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El cibermundo y la política de lo peor

En el capítulo “Algunas buenas razones para unirse a la resistencia”, Paul Virilio habla sobre el
avance tecnológico en el mundo y sobre las consecuencias que puede traer a la sociedad, a través
de conceptos y de ejemplos que le ayudan a ejemplificar su tesis. En la primera parte del capítulo,
establece los diferentes tipos de oposiciones que existen dentro de la ciudad, las cuales han venido
cambiando con el paso del tiempo. En el siglo XIX, la oposición principal era la de la ciudad-
campo. Ya en el siglo XX se tenía la noción de que se seguía en esta oposición, cuando en realidad
ya se estaba en una distinta: ciudad-suburbio. Para Virilio, que respondió a estas preguntas a finales
del siglo XX, la principal oposición para el siglo XXI iba a ser la de sedentario-nómada. En esta se
iban a encontrar los que estaban sedentarizados por un empleo y los nómadas que ya no estaban
ubicados.

El abandono del centro-ciudad también es un tema que se trata a lo largo de este apartado. Para
Virilio se prepara un nuevo centro, por lo que se da una migración de las ciudades medianas a las
ciudades globales, las megápolis. Debido a esto, se de una globalización de lo urbano, en la que el
centro ya no es necesariamente de una ciudad, sino que existen ciudades que se convierten en
centros globales, las Global Cities. Paralelo a esto se da la creación de una metaciudad, de un
hipercentro; esta existe gracias a la urbanización de las telecomunicaciones. Como conclusión de
esta idea, Virilo indica que existen dos momentos principales: en el primero se da la
metropolización de las ciudades mundo, y en el segundo se da la creación de un hipercentro
mundial de una ciudad virtual, en donde las global cities se convertirían en barrios.

Teniendo en cuenta el espacio urbano, Virilio es bastante crítico al analizar ciertas posturas, tal y
como la del político francés George Freche, quien establece que "el departamento era lo que antes
podía recorrer un hombre a caballo en una jornada; hoy en día se recorre la región porque en
automóvil se llega más lejos"(Petit, 1997), a lo que Virilio reacciona como una visión regionalista
y para nada global, ya que se queda en la revolución de los transportes sin tener en cuenta que se
está en una unidad de tiempo diferente, en la era de las telecomunicaciones.

En cuanto a las fronteras, el urbanista establece que su apertura no es lo que le asusta, lo que más le
atormenta es la supresión de estas fronteras, ya que con esto se da una negación de la localización.
Cuando se elimina una frontera se da el surgimiento de otra, la cual está más ligada al empleo del
tiempo que del espacio. Por este motivo es que para Virilio una ciudad sin límite no es una ciudad,
puesto que la ciudad se podría considerar como la forma política mayor de la historia.

Teniendo en cuenta su pensamiento sobre la exclusión de las fronteras y la dicotomía entre


centralización o descentralización, el autor utiliza de ejemplo a los Ángeles, en donde lo cuestionan
si es verdaderamente una ciudad, y Petit afirma que todavía lo es, no por su territorio, sino, en
especial, por sus fronteras al interior de la ciudad como las bandas, clases sociales o étnicas. Petit
afirma que “cuando se eliminan las fronteras nacionales, se crean fronteras interiores y de identidad
que conducen a la guerra” (Petit, 1997). Esto es importante, si se quiere comprender el análisis de
la dicotomía en los Estados-Nación. Un Estado-Nación es una forma de organización política
basado en tres características: en primer lugar, un territorio delimitado. En segundo lugar, una
población constante. En tercer lugar, un gobierno. Para el autor, los Estado-Nación tiene dos
necesidades: una hacia arriba, en la cual el Estado Nacional es superado por uno trasnacional, y
otra hacia abajo, en donde el Estado es superado por las voluntades de emancipación y
descentralización.

Para Petit, estas dos necesidades o movimientos son suicidas y catastróficos para la democracia, ya
que el conflicto de intereses de ambos genera que encamine hacia un estado de guerra civil. Es
decir, en palabras del autor cuando “se desgarra el Estado nacional por arriba y por abajo a la vez,
no subsiste el estado transnacional y nos encaminamos hacia el estado de guerra civil” (Petit,
1997). Esta doble moral, tiene como consecuencia que cuando el Estado otorga el poder a las
regiones para lograr una descentralización se pierda el poder del mismo y se encamine hacia una
catástrofe política y económica. Para lograr una transnacionalización, Petit afirma que se debe
evitar un proceso simultáneo, ya que el querer formar un Estado trasnacional y al mismo tiempo
descentralizar, es irresponsable. En esta sección, Petit concluye que es necesaria la centralización
política, mientras se supera la dicotomía del Estado-Nación.

Cuando hablamos de las características espacio temporales que son afectadas, de cierta manera, por
la virtualización de las ciudades, podemos entender este desde varias perspectivas que obedecen a
esta transformación de lo material a lo inmaterial. Virilio nos expresa, de una forma crítica, cómo
es que se está dando la desterritorialización de las ciudades con el fin de generar herramientas de
control y vigilancia por medio de la interactividad, mientras nos dice que, así mismo esta
virtualización y control de las sociedades es tan descomunalmente complicado que casi que sería
imposible, generando de esta forma lo que el autor relaciona con una bomba nuclear.

Por otro lado, Virilio nos explica cuál es su posición sobre el proceso de desarrollo que está
viviendo el mundo entero, previo al comienzo del siglo XXI; donde genera breve una predicciones
de las cuestiones caóticas que nos pueden asediar y de algunas de las soluciones que se le pueden
presentar, como él mismo lo menciona, cuando dice que su generación no puede permitirse el lujo
de estar en contra del progreso, pero desde que este sea un progresos salvador y no uno guiado por
colaboracionistas.

El hombre está sometido al tiempo, posee tres dimensiones; pasado, presente y futuro, debido a una
virtualización, este puede perder una de las tres, ocasionando un abandono en el trayecto,
denominado hiperconcentración del tiempo real que haría perder la esencia del ser en cuanto a ser.

De esta forma, el autor nos dice que dicho proceso de desarrollo, influye a que el mundo sea visto
en formas y perspectivas diferentes, tomando como referencia las opticas del mundo real y las
interfaces digitales; presentando nuevas barreras respectivamente. Debido a todos estos cambios y
las altas demandas en las plataformas de la información, se ha generado una especie de tiranía del
tiempo, en donde al espectador se le está quitando la reflexión personal, saturando lo a partir de la
inmediatez. Como respuesta ello, se presenta una solución por buscar nuevamente las voces de las
personas, fundamentándose en el lenguaje y la escritura; para de esta forma reencontrarnos con el
mundo y no seguir fantaseando en supuestos con base a fantasías de la robótica y las tecnologías.

En el texto se analiza como las creencias o percepciones de las personas frente al mundo también
han cambiado. En primera instancia por los cambios en la industria y la tecnología, que han
aportado para el desplazamiento de las creencias frente a temas religiosos, considerando de esta
forma a la máquina como un dios supremo de la información. Además, nos muestra a la máquina
como una base sólida que propicia los accidentes y las catástrofes, ya que como se menciona “cada
tecnología lleva consigo su propia negatividad que aparece al mismo tiempo que el progreso
técnico” (pág. 88) Acá podemos tomar como un claro ejemplo, el caso expuesto en de ¨Dark Net¨
en donde Melissa padece de hipersensibilidad hacia los campos magnéticos, fortaleciendo así la
premisa de que son aquellos dispositivos los que en él presente conllevan a problemas en la
población.

A lo anteriormente planteado, se le añade que el autor hace referencia del cambio de dimensión de
los accidentes (Pág. 88). Con el desarrollo tecnológico y los cambios que vienen con este, el
internet resulta el causante de accidentes inmateriales. Diferentes a aquellos accidentes tangibles
como el Titanic o siniestros ferroviarios. Anteriormente los accidentes eran concebidos como una
situación no reglamentada que tenía lugar en una sitio y tiempo específicos, con los cambios y la
introducción de la globalización en el marco actual, esta concepción cambió para darle paso a los
accidentes generales y no particulares. (pág. 89-90)

Posteriormente el autor habla de los términos: radiactividad e interactividad, en donde expone que
ambas tienen la capacidad de destruir la materia misma asi como tambien pueden usarla. A
continuación el autor hace referencia al filósofo, Epicuro, quien afirma que el tiempo es el
accidente de todos los accidentes, y el cual hoy en día pierde su “identidad” ya que lo ponemos a
prueba con la inmediatez y lo instantáneo (pág. 91). Así mismo, el autor explica la relación entre la
sustancia y el accidente, definiendo el accidente como aquello que le ocurre a la sustancia. La
sustancia es inherente al accidente. Por el simple hecho de existir, ya tiene un accidente que se debe
prever para evitarlo.

El autor finaliza planteando el cambio de dinámica al cual pertenecemos, inicialmente nos


caracterizamos por una cultura de disuasión y por miedo al fin del mundo nos limitamos y
actuamos con base a eso. Sin embargo, actualmente el miedo no es tangente y la amenaza se
reparte en diferentes plataformas (pág. 93)

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