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Se entiende por contaminación atmosférica la presencia en el aire de sustancias y formas de

energía que alteran la calidad del mismo, de modo que implique riesgo, daño o molestia grave

para las personas y bienes de cualquier naturaleza. De la definición anterior se desprende que el

que una sustancia sea considerada contaminante o no, dependerá de los efectos que produzcan

sobre los receptores. Todas las actividades del hombre, el metabolismo de la materia viva y los

fenómenos naturales que se producen en la superficie o en el interior de la tierra, van

acompañados de emisiones de gases, vapores, polvos y aerosoles que al descargarse a la

atmósfera se integran en los distintos ciclos biogeoquímicos que se desarrollan en la Tierra. A

continuación, estudiaremos como más significativos desde el punto de vista de la contaminación

atmosférica los siguientes ciclos: Agua (H20), Carbono (C), Oxígeno (02), Hidrógeno (H),

Azufre (S) y Nitrógeno (N2). Los tres primeros son de tipo gaseoso mientras que los dos últimos

son del tipo sedimentario.

REFERENCIA:

Carnicer, J. (s.f.). Contaminación Atmosférica. En Módulo I: Contaminación Ambiental.

Recuperado de file:///c:/users/mi%20%20pc/downloads/componente45257.pdf

Saliba (2019) afirma:

Porque mata. Mata [al menos] a siete millones de personas al año. La contaminación

atmosférica supera las expectativas: se creía que causa siete millones de muertes anuales,

pero los últimos datos de esta semana muestran que en realidad son más. El problema es

que la ciencia no se ha puesto al día todavía. La contaminación atmosférica es un

problema más reciente que el tabaco. Se lleva haciendo investigación del tabaco unos

cien años quizás, pero apenas estamos empezando a entender bien la relación entre la
contaminación del aire y la salud. (Saliba, N., L’Oréal-Unesco For Women in Science, 15

marzo 2019)

REFERENCIA:

Martín, B. (2019, 15 marzo). “Vamos a morir de la contaminación ambiental si no

actuamos” Recuperado de

https://elpais.com/elpais/2019/03/15/ciencia/1552646209_822000.html

La contaminación atmosférica es la presencia en el aire de materias o formas de energía que

implican riesgo, daño o molestia grave para las personas y seres de la naturaleza popular,1 así

como que puedan atacar a distintos materiales, reducir la visibilidad o producir olores

desagradables.

Se entiende por contaminación atmosférica a la presencia en la atmósfera de sustancias en una

cantidad que implique molestias o riesgo para la salud de las personas y de los demás seres

vivos, vienen de cualquier naturaleza,[1]así como que puedan atacar a distintos materiales,

reducir la visibilidad o producir olores desagradables. El nombre de la contaminación

atmosférica se aplica por lo general a las alteraciones que tienen efectos perniciosos en los seres

vivos y los elementos materiales, y no a otras alteraciones inocuas. Los principales mecanismos

de contaminación atmosférica son los procesos industriales que implican combustión, tanto en

industrias como en automóviles y calefacciones residenciales, que generan dióxido y monóxido

de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, entre otros contaminantes. Igualmente, algunas

industrias emiten gases nocivos en sus procesos productivos, como cloro o hidrocarburos que no
han realizado combustión completa. La contaminación atmosférica puede tener carácter local,

cuando los efectos ligados al foco se sufren en las inmediaciones del mismo, o planetario,

cuando por las características del contaminante, se ve afectado el equilibrio del planeta y zonas

alejadas a las que contienen los focos emisores.

REFERENCIA:

Ataz, E. M., Morales, Y. D., & de Mera Morales, Y. D. (2004). Contaminación

atmosférica. España: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.

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