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CATÓLICO ¿MARINERO O ASTRÓNOMO?

“Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo

sentado a la diestra de Dios.” (Colosenses 3,1).

Hace algunas décadas, antes de que existieran los sistemas de posicionamiento global,

los navegantes se orientaban en sus viajes guiándose únicamente por las estrellas. Esta

antigua profesión, junto con la de los astrónomos (no astrólogos), implicaban un

constante volverse al cielo en busca de las estrellas, la única diferencia es que unos las

buscaban para servirse de ellas como un medio y los otros por sí mismas como un fin.
Hoy en día, al igual que estas dos profesiones existen dos tipos de cristianos que se

distinguen únicamente en las razones por las que elevan su mirada: aquellos para quienes

Dios es solo una especie de 911, un buzón de sugerencias o una máquina dispensadora

de favores; y aquellos otros que lo buscan como se busca a un amigo: por Sí mismo y

como único fin. Los primeros se parecen a los marineros, que miran al cielo únicamente

para encontrar la tierra, y una vez en ella se olvidan por completo del cielo; los otros son

como los astrónomos, que miran poco las cosas de la tierra y las usan solo para buscar el

cielo.

En el invierno de las dificultades es casi imposible distinguir a unos de otros pues a

ambos se les ve muy cerca de Dios. Sólo en la prosperidad de la primavera se diferencia

mejor el trigo de la cizaña, y la diferencia radica en esto: que unos buscan los dones de

Dios mientras los otros, en cambio, buscan al Dios de los dones.

En el fondo, quien busca únicamente servirse de Dios, consciente o inconscientemente

está buscando construir su cielo aquí en la tierra, y se verá defraudado pues no debemos

olvidar que los cristianos “viven en la tierra pero su ciudadanía está en el cielo” (Carta a

Diogneto n. 5).

Quien es un buen cristiano sabrá también ser buen amigo, pues la santidad no es otra

cosa que amistad desinteresada con Dios. Y tú, ¿por qué buscas a Dios?, ¿qué tipo de

católico eres?

Artículo escrito por Tony Guzmán.

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