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UNIDAD I.

- ASPECTOS GENERALES SOBRE ETICA


SOCIAL

Módulo I: Nociones de Ética Social

1.1.- Ética y Sociología

Ambas ciencias, la Ética y la Sociología, mantienen una íntima relación en su origen


y en su desarrollo1, contando con el mismo objeto material (Ética Social), aunque
evidentemente difieren en su objeto formal, pues la ética postula el ser y el deber ser –esencia
del hombre y de la sociedad- (método filosófico deductivo), mientras que la sociología
propugna por el hacer, por los hechos (método experimental inductivo).
La sociología llamada positiva analiza los hechos desde el método experimental
inductivo. Al respecto nos señala Rodríguez Luño:
“La Sociología positiva describe, clasifica y mide los hechos sociales mediante
métodos empíricos: estadísticas, encuestas, etc., y de ese modo estudia también los
aspectos sociales del comportamiento moral. Considera y ayuda a conocer lo que se
hace en una sociedad y tiempo determinados, pero queda fuera de sus posibilidades
metodológicas establecer lo que los hombres deben hacer, aunque sí pueda señalar
cuáles son las posibilidades de elección presentes y sus respectivas consecuencias”.2

Goza de universalidad histórica la idea de que el hombre es un ser gregario y sociable


por naturaleza, siendo esta realidad la que une de manera más contundente a la Sociología y a

1
Es necesario hacer la salvedad de que la ética es anterior a la sociología positiva, la cual nace con
Augusto Comte en el siglo XIX y su método experimental. Pero ya las obras de La República de
Platón, La Política de Aristóteles, La Ciudad de Dios de San Agustín, los Discursos de Maquiavelo o
la Ciencia Nueva de Vico, contienen análisis extensos de la sociedad y de los fenómenos
característicos de la vida social. (Cfr. RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General. Libros de
Iniciación filosófica. Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA), Pamplona, 1991, Pág. 90).

2
RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General, op. cit., Pág. 90. En esta misma página se agrega un
dato que realza la importancia de la ética: “El planteamiento metodológico de la moderna sociología
es en sí mismo legítimo, siempre que no pierda la conciencia de sus límites, y se admita la necesidad
de mantener determinadas relaciones con la Filosófica Social, la Antropológica Filosófica y la Ética,
ciencias éstas últimas que han de proporcionar la visión integral de la persona y del mundo humano
en la que los conocimientos sociológicos pueden ser debidamente encuadrados”.
la Ética Social, porque la sociología precisamente parte donde la Ética Social termina su
tarea (el hombre es un ser antes que un hacer). Como nos agrega Rodríguez Luño:
“La Ética Social afirma que necesariamente es parte de la existencia humana tener
una vida en comunidad, por lo que las realidades humanas tienen una dimensión social,
tanto en las causas que las ponen en el ser como en sus finalidades”.3
Por tanto, la Ética Social tiene su razón de ser en que como individuo estás en una
necesaria relación con otros, estás integrado a una sociedad o comunidad, desarrollas tu vida
en una interrelación con el entorno, con los demás seres humanos de diferentes géneros, y no
sólo estás en relación contigo mismo.

1.2.- Concepto de sociedad: tipos de sociedad.

El término mismo de sociedad nos refiere la presencia de la razón y por tanto del ser
humano, pues la cercanía, el conglomerado, la tribu, la comunidad 4, la familia, todos ellos
son términos afines al de sociedad y que indican una toma de decisión, con excepción de la
sociedad animal, en donde está evidentemente ausente la razón.

Entre las definiciones más acertadas de sociedad están:

--“Sociedad es un número generalmente bastante grande de personas de todas las


edades que en su mayoría se consideran organizadas de una forma determinada y que tienen
una cultura común”.5
3
Ibib.

4
“Comunidad/sociedad. Topología polar propuesta por F. Tônnies en su obra Comunidad y
Sociedad (1887) para dar cuenta de la naturaleza de la estructura y la evolución sociales. Según este
autor, existen dos formas elementales de sociabilidad humana basadas en principios antitéticos: la
comunidad (Gemeninschaft) y la sociedad o asociación (Gesellschaft). La primera brota de la
naturaleza y es fuente de toda moralidad. Su substancia son los lazos primordiales, clánicos,
emocionales y afectivos que dimanan de las relaciones que llama de voluntad natural o esencial
(Wesenwille). En cambio, la sociedad, basada en la voluntad arbitraria o racional (Kûrwille), se
caracteriza por las relaciones racionales, instrumentales, estratégicas y de cálculo. En la comunidad
se trata a las personas como fines en sí mismos, mientras que los miembros de la sociedad quedan
subordinados a la obtención de objetivos. En la terminología de Tônnies, una familia, un vecindario,
una nación son comunidades, mientras que una empresa, un partido político o un club de fútbol son
sociedades” (GINER, Salvador. LAMO DE ESPINOSA, Emilio. TORRES, Cristóbal: Diccionario de
Sociología. Ciencias Sociales. Alianza Editorial, Madrid, 1998, Pág. 132).

5
SCHOECK, Helmut: Diccionario de Sociología. Biblioteca Herder (Sección de Ciencias Sociales),
Volumen 136. Editorial Herder, Barcelona, 1985, Pág. 662.
--Se refiere a todo aquello que afecta al individuo en cuanto está integrado a una
sociedad, siendo ésta la característica que distingue la Ética Social de la individual.6
--“Desde el punto de vista de las personas que la constituyen, una sociedad es un gran
número de seres humanos que obran conjuntamente para satisfacer sus necesidades sociales y
que comparten una cultura común… Se puede decir en general que el grupo está constituido
por personas y que la sociedad está constituida por grupos. El estudio de una determinada
sociedad se centra en los grupos más bien que en las personas”.7
--El término sociedad lo podemos desglosar en tres acepciones principales, y a cada
una agregaremos sus manifestaciones sociales, que en fin de cuentas se constituyen en los
tipos de sociedad:8
**En primer lugar, solemos decir que una persona tiene sociedad o trato social con
alguien o algunos, y ello significa que mantiene relaciones sociales con ellos.
Manifestaciones sociales: relaciones individuales y privadas, de carácter informal,
con sus semejantes (sociedad informal).

**En segundo lugar, nos referimos a individuos que forman sociedad con otros,
llamémosle agrupación organizada.
Manifestaciones sociales: abarca a todos los grupos sociales organizados por los
hombres, tales como la llamada sociedad política (Estado, comunidades regionales, partidos
políticos, Ayuntamientos), y en contraposición a ésta la sociedad civil 9 (todos los grupos
sociales en que los hombres se asocian de forma privada para lograr sus fines particulares).

6
Cfr. GALINDO, Ángel: Moral socioeconómica –SAPIENTIA FIDEI- Serie de Manuales de Teología.
BAC, Madrid, 1996, Pág. 18.

7
FICHTER, Joseph H.: Sociología. Editorial Herder, Decimoctava edición, Barcelona, 1994, Pág. 153.

8
Toda esta parte la extraigo de SIERRA BRAVO, Restituyo: Ciencias Sociales y Doctrina Social de La
Iglesia –Tratado de Teología Social-. Editorial CCS, Alcalá, Madrid, 1996, Págs. 217-218.
9
“La sociedad civil consiste en aquél ámbito de las sociedades modernas que, frente a la esfera
pública (la cual incluye el estado), engloba las relaciones entre los ciudadanos así como las
prerrogativas privadas que éstos poseen… La expresión sociedad civil aparece ya en traducciones
latinas de Aristóteles, para significar su koinoía politiké o comunidad política. San Agustín la
identifica con la societas terrestre (opuesta a la Ciudad de Dios)”. GINER, Salvador. LAMO DE
ESPINOSA, Emilio. TORRES, Cristóbal: Diccionario de Sociología, op. cit., Pág. 697. Para un
conocimiento más profundo sobre la literatura en torno a la sociedad civil, ver de este mismo libro la
Pág. 698, donde aparece una referencia sobre las obras de Loke, Ferguson, Hegel y otros, que
precisamente tratan sobre la sociedad civil.
**En tercer lugar afirmamos que el hombre nace y vive en sociedad. Aquí el
término sociedad adquiere un sentido genérico y mayor, comprendiendo las acepciones
anteriores.
Manifestaciones sociales: abarca todas las manifestaciones de la vida social directa e
indirecta, espontánea u organizada. Es la llamada sociedad global, entendida como la
sociedad completa y total, que constituye lo social en su más pleno sentido.
Entre otros tipos de sociedades, referidas generalmente por los sociólogos, se
encuentran:
--Sociedad animal, especialmente la más compleja como son las abejas y los primates, bien
estudiadas por Darwin.10
--Sociedad primitiva. “La referencia a sociedades no occidentales como salvajes es una
invención del siglo XVIII; se las consideraba como etapas primeras en un esquema evolutivo
lineal y ascendente. Hacia la mitad del siglo XIX se las calificó de primitivas porque
encarnaban en teoría formas estructurales primarias, cercanas al estado original de la
humanidad”.11
--Sociedad tradicional. “La sociedad tradicional es aquella que mantiene un vínculo mucho
más estrecho entre los vivos y los antepasados, que son la autoridad incontestable y suprema.
El tiempo mítico borra el tiempo histórico; todo lo que existe procede del primero y debe
permanecer por referencia a la carta inicial, sagrada e inviolable, retrotrae a los orígenes y
exige sumisión a la tradición”.12
--Sociedad industrial. “…es el resultado de la revolución industrial y no puede entenderse
al margen del capitalismo y de las clases sociales que lo configuran: la burguesía y la clase
obrera o proletariado. Como concepto, la sociedad industrial aparece ya en los escritos de
Saint-Simon y constituye la meta de los afanes teóricos y políticos de A. Comte y de H.
Sepencer…”.
Existen otros tipos de sociedades, entre las cuales señalamos: la sociedad corporativa,
la sociedad de consumo, la sociedad de la información, la sociedad de masas, la sociedad
multicultural, la sociedad post-industrial, entre otras.13

1.3.- Derechos y Deberes del individuo

10
Cfr. Ibid, Pág. 697.
11
Ibid, Pág. 704.
12
Ibid, Págs. 704-705.
13
Cfr. Ibid, Págs. 698-704.
El derecho, lo sabemos, es un elemento básico de la vida social, y para que el mismo
genere paz, convivencia armoniosa y equilibrada ha de fundamentarse en la ley, en la
disciplina, en el orden. En este contexto tiene sentido la afirmación de San Agustín en su
obra “La Ciudad de Dios”: “tranquillitas ordinis, pax”, es decir, la paz y la tranquilidad son
consecuencias del orden.14
Esta realidad nos sugiere que si la paz y la convivencia armoniosa (derechos nuestros)
son consecuencias del orden, este orden expresado en la ley se convierte a su vez en la más
alta expresión de nuestros deberes, porque derechos y deberes caminan de la mano.

1.3.1) Derecho

No existe una definición acabada de lo que es el derecho, y para entenderlo en la vida


diaria lo asociamos con la posesión de una casa, con la adquisición de un terreno (al ser
propietario de un bien tienes derecho sobre dicho bien), al pago de una multa o de un seguro,
al respeto de una ley (al cumplir tu responsabilidad te haces merecedor de un derecho).

El término derecho no es unívoco, ni equívoco, sino analógico, es decir, designa cosas


diferentes entre sí, pero entre las que existe alguna relación. Por ejemplo, cuando decimos
que “el derecho obliga a la protección del honor de las personas”, lo estamos entendiendo
como norma o ley; cuando decimos “tengo derecho a la libertad de conciencia”, lo
entendemos como las facultades concedidas a la persona por las leyes vigentes; o cuando
decimos “no hay derecho”, lo entendemos como un juicio de valor (en el tema de la
despenalización del aborto hay disparidad de opiniones y juicios de valor -se busca el valor
ideal-).

Es preciso distinguir tres grandes concepciones analógicas del derecho:

1.- Concepción normativa. “Entiende por derecho el conjunto de normas que


emanan del poder, normalmente el poder supremo del Estado, bien directamente o por
delegación. Así, el Derecho lo constituyen las leyes y normas dictadas por el Parlamento, el
Gobierno y los demás órganos de poder. Esta es la concepción del Derecho más propia del
mundo occidental. Los defensores de esta tesis son los representantes del llamado
positivismo normativista, cuyo máximo exponente es Hans Kelsen”.15

2.- Concepción sociológico-relativista. “Considera que el Derecho no son las


normas o leyes, sino que lo constituyen los comportamientos sociales efectivos y las

14
Cfr. SIERRA BRAVO, Restituyo: Ciencias Sociales y Doctrina Social de La Iglesia –Tratado de
Teología Social-, op. cit., Pág. 173.
15
MORENO VILLA, Mariano: Diccionario de pensamiento contemporáneo. Editorial San Pablo,
Madrid, 1997, Pág. 325.
decisiones concretas de los jueces. Sostiene que cuando las leyes no son cumplidas de hecho
por la comunidad, es como si no existieran. Es un positivismo más radical que el anterior”.16

3.- Concepción óntico-valorativa. “Supone que el Derecho no puede identificarse,


sin más, ni con la pura ley, ni con las decisiones concretas de los profesionales, sino que
además tiene una dimensión ética. Se preocupa porque las normas y aplicaciones concretas
de las mismas no sólo sean legales, sino justas. Entiende que el Derecho está constituido por
un sistema de normas que tratan de realizar la idea de justicia… Se plantea el problema de la
resistencia a cumplir la ley injusta, y toda ley es, en mayor o menor grado, injusta, ya que no
es posible que pueda agotar en su plenitud el ideal de la justicia”.17

1.3.2) Deber

En el ámbito moral el deber consiste en una autoobligación, una autolimitación, cuyo


no cumplimiento tiene una sanción interna: el remordimiento de conciencia. Se trata de una
obligación aceptada de modo voluntario y razonado. González Álvarez nos señala con
mayor claridad en qué consiste el deber:

“El deber consiste en una fuerza imperiosa u ordenativa. Dicha fuerza se desprende
de la concesión necesaria o conveniente entre el bien supremo del hombre, su
perfección y determinada conducta. Cuando yo descubro, por ejemplo, que el
trabajo es necesario para alcanzar mi perfección humana como sujeto social, siento el
deber de trabajar: una fuerza en el interior de la conciencia, opuesta incluso a
tendencias orgánicas que me inclinan a la ociosidad. El animal no siente este deber.
En él sólo operan las tendencias instintivas. Para que un buey o un burro, por
ejemplo, trabajen, es necesario forzarlos físicamente”.18

Es una realidad el que como ser humano tiendes a sublevarse ante el deber, y por eso
cuando alguien te recuerda el deber que tienes ante determinadas situaciones, tiendes a
reaccionar negativamente. Y claro, tal situación es más evidente cuando la autoridad, el
patrón o el cabeza de una institución exigen el cumplimiento de deberes fuera de lo normal o
que obedecen a conveniencias personales. Nos agrega González Álvarez:

16
Ibid. Encontramos aquí una doble vía: la del sociologismo, para quien el núcleo fundamental del
derecho no son las leyes, sino los hechos, los comportamientos sociales efectivos en que se traducen
las normas escritas; y la del llamado realismo americano, para quien el derecho consiste en las
decisiones concretas de los jueces y funcionarios, con las que resuelven los litigios y problemas que se
les plantean.
17
Ibid, Págs. 325-326.

18
GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA. Editorial El Búho, Bogotá, 3ra. Reimpresión, 2005, Pág.
156.
“Esto sucede con muchos de los deberes que el gobernante recuerda al ciudadano, el
profesor al alumno, el patrón al obrero, el padre al hijo, el esposo a la esposa, el
sacerdote al laico. Cuántos deberes de votar, acatar las leyes, guardar silencio,
permanecer en casa, trabajar sin descanso, asistir a la iglesia, etc., no responden más
que a conveniencias o intereses disimulados del rico sobre el pobre, del fuerte sobre el
débil, del opresor sobre el oprimido”.19

Puede suceder también que una situación la aceptemos como nuestro deber, pero que
nos falte voluntad para cumplirlo. Es decir, que la fuerza generada por un valor sea menor
que aquella orgánica que te domina. Por ejemplo, hice la promesa de entregar mi trabajo
final al profesor, pero tengo un mayor deseo de ver televisión o de hablar con mi amigo.

Otras veces nos descubrimos atrapados en un conflicto de deberes, pues no tenemos


claridad de cuál sea el más imperioso. Un ejemplo de ello podría ser: siento el deber de
unirme a mis compañeros en huelga, pero también siento el deber de continuar trabajando
pues de mi trabajo depende el sustento de mi familia, y por otro lado ya los propietarios han
anunciado que suspenderán a los que se sumen a la huelga.

En fin, el deber nace de un valor que me impone una conducta. De tal manera que si
dicho valor no existe o es falso, también será falso el deber correspondiente, y aquí tiene
sentido la expresión de que el deber por el deber no tiene sentido.

1.3.3) Derechos y Deberes.

Es necesario confirmar la tesis de que el reconocimiento de la obligación moral es una


experiencia común de la humanidad, y nadie podrá negar haberla sentido en su conciencia.
A su vez, reiteramos que los derechos se basan en la ley y se derivan lógicamente de
los deberes que nos impone la ley. Es decir, que los derechos son correlativos con los
deberes morales: no pueden existir derechos si no hay deberes, y no pueden haber deberes si
no existen derechos.
En cada derecho podemos distinguir un número de relaciones, las cuales conforman la
estructura de los derechos:

Término

Sujeto Objeto

19
Ibid.
Título

a) El sujeto del derecho es una persona, que tiene la necesidad de algo.


b) El término del derecho es otra persona, con el deber de respetar o satisfacer la
necesidad.
c) El objeto del derecho es una cosa, de la cual alguien tiene necesidad.
d) El título del derecho es la razón que justifica la exigencia que tiene una persona del
objeto de un derecho.20

“Los derechos se encuentran implicados en muchos aspectos de nuestra vida diaria.


Cuando uno compra un carro, adquiere derecho sobre él. Adquiere un título de propiedad.
Con la transacción o negocio uno se hace sujeto de derecho. El vendedor es el término del
derecho, ya que él tiene que satisfacer el título que uno adquiere sobre el carro. El carro es el
objeto del derecho, y el dinero pagado es el título que funda el derecho que uno adquiere”.21
El derecho se llama adquirido cuando el comprador recibe un titulo de propiedad, y el
mismo está referido a una cosa (una casa, un carro). Si se habla de un elemento esencial de
la naturaleza y existencia humana, entonces los derechos que de allí dimanan, se llaman
naturales, aunque hoy se usa más el término “derechos humanos”: derecho a la vida, a la
salud, a la libre expresión y otros.22

20
VARGA, Andrew C.: Hacerse Hombre. Editorial San Pablo, Colección Ética, Santafé de Bogotá,
1993, Págs. 112-113.

21
Ibid, Pág. 113. Como podemos notar el hombre puede tener derecho o control sobre objetos: un
carro, una casa, un invento, pero no puede tener control total sobre una persona, pues la persona no
puede usarse como medio para otros, ya que cada uno tiene metas y es dueña de su propio destino.
Por eso la esclavitud, que durante mucho tiempo fue defendida, y que trata a los seres humanos
como cosas, contradice la esencia misma del derecho. La defensa a los derechos del hombre es
todavía más sentida, como nos lo confirma Messner hablando sobre los contratos: “…todo contrato
de trabajo… incluye una cláusula implícita que manda respetar a la persona del trabajador y sus
responsabilidades existenciales; por tanto, se aparta del orden natural de la ley un sistema económico
que imponga condiciones de trabajo que impidan a los trabajadores cumplir con sus deberes para con
su familia, sea por medio de bajos salarios o por una inconsiderada explotación de sus capacidades”.
(MESSNER, J.: Social ethics. St. Louis B: Herder, 1949, Págs. 148-154).

22
También hablamos de derechos inalienables, que son aquellos a los cuales no podemos renunciar,
ni siquiera libremente. Por ejemplo, no podemos renunciar a vivir de acuerdo a nuestras
convicciones morales o a seguir nuestra conciencia.
Todo ser humano nace con derechos: a la libertad, a la educación, a la salud, al
trabajo, y en la medida en que crece y adquiere conocimientos, adquiere a su vez deberes:
disciplina, respeto, orden, ahorro. Veamos cada uno de estos derechos con su contraparte de
deberes:23

1.- Libertad y disciplina.


La libertad es un don y es un bien, que no consiste en actuar de manera meladaganaria
o a partir de caprichos personales, sino un bien que se adecúa a las verdaderas necesidades
del bien común, y por ello está sujeto a reglas, costumbres y leyes. Por ejemplo, la libertad
civil consiste en hacer todo lo que la ley no prohíbe. La libertad política es el goce pleno de
los derechos ciudadanos señalados en la constitución y las leyes de un país. De manera que
la libertad nunca es absoluta, sino relativa.

2.- Educación y respeto.


El mayor objetivo de la educación es el desarrollo afectivo y creativo de la persona, y
dicho objetivo se mide por la maduración de los ideales, el mayor aprecio de los valores, el
significado de los conceptos, el respeto y lealtad a los principios.

Entre los frutos de la educación podemos contar:

--El respeto y aprecio por el conocimiento, la experiencia y la opinión de los demás.


--El desarrollo de la creatividad y vida espiritual.
--El estímulo para una transformación positiva de la sociedad, siendo mejores padres,
mejores hijos, mejores jefes, mejores empleados, mejores ciudadanos.
--El autoconocimiento. Cada persona se respeta a sí misma, evita las acciones ilícitas,
respeta la naturaleza.

--La cortesía, la discreción y el respeto.24

3.- Salud y orden


23
Cfr. DE ABATE, John: Valores Humanos. Amigo del Hogar, Santiago, Rep. Dom., 1992, Págs. 54-
58.

24
Para una mayor comprensión del tema de la educación, ver SIERRA BRAVO, Restituyo: Ciencias
Sociales y Doctrina Social de La Iglesia –Tratado de Teología Social-, op. cit., Págs. 411-422.
“La salud es el estado de equilibrio armonioso de nuestras funciones vitales, para
vivir en bienestar, ser productivos y llevar relaciones beneficiosas con el mundo externo. La
salud abarca, no solamente nuestro cuerpo físico, sino también nuestra mente y espíritu”.25
La forma preventiva es la más adecuada para ocuparnos de nuestra salud, sobre todo
en los hábitos de higiene bucal, corporal, medio ambiental; en los hábitos alimenticios,
procurando los cuatro grupos básicos de alimentos: proteínas, carbohidratos, grasas y fibras
(vegetales, frutas y legumbres); en los hábitos de ejercicio sano; en los hábitos de chequeos
preventivos y no sólo curativos.
Y como nos sostiene De Abate, la reciedumbre así como la disciplina, son
imprescindible en el mantenimiento de una salud sana y balanceada: “…el orden es
indispensable en la conservación de la salud. Orden en la higiene y la alimentación, en el
cuidado de prevenir y estar atento a las necesidades de los niños; orden en el trabajo para
establecer medidas de seguridad y prevenir accidentes; orden en la diversión para evitar
excesos o desviaciones de conducta”.26

4.- Trabajo y ahorro.


Todo ser humano, además de que tiene derecho a un trabajo digno, ha de recibir una
justa remuneración al realizar un determinado trabajo. Pero además de la remuneración, el
trabajo es fuente de realización de la persona, pues es expresión de nuestra creatividad. Por
ejemplo, al construir un mueble, dando forma a un jardín, escribiendo un libro, fabricando
una pieza electrónica, etc., te realizas por medio de tu creatividad. Y de esta manera el
trabajo se convierte en servicio: “el que no vive para servir, no sirve para vivir”.
“El trabajo es fuente de bienestar económico y social. Es una importante fuente para
el ahorro y la previsión. Precisamente el ahorro es una cualidad que incluye aspectos tan
positivos y hermosos como son la libertad, la disciplina, la educación y el orden. En los
países más avanzados el ahorro es considerado como uno de los hábitos primarios de toda
persona culta. Aunque sea muy modesto, el ahorro es importante. Gastar todo el dinero que
se produce, algunas veces en cosas superfluas, es poco inteligente”.27
En definitiva, todo ciudadano se hace merecedor de derechos en la medida en que
cumple con sus deberes, pues ambos valores son correlativos y necesarios para la justa
armonía social, personal, familiar, relacional.28

25
Cfr. DE ABATE, John: Valores Humanos, op. cit., Pág. 58.
26
Ibid, Pág. 60.
27
Ibib, Págs. 61-62.

28
Para ampliar el tema de los derechos y deberes, ver a PONTIFICIO CONSEJO “Justicia y Paz”:
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Conferencia del Episcopado Dominicano –CED-.
Librería Editrice Vaticana, Amigo del Hogar, Santo Domingo, Págs. 78-79; SIERRA BRAVO,
Restituyo: Ciencias Sociales y Doctrina Social de La Iglesia –Tratado de Teología Social-, op. cit.,
Págs. 350, 415, 499 y 569; CARRIER, Hervé: Doctrina Sociale –Nuovo approccio all insegnamento
sociale della Chiesa-. Edizioni San Paolo, Milano, 1993, Págs. 41-43; BOURDIEU, Pierre: Poder,
Derecho y Clases Sociales. Editorial Desclee de Brouwer, S. A. Bilbao, 2000, Págs. 165-223.

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