Filosofia

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La Filosofía Moderna corresponde a ese período que llamamos Edad Moderna en la

Historia Universal y que comienza en el Renacimiento y la Reforma Protestante. Es


verdaderamente una época nueva con un espíritu nuevo, tan distinto del espíritu
escolástico, que se le puede considerar como una revolución antiescolástica. En efecto, la
Filosofía Medieval había conjugado en gran síntesis el pensamiento pagano platónico -
aristotélico con el pensamiento cristiano, armonizando la razón y la fe, nuevas corrientes
filosóficas proclamarían la absoluta independencia de la razón o aún la pondrían en
rebelión abierta contra lo sobrenatural. La nueva filosofía exaltaba el método matemático
científico en detrimento del espíritu metafísico que había dominado, no sólo a la Edad
Media, sino también entre los pensadores paganos.

En general, es la concepción que ve en el espíritu, la mente y el entendimiento, el


fundamento de toda relación del hombre con el mundo considerada esta relación como
forma superior del pensar humano. El racionalismo entonces, es la absolutización de la
razón, y se da con mucha fuerza en la época moderna, aunque no surgió en este
período, porque desde mucho antes, se habían dado intentos en torno a la razón frente a
los hechos de la experiencia. Esta corriente se caracteriza por lo real, por los conceptos o
sistemas mentales y a la explicación de la ciencia en términos lógicos. El racionalismo no
es entonces una manera aislada de concebir la realidad, sino que es ante todo la suma de
lo sensible con los conceptos, o mejor, a un concepto equivale una realidad.
En filosofía él impone un pensamiento racionalista con distinción entre verdades de razón
y de hecho. Aquéllas son innatas, mientras que éstas se establecen a partir de la
experiencia. « Lo innato, son las verdades , pero no los pensamientos o los conceptos
acerca de esas verdades. Conocer es, en definitiva, tener conciencia de verdades de
razón acerca de las ideas y de verdades de hecho acerca de las cosas.

Pero ni siquiera el conocimiento sensible puede propiamente decirse que proviene "del
exterior" o de las mónadas que no pueden actuar unas sobre otras, y del alma, que
expresa todo el universo, ha de afirmar que todas las ideas, incluidas las que proceden de
la sensación, de alguna manera están ya en la mente. La mónada suprema es Dios, ser
infinito e inmutable. Las almas racionales son, según Leibniz, una serie de mónadas o
unidades, dotadas de una representación clara y distinta. Las mónadas se distinguen
entre sí por el grado de perfección con que reflejan la universalidad de las cosas.

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