1 Elementos de Modernizacion PDF

N. R.
Walker 2
Elementos de Modernización
N. R. WALKER
Serie Thomas Elkin 01
ELEMENTOS DE MODERNIZACIÓN
(Elements Of Retrofit)1
portada original
1
'Retrofit', sustituir piezas o sistemas nuevos o modernizados de equipos antiguos; encajar en o
sobre una estructura existente, como una casa más vieja con piezas nuevas o modernizadas
sustituyendo a los elementos antiguos.
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Sinopsis
Generación frente a generación, tradicional contra contemporáneo, estos

hombres están a punto de aprender una lección en arquitectura y en el amor.
¿Podrán demostrar que lo antiguo y lo nuevo pueden ser el diseño perfecto?
Un exitoso arquitecto de Nueva York, Thomas Elkin lo tiene casi todo.

Declarado gay, pone fin a su matrimonio antes de cumplir cuarenta años, tenía que
empezar a vivir su vida. Ahora, cuatro años después, con la relación con su hijo de
vuelta al camino correcto, y después de algunos cortos romances, este dibujante
tradicional pensaba que lo sabía todo acerca de la arquitectura… y de la vida.
Cooper Jones, con veintidós años, está a punto de tomar el mundo de la

arquitectura como una tormenta. Talentoso, profesional, impulsivo y
completamente exasperante, Cooper es la definición de la Generación Y.2
Al iniciar una pasantía de trabajo con Thomas, Cooper está a punto de sacar
el mundo de Tom fuera de su eje. Tom puede enseñar a Cooper acerca de la
industria de la arquitectura, pero Cooper está a punto de enseñar a Tom lo que
significa vivir.
2
Generación Y (Gen Y): también conocida como Generación del Milenio es la que sucede a la
generación X, la componen los nacidos entre los años 1980 a 2000.
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CAPITULO UNO
Mirando por la ventana de mi oficina el oscurecer del horizonte en Nueva

York, pude ver mi reflejo en la pared de vidrio delante de mí. Más allá del traje y
los zapatos caros, había pelo gris en las sienes, el pelo una vez negro era ahora
salpimentado, tenia arrugas en las comisuras de mis ojos. Cuarenta y cuatro años de
edad.
-Cuarenta y cuatro.3
¿Cómo sucedió? Parecía que había perdido la mitad de mi vida. En muchos

sentidos, la perdí.
La luz brilló en el intercomunicador.
-"Sr. Elkin?"
Mi recepcionista era quince años mayor que yo y había sido mi recepcionista

durante diez años desde el día en que comenzó en la empresa, y sin embargo nunca
vaciló en su etiqueta profesional.
-"¿Sí, Jennifer?"
3
Pensamiento, no expresado en voz alta, se destaca en negrita y cursiva en todo el texto.
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-"Ryan está en la línea dos. ¿Preferiría que tome un mensaje?"
-"No, está bien."- dije. -"La tomaré."- Apreté el botón del altavoz. -"¿Ryan?"
-"Hola, papá, sí, soy yo."
-"¿Algo no está bien?”- Era inusual que él llamara a la oficina. -"¿Todavía

vienes a cenar?"
-"Sí, sí, está todo bien. Solo, acerca de la cena."- dudó -"¿Me preguntaba si te
importaría que lleve a alguien?"
Esto me sorprendió. Desde que su madre y yo nos habíamos separado, tomo

un tiempo para que las cosas volvieran a la normalidad entre nosotros.
-"Sí, por supuesto, eso está bien. ¿Alguien especial?"
-"¡Oh, no, nada de eso!"- dijo con una risa. Podía oír voces apagadas en el
fondo. -"Sólo me encontré con un viejo amigo de la escuela. Él acaba de llegar a la
ciudad, por su cuenta, y le dije que podía cenar con nosotros."
-"Está bien, está bien."- le dije.
Ryan era muy social, y al crecer, había tenido siempre un grupo de amigos
que vivían en nuestra casa tanto como en las suyas. Muchas veces llegaba a casa
tarde a una guarida de niños de secundaria fingiendo estar dormidos. Miré mi reloj.
-"Hasta más tarde."- Desconecté la llamada y presioné la línea de Jennifer. -

"¿Puedes por favor pedir cena para tres y que la entreguen a mi domicilio?"
-"Ciertamente."- respondió. -"¿Tailandesa? ¿Italiana? ¿Japonesa?"
-"Tú eliges."
-"Muy bien."
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Hubo un suave clic en mi oído y volví a mirar al horizonte de la tarde durante

media hora antes de empacar mi portátil en mi mochila y caminar fuera por la
puerta. Jennifer me dio una cortés sonrisa.
-"Japonesa, entregada a su puerta a las siete y media."
Le sonreí cálidamente.
-"Gracias, Jennifer."
-"Que tenga un buen fin de semana, Sr. Elkin."- dijo, sabiendo que estaría
trabajando todo el fin de semana. He trabajado la mayoría de los fines de semana. -
"Me he tomado la libertad de ordenar el almuerzo para mañana. Seguridad lo subirá
a su apartamento."
-"No sé lo que haría sin ti."
Ella sonrió con orgullo.
-"Tenga una buena tarde, Sr. Elkin. Dele a Ryan mis saludos."
-"Lo haré."
Tomé el ascensor desde el piso superior de las oficinas ejecutivas hasta el

vestíbulo de mármol ejecutivo, camine una cuadra hasta el vestíbulo ejecutivo de
mármol de mi edificio de apartamentos, entre en el ascensor hasta el nivel ejecutivo
en la planta superior.
Caro. Elegante. Predecible.

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Esas tres palabras casi me resumían.
Me había sentido preocupado últimamente, inestable y 'falto de algo'. Muchas

veces me pillaba mirando por la ventana durante algunos períodos de tiempo, sin
ser capaz de recordar un solo pensamiento. Tal vez lo que necesitaba eran unas
vacaciones. Tal vez me tomaría unas después de llevar a cabo el próximo gran
contrato.
Me encantaba mi trabajo como arquitecto. Lo amaba. Amaba las líneas en

estructura, la confianza en lo bien construido, los edificios históricos, y amaba la
superioridad y la funcionalidad del diseño moderno. Amaba mi apartamento, tenía
algunos buenos amigos e incluso tenía una relación amistosa con mi ex mujer, al
fin. Mi relación con mi hijo era mejor, buena incluso. Habíamos tenido una mala
racha al principio cuando su madre y yo nos separamos hace cinco años, pero ahora
a los veintidós años de edad, él podía ver todos los lados de la situación y había
hecho las paces con él. Conmigo.
Me había puesto unos vaqueros y una camisa de botones, me serví mi primera

copa de vino cuando alguien llamó a la puerta. Miré el reloj, y sabiendo que el
portero habría enviado a Ryan arriba, dije en voz alta:
-"Esta abierto."
-"Papá."- gritó Ryan desde la puerta.
Le oía susurrar algo y me acordé que traería un invitado. Mi apartamento en

el último piso era un apartamento de soltero, grande, sin divisiones y la cocina
corría a lo largo de la pared interior, fuera de la línea de visión desde la puerta
principal.
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-"En la cocina."- le contesté. -"Chicos, ¿queréis un trago?"
Ryan entró, seguido de una cara que no reconocí al principio.
-"Papá, ¿te acuerdas de Cooper Jones?"- preguntó Ryan, a modo de

introducción. -"Fuimos a la secundaria juntos."
El nombre sí, pero no se veía nada como lo recordaba. Había desaparecido el

desgarbado, torpe adolescente, reemplazado por un hombre joven en plena forma.
Tenía el pelo castaño corto y desordenado, una amplia sonrisa y picardía en sus
ojos color avellana.
-"Sí, me acuerdo."- le dije, extendiendo mi mano para que la estrechara. -

"Sólo que creciste."
Ryan puso los ojos en blanco.
-"Eso es lo que pasa papá, cuando no ves a alguien por cinco años."
Cooper sacudió firmemente mi mano.
-"Encantado de verle, señor."
-"¿Chicos puedo traeros un trago?"- Les pregunté de nuevo. -"La cena estará
aquí dentro de media hora."
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Tomé mi vino, ellos optaron por una cerveza, y Ryan me dijo cómo la familia
de Cooper se había mudado a Chicago y cómo había perdido el contacto con él a
través de la universidad.
Pero Cooper había llegado a la ciudad de Nueva York para pasar el verano.
Literalmente se acababa instalar en su apartamento y fue en busca de algo para
comer cuando se encontró con Ryan en la calle quien sacó su teléfono y me llamó
para ver si podía acompañarlo a cenar.
-"Espero que no le importe."- dijo Cooper con una sonrisa. -"Yo sólo iba a
tomar algo aceptable como alimento de un 7-Eleven o algo así."
Mi nariz se arrugó ante la idea y Cooper se echó a reír, y me dijo:
-"Esa es la misma reacción que tuvo Ryan."
La cena llegó y mientras comíamos, los dos muchachos hablaron de personas

que conocían. Aunque la conversación casi me excluyó, no me importaba. Fue
bueno ver a Ryan reír, y sus historias de la universidad eran bastante divertidas.
Muy diferente a mí cuando yo tenía veintidós años, eso era seguro.
Ryan me miró.
-"Estás muy callado esta noche, papá."- Tiró de la etiqueta de su cerveza. -

"¿Cómo van las cosas?"
Creo que quería saber cómo iban las cosas con Peter, pero no quería
preguntar abiertamente delante de compañía.
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-"Bien."- le dije, no traté de decir que estaba solo de nuevo, después de

decirle a Peter que no estaba interesado. -"El trabajo ha estado ocupado."
Él entendió el mensaje, porque asintió y volvió a recoger la etiqueta de su

cerveza. Cambiando de tema, miré a Cooper.
-"Así que, ¿qué te trae de vuelta a Nueva York?"
-"Tengo una pasantía de verano."- dijo.
Estaba a punto de volver a hablar, pero fue interrumpido por el teléfono de

Ryan.
-"Hey."- dijo Ryan en voz alta en su teléfono. -"Diablos, sí, voy a estar allí.
Llevare a un viejo amigo mío que acaba de llegar al pueblo... Está bien, nos vemos
pronto."- Ryan colgó y miró a Cooper. -"Tío, tienes que venir conmigo esta noche.
Tenemos entradas para el nuevo y más caliente club."
Cooper se encogió de hombros y sonrió.
-"Um, claro."
Ryan me miró, un poco en tono de disculpa.

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-"Lo siento, tendremos que hacerlo corto esta noche. Espero que no te
importe. "
-"No, no me importa en absoluto."- le dije.
Y no me importaba. Demonios, a los veintidós años yo estaba casado, con un

bebé en camino y una casa en los suburbios.
No fue hasta que me golpearon los casi cuarenta que me había dado cuenta de
lo que me perdí, me había pasado veinticinco años escondiéndome...
-"Iros, a pasar un buen rato."- les dije. -"Ten cuidado. Y si necesitas un lugar
para dormir en la ciudad, siempre hay lugar aquí."
-"Gracias."- dijo Ryan con una genuina sonrisa agradecida. Pero luego su
frente se arrugó. -"¿Seguro que no te importa?"
-"¿Importar?"- Me burlé. -"¡Estoy celoso!"
Se echó a reír, aunque dudé que él supiera la verdad subyacente a mis

palabras. Estaba celoso. Tenía celos de que tenía una vida social, celos de que aún
tenía su juventud sin el peso de los errores y la vida desgastada.
Se fueron a pasar su noche de viernes fuera haciendo Dios sabe qué mientras
yo ordené después de cenar, me senté con una copa de vino y abrí mi portátil,
pasando mi noche de viernes trabajando.
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Estaba en la oficina el lunes temprano, como siempre, y me había olvidado

del ingreso de los internos, hasta que Jennifer me llamó por el intercomunicador.
Levanté la vista de las especificaciones del trabajo.
-"Sí, Jennifer."
-"Perdón por la interrupción, Sr. Elkin."- dijo. -"Si pudiera molestarle en mi

escritorio por un momento."
La única vez que Jennifer pedía que fuera a su escritorio era cuando quería
que yo tuviera una imagen visual de un cliente, o de la competencia, antes de
conocerlos.
-"Claro."- le dije.
El escritorio de Jennifer se encontraba a lo largo del lado izquierdo de mis

puertas dobles, aseguraba que nadie llegase a verme sin consultar con ella primero.
Abrí la puerta y me entregó un archivo, que abrí.
-"Pasantes."- dijo en voz baja. -"Hay tres para elegir, son ellos, por allá."
Miró fijamente hacia la sala de espera, sin mover la cabeza. Miré a dos
hombres jóvenes y una mujer, todos deseosos de impresionar e impecablemente
vestidos.
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Por lo general, los cuatro socios principales ejecutivos se les daban a elegir
entre los cuatro principales candidatos, así que ninguno de los tres candidatos
restantes era bueno. Leí a través de las listas de credenciales muy breves en primer
lugar, ni siquiera mire los nombres o género. Sólo quería talento.
Académicamente, todos estaban relativamente parejos, pero luego un nombre

destacaba. Arriesgué una mirada al hombre adecuado, que ni siquiera había
reconocido como el chico que fue a cenar en mi apartamento hacia tres noches. Se
veía diferente.
Había desaparecido el aspecto de mochilero, pasando del chico que bebía

cerveza y hablaba sobre las travesuras de borrachera con mi hijo. En su lugar estaba
un hombre profesional, serio, vestido con un traje de buen corte.
Sin pensarlo más, sin pensar, miré a Jennifer, le entregué el archivo y le dije
dos palabras que cambiarían mi vida.
-"Cooper Jones."
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CAPITULO DOS
Un rato más tarde, Jennifer llamó a mi puerta y al entrar, presentó al hombre

detrás de ella.
-"Sr. Jones, este es el Sr. Elkin. Él es un socio principal aquí en Brackett y

Golding. Usted va hacer todo lo que le pida, cuando se lo pida. Estará aquí cuando
él llegue aquí, estará aquí hasta que se vaya. ¿Me está entendiendo? "
-"Sí, señora."- respondió.
Jennifer resopló.
-"Puedes llamarme Jennifer."- le dijo, y luego me miró fijamente, lo que

indicaba que el joven debía presentarse conmigo.
En esa fracción de segundo, me pregunté si haría saber que me conocía, o al

menos que conocía a Ryan, y me pregunté si había hecho mal aceptándolo. Pero él
dio una breve inclinación de cabeza y dijo:
-"Sr. Elkin, es un honor."

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Sonreí ante su profesionalismo, mientras que Jennifer se volvió sobre sus

talones.
-"Bien, ven conmigo. Te voy a mostrar tu escritorio."
Cooper no sonrió, pero sus ojos brillaron con humor antes de seguirla fuera
de la puerta.
Y las próximas dos semanas, trabajé con él todos los días. Trabajó sobre todo
con mi equipo, pero a veces conmigo, a veces por minutos, a veces durante horas.
Él era eficiente, dedicado y muy talentoso. Para su edad, uno de los mejores que
había visto. Para su edad.
Tuve que recordarme a mí mismo que él sólo tenía veintidós años.
Pero incluso con los trabajos mundanos que estaba haciendo como interno,
era fácil ver que tenía gran amor por la arquitectura, igual que yo cuando tenía su
edad. Igual que yo todavía.
Usaba las manos animadamente para describir algo y sus ojos se iluminaban
mientras hablaba. Era un apasionado, eso seguro. Y como interno, debería haberlo
tenido haciendo lo que los otros internos estaban haciendo, tareas mundanas, que
aseguraban que aprendieran, pero los internos básicamente hacían los pequeños
trabajos que nadie más quería hacer.
Los otros socios mayores raras veces veían a sus pasantes, y coincidiendo con
eso, antes de Cooper rara vez vi alguno de los míos. Pero él era diferente. Tenía una
energía, una presencia.
Yo no sabía lo que era, pero estaba intrigado por él. Él estaba tan fascinado
por el trabajo que sucedía a su alrededor, que era refrescante.
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Tal vez porque era un viejo amigo de Ryan, o tal vez a causa de su amor por
la arquitectura, pero en vez de tenerlo aprendiendo de otras personas en mi equipo,
lo elegí para trabajar más cerca de mí.
Era su segunda semana, por la tarde, y hubo una reunión de personal en la

sala de conferencias, que se convirtió un poco en una reunión de ideas de conceptos
en diseño.
Me gustaban esas reuniones. Mas casuales, más abiertas y todo el mundo

podía discutir problemas de modo que permitiera tener debates en grupo sobre las
posibles soluciones.
Cooper no era más que un observador, nunca decía nada a menos que se le
preguntara. Sus respuestas eran bien pensadas y calculadas. Mostró una madurez
profesional que me sorprendió, teniendo en cuenta su edad.
El resto del personal entraba y salía, todos muy ocupados con sus propios
horarios, y para el final del día, me encontré sentado a solas con él en la gran mesa
oval.
-"Entonces, ¿cómo te está pareciendo tu tiempo aquí?"- Le pregunté, cuando

la última persona estaba saliendo.
-"Oh, me encanta."- dijo rápidamente. -"Todo el mundo es genial, muy

servicial. Tiendo a hacer un montón de preguntas..."
-"Una mente inquisitiva."- Le sonreí.
-"Cuando estoy aprendiendo algo, sí."- dijo. -"Y hay un montón que aprender.
Creo que he hecho enojar a algunos de sus dibujantes."
Me hizo reír.
-"Bueno. Exprime sus cerebros, pregunta lo que sea."

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-"Ya lo he hecho."- dijo. Sacudió la cabeza, como si no pudiera creer algo. -

"Es surrealista, ya sabe, que algunos de los edificios más reconocidos de Nueva
York tienen sus planos enmarcados en estas paredes. Que estoy caminando junto a
ellos como si fueran sólo fotografías... pero no lo son. Son reales."
Yo seguía sonriéndole.
-"Algunos de ellos son increíbles."
-"Oh, lo son."- dijo. Estaba tan emocionado. -"El edificio Woolworth es

increíble. Los planos originales están en la pared."- dijo sacudiendo la cabeza. -"No
puedo creerlo."
-"Bueno, eso es de un poco antes de mi tiempo."- dije.
-"¿Ha diseñado alguno?"- preguntó. -"¿Que esté enmarcado en las paredes?"
-"Claro."- dije. -"Vamos, te mostraré."- Me puse de pie y para cuando llegué

a la puerta, estaba justo a mi lado. -"Todos los planos enmarcados en las paredes
fueron en algún momento, ya sea diseñados desde el concepto original o han tenido
algo de trabajo en ellos por Brackett y Golding."- dije mientras caminábamos por el
pasillo. -"Es una de las empresas con más grandes contratos de arquitectura en
Nueva York. Hemos puesto nuestro sello en un buen número."
-"Muy tradicional, muy prestigioso."- dijo Cooper. -"En el diseño y en

reputación."
Dejé de caminar y me paré frente a un conjunto particular de planos

enmarcados. Cooper se detuvo conmigo, pero me miró como si hubiera dicho algo
equivocado. Señalé el marco dorado.
Sus ojos se abrieron.

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-"¿El edificio del Radiador?"
El hecho de que supo el nombre del edificio tan pronto como lo vio me hizo
sonreír.
-"Ahora es llamado el Bryant Park Hotel, pero sí, el Radiador."
-"¿Usted trabajó en él?"- preguntó en un susurro. Sus ojos seguían muy

abiertos y mirándome.
-"No cuando fue construido originalmente en la década de los años veinte. No

soy tan viejo."- dije, y él sonrió. -"Pero trabajé en él a finales de los años noventa,
cuando se convirtió en el hotel que es hoy."
La boca de Cooper se abrió.
-"Es impresionante."
Él me miró y a los planos, como si estuviera hipnotizado. Levantó la mano

para pasar sus dedos sobre las líneas trazadas.
-"El ladrillo negro es brillante. Cómo minimizo el contraste entre las paredes
y las ventanas, y en la década de los años veinte. Fue una gran visión del futuro. Y
el dorado en la torre..."- Sus palabras se desvanecieron, sacudió la cabeza y echó
hacia atrás su mano. -"Lo siento. Me dejo llevar."
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Yo estaba mirándolo. La forma en que hablaba de la arquitectura, de los

edificios, de la técnica en ellos, era algo que yo hacía. Era una pasión en mí, algo
que nadie más entendía realmente.
-"No vuelvas a pedir disculpas."- le dije. Mi voz fue apenas un susurro.
Los ojos de Cooper se quedaron en los míos, y no fue hasta que alguien pasó
junto a nosotros que la conexión se rompió. Algo había pasado entre nosotros. Una
familiaridad. Una comprensión. Un momento.
Exhale con fuerza y di un paso atrás. Necesitaba poner un poco de distancia

entre nosotros.
-"Aquí, mira esto."- dije, señalando a otro marco en el pasillo. -"Es más
moderno."
-"El Centro Citigroup."- preguntó con una risa asombrada. -"¿Usted trabajó
en él también?"
-"No yo personalmente."- dije. -"Es difícil de creer, pero hasta los años
setenta fueron antes de mi tiempo. Pero es uno de mis favoritos."
Cooper se echó a reír a carcajadas.
-"No quise decir nada acerca de su edad"- dijo sin dejar de sonreír. -
"Simplemente no puedo creer que todos estos edificios vinieron de los diseños de
esta oficina."
-"Es increíble, ¿verdad?"- Le pregunté.

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Entonces asentí a los modelos delante de nosotros.
-"¿Ves la línea del techo inclinada? Querían áticos en el ángulo, pero no

pudieron debido a las restricciones de zonificación. Ahora alberga un amortiguador
de masa sintonizado controlado por ordenador, cuatrocientas toneladas de hormigón
que se deslizan sobre una capa fina de aceite. La inercia del amortiguador reduce el
balanceo del edificio hasta en un cuarenta por ciento."- Dejé de hablar cuando me
di cuenta ya era yo el que estaba balbuceando sobre las maravillas de la
arquitectura. -"Lo siento, me dejo llevar."- le dije, repitiendo sus palabras.
Cooper me sonrió, pero sus ojos fueron directamente a los míos.
-"No se disculpe."- dijo en voz baja.
Se me quedó mirando. Su mirada nunca vaciló, y yo no podía apartar la mía.

Después de un largo momento, rompió la conexión girando de nuevo a los planos.
-"Eso es algo de increíble ingeniería."
Me aclaré la garganta.
-"Sí, lo es."
Entonces miré a mi alrededor para encontrar que casi todos los demás en la
oficina se habían ido. Miré el reloj.
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-"No me había dado cuenta de que se ha hecho tarde."
"¿Hay algo que usted necesite que haga?"- Preguntó.
-"No."- contesté. Tenía trabajo para llevar a casa, pero no se lo mencione. -

"Creo que podríamos decir que se acabo el día."
Cooper miró a su alrededor, como asegurándose que estuviéramos solos.
-"¿Puedo preguntarle algo?"
Tuve la sensación de que no era una cuestión relacionada con el trabajo.
-"Sí."- respondí, ocultando la precaución en mi tono.
-"¿Me aceptó debido a Ryan?"
Parpadeé ante su descarada pregunta.
-"No."- medio-mentí. -"Yo te acepté como interno por tus credenciales. Fuiste
el mejor de tu clase."
Él asintió con la cabeza y sonrió.
-"Yo no quisiera estar aquí por algún tipo de favor, eso es todo. Quiero decir,
es un sueño trabajar aquí. Sólo esperaba saber que me gané mi lugar."
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Cooper era honesto, casi hasta la exageración. Habló de forma transparente.

Si lo pensaba, lo decía. Me gustaba ese rasgo en la gente. Me gustaba mucho en él.
-"Estoy seguro de que te lo has ganado."- le dije. -"He estado observándote.

Tienes un muy buen ojo para el detalle. "
Su rostro se iluminó y trataba de no sonreír.
-"¿En serio?"
Si preguntaba, si realmente tenía buen ojo para el detalle, o yo realmente lo

había estado observando, no estaba seguro.
No podía creer que acababa de admitirlo. En lugar de responderle, le di una

sonrisa y me volví a caminar de regreso a mi oficina.
-"Que tengas un buen fin de semana, Cooper."
-"Lo mismo que usted, Sr. Elkin."- gritó detrás de mí.
Recogí mi portafolio y salí de la oficina con Jennifer.
-"¿Algún plan para el fin de semana?" Preguntó.
-"No, sólo lo de siempre."- Lo que significaba trabajar. Mi costumbre era

trabajar.
-"Si necesita algo."- dijo, -"tiene mi número."

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Sonreí. Querida Jennifer, era la mujer más dulce. Organizaba toda mi vida
profesional, y a veces mi vida personal también. Ella sabía que comida me gusta y
en cuales restaurantes, sabía que colonia llevaba, sabía cumpleaños, aniversarios y
todo sin levantar la vista de su ordenador.
-"Estoy seguro de que voy a estar bien."- le dije. -"Pero gracias. Realmente
vales más dinero."
Sonrió, y justo antes de que nos fuéramos por caminos separados en la acera,
ella dijo,
-"No trabaje demasiado duro."
Cada fin de semana, y la mayoría de las noches era trabajo para mí. Había
tenido una gran cantidad de aventuras de una sola noche, había tratado de tener
citas. Y en el principio, después de la separación de mi esposa, fue emocionante.
Era nuevo y emocionante, y todo lo que soñé que sería.
Lo probé todo, una vez, a veces dos veces, hice de todo, con seguridad, por
supuesto, pero cuatro años después estaba buscando algo más. No sabía qué.
Había conocido a un chico, Peter, y, en teoría, debería haber sido perfecto

para mí. Edad similar, intereses similares, todo similar. Pero era demasiado pasivo,
demasiado agradable para todo. Yo había terminado las cosas con él un par de
semanas antes y había zambullido felizmente la cabeza en el trabajo.
Tenía toda la intención de pasar un fin de semana tranquilo en casa,

finalizando dos expedientes. Fui al gimnasio, me di el gustazo de ver un poco de
pornografía en línea y ordené los alimentos. Fue perfecto.
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Excepto el domingo por la noche, porque soñé con Cooper.
Era vivido y caliente. Soñé que me lo estaba follando. Tenía la cabeza echada
hacia atrás y su boca estaba abierta y yo estaba dentro de él. Él gimiendo con cada
embestida.
Era tan real, me desperté tan jodidamente duro, casi podía saborear su colonia
en mi lengua.
Llegué a trabajar un par de horas más tarde el lunes por la mañana, y casi
tropecé con mis propios pies cuando lo vi.
Era absurdo. Ridículo. Equivocado incluso.
¡Era de la misma edad que mi hijo!
Y sin embargo allí estaba, vestido con pantalones de traje gris y un chaleco a
juego sobre una camisa blanca almidonada. Su chaleco apretado en la cintura y
mostraba la forma de su culo. Estaba hablando con alguien más, pero me sonrió y
mi corazón latió fuerte en mi pecho.
Mierda.
-"Buenos días, Sr. Elkin."- dijo Jennifer con una amplia sonrisa.
Me aclaré la garganta y todavía con voz ronca cuando hablé dije.
-"Buenos días."
-"Agenda llena."- dijo con total naturalidad. -"Para comenzar, reunión a las
nueve."
N. R. Walker 25
-"Bien."
Necesitaba la distracción. Necesitaba el trabajo, las reuniones y citas, clientes

difíciles y más presupuestos de constructores. Cualquier cosa para distraerme de un
hombre de veintidós años de edad, cuyos ojos podía sentir en mí, ardiendo en mi
piel a través del cuarto.
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CAPITULO TRES
Me las arreglé para evitar a Cooper durante todo el día. Los lunes siempre
eran muy ocupados, y me dije que estaba imaginando la atracción. La idea de que
yo me sentía atraído por él era absurda. Él tenía veintidós años, y yo tenía cuarenta
y cuatro años.
¡No era más que un niño!
Pero cada día lo miraba, y cada día lo buscaba. Yo mantenía lleno su horario
y él parecía prosperar.
Me las había arreglado para aplastar cualquier noción de que podría estar
interesado en él. El hecho de que hablase de mi trabajo con una pasión como la mía
no era más que admiración profesional.
Incluso en mi línea de trabajo, no todos los días me encontraba con alguien

que amara la arquitectura como yo, y sólo me había impresionado, eso era todo.
Al menos eso fue lo que dije a mí mismo.
Era tarde en la noche del viernes de la tercera semana de Cooper cuando dejó
caer algunos archivos en mi escritorio y miró el tablero en la esquina de la
habitación. Era la primera vez que había estado en mi oficina sin nadie más con él.
Echó un vistazo a la mesa de dibujo en mi oficina como si fuera el transbordador
espacial a un joven aspirante a astronauta.
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La mesa de dibujo técnico rara vez se utiliza en estos días. Casi todos los
trazos de delineación se hacen en los programas de CAD4, que llevan la precisión a
una forma de arte, pero aún así me gustaba usar el tablero de delineación a la vieja
escuela y los planos en papel.
-"Te he visto mirarlo un par de veces. Puedes acercarte."- le dije, levantando

la vista de mis papeles.
Él sonrió, se acercó y pasó el dedo por el marco de madera.
-"Es como tocar el caballete de un artista."- dijo en voz baja.
Le sonreí a esa analogía.
-"Supongo que lo es."
Cooper me miró, luego de regreso a la mesa de dibujo.
-"Esto es el trabajo Mosconi."- murmuró.
Me levanté y me acerqué a él. Había visto suficientes hojas del trabajo y las
especificaciones para reconocerlo.
-"Sí, lo es."
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Computer Assisting Design, significa Diseño Asistido por Computadora. También es un programa
informático para ese fin.
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-"Es un edificio precioso."- dijo, casi con timidez. Trazó sus dedos a través de
las elevaciones del plano, a lo largo de la fachada del edificio. -"Las líneas son
definitivas, es racional y geométrico. Habla de la elegancia que viene con la
historia, sin embargo, es sostenible y modernizado para la vida moderna."- Hablaba
como si estuviera pensando en voz alta, y luego sus ojos se clavaron en los míos y
se sonrojó. -"Lo siento, me dejo llevar."
Yo nunca lo había visto tímido o incluso remotamente inseguro de sus

propias palabras. Fue una reacción emocional, y me gustó. Otra cosa que no debería
haber notado.
No debería haber notado el rubor en las mejillas, o la forma en que su pecho

subía y bajaba con cada respiración. No tendría que haberme dado cuenta de cómo
sus ojos se oscurecieron y desde luego no debería haberme dado cuenta de las
líneas de su cuello, o la mandíbula, o las de sus labios.
Tuve que tragar para poder hablar.
-"No te disculpes. La arquitectura es una cosa hermosa."
Los ojos de Cooper se lanzaron a los míos y sostuvo mi mirada.
-"Sí, lo es."
El aire entre nosotros repentinamente se volvió estático e hizo que mi corazón

latiera a destiempo. Cooper abrió la boca para decir algo, algo que yo estaba
bastante seguro no quería escuchar, así que me dirigí rápidamente de vuelta a mi
escritorio, poniendo un poco de distancia entre nosotros.
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Jesucristo. No podía pensar, casi no podía respirar. No era más que un niño,
por el amor de Dios. ¡De la misma edad que mi hijo! No debería estar mirándolo.
No debería encontrarlo atractivo. O inteligente. O astuto. O divertido.
No debería gustarme la forma en que sus ojos destellaban cuando aprendía

algo nuevo. No debería gustarme la forma en que sus labios se curvaban cuando
sonreía. No debería preguntarme como se sentían, lo suave que se sentirían contra
los míos.
Oh, mierda.
Sacudí la cabeza y me aclaré la garganta.
-"Yo eh, creo que..."- Lo intenté de nuevo. -"Voy a estar trabajando desde
casa este fin de semana."
-"Oh."- dijo Cooper. No supe cuál fue su expresión facial. No me atreví a

mirarlo. Sonaba como si no le importara. -"Bien."
-"Tengo un par de cosas aun que atender aquí, pero tú puedes terminar
temprano si quieres."- dije, para despedirlo.
No lo vi marcharse, pero cuando la puerta se cerró suavemente miré por mi

oficina y vi que estaba vacía, por fin pude respirar.
Necesitaba un poco de espacio, un respiro, para despejar mi cabeza de esta

tontería. Y, como el fin de semana anterior, dos días trabajando desde casa en los
que podía perderme en mi trabajo sin ningún tipo de distracciones era justo lo que
necesitaba.
Sólo que eso no fue lo que pasó.
El sábado por la mañana me levanté, me puse unos vaqueros, una camiseta y

me propuse hacer el café. Lo que se volvió buscar el café, lo que se volvió en
saquear la cocina, tirando la despensa buscando el puto café.
N. R. Walker 30
Entonces sonó el intercomunicador. Maldije por la interrupción y apreté el

botón.
-"¿Qué?"
-"Perdone que le moleste, Sr. Elkin."- dijo Lionel, el portero. -"Tengo a un tal
Cooper Jones aquí. Dice que trabajara hoy con usted."
Me quedé mirando el intercomunicador.
-"¿Perdón?"
Oí una voz apagada, entonces Lionel volvió a hablar.
-"Cooper Jones, señor. Él dice que trajo los archivos Lewington..."
Mierda. Mierda. Mierda. Me aclaré la garganta.
-"Um..."
La voz de Lionel llegó a través del intercomunicador.
-"Dice que trajo los archivos Lewington y café."- Lionel no sonó exactamente
impresionado. -"Al parecer, el café es importante."
Sonreí.
N. R. Walker 31
-"Deje que suba."
Abrí la puerta y fui a la cocina, a poner en orden el desorden, y escribí café en

la lista de las compras. Hubo un breve golpe en la puerta.
-"¿Hola? ¿Sr. Elkin?"- llamó Cooper.
-"Sí, adelante, Cooper."- contesté.
Entró sosteniendo un maletín en una mano, una mochila al hombro y una

bandeja para llevar café en su otra mano. Llevaba pantalones de traje, pero sin
corbata ni chaqueta y las mangas de la camisa estaban enrolladas hasta los codos.
Se miraba como todo un profesional pero relajado, mientras que yo estaba allí en
vaqueros y con los pies descalzos.
Deslizó la bandeja de café en el mostrador de la cocina y me miró

inquisitivamente.
-"Llamé a la oficina y recogí los archivos."- dijo, poniendo el maletín en el

suelo y arrastrando la mochila de su hombro. -"Y el café de la cafetería que le
gusta."
Cooper miró alrededor de mi apartamento, desde el salón-comedor abierto a

la cocina gourmet. El mobiliario era caro, probablemente pretenciosamente, pero
era una representación directa de mí mismo. Era clásico y tradicional, con sillones
de cuero Chesterfield y una antigua mesa de comedor. El único mobiliario moderno
era la cocina. Cooper lo vio todo poco impresionado. Finalmente, sus ojos se
posaron en mí.
N. R. Walker 32
-"Así que, ¿dónde haremos esto?"
Me pasé la mano por el pelo.
-"Yo, um... bueno, cuando te dije que trabajaría desde casa."- dije en voz
baja, -"No esperaba que tu vinieras a trabajar también."
-"Oh."- dijo, dándose cuenta de que acababa de presentarse en mi casa sin

invitación. -"Oh, mierda."- dijo, pareciendo mortificado. -"Pero Jennifer dijo
específicamente que trabajaría cuando usted lo hiciera. Sin excepciones. Fue una de
las primeras cosas que me dijo. Ella fue bastante específica."
Le sonreí.
-"Está bien, Cooper."
-"Jennifer me asusta."- admitió, todavía no sabía dónde mirar. -"Quiero decir,

estoy seguro de que es amable y todo, pero tiene una mirada feroz. Me pone
nervioso. Anna, una de los otros internos, esta cagada de miedo por ella."
Era evidente que estaba avergonzado, y balbuceando. Sonreí y le di uno de

los cafés que había comprado.
-"Cooper, está bien. Vamos a acomodarnos en la mesa de comedor. Tira ahí

todos los archivos y vamos a revisarlos."
-"Lo siento mucho."- dijo de nuevo. -"Me siento como un idiota."

N. R. Walker 33
Me reí de él y tomé un sorbo de café.
-"Está bien, Cooper. Muestra gran perspicacia para trabajar que te presentes
en el trabajo a..."- comprobé la hora -"…las ocho de la mañana del sábado."
Sus ojos se abrieron.
-"¿Llegué demasiado temprano?"
No pude evitar sonreírle.
-"No, trajiste café, así que todo está bien."
Cogí el maletín y lo dejé sobre la mesa del comedor. Recogí mi mochila,

saqué mi ordenador portátil y nos instalamos en un confortable trabajo silencioso.
Él hacia alguna pregunta de vez en cuando, mientras trabajaba en conseguir las
calificaciones de cumplimiento de energía para el trabajo Lewington, y me pasé las
siguientes horas tratando de ignorar el hecho de que el hombre con el que había
soñado, con quien había fantaseado mientras me masturbaba en la ducha la noche
anterior, estaba sentado frente a mí.
También puse atención a cómo chupaba el final de su pluma entre los labios y
la forma en que inclinaba la cabeza en su mano con los dedos en su cabello.
Haciéndome concentrar en mi trabajo, de alguna manera me las arreglé para

terminar la hoja de especificaciones para el mismo trabajo que Cooper estaba
haciendo. Fue útil contar ambos con los mismos planos corriendo a través de las
mismas hojas de archivos, y no me di cuenta del tiempo hasta que Cooper se puso
de pie y se estiró.
N. R. Walker 34
-"¿Tiene hambre?"- Me preguntó, mirando el reloj. -"Es la hora del

almuerzo."
Miré mi reloj para ver que era casi la una.
-"Por Dios, no me di cuenta del tiempo."
Cooper entró en la cocina.
-"¿Puedo hacerme un sándwich?"- Preguntó. -"¿Quiere uno?"
-"Um, claro."- le respondí, no estaba seguro de lo que tenía en la cocina como

ingredientes de sándwich.
Lo observé mientras rebuscó entre la nevera y la despensa como si le

pertenecieran, obviamente buscando algo en particular.
-"¿Tiene mantequilla de maní?"- Preguntó. -"No la encuentro."
-"¿Mantequilla de maní?"- Le pregunté con incredulidad. -"No, no lo creo.”
Cooper negó con la cabeza.
-"¿Cómo puede no tener mantequilla de maní?"
-"Um, no desde que Ryan era pequeño."- le dije, y luego inmediatamente me

arrepentí de la elección de mis palabras.
N. R. Walker 35
Yo no quería que pensara en mí como el padre de uno de sus amigos. Yo no

quería que pensara que estaba insinuándole que era un niño. Yo no quería que
pensara en mí como alguien de dos veces su edad, o su jefe, o... no sabía qué coño
quería que él pensara. Necesitando la distracción, agarré mis llaves.
-"Vamos, vamos a salir a por el almuerzo."- le dije. -"Tengo que comprar un

poco de café de todos modos."
-"Uh, ¿Sr. Elkin?"- La voz de Cooper me detuvo cuando me acercaba a la

puerta. Me volví hacia él, y miraba hacia abajo a mis pies. -"¿Zapatos?"
Mierda.
-"¿El Alzheimer comienza a su edad?", Preguntó con una sonrisa.
-"No soy tan viejo, ¡muchas gracias!"- Mi boca se abrió.
Se rió de nuevo, y luego trató de evitarlo.
-"Lo siento, ¿eso estuvo fuera de línea?"
-"¿El qué?"- Le pregunté. -"¿Burlarse del padre de Ryan, o de tu jefe?"
-"Ninguno de los dos."- dijo. Sus ojos brillaban y sonrió. -"Burlarme de las
personas mayores."
Rodé mis ojos y me puse mis zapatos.

N. R. Walker 36
-"Entonces, esa actitud, ¿Es cosa de tener hambre?"
-"Sí."- respondió alegremente. -"Eso es una cosa como 'Estoy en mi hora de

almuerzo y puedo decir lo que quiera.”
Me acerqué a la puerta y la mantuve abierta para él.
-"Oh, ¿es eso lo mismo que 'trabajas para mí, vas tener cuidado con tu boca
o te pasarás el resto de tus prácticas entregando correo y ese tipo de cosas?"
Se rió mientras caminaba hacia el ascensor.
-"Usted gana."
Apretó el botón y cuando se abrieron las puertas, entró.
-"Entonces, ¿la falta de humor? ¿Es cosa de tener hambre?"
-"No."- le dije con una sonrisa, caminando a su lado. -"Es una cosa por ser
viejo."
Cooper se echó a reír.
-"Tal círculo vicioso."

N. R. Walker 37
CAPITULO CUATRO
Negué con la cabeza, pero no podía ocultar mi sonrisa. Me gustaba su guasa.

Tenía una cierta arrogancia y audacia que viene con la edad. O la falta de ella.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Cooper salió al vestíbulo y le dio una
sonrisa de suficiencia a Lionel el portero. Puse los ojos en blanco.
-"Ya basta. No permitió que subieras directo hasta mi apartamento porque él

estaba haciendo su trabajo."
Haciendo caso omiso de la pulla, Cooper sonrió mientras caminábamos desde

el vestíbulo a la acera.
-"Entonces, ¿qué me comprará para el almuerzo?"
-"Un ajuste de actitud."- le contesté rápidamente.
-"Escuché que el pequeño lugar vietnamita de por aquí es uno de los

mejores."
-"Es uno de mis favoritos."

N. R. Walker 38
-"¿Qué lugares visita?"
-"No lo hago, de verdad."
-"¿En absoluto?"
-"Trabajo mucho. Las personas con las que he salido no entienden las largas
horas."
Caminamos en silencio durante un rato, mientras que Cooper, obviamente,

pensaba en lo que significaban esas largas horas en la carrera que había elegido.
-"¿Eso te asusta?"- Le pregunté con una sonrisa.
-"¿Qué?"- Preguntó rápidamente, mirándome. Luego sacudió la cabeza. -"No,

no. De ningún modo. No me importan las largas horas."
Entramos en el pequeño café, pedí algunos rollos de vegetales al vapor y una

ensalada de fideos para llevar, y compré un poco de café molido del que Cooper
había comprado esa mañana.
El camino de vuelta a mi apartamento fue más tranquilo, sus bromas se

habían terminado. Tomé unos platos y repartí el almuerzo para los dos. La mesa del
comedor tenía nuestro trabajo por todas partes, así que comimos en el mostrador de
la cocina. Estaba a punto de preguntarle a dónde se fueron las burlas de su
Generación Y, cuando dijo:
-"Ryan me lo dijo."
-"¿Te lo dijo?"
Él apuñaló su ensalada de fideos con un tenedor.

N. R. Walker 39
-"Acerca de su divorcio de la señora Elkin."
Puse mi tenedor hacia abajo y fruncí el ceño.
-"¿Y qué más te dijo exactamente Ryan?"
Tomó un sorbo, aparentemente ajeno a mi molestia.
-"Que fue muy duro para él, que fue difícil para todos ustedes."
-"Lo fue."- dije en voz baja, todavía no estaba seguro de su punto.
-"Él dijo que ha salido con alguna... gente, pero nada serio."
Me aclaré la garganta.
-"En serio. ¿Es eso lo que dijo?"
Cooper asintió, tomó un trago de su botella de agua y empujó su plato vacío.
-"Ya sabe, no es fácil para nadie."- dijo. -"Cristo, me acuerdo cuando salí del
armario con mis padres, pensé que perderían la razón."
Parpadeé. Dos veces.

N. R. Walker 40
Recuerdo que cuando salí...
-"¿Qué?"
-"Cuando salí."- repitió, tan simplemente como si hablase del clima. -

"Cuando le dije a mis padres que era gay. Yo sabía que tenía que hacerlo antes de la
universidad. Sabía que tenía que estar fuera antes de ir a la universidad, no me
hubiera gustado pasar los próximos cuatro años en el armario."
Él era gay. Él me decía que era gay después de discutir mi divorcio, lo que
significaba que él sabía por qué me divorcié. Negué con la cabeza, realmente no
sabía qué decir.
-"Si."- Aspiré con incredulidad. -"Dios no lo quisiera y que terminaras

viviendo una mentira hasta tu cuadragésimo cumpleaños."
No quise que sonara tan mordaz, pero no me disculpé. Él me miró

directamente. Yo estaba medio esperando que se disculpara por sacar el tema,
incluso por hablar de mi vida personal conmigo, pero por supuesto no lo hizo.
-"¿Eso es lo que pasó con usted?"- Me preguntó directamente. -"¿Llegó a los

cuarenta y pensó…?"
-"No puedo vivir más una mentira."- terminé por él.
Él asintió con la cabeza. Y luego hizo lo más atrevido. Puso su mano sobre la
mía.
N. R. Walker 41
-"Tú no estás viviendo mas una mentira."
-"No."- dije en voz baja. -"Supongo que no."
Retiró la mano y luego se animó considerablemente.
-"¿Y? ¿Sale con alguien?"
Sacudí la cabeza y me reí de la incredulidad de la conversación.
-"No."
Luego se levantó del taburete, inclinándose cerca de mí.
-"Eso es una lástima."- dijo.
Estaba lo suficientemente cerca para sentir el calor de su piel y oler su

colonia.
Mierda.
Aún inclinándose cerca de mí, tomó mi plato lentamente y luego se volvió

para caminar alrededor de la barra y poner los platos en el fregadero. Al parecer
habló, pero mi cabeza todavía daba vueltas por lo que acababa de suceder, no
escuché lo que me preguntó. Hizo un gesto con la mano delante de mi cara para
llamar mi atención.
-"¿Está bien?"
N. R. Walker 42
-"Sí."- le respondí, aunque el bastardo engreído me sonrió.
-"Pregunté cómo funciona la máquina de café."- dijo.
Me levanté, caminé alrededor del mostrador y tomé el café de él, dándole una
mirada irritada al hacerlo. No ayudó a evitar que sonriera.
Si se tratara de Ryan hablándome de esa manera, le reprendería por faltarme

así el respeto. Sin embargo, me pareció atrevido en Cooper. La forma en que sus
ojos bailaban, la forma en que sus labios se torcieron en esa sonrisa juguetona.
El fuerte olor a café parecía aclarar mis sentidos un poco, dándome sobriedad,
mientras llenaba la máquina pero cuando me volví hacia Cooper de nuevo, no
estaba a mi lado. Estaba de nuevo en la mesa de comedor. Y de nuevo estaba
metido en modo-trabajo.
Puse su café frente a él, respondiendo a sus preguntas y discutimos las

propiedades de aislamiento de los diferentes tipos de acristalamiento y los
requisitos de planificación de Nueva York para modernizaciones.
Él era curioso y tenía sed de aprender todo lo que pudiese, y la forma en que
cambio de coquetear a profesional me dejó preguntándome si me había imaginado
el coqueteo.
Quiero decir, ¿por qué iba a coquetear conmigo?
No sólo le doblaba la edad, y era padre de un amigo suyo, también podría ser
motivo de terminar una carrera profesional. Bueno, no la mía. Yo podría conseguir
un tirón de orejas, pero su carrera habría terminado antes de que comenzara.
¿Por qué coquetear conmigo? ¿Con quién diablos estaba yo bromeando?

¿Qué demonios estaba pensando? Yo podría haberme pateado por considerar
siquiera la idea. Primero el sueño, desde entonces el fantasear acerca de él. Y
¿ahora esto?
N. R. Walker 43
Tenía que salir y ligar. Encontrar alguna aventura de una noche y follar hasta
dejarlo sin sentido. O ser follado hasta quedar sin sentido. Tenía que perderme, por
sólo una noche.
El hecho de haber fantaseado con Cooper, con tenerlo debajo de mí, debería
haber sido suficiente advertencia. Había pasado demasiado tiempo desde que había
tenido relaciones sexuales. Sólo estaba interesado en él, me dije a mí mismo de
manera convincente, porque había durado demasiado tiempo sin sexo satisfactorio.
Tenía que salir. Tenía que tener sexo. Entonces no habría más de este
enamoramiento irresponsable con un chico de veintidós años de edad.
-"¿Tiene planes para esta noche?"- La voz de Cooper me sobresaltó.
-"Um, sí."- le dije. -"Tengo planes."
Sólo que muy nuevos, planes no muy bien-pensados, me dije a mí mismo.

Pero sin embargo eran planes.
-"¿A dónde irá?"
-"Simplemente me pondré al día con un viejo amigo."- le dije, cuando la

verdad era que no tenía ni idea.
-"Se supone que debo salir con Ryan y algunos otros chicos esta noche. Pero
podría cancelar."- dijo, mirándome directamente, como si estuviera tratando de
sugerir algo.
-"Debes ir."- dije. -"No es necesario que estés trabajando aquí conmigo. Ve
pasar el rato con los chicos, diviértete."
Cooper estiró los brazos por encima de la cabeza y bostezó. Él miró a la mesa
frente a nosotros y cambió de tema.
N. R. Walker 44
-"Tenemos mucho hecho hoy."
-"Lo hicimos."- estuve de acuerdo. -"Tengo un poco más para poner al día
mañana."- le dije, y asintió. Rápidamente agregué -"No tienes que venir mañana.
No se lo voy a decir a Jennifer."
Él sonrió ante eso.
-"Ya veremos."- dijo. -"Pero sí, debo dejarle. Usted tiene planes."
Asentí con la cabeza.
-"Los tengo.”
Cooper comenzó a empacar sus papeles, cerró su laptop y la metió en su

mochila.
-"Gracias por el almuerzo."- dijo. -"Aunque, en serio, un sándwich de

mantequilla de maní habría estado bien. "
Recogió sus cosas y apenas estuvo fuera de la puerta ya estaba yo en la

ducha. Mierda. Tuve una erección solo por tenerlo cerca, su sonrisa y su olor
alrededor. Fue la segunda vez en dos días que había necesitado masturbarme en la
ducha porque era demasiado pensar en él.
Fue la segunda vez en dos días que me imaginaba a Cooper debajo de mí,
sobre mí, o sus labios a mí alrededor.
N. R. Walker 45
Ni siquiera esperé a que cayera la noche. Me vestí y me fui al centro a un bar

local en el que había estado un montón de veces.
Sólo que era temprano, así que no había mucha gente, pero a cualquiera que
miraba no era adecuado para mí. Sólo quería un tipo sin rostro, sin nombre, que
pudiera llevar a un hotel. Vivía a una cuadra de distancia, pero nunca llevé un ligue
casual a casa. Quería el anonimato, la seguridad. Pero observé los rostros de
hombres durante horas, y como los otros hombres que se acercaron a mí antes,
ninguno de ellos era lo que yo estaba buscando.
Ninguno de ellos tenía ese brillo en sus ojos, o esa sonrisa pícara. Ninguno de
ellos era joven y vibrante, no como Cooper.
Puta madre.
Terminé de vuelta en mi apartamento, enojado y frustrado. Ni siquiera podía

tener una aventura de una noche sin pensar en él. Me desnudé y me metí en la cama
y esta vez, con imágenes de él detrás de mis párpados cuando me masturbé, me lo
imaginé dentro de mí. Me imaginé lo que sería estar atrapado debajo de él, mientras
se enterraba en mí.
Me corrí tan duro que mi cabeza daba vueltas.
Pero dormí como un bebé.

N. R. Walker 46
A la mañana siguiente me levanté temprano, como siempre. Aun siendo

domingo no significaba que no podía realizar algo de trabajo. Sorprendentemente,
durante las primeras horas, no pensé en Cooper en absoluto.
Hasta que fueron alrededor de las nueve, cuando sonó mi timbre. La voz con
tono de disculpa de Lionel crujió a través del aparato.
-"Perdone que lo interrumpa en domingo, señor."
-"Está bien, Lionel."
-"Cooper Jones está aquí otra vez."
-"¿Acaba de llegar?"
-"Sí, señor."- dijo Lionel. -"Él dijo que le dijera que trajo café..."- Hubo un
rumor de voces y Lionel gimió. -"Y mantequilla de maní, señor. Él dice que le diga
a usted que compró mantequilla de maní."
Sonreí por el intercomunicador, agradeciendo que no pudieran verme.
-"Déjalo subir."
N. R. Walker 47
CAPITULO CINCO
Abrí la puerta y esperé, fiel a su palabra, él entró con dos cafés grandes y un
tarro de mantequilla de maní. Yo le sonreí.
-"¿Qué estás haciendo?"
-"Si usted trabaja, entonces yo trabajo."- dijo, y me entregó un café. -"Reglas

de Jennifer."
-"Yo trabajo todos los días."
-"No me importa."- dijo simplemente. -"Si quiero ser el mejor, tengo que
hacer lo que hace el mejor."
-"¿Es adulación?"
Levantó el tarro de mantequilla de maní.
-"No, esto es adulación."- dijo con una sonrisa de infarto. -"No puedo creer
que no tengas por aquí."
Le sonreí, y él me miró. Ninguno de los dos habló, y el aire era eléctrico.
Mierda.
N. R. Walker 48
-"Entonces, ¿cómo te fue anoche?"- Le pregunté, cambiando de tema y

poniendo algo de distancia entre nosotros.
-"Oh, no fui."- dijo sorbiendo su café. -“No me sentía de ánimo para ello."
Me sentí extrañamente aliviado de que no hubiese salido, de que no se había

enredado con nadie, o de que él no había llevado a nadie a casa. Joder, esto se
estaba volviendo ridículo.
Luego preguntó:
-"¿Cómo fue tu noche?"
-"Uh, estuvo bien."- le mentí. -"Regrese a casa temprano."
-"¿No hubo cita caliente?"- Preguntó a la ligera, pero había cierta seriedad en
sus ojos.
-"No."- Negué con la cabeza.
Cooper exhalado a través de las mejillas hinchadas, aparentemente aliviado.
-"Entonces, ¿qué hay en la agenda para hoy?"
Llevaba unos jeans, no pantalones de vestir. Tenía una camisa de botones,

con las mangas enrolladas hasta los codos, así que no estaba seguro si estaba aquí
para trabajar o no. Definitivamente se veía más relajado.
-"Yo, um, me gustaría empezar a trabajar en el archivo de Cariati."- le dije.

N. R. Walker 49
No tenía exactamente nada para que él hiciera, pero no quería que se fuera
tampoco. Este chico estaba haciendo nudos mi cabeza.
-"Está bien."- dijo, emocionado. -"Estás haciendo las fachadas para ese
trabajo, ¿verdad?"
-"Sí."
-"¿Puedo ver?"- Preguntó.
Lo miré con incredulidad.
-"¿Quieres ver mi dibujo?"
Asintió, pero sus mejillas se tiñeron de vergüenza.
-"Es como ver una obra maestra desde el principio."- admitió en voz baja.
No pude evitar sonreír.
-"La adulación te llevará a todas partes."
Sus cejas subieron y bajaron.
-"¿En serio?"
N. R. Walker 50
Se me quedó mirando hasta que tuve que apartar la mirada. Puse mi café en el
mostrador, fingiendo estar distraído. Jesús. Yo no estaba imaginando cosas. Este
chico estaba seriamente coqueteando conmigo. Mierda.
Debería haberlo detenido. Debería haber dicho que no. Tendría que haberle
dicho desde el principio que se trataba de una mala, mala idea. Pero no pude.
Mientras que el lado lógico, sensible de mi cerebro me decía que pusiera fin ahora a
esa tontería, la enamorada parte egoísta, estúpida de mi cerebro lo quería.
Mi cuerpo lo quería.
Lo miré de nuevo, tenía su pequeña sonrisa de suficiencia, luego cogí el tarro

de mantequilla de maní de su mano. Miré el frasco y le di la vuelta en mis manos.
-"Adulación en un frasco, ¿eh?"
Sonrió mientras sorbía su café y luego miró a su alrededor a la mesa del

comedor.
-"Así que, ¿trabajaremos hoy?"
Trabajo. Cierto.
-"Sí, lo haremos."- le dije, consiguiendo poner mi cerebro de nuevo en

marcha. -"Puedes seguir con las especificaciones en el trabajo Lewington mientras
yo empiezo. Se toma un tiempo acomodar todo."
N. R. Walker 51
-"No puedo creer que realmente empieces cada trabajo dibujándolo."- dijo,
acercándose a la mesa. -“Sabes que estamos en el siglo XXI, ¿no? Tenemos
ordenadores ahora."
-"Me gusta ver cómo se desarrollan frente a mí."- traté de explicar. -"Si
dibujo, me parece tener una mejor sensación para el tono general. He hablado con
los Cariatis muchas veces. Yo sé lo que quieren. Lo veo en mi cabeza, y sale mejor
por mi mano que con un ordenador."
Miré hacia arriba entonces, encontrando a Cooper mirándome. Estaba

sonriendo, como si un pensamiento errante lo hiciese feliz.
-"Eso es increíble."- dijo. Luego añadió en voz baja, -"Eres increíble."
Yo estaba sorprendido por su flagrante cumplido, contento, pero un poco

avergonzado. Miré a la mesa en lugar de él.
-"Oh. No estoy seguro de eso."
-"Yo sí."- dijo con confianza. -"Y ni siquiera hay mantequilla de maní en la
cuestión."
Me hizo reír y me senté, abrí mi cuaderno de cuadrícula y tiré de mi

delineador sacándolo de mi bolso. Cooper miró a los lápices especializados.
"¿Es que todavía hacen de esos?"
Puse los ojos en blanco.

N. R. Walker 52
-"Sabes, no es una pluma y tintero."
Él se echó a reír.
-"No, en el museo tienen las plumas y tinteros en exhibidores separados."
Me reí entre dientes, a pesar de sus burlas constantes a mi edad.
-"Comentarios como ese contrarrestan a la mantequilla de maní."
Él sonrió, y en lugar de mostrar incluso un poco de remordimiento, me miró

como si acabara de proponerse un reto.
Golpeé la mesa con mi dedo índice.
-"Basta de comentarios listillo. A Trabajar."
Como si no hubiera hablado en absoluto, él dijo,
-"¿Qué tal si tenemos una pequeña apuesta?"
-"¿Perdón?"- Le pregunté. -"¿Como que apostar?"
-"Más un experimento social profesional."- reflexionó. -"¿Qué tal si, por las
siguientes cuatro horas, dibujas la fachada, y yo introduzco los detalles exteriores
en el programa CAD? Al final de las cuatro horas veremos, uno, que fue más
productivo, y dos, que fue más preciso."
N. R. Walker 53
Abrió su portátil y me miró expectante.
-"¿Y qué es exactamente lo que se gana con la apuesta?"
-"El perdedor compra el almuerzo."
Le sonreí, al brillo de sus ojos y la audacia de su sonrisa.
-"Trato hecho."
Deslicé la hoja de especificaciones sobre la mesa para Cooper.
-"Necesitaras eso."- le dije, y empecé con mi papel cuadriculado y me guié

por la memoria solamente.
Era un trabajo de remodelación de un edificio antiguo, y se limitaría

estrictamente a los códigos de construcción de la ciudad.
Conocía esos códigos como la palma de mi mano, sabía lo que los

propietarios querían y sabía cómo hacer que suceda. Así, recogiendo una de mis
pistas de delineación, me inicié y ni siquiera el molesto tap-tap-tap de Cooper en su
teclado del ordenador portátil me podía distraer. Era mi parte favorita de mi trabajo.
Por supuesto todos los trabajos eran pasados por el programa CAD diseñado
específicamente, pero para mí, así era donde comenzaba cada trabajo.
Fue alrededor de dos horas después que Cooper se puso de pie y se estiró. Él
se marchó a la cocina y regresó con el tarro de mantequilla de maní y una cuchara.
N. R. Walker 54
-"¿Qué?"- Me preguntó, cuando le miré. -"Es mi tarro de adulación."
Luego procedió a comerlo a cucharadas, y cada vez que lo miré, estaba

concentrando en la pantalla del ordenador con la cuchara todavía en su boca.
Era... lindo.
Pronto después de eso, mi estómago me dejó saber cuando era la hora de

comer, y por supuesto cuando vi la hora, casi habían pasado cuatro horas. Me
levanté y entré en la cocina, cogí dos aguas embotelladas y una cuchara y volví a la
mesa. Puse las dos botellas de agua abajo, e incliné mi culo contra el borde de la
mesa cerca de Cooper y cogí el tarro de mantequilla de maní.
-"¿Cómo vas con tu apuesta?"- Le pregunté, cuando cogí una cucharada del
tarro.
-"Bien, he terminado, pero sé que no será tan bueno como el tuyo."- Suspiró.
Metí la cuchara en la boca y en cuanto probé la pasta de maní, no podía dejar

de gemir.
-"Esto es bueno."
Cooper me miró, aparentemente paralizado por la cuchara en mi boca.
-"Te lo dije."- dijo un poco bruscamente. Negó con la cabeza, y miró

rápidamente a su ordenador portátil, dándole la vuelta para que yo lo mirase. -"No
es que en realidad siquiera tenemos que comprobar, porque estoy seguro que el
tuyo va a poner al mío en vergüenza."
N. R. Walker 55
Miré a la pantalla.
-"Has hecho un trabajo realmente bueno."- le dije. -"La fachada se ve bien,

las elevaciones son limpias. Se ve bien."
-"Mmm."- dijo, sin estar convencido.
-"Tienes la codificación correcta."- le aseguré. -"Y teniendo en cuenta que es

un programa nuevo para ti, no desestimes eso. Has hecho un buen trabajo."
-"Correcto."- murmuró. -"Vamos a echar un vistazo al tuyo."
Se puso de pie y caminó a mi lado de la mesa, y él cogió mi libreta de

cuadrícula, yo lo observaba. Guardó silencio durante un largo rato, así que camine y
llegue a su lado.
-"Jesús."- susurró. -"Es... esto es increíble."- Le sonreí y él negó con la

cabeza. -"El sombreado, la perspectiva, las líneas..."- se detuvo. -"Guau. Es um,
es..."
-"Es la hora de comer y tu pagas."- le dije, tomando la libreta y tirándola

sobre la mesa.
Cooper me sonrió por un poco-demasiado tiempo, se acercó a mi puerta y la

mantuvo abierta para mí.
-"¿No hay chistes sobre ancianos?"- Le pregunté cuando llegamos al

ascensor. -"Ayer estabas lleno de burlas por mi edad."
N. R. Walker 56
-"¿Te acuerdas de ayer?"- Preguntó, con los ojos muy abiertos. -"Tu medicina
para el Alzheimer debe funcionar realmente."
Presioné el botón para el vestíbulo.
-"Eres un pequeño pedazo de mierda."
Pensé que podría ofenderlo por llamarle así. Pero por la forma en que sonrió
con orgullo, yo dudaba que pudiera ofenderlo aunque quisiera.
Las calles de Nueva York aun en domingo estaban ocupadas, sólo la gente
vestía un poco más informal de lo que lo hacían durante la semana. Empezamos a
caminar y terminamos cerca del parque con un vendedor. Cooper se me quedó
mirando.
-"Yo podre ser un humilde interno, pero me puedo permitir más que un
pretzel para el almuerzo."
Me reí de él.
-"A mí me gusta esto."
Así que dos pretzels después, encontramos un asiento y empezamos a comer

nuestro almuerzo. Cooper se quedó pensativo mientras comía, mirando a su
alrededor.
-"Me encanta esta ciudad."- dijo.

N. R. Walker 57
-"A mí también."- le dije, y sonreí cuando le miré. -"Tiene un zumbido, una

energía, ¿no es así?"
Asintió.
-"Sí, lo tiene. Pero…"- encogió los hombros -“…probablemente pienses que

estoy loco, pero ¿quieres saber lo que me gusta de Nueva York?"
Sacudió la cabeza, como si no pudiera creer que estaba a punto de admitir

algo.
-"Me encantan los rascacielos. Me encanta el cristal y el acero, me encanta el

efecto que esta ciudad tiene. Me encanta cómo los nuevos edificios se integran con
los antiguos. Me encanta la historia y lo moderno, me refiero a que algunos de estos
edificios son obras de arte..."
Lo miré, él dejó de hablar y se sonrojó agachando la cabeza.
-"¿Ves? Te dije que pensarías que estoy loco."
Negué con la cabeza lentamente.
-"Me encanta también."- dije en voz baja. -"Todo lo que dijiste, eso es lo que
me encanta de la ciudad también."
N. R. Walker 58
Negué con la cabeza, aún un poco perplejo, de que este hombre, este hombre
de la mitad de mi edad, me entendía. Cooper sonrió y miró el pretzel a medio comer
en su mano.
-"Yo nunca le he dicho eso a nadie."
Me eché a reír nerviosamente.
-"Yo se lo he dicho a la gente, pero nunca me entendieron."
Me miró entonces y ninguno de los dos habló. Yo sólo lo miré fijamente…

preguntándome qué demonios había en él que me intrigaba tanto… y allí mismo, en
una ciudad de millones con el ruido de la gente y los coches zumbando por delante
de nosotros, nos sentamos en silencio y nos dimos un momento.
Volvió a mirar hacia sus manos, con las mejillas teñidas, y exhaló como si al
estar mirándome no pudiera respirar. Eso me gustó más de lo que debería.
-"Vamos."- le dije, poniéndome de pie. -"Quiero mostrarte algo."
Se puso de pie, tiró el resto de su almuerzo a la basura y me miró con ojos

penetrantes.
-"¿Qué es?"
-"Por aquí."- dije, caminando en una dirección diferente a la en que habíamos

venido. Dos cuadras más adelante, señalé arriba. -"¿Ves eso?"
N. R. Walker 59
Era un edificio comercial anodino, empequeñecido por los edificios más altos
al lado de él. Por lo general, pasado por alto por los transeúntes, no era el más
grande o el más grande, pero era un edificio clásico que cualquier arquitecto
decente apreciaría por su sutileza.
-"¿El edificio Crawson?"
Asentí.
-"Yo hice eso."
Los ojos de Cooper se agrandaron.
-"¿En serio? Quiero decir, no estoy dudando de que... es que... wow."
Me eché a reír.
-"Sí, la verdad. Es retrofit completo. Fachada exterior para replicar la

existente, incluso mejora la historia del edificio, pero su interior es otra cosa. Debes
verlo. Su diseño es art-decó clásico pero totalmente sostenible."
Le mostré las formas cúbicas, el fuerte sentido de las líneas, las formas curvas
elegantes y la ilusión de los pilares. Cuando por fin dejé de hablar, miré a Cooper
para encontrar que ni siquiera estaba mirando el edificio. Él me estaba mirando.
N. R. Walker 60
-"¿Me puedes enseñar?"
-"¿El interior del edificio?"
Negó con la cabeza.
-"No, enseñarme cómo dibujas. Quiero ser capaz de hacer eso."
-"Oh."
-"¿Me podrías enseñar? Quiero aprender, quiero ver las cosas como las ves
tú."
Lo miré de nuevo, y él me miraba directamente. Sus ojos no vacilaron, no

alejó su mirada de la mía. Lo único que pude hacer fue asentir.
-"Sí."
Sonrió magníficamente.
-"No hay tiempo como el presente."
Empezamos a caminar de regreso a mi apartamento.
-"¿Estás seguro de que no tienes ningún otro lugar donde te gustaría estar?"-
Le pregunté. -"Trabajar conmigo un domingo es apenas la idea que nadie podría
tener de diversión."
-"Bueno, yo no soy nadie."- dijo alegremente. -"Sucede que disfruto."

N. R. Walker 61
-"Me alegra que lo hagas."- le contesté.
El resto de la caminata de vuelta a mi lugar fue tranquila, pero tan pronto

como estuvimos dentro, sacó su silla junto a la mía en la mesa.
-"Así que ¿por dónde empezamos?"
Él tenía las habilidades básicas, artes gráficas y dibujo técnico que todos los
novatos de la arquitectura tenían. Admitió eso… que podía dibujar un edificio con
bastante facilidad. Pero no podía dibujarlo con vida, dijo. No como yo.
Así que por las próximas horas, nos sentamos al lado del otro sobre mi mesa,
con mi libreta de cuadrícula y lápices. A veces nuestras rodillas chocaron, a veces
nuestros muslos se rozaron completamente, a veces él descansó su brazo en el
respaldo de la silla, a veces nuestras manos quedaban tan cerca que casi se estarían
tocando.
Y hablamos y nos reímos, nos contamos historias y… él olía tan bien. Pero
me escuchó, estudió y copió y era bastante obvio que este chico tenía talento.
También era bastante obvio que había algo entre nosotros.
Yo no lo estaba imaginando. Le sorprendí mirándome fijamente, o, a veces

sostenía el aliento, y de vez en cuando, cuando nuestras manos se tocaron, hacía
que mi ritmo cardíaco despegara y mi boca se ponía seca. A veces me sorprendí a
mí mismo mirándolo. Yo estaba perdido en sus ojos color avellana y pelo su
marrón y sus besables labios rosados.
Cuando estaba concentrado, o perdido en sus pensamientos en el dibujo

delante de él, tenía que hacerme mirar hacia otro lado. Cuando se volvió para
preguntarme acerca de algo, nuestros rostros estaban tan cerca, a poca distancia si
se inclinara.
N. R. Walker 62
Su pregunta quedó en el olvido, y sus ojos se oscurecieron mientras me

miraba. Se humedeció los labios y se inclinó una fracción. Él iba a besarme. Y yo
quería. Quería sentir sus labios, quería saborearlo, tocarlo, y fue ese deseo el que
me hizo entrar en pánico. Me levanté de mi asiento y fui a la cocina, moviendo la
cabeza para librarme del aparente deslumbramiento en que Cooper me tenía, y traté
de calmar mi corazón desbocado. Me volví para encontrar a Cooper poniéndose de
pie lentamente.
- "Probablemente debería irme."- dijo en voz baja.
-"Está bien."- le dije sin aliento.
Frunció el ceño y recogió su ordenador portátil y lo metió en su mochila.

Exhaló través de las mejillas hinchadas y murmuró algo acerca de llegar solo a la
puerta. Sin poder hacer mucho más, asentí dócilmente. Salió de mi apartamento y
no tres segundos más tarde alguien llamó a la puerta. Sabiendo quien sería, miré por
la mirilla y nerviosamente me pasé las manos por el pelo antes de abrir la puerta.
Cooper parecía temblar confundido aún, así que le pregunté,
-"¿Todo bien?"
Me miró durante un largo segundo y luego espetó:
-"Creo que debemos besarnos.”

N. R. Walker 63
CAPITULO SEIS
-“¿Qué?"
-"Creo que deberíamos besarnos."- repitió, claramente nervioso. -"Nosotros

deberíamos hacerlo, y sacarlo del camino. Entonces podemos olvidarlo y superarlo,
seguir adelante, aclarar las cosas, lo que sea. Pero es sólo que siempre está ahí."-
dijo, casi comenzando a ir y venir por mi puerta. -"Está ahí entre nosotros y me está
volviendo loco. No puedo concentrarme, lo único que puedo pensar es en como
carajo se sentirá besarte, o tu sabor."
El corazón me latía rápido y mi estómago estaba en nudos. Él estaba de pie

justo en frente de mí, diciéndome que quería besarme.
-"No estoy preocupado acerca del trabajo."- continuó diciendo. -"Porque

estoy seguro, estoy absolutamente seguro de que si te beso una vez y consigo
sacarlo de mi sistema, voy a estar bien. Volveré a la normalidad y entonces puedo
actuar como si nada hubiera pasado. Sé que quieres besarme también."- dijo,
todavía despotricando. -"Lo puedo ver cuando me miras. Te quedas mirando mi
boca y lames tus labios, y es como que estás tratando de no querer besarme y yo no
te culpo, porque es raro, lo entiendo. Pero creo que si nosotros lo hacemos y
conseguimos dejarlo fuera del camino, podríamos trabajar juntos sin todas estas
preguntas sobre como sabes..."- Sus palabras fueron muriendo en silencio. La
expresión de mi cara debió haberlo asustado. -"O no."- murmuró, dando un paso
atrás. -"Obviamente he leído mal las señales y tú no has dicho nada y yo he
arruinado todo."
N. R. Walker 64
Se dio la vuelta y salió casi corriendo hacia el ascensor.
-"Cooper, espera."- le dije, agarrando su brazo. -"No has malinterpretado."
Él exhaló en un apuro con alivio, y se pasó la mano por el pelo.
-"Pero no estoy seguro…"- le dije, dando un paso más cerca de él, por lo que
casi le tocaba.
-"Nosotros no tenemos que…"- dijo rápidamente. -"No debí sugerirlo…"
Sus palabras murieron cuando yo deslicé mi mano por su mandíbula, me

incliné y podía sentir su cálido aliento en mis labios.
-"No estoy seguro… de sí una vez será suficiente."
Sus ojos estaban muy abiertos y se lamió los labios.
-"Probablemente no."
Nuestros labios se encontraron, abiertos y suaves. Era tierno y cuidadoso,

temeroso de lo que estaba sucediendo, de a dónde iba esto. Ninguno de los dos se
movió por un largo segundo, pero tiré suavemente su labio inferior entre mis labios
y se quedó sin aliento.
N. R. Walker 65
Parecía que acaba de darle en el engranaje porque dejó su mochila caer al

suelo para poder usar las dos manos para sostenerme. Su boca se abrió mientras
profundizaba el beso, sus manos se deslizaron alrededor de mi cintura mientras su
lengua se deslizó en mi boca.
Creo que gemí. O tal vez fue él.
Sostuve su cara mientras nos besábamos, absorbiendo todo de él… el calor de

su cuerpo, sus suaves labios, su sabor, su olor. Hizo mi cabeza girar y a mis rodillas
débiles, mi corazón latía con fuerza y quería más.
Pero entonces llegó el ascensor a nuestro piso y antes de que la puerta pudiese
abrirse, tiré de la mano de Cooper, y lo llevé de vuelta a mi apartamento. Agarró su
mochila del suelo y entró al momento que la anciana señora Giordano salió del
ascensor. Le di un amable saludo y sonreí mientras cerraba la puerta, Cooper se
echó a reír.
Me apoyé contra la puerta cerrada y le sonreí.
-"La señora Giordano no tiene que ver eso."
Cooper puso su mochila contra la pared cerca de la puerta, y con una sonrisa
en los labios, dijo,
-" A la señora cómo-se-llame podría gustarle verlo."
-"La señora Giordano tiene noventa y dos años."- le dije.
Yo todavía estaba apoyado contra la puerta y él estaba justo en frente de mí.

No estaba pegado a mí, pero no me dejaba moverme tampoco. Sus ojos
parpadeaban de mis ojos a mi boca, como si estuviera a punto de besarme de nuevo.
Mi voz fue apenas un susurro.
N. R. Walker 66
-"¿Pensé que habías dicho sólo un beso?"
-"Pensé que habías dicho que uno no sería suficiente."- susurró mientras
tocaba sus labios con los míos de nuevo.
Sostuvo mi cara esta vez, al tiempo que abría mis labios con los suyos.
Nuestras lenguas se encontraron y él presionó su cuerpo contra mí.
Puse mis manos alrededor de su espalda y lo acerqué más contra mí. No pude
evitarlo. No quería desearlo. No quería que me gustara. No quería necesitarlo.
Pero así era.
Frenó el beso, arrastrando sus labios de los míos, mirando hacia abajo hasta
que su frente descanso en mi mejilla, luego la barbilla, y al final dio un pequeño
paso hacia atrás. Respiraba con dificultad, pero sonreía. Mis manos estaban todavía
en sus caderas, por lo que dio otro pequeño paso hacia atrás, alejándose de mí.
-"Creo que debería irme ahora."- dijo.
Me preocupaba que pudiera entrar en pánico al darse cuenta de lo que acaba

de suceder. Nos besamos. Dos veces. Yo, el padre de su amigo, un hombre del
doble de su edad. Su jefe.
-"No hay necesidad de entrar en pánico."- le dije, dándome cuenta de lo

estúpido que sonaba tan pronto como lo había dicho.
-"Oh, no voy a entrar en pánico."- dijo bruscamente, entonces obviamente

reajustó el bulto en sus pantalones vaqueros.
-"Oh."
N. R. Walker 67
Cooper se rió, avergonzado. Luego respiró hondo exhaló lentamente y me

miró a los ojos. Sus ojos estaban brillantes y juguetones.
-"Te veré en la mañana en la oficina."
-"Está bien."- le contesté, tratando de medir su estado de ánimo.
Cogió su mochila, puso la mano en el pomo de la puerta y dijo:
-"Voy a necesitar pasar por la puerta."
-"Oh."- dije, dando un paso a su alrededor. -"Claro."
Luego dio un paso cerca y me dio un piquito en los labios de nuevo,

besándome por tercera vez.
-"Ya son tres."- le dije.
Abrió la puerta.
-"No estoy contando."- dijo mientras caminaba hacia el ascensor.
Miró a su alrededor y me sonrió antes de entrar. Cerré la puerta de mi

apartamento, preguntándome qué carajo acababa de hacer.
Acababa de cruzar todas las líneas de manera profesional y personal.

Trabajaba para mí, y era amigo de mi hijo.
N. R. Walker 68
Esto quería decir que no era sólo alguien que Ryan conocía, él era alguien con
quien Ryan fue a la escuela. De la misma edad. O sea exactamente la mitad de mi
edad. Traté de no pensar en eso. O lo que eso significaba.
Cooper era un adulto. Un adulto consiente y muy dispuesto. Un adulto muy

bien dotado por lo que sentí presionado contra mi cadera.
Y con ese pensamiento, me quité la ropa y me metí en la ducha, en busca de

alivio. Una vez más. Con imágenes de Cooper. Una vez más imaginando como se
vería debajo de mí con la cabeza echada hacia atrás, o de rodillas con sus labios a
mi alrededor. Los labios que acababa de probar.
Mierda.
Me corrí tan fuerte que el cuarto giró. Me apoyé en los azulejos de la ducha
para recuperar el aliento y hasta que estuve bastante seguro de que podía
mantenerme sin caer.
Joder, este hombre estaba metiéndose en mi cabeza.
Pensé en él toda la noche, lo que diría por la mañana en la oficina, ¿cómo iba
a reaccionar cuando me viese?
Me fui a la cama pensando en él, soñé con él. Necesite masturbarme de nuevo
por la mañana.
Se estaba volviendo ridículo.
Fue con una previsión temida que fui a trabajar al día siguiente. Un
pensamiento errante se me ocurrió cuando estaba saliendo del ascensor a mi
oficina, que me podría denunciar por acoso sexual y en esa fracción de segundo,
miles de pensamientos pasaban por mi cabeza.
Casi esperaba que Jennifer viniera a decirme que tenía un equipo de abogados
sentados esperando en mi oficina, pero ella sólo sonrió y me dio mensajes.
N. R. Walker 69
-"El café está en su escritorio."
Me pasé la mano por el pelo y resoplé aliviado.
Jesús, ¿en qué me había metido?
Estaba en mi escritorio una media hora más tarde, cuando Jennifer entró con
Cooper detrás de ella. Estaba vestido con su habitual traje sastre ajustado, luciendo
aún mejor de lo que nunca lo había hecho, pero no dijo nada más que un educado y
tranquilo,
-"Buenos días, Sr. Elkin."
Tuve una reunión almuerzo, y una reunión de consulta, y lo vi brevemente

durante todo el día. Pero ni una sola vez hizo contacto visual. No me miró, sonrío o
se rió, como estaba acostumbrado a verlo. Básicamente, no me reconoció. Él era
muy profesional y estoico, como si nada hubiera pasado entre nosotros. Quizá tenía
razón. Tal vez si me besaba una vez, iba a sacarlo de su sistema y seguir adelante
como si nada en absoluto hubiera sucedido.
Yo, por el contrario, era un distraído desastre.
No sabía si él estaba jugando algún tipo de juego. No sabía si él estaba siendo

profesional, o si estaba realmente fuera de su sistema y ahora no significaba nada
para él. Todo el día, cada vez que el teléfono sonó, casi esperaba que Jennifer me
dijera que uno de los socios quería verme porque una denuncia había sido
presentada en mi contra.
Esa llamada nunca llegó, por supuesto, pero a las seis de la tarde cuando
Jennifer llamó a mi puerta para decir buenas noches, Cooper estaba detrás de ella.
Levanté la vista de mi escritorio.
N. R. Walker 70
-"Buenas noches, Jennifer."- le dije. Luego volví a mirar los papeles sobre mi
escritorio. -"Sr. Jones. Un momento, por favor."
Jennifer asintió y dejó a Cooper entrar. Se sentó y miró alrededor de mi

oficina y luego a mí.
-"¿Sí?"
No sabía exactamente qué decir o cómo decirlo. Así que fui con lo seguro.
-"¿Has estado ocupado hoy todo el día?"
Me miró seriamente y dijo:
-"Es técnicamente “después del horario”, por lo que, ¿puedo hablar

libremente?"
Lo miré, sin saber a qué se refería.
-"Sí."
Pero no habló. Echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.

N. R. Walker 71
-"Jennifer ha estado tras mi culo todo el día."- dijo con una risa. -"Dijo que
parecías estresado esta mañana y no necesitabas ningún tipo de interrupciones de
gente como yo."
-"¿Gente como tú?"
-"Esas fueron sus palabras."
Le sonreí, aliviado, y exhalé con fuerza.
-"Casi me da un ataque de estrés al salir del ascensor esta mañana."- admití. -

"Me preguntaba si mi jefe y sus abogados estarían en mi oficina cuando llegué
aquí."
La sonrisa de Cooper murió.
-"¿Por qué?"
-"Un caso de acoso sexual, proveniente de un determinado empleado de

veintidós años de edad."- dije, mirándolo fijamente.
Yo podría haber compilado una lista de cómo esperaba que fuera su reacción,
pero la risa no hubiera estado en ella. Él se echó a reír, y cuando me miró de nuevo
y vio la mirada en mi cara, se rió un poco más.
-"Es casi divertido."- le dije, rodando mis ojos.
-"¿Estabas realmente preocupado?"- Preguntó, sin dejar de sonreír.
-"No sabía qué pensar."

N. R. Walker 72
-"Yo tampoco."- admitió. -"Por tanto, ¿es aquí donde me dices que fue sólo
un beso y nada más? ¿Es para lo que me llamaste aquí? ¿Para decir gracias pero no
gracias?"
-"En realidad, fueron tres besos."
-"No estaba contando."
Suspiré y me pasé los dedos por el pelo. Eso era todo. Ese era el lugar donde
la línea quedaba dibujada o donde la línea quedaría borrosa.
-"Parecías bastante interesado desde donde yo estaba."- dijo.
Solté una carcajada. No tenía idea de que tan interesado estaba, la frecuencia
con que pensaba en él o las posiciones en que lo imaginaba.
Mierda. Debía estar perdiendo la cabeza.
-"¿Qué quieres?"- Le pregunté, tratando de aliviar la presión de mi decisión.
-"Quiero una respuesta honesta."
Exhalé en una rabieta. Él no me dejaría evadirlo.
-"Yo... yo..."
-"Oh, por el amor de Dios."- dijo con impaciencia. -"Si tuviera que ofrecer
traer la cena a tu casa esta noche, ¿dirías que sí o no?"
-"¿Siempre eres tan franco?"- Le pregunté. -"¿O es otra cosa de la Generación

Y?"
N. R. Walker 73
Levantó una ceja.
-"Para ser uno de los mejores, más codiciados dibujantes de la industria, no

eres muy bueno tomando decisiones."
-"Las decisiones profesionales son fáciles."- le dije. -"Las personales no lo

son."
-"Oh, Tom, sólo responde a la pregunta."
Él me había llamado Tom. No señor, no señor Elkin, ni siquiera Thomas. Él

me había llamado Tom.
-"Sí. Sí, quiero la cena. Sí, quiero más. Una vez no fue suficiente."- le espeté.
-"Una vez nunca va a ser suficiente."
Me sonrió y levantó tres dedos.
-"En realidad, fueron tres besos."
Me tragué un suspiro.
-"¿Siempre eres tan irritante?"

N. R. Walker 74
-"Sí, es una cosa de la Generación Y."
Me quejé.
-"¿Puedo retirar la oferta de la cena?"
-"No."- dijo, poniéndose de pie. -"Llevaré comida china y estaré en tu casa

en…"- miró su reloj -"…media hora."
Sonreí cuando lo vi salir. Cuando la puerta se cerró detrás de él, dejé escapar
un gemido, y pasé las manos por mi pelo. Apagué mi portátil, cogí mi bolso y
apagué las luces cuando me fui.
Creo que sonreí todo el camino a casa.

N. R. Walker 75
CAPITULO SIETE
El aire entre nosotros era electrizante mientras cenamos. Y cuanto más trataba
de ignorarlo, peor parecía. Todo eran miradas sugerentes, tímidos sonrojos y
lamerse los labios. Me quedé mirándolo mientras tomaba la comida de sus palillos,
mientras abría su boca y masticaba. Y él parecía paralizado por mis manos.
Era... intoxicante.
Cuando la comida se terminó por completo, me puse de pie para limpiar la

mesa y le ofrecí otra copa de vino. Tomó el vaso relleno y se puso de pie a mi lado,
apoyando su culo contra la mesa.
Todavía llevaba sus pantalones de traje, los dos primeros botones de la

camisa desabrochados y la corbata se había ido. Sus ojos brillaban y en sus labios
estaba una sonrisita de suficiencia. Mi corazón latía con fuerza sin embargo él
parecía completamente a gusto.
-“Me pones nervioso."- admití.
Él me miró.
-"¿Usted? El gran Thomas Elkin, ¿nervioso?"

N. R. Walker 76
Me reí entre dientes.
-"Bueno, aquí soy simplemente Tom."
-"Bien, Tom." dijo, tomando mi copa de vino y poniéndola sobre la mesa. -

"Creo que ahora debes besarme."
-"¿En serio?"- Le pregunté.
Su confianza era fascinante. Se humedeció los labios y asintió. Así que me

incliné y rocé sus labios con los míos. Era suave y dulce, pero luego avanzó para
profundizar el beso. Me moví de su lado para estar delante de él y apreté mi cuerpo
contra el suyo cuando abrí mi boca para él.
Este era un tipo diferente de beso.
La primera vez que nos habíamos besado había sido sólo un beso. Pero este
iba a alguna parte.
Deslicé un brazo alrededor de su espalda, y mantuve una mano alrededor de

su cuello mientras le daba un beso, éramos una masa de lenguas, labios, bocas y
gemidos.
Cooper pasó las manos alrededor de mi espalda y hacia abajo, sobre mi culo.
Me apretó contra él, así que lo podía sentir. Todo él.
Mierda.
Estaba duro y sabía que él podía sentirlo. No había manera de que no pudiese
sentir mi polla contra él a través de la tela de los pantalones. Entonces tiró de mi
camisa fuera de los pantalones y deslizó sus dedos por debajo de la cintura.
N. R. Walker 77
Antes de que pudiera separarme de su boca para preguntar qué estaba

haciendo, había desabotonado mis pantalones de traje y palmeó mi polla a través de
mis bóxers.
-"Cooper."- comencé.
Quería decirle que no era una buena idea, pero se sentía muy bien. Demasiado
bien.
Así que abrí el botón y cremallera de sus pantalones y deslicé mi mano sobre
sus bóxers, envolviendo mi mano alrededor de él lo mejor que pude a través de la
tela.
Él gimió tan fuerte, que casi me corrí.
-"Mierda."- jadeó, y me agarró con más fuerza, tirando, frotando, apretando.
Yo hice lo mismo con él y se empujó contra mí, sólo que esta vez se
estremeció y su cabeza cayó hacia atrás mientras se empujaba en mi puño.
Al ver su orgasmo, sintiéndolo en mi mano, dejé de contenerme.
Su mano se apoderó de mí y estallé entre nosotros. Casi caí sobre él, con el
colapso de la fuerza de mi orgasmo, y él parecía convulsionarse con réplicas.
Cuando la habitación dejó de girar, me di cuenta que su cara estaba enterrada

en mi cuello. Se rió entre dientes.
-"Bueno, ese es el postre."
Me reí y me quité de encima. Éramos una masa pegajosa.

N. R. Walker 78
-"Necesitamos una ducha."-le dije.
Se quitó los zapatos allí. Yo en realidad no había querido decir que íbamos
duchamos juntos, pero él tomó mi mano y dijo:
-"¿Dónde está el baño?"
Caminó hacia el pasillo, y le dije:
-"La última puerta a la derecha."
La cual era mi dormitorio, lo que creo le sorprendió. Miró a la cama, luego a

mí y sonrió.
-"Al baño."- le dije, señalando la puerta.
Todavía tenía aferrada mi mano. Abrió camino, sonriéndome mientras

desabrochaba los botones de mi camisa, y mientras me deslizaba los pantalones por
las caderas… cuando mi camisa cayó de mis hombros, supe que sería todo.
A pesar de lo que acabábamos de hacer en el comedor, íbamos a estar

desnudos juntos. Tenía cuarenta y cuatro años, él tenía veintidós.
Ahí era donde la diferencia entre nosotros sería muy evidente.

N. R. Walker 79
Tenía un poco de pelo en el pecho que estaba envejeciendo, como el pelo de

mi cabeza, y aunque yo me ejercitaba, mi cuerpo era... bueno, de cuarenta y cuatro
años.
Mientras que el cuerpo de Cooper era tenso y firme, su pecho era lampiño,
aunque tenía un rastro de pelo castaño de su ombligo a su muy colgante, sin
circuncidar, polla.
Se dio la vuelta para iniciar el agua mientras me quitaba los calcetines. Se

lavó el semen de su estómago, luego se dio la vuelta y puso la cabeza bajo el agua,
cerrando los ojos.
-"¿Vas a entrar?"
Lo seguí hasta la ducha, y tomé el jabón, corriéndolo por encima de su

cuerpo. Él sonrió, luego se quitó desde debajo del chorro de agua para dejarme
entrar. Lavé el desorden de mi estómago y cuando me volví a poner mi cabeza
abajo, Cooper puso sus manos en mi pecho.
-"Mmm."- tarareó mientras pasaba sus dedos por el vello. -"Me gusta esto."-
Luego deslizó su mano más abajo y tomó mis bolas. -"Me gusta esto, también."
Yo no podía dejar de reír, pero le di un manotazo.
-"¿Siempre eres tan franco?"
-"Sí."- dijo con una sonrisa. -"Es una cosa de la Generación Y, ¿recuerdas?"
N. R. Walker 80
Puse los ojos, así que tomé su polla en la mano y le di un apretón. Él ya

estaba medio duro de nuevo.
-"¿Esto es una cosa de la Generación Y?"- Le pregunté.
Él sonrió.
-"Eso es una cosa de tener veintidós años de edad, y de estar en-la-ducha-

con-un-tipo-muy-caliente. No puedo evitarlo. Eres caliente y yo estoy cachondo."
Me reí en voz alta, me giré de la ducha y le entregué una toalla.
-"Um, te encontraré algo de ropa limpia."- le dije. -"Voy a enviar la nuestra

para limpiar a la tintorería."
Envolví una toalla a mí alrededor y caminé por el baño para tomar mi bata
colgada en la pared. Me puse un par de jeans y saqué un par de pantalones cortos de
estilo cargo y una camiseta para él. Estaba de pie en mi habitación con sólo una
toalla alrededor de su cintura, mirando a mi cama king-size.
-"Parece cómoda."- dijo con una sonrisa.
Ignorando su comentario, le tiré la ropa limpia.
-"Voy a ordenar la tintorería."

N. R. Walker 81
Cogí nuestros pantalones y camisas sucias desde el suelo del baño y cuando
regresé a mi habitación, Cooper estaba entrando en los cargo. Me estaba sonriendo,
mientras empujaba su polla medio dura en los pantalones.
-"¿Sin ropa interior, Tom? ¿Es para facilitar el acceso posterior?"
Traté de no sonreírle, pero mi estómago se apretó ante la idea.
-"Eres incorregible."
Él se echó a reír, y lo dejé allí. Empaqueté la ropa y llamé a recepción,

Cooper salió de mi habitación. Me miró de arriba abajo.
-"¿Cómo es que tengo una camiseta, pero tú no?"- preguntó, pero se trataba
más de una pregunta retórica. -"No es que me importe."- Luego se dirigió a la
cocina y abrió la nevera. -"¿Quieres agua?"
-"Siéntete como en casa."- dije sarcásticamente, aunque me gustaba que se

sintiera a gusto.
Me entregó una botella de agua de todos modos y se dirigió hacia el balcón.
-"Dios mío."
N. R. Walker 82
Lo seguí mirando a la vista. Nueva York en su máxima expresión… altos

edificios grises, calles estrechas con taxis amarillos bordeados por árboles verdes
que enmarcaban a la enormidad que era Central Park.
Sonreí al ver la expresión de su rostro.
-"Este apartamento es bastante céntrico."
-"¿Bastante central?"- Preguntó. -"Está justo en el centro."
-"No del todo. Pero cerca."- Me eché a reír.
Negó con la cabeza, luego se volvió a mirar a la calle, al Empire State

Building. La ciudad de Nueva York iluminada por la noche es algo especial.
-"¿Cómo no vives aquí en el balcón con esta vista? Quiero decir, yo lo he

visto durante el día, desde aquí, pero por la noche..."
-"Es increíble, ¿verdad?"
Asintió profundamente, observando y señalando algunos puntos de referencia

y los edificios que reconocía. Después de un tiempo empezó a hacer frío, así que
entré y volví con una camisa. Cooper suspiró.
-"La vista era mucho mejor sin la camisa."
Sonreí ante sus palabras, pero cambié de tema.

N. R. Walker 83
-"La limpieza, dijo que serían unas horas."- le dije. -"Puedes usar esa ropa
para ir a casa, si quieres."
Cooper se encogió de hombros.
-"No me importa. Yo puedo esperar, pero si me llego a caer dormido en esa

grande y cómoda cama tuya, tampoco me importaría.”
Quería decirle que yo no pensaba que era una buena idea, que se estaría
moviendo demasiado rápido. Lo miré y no pude encontrar las palabras.
N. R. Walker 84
CAPITULO OCHO
Cooper no se quedó a pasar la noche. Pero se quedó hasta la medianoche, y

luego tomó su traje recién lavado en seco, me dio un beso en la puerta y se fue.
En el trabajo, siempre era un profesional. Nunca me concedió más de un

educado "Buenos días, Sr. Elkin" y lo hizo con mucha diligencia en su trabajo.
Era muy bueno en su trabajo.
Como uno de los socios más antiguos, tenía una gran cantidad de arquitectos
bajo mi cargo, a los que se delegaban una serie de puestos. Así, mientras que sí, lo
había elegido para trabajar en mi equipo, él era uno de muchos. Y no habría sido
inusual para mí no verlo todos los días. Pero lo busqué. Mantuve un ojo sobre él, y
observé lo que hacía. Pero no hablaba con él, no más que un hola o un gesto cortés
en el pasillo.
Él era muy, muy bueno en su trabajo. También era muy bueno fingiendo que
no me conocía.
Pero el jueves (cuatro días desde que lo vi fuera del trabajo) justo antes de la
hora de cierre, el intercomunicador de Jennifer zumbó.
-"¿Sí, Jennifer?"
-"¿Ha llamado al señor Jones?"- Preguntó. -"Él dice que pidió verlo."
-"Sí, lo hice. Por favor, hazlo pasar."- Sonreí.

N. R. Walker 85
La puerta se abrió y entró, vestido con pantalón, camisa, corbata y chaleco de

traje, sin chaqueta. Se veía muy... caliente. Se sentó frente a mí y sonrió.
-"¿Querías verme?"
"¿Yo?"
-"Sí, estoy bastante seguro."- dijo con un guiño. -"Estoy seguro de que tienes
trabajo que necesitas que haga esta noche. En tu casa."
-"Oh, sí. Ahora me acuerdo."- Le sonreí.
Se veía como el gato que atrapó al canario.
-"Y es tu turno para comprar la cena."- agregó. -"No es que te diría nunca que
hacer, pero me siento con ganas de pizza."
No pude evitar reírme.
-"Dios no quiera que me digas qué debo hacer."
Se puso de pie.
-"¿Media hora?"
-"Nos vemos entonces."
-"Pepperoni y pimientos."
-"Pensé que no me dirías qué hacer."
-"Es una cosa de la Generación Y."- dijo antes de abrir la puerta y salir.
N. R. Walker 86
Todavía sonreía cuando Jennifer entró.
-"¿Algo que necesite que haga antes de irme, señor Elkin?"
-"No, no voy a estar muy por detrás de ti."- le dije. -"Voy a estar trabajando
desde casa esta noche."
-"¿Le puedo pedir algo para comer?"- Preguntó.
-"No, lo tengo cubierto. Gracias."
-"Muy bien. Nos vemos mañana."- dijo. -"No trabaje demasiado duro.”
Le sonreí mientras salía, no sabiendo que tanto trabajo conseguiría estar

hecho ésta noche. Y treinta minutos más tarde, estaba en casa y la pizza había sido
ordenada, cuando el portero llamó.
-"¿Sí, Lionel?"
-"Señor, el señor Jones está aquí."
-"Déjalo subir."
Quité el seguro a la puerta, saqué dos cervezas de la nevera y sonreí cuando

alguien llamó.
-"Adelante."
Todavía con el traje y el chaleco que llevaba ese día, Cooper entró a
encontrarme en la cocina.
N. R. Walker 87
Tomó la cerveza ofrecida y no dudó en darme un beso. Fue un lento y

deliberado beso en los labios que hizo que mi estómago se anudara… un beso que
prometía más por venir. Luego dijo:
-“Creo que no le agrado a Lionel."
-"¿Por qué?"
-"No me dejó subir de inmediato."- dijo, casi con petulancia. -"Es como que
tengo que llegar y avisarle primero."
Tomé un trago de mi cerveza para ocultar mi sonrisa.
-"Él está haciendo su trabajo."
-"Pero he estado aquí como cinco veces, nos ha visto entrar y salir juntos, y
todavía me detiene."- agregó. -"¿Qué se necesita para que sea buena onda?"
¿Buena onda? Querido Dios, él realmente tenía veintidós años.
-"Él va a tener buena onda con esto cuando le diga que puedes entrar y salir
cuando quieras."
-"¿Qué, como si viviera aquí o algo?"
-"Sí, como si vivieras aquí o algo. Y no vives aquí, y no eres mi algo."
Comprendió entonces lo que quise decir.
-"Oh."- Miró a su cerveza. -"Lo suficientemente justo."

N. R. Walker 88
Levanté su barbilla y me paré frente a él.
-"Decirle a Lionel que tienes libre acceso es como mi equivalente a darte la

llave de mi casa."
-"Sí, lo entiendo."
Le di un beso suavemente.
-"No quise decir que no eres algo para mí."
Sus ojos se abrieron y me miró de frente.
-"¿Qué soy para ti?"
-"Cautivante. Confuso. Divertido."
Sonrió lentamente.
-"Son algunos adjetivos bastante buenos."
Lo besé suavemente de nuevo.
-"Sí, eso eres. Eres algunos adjetivos bastante buenos para mí."
N. R. Walker 89
Hubo un fuerte golpe en la puerta.
-"Pizza."
Los ojos de Cooper se estrecharon.
-"¿Deja que el chico de la pizza suba sin avisar?"
Me reí y fui a la puerta, y cuando regresé Cooper estaba buscando el

intercomunicador.
-"¿Qué botón pulso?"- Murmuró para sí mismo.
No esperó una respuesta, él simplemente pulso el primer botón. La voz de

Lionel contestó.
-"Sí, ¿Sr. Elkin?"
-"¿Deja que el chico de la pizza suba y no a mi?"- Dijo Cooper en el

intercomunicador.
-"Sr. Elkin, ¿está todo bien?"- Lionel sonaba alarmado.
Di un manotazo a la mano de Cooper y apreté el botón.
-"Sí, Lionel, estoy bien. El señor Jones aquí se siente un poco sin amor."
"Aun debo avisarle cuando llegue el señor Jones, ¿señor?"

N. R. Walker 90
Miré a Cooper de arriba y hacia abajo, finalmente me detuve en su rostro.
-"Sí, todavía debes hacerme saber cuando llega el señor Jones."- dije, y la
boca de Cooper se abrió. -"Por ahora."
-"Muy bien, Sr. Elkin."- dijo la voz de Lionel por el intercomunicador.
Solté el botón del interfono y puse las pizzas en el mostrador. Cooper me

miró. Le sonreí.
-"Eres lindo cuando haces pucheros."
Él resopló.
-"Creo que voy a necesitar muchos más adjetivos de ti todavía."
Di vuelta a la caja de pizza de frente a él y la abrí.
-"Hambriento, lindo."
-"Ya habías dicho lindo."
-"Impaciente, talentoso, vanidoso, engreído."
-"Son sinónimos. ¿No te enseñaron sinónimos en la escuela en los viejos

tiempos?"
-"Listillo, juvenil, petulante, beligerante..."

N. R. Walker 91
Cooper cogió un trozo de pizza, lo mordió y lo masticó pensativamente. Se

tragó su comida y dijo:
-"Mmm, bueno, me gusta talentoso y engreído, pero listillo y juvenil fueron

un poco groseros. Creo que podríamos necesitar volver a lindo."
Negué con la cabeza y suspiré.
-"Está bien, eres un mierdecilla beligerante y lindo. ¿Qué tal eso?"
Tomó otro bocado de su pizza y habló con la boca llena.
-"Mucho mejor."
Me di por vencido. Dudaba que alguna vez fuera a ganar. Tomé un trozo de
pizza y él hizo tintinear su botella de cerveza con la mía y me dio una sonrisa
descarada.
-"Así que ¿de verdad crees que soy lindo?"
-"Sólo cállate y come tu pizza."
Cooper me dio esa sonrisa petulante suya, pero me contó todo acerca de su
semana hasta ahora. Cómo había estado ocupado con el equipo consiguiendo hacer
lo básico, y aprendiendo todo lo que pudo.
N. R. Walker 92
Era fácil ver que él lo amaba, cómo se animaba al hacerlo, parecía que podía
hablar durante horas sobre los proyectos y edificios, dibujos y conceptos.
Incluso mucho tiempo después de terminar la pizza se quedó en el sofá por un

tiempo, todavía estábamos discutiendo teorías de diseño y códigos de construcción
y leyes de planificación. Me sorprendió que pudiera hacerme sonreír con sólo un
mohín un minuto, para después ser un adulto profesional con quien podría hablar
durante horas.
Luego cambió de tema.
-"Lo siento si decirle a Jennifer que pediste verme estuvo fuera de lugar."-
dijo. -"Pero pensé que si no lo hacía, no iba a llegar a verte."
-"Está bien."- le dije. -"Estoy feliz de que lo hayas hecho."
-"Yo también." Sonrió.
Luego se deslizó a través del sofá y me besó. Pero no se detuvo allí. Poco a
poco, se inclinó hacia atrás, tirando de mí con él, así que me hizo yacer sobre él.
Sólo dejo de besarme para poder maniobrar acomodándose en una posición mejor
para mi confort entre sus piernas, y luego llevó su boca a la mía de nuevo. Cooper
abrió más las piernas, se aferró a mí con más fuerza, y me froté un poco encima de
él mientras nos besamos.
Pero fue lánguida y suavemente, no hubo deseo caliente y desesperado. Sus

ojos se cerraron suavemente, medio adormilados.
Cuando aparté el pelo de su frente, vi mi reloj. Eran más de la una, habíamos

estado hablando durante horas y yo había perdido por completo la noción del
tiempo.
N. R. Walker 93
-"Vamos, dormilón."- dije, bajando de él, tirando de él a sus pies. -"Es

demasiado tarde para que te vayas a casa. Puedes quedarte aquí."
Lo conduje por el pasillo hacia la habitación de invitados, la de Ryan, pero

entró directamente a mi habitación y empezó a desnudarse. Lanzó sus pantalones de
vestir sobre la silla y se metió en mi cama en ropa interior.
En mi lado de la cama.
Me quedé allí, sin saber qué hacer. Contemplé el decir algo, pero me di
cuenta que discutir con Cooper era inútil. Así que en vez de eso, volví a la sala de
estar, apagué las luces, me puse los pantalones de pijama y me metí en la cama,
Cooper ya estaba dormido.
Despertarse con la sensación de ser observado no es especialmente agradable.

Con un adormilado ceño arrugado, Cooper me miró como disculpándose.
-"Supongo que esto podría ser raro."- dijo. -"Quiero decir, si dejamos que sea
incómodo. Pero yo estoy a favor de pensar a la mierda, no seamos raros. Hagamos
N. R. Walker 94
panqueques para el desayuno y luego, cuando estés cubierto en jarabe de arce,

podemos ducharnos juntos, o puedo lamerte hasta que quedes limpio. Lo que
prefieras."
-"Buenos días, Cooper."- Sonreí.
-"Buenos días, Tom."- dijo con una sonrisa. -"Así que, ¿panqueques?"
Miré el despertador y caí hacia atrás con un gemido.
"Panqueques" a las seis a.m.
Saltó sobre la cama, todavía sólo con sus calzoncillos. Pude ver la pesada
silueta de su erección mañanera. Él sabía que yo lo miraba, no hizo ningún intento
de ocultarlo. De hecho, luego se dirigió a la cocina y procedió a hacer panqueques,
todavía sólo en calzoncillos.
Innecesario decir que el desayuno fue un desastre, hubo un montón de

lametones y una ducha caliente donde Cooper se puso de rodillas y cogió mi
endurecida polla con su boca.
Le devolví el favor en mi cama, donde él arqueó su espalda, agarró las

sábanas y gritó mientras disparaba duro por mi garganta. Luego se echó a reír y se
retorció en la cama hasta que su cuerpo se recuperó mientras yo tomaba una camisa
de mi armario y la puse sobre la cama junto a él.
-"Vas a tener que llevar los pantalones del traje que llevabas ayer al trabajo,
pero al menos la gente no sabrá que no fuiste a casa si estás usando una camisa
nueva."
-"No es la primera vez que he hecho la caminata de la vergüenza."

N. R. Walker 95
Puse los ojos en él.
-"Vamos, tienes que levantarte. No quiero llegar tarde."- Se estiró

perezosamente y sonrió, su polla flácida yacía pesada a través de su cadera.
-"No sé, creo que el jefe podría estar de particular buen humor esta mañana."-
Luego agregó: -"De todos modos, creo que yo le gusto."
Subí la cremallera de mis pantalones, no caí en el juego de mirarlo por si

acaso él viera la verdad exacta escrita sobre mi cara.
-“¿Que te da esa idea?"
-"La forma en que me agarró del pelo y gimió mi nombre en la ducha."
Me sonrojé. La pequeña mierda me hizo sonrojar. Me aclaré la garganta.
-"Bien, mejor me voy a limpiar la cocina."

N. R. Walker 96
Por las próximas dos semanas anduvimos tonteando. Por lo general, en mi

casa, aunque yo fui a su apartamento en el segundo fin de semana. Era pequeño,
muy pequeño, pero limpio y pequeño.
¿He mencionado que era pequeño?
Pero estaba lo suficientemente cerca de la oficina y a él parecía gustarle. En

comparación a mi casa, estaba en el otro extremo del espectro de lugares para vivir.
Así, en su casa, o en la mía, pasamos tiempo juntos. Perdidos en

conversaciones largas o largas sesiones de besos, me parecía que no podía tener
suficiente de él y tan desconcertante como lo fue para mí, parecía que él no podía
tener suficiente de mí.
Pero nunca tuvimos sexo. Bueno, no la relación sexual completa. Estuvimos

cerca de un par de veces, y era algo que claramente ambos queríamos, pero también
era algo que nunca discutimos. Como si fuera un paso que estábamos demasiado
asustados para tomar.
En el trabajo, él siempre fue profesional. Se mantenía callado, aunque me di

cuenta de su sonrisita de suficiencia de vez en cuando, pero nadie más, por lo que
pude ver, nadie sospechaba nada.
Era jueves por la tarde y el intercomunicador de Jennifer zumbó.
-"El Sr. Jones está aquí para verle."
-"Gracias."- le contesté.
N. R. Walker 97
Él entró con unos bocetos y se sentó frente a mí. Miré los planos que tenía en
la mano.
-"¿Qué son?"
"Utilería."- respondió. -"Por el bienestar de Jennifer. Tuve que venir aquí con
algo."
-"¿A qué debo el placer?"- Me reí de él.
-"Bueno."- comenzó, y parecía nervioso. -"Sé que dije que iría esta noche,
pero los chicos van a salir esta noche y me pidieron a unirme a ellos. Ha pasado un
tiempo..."
Lo miré, un poco confundido.
-"Cooper, está bien. No necesitas mi permiso. Eres joven, debes salir."
-"Es con Ryan."
Oh.
-"Eso está bien."- mentí.
Era joven, él debía salir y disfrutar de su vida. No estar pegado a casa con un
viejo como yo.
N. R. Walker 98
-"No sabes mentir ni una mierda."- dijo rotundamente. -"Y sé lo que estás
pensando. Sólo porque soy joven y no salgo no significa que no me gusta pasar el
tiempo contigo."
Me miró directamente, viendo a través de mí.
-"Deberíamos salir más."- admití.
-"No, no deberíamos."- contestó. -"No podemos y lo sabes."- Miró alrededor

de mi oficina antes de volver a mirarme. -"Y eso está bien, Tom. Me gusta lo que
hacemos. Pero me gustaría salir con los chicos esta noche."
-"Por supuesto."- le dije con una sonrisa. -"Eso significa que no tengo que
escuchar tu mierda de música esta noche."
Sonrió mientras se levantaba para irse.
-"No, puedes escuchar tu mierda de éxitos de los años ochenta sin mí."
Opte por un poco de música clásica en su lugar, sabiendo que Cooper lo

odiaría, y pasé la noche repasando algunos presupuestos conceptuales. Era tranquilo
y encantador, pero algo me faltaba. Cooper faltaba. El ruido, el desorden, la
conversación, los besos, los abrazos en el sofá.
Había pasado tres noches solo esa semana, así que no era tan diferente. Pero
se suponía que era nuestra noche, y yo había estado esperándola.
Me metí en la cama, tratando de no pensar en lo diferente que mi vida se

había convertido en cuestión de semanas, o lo que podría significar.
N. R. Walker 99
Finalmente me quedé dormido, pero el timbre del intercomunicador me

despertó a la una de la mañana.
Me tambaleé hacia el salón y golpeé el intercomunicador.
-"¿Lionel?"
-"Siento mucho despertarle, señor."- dijo. -"Pero el señor Jones está aquí."
-"Es la una de la madrugada."- murmuré. -"¿Está todo bien? ¿Está herido?"
-"No, señor."- respondió Lionel. -"Él está borracho."
-"¿Puedes dejarlo subir? ¿O debería bajar a buscarlo?"- Suspiré.
-"Yo le meteré en el ascensor por usted, señor."
-"Gracias, Lionel."
Sólo llevaba mis pantalones de pijama, salí al ascensor justo cuando llegó.
Las puertas se abrieron y Cooper estaba de pie, apoyándose, medio cayendo contra
la pared del fondo. Golpeé el botón de la puerta, por lo que permanecían abiertas,
puse mi brazo alrededor de él y lo arrastré a mi apartamento.
-"Lo siento."- dijo arrastrando las palabras. Plantó sus labios en los míos. -
"Eres tan sexy."
-"Estás borracho."- Me eché a reír.
-"Lo... Ssiento. Tenía que verte."
-"Está bien, Cooper."- dije, caminando por el pasillo hasta mi dormitorio. -

"¿Todo bien? ¿Tuviste una buena noche?"- Aunque seguro parecía que sí.
-"Estuvo bien."- dijo. -"Ryan sabe que estoy viendo a alguien."

N. R. Walker 100
Cayó sobre la cama, y lo mire fijamente, incapaz de hablar.
-"Tú no, porssupessto, ssólo alguien." Murmuró, arrastrando las palabras.
-"Oh."
-"Quería saber con quién he assado passando mi tiempo."- dijo rodando hacia
un lado. -"Pero no se lo dije."
El corazón me latía a doble tiempo, pero me metí en la cama junto a él. Se

quedó callado por un rato y supuse que ya estaba dormido. Pero entonces dijo:
-"¿Por qué… no tienes sexo conmigo?"
Mi corazón saltó en mi boca.
-"¿Qué?"
Su mano me alcanzó a ciegas y ahora mis ojos adaptados a la falta de luz, me

dejaron ver que me observaba.
-"Hemos hecho todo lo demás, ¿por qué no eso?"- preguntó con voz pastosa.
-"¿No me deseas?"
-"Muchísimo."- Apreté su mano.
-"¿Entonces por qué?"- Su voz sonó con sueño y no demasiado coherente.

N. R. Walker 101
-"Porque es algo de lo que no podemos volver. Si hacemos eso…"- le aclaré

en voz baja, "…lo que tenemos, lo que estamos haciendo, se convierte en algo
más."
-"Quizá quiero algo más."- murmuró, poco después su respiración se calmó y

empezó a roncar.
Me quedé mirando el techo hasta llegar la mañana, volviendo a sus palabras

una y otra vez en mi cabeza, mientras mi corazón trataba de convencer a mi cerebro
de que podría querer algo más también.
N. R. Walker 102
CAPITULO NUEVE
La desventaja de tener veintidós es no saber cuando has bebido suficiente. La

ventaja de tener veintidós es la rapidez con que te recuperas de beber demasiado.
Mientras que yo hubiera estado con resaca durante todo un día, él se despertó bien.
Gimió un poco, no habló mucho, bebió su café, luego se bebió el mío. Juró que
nunca bebería otra vez, me dijo que era mi culpa por dejarlo salir, se duchó, se
vistió con uno de mis trajes viejos y se fue a trabajar.
Se fue antes que yo, y mientras caminaba a través de mi vestíbulo quince

minutos más tarde, Lionel me guiñó un ojo.
-"Él lo mantiene ocupado."
No había ningún sentido en negarlo.
-"Lo hace."- Entonces me detuve. -"¿Te dijo algo anoche?"
Lionel se echó a reír.

N. R. Walker 103
-"Sólo que no podía entender por qué no me agrada. Yo no iba a despertarlo,

señor, pero no quería callarse."- dijo. -"Pero esta mañana estuvo un poco menos
hablador."
-"Que tengas un buen día, Lionel."- No pude evitar reírme.
-"Usted también, señor."
Sonreí todo el camino al trabajo, y Jennifer al ser su yo profesional habitual,

me sonrió.
-"Buenos días, Sr. Elkin. El café está en su escritorio."
Era un viernes completamente normal. Ocupado, productivo, pero normal. Vi

a Cooper beber más café de lo normal, pero nunca perdió el ritmo. Entonces justo
antes del almuerzo, Jennifer llamó a mi puerta.
-"¿Puedo tener un momento?"
Parpadeé sorprendido, pero cerré mi laptop, dándole toda mi atención.
-"¿Qué es?"
Se sentó en una silla frente a mi escritorio, algo que nunca había hecho antes.
-"Su reunión con el Sr. Takosama…"- dijo en voz baja, -"…programada para
el próximo mes en Tokio, se ha adelantado."
N. R. Walker 104
-"Está bien."- le dije, sin entender completamente por qué estaba siendo tan
cauta.
-"Él tiene dos días libres esta semana en Sydney, Australia. Me tomé la
libertad de confirmar una cita."- dijo. -"Sé que es con poco tiempo, pero le dará
menos tiempo para pensar en una razón para no ir."
-"¿Por qué no iba a querer ir?"
Jennifer vaciló.
-"Reservé dos pasajes."
-"¿Dos pasajes?"
Tragó saliva y susurró:
-"Pensé que el Sr. Jones podría acompañarle."
La miré fijamente.
Tuve que decirme a mí mismo que cerrara mi boca, mientras mi cerebro

reaccionaba. No había manera que Jennifer dijera algo como eso, así que actué con
cuidado, por si no estaba segura.
Sin ninguna duda en mi mente, ella lo sabía.
-"¿Cómo lo sabes?"- Le pregunté en voz baja. -"¿Alguien dijo algo? ¿Alguien

de la oficina dijo algo?"- Entonces un temor frío se deslizó por mi columna
vertebral. -"¿Acaso Cooper dijo algo?”
N. R. Walker 105
-"¡Oh, cielos, no!"- dijo. -"Él no ha respirado ni una palabra. Por él, nunca
habría sospechado nada. Pero por otro lado..."
-"¿Yo?"
Me sonrió amablemente.
-"Es la manera en que usted le mira."
-"¿La manera en que yo qué?"
-"La forma en que le mira.-"- repitió. -"Como si el chico colgase de la luna."
Iba a corregirla en la palabra 'chico', pero ella me miró, retándome a discutir.
-"Tengo casi sesenta años. Es un chico para mí. Y está el hecho de que lleva
puesto el traje que usted compró el año pasado."
Suspiré y podía sentir que me sonrojaba. No había ningún sentido en

negárselo. Así que le confirmé lo que ya sabía.
-"Sí, él es joven, pero es inteligente, y es tan animado. Tiene la tenacidad y la

arrogancia que viene con tener veinte y tantos años, pero es... No sé... es dulce y
divertido, y cuando estamos juntos, no hay diferencia de edad entre nosotros."
No sé por qué estaba diciéndole esto. Pero necesitaba contárselo a alguien.

Jennifer sonrió.
N. R. Walker 106
-"¿Pero?"
-"Pero no sé lo que quiero. Me tomó mucho finalmente enfrentar a mi esposa,

y a mí mismo, y admitir que soy gay. Han pasado cinco años de vivir finalmente mi
vida real, sabiendo exactamente lo que quiero, y saber exactamente quién soy. Pero
esta es la primera vez que no sé lo que quiero en absoluto."
Jennifer negó con la cabeza.
-"No, creo que es la primera vez que usted sabe exactamente lo que quiere."-
Entonces suspiró. -"Tom."- Era la primera vez que me llamaba por mi nombre de
pila. -"Él te hace feliz. Nunca te he visto tan feliz. No importa lo que piensen los
demás o digan. Se trata de ti."
Hubo un golpe en la puerta. No sabía si estar agradecido o resentido por la

interrupción. Me aclaré la garganta.
-"Adelante."- dije en voz alta.
De todas las personas posibles, era Cooper. Asomó la cabeza por la puerta y
cuando vio a Jennifer, sin siquiera decir hola, dijo,
-"Oh, puedo volver."
-"No, está bien."- dijo Jennifer, de pie. -"Sr. Jones, por favor, entre."
Cooper hizo lo que le ordenaban, pero miró a la señora mayor con

nerviosismo. Ella frunció los labios.
N. R. Walker 107
-"¿Tienes pasaporte?"
Me miró, luego de vuelta a Jennifer.
-"¿Sí?"
-"Bien."- dijo ella, con la mayor naturalidad. -"Vas a ir a Sydney con el Sr.
Elkin durante cuatro días. Salen mañana."
-"Um..."- Cooper parpadeó.
-"Sr. Jones."- dijo Jennifer bruscamente. -"Normalmente yo acompaño al Sr.

Elkin en estos viajes, pero mi nieta es el primer brócoli en una línea de vegetales en
su recital de primer grado. Simplemente no puedo faltar."
Cooper volvió a parpadear, y creo que trató de no sonreír.
-"Muy bien. Estoy seguro de que su nieta será un gran... brócoli."
Jennifer lo miró fijamente.
-"Volarán mañana, seis a.m. He reservado vuelos y el alojamiento, pero si

usted necesita hacer otros arreglos, por favor hágamelo saber ahora."- dijo, un poco
para asustarlo y hacerle marchar.
La puerta se cerró detrás de él, y Jennifer me miró y se echó a reír.

N. R. Walker 108
-"Sabes que le asustas."
-"Oh, lo sé. Ayuda a mantenerlo a raya."- sonrió.
-"Y el viaje a Sídney?"- Suspiré
-"Todo legítimo, por supuesto."- dijo con un resoplido. -"Usted tiene una
reunión con el Sr. Takosama. Él le está esperando. He puesto al día su horario, y lo
mantendrá lo suficientemente ocupado. El señor Jones tendrá una lista de una milla
de largo de cosas que hacer."- Entonces se suavizó. -"Pero pensé que usted podría
utilizar el tiempo lejos."
Yo no sabía si reír o llorar.
-"Gracias, Jennifer."
-"Son sólo cuatro días."- dijo. -"Estar lejos de aquí le hará poner un poco de
perspectiva sobre las cosas."
Cuatro días. Cuatro días en una ciudad diferente, cuatro días para ser nosotros
mismos.
-"Su práctica como interno casi ha terminado."- dijo ella. -"Cuatro semanas
más. Tendrá que poner un freno a las cosas hasta entonces."
-"Lo sé."- respondí. -"Él también lo sabe."
Asintió brevemente.
-"¿Qué va a hacer después de eso?"- Preguntó, mirándome a los ojos. -"¿Va a

contratarlo aquí en la empresa?"
N. R. Walker 109
-"No lo sé."- Susurré.
-"Es muy bueno."- dijo desde la puerta. -"Uno de los mejores."
-"Sí, lo es."
-"¿Pero?"
Pero yo no podía salir con un compañero de trabajo. Iba en contra de la

política de empresa.
Joder, yo ya estaba actuando en contra de la política de la empresa. Jennifer

lo sabía. Supuse que era su punto.
-"Pero... es complicado."
-"Sí, lo es."- dijo. -"Por si sirve de algo, es bueno verte feliz."
Abrió la puerta y la cerró silenciosamente detrás de ella.
Traté de sacarlo de mi cabeza y volver al trabajo en el que estaba a medio

camino de investigación, pero me di por vencido y me quedé mirando hacia fuera a
través de los cielos azules de Nueva York. Jennifer llegó un par de horas más tarde,
me entregó los archivos y las instrucciones sobre el trabajo Takosama, me entregó
los recibos de confirmación de vuelo e información de la reserva de alojamiento y
me dijo que me fuera a casa.
Calculando que tenía los siguientes cuatro días con Cooper, sugerí recogerlo
en su casa a las cuatro y media de la mañana. Cuando se metió en el coche, a pesar
de la hora temprana, tenía ojos brillantes, pero acomodado, obviamente no quería
hablar delante de un conductor de la compañía. Estaba tranquilo cuando nos
registramos, estaba tratando de no sonreír cuando llegamos y había café esperando
a bordo. Y para cuando finalmente llegamos a nuestros asientos en primera clase,
no podía dejar de sonreír.
N. R. Walker 110
-"¡Esto es impresionante!"- susurro… más bien gritó, desde el asiento junto al

mío. -"¡No puedo creer que Jennifer se perdió esto!"
-"Jennifer sabe de nosotros."- le dije al acomodarme. -"Ella te hizo su

reemplazo porque quería que tuviéramos un tiempo a solas."
Estaba callado, así que me volví hacia él. Estaba boquiabierto.
-"Ella... ¿lo sabe?"
-"Sí."
-"¿Cómo?"
Consideré mentir pero decidí decirle la verdad.
-"La forma en que te miro, al parecer."
Me miró y parpadeó, tres, tal vez cuatro veces, al parecer después de haber
perdido la capacidad de hablar. Cayó de nuevo en su asiento y palideció. Me volví
de lado y tomé su mano.
-"No va a decirle nada a nadie, te lo prometo. Es la mayor profesional,

Cooper. No se lo dirá a nadie."
N. R. Walker 111
-"¿Cómo puedes estar tan seguro?"- Preguntó. -"Si ella lo sabe, ¿tal vez
alguien más también?"
Negué con la cabeza.
-"No, me conoce, me conoce mejor que la mayoría de la gente. Supo cuando

me separé de mi esposa por el hecho de que cambié mi colonia... bueno, eso y las
largas horas trabajando y la falta de sueño. Pero, créeme, nadie más lo sabe."
Él suspiró y pareció relajarse.
-"¿Por la forma en que me miras? ¿Qué significa eso?"
"Al parecer, sonrío cuando te veo."- le dije muy serio. -"Estoy tratando de
dejar de hacer eso."
-"Correcto."- dijo con una risita. -"Mírame."
Lo hice, lo miré directamente. En sus labios apareció una sonrisa satisfecha,

un ligero hoyuelo en la mejilla, sus ojos brillantes y sonrientes. Y sonreí.
-"Oh, no tienes esperanza alguna."- dijo, sacudiendo la cabeza. Luego suspiró

dramáticamente. -"Cuatro días, ¿eh? ¿Tenemos cuatro días antes de volver a la
realidad?"
-"Tenemos trabajo que hacer en este viaje."- Asentí con la cabeza.
-"Oh, lo sé."- dijo. -"La lista que Jennifer me dio es más alta que el Empire
State."- Negó con la cabeza.- "Me la dio, me miró y me dijo que si no podía
N. R. Walker 112
manejarlo, encontraría a alguien más competente."- Entonces él me miró.- "Ella no

me quiere, y ahora me dices que sabe que estamos... ¿viéndonos?"
-"No es que no le agrades."- le dije. -"Lo hace para mantenerte de puntillas.

De hecho, me dijo que eres uno de los mejores internos que jamás había visto."
-"¿Dijo eso?"- Preguntó alegremente. Se echó hacia atrás en su asiento y

sonrió. -"Yo sabía que le agrado."
-“Le gusta todo el mundo piense que es mala."- Me reí de él.
Sonrió como si tuviera todo resuelto, pero tan pronto como nos elevamos,
sacó su laptop y dio un primer paso en la lista de Jennifer.
Llegamos al Hotel Hilton de Sydney, al registrarnos encontramos que

Jennifer sólo había reservado una habitación.
-"¿Es eso un problema, señor?"- Preguntó el secretario.
Cooper respondió rápidamente:

N. R. Walker 113
-"No, está bien. Nos la quedamos. "
Lo miré, pero él se limitó a sonreír, registrarnos y tomar la llave. La

habitación era extravagante y encantadora, con vistas a la ciudad. Era espectacular.
Pero muy grande, con sólo una cama… lo que me ponía nervioso. Claro, dormimos
en la misma cama antes, pero esto era diferente.
Yo sabía lo que íbamos a hacer en esta cama.
Puse mis maletas en el suelo, y a pesar del tiempo que acabábamos de pasar
en un avión, a pesar de la hora en Sydney, lo miré con nerviosismo.
-"¿Quieres ir y echar un vistazo a algunos lugares de interés?"
Cooper miró el reloj en la mesilla de noche.
-“Son casi las diez. ¿Qué lugares podemos ver a las diez de la noche?"
-"Vamos fuera a buscar."- le dije.
-"Sabes…"- dijo Cooper. Él estaba mirando a la enorme cama blanca. -"Esta

cama no muerde."- Lo miré rápidamente luego reí, avergonzado. Se rió de mí. -"Yo
podría morder, pero la cama no lo hará."
-"Vamos, un poco de aire nos hará bien.”- Me aclaré la garganta.
Puso los ojos en blanco, suspiró para dar más efecto, pero luego abrió su
maleta y sacó una chaqueta y una gorrita tejida de lana.
N. R. Walker 114
-"No puedo creer que dejamos el verano para ir a un lugar donde es invierno.
¿Quién demonios hace eso?"- Murmuró para sí mismo.
Cogí mi abrigo también, y después me lo puse, Cooper agarró la llave, y

luego me agarró la mano.
-"Podemos tomarnos de la mano aquí."- dijo mientras caminábamos hacia el

ascensor. -"Nadie nos conoce."
No me opuse, y cuando miré el espejo de la pared interior del ascensor,

Cooper nos sonrió en el reflejo.
-"Se ve extremadamente bien esta noche, Sr. Elkin."- dijo.
Miré su abrigo de invierno y la gorrita sobre su cabello.
-"Usted no se ve nada mal, Sr. Jones."
Me besó en la mejilla rápidamente antes que las puertas del ascensor se

abrieran y me llevó a través del vestíbulo del hotel y a la calle. Él nunca había
estado en Sydney antes, y su emoción y entusiasmo eran adorables.
Hacía frío, pero caminamos pocas cuadras, mirando escaparates y había

incluso algunas tiendas de souvenirs y tiendas de estilo 7-Eleven abiertas. Cooper
me arrastró a algunas. Compró algunas cosas, en algunas solo miré, en algunas
esperé fuera, y cuando él obviamente había visto suficiente, declaró que quería
volver al hotel.
N. R. Walker 115
Habíamos dormido a ratos en el avión, pero imaginando que aún debía estar
cansado, no me importó. Cuando entramos, sin soltar mi mano, me llevó
directamente a la habitación.
-"Cooper, ¿qué estás haciendo?"
Luego volcó una de las bolsas de cosas que acababa de comprar, y el

contenido se derramó sobre la cama.
Una caja de condones y una botella de lubricante.
Miré a Cooper y antes de que pudiera decir nada, tomó mi cara entre sus
manos y me besó. Sostuvo mi cara a la suya y me besó como nunca me había
besado antes. Pude probar la urgencia en su lengua, sentirla en sus manos.
Finalmente separó su boca de la mía, pero aún tenía mi cara contra la suya.
-"Tom, te necesito. Por favor."
No podía discutir. No podía negar lo mucho que lo deseaba. Así que le di un

beso de manera que le dejara claro que le poseería.
Sin separar mi boca de la suya, extendió la mano y tiró de su gorrita fuera,

luego retiré mis manos de debajo de su chaqueta, y lo empujé de los hombros.
Tanteó con mi abrigo y trató con demasiada rapidez salir de sus zapatos.
-"Despacio, Cooper."- murmure contra sus labios. -"Está bien, voy a tomarme
mi tiempo contigo."
N. R. Walker 116
Él asintió con la cabeza, y cuando me besó de nuevo, era más lento. Estaba
más tranquilo, pero no menos seguro.
Le desvestí, como lo había hecho muchas veces antes, pero era diferente. Le
besé por el cuello, pasé mis manos por cada centímetro de piel que pude alcanzar.
Y él me dejó. Dejó que yo me hiciera cargo, él quería que yo lo hiciera.
Cuando estuvo desnudo, le dije que se acostara en la cama, y poco a poco me

desvestí mientras le miraba. Su cuerpo largo y tenso se extendía ante mí, su
erección sobresalía orgullosa de su cuerpo. Empecé a sus pies, pasando mis manos
por sus piernas, tocando cada parte de él.
Quería que todo su cuerpo sintiera, que reaccionara. Cuando llegué a los
muslos, los extendió ampliamente y bombeó su polla con un gemido.
Agarré el lubricante y giré la tapa, el líquido frío corrió sobre mis dedos.
Luego me incliné y besé la cabeza de su polla, pasando mi lengua por la rendija.
Empuñó mi pelo y gimió cuando tomé todo de él en mi boca, y mientras estaba
distraído con mi lengua trabajando por encima de su polla, froté su agujero. Gimió.
Y cuando tragué a su alrededor, presioné un dedo dentro de él. Y gimió.

Cuanto más lo trabajé con mi boca, más lo estiré, preparándolo para mí. Cuando me
estaba rogando, volví mis dedos, enganchando la parte delantera hasta que encontré
su glándula. Arqueó las caderas de la cama, empuño las sábanas a sus costados y
tiró la cabeza hacia atrás en un grito silencioso mientras se corría.
¡Joder, era hermoso!
Saqué mis dedos y se retorcía y se retorcía a través de su orgasmo, abrí el

envoltorio de papel de aluminio y rodé un condón en mi polla. Empujé las piernas
de Cooper abriéndolas, y apreté mi polla contra su preparado culo. Me incliné sobre
él y le besé en los labios antes de empujar lentamente en su interior. Sus ojos se
agrandaron y se quedó sin aliento, lo que me detuvo.
N. R. Walker 117
-"¿Estás bien?"- Le pregunté rápidamente.
-"Sí."- Asintió y abrió la boca de nuevo. -"Más."
Y con cada centímetro que presioné contra él, jadeó y empujó su cabeza
contra la almohada. Besé a lo largo de su tenso cuello, levantó sus piernas más alto
y lo sostuve más apretado.
-"¡Oh Joder, Tom!"- se quejó. -"¡Oh, mierda!"
Sólo cuando estaba enterrado dentro de él, comencé a moverme realmente,

rodando mis caderas contra él. Sostuve su cara y lo besé.
-"No voy a durar mucho tiempo."- le dije. -"Se siente muy bien."
Cooper deslizó su mano entre nosotros, tomando su polla en la mano, bombeó

al mismo ritmo de mis embestidas.
-"Tengo que correrme de nuevo."
¡Oh, joder!
Me incliné hacia atrás para dejarle espacio, para que yo pudiera verlo, para
poder ver donde estábamos unidos. Mierda. Era demasiado.
N. R. Walker 118
-"¡Joder, Cooper!, córrete otra vez para mí."
Gimió de nuevo y levantó sus caderas. Así que me incliné sobre él de nuevo,
empujando con más fuerza, y le susurré al oído.
-"Quiero sentir como te corres cuando estoy dentro de ti."
Y eso hizo. Se flexionó contra mí, y convulsionó cuando su semen salpicó en

mi pecho. Pero su culo se apretó alrededor de mí y empujé con fuerza una última
vez antes de correrme.
Estaba demasiado perdido en la sensación, demasiado perdido en el éxtasis,

demasiado perdido en él.
Cuando mis sentidos volvieron, los brazos de Cooper estaban envueltos

alrededor de mí, sus muslos aún a mis costados y estaba besando mi hombro y
cuello.
-"Eso fue increíble."- susurró.
Me reí entre dientes en su cuello, demasiado lánguido para moverme.
-"Tú eres increíble."- le dije.
Podía sentir su sonrisa en mi cuello.
-"Aunque realmente no quiero moverme, necesitamos una ducha."

N. R. Walker 119
Poco a poco salí de él, nos rodé de lado. Pero cuando se estremeció por el
frío, lo metí en la ducha. Serví champú en una mano y enjaboné su pelo para lavar
el lubricante.
-"¿A qué hora es la reunión de mañana?"- Preguntó.
-"Diez a.m."- le contesté. -"Inclina la cabeza hacia atrás."- le dije y lavé el

jabón de su cabello. -"Eso es."
-"¿Se quitó todo?"
-"Sí, tienes el pelo sin lubricación."
Se echó a reír, cuando estábamos fuera de la ducha y nos secamos, subió a la

cama, desnudo. Acarició la cama junto a él y así, tan desnudo como él, me uní y
nos quedamos dormidos envueltos en los brazos del otro.
Me desperté haciendo cucharita contra Cooper. En realidad, me desperté con

Cooper meneando su culo contra mi polla endurecida. Cuando supo que estaba
despierto, me tomó la mano y rodó sobre su estómago, tirándome encima de él,
sobre él.
-"¿Estás dolorido?"- Le pregunté bruscamente en la parte posterior de su

cuello.
Negó con la cabeza.
-"Mm-mm, no."- Luego separó las piernas y levantó su culo. -"Te deseo."
-"Jesús."- dije con un gemido. -"¿Estás seguro?"

N. R. Walker 120
-"Por favor."
Mierda. Me estiré, agarré los suministros de la mesita de noche. Me puse el

condón primero, y luego lo cubrí con lubricante. Se retorció mientras yo me
preparaba y levantó el culo más alto.
-"Tom, por favor, nene, por favor."
Presioné contra él, dentro de él, y me hundí hasta el final en una larga
embestida. Gimió como nunca lo había oído antes. Era vocal, no era un amante
callado, no era un amante tímido. Si lo quería, lo buscaba… o lo tomaba.
Besé la parte posterior de su cuello metiéndome en su culo y deslizó su mano

por debajo de él. Me incliné sobre mis rodillas y tiré de su culo para que pudiera
llenarlo, y para que pudiera darse placer a sí mismo.
No pasó mucho tiempo antes de correrse con un agudo grito, por lo que le
seguí poco después. Nos derrumbamos sobre la cama pegajosos, saciados y riendo.
-"Buenos días."- dijo con una sonrisa.
-"Buenos días."- Besé su hombro.
-"Tal vez no deberíamos dormir desnudos."- dijo.
-"O tal vez si deberíamos."
Apretó su polla y gimió.
-"Jesús, casi podría de nuevo."

N. R. Walker 121
-"Dios, vas a ser mi muerte."- Rodé separándome de él.
Se rió, salió de la cama y me dio una palmada en el culo.
-"Arriba Sr. Elkin. Tenemos mucho que hacer hoy."
La reunión con Tamosaka fue larga. Pero teniendo en cuenta la importante

reunión y el hecho de que acabábamos de pasar veintiún horas volando para
reunirnos con él, era imperativo que fuese productiva.
Me había reunido con él antes. Habíamos trabajado en sus últimos edificios

juntos. Él quería lo mejor para su lugar en la Cuarta Avenida, y consiguió al mejor
cuando preguntó por mí.
Este sería un proyecto diferente, su segunda casa, pero no menos importante

para él. Tenía empresas en Japón, Australia y América y tenía dos días libres en
Sydney, por lo que era donde yo encajé.
Discutimos los planes y diseños conceptuales durante todo el día, entonces

tenía que volver y dibujar el proyecto esa noche y mostrárselos al día siguiente.
Entonces los aprobaría o contrataría a alguien más.
N. R. Walker 122
Pasé el día con él en su oficina de George Street, mientras que Cooper se

sentó en la esquina tomando notas en silencio. Así era como Takosama hacía
negocios. Él se reunía con un solo hombre, el hombre a cargo, y sólo con él.
No era estrictamente cómo yo prefería hacer negocios, pero a Cooper no

parecía importarle. Dijo entender las diferencias culturales y parecía feliz de estar
en el fondo escribiendo locamente mientras hablábamos.
No comió con nosotros y cuando Takosama fue llamado a tomar una llamada
importante, le pregunté a Cooper si estaba bien.
-"Claro."- dijo con una sonrisa, luego volvió a escribir.
Cuando terminó la reunión, Cooper guardó silenciosamente su bloc de notas y

pluma y se puso de pie en silencio esperando. Cuando el señor Takosama se dirigió
a él, Cooper inclinó la cabeza cortésmente y luego hizo algo que nadie esperaba.
Él habló en japonés.
Me quedé anonadado, y Takosama estaba muy contento. Él me dio una

sonrisa sincera, me estrechó la mano de nuevo, y nos fuimos. Mientras subíamos a
un taxi para volver al hotel, todavía no lo podía creer.
-"¿Qué demonios le dijiste?"
-"No mucho."- dijo con una sonrisa. -"Simplemente le dije que era un honor
estar en ese lugar con él."
-"¿Por qué diablos no me dijiste que sabías japonés?"
-"No lo hago realmente."- dijo. -"Estudié etiqueta cultural en la universidad."

N. R. Walker 123
-"Eres una sorpresa a cada paso."
Sonrió ante eso, entonces sacó su bloc de notas.
-"Tengo un montón de notas."
-"Tengo una idea bastante buena de lo que busca."
Cooper asintió.
-"Lo sé. Estuviste increíble allí hoy."
Esa noche, durante las próximas horas, elaboré algunos conceptos para el
trabajo, mientras que Cooper trabajó en las especificaciones.
Tuve que admitir que trabajamos bien como equipo. Pero para el momento
que terminamos el jet-lag nos alcanzó verdaderamente dándonos una patada,
caímos en la cama y nos dormimos.
La reunión con Takosama al día siguiente tomó diez minutos. Miró por
encima de los planos, estudió cada uno cuidadosamente, leyó las hojas de
especificaciones que Cooper había hecho y luego sonrió. Me estrechó la mano y
luego a Cooper. A las 10:15 de la mañana, habíamos ganado el contrato.
Lo que nos dejaba dos días libres completos.
Cooper seguía zumbando sobre el trabajo Takosama y su emoción era

palpable. Hicimos un poco de turismo, a pesar de que estaba más interesado en los
edificios que en cosas como el puente del puerto o la playa de Bondi.
N. R. Walker 124
Se maravilló con la Ópera de Sydney. Se sentó en los escalones y se limitó a

sacudir la cabeza, asombrado. Arrastrándolo desde el moderno icono, lo llevé a la
parte más antigua de Sydney, donde los edificios se construyeron de piedra
arenisca.
Observarlo adentrarse en la historia y los diseños de cada edificio que le

mostré fue invaluable. Comentó sobre las influencias coloniales británicas que nos
llevó a comentar de Inglaterra y me dijo que nunca había estado allí.
-"Oh, Londres es hermoso."- le dije. -"Te llevaré un día y te mostraré algunos

de los lugares más increíbles. Y a París y a Praga. La historia de esas ciudades es
alucinante."
Todo su rostro se iluminó.
-"¿En serio? ¿Me llevarías y me los enseñarías?"
Lo haría. Yo estaba empezando a pensar que le llevaría a cualquier parte, le

enseñaría todo, solo por verlo sonreír así. Asentí con la cabeza.
-"Sí."
Sólo sonrió, y por el resto de la tarde, parecía contento con sólo estar
conmigo, disfrutando de la tranquilidad entre nosotros.
Pero entonces, cuando llegamos al hotel más tarde, yo estaba pensando en la

cama, y él negó con la cabeza.
N. R. Walker 125
-"Suficiente de cosas viejas chapadas a la antigua por un día."- dijo. -"Ahora

es mi turno."
-"¿Tu turno para qué?"
-"Vístete, viejo. Vamos a salir.”- Sonrió.

N. R. Walker 126
CAPITULO DIEZ
-"¿Un club nocturno?"- Repetí. -"¿En serio?"
-"Sí, en serio."- respondió, poniéndose una camiseta ajustada. Yo iba a

discutir el punto, pero luego me dijo: -"No podemos salir juntos allá en casa. No
puedo bailar contigo, no puedo ser visto contigo por el trabajo. Pero aquí si
podemos."
No podía discutir con eso. Conseguimos un taxi y Cooper dio las direcciones,
le pregunté cómo sabía dónde ir.
-"Le pregunté al portero."- dijo, como si debiera haber sido obvio. Luego
agregó: -"El que te mira cada vez que pasas por delante."
-"¿Me mira?"
Cooper se rió de mí.
-"Debes hacerte un examen de la vista."
-"Mis ojos están muy bien."- le dije con indignación.
Me tomó la mano y le dio un apretón.

N. R. Walker 127
-"La mitad de los hombres que caminan a nuestro lado te miran, y no tienes ni
idea."
Nos detuvimos donde Cooper había dado instrucciones, y llegamos a una

acera muy ocupada. Era tarde y hacía frío, pero había gente caminando de un lugar
a otro de arriba y abajo por la calle.
Cooper tiró de mi mano y me llevó directamente a un club, lo primero que

noté fue que eran en su mayoría hombres. Mostramos nuestras identificaciones, el
tipo de seguridad revisó dos veces la mía, pero entramos y nos dirigimos hacia el
bar. Cooper me abrazó estrechándome, y yo me quejé en su oído.
-"El tipo de la puerta tuvo que mirar dos veces mi ID."
Él se acercó más para que pudiera oírle sobre la música.
-"Porque te ves demasiado bien para tu edad."
Rodé mis ojos y miré alrededor del lugar lleno de gente. Fácilmente era el
hombre más viejo allí por cerca de diez años.
-"Probablemente piensan que estás aquí con tu padre."
Cooper agarró mi cara y me besó, allí mismo, en un bar lleno de gente, para
que todos lo vieran.
N. R. Walker 128
-"Ahora ellos no piensan que estoy aquí con mi padre."- dijo. Se inclinó sobre
la barra, pidió dos copas y me miró. -"Deja ya ese asunto de la edad. Estamos aquí
para bailar, ¿de acuerdo?"
Y eso fue lo que hicimos. Bailamos.
Él abrió el camino, por supuesto. No esperaba menos. Pero no perdió tiempo

en poner sus manos sobre mí, tirando de mí estrechamente y haciéndonos
balancear. Besó mi cuello y mis labios, pero era fácil notar que estaba perdido en la
música.
El lugar estaba demasiado lleno de gente y la música estaba muy alta, pero
sus ojos estaban cerrados, sus labios se curvados en una pequeña sonrisa mientras
se movía, y a mí no me importaba nada más. Era hermoso verlo.
Pasé las manos por su espalda, por encima de su culo, y mientras pasaba mis
manos por sus costados, levantó los brazos por encima de su cabeza y se tambaleó.
Nunca abrió los ojos, nunca dejó de sonreír. Pero continúo bailando, se pegó
contra mí y sus brazos bajaron a mí alrededor. No sé cuánto tiempo seguimos
bailando. No me importó un carajo. Si quería bailar… si eso era lo que a sus
veintidós años quería hacer… entonces yo con gusto lo haría con él.
Regresamos al hotel a alguna hora intempestiva, me llevó a la cama y en vez

de penetrarlo, hicimos un 69.
Nos levantamos tarde, pasamos un día de descanso, de compras y disfrutando

de la ciudad. Estaba en lo cierto. Fue agradable simplemente ser capaz de estar con
él. Éramos libres simplemente para pasear, para ser nosotros mismos, sin temor a
ser descubiertos por alguien del trabajo.
Y en Nueva York no podíamos hacer eso.
Aunque reconozco que es una ciudad mucho más grande, pero también con
ojos que miran en todas partes, alguien podría vernos juntos y cuestionar el por qué.
N. R. Walker 129
A media tarde estábamos de vuelta en la cama, los dos saciados y respirando

con dificultad. Él enhebraba con sus dedos el vello en mi pecho.
-"Tal vez deberíamos dormir un poco."- sugerí. -"Tenemos que salir de aquí a
las cuatro de la mañana."
Cooper negó con la cabeza y se puso encima de mí, chupando mi pezón.
-"No, puedes dormir en el avión. No he terminado contigo todavía."
Caminar de regreso a través de la terminal del aeropuerto de Nueva York para

mí fue algo agridulce. Me encantó volver a casa, pero tampoco quería que mi
tiempo en Sydney terminara. Cooper suspiró.
-"Ojalá hubiéramos tenido cuatro días más."
-"Yo pienso igual."- le contesté con sinceridad.
-"¿Qué pasará ahora?"- preguntó en voz baja. Era raro verlo tan inseguro.
N. R. Walker 130
-"¿Qué quieres decir?"
Se encogió de hombros.
-"Bueno, mi pasantía termina en cuatro semanas..."
No estaba seguro a que se refería. Si se trataba de que él ya no fuera un

empleado, o si asumió que lo haría un empleado a tiempo completo, no estaba
seguro.
-"Las cosas serán diferentes, sí."
Asintió lentamente.
-"¿Diferente para bien… o diferente para mal?"
-"Eso depende de un montón de cosas que no están necesariamente dentro de

mi control."- le respondí, sabiendo que entendería que me refería al trabajo. -"Pero
espero que para lo primero."
-"Es bueno saberlo."- sonrió.
-"Cooper, por favor entiende, yo no soy el que decide si los internos se

quedan o se van."- le dije. -"A veces, ninguno de ellos lo hacen. A veces, todo lo
que los internos reciben es la experiencia que pueden llevarse."
-"Lo sé."- dijo. -"No estaba insinuando que... no quise decir que tu..."- Nunca
lo había visto luchando por encontrar palabras antes. -"Lo sé."- dijo de nuevo. Pero
sonrió. -"Sólo significa que tenemos que aprovechar al máximo las próximas cuatro
semanas."
N. R. Walker 131
Nos reunimos con el conductor, tiramos el equipaje en el maletero del coche

y dejamos a Cooper en casa primero. De nuevo fuimos el Sr. Elkin y el Sr. Jones en
el coche y en el trabajo a la mañana siguiente.
Jennifer entró con mi café de la mañana y me preguntó cómo fue el viaje. Le

dije que conseguimos el trabajo Tamosaka, a lo que ella respondió que ya lo sabía.
-"¿Acaso el señor Jones terminó con su lista de cosas para hacer?"- Preguntó.
-"Sí, lo hizo muy bien."- Le sonreí.
Ella sonrió ante mi elección de palabras.
-"Es bueno saberlo. ¿Tuvo oportunidad de pensar en esa perspectiva que

discutimos antes de que se fuera? "
-"Sí."
-"¿Y?"
-"Estoy contento con lo que tengo."- le contesté. -"Simplemente no estoy

seguro de cómo mantenerlo."
-"Estoy segura de que se te ocurrirá alguna manera."
Suspiré.
-"Bueno, eso espero."- Entonces se me ocurrió algo. -"¿Cooper esta aquí

todavía? No le he visto."
N. R. Walker 132
-"Sí."- respondió Jennifer. -"Aunque creo que me está evitando. ¿Supongo

que le dijiste que sé de vosotros dos?"
Le sonreí.
-"Sí, se lo dije. Y sí, ahora siente el doble de miedo."- Me levanté y caminé

con ella fuera de mi oficina. -"El archivo del trabajo Tamosaka. ¿Dónde está?"
-"Con Donella."
-"¿Y Cooper está en su escritorio?"
-"Lo está, sí."
Caminé por el pasillo hasta la zona de cubículos donde los internos y otro
personal de oficina se ubicaban. Lo vi hablando con uno de los otros internos y
antes de llegar a él, uno de los otros dibujantes me detuvo para hablar algo. Fue
entonces cuando me enteré de lo que estaba diciendo Cooper. Estaban discutiendo
sobre Sydney entre ellos.
-"Sí, es muy bonito, pero hacía frío. Me gustaría volver en verano."- dijo.
-"¿Cómo fue la gran reunión?"- Preguntó una chica.
-"Oh, fue tan bueno."- les dijo. -"Sentarme allí con ellos mientras hablaban de
negocios… Fue un poco surrealista."
-"¿Y cómo es el Sr. Elkin?"- Alguien preguntó. -"¿Conviviste mucho con él?"
Mi corazón dejó de latir en mi pecho a la espera de su respuesta. Terminé de

hablar con el dibujante y caminé lentamente hacia Cooper.
N. R. Walker 133
-"Nah, él pasó su tiempo haciendo lo que sea que hace, y yo hice lo mío."-
respondió. Pero entonces me miró caminar hacia él, luego miró de vuelta a su
pequeña audiencia y sonrió cuando dijo: -"Es viejo de todos modos. ¿Cuántos años
tiene? ¿Cómo cincuenta y cinco?"
-"Buenos días."- dije en voz alta, y todos los pasantes allí, además de Cooper,
me miraron y se dispersaron en todas direcciones de repente muy, muy ocupados.
Fue casi cómico. Cooper ciertamente trató de no sonreír. La pequeña mierda.
-"¿Sr. Jones? Un momento por favor."
-"Ciertamente, Sr. Elkin."- dijo, poniéndose de pie, y cómo mantuvo la cara

seria, nunca lo sabré.
Le dije con mis ojos que estaba en problemas, a lo que respondió con sus ojos
que disfrutaría cada momento de ello.
-"El archivo de Tamosaka lo tiene Donella, ella es una de mis jefes de dibujo.
Pensé que le gustaría seguir el trabajo a través de sus etapas, teniendo en cuenta que
estuvo allí al comienzo."
-"Me encantaría."- Sus ojos se iluminaron.
Luego, con una voz severa para el beneficio del público interno, añadí:
-"Aunque es probable que pueda pensar en cincuenta y cinco razones para

que usted trabaje en los ficheros de archivo por el resto de su estancia aquí."
N. R. Walker 134
Cooper se mordió el interior de su labio para no sonreír, pero la pobre chica a

su lado que estaba mirando la pantalla de su ordenador tratando de no escucharnos
hizo un sonido extraño como de lloriqueo. Cooper sonrió.
-"Eso no será necesario, señor"
-"Voy a dejar a Donella saber que lo espere."- le dije. -"Pero puede reportarse
en mi oficina antes de salir hoy."
Efectivamente, a las seis menos cuarto, la línea de Jennifer zumbó.
-"El Sr. Jones quiere verle."
-"Gracias."
Entró y se sentó en la silla frente a mí, pero no dijo nada. Levanté las cejas
hacia él.
-"¿Cincuenta y cinco?"
Luego se echó a reír.
-"Oh, Dios mío."- dijo mientras se reía mas. -"Esa fue la cosa más divertida
que he visto."
-"La pobre chica a tu lado estaba casi fuera de sí."
Se rió de nuevo.
N. R. Walker 135
-"Ella pensó que me ibas a echar."
-"Debería."- le dije. -"Debería haber pateado tu culo."
Tal vez me habría tomado en serio si yo no hubiese estado sonriendo cuando

lo dije. Negué con la cabeza y, finalmente, me reí.
-"Eres un pedazo de mierdecilla."
Él soltó una carcajada ante eso, pero entonces Jennifer entró y Cooper se
sentó en su asiento y enderezó su traje mientras trataba de dejar de sonreír, lo que
por supuesto me hizo reír.
-"No es tan gracioso ahora, ¿verdad?"
Él negó con la cabeza hacia mí, y luego miró a Jennifer. Ella me miró,
obviamente, no estaba acostumbrada a verme reír.
-"Me voy a casa pronto, Sr. Elkin. ¿Estará trabajando hasta tarde o desde su
casa esta noche?"
-"Sí."- le dije. -"En casa esta noche. Me iré pronto, pero tengo algo de trabajo
para ponerme al día."
-"Se perdió el almuerzo de hoy, así que puedo pedir algo para que coma antes
de irse, si lo desea."- dijo ella.
N. R. Walker 136
Tener comida sonaba bien.
-"En realidad, eso sería genial."- le dije. -"Pescado tailandés, entregado a mi

casa alrededor de las ocho sería bueno, gracias."
Jennifer me dio una sonrisa y luego miró a Cooper.
-"¿Sr. Jones?"
Los ojos de Cooper se clavaron en los míos, y luego en Jennifer.
-"¿Perdón?"
Le sonreí a Jennifer.
-"Lo mismo que yo, y le gustan los rollitos de vegetales tailandeses."
-"Muy bien."- dijo y salió por la puerta.
Cooper me miró fijamente, con los ojos desorbitados y la boca abierta.
-"¿Qué ha pasado?"
-"Jennifer sólo te incluyó en mi orden de cena."
Sus ojos se iluminaron.

N. R. Walker 137
-"Oh, eso suena divertido."
-"No quise decir que yo te incluya en mi cena."
-"Pero podrías."
Suspiré y cerré mi portátil.
-"¿Nos vemos en mi casa en media hora?"
-"Claro."- respondió. Luego, cuando se dirigía a la puerta, dijo: -"Dile a

Lionel que lo veré entonces."
Por las próximas tres semanas, trabajamos juntos, profesional y

discretamente, y pasamos tiempo juntos en la privacidad de nuestros apartamentos.
No tuve ningún reparo en ir a su casa porque, para decirlo claramente, nadie

me conocía profesionalmente cerca de esos apartamentos no-lujosos donde Cooper
vivía en el este de la calle 60 Y si alguien vio a Cooper entrar en mi edificio,
presumiblemente pensaría que estaba llevando recados para mí. Mis pasantes
trabajaban cuando lo hacía yo, y yo trabajaba todo el tiempo.
N. R. Walker 138
Pasamos una increíble noche de viernes terminando algunos preliminares en

mi mesa de comedor, y luego terminamos encima el uno del otro en el sofá, antes
de pasar a la habitación donde pasamos la noche tratando de romper nuestro récord
en el número de veces que podíamos tener sexo en una noche.
Tenía la libido de un chico de veintidós años de edad, y le dije que me iba a

morir tratando de mantenerme al día con él. Él se rió y justo antes de tomar mi polla
en su boca me dijo:
-"Por lo menos te vas a morir feliz."
Puta madre.
Sabía que la cuenta atrás para el final de su pasantía se acercaba, pero nunca
lo mencionó de nuevo. Tampoco yo.
Solo pasábamos el tiempo hablando y riendo. Y follando. Él era insaciable.
En el momento en que salimos de la cama el sábado, era casi la hora del

almuerzo. Me desperté para escucharlo en la ducha, lo que era un poco extraño,
pero salió vistiendo sólo una toalla y una sonrisa. Se sentó a horcajadas sobre mí,
empujando su semi-dura polla cerca de mi boca y me dijo que se había duchado
para que yo pudiera hacerle un "beso negro"5.
Sin ninguna duda al respecto. Si quería algo, lo pedía. O, en más casos, no

solo me lo decía.
No me importó. Diablos, no me importaba en absoluto.
Así que lo tiré de encima, le sujeté de bruces en la cama y le di justo lo que

pidió. Lo dejé hecho un tembloroso bulto saciado en la cama y comencé mi ducha.
5
En el original, "rim". Consiste en lamer el ano de alguien con la lengua. Llamado "beso negro"
porque se hace alrededor del borde del ano.
N. R. Walker 139
Él se unió a mí un poco más tarde, pero le dije que no más sexo por lo menos hasta
después de comer.
Lo dejé en el baño, me puse un pantalón tipo cargo y fui en busca de

alimentos. Tenía la mitad del contenido de la nevera en la encimera, un par de
platos, la cafetera encendida, mi estómago estaba gruñendo, y la vida era
jodidamente buena.
Entonces se oyó un golpe en la puerta.
Sólo a unas pocas personas selectas no anunciaría Lionel, y no tuve que

preguntarme por mucho tiempo quien era cuando la voz de Ryan llamó.
-"¿Papá?"
Mierda. Mierda, mierda, mierda.
-"Um."- respondí. -"Ya voy."- le dije.
Cuando abrí la puerta, Ryan miro mis muy raramente usados pantalones
cargos, mi torso sin camisa y el pelo todavía húmedo.
-"¿Te saqué de la ducha?"
-"Uh, sí..."- Dudé, caminando de vuelta a la cocina. -"Estaba haciendo algo de

comer."
-"No te preocupes."- dijo alegremente. -"Simplemente no te he visto mucho

últimamente, pensé que sería bueno venir a visitarte."- Entonces se oyó el ruido de
una puerta al cerrarse, Ryan volvió la cabeza hacia el pasillo, y luego me miró. -
"¿Hay alguien más aquí?"- Preguntó. Luego sonrió. -"¿Tienes una cita?"
N. R. Walker 140
-"Um, algo así..."
Mierda.
Entonces Cooper salió, vestido sólo con su ropa interior, sosteniendo el

cepillo de dientes nuevo que había comprado para él.
-"Tom, tomaste mi..."
Y sus palabras se apagaron, igual que su sonrisa.
Había excusas que podría dar como razón de por qué Cooper estaba saliendo
de mi habitación hacia mi vestíbulo con su mochila o maletín, pero no había
ninguna razón que pudiese dar para explicar por qué había salido de mi habitación
en ropa interior. Excepto la verdad.
Los tres nos miramos con la boca abierta y en silencio, y luego los dos me
miraron.
-"Ryan."- comencé, pero él levantó la mano.
Dio un paso atrás alejándose, luego dio media vuelta y corrió hacia la puerta.
N. R. Walker 141
CAPITULO ONCE
Cooper fue rápido. Creo que jamás lo había visto correr antes. Ciertamente no
en ropa interior sosteniendo un cepillo de dientes, pero llegó antes que Ryan a la
puerta.
-"¿Qué mierda, tío?"- Exclamó Ryan.
-"No te vas a ir hasta que nos escuches."- le dijo Cooper.
Ryan lo miró fijamente, pero me señaló.
-"¡Ese es mi padre, tío!"
-"Lo sé."- dijo Cooper con calma, aún sosteniendo el cepillo de dientes como
si ejerciera algún poder mágico. -"Por favor. Sólo siéntate y escucha."
Ryan negó con la cabeza, pero se volvió y me miró, donde yo estaba a medio
vestir y perdido cerca del mostrador de la cocina. La lucha en él se había ido, o la
pelea, según sea el caso, y Cooper lo acompañó hasta el sofá y se sentó.
Ryan estaba ahora pálido y pareciendo un poco enfermo. Me senté al lado de

mi hijo y suspiré.
-"Es una larga historia."- le dije, más bien sonando patético.

N. R. Walker 142
-"¡Oh, Jesús!"- respiraba erráticamente. -"¡Ni siquiera vas a negarlo!"
Entonces comenzó a respirar de manera irregular, como si fuera a

hiperventilar o vomitar. Cooper fue a la cocina y regresó con una bolsa de papel.
Yo ni siquiera sabía que tenía bolsas de papel.
-"Aquí, respira en eso."- instruyó. -"Pon la cabeza entre las rodillas."
-"No estoy en un maldito avión."- dijo, pero le arrebató la bolsa y empezó a

respirar en ella.
Cooper se arrodilló delante de él, todavía con sólo sus calzoncillos y todavía
con el cepillo de dientes.
-"Ry, Tom y yo hemos estado viéndonos durante unas seis semanas."
Ryan bajó la bolsa de papel.
-"El tipo que has estado viendo, el que has mantenido todo en secreto, ¿era mi
padre?"
-"Sí."- asintió Cooper.
-"¡Oh, mierda infernal!"- Ryan chirriaba. -"¿El que dijiste que chupaba tu
polla como una aspiradora Dyson?"
Cooper se encogió de hombros y me miró.

N. R. Walker 143
-“Estaba borracho..."
Me caí hacia atrás en el sofá y gemí, Ryan puso la bolsa de papel en su boca y
empezó a respirar en ella de nuevo.
-"Mira."- dijo Cooper. -"Ryan, es complicado."
Ryan asintió con la cabeza y habló en la bolsa.
-"Ni que lo digas."- Entonces miró lo que estaba sosteniendo Cooper. -

"¿Tienes un cepillo de dientes aquí?"
-"Tom acaba de comprarlo para mí."- respondió con una sonrisa.
Ryan resopló en la bolsa de papel.
-“¿Le llamas Tom?"- Entonces Ryan me miró. -"¿Él te llama Tom?"
-"Ryan, nunca tuve la intención de ocultarte nada. Nunca tuve la intención de

tener secretos, o hacerlo detrás de tu espalda, pero este asunto entre Cooper y yo
es... bueno, es complicado."
Bajó la bolsa.
N. R. Walker 144
-"Así que sigues diciéndolo."
-"Nadie puede saberlo."- dijo Cooper. -"Trabajamos juntos, soy interno en la

empresa de tu padre, y tienen estas políticas..."
Ryan se volvió lentamente para mirarme.
-"¿Arriesgas tu puta preciosa carrera por él?"
-"Ryan."- le advertí, pero fue Cooper quien habló.
-"Es la mía, Ryan. Es mi carrera la que está protegiendo."- dijo en voz baja. -
"Si se entera alguien, Tom no recibiría más que un tirón de orejas, ¿pero yo?
Tendría suerte de conseguir un trabajo limpiando casas."
Ryan negó con la cabeza.
-"Entonces ¿por qué demonios lo haces?"
-"¿Por qué piensas?"- Preguntó Cooper. -"Jesús, Ryan."
-"¿Le quieres?"- Preguntó Ryan, mirando a Cooper. -"¿Hablas en serio acerca

de él?"
Cooper me miró y luego miró al suelo. Asintió con la cabeza y le susurró:
-"Sí."
Sonreí, a pesar de toda la escena que se desarrollaba. Ryan se volvió hacia mí,
me vio sonreír a Cooper, y rodó los ojos.
N. R. Walker 145
-"¿Y tú le quieres? ¿Quieres estar con él? "
Miré a Cooper cuando le contesté.
-"Sí."
-"¡Qué mierda de Disney!"- exclamó Ryan, poniendo la bolsa de papel contra

su boca.
Sopló un par de veces, y luego la bajó y me miró.
-"¡Tenemos la misma edad!"
-"Lo sé."- respondí en voz baja.
Ryan estaba enojado, y supuse que… bien… tenía derecho a estarlo. Luego
miró a Cooper.
-"¿Mi padre?"- Preguntó. -"¡Amigo! Si los hombres mayores son lo tuyo,

¡entonces encuentra a alguien que no sea mi padre!"
Cooper le dio una sonrisa triste. Se rascó la cabeza y suspiró.
-"Ry, ¿te acuerdas de cuando estábamos en el duodécimo grado, y te

encaprichaste con esa chica, Rebecca? ¿Y ella era una perra, y todos la odiaban,
pero tú la querías?"- Preguntó Cooper y Ryan lo miró, confundido.
N. R. Walker 146
Fue extraño para mí escuchar a Cooper hablando como un chico de veintidós

años de edad, que era, y me pregunté de qué estaba hablando, pero luego lo explicó.
-"Bueno, esto es un poco como eso."- dijo, asintiendo para sí mismo. -"Te
molestamos mucho con eso, pero cuando me dijiste que ibas en serio, lo dejé.
Independientemente de lo que yo pensaba, hice todo lo posible para ayudarte a que
saliera contigo, y me dijiste que significaba mucho para ti, ¿recuerdas?"
Ryan asintió con la cabeza. Luego se fue de nuevo a lo que Cooper sabía.
-"Así que Ryan, tienes que dejarlo estar."- dijo Cooper simple y serio. -
"Tienes que crecer y darte cuenta de que esto no se trata de ti. Siento decirlo así,
pero eso es lo que es. Lo que hacemos, o lo que sucede entre tu padre y yo, en
última instancia, no es asunto tuyo."
Ryan lo miró fijamente.
-"Si me vas a dar un sermón, ¿puedes al menos ponerte alguna maldita

ropa?"- Entonces Ryan me miró. -"Joder, odio cuando él se pone todo sabihondo y
tiene razón. Como cuando estábamos en la escuela secundaria. Todavía sigue
jodiendo de la misma manera. Tendría que haber sido un policía, un profesor, o un
abogado."
-"Es bastante sencillo para él, sí."- Sonreí.
Cooper sonrió, y el aire entre los tres pareció relajarse. Se puso de pie y gimió
en voz alta.
N. R. Walker 147
-"Uno pensaría que estaría acostumbrado a estar de rodillas ahora."
Ryan, llevó la bolsa de nuevo a su rostro y sopló en ella con un gemido.
-"Coop, no digas eso."
Cooper se dirigió hacia la sala.
-"Soy gay. Siempre habrá bromas de penes."
Ryan me miró como si fuera mi culpa. Sostuve mis manos en alto.
-"Ninguna broma de penes de mi parte"
-“Debería pensar que no."- dijo Ryan.
Entonces mi hijo se recostó en el sofá, dejó su mano sosteniendo la caída

bolsa de papel en el muslo y suspiró. Tomó unas cuantas respiraciones profundas.
-"¿Mamá lo sabe?"
-"No, por supuesto que no."- le dije. -"Nadie lo sabe. Bueno, Jennifer lo sabe,
y ahora tu."
"Y, ¿realmente le quieres?"

N. R. Walker 148
-"Nunca lo esperé, y no lo busqué. Empezamos a trabajar juntos y esto sólo

evolucionó."
Miré a mi alrededor para asegurarme de que Cooper estaba todavía fuera de la

habitación.
-"Ni siquiera estamos seguros de si va a llevarnos a alguna parte, realmente

no sabemos si podemos ir más lejos. Simplemente es lo que es, en este momento.
No se suponía que se volvería serio, con el trabajo y todo..."
-"No estabas bromeando cuando dijiste que era complicado."
Solté un bufido.
-"No. Y Cooper tiene razón. Necesitamos que esto quede entre nosotros."
Ryan asintió con la cabeza.
-"¿A quién diablos iba yo a decírselo?"- Preguntó retóricamente. -"De todos

modos nadie me creería."
-"¿Qué tal que si termino de hacer el café?"
Ryan asintió.
N. R. Walker 149
-"Buena idea."- Luego agregó: -"¿Qué tal si te pones una camisa mientras
estás en ello?"
-"Hecho."- le dije, y mientras caminaba saliendo de sala, me encontré con

Cooper. Susurré, -"Sé amable."
Llegué a la puerta de mi habitación cuando oí a Cooper decir,
-"Hey, idiota, ayúdame a preparar el almuerzo."
Respiré hondo y me puse una bata para moverme mientras buscaba una
camisa.
Ryan se fue esa misma tarde, y pensé que quedó tranquilo. Almorzamos y
Cooper y él estaban actuando como en los viejos tiempos antes de irse, así que
supuse que estaba todo bien.
Dijo que estaba de acuerdo con esto. Dijo que no le diría nada a nadie, pero
dijo que iba a necesitar algo de tiempo y nos pidió abstenernos de muestras de
afecto delante de él para que no se cagara de miedo.
Sus palabras, no las mías.

N. R. Walker 150
Pero yo estuve de acuerdo de todo corazón. En realidad mi relación con Ryan

por fin estaba en buenos términos después de la ruptura con su madre, por lo que a
fin de cuentas, tomó la noticia muy bien.
Pero las cosas entre Cooper y yo fueron diferentes después de eso. Alguien
más que nosotros, fuera de Jennifer, sabía de lo nuestro. Volviéndolo más... real.
Admitimos, aunque no entre nosotros sino ante Ryan, que nos queríamos y
que era en serio. Y eso lo hizo más real.
Y, por supuesto, era la última semana de prácticas de Cooper, lo que también

lo hizo más real. Estábamos en una cuenta regresiva, algo así. De un modo u otro,
algo iba a cambiar y los sentimientos que habíamos admitido complicaron aún más
lo complicado.
No se suponía que fuese complicado. No se suponía que fuese nada.
Ciertamente no se suponía que debía estar involucrado con un hombre con el

que trabajo, un hombre de la mitad de mi edad. No se suponía que tendría
sentimientos por él, o disfrutar de todos los momentos que pasé con él.
Y a medida que los días se acercaban, llegando a la última semana, esto era el
gran elefante en la habitación del que nunca hablamos.
Cooper parecía fingir que no era un problema, así que yo también lo hice, a
pesar de lo mucho que me preocupaba. La conclusión era que si le decía a la Junta
que quería que se quedara en Brackett y Golding, entonces no podríamos estar
juntos. Si les decía que no quería que trabajara en la empresa entonces él nunca me
perdonaría.
Claro, no sería mi decisión absoluta, pero mi opinión movía las aguas en la

empresa. Si les decía que era tan bueno como yo pensaba que era, querrían
mantenerlo seguro.
No era justo para él, porque era bueno, y se merecía a trabajar en la mejor
empresa de arquitectura en Nueva York.
N. R. Walker 151
Como si una bombilla de luz apareciera por encima de mi cabeza, cogí mi

teléfono.
-"Jennifer, ¿puedes darme el número de Louisa Arlington?"
La reunión del viernes por la tarde para decidir el destino de los internos fue
horrible. Me senté allí mientras mi cabeza giraba, mirando por la ventana, incapaz
de soportar mirar a Cooper. Cuando su nombre no fue llamado como uno de los
internos a los que se les ofreció empleo, se levantó en seguida, luego
profesionalmente agradeció a los demás socios por su tiempo y experiencia y salió.
No le miré marcharse. No pude. Sentí náuseas, y después de eso me senté en

mi oficina preguntándome qué coño acababa de hacer, le dije a Jennifer que no me
sentía bien y me fui.
Ella estaba preocupada por mí, probablemente igual de confundida por mis
acciones que Cooper. Sabía que yo le quería. Ella vió lo feliz que me hizo, y
acababa de verme tirar todo eso a la basura.
No podía soportar verla tampoco.

N. R. Walker 152
Me fui a casa y me tiré en el sofá y hundí mi cara en mis manos. No mucho

tiempo después, sonó el intercomunicador y la voz de Lionel dijo:
-"Traté de detenerlo, pero el señor Jones se encuentra camino hacia arriba.

¿Debo llamar a la policía? "
Me levanté y apreté el botón.
-"No, está bien."
-"Está muy molesto, señor."
Asentí con la cabeza, aunque Lionel no podía verme.
-"Lo sé."
Luego estaba golpeando la puerta.
-"Tom, abre la puerta. Sé que estás ahí."
Caminé lentamente hacia la puerta, la abrí y Cooper entró y comenzó a gritar.
-"¿Así va a ser? ¿Qué era yo?, ¿sólo un tipo para follar en el verano? ¿Fue
todo?"
-"Absolutamente no."- le dije rápidamente.
-"¿Algo de lo que le dijiste a Ryan el otro día fue cierto?"- Preguntó.

N. R. Walker 153
Era evidente que estaba molesto, y muy enojado.
-"Le dijiste que me querías. ¿Fue una maldita mentira también?"
-"No."- le dije.
-"¿Entonces por qué no les dices que me contraten?"
-"Te dije que no era mi decisión final, Cooper."
-"Eso es mentira y lo sabes. Sea lo que sea… lo que el todopoderoso Thomas

Elkin quiere, lo consigue."
-"Eso no es cierto."
-"Mientes. Mierda."- dijo con los dientes apretados.
-"¿Así que fue la única razón por la que estabas tan interesado en mí fue
porque pensaste que podría conseguirte un trabajo?"
-"¿Qué?"- Exclamó. -"¡No, maldita sea, Tom, no! Cada maldita cosa que te
he dicho es verdad. No esperaba que me consiguieras un trabajo gracias a nuestra
relación. Si algún interno recibía una oferta de un trabajo, habría esperado una
oportunidad porque soy bueno en lo que hago. Contrataron a Anna, y soy mucho
mejor que ella."
-"¡Lo eres!"- Le dije. -"¡Eres el mejor!"
-"Entonces ponme en el piso6."- dijo. -"Voy a trabajar para llegar arriba. Voy
a ser el maldito ayudante de alguien, no me importa."
6
En el original, "Ground floor". Se refiere a un piso en un edificio donde se coloca a aspirantes a un
mejor puesto, en espera mientras realizan los trabajos menos importantes.
N. R. Walker 154
-"Eres demasiado bueno para ser un asistente. Tienes demasiado talento para
estar a la sombra de nadie, sobre todo a la mía. Necesitas demostrar que puedes
hacerlo por tu cuenta y no por con quién estas."
-"¿No me vas a contratar porque soy demasiado talentoso?"- Él levantó las

manos. -"¡Jesucristo! ¿Qué clase de jodida lógica es esa?"
-"¡La lógica que nos mantiene juntos!"- Le grité. -"Si te quedas en Brackett y
Golding no podemos estar juntos. No de forma permanente, nunca. Pudimos
esconderlo durante dos o tres meses, cuando trabajabas conmigo como interno, pero
de manera permanente... simplemente no funcionaría."- Entonces me quedé
mirándole. -"No quiero ocultarnos más. Quiero más que eso."
Él negó con la cabeza, sin creer una palabra de lo que estaba diciendo. Así
que le dije,
-"Te conseguí una entrevista en la compañía Arlington. Ellos tienen la misma

reputación que nosotros. He llamado específicamente para pedir este favor a Louisa
Arlington, eres el mejor que he visto. Le dije que tienes diez veces el talento que yo
tenía a tu edad y le envié algo de tu trabajo. Ella quiere conocerte. Martes por la
mañana, a las diez. He trabajado con ella. Te dará más de lo que yo pude haberte
dado."
-"¿Qué?"
-"Debes trabajar para el mejor."
-"¡Quiero trabajar para ti!"
-"¡Llegarás más lejos con otra persona!"

N. R. Walker 155
Cooper negó con la cabeza.
-"¿Por qué? Corta el numerito y dime la verdadera razón, ¿por qué?"
-"Porque quiero que te mudes conmigo."- le dije. -"Quiero que vivas

conmigo, estés conmigo. Quiero estar contigo y no puedo hacerlo si trabajamos
juntos."
Se me quedó mirando con la boca abierta.
-"Si trabajas en Brackett y Golding no se te tomará en serio. Tu trabajo será

desacreditado por mi culpa, porque si estamos juntos asumirán que sólo conseguiste
el trabajo, el ascenso, o lo que sea, por mi. ¿No te das cuenta?"
Él negó con la cabeza.
-"¿Y quién coño te dijo que podías decidir?"- Me gritó. -"¿Qué te hace pensar
que no escogería el trabajo en lugar de a ti?"
Me quedé mirándolo.
-"¿Qué?"
"Estás tan seguro de que vamos a estar juntos, tan jodidamente seguro de que
estaremos juntos que decides que no puedo trabajar allí."- espetó. -"¿Qué pasa si yo
quería el trabajo y no a ti? Si no estamos juntos, entonces puedo trabajar allí, ¿no?"
N. R. Walker 156
Yo no podía hablar. Mi corazón latía rápidamente. Rompiéndose. Asentí, y

mi sonó voz ronca.
-"Supongo."
Se acercó a mí. Su mandíbula estaba apretada y apuntó su dedo en mi pecho.
-"Tú no puedes tomar esa decisión por mí."
Retrocedió, luego caminó alrededor de mi apartamento, recogiendo sus cosas

y poniéndolas en su mochila.
-"Y no vas a pedirme que viva contigo así. No se le pide a alguien que se
mude contigo en medio de una discusión, Tom."
Empujó una camisa en su bolsa. Lo miré empacar sus cosas.
-"¿Qué estás haciendo?"
-"Me voy a mi casa."- dijo. -"Necesito algo de tiempo sin que me digas qué
hacer, sin que me digas cómo vivir mi jodida vida."
-"No fue mi intención."- dije débilmente. -"Eso no es lo que quise decir. Tuve
un par de minutos para tomar una decisión. No tuve tiempo para encontrarte, para
hablar contigo, así que llamé a Louisa. Pensé que estaba haciendo lo correcto, para
ti, para nosotros..."
N. R. Walker 157
-"Sin preguntarme."- dijo simplemente. -"Sin ningún tipo de consideración

por lo que yo quiero."
-"Cooper, por favor."
Pero sin decir una palabra, cogió su mochila, se volvió y salió por la puerta.
Después de gritar, después de todas las cosas que me había dicho, el silencio que
dejó detrás fue lo más difícil con lo que tuve que tratar.
N. R. Walker 158
CAPITULO DOCE
Los siguientes cuatro días fueron un infierno.
No dormía. No podía comer. Incluso el sábado y el domingo, trabajé en casa,

pero todo me recordaba a él. Aún tenía ropa y un par de zapatos en mi casa, y yo
esperaba que me llamara preguntando si podía venir a buscarlos. Nunca lo hizo.
Le dejé un mensaje el segundo día, diciendo que lo sentía por ser un imbécil
dominante. No me devolvió la llamada. Fui a su apartamento. Él no estaba en casa.
O fingió no estar.
Me sentía jodido y patético.
Ryan llegó por la noche del domingo. Entró, me dio un vistazo y negó con la
cabeza.
-"Jesús. Y pensé Cooper parecía una mierda."
Me senté más erguido.
-"¿Lo has visto? ¿Está bien?"
-"Está bien."- respondió Ryan, y sus palabras me dolieron.
-"Oh."- dije en voz baja.

N. R. Walker 159
Entonces me di cuenta de que eso era bueno para Cooper.
-"Bien, que bueno, supongo. Me alegro de que esté bien."- Casi no sonaba
convincente. -"¿Dijo algo sobre mí?"- Le pregunté, y me arrepentí casi de
inmediato.
-"Ni siquiera lo pienses"- dijo Ryan rotundamente.
Se apoyó en el mostrador de la cocina y se cruzó de brazos.
-"No pienses en ponerme en medio de esto, porque ni siquiera voy a ir allí.

No me obligues a tomar partido. Los dos os metisteis en este lío."
Suspiré y froté mi mano sobre mi cara.
-"Me parece bien."- Entonces admití, -"Fue mi lio. La cagué."
Ryan ni siquiera pestañeó al oírme maldecir.
-"Lo sé. Él me lo dijo."
-"¿Todavía está enojado conmigo?"
Ryan resopló.
-"Tú lo has conocido, ¿verdad? Es un terco, santurrón. Por supuesto que

todavía está enojado."
N. R. Walker 160
-"No debería haber hecho lo que hice."
-"Sí, debías."- dijo Ryan. Su tono era más suave. -"Pero tal vez debiste
decírselo primero."
-"Lo sé."- le dije, suspirando de nuevo. -"Él pidió un poco de tiempo."
-"Entonces dáselo."
Asentí, pero no dije nada.
-"Jesús, la verdad es que estás mal, ¿verdad?"
Miré a mi hijo.
-"No me esperaba esto."- le dije como una pobre respuesta. -"No me lo

esperaba a... él."
Ryan exhaló con fuerza, se acercó a mí en el sofá y se echó.
-"Que tal, ¿pizza para la cena?"
Sonreí a la bienvenida distracción.

N. R. Walker 161
-"Suena bien."
Ryan no mencionó a Cooper de nuevo, pero vimos un poco la televisión y

hablamos, fue agradable. Fue amable de su parte, sabiendo que no tenía a nadie más
con quien pudiera hablar de esto, porque nadie más sabía que Cooper y yo
estábamos juntos.
No es que estuviéramos realmente juntos, tampoco. Nunca habíamos hablado

de nada, nunca nos habíamos puesto una etiqueta a lo que teníamos. Solo éramos...
nosotros. La realidad de que nunca fuimos oficialmente nada, me hizo darme cuenta
de lo estúpido que había sido.
Nunca le había dicho abiertamente lo que sentía.
El lunes, después de que dejé otra patética disculpa, apenas susurrada, en su

correo de voz me pasé todo el día mirando la ciudad, a la espera de que la llamara.
Nunca lo hizo.
Para el martes, yo mismo me convencí de que todo lo que habíamos tenido

estaba acabado, que era un imbécil y me merecía su silencio. Sabía que lo que había
hecho estaba mal, la forma en que había terminamos estaba mal, y tenía que
recomponerme.
Llegué al trabajo determinado a ser productivo, e iba bien.
Enterrarme en el trabajo para evadir mi vida había funcionado durante veinte

años, así que realmente no debería ser difícil. Abrí archivos, abrí mi portátil, y por
unas horas, me las arreglé para no mirar fijamente al espacio.
Justo antes del almuerzo, Jennifer llamó a mi puerta, la abrió y sin que se lo
dijera se apartó. Cooper entró, vestido con su traje de negocios, se veía muy serio.
Su barbilla levantada, y con determinación en los ojos.
N. R. Walker 162
Tuve que dejar mi pluma y cerrar la boca. Le había echado mucho de menos.
Sólo con verlo mi corazón se apretó.
Me llené a partes iguales con la esperanza de que él estaba aquí para decir que
me perdonaba, y con el temor de que él diría que ya no habría nada más.
Yo estaba esperando oír un adiós.
Y cuando Jennifer cerró la puerta y Cooper se sentó frente a mí, después de

querer verlo y hablar con él durante cuatro putos días, no estaba seguro de que
quisiera que dijera nada. Oírle decir que se acabó, lo haría algo definitivo.
-"Lo siento mucho."- le dije rápidamente.
Él levantó la mano, evidentemente aún enojado conmigo.
-"¿Me dejas hablar?"
-"Por supuesto."- Asentí con la cabeza.
-"Acabo de salir de mi reunión con Louisa Arlington."
-"¿Ah, sí?"
-"Supongo que debería darte las gracias."
-"De nada."- le dije, aunque no estaba seguro de si estaba feliz por eso. "Y lo
siento mucho."
Ignoró mis disculpas.
-"Ella habló muy bien de ti."

N. R. Walker 163
-"Louisa es encantadora, y muy buena en su trabajo."- dije en voz baja. -"Es

una de los mejores que hay."
-"Dijo lo mismo de ti."- Luego sonrió. -"En realidad, dijo que eres el segundo
mejor que había. Ella es la primera."
-"Suena como ella."- dije en voz baja. Todavía estaba enojado, y yo no lo

culpaba. -"Cooper, lo siento mucho. La cagué, y lo siento."
-"Lo hiciste."- dijo rotundamente. Pero luego suspiró. -"También tenías

razón."
-"¿Eh?"
-"Tenías razón."- dijo con el inicio de una sonrisa. -"No podía trabajar
contigo, o para ti, habría obstaculizado mi carrera. Tenías razón sobre eso. Ahora lo
veo."
Yo no estaba seguro de si estaba de acuerdo conmigo, o insultándome, pero

de cualquier manera, asentí.
-"Todavía lo siento."
No tenía idea de cuánto. No sabía qué más decirle, y parecía que había
terminado de hablar. Mi voz salió tranquila.
-"¿Cómo te fue con Louisa?"
-"Empiezo el lunes."
Mis ojos se abrieron.

N. R. Walker 164
-"Eso es realmente bueno, Cooper. Ella realmente es una de los mejores."
-"Hmm."- tarareó. Luego miró alrededor de mi oficina. -"Ella también dijo

algo interesante."
-"¿Qué fue?"
-"También dijo que le dijiste por qué querías que yo trabajara con ella."- dijo.
-"Dijo que estaba confundida al principio. Porque si yo era tan bueno como dijiste
que era, no entendía por qué no querías que trabajara aquí con ustedes."
-"Yo le dije la verdad."
-"¿Lo hiciste?"
Lo miré, casi seguro de que sabía de lo que estaba hablando. Asentí otra vez.
-"Le dije que estarías mejor, profesionalmente, con ella."
-"Bueno, estuvo de acuerdo contigo en eso."- dijo, mirándome a los ojos. -

"Entonces me dijo lo que realmente le dijiste. Dijo que sabía que tenía que ser algo
especial para que la llamaras para pedirle un favor, por lo que te preguntó qué era
tan notable acerca de mí."
Asentí con la cabeza. Sí, lo sabía. Cooper negó con la cabeza.
-"Dijo que le dijiste que yo era especial, que no podía trabajar aquí contigo
sin importar lo mucho que me querías aquí, porque sientes algo por mí y prefieres
N. R. Walker 165
que viva contigo a que trabaje contigo."- Entonces habló despacio, pronunciando
cada sílaba. -"Porque tienes sentimientos por mí."
Lo miré, y sabía que él vio que era la verdad, vio el miedo en mis ojos. No le
respondí. No tuve que hacerlo. Él negó con la cabeza.
-"Eres un bastardo desconsiderado."- dijo, y mis ojos se dispararon a los

suyos. -"¿Sabes lo que se siente al escuchar eso de alguien más?"
-"No debí decírselo. Lo siento."
-"Es la maldita verdad no debiste."- dijo. -"¡Debiste decírmelo a mí! Jesús,

Tom, ¿es cierto?"
-"¡Por supuesto que es verdad! Ya has oído lo que dije a Ryan... "
-"¿Por qué no me lo dijiste?"- Exclamó. -"Sólo, he pasado los últimos cuatro

días pensando que no signifiqué nada para ti. Que lo que le dijiste a Ryan era una
puta mentira. Que todo lo que me dijiste era una puta mentira."- dijo. -"Y luego,
¿tengo que escuchar “eso” de un completo extraño?"- Se inclinó hacia delante en
su silla. -"Ni siquiera pudiste mirarme cuando salí de aquí el otro día, sólo te
quedaste allí sentado como si no fuera nada para ti."
-"No te lo dije porque... bueno, porque yo no sabía lo que significaría para

ti..."
-"Habría significado todo para mí."
Habría. Tiempo pasado.

N. R. Walker 166
Me pasé las manos por el pelo. Me puse de pie y caminé a estar delante de la
pared de vidrio. Me volví hacia él, para que pudiera ver la verdad en mi cara.
-"Lo siento. Yo tenía miedo, porque tengo cuarenta y cuatro y tú tienes

veintidós años, lo tienes todo por venir y no quiero que te sientas atrapado."- Me
detuve, y mi voz estaba más tranquila. -"Yo sé lo que es ser joven y vivir en una
relación de la que sientes que no puedes salir. He estado allí, cuando tenía tu edad,
Cooper. Sé exactamente lo que es eso, y quiero más para ti. No quiero que llegues a
los cuarenta con remordimientos."
-"Tom, yo podré ser joven. Pero sé lo que quiero."- me dijo. -"Quiero una
carrera. He trabajado muy duro por tenerla."
Mi corazón se hundió, y asentí.
-"También te quiero."
Mi corazón saltó en mi pecho. Luego dijo:
-"Pero tienes que dejar ir ya el asunto de nuestras edades. La diferencia de

edad nunca ha sido un problema para mí, ya lo sabes."- Luego agregó: -"Y Tom, va
a haber diferencias entre nosotros. Nos gustan cosas diferentes… diferentes tipos de
música, comida diferente, diferentes clubes. Tenemos amigos diferentes, tenemos
diferentes ideas sobre un montón de cosas. No va a haber cosas que coincidan, pero
eso no quiere decir que está mal."
-"Lo sé."- estuve de acuerdo en silencio. -"Me gustan las diferencias entre
nosotros. Has abierto mis ojos a un montón de cosas que pensé que me perdí."
N. R. Walker 167
-"Me gustan las diferencias también."- dijo con una sonrisa. Se echó hacia
atrás en la silla. -"Somos como un proyecto de modernización, el más viejo, de
estilo clásico, se integra con el moderno. Cuando todo dice que probablemente no
deberíamos estar juntos, sólo parece que lo hacemos funcionar."
Lo miré. Él me entendía. De la forma en que nadie más lo hacía. Era la

perfecta analogía.
-"Somos un proyecto de modernización. Eres el retrofit perfecto para mí."
Me miró durante un largo rato, luego se puso de pie, caminó alrededor de mi

escritorio y se paró frente a mí. Me tomó la cara entre las manos.
"Tú eres el retrofit perfecto para mí, también."
Mis ojos se cerraron, y suspiré en la palma de su mano. Luego, sus labios

fueron suaves contra los míos, y envolví los brazos alrededor de él, para devolverle
el beso.
Así podría enterrar mi cara en su cuello y abrazarlo, y él parecía sostenerme.

Se sentía tan bien en mi contra. No, no bien. Correcto. Se sentía tan correcto contra
mí.
Pero luego se echó hacia atrás y levantó la mano.
-"Para que lo sepas, estoy todavía algo enojado contigo, pero estoy seguro de
que puedo pensar en algunas maneras de que me lo compenses."
-"Lo que sea."

N. R. Walker 168
Su rostro era inexpresivo, pero sus ojos estaban serios.
-"No vuelvas a tomar decisiones que me afectan sin preguntarme primero.

Nunca. Eso es un ultimátum, justo ahí. Tienes que hablar conmigo, Tom…"- dijo, -
"…de cosas como sentimientos y demás mierda. No con otra persona."
-"Está bien."- le concedí. -"Pero para ser justos, nunca hablaste conmigo
sobre lo que tú sientes."
Arqueó una ceja.
-"No fui a hablar con tu jefe y decirle que tengo sentimientos por ti."- dijo. -
"Y estos 'sentimientos'…"- citó al aire -"…de los que sigues hablando, todavía no
me has dicho lo que son."
-"Realmente te quiero, Cooper."- le dije honestamente. -"Tal vez sea más que
eso, no lo sé. Pero sé que quiero más que eso contigo. Lo quiero todo contigo."
Sonrió.
-"Gracias, Tom."- dijo. -"Tal vez quiero más que eso también."
Yo no podía dejar de sonreír.
-"¿En serio?"
N. R. Walker 169
-"No te pongas demasiado engreído, Sr. Elkin. No he terminado con las

condiciones."- dijo. -"No voy a ir a vivir contigo. Es demasiado pronto para eso."-
dijo, y mi corazón se hundió. -"Pero estoy abierto a todo el asunto de ser novios."
-"¿En serio?"- Le sonreí.
-"Sí, de verdad."- dijo.
Me incliné para darle un beso, pero él llevó la mano a mi pecho para

detenerme.
-"Dijiste que no querías escondernos, bueno, yo tampoco Si vamos a hacer

esto, lo hacemos abiertamente. Como lo hicimos en Sydney. Quiero eso contigo. Y,
ahora no estoy trabajando aquí."- dijo con los ojos entrecerrados, -"No tenemos
ninguna razón para ocultarnos."
Yo estaba sonriendo enormemente.
-"Estoy de acuerdo."
Sus labios se torcieron mientras trataba de no sonreír.
-"Hay una condición más, Tom"- dijo. -"Es lo más importante."
Casi tenía demasiado miedo de preguntar.
-"¿Sí?"
N. R. Walker 170
Él me miró y una lenta sonrisa se deslizó por su rostro.
Salimos de mi oficina, y Jennifer nos miró y le sonreímos.
-"He terminado el día."- le dije. -"Si algo es urgente, delégalo a uno de mi

equipo. Ellos lo manejarán bien."
Jennifer asintió cortés.
-"Por supuesto. ¿Puedo hacer algo por usted?"- Preguntó. -"¿Ordenar un

almuerzo? ¿Reservas en cualquier lugar?"
-"No, creo que vamos a estar bien."- le dije.
-"Me alegro de oír eso."- respondió. Luego miró a Cooper. -"Sr. Jones, es un
placer verte de nuevo."
N. R. Walker 171
-"Como siempre, Jennifer."- respondió con una sonrisa de complicidad.
Caminamos hasta el ascensor, no tomados de la mano, pero cuando las

puertas del ascensor se abrieron, puse la mano en la parte baja de su espalda
mientras caminaba. Se quedó un poco más cerca de mí de lo que podría ser
considerado amable, tomó una respiración profunda y sonrió.
-"¿Qué fue eso entre tú y Jennifer?"- Le pregunté.
Una de las esquinas de los labios de Cooper se curvó en una sonrisa.
-"Cuando llegué aquí esta mañana, le pregunté si le podía verte sin una cita."
-"¿Y?"
-"Siempre ha sido quisquillosa conmigo..."
-"¿Ha dicho que no?"
-"No exactamente."- respondió. -"Me dijo que dependía de lo que viniera a

decirte. Dijo que si yo estaba aquí para hacerte feliz, podía verte de inmediato, y si
estaba aquí para molestarte más, yo podría muy bien sentarme en el pasillo y
esperar."
Me reí entre dientes.
-"¿Esperar por cuánto tiempo?"
“No le pregunté."- respondió. Bajamos del ascensor y caminamos por el

concurrido vestíbulo. -"Pero tengo la sensación de que hubiera sido mucho tiempo."
N. R. Walker 172
Caminamos hasta la acera, en una avalancha de gente. Cooper tomó mi mano,

e hicimos nuestro camino a través de la multitud, dijo:
-"De todos modos, le dije que una buena noticia era subjetiva a lo que el
receptor quería oír."
-"Le habrá gustado eso."- Me reí de él.
-"Pensé que iba a llamar a seguridad."- admitió alegremente. -"Pero ni

siquiera me miró. Sonrió dulcemente y me dijo que el receptor, lo que significa
tu…"- Cooper explicó con un apretón a mi mano, -"…era desgraciado sin mí."
-"¿Eso dijo?"- Le pregunté.
-"Sip. Desgraciado, dijo. ¿Lo eras, Tom?"- preguntó, mirándome.
Me detuve en medio de la acera, sin preocuparme acerca de cómo la gente

pasaba ir a nuestro alrededor, y lo miré.
-"Lo era, patético. Fui una vergüenza.”
Cooper sonrió bellamente.
-"Así que, tal vez me quieres más que un poco."
Deslicé mi dedo pulgar a lo largo de su mandíbula, y asentí.
-"Tal vez lo hago."

N. R. Walker 173
Cooper se inclinó sobre sus dedos de los pies y picoteó mis labios.
-"Bien."- Entonces miró por encima del hombro, a la puerta de mi

apartamento. -"¿Estás listo?"
Puse ojos en blanco.
-"No es a mí a quien preocupa."
Dirigí el camino al entrar en el vestíbulo de mi casa, de la mano de Cooper.

Los dos estábamos sonriendo, aunque la sonrisa de Cooper era un poco más grande
que la mía. Lionel estaba junto al mostrador de recepción, nos miró con curiosidad
mientras caminamos hacia él en lugar de a los ascensores.
-"Lionel."- le saludé serio. -"Me gustaría informarle oficialmente que el Sr.

Cooper Jones tiene libre acceso a mi apartamento. Él puede entrar y salir cuando le
plazca, y no necesita que le anuncies."
N. R. Walker 174
Lionel apenas asintió.
-"Muy bien."
-"¿Así nada mas?"- Preguntó Cooper con incredulidad. -"¿Eso es todo lo que
hay que hacer?"
Lo miré, tratando de no sonreír.
-"Sí. Ya está hecho."
-"Bueno, esto no es tan satisfactorio como pensé que sería."
Me reí entre dientes y con un suspiro, miré a Lionel.
-"¿Usted tiene llaves de repuesto de mi puerta?"
-"Sí, señor."- respondió Lionel. -"Mantenemos copias de las llaves para el

caso de una emergencia."
-"¿Sería usted tan amable de darle una a Cooper?"
Lionel desapareció detrás del mostrador de recepción de mármol y Cooper me

miró. Él nunca dijo una palabra, pero se sacudió arriba en sus dedos de los pies y
sonrió. Lionel volvió a aparecer y le tendió una llave dorada a Cooper. Antes de
tomarla, Cooper le miró.
-"Esto no es una llave para el armario del conserje, ¿verdad?"

N. R. Walker 175
Lionel sonrió.
-"No, señor. No lo es."
Cooper tomó la llave y luego me miró y sonrió. Di las gracias a Lionel, tomé
la mano de Cooper y lo conduje hacia el ascensor.
-"Mejor comprobamos si funciona."- le dije.
Él estaba tratando de no sonreír en el ascensor, y una vez que abrió mi puerta

con su propia llave, le pregunté,
-"¿Mejor?"
-"Mucho mejor."- dijo, sonriendo, mientras deslizaba su brazo alrededor de

mí y me besaba profundamente.
-"¿Eso significa que ahora dejarás a mi pobre portero en paz?"
-"Por supuesto que no."- me sonrió Cooper.
Yo no podía dejar de suspirar.
-"Vas a poner mi pelo gris."
-"Más gris."- corrigió. -"Ahora vamos, vamos a caminar por la calle, como
una pareja, puedes sostener mi mano en público, y luego me puedes comprar el
almuerzo."
N. R. Walker 176
Picoteé sus labios.
-"Eres un pedazo de mierda mandón."
Cooper me besó con una sonrisa
-"Lo sé. Es una cosa de la Generación Y. Ya te acostumbrarás a ello."
Cerró la puerta, se embolsó la llave y nos dirigimos de nuevo hacia el

vestíbulo. Al salir, Cooper sonrió a Lionel, quien me dio una sonrisa y un
movimiento de cabeza, y cuando llegamos a la acera de Nueva York, Cooper me
tendió la mano. La tomé de inmediato y él sonrió con su sonrisa de suficiencia.
Caminó por la calle como Pedro por su casa. Estaba tan confiado, tan
tranquilamente seguro de quién era, qué quería y dónde iba en su vida. Era sexy
como el infierno, tenía una sonrisa que me robaba el aliento y picardía en sus ojos,
y por alguna razón insondable quería estar conmigo.
¿Me acostumbraría a ello? ¿Lo haría? ¿Podría?
Cooper me apretó la mano para llamar mi atención.
-"¿Estás bien, Tom?"- Preguntó con una sonrisa. -"Porque si estás teniendo
segundos pensamientos, no me gustaría tener que devolverle a Lionel esa llave."-
Entonces se detuvo y me miró fijamente. -"Hey, ¿Le has dado una llave a alguien
más?"
N. R. Walker 177
Traté de no sonreír.
-"No, sólo a ti."
-"Menos mal. Odiaría pensar que Lionel se las da a cualquiera."- resopló

Cooper indignado.
Me reí de él.
-"Dios no lo quiera. No me gustaría pensar que el mundo gira en torno a nadie

más que tú."
Cooper sonrió feliz.
-"¿Ves? Ya estás entendiendo las cosas de la generación Y."
Tiró de mi mano y me condujo a través de la calle a algún restaurante que

había captado su ojo. Nos llevó hasta el mostrador de recepción y sonrió al maître.
-"Mesa para dos, por favor."
-"Por supuesto."- dijo el hombre. -"¿Qué nombre?"
Antes de que pudiera contestar 'Elkin', Cooper dijo
-"Jones."
N. R. Walker 178
¿Podría acostumbrarme a él?
¿A su actitud, el descaro, la sobrada confianza, la maldita cosa “Generación

Y” que me volvía loco?
Dudaba que alguna vez me acostumbrara a él, pero iba a ser muy divertido
averiguarlo.
Fin
N. R. Walker 179
Staff
Traducción
Corrección y Diseño
N. R. Walker 180
Hot Passion Books
Esta es una traducción hecha por Fans. La ofrecemos de forma

totalmente gratuita, sin obtener beneficios económicos o materiales
de ningún tipo por ello y con el único objetivo de dar a conocer los
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momento de su publicación, ya sea en su idioma original o cuando
estén disponibles en español, para incentivar a que estas autoras, a
las que agradecemos su excelente trabajo, sigan creando estas
maravillosas obras.

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N. R.

Serie Thomas Elkin 01

Generación frente a generación, tradicional contra contemporáneo, estos

¿Podrán demostrar que lo antiguo y lo nuevo pueden ser el diseño perfecto?

Un exitoso arquitecto de Nueva York, Thomas Elkin lo tiene casi todo.

Cooper Jones, con veintidós años, está a punto de tomar el mundo de la

Mirando por la ventana de mi oficina el oscurecer del horizonte en Nueva

¿Cómo sucedió? Parecía que había perdido la mitad de mi vida. En muchos

La luz brilló en el intercomunicador.

Mi recepcionista era quince años mayor que yo y había sido mi recepcionista

-"Ryan está en la línea dos. ¿Preferiría que tome un mensaje?"

-"Hola, papá, sí, soy yo."

-"¿Algo no está bien?”- Era inusual que él llamara a la oficina. -"¿Todavía

Esto me sorprendió. Desde que su madre y yo nos habíamos separado, tomo

-"Sí, por supuesto, eso está bien. ¿Alguien especial?"

-"Está bien, está bien."- le dije.

-"Hasta más tarde."- Desconecté la llamada y presioné la línea de Jennifer. -

-"Ciertamente."- respondió. -"¿Tailandesa? ¿Italiana? ¿Japonesa?"

Hubo un suave clic en mi oído y volví a mirar al horizonte de la tarde durante

-"Japonesa, entregada a su puerta a las siete y media."

-"No sé lo que haría sin ti."

Ella sonrió con orgullo.

Tomé el ascensor desde el piso superior de las oficinas ejecutivas hasta el

Caro. Elegante. Predecible.

Esas tres palabras casi me resumían.

Me había sentido preocupado últimamente, inestable y 'falto de algo'. Muchas

Me encantaba mi trabajo como arquitecto. Lo amaba. Amaba las líneas en

Me había puesto unos vaqueros y una camisa de botones, me serví mi primera

-"Papá."- gritó Ryan desde la puerta.

Le oía susurrar algo y me acordé que traería un invitado. Mi apartamento en

-"En la cocina."- le contesté. -"Chicos, ¿queréis un trago?"

Ryan entró, seguido de una cara que no reconocí al principio.

-"Papá, ¿te acuerdas de Cooper Jones?"- preguntó Ryan, a modo de

El nombre sí, pero no se veía nada como lo recordaba. Había desaparecido el

-"Sí, me acuerdo."- le dije, extendiendo mi mano para que la estrechara. -

Ryan puso los ojos en blanco.

Cooper sacudió firmemente mi mano.

-"Encantado de verle, señor."

Mi nariz se arrugó ante la idea y Cooper se echó a reír, y me dijo:

-"Esa es la misma reacción que tuvo Ryan."

La cena llegó y mientras comíamos, los dos muchachos hablaron de personas

-"Estás muy callado esta noche, papá."- Tiró de la etiqueta de su cerveza. -

-"Bien."- le dije, no traté de decir que estaba solo de nuevo, después de

Él entendió el mensaje, porque asintió y volvió a recoger la etiqueta de su

-"Así que, ¿qué te trae de vuelta a Nueva York?"

-"Tengo una pasantía de verano."- dijo.

Estaba a punto de volver a hablar, pero fue interrumpido por el teléfono de

Cooper se encogió de hombros y sonrió.

Ryan me miró, un poco en tono de disculpa.

-"No, no me importa en absoluto."- le dije.

Y no me importaba. Demonios, a los veintidós años yo estaba casado, con un

-"¿Importar?"- Me burlé. -"¡Estoy celoso!"

Se echó a reír, aunque dudé que él supiera la verdad subyacente a mis

Estaba en la oficina el lunes temprano, como siempre, y me había olvidado

-"Perdón por la interrupción, Sr. Elkin."- dijo. -"Si pudiera molestarle en mi

El escritorio de Jennifer se encontraba a lo largo del lado izquierdo de mis

Académicamente, todos estaban relativamente parejos, pero luego un nombre

Había desaparecido el aspecto de mochilero, pasando del chico que bebía

Un rato más tarde, Jennifer llamó a mi puerta y al entrar, presentó al hombre

-"Sr. Jones, este es el Sr. Elkin. Él es un socio principal aquí en Brackett y

-"Sí, señora."- respondió.

-"Puedes llamarme Jennifer."- le dijo, y luego me miró fijamente, lo que

En esa fracción de segundo, me pregunté si haría saber que me conocía, o al