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Medios y mediaciones- Geraldine Barrero López 20152515035

¿POR QUE SOY CULTURA HÍBRIDA?

Soy cultura híbrida, desde antes de nacer, en el momento en que las aguas del océano
atlántico fueron atravesadas por barcos que llegaron a Abya Yala o América, nombre del
territorio donde mi ascendencia, posiblemente indígena, europea o africana comenzó a
dejar semillas hechas personas, aunque lo más seguro es que soy una mezcla de todas.
Podría empezar hablando de mis abuelos paternos y maternos, los cuales tienen
procedencia santandereana y cundinamarqués, mis padres santandereana y bogotana, aun
así, si quisiera saber mi procedencia tendría que recurrir a estudios de genética o un árbol
genealógico, por lo cual prefiero dejarla, como un híbrido entre las culturas de aquí y las de
allá.
Siempre me pregunte de donde proviene mi nombre, al parecer “Geraldine” es un nombre
de origen germano el cual es una variante de Geraldina, y este a su vez es la composición
de las palabras Gar- Hard, que significa fuerte y valiente, pero imagino la imposición del
nombre, debe haber sido el efecto de la presencia de algún programa o película extranjera
en canales de televisión, siendo bastante gracioso ya que mi contextura física tiene rasgos
marcados hacia las raíces latinoamericanas.
Ahora bien, en el consumo de productos, considero que ha sido una hibridación entre los
productos de multinacionales Estadounidenses y la industria colombiana, entendiendo que
por el discurso de Nación que se me enseñó en la Escuela, debía apoyar lo que
coloquialmente llamamos “Lo de aquí”; el momento en que llegue a pensar el hecho de ser
cultura híbrida, sin aun saber su nombre, se dio en la Universidad, cuando todo capital
cultural que había construido desde pequeña, se empezó a ver cuestionado con las lecturas
sobre la Soberanía Alimentaria y la teoría Decolonial, poniendo en duda la construcción de
mi subjetividad hecha desde los imaginarios modernos que han movido las sociedades
latinoamericanas.
Al día de hoy considero que soy cultura híbrida, porque en el reconocimiento de la
hibridación, no realizó lo que en palabras de Dussel, denominariamos un Encubrimiento del
Otro, trato de realizar un consumo consciente respecto a cualquier elemento que entre en
mi vida, desde los medios audiovisuales,la vestimenta que uso y por que la uso, el alimento
que consumo,es decir, prefiero comprar una libra de papa de un cultivo de nuestro campo,
que encontraré en una plaza de mercado, haciendo mis papas fritas al gusto y no consumir
papas de paquete de supermercado, probablemente un producto de la multinacional
Pepsico, que viene genéticamente modificado para que crezcan mucho más rápido y como
si fuera poco, sus frituras son hechas a temperaturas de más de 300° centígrados, dato
proporcionado por una docente de nutrición; exponiendome a una manipulación mediática
sobre lo que debería consumir y una enfermedad a causa de la modificación genética de
una papa.
Opino que es un proceso muy largo para entender, primero que la modernidad nos ha
permeado desde antes de nacer y además buscar las formas de entrar y salir de esta, frente
a las formas de consumo, pero creo firmemente que desde las pequeñas acciones se
comienzan a visualizar cambios, respecto a cómo el consumo repercute en mi, desde la
mente hasta mi forma física, por ejemplo, con el simple hecho de que me pregunte porque
hago una elección de algo y no de aquello y de porque esa elección puede estar sujeta a
construcciones sociales entretejidas de fondo, las cuales debo buscar la forma de develar.

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