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1
Es necesario hacer la salvedad de que la ética es anterior a la sociología positiva, la cual nace con
Augusto Comte en el siglo XIX y su método experimental. Pero ya las obras de La República de
Platón, La Política de Aristóteles, La Ciudad de Dios de San Agustín, los Discursos de Maquiavelo o
la Ciencia Nueva de Vico, contienen análisis extensos de la sociedad y de los fenómenos
característicos de la vida social. (Cfr. RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General. Libros de
Iniciación filosófica. Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA), Pamplona, 1991, Pág. 90).
2
RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General, op. cit., Pág. 90. En esta misma página se agrega un
dato que realza la importancia de la ética: “El planteamiento metodológico de la moderna sociología
es en sí mismo legítimo, siempre que no pierda la conciencia de sus límites, y se admita la necesidad
de mantener determinadas relaciones con la Filosófica Social, la Antropológica Filosófica y la Ética,
ciencias éstas últimas que han de proporcionar la visión integral de la persona y del mundo humano
en la que los conocimientos sociológicos pueden ser debidamente encuadrados”.
la Ética Social, porque la sociología precisamente parte donde la Ética Social termina su
tarea (el hombre es un ser antes que un hacer). Como nos agrega Rodríguez Luño:
“La Ética Social afirma que necesariamente es parte de la existencia humana tener
una vida en comunidad, por lo que las realidades humanas tienen una dimensión social,
tanto en las causas que las ponen en el ser como en sus finalidades”.3
Por tanto, la Ética Social tiene su razón de ser en que como individuo estás en una
necesaria relación con otros, estás integrado a una sociedad o comunidad, desarrollas tu vida
en una interrelación con el entorno, con los demás seres humanos de diferentes géneros, y no
sólo estás en relación contigo mismo.
El término mismo de sociedad nos refiere la presencia de la razón y por tanto del ser
humano, pues la cercanía, el conglomerado, la tribu, la comunidad 4, la familia, todos ellos
son términos afines al de sociedad y que indican una toma de decisión, con excepción de la
sociedad animal, en donde está evidentemente ausente la razón.
4
“Comunidad/sociedad. Topología polar propuesta por F. Tônnies en su obra Comunidad y
Sociedad (1887) para dar cuenta de la naturaleza de la estructura y la evolución sociales. Según este
autor, existen dos formas elementales de sociabilidad humana basadas en principios antitéticos: la
comunidad (Gemeninschaft) y la sociedad o asociación (Gesellschaft). La primera brota de la
naturaleza y es fuente de toda moralidad. Su substancia son los lazos primordiales, clánicos,
emocionales y afectivos que dimanan de las relaciones que llama de voluntad natural o esencial
(Wesenwille). En cambio, la sociedad, basada en la voluntad arbitraria o racional (Kûrwille), se
caracteriza por las relaciones racionales, instrumentales, estratégicas y de cálculo. En la comunidad
se trata a las personas como fines en sí mismos, mientras que los miembros de la sociedad quedan
subordinados a la obtención de objetivos. En la terminología de Tônnies, una familia, un vecindario,
una nación son comunidades, mientras que una empresa, un partido político o un club de fútbol son
sociedades” (GINER, Salvador. LAMO DE ESPINOSA, Emilio. TORRES, Cristóbal: Diccionario de
Sociología. Ciencias Sociales. Alianza Editorial, Madrid, 1998, Pág. 132).
5
SCHOECK, Helmut: Diccionario de Sociología. Biblioteca Herder (Sección de Ciencias Sociales),
Volumen 136. Editorial Herder, Barcelona, 1985, Pág. 662.
--Se refiere a todo aquello que afecta al individuo en cuanto está integrado a una
sociedad, siendo ésta la característica que distingue la Ética Social de la individual.6
--“Desde el punto de vista de las personas que la constituyen, una sociedad es un gran
número de seres humanos que obran conjuntamente para satisfacer sus necesidades sociales y
que comparten una cultura común… Se puede decir en general que el grupo está constituido
por personas y que la sociedad está constituida por grupos. El estudio de una determinada
sociedad se centra en los grupos más bien que en las personas”.7
--El término sociedad lo podemos desglosar en tres acepciones principales, y a cada
una agregaremos sus manifestaciones sociales, que en fin de cuentas se constituyen en los
tipos de sociedad:8
**En primer lugar, solemos decir que una persona tiene sociedad o trato social con
alguien o algunos, y ello significa que mantiene relaciones sociales con ellos.
Manifestaciones sociales: relaciones individuales y privadas, de carácter informal,
con sus semejantes (sociedad informal).
**En segundo lugar, nos referimos a individuos que forman sociedad con otros,
llamémosle agrupación organizada.
Manifestaciones sociales: abarca a todos los grupos sociales organizados por los
hombres, tales como la llamada sociedad política (Estado, comunidades regionales, partidos
políticos, Ayuntamientos), y en contraposición a ésta la sociedad civil 9 (todos los grupos
sociales en que los hombres se asocian de forma privada para lograr sus fines particulares).
6
Cfr. GALINDO, Ángel: Moral socioeconómica –SAPIENTIA FIDEI- Serie de Manuales de Teología.
BAC, Madrid, 1996, Pág. 18.
7
FICHTER, Joseph H.: Sociología. Editorial Herder, Decimoctava edición, Barcelona, 1994, Pág. 153.
8
Toda esta parte la extraigo de SIERRA BRAVO, Restituyo: Ciencias Sociales y Doctrina Social de La
Iglesia –Tratado de Teología Social-. Editorial CCS, Alcalá, Madrid, 1996, Págs. 217-218.
9
“La sociedad civil consiste en aquél ámbito de las sociedades modernas que, frente a la esfera
pública (la cual incluye el estado), engloba las relaciones entre los ciudadanos así como las
prerrogativas privadas que éstos poseen… La expresión sociedad civil aparece ya en traducciones
latinas de Aristóteles, para significar su koinoía politiké o comunidad política. San Agustín la
identifica con la societas terrestre (opuesta a la Ciudad de Dios)”. GINER, Salvador. LAMO DE
ESPINOSA, Emilio. TORRES, Cristóbal: Diccionario de Sociología, op. cit., Pág. 697. Para un
conocimiento más profundo sobre la literatura en torno a la sociedad civil, ver de este mismo libro la
Pág. 698, donde aparece una referencia sobre las obras de Loke, Ferguson, Hegel y otros, que
precisamente tratan sobre la sociedad civil.
**En tercer lugar afirmamos que el hombre nace y vive en sociedad. Aquí el
término sociedad adquiere un sentido genérico y mayor, comprendiendo las acepciones
anteriores.
Manifestaciones sociales: abarca todas las manifestaciones de la vida social directa e
indirecta, espontánea u organizada. Es la llamada sociedad global, entendida como la
sociedad completa y total, que constituye lo social en su más pleno sentido.
Entre otros tipos de sociedades, referidas generalmente por los sociólogos, se
encuentran:
--Sociedad animal, especialmente la más compleja como son las abejas y los primates, bien
estudiadas por Darwin.10
--Sociedad primitiva. “La referencia a sociedades no occidentales como salvajes es una
invención del siglo XVIII; se las consideraba como etapas primeras en un esquema evolutivo
lineal y ascendente. Hacia la mitad del siglo XIX se las calificó de primitivas porque
encarnaban en teoría formas estructurales primarias, cercanas al estado original de la
humanidad”.11
--Sociedad tradicional. “La sociedad tradicional es aquella que mantiene un vínculo mucho
más estrecho entre los vivos y los antepasados, que son la autoridad incontestable y suprema.
El tiempo mítico borra el tiempo histórico; todo lo que existe procede del primero y debe
permanecer por referencia a la carta inicial, sagrada e inviolable, retrotrae a los orígenes y
exige sumisión a la tradición”.12
--Sociedad industrial. “…es el resultado de la revolución industrial y no puede entenderse
al margen del capitalismo y de las clases sociales que lo configuran: la burguesía y la clase
obrera o proletariado. Como concepto, la sociedad industrial aparece ya en los escritos de
Saint-Simon y constituye la meta de los afanes teóricos y políticos de A. Comte y de H.
Sepencer…”.
Existen otros tipos de sociedades, entre las cuales señalamos: la sociedad corporativa,
la sociedad de consumo, la sociedad de la información, la sociedad de masas, la sociedad
multicultural, la sociedad post-industrial, entre otras.13
10
Cfr. Ibid, Pág. 697.
11
Ibid, Pág. 704.
12
Ibid, Págs. 704-705.
13
Cfr. Ibid, Págs. 698-704.
El derecho, lo sabemos, es un elemento básico de la vida social, y para que el mismo
genere paz, convivencia armoniosa y equilibrada ha de fundamentarse en la ley, en la
disciplina, en el orden. En este contexto tiene sentido la afirmación de San Agustín en su
obra “La Ciudad de Dios”: “tranquillitas ordinis, pax”, es decir, la paz y la tranquilidad son
consecuencias del orden.14
Esta realidad nos sugiere que si la paz y la convivencia armoniosa (derechos nuestros)
son consecuencias del orden, este orden expresado en la ley se convierte a su vez en la más
alta expresión de nuestros deberes, porque derechos y deberes caminan de la mano.
1.3.1) Derecho
14
Cfr. SIERRA BRAVO, Restituyo: Ciencias Sociales y Doctrina Social de La Iglesia –Tratado de
Teología Social-, op. cit., Pág. 173.
15
MORENO VILLA, Mariano: Diccionario de pensamiento contemporáneo. Editorial San Pablo,
Madrid, 1997, Pág. 325.
decisiones concretas de los jueces. Sostiene que cuando las leyes no son cumplidas de hecho
por la comunidad, es como si no existieran. Es un positivismo más radical que el anterior”.16
1.3.2) Deber
“El deber consiste en una fuerza imperiosa u ordenativa. Dicha fuerza se desprende
de la concesión necesaria o conveniente entre el bien supremo del hombre, su
perfección y determinada conducta. Cuando yo descubro, por ejemplo, que el
trabajo es necesario para alcanzar mi perfección humana como sujeto social, siento el
deber de trabajar: una fuerza en el interior de la conciencia, opuesta incluso a
tendencias orgánicas que me inclinan a la ociosidad. El animal no siente este deber.
En él sólo operan las tendencias instintivas. Para que un buey o un burro, por
ejemplo, trabajen, es necesario forzarlos físicamente”.18
Es una realidad el que como ser humano tiendes a sublevarse ante el deber, y por eso
cuando alguien te recuerda el deber que tienes ante determinadas situaciones, tiendes a
reaccionar negativamente. Y claro, tal situación es más evidente cuando la autoridad, el
patrón o el cabeza de una institución exigen el cumplimiento de deberes fuera de lo normal o
que obedecen a conveniencias personales. Nos agrega González Álvarez:
16
Ibid. Encontramos aquí una doble vía: la del sociologismo, para quien el núcleo fundamental del
derecho no son las leyes, sino los hechos, los comportamientos sociales efectivos en que se traducen
las normas escritas; y la del llamado realismo americano, para quien el derecho consiste en las
decisiones concretas de los jueces y funcionarios, con las que resuelven los litigios y problemas que se
les plantean.
17
Ibid, Págs. 325-326.
18
GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA. Editorial El Búho, Bogotá, 3ra. Reimpresión, 2005, Pág.
156.
“Esto sucede con muchos de los deberes que el gobernante recuerda al ciudadano, el
profesor al alumno, el patrón al obrero, el padre al hijo, el esposo a la esposa, el
sacerdote al laico. Cuántos deberes de votar, acatar las leyes, guardar silencio,
permanecer en casa, trabajar sin descanso, asistir a la iglesia, etc., no responden más
que a conveniencias o intereses disimulados del rico sobre el pobre, del fuerte sobre el
débil, del opresor sobre el oprimido”.19
Puede suceder también que una situación la aceptemos como nuestro deber, pero que
nos falte voluntad para cumplirlo. Es decir, que la fuerza generada por un valor sea menor
que aquella orgánica que te domina. Por ejemplo, hice la promesa de entregar mi trabajo
final al profesor, pero tengo un mayor deseo de ver televisión o de hablar con mi amigo.
En fin, el deber nace de un valor que me impone una conducta. De tal manera que si
dicho valor no existe o es falso, también será falso el deber correspondiente, y aquí tiene
sentido la expresión de que el deber por el deber no tiene sentido.
Término
Sujeto Objeto
19
Ibid.
Título
20
VARGA, Andrew C.: Hacerse Hombre. Editorial San Pablo, Colección Ética, Santafé de Bogotá,
1993, Págs. 112-113.
21
Ibid, Pág. 113. Como podemos notar el hombre puede tener derecho o control sobre objetos: un
carro, una casa, un invento, pero no puede tener control total sobre una persona, pues la persona no
puede usarse como medio para otros, ya que cada uno tiene metas y es dueña de su propio destino.
Por eso la esclavitud, que durante mucho tiempo fue defendida, y que trata a los seres humanos
como cosas, contradice la esencia misma del derecho. La defensa a los derechos del hombre es
todavía más sentida, como nos lo confirma Messner hablando sobre los contratos: “…todo contrato
de trabajo… incluye una cláusula implícita que manda respetar a la persona del trabajador y sus
responsabilidades existenciales; por tanto, se aparta del orden natural de la ley un sistema económico
que imponga condiciones de trabajo que impidan a los trabajadores cumplir con sus deberes para con
su familia, sea por medio de bajos salarios o por una inconsiderada explotación de sus capacidades”.
(MESSNER, J.: Social ethics. St. Louis B: Herder, 1949, Págs. 148-154).
22
También hablamos de derechos inalienables, que son aquellos a los cuales no podemos renunciar,
ni siquiera libremente. Por ejemplo, no podemos renunciar a vivir de acuerdo a nuestras
convicciones morales o a seguir nuestra conciencia.
Todo ser humano nace con derechos: a la libertad, a la educación, a la salud, al
trabajo, y en la medida en que crece y adquiere conocimientos, adquiere a su vez deberes:
disciplina, respeto, orden, ahorro. Veamos cada uno de estos derechos con su contraparte de
deberes:23
24
Para una mayor comprensión del tema de la educación, ver SIERRA BRAVO, Restituyo: Ciencias
Sociales y Doctrina Social de La Iglesia –Tratado de Teología Social-, op. cit., Págs. 411-422.
“La salud es el estado de equilibrio armonioso de nuestras funciones vitales, para
vivir en bienestar, ser productivos y llevar relaciones beneficiosas con el mundo externo. La
salud abarca, no solamente nuestro cuerpo físico, sino también nuestra mente y espíritu”.25
La forma preventiva es la más adecuada para ocuparnos de nuestra salud, sobre todo
en los hábitos de higiene bucal, corporal, medio ambiental; en los hábitos alimenticios,
procurando los cuatro grupos básicos de alimentos: proteínas, carbohidratos, grasas y fibras
(vegetales, frutas y legumbres); en los hábitos de ejercicio sano; en los hábitos de chequeos
preventivos y no sólo curativos.
Y como nos sostiene De Abate, la reciedumbre así como la disciplina, son
imprescindible en el mantenimiento de una salud sana y balanceada: “…el orden es
indispensable en la conservación de la salud. Orden en la higiene y la alimentación, en el
cuidado de prevenir y estar atento a las necesidades de los niños; orden en el trabajo para
establecer medidas de seguridad y prevenir accidentes; orden en la diversión para evitar
excesos o desviaciones de conducta”.26
25
Cfr. DE ABATE, John: Valores Humanos, op. cit., Pág. 58.
26
Ibid, Pág. 60.
27
Ibib, Págs. 61-62.
28
Para ampliar el tema de los derechos y deberes, ver a PONTIFICIO CONSEJO “Justicia y Paz”:
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Conferencia del Episcopado Dominicano –CED-.
Librería Editrice Vaticana, Amigo del Hogar, Santo Domingo, Págs. 78-79; SIERRA BRAVO,
Restituyo: Ciencias Sociales y Doctrina Social de La Iglesia –Tratado de Teología Social-, op. cit.,
Págs. 350, 415, 499 y 569; CARRIER, Hervé: Doctrina Sociale –Nuovo approccio all insegnamento
sociale della Chiesa-. Edizioni San Paolo, Milano, 1993, Págs. 41-43; BOURDIEU, Pierre: Poder,
Derecho y Clases Sociales. Editorial Desclee de Brouwer, S. A. Bilbao, 2000, Págs. 165-223.