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Introduccion Albolafia
Introduccion Albolafia
Sara Nú ñ ez de Prado
Aunque como diría B. Croce, en rigor toda la Historia es Historia Contemporá nea,
ya que toda ella es asumida por el hombre actual y está en el presente, lo cierto es
que cuando una revista de historia decide asumir el reto de publicar sobre un tema
tan actual como la Turquía de hoy, llegando incluso a los sucesos acaecidos en los
ú ltimos meses, se hace necesario una reflexió n previa sobre la historia actual y las
conexiones entre historia y periodismo.
Con el paso del tiempo para los que consideraban que la historia contemporá nea
iniciaba en 1789 y se extendía hasta nuestros días, cada vez resultaba má s difícil,
considerar a los jacobinos, a Napoleó n o a Fernando VII, como contemporá neos
por lo que comenzó a surgir la necesidad de replantearse el término
contemporá neo. Ademá s, má s allá de esa condició n bá sica temporal, hablar de
contemporaneidad no es fá cil, ya que estamos ante un término de difícil definició n
y diferentes significados en funció n de en qué contexto se utilice. Igualmente se
podría decir algo similar de la idea de presente (aplicada a la historia) y de la de
mundo actual. Por otro lado, también los tiempos modernos son cada vez má s
rá pidos y vertiginosos, el concepto de caducidad temporal cada vez es má s cercano
y por lo tanto la contemporaneidad se acorta, lo que ha dificultado mantener los
pará metros clá sicos de la periodizació n.
Otro de los pioneros en esta concepció n de hacer historia fue René Rémond quien
estaba convencido de que los periodos cercanos al historiador no debían ser
ignorados por éste y dejados en manos extrañ as a la historia. En la misma línea se
manifestaron J.B. Durosell o Jean Laocuture en los añ os 60, aunque éste ú ltimo no
era historiador de profesió n, sino periodista. Ya en los 70 la obra de Pierre Nora, El
retorno del acontecimiento dio un importante impulso a esta nueva parcela de la
Historia, porque precisamente la recuperació n del acontecimiento como hecho
histó rico “estudiable”, aunque sin carga exclusivamente política, ha tenido mucho
que ver en los cambios de concepció n sobre la historia contemporá nea.
A partir de todos esos momentos puede decirse que con los distintos trabajos
realizados, la historia del tiempo presente o historia de nuestro tiempo o historia
del mundo actual, porque a la postre la palabra es lo de menos, siendo lo
importante el significado que encierra el concepto, ha ido tomando carta de
naturaleza y hoy nadie discute estos estudios como integrantes de la historia y
propios del historiador.
Otro hecho importante que debemos tener en cuenta, es la continuidad que en este
tipo de historia existe entre el pasado, el presente y el futuro. Y esta relació n es
má s profunda y va má s allá de demandas sociales en las que se solicita que la
historia y el conocimiento histó rico nos sirvan para entrever o prevenir el futuro,
ya que como dijo Palacio Atard, al historiador se le reclama que “coopere a
prefigurar el futuro” (PALACIO ATARD s.f.). “Así la definició n del presente se
extiende entre un adelante y un atrá s. El límite hacia atrá s es simple: es el paso del
presente a lo que está deviniendo pasado, es decir, el hoy, lo inmediato. Pero hacia
adelante es donde se sitú a el verdadero problema, porque las definiciones y las
fronteras no son tan claras ni tan netas como podría pensarse. Nuestra prá ctica en
el IHTP ha sido la de considerar como tiempo presente el tiempo de la experiencia
vivida. Por ahí se llega al verdadero sentido del término historia contemporánea, a
saber, la experiencia de la contemporaneidad”. Concluyendo, el mismo autor dice
que “no solamente una ciencia histó rica del tiempo se revela posible, sino que hay
con ello lugar para responder a una «demanda social». El deber del historiador es
no dejar esta interpretació n del mundo contemporá neo a otros, bien sean los
media o los periodistas (por no hablar de los propagandistas), o bien las otras
diversas ciencias sociales” (BEDARIDA 1998, 22 y 23).
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que por encima de las
periodizaciones globales, debemos atender a las periodizaciones nacionales. Así, si
nos centramos en Turquía, el país protagonista de este nú mero extraordinario,
existe un consenso generalizado en entender que la Turquía Contemporá nea debe
iniciarse en la proclamació n de la Repú blica de Turquía en 1923. Ahora bien, dado
ya el dilatado espacio temporal que existe, ese consenso podría romperse si nos
refiriésemos a la Turquía actual, donde no encontraríamos unanimidad de criterio,
porque podríamos iniciarlo con la aceptació n y regularizació n del multipartidismo
o incluso con la elecció n del primer gobierno de corte islamista; también
podríamos hablar del inicio de una nueva era a partir de las primeras elecciones
ganadas por el AKP y el inicio de la era de Erdogan… Es decir, la periodizació n,
aunque convencional, encierra en su utilizació n y en las decisiones que sobre ella
se toman, cuestiones trascendentes que marcan un estudio y van má s allá de la
temporalidad, ya que tienen una carga ideoló gica y política difícil de obviar. Todo
ello se produce porque “los criterios de periodizació n de la historia del presente
han partido habitualmente de acontecimientos nodales, de hechos fundadores
ligados a una gran convulsió n política (una guerra, una revolució n,) que afectan de
manera decisiva a una determinada historia nacional” (MATEOS,
1998).
Por ello, hoy estamos escribiendo estas líneas y ofreciendo a los lectores un repaso,
desde la historia, a la actualidad de Turquía. El lector puede encontrar en este
nú mero una serie de artículos escritos por reconocidos especialistas en la materia
y por estudiosos del tema turco. Así, conocerá a partir de la pluma de Alfredo Allú e,
las relaciones entre Turquía y la Unió n Europea. En la misma línea, analizando las
posibles consecuencias del reciente golpe de estado de julio de 2016, encontrará
otro artículo que también profundiza en esas viejas, pero aú n difíciles, relaciones
entre la UE y Turquía. También podrá entender un poco mejor la política exterior
turca, en funció n de la filosofía de “problemas cero con los vecinos” que mantiene
el partido en el gobierno, el AKP. Ademá s, en este artículo escrito por David Pérez,
se hace especial referencia a dos vecinos turcos con gran protagonismo en la
actualidad como son Siria e Irak. Relacionado con el papel que el país otomano
tiene en el Mediterrá neo puede leer el trabajo presentado por José Luis García
Hernando. Por su parte, Carlos Echevarría, nos adentra en el mundo de la
seguridad y la defensa internacional, analizando el papel que un país como
Turquía, debido a su tamañ o y a sus importantes inversiones en materia de
defensa, puede tener en un futuro inmediato. Finalmente, en un aná lisis que se
mueve entre la actualidad, la historia y el periodismo, Javier R. Abengozar, junto
con quien firma estas líneas, analiza la apertura de negociaciones entre Turquía y
la Unió n Europea desde la perspectiva de un medio de comunicació n de prestigio
internacional.