Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Tiempo Perdido
¿Tiempo Perdido
¿TIEMPO PERDIDO?
Has pensado que has perdido el tiempo y, en base a eso, te has acomodado a
tus circunstancias, has dejado de soñar, y estás invirtiendo tu tiempo en cosas
que te lo van a hacer perder más. Cuando piensas que no vas a recuperar el
tiempo perdido, o que te va a tomar demasiado tiempo recuperarlo, comienzas
a tomar decisiones erróneas en tu vida; cambias tus prioridades, provocando
más frustración. Te acomodas y piensas que ya no podrás alcanzar, y acomodas
tus sueños y propósitos al poco tiempo que piensas que te queda, y que no
podrás recuperar lo que perdiste.
Pero NO hay tiempo perdido que Dios no pueda y quiera redimir. Puede que
estés en el desierto por malas decisiones, como Moisés; como puede ser que
estés en el desierto por culpa de otros, como Josué. Todo lo que hace falta es
un encuentro con Dios; Moisés se encontró con Dios, y en cuestión de semanas
volvió al camino correcto. Josué se encontró con Dios, y vio a aquel gigante
frente a él, y en cuestión de unos años conquistó toda aquella tierra; cuarenta
años perdidos se redimieron en siete años.
Si en algún momento has tenido ese pensamiento, oro porque hoy puedas
decir: ¡Señor, redime mi tiempo!. Y tú vas a ver cómo ese tiempo perdido tú lo
vas a recuperar. Pero, ¿qué cosas tienes que cuidar para no perder tu tiempo?
Porque no tendríamos que redimirlo, si no lo perdiéramos, si lo maximizáramos.
Ten claro cuáles son tus valores. Tú no puedes mirar tu vida como la miran
otros. El problema es cuando tus valores son altamente influenciados por las
modas y por la gente a tu alrededor. Hay quienes pierden dinero y tiempo en
cosas innecesarias para sus vidas, simplemente para pertenecer a un estatus
por un tiempo, pero realmente no es lo que trae satisfacción a sus vidas. Si no
quieres perder tiempo, protege tus valores. No te desenfoques; no hagas lo que
todo el mundo hace porque tú no fuiste llamado a eso; si te pones a tratar de
hacer lo que otros hacen porque es la moda, lo nuevo, pierdes el tiempo de
aquellas cosas a las que tú fuiste llamado a hacer.
Toma decisiones, no basadas en tus circunstancias, sino en tu destino. ¿Cuál es
tu destino? ¿Cuál es tu plan de aquí para adelante? Si te metes en el negocio
incorrecto hoy, no pensando en el futuro sino meramente en tu circunstancia
actual, después vas a estar tratando de recuperar el tiempo. No hagas las cosas
meramente porque puedes hacerlas; pregúntate cómo tu decisión de hoy
afectará tu destino en el futuro.
No trates de complacer a todo el mundo. Eso es imposible de lograr. Tratar de
complacer a todo el mundo es perder el tiempo. Toda decisión que tomes, a
alguien le va a agradar y alguien no. Después que agrades a Dios con lo que
estás haciendo, olvídate de lo que la gente piense, de lo que otros digan; ten
convicción y haz lo que tú tienes que hacer, sin tratar de complacer a todo el
mundo a tu alrededor. Tratando de complacer a todo el mundo, pierdes el
tiempo y hasta la cabeza. Tú tienes que complacer nada más que a Dios; a
nadie más; ni aun a ti mismo. Si haces cosas por complacerte a ti, haces cosas
que no debes hacer. Tú lo que debes hacer es lo que Dios quiere que tú hagas,
para complacerlo a Él; porque Él se encargará de asegurarse que tu vida se
maximice y ese tiempo perdido sea redimido.
Si has perdido tiempo, Dios lo puede redimir. El tiempo que se perdió por las
malas decisiones del pasado, Dios lo va a redimir. Perdiste dinero, finanzas,
metas, visión y cosas; en menos tiempo, las vas a recuperar en el nombre
poderoso de Jesús. Y Dios te va a dar sabiduría para tomar las decisiones
correctas para que maximices el tiempo y, en el nombre de Jesús, puedas
alcanzar el propósito que Dios tiene para tu vida y cumplas tu destino.
«Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para
Dios, no; porque TODAS las cosas son posibles para Dios» Marcos 10:27
«Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en
el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría. Me volví y vi
debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni
aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el
favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos»
Eclesiastés 9:10-11