cada
aspecto que te entrego con todo el amor y con propósito profundo, ha sido confirmado por DIOS.
Yo trabajaba en mi discernimiento, había llegado a él por ensayo y error, por la vida en sí misma,
por todos los libros leídos e incluso ya impartía una conferencia llamada “Las 3C del ser: mente,
corazón y conciencia”. A la mente le llamaba el coco, o cabeza, solo para hacerlo más atractivo,
pero en realidad cuando hablaba de la “C” me refería a la mente.

Entre el mes de enero y febrero del 2018 tenía programadas varias conferencias en
México; todos los días le pedía a DIOS en oración que me diera algo especial, llevaba casi un
año sin recibir nuevamente algo directamente de ÉL, todos los días oraba y era un deseo genuino.
Siendo más sincero, me estaba acostumbrando a lo impactante que era cuando daba su mensaje,
incluso estaba fallando en algo, porque a pesar de que sabía que no era mío, se me hinchaba el ego
como si fuera de mi autoría, pero no, no es así, incluso los derechos de autor de este libro son de
ÉL.

Estaba dando esta conferencia por reflexión propia, eso creía; pero el 10 de febrero, en
Ciudad de México, desperté temprano y sentía un deseo muy profundo en mi corazón de orar, me
arrodillé al borde de la cama y, como expliqué al principio del capítulo, hay niveles; ya llevaba a
esa fecha dos años de estudio de la palabra, estaba preparado para recibir el mensaje, después de
llevar unos seis meses de estar hablando acerca de cómo eran nuestras decisiones y los errores
que cometíamos cuando nos orientábamos del lado equivocado.

En la oración ÉL me susurra, salmo 16. ¡Ese momento fue espectacular! Había escuchado
muchas veces que DIOS te puede dar un mensaje así, te da un versículo de la biblia, un capítulo,
un aparte ¡esto es otro nivel! Para mí fue magnífico, fue único, era como saber que sí estaba con
ÉL, detuve mi oración, mi esposa estaba orando todavía, la mayoría de las veces oramos al
mismo tiempo arrodillados al borde de la cama, uno a cada lado, mirándonos de frente. La dejé
que terminara y empecé a leer el salmo completo, lo leía y lo leía, sentía como se revelaba todo lo
que aquí te expliqué; le dije a mi esposa lo que había sucedido, ambos vimos cómo en el salmo
estaba claro el poder del discernimiento, el papel de la conciencia, lo estudiamos detalladamente;
lo sorprendente es que nunca habíamos leído ese salmo y que la revelación fuera justo de lo que
yo iba a hablar. Ese día di la conferencia con algunos ajustes basado en el salmo y para hacerlo
más ameno usé varios ejemplos como los que he descrito aquí. Eran casi 2.000 personas las que
asistieron, ese día fue impactante, ellos sintieron algo especial, muchas personas en particular los
hombres me decían, gracias, muchas gracias, decían, ya entiendo todo en lo que he fallado por
falta de ser consciente.
CAPÍTULO IV
LOS NIVELES DE ENERGÍA

U
n año antes de la gira por México en febrero del 2017 teníamos varias conferencias muy
importantes: Bogotá, West Palm Beach y en especial Medellín. Llevábamos pocos meses de haber
logrado un importante escalafón en nuestro proyecto empresarial, el cual nos permitía
presentarnos en convenciones empresariales, que son eventos de más de 2.000 asistentes. Hemos
sido conferencistas en convenciones incluso de más de 8.000 asistentes, todas en el marco de
nuestro proyecto empresarial de redes de mercadeo.

Esta posibilidad ha marcado el proceso espiritual, porque DIOS escogió esta plataforma
para poder llevar el mensaje. Cinco años antes yo era un ejecutivo normal, con postgrados, que
tenía un proceso de éxito de libreto. Me sentía feliz, tenía una situación económica complicada
por los emprendimientos fallidos, pero lo manejaba; cuando este proyecto tocó mi puerta no podía
verlo, el ego me impedía ver cómo una persona como yo podría encajar en un proyecto de
distribución de productos de consumo masivo a través de redes de mercadeo. Mi perspectiva en
esa época era despectiva con esa industria y con la corporación con la que me asocié; pero DIOS
sabe cómo hace sus cosas, decían las abuelas, que eran muy sabias. El día que ingresé a este
proyecto y que empecé a recibir información, me hice una pregunta, ¿qué tal que sí funcione?, me
entró una leve esperanza de poder pagar todos mis pasivos.

Empecé el proyecto en julio del 2013 y en los tres primeros meses me fue bien, sin
embargo pasados seis meses el resultado era negativo; realmente negativo. Yo no quería un
fracaso más en mi vida y a pesar de que la diferencia era que en este proyecto no perdería dinero,
me dolía en el alma pensar que iba a fracasar de nuevo. No lo podía concebir, ya me había
ilusionado con la posibilidad de que este era el proyecto con el cual iba a triunfar.

En los primeros meses del proyecto yo todavía seguía haciendo deporte, correr todavía era
mi sueño, soñaba con correr las maratones más importantes del mundo, pero ya tenía las lesiones
físicas que comenté en la introducción del libro y entonces el deseo de correr se estaba apagando,
pero estaba naciendo el sueño de llegar a triunfar en este negocio; ya me había ilusionado.

Lo que más me ha encantado de escribir este libro es poder entregar la información tal
cual me llegó, contrario a lo que sucedía cuando dictaba las conferencias, pues tenía que ajustar el
mensaje para que el público pudiera entenderlas.

Les contaré ahora uno de esos momentos mágicos. Un día en el mes de febrero del 2014
estaba corriendo en mi entrenamiento matutino, cuando mis pies empezaron a doler, ya el médico
me había dicho que si me volvía a fracturar debía cambiar de deporte y renunciar a la idea de
hacerme profesional como corredor.
Esto se mezcló con el momento de frustración en el negocio y generó un sentimiento en mí
de mucho dolor. Sentía que estaba perdido, que había hecho muchas cosas y que no era justo que
no me funcionaran. Empecé a llorar y mirando de nuevo al cielo grité, no es justo, no es justo, yo
llevo toda una vida buscando qué hacer, queriendo ser grande, queriendo triunfar, recuerdo que me
dije “ni este bendito negocio de jabones, ni correr, ni nada de las miles de cosas que he hecho”.
Ese día escuche su voz, aunque todavía no era tan claro para mi saber que era ÉL.

Cuando clamas al cielo tienes respuestas, escuché su voz decir, “ya te di un propósito, el
problema siempre ha sido el mismo, es que el centro de lo que has hecho eres TÚ, si AMAS a las
personas y AYUDAS a los demás, desarrollas DISCIPLINA y DETERMINACIÓN, lo vas a
lograr, lo que menos importa es el NEGOCIO”.

Ese día recibí una visión, me llené de pasión, sentí una energía increíble, yo era tan
distraído espiritualmente que no sabía que era ÉL el que me hablaba. Este suceso fue un año antes
de la revelación del capítulo uno. Me sequé las lágrimas, sentía que ahora sí lo iba a lograr.

Días después, fui a donde mi mentor en el negocio por un redireccionamiento en el


proyecto empresarial, me llené de mucha pasión, tenía la visión clara, había entendido que la
intención con la que estaba haciendo el negocio era el problema. Sentí que empecé de nuevo,
había una energía que me movía a otro nivel, yo había sido apasionado en mis proyectos, pero
esto me impregnó una ENERGÍA impresionante. Empecé a buscar nuevos socios, llegaron líderes
increíbles y todo empezó a fluir de una manera espectacular; al año y medio logramos un nivel
importante y teníamos una organización de más de 500 personas, con un enfoque totalmente en el
SER, donde lo que buscamos es que las personas a través de una educación empoderante, se
conviertan en la mejor versión de ellas mismas.

YO SOY ADN se convirtió en una organización referente en el país, por su visión, pero al
igual que todo lo que me ha sucedido para llegar hasta este punto, el protagonista es ÉL, DIOS
siempre detrás de cámaras. En nuestra organización realizamos continuamente eventos de
entrenamientos sobre el desarrollo del ser, porque entendimos que el problema no es el vehículo
económico ni lo que hay que hacer empresarialmente, si no que observamos que todo el problema
es el individuo. Se nos convirtió en una obsesión generar niveles de conciencia en la gente y
buscamos metodologías para bajar información de este nivel a las personas, ellos realmente
quedan empoderados.
Se acercaba la gira del mes de febrero de 2017 y el primer evento era en Medellín,
nuevamente quería hacer algo diferente. Oraba todos los días por sabiduría, para que se repitiera
la escena y que llegara algo especial, buscaba todos los días recibir algo de ÉL. Además de orar,
también hacia un devocional diario con estudio de la palabra, leí muchísimo, escuchaba prédicas,
tenía un mentor continuo en el área espiritual, buscaba con mucho fervor, quería un encuentro con
ÉL, escribía mis pensamientos, todos los días sacaba reflexiones, pero eran normales las
sensaciones cuando escribía y ya tenía identificado como me sentía cuando era ÉL, yo quería algo
especial.
Normalmente los jueves empoderábamos al equipo en la ciudad de Cali y el jueves previo
al viaje a Medellín, me correspondía dirigir el empoderamiento. Ya tenía una presentación con un
mapa conceptual que había hecho con mi esposa regresando de un viaje de España durante el mes
de enero. Me sentía bien, pero sabía que DIOS no estaba en el asunto, era bueno el tema que había
preparado para Medellín, pero faltaba su toque, faltaba la GRACIA, sabía que si salía con algo
sin su presencia no iba a tener la misma unción, el mismo poder. DIOS siempre te lleva al límite.
En tu debilidad ÉL se manifiesta; te lleva hasta que sientas que ya no hay más.

La presión del asunto se incrementó cuando recibí una llamada de los líderes de Medellín
para informarme que el viernes previo a la convención daría una charla de líderes, en la que
estarían todas las personas con cierto nivel de resultados de esa región. Me invadieron los nervios
pues en esta ciudad viven personas muy influyentes del mercado, además son muy empresariales y
yo tengo un pacto con DIOS, siempre hablar de ÉL en las tarimas, pero para distraídos como yo,
sin que se note; eso me generó muchísima tensión, es más, yo iba a hacer una conferencia
condicionada al mercado, o sea no iba a cumplir mi propósito, pero no me sentía bien. El evento
una condición adicional y es que compartiríamos tarima con una de las parejas líderes más
grandes de Latinoamérica, con 20 años de trayectoria y muchos más resultados de los que nosotros
habíamos alcanzando en tres años; mi esposa todavía sentía nervios al hablar en público mientras
que la esposa de la pareja con quien compartiríamos tarima es la mujer más influyente de nuestro
país y cuenta con reconocimiento mundial. De verdad estábamos muy nerviosos.

El jueves previo al evento me levanté como de costumbre y empecé a orar, tomé la biblia,
leí, tomé mi devocional, cogí la agenda donde escribía, empecé a escribir y llegó la revelación…
¡BOM! Sentí de una, DIOS está en el asunto, lo organicé, llamé a la persona que me ayuda con las
presentaciones, hicimos los ajustes necesarios para la charla de líderes, me llené de Gozo, de
agradecimiento, de ver cómo DIOS era tan especial conmigo. Esa misma noche de la revelación,
antes de viajar a Medellín, hice el empoderamiento para mi equipo, probé la información, me
escuché, la gente quedó impactada y con esto confirmé el poder de la revelación.

De nuevo sentí que no estaba solo. Dudamos de su presencia porque así es el hombre;
Dios siempre está a tu lado, pero a pesar de eso te sientes solo.

Viajamos a Medellín al otro día viernes 10 de febrero y llegó el momento de la reunión de


líderes. Antes de salir del hotel incluimos a Dios en el asunto, le oramos y le pedimos que nos
diera la gracia, la sabiduría y la elocuencia; realmente queríamos hacer algo poderoso por
Medellín, habían personas sentadas ahí que admiramos mucho. Llegamos al salón, una pareja de
México precedía nuestra presentación, los escuchamos, decidimos con mi esposa que ella me
presentaría y que yo hablaría solo por el tipo de información que compartiríamos.

Nos llamaron a tarima y nos dieron 45 minutos. El tema que Dios quería dar era todo un
reto, por el mercado, por la profundidad del tema, por el poco tiempo, todo lo hacía bien especial;
no era un tema que llevara tiempo trabajando, tenía solo 36 horas de desarrollo y la información
estaba en proceso. Mi esposa empezó, saludó, y dijo: - en este espacio los voy a dejar con mi
esposo amado, que es el más apasionado por este proyecto, no hay nada que a él le guste más que
empoderar a los líderes y mañana en la charla general sí estaré -. Me dio un beso, la gente
aplaudió, se bajó de la tarima y empecé.

Todos los seres humanos tenemos DESEOS, queremos cosas, queremos vivir experiencias,
tenemos muchísimos deseos; pero tener el deseo no es suficiente. En la sabiduría convencional, se
dice que el que quiere puede, pero la realidad dista de eso. Querer no es suficiente.

Todos queremos tener un mejor cuerpo y claramente no es suficiente querer. Vemos


personas que no hacen nada para lograrlo, vemos personas que quieren desarrollar un proyecto
empresarial pero no lo logran, esta es una pregunta recurrente en la vida ¿Por qué?, ¿Por qué si
quiero no puedo?

EL DESEO es un nivel de energía muy bajo para llevarte a la acción; aun así hacemos
cosas por deseo. El deseo genera la energía para hacerlo, pero no logra ser una energía que
perdure. Esta energía es básica por su intención, el enfoque del deseo es satisfacer al YO, yo
quiero, quiero esto, quiero aquello y ese es el factor clave de que sea un nivel de energía bajo.

Cuando tu emprendes algo en la vida solo por deseo, es predecible que nunca llegarás a
ser grande en eso. Con deseo iniciamos muchas cosas, empezamos un deporte porque queremos
hacerlo, pero al más pequeño tropiezo, la energía que te propicia el deseo no te alcanza para
gestar persistencia, para avanzar; entonces se hace más fácil empezar de nuevo otro proyecto… y
por el mismo deseo escoges y por el mismo deseo cambias. La economía entiende eso, te genera
el deseo constante para empezar algo, nos crean modas, pero eso es algo pasajero, abandonamos y
volvemos a empezar. Lo peligroso de esto es que no te percates de que te estás gastando la vida
cumpliendo deseos, nada trascendental; esto es muy delicado porque transcurre el tiempo y no has
hecho nada relevante en tu vida, que, en lo profundo, es tu anhelo.

La razón más importante de por qué es tan bajo este nivel de energía, es que su centro soy
YO. El “yo” es equivalente a solo uno como individuo y todo factor multiplicado por uno da el
mismo valor; eso hace que la energía no se multiplique, o sea que, cuando hago algo o emprendo
en algo para mi satisfacción personal, la energía que se imprime en esa acción es casi nula. La
intención funciona como ley
Dios no prospera todas las acciones por igual, si yo trabajo por un ingreso básico, con una
intención básica, por ley será medida. Otra forma de decirlo es que DIOS mira el corazón y si la
intención de la acción es mi satisfacción, Dios claramente está viendo que es solo para ti, él no te
va a quitar nada, pero no va a multiplicar porque no tiene valor, porque la intención de la acción
determina la bendición.

Esto se traslada a cómo escogemos nuestras profesiones; hay profesionales que eligieron
sus carreras por dinero y otros porque amaban la profesión. Ambos se gradúan, pero no a los dos
les va igual. La intención se siente por la intuición que tenemos y esto abre puertas o las cierra. La
intención tiene la capacidad de sentirse en el ambiente y sucede así para nuestra protección.
Nosotros podemos percibir la intención de las personas y eso hace que podamos elegir incluso las
amistades.

La energía del DESEO es hermana a la energía de la NECESIDAD, son energías muy


básicas. Como a estas alturas del libro comprendemos que somos tripartitos y que tenemos la
capacidad de discernir, para el corazón una necesidad no es igual que un anhelo. Trabajar porque
me toca no imprime energía a la acción; los trabajadores que hacen sus labores solo por dinero, se
diferencian de los que lo hacen por vocación y la diferencia vuelve a ser marcada por la
intención. Las necesidades en la mayoría de los casos son egoístas.

El deseo es una energía tan básica que, por ejemplo, a veces queremos comer algo rico y
sabemos que en la casa tenemos los ingredientes para prepararlo, pero a pesar de que quiero, es
más fuerte la pereza de no hacerlo; o por ejemplo cuando estás viendo un programa de televisión
que no te gusta, quieres cambiar el programa y el control del televisor está lejos, prefieres dejarlo
en el canal que está por la pereza de levantarte y tomar el control para cambiarlo. La razón es que
los deseos normalmente se gestan en ZONA DE CONFORT.

Esto “Me Voló la Tapa”. Tenía el paradigma social de que “querer es poder” y en la
revelación resultó que el deseo es una energía muy liviana. Otra de las razones es que el deseo
está muy ligado a una emoción de capa física: el PLACER.

La gente quiere viajar, quiere comer rico, quiere tener condiciones de vida de alto nivel,
no porque esto sea profundo sino por físico placer. No vamos a decir que el placer es malo, es una
emoción, creada por Dios como todas las emociones y todo, absolutamente todo lo que vemos,
somos, vivimos, etc.; por tanto, es bueno, lo que no puede pasar, es que sea lo que mueva tu vida.

Cumplir tus DESEOS para satisfacer el YO, sin ningún esfuerzo, permaneciendo en tu
zona de CONFORT, solo porque al final te harán sentir mejor y sentir PLACER, es muy físico
y es un apego más del CUERPO que de las otras áreas de tu ser.

Muchas personas viven muy enfocadas en esta área, en esta zona de energía. Trabajan para
cumplir sus necesidades y sus deseos; trabajan para su vivienda, su auto, sus gastos de
manutención, su diario vivir y para tener como entretenerse; incluso entretenerse se vuelve una
necesidad, porque cuando la vida se vive en esta zona, la diversión se vuelve un imperativo sin
que te des cuenta.

Cuando la vida es tan básica, tu espíritu no está cómodo y se manifiesta en la depresión,


generada por la monotonía de trabajar, ganar y gastar solo en cosas básicas, y por saber que toda
la vida será lo mismo; por eso no te hayas, te da un malestar que no entiendes, porque es profundo,
es el espíritu manifestando que no estás haciendo lo que debes hacer y esto genera un círculo
vicioso. Como no estás bien y no sabes por qué, buscas entretenimiento, como tomar licor, salir de
fiesta, etc.; lo haces para salir de la depresión y lo logras de manera temporal, te diviertes, pero
una semana después estás otra vez trabajando por tus deseos y necesidades, no porque ames lo que
haces. Termina la semana o el mes, ganas, gastas y te diviertes, pero no sabes para dónde vas,
vuelves y lo haces y te da depresión... y el ciclo continúa; tus emociones se vuelven un sube y baja
constante y puede llegar a convertirse en algo normal.

Yo tengo deseos, tengo necesidades, pero no deben ser el centro de mi vida, no son mi razón
de vivir. DIOS no creó todo solo para ir a trabajar todos los días únicamente para satisfacer mis
necesidades y deseos; este ciclo no te plenifica, no fuimos creados para esto.

Pareciera que cada nivel de energía aplicara para cada etapa de mi vida. Experimenté este
nivel con mucho apego de los 13 a los 23 años, solo me importaban mis gustos, mis deseos, mis
placeres; justo coincide con mi etapa agnóstica. En este periodo de mi vida el licor era común,
fumé cigarrillo, sentía la necesidad de buscar entretenimiento cada fin de semana, pero aun así
sentía cansancio, increíblemente solo tenía energía para cosas vanas, nada transcendental; hice
algo de deporte interrumpidamente, realicé algunos emprendimientos, pero todo estaba centrado
en el YO, por eso era fácil abandonar.

Esto devela el principio. Cuando te enfocas en el deseo, no generas energía. Fue la época
en la que más dormí, los fines de semana dormía siestas de tres horas en la tarde, no había nada
profundo por qué esforzarme; en esa etapa me gradué del colegio y de la universidad con regular
desempeño. Sumado a la baja energía interior que sentía, que es el tema de este capítulo, esa
fuerza que va más allá de la fuerza vital, había un agravante y era la autocomplacencia por la
sociedad y la cultura. Mis padres y amigos veían como algo normal no tener pasión por algo
transcendental, la excusa era observar nuestro entorno y ver que los jóvenes de mi edad estaban
igual o peor, lo cual se convertía en el aliciente. Sé que es equivocado decir que me hubiera
encantado conocer todo esto en esa época, pero no hubiera gastado el tiempo de la misma manera,
porque hoy entiendo que no es cierto que debamos esperar a cierta edad para llevar nuestras vidas
a otro nivel; en la Biblia hay historias de jóvenes que no fueron necios, escucharon su voz y fueron
obedientes. Salomón a pesar de su corta edad logró gobernar el pueblo de Israel.
Teniendo claro que el DESEO genera una energía baja, vamos a explorar el siguiente
nivel.

El SUEÑO aumenta el nivel de energía; cuando las acciones están enfocadas en conseguir
mis sueños la energía sube. La razón es que empieza a cambiar la intención, ya en esta ecuación se
incluyen normalmente a otros individuos, o sea que ya no estoy haciendo algo solo para mi
satisfacción, sino que ELLOS están dentro del enfoque.

“ELLOS” normalmente son la familia, las personas que más nos inspiran. Empezamos a
luchar por el bienestar general de nuestro hogar, soñamos con tener una casa propia, un auto y una
mejor calidad de vida, con la intención de beneficiar a nuestra familia. En Colombia, una familia
promedio está compuesta por cinco miembros, padres e hijos; multiplicar un factor por cinco no
es igual que multiplicarlo por uno, que es el caso del deseo donde el centro es el YO y no ELLOS.
Esto cambia totalmente la ecuación, por ende, inmediatamente la energía cambia, no involucra
solo mi bienestar, sino también el de mis seres queridos. Nunca será igual la energía que pongo al
hacer algo para mí, que la que pongo, por ejemplo, por un hijo; la razón cambia totalmente la
acción.

El sueño es vital para el éxito, incluso para la FELICIDAD. Si yo cumplo mis sueños me
hago feliz, sin embargo, hay varios factores que afectan el proceso en este nivel; el primero y más
importante es que la sociedad y la cultura han catalogado los sueños como algo efímero, ridículo y
de poco valor. La mayoría de las cosas de valor en la humanidad fueron un SUEÑO antes de
materializarse y esto no es algo que todos comprendamos. En nuestro desarrollo los padres nos
decían que teníamos que estudiar y trabajar para poder vivir. Soñar no cabía en este cuadro. “La
vida no es de sueños” nos dicen todo el tiempo, “ponga los pies sobre la tierra”, replicaban casi a
diario, pero debes entender que trabajar por lo que tu sueñas te hace FELIZ.

Los SUEÑOS y la FELICIDAD no son trofeos que se entregarán fácil, exigen ESFUERZO,
o sea que nunca se darán en tu zona de confort. El esfuerzo no es natural en el individuo, se repele,
el cuerpo y cerebro siempre evitan el esfuerzo y esforzarse exige un estado mental diferente. El
éxito, los sueños y la felicidad son de capa MENTAL, se gestan en la mente. Este nivel de energía
te exige otro nivel de pensamiento, por eso no todas las personas son felices, ni exitosas, porque
no sueñan, no piensan, ni se esfuerzan; suena fuerte decir que no piensan, pero pensar es un acto
que exige otro nivel de energía y de compromiso; pensar puede replantear muchas cosas en tu vida
y ello puede resultar muy riesgoso para algunos, porque pensar los saca de la zona de confort.

Viví en este nivel de energía entre mis 24 y 32 años. Cuando lo exploré no era consciente
de cómo funcionaba la energía, ni siquiera sabía que había niveles de energía, y menos que
existiera un nivel superior a los sueños, es más, para mí moverme por los sueños ya era un nivel
alto de pensamiento, porque observaba cómo la mayoría de la gente se movía por necesidades o
deseos.

A los 23 años empezó mi gran anhelo de ser exitoso, lo tenía muy ligado a mi felicidad. En
ese periodo hice tres especializaciones, empecé a leer de dos a tres libros mensuales, ya la
energía era superior, y hubo un factor que alteró la energía: me casé. Mi esposa empezó a
volverse la razón, ya no era sólo yo; además ya estaba en proyecto nuestro hijo Jerónimo y eso
cambió todo. Dormía mucho menos, trabajaba mucho más, salía mucho menos, dejé de fumar,
cambiaron las prioridades y con ellas cambiaron los hábitos, y por ende los resultados. En ese
periodo, el éxito era el enfoque. Fue la época en la que tuve 10 franquicias, era gerente general de
un centro comercial, hacía deporte, leía constantemente sobre éxito, empresarismo, liderazgo, etc.
Hasta ese momento nunca había tenido tanta energía, dormía máximo 6 horas diarias, no hacía
siesta, habían cambiado radicalmente mis hábitos. Hacer feliz a mi esposa, entregarle algo a mi
hijo, lograr el éxito empresarial como ejecutivo, esforzarme, ser más inteligente, tener mucho más
conocimiento, era todo lo que me movía en la vida. Para mí era mi felicidad, el error fue que
llegué a llamarlo “mi razón de ser”.

Los SUEÑOS vinculan a mis seres queridos, o sea ELLOS, me exigen ESFUERZO. Si
cumplo mis sueños soy FELIZ, pero mi MENTE debe estar preparada.
El máximo nivel de energía es el PROPÓSITO. No es común hablar de propósito en una
sociedad en la que siempre se habla de profesión u oficio. La profesión o el oficio es la actividad
habitual para la que nos preparamos normalmente en universidades o instituciones educativas y
que al ejercerla genera un ingreso. Es exagerado decir que todos, pero la mayoría de las personas
elige sus profesiones pensando en el ingreso. El peligro es que por ejercer una profesión yo
desconozca mi propósito.

Antes de hacerme consciente, ser profesional era un objetivo definitivo en mi vida, incluso
en mi entorno familiar primario yo iba a ser el primer profesional; para mi madre era un orgullo
total. En la sociedad, ser profesional es un objetivo primordial porque se desconoce la existencia
del PROPÓSITO. El propósito es el sentido que se le otorga a la vida del ser humano.
Lo que determina que el PROPÓSITO sea el máximo nivel de energía, es su enfoque en los
DEMÁS. La razón de ser del propósito, son todos los seres a los cuales puedes impactar o servir,
esto lleva tus acciones a otro nivel; no es lo mismo despertarse a hacer algo diariamente para
cubrir mis necesidades, que para cumplir mis sueños y los de mi familia, también existe diferencia
cuando me levanto por el compromiso con mi país, con un sector vulnerable de la población, con
una causa social, entre otros propósitos. Cuando aumenta el número de personas impactadas por
mis acciones, aumenta el nivel de energía y la trascendencia de mi acto me lleva a salir de la zona
de confort y de esfuerzo, para pasar a una zona poco común que es la zona de PASIÓN.

En estado de PASIÓN ya mis actos pierden la noción del tiempo, de cansancio e incluso
pierde importancia cuánto voy a ganar. Una persona que encuentra su propósito no está pendiente,
como un profesional, de a qué horas sale de trabajar y no pregunta ¿será que ya me puedo ir para
mi casa? Al contrario, nada lo detiene, está lleno de pasión y eso lo vuelve mucho más
productivo. Yo no me imagino a la madre Teresa de Calcuta pensado “¿será que ya pagaron el
sueldo?” o pensando “me faltan cinco años para la pensión”; ella sirvió y cumplió su propósito
hasta el final de sus días, no por dinero. Muchos han limitado su vida a cuánto dinero ganan y es
una gran equivocación; tú puedes ser rico, puedes haber acumulado bienes, pero otra cosa es ser
próspero, que es sentirte bien con lo que tienes.

Hay gente muy rica que es desgraciada, porque lo único que tiene es dinero, pero hay gente
muy pobre que es próspera porque aman lo que hacen. No se trata de negociar cuál de las dos es
mejor, DIOS quiere que tengas las dos, que seas rico y próspero y no hay mejor fuente de
prosperidad y abundancia, física, emocional y espiritual, que cumplir TU PROPÓSITO.

Los valores esenciales para el éxito emergen de manera natural en una persona con un
propósito claro. No es común verlos con falta de disciplina o con ganas de renunciar fácilmente,
el propósito da perseverancia, porque lo que está en juego es la vida de muchas personas. El
propósito no es para ti, es para los DEMÁS y por eso DIOS se mete en la ecuación, porque
cuando hay muchas personas que se van a beneficiar, la bendición está dada.

El propósito te llena de valor, no tendrás un propósito grande en un corazón cobarde, por


eso DIOS, mirará tu corazón para poner en él la carga que te guiará al cumplimiento de ese
propósito; porque la máxima expresión de un propósito es la voluntad de DIOS y cuando DIOS
está en la ecuación, el trofeo es la PLENITUD.

Una profesión básica no puede entregar la plenitud, puede dar dinero, pero no la
PLENITUD. La plenitud solo se experimenta cuando se está alineado con la voluntad de DIOS.
Todos tenemos libre albedrío, pero la libertad de decisión no da plenitud, entrega otras
emociones, pero no los estados más profundos de tu ESPÍRITU. El propósito es ESPIRITUAL, el
deseo corporal y el sueño es mental.

El PROPÓSITO vincula a muchas personas, o sea a los DEMÁS, por ende, me da PASIÓN,
si cumplo mi propósito me hago PLENO por la conexión con mi ESPÍRITU y mi relación con
DIOS.

En este nivel de energía no es lo que yo quiero sino lo que ÉL quiere, implica un


desprendimiento total; por eso, pocos lo pueden lograr, no porque sea difícil identificar el
propósito, sino porque tendemos a hacer lo que nosotros queremos y no lo que es mejor. Eso lo
hacemos desde niños, nuestros padres nos recomendaban lo mejor para nosotros y con el amor
más grande, pero aun así insistíamos en no hacerlo y logramos que la vida fuera difícil. DIOS es
como un padre y el propósito no es lo que más te gusta, el propósito es lo mejor para ti y para los
demás.

Después de haber pasado etapas de mi vida enfocado en mis DESEOS y luego enfocado en
mis SUEÑOS, no pensé vivir de otra manera, pero con el despertar llegaron grandes cambios. Uno
de ellos y el más importante fue en mi corazón, pues hasta mis 31 años había pocas personas que
pudieran entrar en él. Venía de un letargo emocional grande; tenía espasmo en mi corazón, no lo
había ejercitado, pero ahí fue donde DIOS hizo el gran cambio, esto era lo que me tenía
bloqueado, lo que ÉL tenía diseñado para mí, era por eso que hasta ese momento no lograba mi
anhelo.
Por ley, si no hubiese reconocido a DIOS en mi corazón yo no hubiera encontrado mi
propósito, porque solo a través de un amor genuino hacia a los demás, se puede cumplir el mismo.

Después de haber escuchado su voz, de haberme quebrantado y literal, haber empezado de


cero, afloró en mí un amor muy grande por las personas. Empezó a entrar mucha gente en mi
corazón, tuve cambios fuertes, hasta yo me sorprendía de mis actos, mi mente ya no estaba al
control, refutaba, pero igual, yo estaba dejándome guiar por mi espíritu y esto cambió la ecuación
de mis acciones, ahora estaba buscando lo mejor para todos.

Esto se unió con el proyecto empresarial que desarrollo, ya que este busca ayudar a las
personas a tener mejores vidas. Ya mi mente y mi corazón estaban listos para emprender en algo
donde ya no fuera YO el centro, ni mi familia, sino los demás, sin distinción de raza, profesión o
nivel socioeconómico.

Antes de comprender el poder del propósito en el espíritu humano, yo era muy clasista y
esto impedía que avanzara a un nivel superior.

Este aspecto dio un giro rotundo cuando aumentó mi relación con DIOS, cambié mi
perspectiva hacia las personas, aumentó mi liderazgo y logré conseguir el resultado, porque el
liderazgo sin propósito no es liderazgo; pero el liderazgo exige mente y corazón. Si soy solo
trabajo, mi mente tiende a ser manipuladora, si soy solo corazón, soy muy débil, o sea que es vital
el equilibrio en las dos para poder tener liderazgo.

Si intentamos llevar esto al mundo de la economía tradicional o a mi profesión, recuerdo


con tristeza el día en que mi último jefe, negociando mi contrato para un aumento, me decía que
nuestra relación no tenía nada que ver con el corazón; que yo era un empleado y que nuestra
relación se limitaba al ejercicio laboral. Yo llevaba 10 años en esa empresa y había vinculado en
parte mi corazón, así que estas palabras me dolieron mucho. Decir que las profesiones y los
empleos no permiten cumplir con nuestro propósito es una exageración, pero vemos en la mayoría
de los casos, que es muy difícil experimentar este nivel de energía, en el que te mueven las
personas y no los resultados económicos. Las empresas difícilmente pueden crear esquemas o
atmósferas en las que tu parte espiritual sea protegida y valorada.

Si el propósito está ligado a la plenitud, sería vital que los padres de familia se interesen
más porque sus hijos lo encuentren en vez de encontrar buenos empleos. El problema es que ellos
mismos tampoco lo han hallado.

Yo le doy infinitas gracias a DIOS, primero por permitirme conocerle, con ello despertar
mi interior, así poder activar mi conciencia, renovar mi corazón y con esto poder encontrar mi
propósito. Hoy vivo apasionadamente, con energía inagotable, con la pasión a flor de piel, con
ganas de ayudar a muchas personas y mejor aún con la certeza que a DIOS le agrada y por eso ÉL
me brinda prosperidad, pero hay algo que me apasiona más y es que esto es para todos; también es
para ti, para que vivas una vida intencional, apasionada, llena de propósito, con el corazón
encendido y tu espíritu lleno de gozo y pleno.
CAPÍTULO V
EL JUEGO DE LA VIDA

C
uando reconoces que eres tripartito, cuando entiendes que no es lo mismo mente y cerebro, que
puedes ser feliz pero no tener paz; que debes desarrollar tus tres áreas con hábitos para cada
dimensión, que el gozo es la más grande emoción en el corazón, que la gracia es tu mejor arma
para el éxito, que tu conciencia es tu mejor herramienta y que aun en las noches te aconseja, que la
conciencia es para anticiparse a la acción, que no escucharla te carga emocionalmente por el
arrepentimiento, que el corazón no es un buen consejero, que tu mente es vacía y que se va
llenando de creencias que distan de la verdad, que no debes fiarte de ella porque su objetivo es
satisfacer el ego, que si haces lo correcto tu corazón se alegra, tu mente está tranquila y tu cuerpo
está en reposo, que cuando activas tu conciencia y aprendes a discernir, tomas las mejores
decisiones para tu vida; cuando comprendes que es mejor gastar la vida cumpliendo tu propósito,
que no habrá mayor energía en tu interior que cuando sirves a los demás… En ese punto surgen
preguntas: si eso es así ¿por qué estoy mal?, ¿cómo puedo vivir mejor?, ¿cómo puedo tener más y
sentirme mejor?, ¿cómo puedo tener éxito y a la vez ser pleno?, ¿cómo conseguir todo lo que
anhelo?

En algún momento de mi vida empecé a pensar que la vida era injusta; que las personas no
conseguían lo que querían, que sí había suerte y que había gente privilegiada. Incluso un tío me
refería una afirmación muy negativa, “hay gente elegida por DIOS”, me decía, “te has puesto a
pensar ¿por qué hay gente tan bonita y rica y nosotros no?”, ese virus estuvo en mi cabeza hasta tal
punto que me tuvo en una etapa larga de agnosticismo, me perdí espiritualmente por un tiempo y
me enfoqué en trabajar todo desde la mente; la duda de su existencia me dejaba desprotegido y por
eso luchaba tanto en la vida; tenía su misericordia, pero no su favor ni su gracia; eso cerraba
puertas y hacía que en mi vida sintiera una carga muy densa, no porque DIOS sea castigador, sino
como consecuencia de mis decisiones.

Lo especial es que mi mente dominaba el proceso y me hacía creer que yo era un ganador y
que los demás eran perdedores por creer en DIOS. En muchas reuniones generaba duda con
preguntas y afirmaciones, era muy pesado, muchas veces negué su existencia, ni qué hablar de lo
que decía de las religiones, realmente era pesado. Era inteligente intelectual, pero ignorante
espiritual.

En todo este proceso tuve muchas preguntas, demasiadas, cuando reconocí a DIOS, me
convertí en un niño, quería saber de todo, quería conocer muchas cosas, de verdad era intenso,
realmente soy intenso, soy un apasionado de la vida.
DIOS claramente sabe quién soy YO, él sabe todo de mí y sabía lo que estaba haciendo y
en dónde podría parar. ¡Increíble! Solo cinco años atrás lo desconocía, pero su amor es infinito,
fue todo un caballero, tocó la puerta de mi corazón, yo escuché y le abrí, y ahí todo cambió.

Siempre he querido más de la vida, siempre he tenido el anhelo de grandeza, como cada
espíritu humano. Yo quería más de la vida, yo quería estar mejor, yo me negaba a quedarme
resignado, no quería conformarme, eso me parecía injusto de la vida, si realmente fuera así, la
vida no tendría sentido. Mis oraciones empezaron a tomar fuerza, cada vez tenía mejores hábitos
espirituales, mi mentor espiritual me insistía mucho.

Cuando mi experiencia espiritual empezó, tenía mucha necesidad de milagros, llegué a ÉL


cuando mi mente se desbordó, cuando lo único que podía ayudarme era lo sobrenatural. Muchos
llegamos así, no es necesario, ni es la forma de DIOS, pero nosotros provocamos esa manera.

Yo tenía la costumbre de correr mucho, era muy acelerado, quería que todo fuera ya.
Corría mucho en lo físico y mi mentor espiritual me insistía que corriera en lo espiritual; yo no
entendía, me costaba mucho, mi mente me argumentaba, “¿cómo voy a parar de trabajar para orar
o ir a la iglesia, o leer la biblia?”, cuando lo que necesitaba era dinero, y rápido, y dedicar tiempo
a orar o a leer la biblia, no iba a solucionar nada. Batallé durante dos años, peleaba conmigo
mismo, era algo complejo; la transición de lo mental a lo espiritual no era fácil. La mente tiene su
papel y es muy importante, pero lo espiritual es definitivo, porque activa mi conciencia y de ella
emana lo correcto; además tener a DIOS en la ecuación da sabiduría.

Ni en las mejores universidades me enseñaron esto que te voy a compartir, yo luché y


luché en alinearme espiritualmente y aquí comprendí…

Mi mente y mi cuerpo rechazaban mi proceso espiritual, pero yo sabía que iba a encontrar
el camino, tenía esa sensación adentro en mi corazón, entonces me llenaba de voluntad, así no
quisiera, solo por fe, seguía; no veía nada, pero seguía. DIOS ya me había entregado varias
revelaciones, había cambiado los sentimientos a partir de comprender lo que DIOS me había
enseñado, pero la mente me argumentaba ¿por qué sigo mal?, ¿por qué no cambia mi situación?
estaba siendo injusto con DIOS. Todos los días salía al encuentro, todos los días buscaba su
rostro. Durante el año 2017 tuve demasiadas presentaciones en múltiples escenarios, fue un año
muy especial, fue el año en que más dinero gané en mi vida, pero fue el año en que más dinero
debía y esto me llenaba de impotencia, era una mezcla muy explosiva, ganar mucho dinero, deber
más de lo que ganaba, tener a Dios en la ecuación y sentir que estaba peor me generaba confusión.

Un día, muy preocupado le digo a ÉL, esto no es justo, estoy cansado, yo he creído, yo
estoy luchando, estoy teniendo mis hábitos espirituales, me he esforzado por ser justo y sigo igual
o peor. La sensación de frustración era muy grande, era la exageración de la mente a través de la
emoción, porque estaba mejor, pero la mente siempre va a evaluar de acuerdo con el momento
presente, no tiene perspectiva de dónde viene y menos para dónde va. De rodillas y orando con
mucho clamor, a las seis de la mañana, le dije: ¡DIOS AYÚDAME, NO PUEDO MÁS! e
inmediatamente me dijo:

“Yo no solo bendigo con dinero.”

Me sentí mal, me puse a llorar, dime qué hago, me sentía como si no hubiera entendido
nada; no entiendo el JUEGO, algo no entiendo. ¿Cómo es el juego de la vida? Esa pregunta
empezó a rondar en mi cabeza. A partir de ese día dejé de pedir dinero y empecé a pedir
sabiduría, como Salomón, a quien Dios le dijo: “Pídeme lo que quieras”, él pidió sabiduría y
Dios le dio sabiduría y lo bendijo en todo.

Estaba limitando mi relación con DIOS a mis finanzas, solo veía su mano si mis finanzas
estaban bien; eso empeoró la situación, cometía muchos errores que al final me costaban dinero;
empecé a perder la paz y por ende la Fe.

Como perdía la paz, empecé a perder la fe; la mente quería ganar terreno, quería hacerme
perder el rumbo, quería devolverse, la mente es experta abandonando, y me decía: si Dios es tan
real ¿por qué no hace un milagro ya? tuve que batallar mucho con mi mente, pero mi espíritu
estaba anclado a la experiencia espiritual que había tenido.

Cuando perdía la fe, perdía la visión, perdía la perspectiva, ya no veía igual, porque el
lenguaje de la fe es positivo y yo estaba negativo y, cuando te pones negativo, difícilmente tomas
buenas decisiones; además se me quitaban las ganas de luchar, bajaba la productividad y por ende
bajaban los resultados.

Tenía que levantarme, hablar de esperanza, inspirar personas, decirles que ellos podían, y
yo a la vez estaba mal, oraba antes de cada presentación, me llenaba de ÉL, me levantaba de
nuevo, recordaba su voz “yo te daré toda la prosperidad para que distraídos como tu lleguen a
mí”. “¿Cuál PROSPERIDAD?” Gritaba mi mente, en el fondo de mi interior sabía que sí era
verdad y eso era lo que hacía que me levantara.
El año 2017 fue un rin de boxeo, la realidad me daba golpes fuertes, no entendía nada,
viajaba por el mundo, pero con dolor en el pecho, incluso llorando en silencio, DIOS me procesó
de una manera muy fuerte.

Me llevó al punto en el que solo dependiera de ÉL, fue doloroso sentir que no podía con
mis fuerzas. Dios utilizó mis finanzas para transformar mi fe, para llevarla a otro nivel, ese fue mi
desierto, tuve demasiada presión, cometí muchos errores, quise resolver las cosas a mi manera,
cada vez los golpes eran más fuertes, cuando toqué el límite me quedó solo una opción, creer en
ÉL. Me sentía nadando en medio del mar sin tierra a la vista, casi suelto todo, casi renuncio a
todo y salgo corriendo, quería dejar todo tirado.

Cada vez que iba a donde mi mentor espiritual me daba aliento, me decía que creyera en
ÉL, que todo iba estar bien, que venían cosas grandes pero la realidad decía lo contrario.

Cuando no pude más hicimos un alto; mi esposa y yo nos preguntamos… ¿Qué hacemos?
Mi esposa me dijo: - Yo le voy a apostar todo a ÈL.

Hicimos uno de los actos de FE más criticados por la sociedad y la cultura, le apostamos
todo sin tener fuerzas, le dijimos: - DIOS, aquí estamos y solo vamos a creer en ti.

Ese acto cambió el ciclo, nos llenamos de fe y eso nos devolvió la paz y con la paz llegó
la voluntad, la creatividad y todo empezó a tomar forma; tomamos mejores decisiones y los
resultados empezaron a cambiar.

Un error espiritual común es hacer que nuestra paz dependa del dinero, de si tenemos o no
tenemos dinero; eso nos hace perder la fe y todo empieza a derrumbarse como un castillo de
naipes. Sin fe no hay paz, sin paz no hay voluntad, sin voluntad no hay acción, sin acción no hay
resultado, sin resultado no hay dinero, sin dinero NO HAY PAZ y se repite el ciclo; la mayoría de
las personas viven así, sin paz y sin dinero, porque no entienden el juego.

Este momento de mi vida me puso contra las cuerdas y alejarme de DIOS, de la iglesia, de
mi mentor, fueron ideas que empezaron a retumbar en mi cabeza. Sin embargo, hubo una fuerza
más grande en mi interior que me decía: NO, al contrario, acércate más. Sé que esta batalla diaria
y que muchas personas la sufren. Hoy en día muchos se me acercan con esta patología espiritual;
el dinero se vuelve la barrera más grande entre nosotros y DIOS; eso lleva a algunos a comprar fe
y a otros a alejarse totalmente de ÉL.
Finalmente decidimos; nos quedamos con DIOS, empezamos a apostarle el todo por el
todo, aumentamos todas nuestras acciones espirituales. Empecé a orar mucho más, a querer
entender dónde estaban los errores, quería entender. En el mes de abril del 2017 haciendo mi
devocional, DIOS me afirmaba algo que entendía someramente por mi proceso de éxito.

Yo quería entender el juego de la vida, yo quería ganar, yo quería estar mejor, yo quería
sentirme bien y estar bien en lo económico, en lo emocional y en lo espiritual. Ese día comprendí
que no entendíamos el juego, que no sabíamos sus reglas o cómo se jugaba, no entendía cuáles
eran mis armas, cuáles eran las claves, qué era lo primordial para saber ganar. Ese día me dijo:

YO creé los verbos, tú debes conjugarlos


YO creé los valores, tú debes utilizarlos
YO creé los principios, tú debes aplicarlos
YO creé las leyes, tú debes cumplirlas
YO creé la vida, tú debes vivirla

Ese día comprendí que los verbos, los valores, los principios, las leyes y la vida en sí
misma, ya estaba hecha, y que el resultado depende de las decisiones en cada una de ellas.

Ese día se aclaró mucho el panorama. Inmediatamente dejé de ser víctima, entendí que el
problema lo había creado yo con mis decisiones, con mi necedad, por no querer escuchar, por no
querer entender el juego antes de jugar, por creerme más inteligente que quien creó el juego; por
no observar nada, por estar ocupado y no pensar, por creerme mejor, el EGO no me dejaba ver lo
fácil que era la vida, quería jugar con mis reglas, a mi manera, no entendía nada.

Trabajé mucho en esta revelación, la convertí en una conferencia aplicada al negocio y


siempre que la terminaba, las personas quedaban inquietas, porque podían entender dónde estaba
la raíz de sus problemas.

Todo radicaba en que no entendemos el juego de la vida, el cual está compuesto por
LEYES, PRINCIPIOS y VALORES

¿Qué es una ley?

Una regla eterna, natural, inamovible, que afectará tu vida si la conoces o si no la


conoces.

Las leyes son exactas, no dependen de gobierno, sociedad, cultura ni creencias. Están por
encima de todo, nadie puede cambiarlas, ellas se han expresado por toda la existencia, algunos las
han observado y nos las han regalado, pero lo importante es que tú las comprendas.

Las leyes que más nos ayudan a entender este concepto, son las leyes físicas y entre las
leyes físicas, la ley de la gravedad, que nos ayuda a ejemplificar. La ley de gravedad afirma que
“todo cuerpo tiende a estar pegado al centro de la tierra”, o sea que las cosas no van a flotar y
esto condiciona toda la vida física. Si lanzo un objeto, este va a caer, si me dejo caer de un octavo
piso voy directo al suelo, así lo desconozca.
A esta ley se suman otras más que afectan todos los cuerpos de la tierra; en especial la ley
de inercia, que dice que “todo cuerpo hace todo lo posible para estar en reposo”, que nada se
mueve por sí solo y que, para que se mueva, debe imprimirse una fuerza exterior. Hemos
observado esto, no vemos asientos flotar ni tampoco moverse por sí solos.

Lo sorprendente del asunto es que esta ley de la inercia, que existe desde el inicio de la
humanidad, todavía nos afecte y nosotros no podamos entenderla. Muchas personas quieren tener
un buen cuerpo y para lograrlo deben hacer ejercicio. Así como estas dos leyes afectan todos los
cuerpos, afectan también el nuestro; nuestro cuerpo no se mueve solo y el desaliento pareciera que
es mío, pero no, es natural. Nuestro cuerpo siempre quiere estar en reposo, por ley, pero la ley
también dice que un cuerpo se mueve si se le imprime una fuerza exterior, o sea, el asiento se
mueve si yo lo muevo, al igual que nuestro cuerpo se mueve si lo movemos. Nunca estarán las
ganas primero que la voluntad y la voluntad es un acto consciente; se trata de entender que solo yo
puedo mover mi cuerpo.

Esto parece muy lógico, pero cuánto nos afecta y a diario. Batallamos con nuestro cuerpo y
se nos olvida la ley, entonces descansamos más de lo necesario, por no estar conscientes de esto.

Hay muchas leyes físicas y todas nos afectan. Hay leyes de la naturaleza que son hermosas
y no las observamos; hay una en particular que me gusta, es la ley de asignación; todo en la tierra
tiene un propósito, al igual que en el universo, poca gente sabe cuál es el papel de las cosas que
vemos a diario, incluso a veces blasfemamos a causa de la ignorancia.

Las leyes físicas anteriores, la de gravedad y la de inercia, aplican en todo cuerpo, incluso
en el agua. Aproximadamente el 70% de la superficie de La Tierra está cubierta por agua. El
97.5% se encuentra en los océanos y mares de agua salada; únicamente el restante 2.5%
es agua dulce. Las dos leyes físicas ya mencionadas, hacen que el agua se quede quieta como todo
cuerpo, pero la creación, que es una obra de arte tan perfecta, consideró esto y asignó a la luna
fuerzas gravitatorias y movimientos de rotación para que se generaran las olas del mar, porque de
lo contrario, el agua se pudre, por el principio de que todo cuerpo que no esté en movimiento se
atrofia. ¿No es increíble? Esto me sorprendió; cuando tuve la revelación, quise conocer bien todo
acerca del juego de la vida, de las leyes, de los principios y los valores.

La ley de asignación nos sigue sorprendiendo; el cuerpo humano necesita agua dulce para
vivir y solo el 2,5% del agua es dulce. Lo sorprendente es que hay ríos que nos abastecen pero
dependen de otras asignaciones. El sol está puesto de manera exacta, para que diariamente
evapore el agua del mar y evaporada suba a las nubes; el agua sube salada y el rol de las nubes es
filtrarla y devolverla dulce para que alimente los ríos y se dé un ciclo natural, eterno y hermoso en
el que la lluvia nos provee de agua.

La luna desempeña su rol asignado, el sol desempeña su rol, las nubes desempeñan su rol,
el río desempeña su rol, todos desempeñan su rol. La única criatura que se queja de esta
perfección tan maravillosa, es el ser humano, porque a veces la lluvia puede alterar algún plan y
entonces empezamos a quejarnos de este fenómeno tan hermoso y tan necesario para nuestra
existencia. Por el contrario, cada vez que llueva debemos dar infinitas gracias.
Lo más impresionante de esta ley de asignación, es que toda la naturaleza la entiende y se
hace plena cumpliendo su propósito. Por ejemplo, las abejas polinizan y de ellas depende la
reproducción de muchas especies vegetales, desde las manzanas y el algodón, hasta la mayoría de
los cultivos con los que se nutre al ganado. La abeja tiene la conciencia genética de hacerlo todos
los días sin reparo alguno; no puedo imaginar a una abeja quejándose, diciendo “¡este trabajo tan
duro!”. Lo raro es que el ser humano no conozca su asignación, que es proteger, cuidar, multiplicar
lo creado y la historia demuestra que hace lo contrario. Estamos en un juego individual y eso nos
impide ver nuestra verdadera asignación.

Hay más leyes de la naturaleza, cuya compresión podría ayudarnos sobre manera para
aprender el juego de la vida. Con solo mirar a las nubes podemos observar que nunca paran de
moverse; esta es una representación de la ley de la impermanencia, la cual afirma que todo pasa,
que todo se mueve. Cuántas veces sentimos como si el problema que estamos viviendo en nuestras
vidas, nunca fuera a pasar; es vital para tus emociones saber que todo pasa. Las plantas viven un
ciclo, los animales viven un ciclo, nosotros vivimos un ciclo, pero mejor aún, los problemas
también viven un ciclo. Comprender esta ley y aplicarla a las emociones me ayudó mucho; saber
que todo pasa me quitó mucho peso de encima; mi abuela con su sabiduría convencional decía:
“no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. A veces perdemos de vista esta ley,
sentimos que nuestras circunstancias no van a terminar y eso nos agobia. Solo ser conscientes de
esta ley aliviana la mayoría de nuestras emociones.

Otra de las leyes naturales que nos muestra muy bien cómo podemos jugar el juego, la más
obvia, pero más olvidada, es la ley de la siembra y la cosecha. Todo lo que cosechamos fue
porque algún día lo sembramos, si siembro limones cosecho limones, simple, el punto es que
olvidamos trasladar esto a nuestras acciones, no somos conscientes de que todo depende de lo que
sembramos, no mantenemos presente esta ley, la olvidamos en la vida diaria. Cosechamos lo que
sembramos, cuando no comprendemos esta ley nos hacemos víctimas.

Cuando estaba viviendo mi torbellino, no podía ver de dónde venía la causa; me hacía la
pregunta ¿por qué estoy tan mal financieramente? claramente era lo que había sembrado. Es
asombroso ver personas que nunca han ahorrado y cuando tienen un problema económico llegan a
pensar que es por la mala suerte el no tener dinero para resolverlo. Hay personas que tienen malos
hábitos alimenticios y cuando tienen un problema de salud culpan a Dios por lo que les sucede.

El juego está hecho, los verbos son las acciones que ejecuto con respecto a las leyes y a
los principios. Ahorrar, leer, orar, ayudar, son verbos que ayudan a cumplir las leyes, hay muchas
más, pero no cumplimos ni los más básicos. Hay leyes hermanas, como la ley de causa-efecto,
todo lo que hago tiene un efecto; la ley de dar y recibir, primero hay que dar para recibir, en la
medida que doy recibiré. Son tan obvias que las obviamos, la razón es que

Cuando acepté que toda la culpa era mía y que la voluntad de DIOS era buena, agradable y
perfecta, que todo era causa de mis decisiones, las cosas empezaron a cambiar. Porque me hice
responsable y empecé a observar todos mis actos, a revisar detalladamente mis decisiones, y mis
resultados empezaron a cambiar.
Dejé de “vivir por suerte”, como dice la sociedad, y empecé a vivir haciendo lo
inevitable, apostando todo a cumplir las leyes para tener sus promesas y no su revés por no
hacerlo.

Las leyes existen, son claras y son perfectas. Hay muchísimas, en todas las dimensiones
del ser humano, pero la madre de todas las leyes es la ley del amor; por ella existimos, por ella
estamos vivos, por ella todavía podemos seguir jugando el juego.

Si la humanidad se hiciera consciente de esta ley, se acabaría la maldad en el mundo. Al


incumplir esta ley, matamos, robamos, somos infieles, mentimos, les contestamos mal a nuestros
padres, le hacemos daño al prójimo y peor aún, nos hacemos daño a nosotros mismos, incluso
llegamos a quitarnos la vida. Si lleváramos a nuestro corazón, a nuestra mente y a nuestra
conciencia la ley del amor, todo sería diferente, pero no es así.

Hemos avanzado en lo tecnológico, en lo físico, pero en lo humano seguimos igual y la


mayor barrera se origina por desconocer las leyes. En los colegios se estudia de todo menos la
vida y como sabemos, nos cuesta mucho cumplir las leyes; además sentimos que cumplirlas es
algo malo, como si fuera a rebajarnos, nos falta humildad para entender que las leyes operan a
nuestro favor y que DIOS ha buscado diferentes medios para hacérnoslo saber, ÉL es como un
padre que le dice a su hijo qué debe hacer porque es lo mejor para él, con la gran diferencia de
que Dios es omnisciente, omnipotente, omnipresente, todo lo sabe, todo lo puede y está en todo
lugar. Cómo no hacerle caso, cómo no inclinar nuestro oído a su instrucción.

No entender las leyes nos afecta y peor aún es conocerlas y no cumplirlas. Cada ley está
compuesta por principios que nos permiten identificar de manera clara qué es lo primero en una
ley de vida.

¿Qué es un principio?

Los principios son reglas o normas que orientan la acción de un ser humano; un
principio es lo primordial, lo primero y lo más importante en una ley.

Entender los principios y volverlos convicciones, hacen la vida más fácil, porque ellos
garantizan que yo cumpla las leyes.

Hay un ejemplo de principios muy visible en la ley de siembra y cosecha. El principio es


entender que primero tengo que sembrar y ser consciente de que de mi siembra depende lo que
voy a cosechar, parece muy obvio, pero la gente no aplica ese principio.

Los principios son la base para vivir la vida, dan guía, prudencia, provocan buenas
decisiones. La aplicación de los principios me da liderazgo, me da gracia, me da riqueza y
prosperidad. Cuando conozco las reglas y las claves de un juego, es más posible ganarlo, solo
depende de la aplicación.
Algo importante a destacar es que hay principios espirituales y hay principios universales,
la mayoría de la gente se enfoca en los universales, porque son más lógicos y visibles.

Si comprendes esto debes obsesionarte con aprender y aplicar todos los principios
posibles. Los principios están en todas partes, incluso hoy en día hay mucha sabiduría
convencional que divulga principios; en las redes sociales vemos publicaciones diarias con frases
de poder que anuncian principios; lo importante es que nos
hagamos conscientes de ellos, entenderlos, comprenderlos y aplicarlos.

Cada vez que veas un principio, escríbelo, léelo, medita en él, memorízalo, hazlo parte de
ti. Ellos guiarán tus decisiones y tus decisiones definen tus resultados.

Durante 10 años estuve en las universidades, aprendí a hacer muchas cosas para tener
dinero, éxito. Ese fue el libreto que me enseñaron, estudiar para tener un buen empleo, pero estaba
rompiendo un principio, el éxito depende más de lo que soy que de lo que sé o hago. El principio
del tener es el ser.

Para poder tener creíamos que había que hacer más, o saber más, entonces estudiamos y
trabajamos duro para lograrlo; sin embargo, si soy deshonesto, soy tramposo, soy mentiroso, tarde
o temprano ese éxito se va a desvanecer. En cambio, si tengo los valores adecuados para el éxito,
puedo contratar el conocimiento y la mano de obra. Hoy más que nunca prevalece el SER, porque
el conocimiento humano se encuentra en internet y hay robots que realizan muchas funciones, pero
las funciones que no podrán reemplazar son las que requieren habilidades blandas, la parte
emocional y espiritual del individuo, que le permite ir más allá que cualquier computadora o
robot.

Cuando me dispongo a crecer en sabiduría, mi corazón se pone alegre, no es lo mismo


saber por dónde voy que andar vendado. Los principios limpian el camino, lo allanan, te permiten
vivir en paz por cuanto sabes qué es lo que haces y cuál será el impacto de tus acciones; los
principios revelan el resultado de su aplicación, te ayudan a tener larga vida, menguan las
equivocaciones, puesto que no me guío desde mi opinión.

Cuando me oriento desde mis opiniones, corro un alto riesgo pues ellas pueden estar
guiadas por creencias limitantes ó peor aún, por creencias que van en contra de los principios.
Hay naciones enteras afectadas por actos que responden a su cultura y rompen a viva voz
principios muy claros; no nombraré casos específicos para no generar controversia, pero es
increíble ver que en algunos países el hombre que tiene varias mujeres es bien visto. ¿Cómo podrá
cimentarse la familia cuando esto se permite?, ¿qué clase de amor es el que tiene varias parejas?
la base de la sociedad es la familia, ese es uno de los principios de la ley del amor.

Vivir desde nuestras creencias y opiniones es muy riesgoso. Hay casos más agresivos y
atrocidades que se cometen en la humanidad por basarse en la cultura, por basar sus acciones en
creencias y no en principios. Los principios al igual que las leyes son universales e impactan tu
vida con o sin conocimiento.

Hay principios básicos que pueden provocar un giro enorme en nuestras vidas, uno de
ellos es el poder de los pensamientos. Lo que pienso, siento; lo que siento, decido; lo que decido,
acciono y lo que acciono genera mis resultados. James Allen decía:

Este principio lo hemos escuchado de varias maneras, “tanto si piensas que puedes, como si
piensas que no puedes, estás en lo cierto” (Henry Ford). No es nuevo y si eres lector, con
frecuencia lo habrás leído, pero lo que importa es ¿qué tan consciente eres de esto? El éxito
integral está en el estudio y aplicación de los principios. Si ya sé que mis pensamientos
predominantes determinan mi futuro, cuando pienso en cómo pienso, soy consciente de mis
pensamientos.

Pero de este principio se deriva otro principio que también escuchamos a diario:
Todo lo que decimos paga impuesto en el oído, lo escuchamos, y si lo escuchamos, lo más
seguro es que pensemos en eso y sin darnos cuenta se vuelve realidad. Las personas no son
conscientes de esto y van diciendo cosas que afectan su vida; por ejemplo, hay gente que se
acostumbra a decir, yo sí que soy de malas, yo soy malo para la plata, yo nací para ser pobre, la
vida es muy dura, yo soy muy feo o fea, lo más seguro es que me vaya mal, etc. y no sabemos el
daño que puede causar esto en nuestras vidas. Durante años decía muchas cosas de este tipo y eso
estaba condicionando mi vida sin darme cuenta.

Hoy entiendo el poder de los principios, hay miles y miles, algunos son la base de otros.
Entender estos principios debería hacer parte integral de la educación que se brinda en los
colegios, pero se lo estamos dejando a los padres y los padres están educados de la misma
manera, por eso seguimos cometiendo los mismos errores.

No pretendo enseñarte los principios, pero si te exhorto a que los estudies, los aprendas y
los apliques; están en muchas partes, hay muchos libros que te pueden ayudar, pero debe existir el
anhelo en tu corazón de querer saberlo. La autoridad máxima en principios, son los proverbios en
la biblia; ahí están los más importantes principios para darte sabiduría. Sé que suena agresivo lo
que voy a decir, pero toda mi vida repelí el aceptar una verdad de verdades, el respetar a Dios.

Mi madre, conociendo mi proceso, un día me dijo: “Amor yo no puedo entender este


principio, ¿por qué tengo que temerle a Dios? Esto es lo que no me gusta de las religiones que le
quieren infundir miedo a las personas, yo no creo en un Dios castigador”.

Ese día pensé mucho, mi madre al igual que toda mi familia es muy ajena a las religiones,
ellos creen como muchos, que Dios es una religión; pero si le ponemos un poco más de sentido a
esta verdad podemos comprenderlo y guiar nuestras vidas por un mejor camino. Ese temor, es de
respeto y de admiración, de saber que existe, NO es un temor al castigo. Si voy a vivir con base
en mis leyes y mis principios, es decir, con base en lo que yo creo, cada uno cree algo diferente y
es esa la causa de que el mundo esté como está, porque no le teme a DIOS.

Claro que es más fácil vivir sin ley, pero en el corto plazo. Lo que Dios quiere es que
nuestras vidas sean perfectas, ÉL es un padre, ÉL quiere lo mejor para nosotros, ÉL no quiere
que le temamos por EGO, ÉL quiere que le respetemos por AMOR, ÉL creó todo, creó la vida y
creó sus reglas y claves, lo que quiere es que estemos bien
Si un padre le da de comer a un bebé no es para molestarlo ni para hacerlo sufrir, aunque
así pareciera a veces, por ejemplo, cuando el niño se cierra a no comer, no recibe y el padre
insiste, por amor, no por castigo. El padre sabe que lo mejor para el niño es comer, pero el niño
no lo sabe, si el niño entendiera que el padre solo quiere lo mejor para él y que la comida es
necesaria para su buen desarrollo, el niño comería sin esfuerzo, pero por no reconocer el amor de
sus padres hace las cosas difíciles, por falta de temerles, de saber que él quiere lo mejor, nos
hacemos testarudos.

El temor a DIOS no es religioso, es inteligente, aliviana todo, temer que ÉL existe y que
ÉL quiere lo mejor para nosotros hace la vida más fácil. Contra esto peleé 32 años de mi vida e
hice mi vida más difícil, hoy temerle y reconocer sus leyes y principios me ha permitido vivir la
vida de una mejor manera, con emociones hermosas, con paz, con amor, con plenitud, con
prosperidad y cumpliendo los anhelos más profundos de todo ser humano. Dejé el EGO a un lado,
reconocí a Dios y ese reconocimiento empezó a darme sabiduría.

Hoy mis decisiones no son las mismas, están basadas en las leyes y en los principios, están
basadas en lo que Dios quiere, y lo que Dios quiere es que tu vida sea perfecta. ÉL no creó todo
esto para que suframos, para que estemos mal, por eso lo busco diariamente. Dejé de pedir dinero
y empecé a pedir sabiduría para entender el juego de la vida.

Pero para cumplir las leyes y los principios necesito los valores.

¿Qué es un valor?
Un valor es lo que me da valor como ser humano.
La sabiduría no tiene que ser complicada, debe ser simple pero profunda.

Una ley es una regla eterna, el principio es lo primordial en la ley y un valor es lo que me
da la capacidad de cumplirlo como individuo.

Ley de siembra y cosecha


Principio: sembrar
Valores: disciplina, constancia y perseverancia.

Los valores me dan herramientas para cumplir las leyes y los principios. Lo grave del
asunto es que toda la vida nos la pasamos acumulando conocimiento y no valores. Es más
importante ser buenas personas que ser inteligentes, la sociedad está lejos de esto y juzga más por
competencias que por valores.
Cuando comprendí este aspecto, hice un ejercicio por todo Latinoamérica, preguntando al
auditorio qué era una ley, un principio y un valor. La gente quedaba atónita al ver que no lo tenía
tan claro y cómo confundían estos conceptos. En la dinámica de las conferencias preguntaba
cuánto era dos más dos y todo el auditorio gritaba cuatro, pero cuando preguntaba qué es
resiliencia, el auditorio quedaba en silencio. Me iba uno a uno preguntándole el significado de
ciertos valores y les costaba muchísimo contestar. 20 años de academia para no saber de valores,
principios y leyes, y de esto depende cómo juego el juego la vida.

Leyes – reglas
Principios – claves
Valores – herramientas

Apréndete las reglas, aplica las claves, llénate de herramientas y la vida será perfecta,
porque actuarás con sabiduría y la sabiduría te dará lo mejor de la vida.

No comprender el juego nos aleja de nuestros anhelos. Muchos quieren el éxito, pero
pocos comprenden sus principios, uno de los principios más marcados del éxito es:

Muchas veces obviamos este principio; vemos a las personas renunciar a sus sueños por
no entender que el fracaso es un principio del éxito. Cuando fracaso creo una experiencia, la
experiencia me ayuda a tomar mejores decisiones y las buenas decisiones me dan el ÉXITO. La
falta de valores hace que tome una mala decisión, en el caso del éxito una mala decisión es
abandonar, dejar todo tirado y esto desglosa otro principio vital:

Las emociones son el peor consejero. Si tengo miedo, la valentía es el valor guía; si tengo
ira, la guía es la prudencia; si tengo rabia, el perdón; si tengo pereza, es la disciplina; si tengo
celos, es el amor.

Por eso es vital comprender los valores y dotarme de ellos, esto es lo que permitirá que yo
cumpla los principios y las leyes. La mayoría de la gente se deja guiar por sus emociones y esto es
lo que acaba con matrimonios, nos lleva a la quiebra, nos aleja de todo lo que nos puede dar una
buena vida. No entender este juego es la mayor causa de infelicidad y frustración; la gente hace,
trabaja, estudia, pero sigue igual; el juego está claro, pero debo saber jugar.

Miremos esto aplicado al ejemplo del éxito:

Ley del éxito

Principio = fracaso

Valores = resiliencia, perseverancia y determinación.


Resiliencia = capacidad de reinventarme a través del fracaso.

Perseverancia = insistir hasta lograrlo.

Determinación = llevar a cabo la decisión que tomé.

La manera correcta de definir los valores es de la forma más simple y comprensible para
que los tengas a flor de piel. Lo que sucede es que nos dejamos llevar de las emociones.

Fracaso= frustración, tristeza y desgano.

Claramente las emociones son naturales y no las puedo evitar, el punto es que no puedo
guiarme por ellas.

¿Para qué debes estudiar las leyes, los principios y los valores?

La vida tendrá otro rumbo si yo renuevo mi mente, si entiendo, comprendo, medito y


estudio los principios. Cuando los pongo en mi mente y estoy ante una circunstancia, la conciencia
me va a guiar, me aconsejará y si la mente los ha estudiado, podrá reconocerlos fácilmente; si de
algo deberías hacerte adicto es de la sabiduría, esto es mejor que todo el dinero del mundo,
porque sin sabiduría en un solo segundo puedes perderlo todo.

Este es el juego de la vida todos los días, hay que estar alertas, estar atentos todo el
tiempo para actuar con sabiduría, analizar con una perspectiva amplia y profunda, identificar la
ley y el principio que está en juego, sus implicaciones, a dónde puedo llegar si hago A o si hago
B.

No puedo decirte que yo me lo sé todo ni que lo aplico todo, pero me esfuerzo a diario
porque mi vida sea mejor. Comprendí la importancia de entender el juego, de saber jugarlo, soy un
apasionado de la vida, un ser perfectamente imperfecto.

Me esfuerzo todos los días aplicando la madre de los valores que es la disciplina. Un día
comprendí este principio y me aferré a él.

Yo soy muy imperfecto, pero tengo un anhelo enorme de estar mejor, de vivir bien, de
lograr más, de ser grande, de ser PLENO y sé que tú también lo anhelas. Con disciplina he
buscado entender el juego de la vida y aplicar sus leyes y principios.

Si has llegado hasta aquí te felicito, creo que ya percibiste que no soy un escritor
profesional y que he aplicado principios, uno de ellos, la acción como base fundamental para
lograr lo que quieres. No pensé si yo era bueno o no para escribir, solo aposté a darte todo de mí,
con mis errores, con muchas falencias técnicas, pero lo hice con amor, solo DIOS sabe que todo
esto es real y que ÉL me entregó las herramientas para darle un giro a mi vida. En silencio estaba
desesperado, sentía que estaba nadando sin fin, que la vida era muy dura, no entendía nada, clamé
con amor que me ayudara, que no me dejara solo, que de verdad no quería vivir más así.

Todos los días lo busco, le agradezco inmensamente desde lo más profundo de mi corazón
que me haya escogido a mí, un ser humano con tantos defectos, para darme estos tesoros. No
pretendo nada más que cumplir mi propósito, ese que ÉL me sopló al oído, ese que me dijo aquel
día.

El objetivo no es que te guste el libro, el objetivo es que lo reconozcas a ÉL y cómo obró


en mi vida, en un ser humano común, un ser humano como tú y como yo. ÉL siempre ha estado a tu
lado, siempre te ha amado y este es un medio para hablarte al oído y decirte que TE AMA, que
nos ama a todos, que es más que religión, que la vida es más fácil, que todo cambia cuando ÉL
está en la ecuación.

Si leíste este libro, puede ser que DIOS esté buscándote; ÉL es el eterno buscador. Yo no
quería vivir esto, tenía mucho miedo de reconocerlo, saber que era verdad me daba pavor, porque
tenía que cambiar muchas cosas en mi vida que estaban mal, que incumplían su ley y su voluntad
que es perfecta; pero ÉL me encontró, no descansó hasta lograrlo, se las ingenió de una manera
tan fantástica que se convirtió en este libro.

Recibí estos regalos de parte de ÉL:

Solo por creerle, mi vida cambió, y yo hoy te comparto lo que entendí, para que tu vida
cambie. No se trata de creerme a mí, se trata de creer en DIOS.
REVELACIONES

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