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CLASH OF CIVILITATIONS?

DESDE LA OPTICA DEL NUEVO


MILENIO

Juan Camilo Nuñez Serrano


000343583
28 de febrero de 2020

Universidad Pontificia Bolivariana


Seccional Bucaramanga
Escuela de Derecho y Ciencias Políticas
Facultad de Ciencias Políticas y Gobierno
Geopolítica

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“Para el futuro relevante, no habrá ninguna Civilización Universal, sino, por el contrario,
un mundo de civilizaciones distintas, cada una de las cuales tendrá que aprender a coexistir
con las otras” Ph. D. Samuel Phillips Huntington (1927 – 2008)

2
RESUMEN: El presente escrito tiene como finalidad comentar la teoría del Choque de
Civilizaciones propuesta por el politólogo norteamericano Samuel Phillips Huntington en
1993, casi treinta años después de ser propuesta. Esta teoría, a grandes rasgos, consiste en la
dinámica que los conflictos tomarán durante los años posteriores a la finalización de la
competencia ideológica iniciada en la Segunda Guerra Mundial y finalizada con el colapso
de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1991, donde las civilizaciones tomarán
un rol importante en la geopolítica convirtiéndose en los principales actores de un hipotético
nuevo conflicto en el cual la ideología y el concepto tradicional de Estado pasarán a un
segundo plano ¿tenía razón?

Palabras Clave: Choque de Civilizaciones, Geopolítica, Estado, Relaciones Internacionales,


Occidente

ABSTRACT: The purpose of this paper is to comment on the theory “Clash of Civilizations”
proposed by Samuel Phillips Huntington in 1993, almost thirty years after being proposed.
Huntington's theory, consists in the possible dynamics that conflicts will take during the
coming years, after the end of the ideological competition started in World War II and ended
with the collapse of the Union of Soviet Socialist Republics in 1991, where civilizations will
take an important role in geopolitics becoming the main actors of a hypothetical new conflict
in which the ideology and the traditional concept of state will take a back seat, was he right?

Keywords: Clash of Civilizations, Geopolitics, State, International Relations, West

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Tabla de contenido
Introducción:…………………………………………………………………………...5
Samuel Phillips Huntington ……………...............................................................................6
The Clash of Civilizations? …………………………………………………...……………………6
I El conflicto…...……………………………………………………………………………8
II Las civilizaciones y su eventual choque………………………………………………...10

III La fractura de las civilizaciones ………………………………………………………...12


VI El síndrome de la nación hermana ………………………………………………………13
V Occidente ………………………………………………………………………………14
VI Países escindidos ……………………………………………………………………….15
VII Oriente ………………………...………………………………………………………17
VIII Consecuencias para occidente ………………………………………………………...18
Desde el siglo XXI, a modo de conclusión reflexiva. ……..………………………………19
Referencias ……………………………………………………………………………20

4
INTRODUCCIÓN

Choque de civilizaciones, es un título llamativo al momento de captar la atención sobre


aquellos lectores curiosos y lectoras curiosas por el Derecho Internacional Público y la
Geopolítica; dentro del imaginario personal y colectivo pueden aparecer varias imágenes
épicas que podrían el gameplay del próximo Call of Duty o un nuevo Age of Empires. Este
artículo publicado en la revista Foreign Affairs hace casi tres décadas salió a la luz (traducido
al castellano en 2001) en el momento justo, el mundo acababa de salir de la Guerra Fría y los
Estados Unidos se consolidaban como la única superpotencia reinante en el planeta. El primer
párrafo de la obra a comentar el autor cita lo siguiente “La política mundial está entrando en
una nueva fase, y los intelectuales no dudan en anticipar vaticinios sobre lo que va a ocurrir
en el futuro” (Huntington, 2001, p.125); al entrar en el contexto histórico del autor (1993)
acababan de caer la mayoría de regímenes socialistas a nivel mundial, destacando a la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas y con ello la que fuera considerada la principal amenaza
para occidente “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo” (Marx y Engels,
p. 23). La ejecución del temido “fantasma”, el cual forjo la geopolítica tras la Segunda Guerra
Mundial con acciones diversas: la elevación del Muro de Berlín, la Guerra de Corea, la
Guerra de Vietnam, el nacimiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y el
Pacto de Varsovia, la aparición de guerrillas marxistas y dictaduras de ultraderecha en
América Latina, entre otras; marcaron este período histórico.

La pregunta que plantea Huntington en el título de su obra es la introducción y tesis principal


de su teoría, dicho interrogante es la apertura otra serie de cuestionamientos ¿Qué es el
choque de civilizaciones? ¿habrá un nuevo enfrentamiento no declarado entre dos
superpotencias? ¿tendrá Estados Unidos un nuevo rival? Dichas preguntas posiblemente
tengan una respuesta en la actualidad; pero hacer una lectura de este artículo al iniciar la
tercera década del nuevo milenio ofrece una aproximación al pensamiento pre milenario y
posibilidad de compararlo con la realidad actual. Por último, se propone una solución al
siguiente interrogante ¿la teoría de la geopolítica planteada por Huntington es aplicable en la
actualidad?

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SAMUEL PHILLIPS HUNTINGTON

Datos biográficos

Nació el 18 de abril de 1927, fue un politólogo neoyorkino egresado de la Yale University


con 18 años y realizo su doctorado en Harvard donde desde los 23 años (hasta su muerte)
perteneció a su consejo directivo. Desde 1959 a 1962 fue profesor asociado en la Universidad
de Columbia donde dirigía el Instituto de Estudios para la Paz y la Guerra. Falleció el 24 de
diciembre de 2008 en Martha´s Vineyard. (Benavides Martínez, s.f.)

Bibliografía del autor

1957: El solado y el estado: La teoría de la política de las relaciones cívico-militares


1968: El orden político en sociedades cambiantes
1976: La crisis de la democracia: sobre la gobernabilidad de las democracias
1986: Entendiendo el desarrollo político
1996: El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial
2004: Quienes somos: Los desafíos de la identidad nacional estadounidense

Respecto de su libro publicado en 1996, es considerado como una ampliación del artículo
objeto de estudio en el presente texto.

THE CLASH OF CIVILIZATIONS

Antes de comentar los diferentes apartados del artículo de Huntington, es necesario citar un
comentario realizado por el profesor Hugo Fazio Vengoa (1997) como una interpretación
reciente a su publicación sobre lo que serían las relaciones internacionales en el futuro.

El trabajo del profesor Huntington nos advierte que el mundo de la postguerra fría
será una configuración propensa al conflicto, pero estos no se basarán en distinciones
ideológicas, políticas o económicas, sino culturales. Es decir, tiene el atractivo de ser

6
un trabajo que reintroduce la cultura en el análisis político, pero no a la manera de
moda, de que nos estaríamos acercando a la aldea global, donde las diferencias se
desvanecerían en aras de una mayor homogeneidad planetaria, sino que asistimos a
un mayor fortalecimiento de la identificación de los individuos con las
particularidades nacionales. "En este nuevo mundo, los conflictos más generalizados,
importantes y peligrosos no serán los que se produzcan entre clases sociales, ricos y
pobres u otros grupos definidos por criterios económicos, sino los que afecten a
pueblos pertenecientes a diferentes entidades culturales". En definitiva, como lo
precisa el título del libro, la característica del mundo de postguerra fría son los
choques entre las civilizaciones. (p. 84)

El profesor colombiano destaca los futuros conflictos vaticinados por el autor


estadounidense, donde la identidad cultural será la clave para entender la manera como serán
ejecutados los próximos conflictos, enfatizando en “asistimos un mayor fortalecimiento de
la identificación de los individuos con las particularidades nacionales” (Fazio Vengoa, 1997,
p. 84), se destaca la peculiaridad de estos hipotéticos “conflictos del futuro”: la cultura y la
identidad nacional. Pone de ejemplo a la guerra de los Balcanes, sin embargo, afirma que “el
conflicto en Yugoslavia, de ninguna manera puede inscribirse dentro de esta óptica, porque
en este caso no se asistió al choque de grupos pertenecientes a diferentes civilizaciones”
(Fazio Vengoa, 1997, p. 85) argumentando la imposición del Islam por el Imperio Otomano
y la elevación de este grupo a la categoría de “cultural” por Joseph Bros Tito (p. 85).

Al final, Fazio Vengoa concluye:

Estos dos ejemplos que acabamos de citar demuestran claramente las dificultades
que enfrenta un analista al momento de pretender validar los presupuestos teóricos
del profesor Huntington. En síntesis, la información histórica parece contradecir la
principal tesis del profesor norteamericano. Esto, sin embargo, no le resta importancia
al libro, el cual seguramente es un buen y sólido inicio para repensar el tema de la
cultura en la historia y en las relaciones internacionales contemporáneas (p. 86).

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Debe ser tomado en cuenta el año en el cual dicho artículo fue publicado, 1997, un año
después que el libro y cuatro tras su idea central. Han pasado más de 20 años y la pregunta
pertinente es ¿se han materializado los conflictos de índole cultural que plantea Huntington?

I. EL CONFLICTO

Retomando la frase con la que inicia Huntington, la política y por ende, la geopolítica
mundial a mediados de los años noventa se encontraba iniciando una nueva fase, donde los
pensadores y las pensadoras del momento teorizaban con lo que podría ocurrir a inicios del
nuevo milenio. El autor hace una crítica a todas las referencias que menciona afirmando lo
siguiente: “Sin embargo, todas pasan por alto un elemento crucial, e incluso decisivo, de lo
que es probable que sea la política mundial en los años venideros” (Huntington, 2001, p.
125); destacando la necesidad de llenar el vacío de teorizar lo que puede ocurrir con los
fenómenos políticos en el nuevo mileno.

Posteriormente, pasa a definir lo que, para el será “la fuente principal del conflicto” (p. 125)
destacando que no será la economía ni la ideología. El conflicto del siglo XXI se verá
delimitado por “Las grandes divisiones del género humano y la fuente predominante de
conflicto van a estar fundamentadas en la diversidad de culturas (…) El choque de las
civilizaciones dominará la política mundial” (p. 125).

Huntington realiza un breve resumen del conflicto, iniciando con la Paz de Westfalia, desde
ese momento el conflicto se ha visto marcado los enfrentamientos entre los gobernantes con
intereses expansionistas. Posteriormente con la caída del antiguo régimen, y el surgimiento
del Estado como es conocido hoy en día, hasta la Primera Guerra Mundial “se dejaron las
guerras entre reyes y empezaron las guerras de pueblos” (p. 125). Tras la Revolución Rusa,
las ideologías fueron quienes encarnaron el conflicto, terminando con la Guerra Fría.

Durante la Guerra Fría, este último enfrentamiento cristalizó en una dura oposición
entre las dos superpotencias, ninguna de las cuales era un Estado nacional en el
sentido europeo clásico, definiendo cada una de ellas su identidad en términos de su
ideología (p. 126)

8
Tomando en cuenta a Thomas Hobbes para dar una aproximación al Estado en el sentido
europeo se aprecia que:

La causa final, fin o designio de los seres humanos (que naturalmente aman la libertad
y el dominio sobre los démas) al introducir esta restricción sobre sí mismos (en la
que los vemos vivir formando Estados) es el cuidado de su forma conservación y, por
añadidura, el logro de una vida más armónica; es decir, el deseo de abandonar esa
miserable condición de guerra que, tal como hemos manifestado, es consecuencia
necesaria de las pasiones naturales de los seres humanos, cuando no existe poder
visible que los tenga a raya y los sujete, por temor al castigo, a la realización de sus
pactos y a la observancia de las leyes de naturaleza. (Hobbes, 2015, p. 135)

El Estado entendido como el cuerpo que contiene un ordenamiento jurídico que controla a la
población.

La Nación, desde un punto de vista marxista, es definida como:

Nación es una comunidad humana estable, históricamente formada, surgida sobre la


base de la comunidad, de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología,
manifestada ésta en la comunidad de cultura [...]. Sólo la presencia conjunta de todos
los rasgos distintivos forma la nación” (Stalin, 1976, p. 25).

Al unir estos conceptos, se entiende como un Estado nacional aquel cuerpo que controla a la
población y contiene una identidad común entre sus habitantes.

“Con el fin de la Guerra Fría, la política internacional sale de su fase occidental” (Huntington,
2001, p. 126), esta afirmación muestra que la hegemonía que las civilizaciones occidentales
han tenido durante el último milenio estaba próxima a terminar, donde civilizaciones
catalogadas como no occidentales tendrían reconocimiento.

Un ejemplo colombiano se presenta con los escaños que tienen los pueblos indígenas y
afrodescendientes en el Congreso de la República, quienes no son considerados como una
civilización occidental tienen voz y voto en el cuerpo legislativo nacional, espacio ocupado
hasta 1991 únicamente por quienes habían adoptado la cultura europea.

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II. LAS CIVILIZACIONES Y SU EVENTUAL CHOQUE

Una civilización es, pues, la más elevada agrupación cultural de gentes y el más
amplio nivel de identidad cultural que poseen los pueblos y que es en suma lo que
distingue a los seres humanos de las demás especies. Una civilización se deja definir
por elementos objetivos comunes, como los son el lenguaje, la historia, la religión,
las costumbres y las instituciones, y también, a su vez, por la autoidentificación
subjetiva de un pueblo. (p. 126)

El concepto de civilización, a primera vista no tiene grandes diferencias con lo que es


entendido por Nación, que, de hecho, no se limita a un único Estado Nacional. Huntington
pone de ejemplo a las civilizaciones occidentales, latinoamericanas y árabes, cada una con
sus divisiones y dinamismos que las lleva a hacerse más grandes, unirse con otras o
desaparecer.

Los occidentales tienden a considerar a los Estados nacionales como los principales
actores en los asuntos mundiales; y así ha sido, ciertamente, mas sólo durante unos
pocos siglos. Las conquistas más admirables de la historia humana fueron fruto de la
historia de las civilizaciones. (p. 127)

Aquí se hace un aporte que vale la pena destacar; desde la Paz de Westfalia se ha llevado por
el Estado Nacional toda relación diplomática, conflicto armado, comercio, etc. Pero
previamente, y antes de la hegemonía occidental, las civilizaciones eran el ente dominante y
quienes llevaron a cabo los principales avances.

La identidad de civilización es cada vez más importante y “el mundo se irá configurando en
amplia medida por las interacciones” (p.127) entre civilizaciones. Huntington identifica 8
civilizaciones (la occidental, confuciana, japonesa, islámica, hindú, eslavo-ortodoxa,
latinoamericana y la africana) que protagonizaran “las batallas más serias del futuro se van a
librar a lo largo de las líneas de fractura culturales que separan” (p. 127).

¿Por qué han de chocar las civilizaciones? (p. 127 – 130):

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1) Las diferencias entre civilizaciones son reales y básicas. Se diferencian entre si por la
historia, lenguaje, cultura, tradición y religión.
2) Incremento del impacto entre las relaciones con diferentes civilizaciones,
intensificando la conciencia de la civilización y sus diferencias con otras; reforzando
diferencias y relaciones amistosas del pasado, o que la gente cree que ocurrieron.
3) La modernización económica y el cambio social despoja de las antiguas identidades,
debilitan el Estado Nacional como fuente de identidad y favorece a los grupos
“fundamentalistas”.
4) Crecimiento de la conciencia de civilización es potenciado por el papel dual de
occidente: cima de poder y el retorno a las propias raíces de cada una,
5) Características y diferencias culturales “son menos mudables”
6) Aumento del regionalismo económico, manifestado en el aumento de las relaciones
comerciales intrarregionales

El autor da diversos ejemplos de cómo los rasgos comunes de diversas civilizaciones ha


mejorado las relaciones, principalmente comerciales, entre ellas mismas y dificultado las
relaciones con otras.

Por último, se da el choque a dos niveles (p. 131):

1) Micronivel: grupos a lo largo de líneas de fractura entre civilizaciones entran en


conflicto por el control del territorio y entre sí.
2) Macronivel: los Estados de civilizaciones diferentes compiten por el relativo poder
militar y económico, pugnan por el control de instituciones internacionales y de
terceros, y promueven competitivamente sus principales valores políticos y
religiosos.

Como ejemplo del macronivel está la República Popular de China y los Estados Unidos,
quienes recientemente se han visto inmersos en medio de una guerra comercial donde el
primer Estado (compuesto en su mayoría por la civilización confucionista) debido a su
reciente “primavera económica” se ha visto inmerso en un aumento de su poder y hegemonía,
otorgando créditos a otros Estados con el fin de ejercer cierto control sobre ellos. Así mismo,

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posee un amplio poder militar, armas nucleares y es parte del Consejo de Seguridad de la
Organización de Naciones Unidas.

III. LA FRACTURA DE LAS CIVILIZACIONES

Huntington (2001) dice “Las líneas de fractura entre


civilizaciones están reemplazando a las fronteras políticas e
ideológicas de la guerra fría como puntos álgidos de crisis y
derramamiento de sangre” (p. 131), dando una “predicción”
a su visión de lo que será el conflicto en el siglo XXI.

Posteriormente, procede a describir el contexto de la fractura


presente en Europa Central, la cual “puede muy bien ser la
frontera oriental de la Cristiandad Occidental del año 1500”
(p. 131). Dicho momento histórico involucra la caída del
Imperio Romano de Oriente y el surgimiento del Imperio
Otomano, el Cisma de Oriente que divide al Cristianismo
entre el Catolicismo y la Iglesia Ortodoxa, junto con la
expansión del Islam por el norte de África, parte de los
Balcanes.

La imagen en cuestión es usada por Huntington (p. 132) con


el objetivo de mostrar “la fractura” de la civilización en
Europa. Quienes se ubicaban al norte y al occidente se
distinguen por tener una mayoría Católica o Protestante,
vivir en un sistema feudal durante el medioevo, la Reforma,
el Renacimiento, la Ilustración, Revoluciones Burguesas y un nivel económico superior (en
su mayoría conformaron la Unión Europea y son parte de la OTAN). Al oriente, Ortodoxos
y Musulmanes, Otomanos y Zaristas, “su economía está en general más atrasada que la de
sus vecinos occidentales” (Huntington, 2001, p. 132) y un menor indicé de democracia.

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Oriente y occidente se han visto inmersos en conflicto desde hace cientos de años, tras la
fundación del Islam y su expansión, las Cruzadas, el expansionismo Otomano, colonialismo
de las potencias europeas en África y Asia, el conflicto en el Golfo Pérsico, las tensiones y
enfrentamientos entre Israel (influida por occidente) y los árabes, entre otros ejemplos citados
por Huntington demuestran como esta rivalidad entre dos civilizaciones ha marcado gran
parte de la historia. Enfatizando en el crecimiento de movimientos islamistas reaccionarios
(tras varios intentos de imponer la Democracia en países árabes), protagonistas de la postura
militar de los Estados Unidos durante el inicio del siglo XXI (la guerra contra el terrorismo)
tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

El sentimiento antioccidental se ve complicado por la demografía “El espectacular


crecimiento de la población en los países árabes, particularmente en el Norte de África, ha
disparado la migración a Europa occidental” (p. 133), lo cual hoy se ha visto a lo largo del
siglo, el crecimiento de la xenofobia en Europa, que ha llevado a algunos Estados a cerrarse,
el auge de partidos de extrema derecha o los atentados que ocurrieron en Europa en la
segunda década del siglo XXI son una muestra de esto. Huntington, en un ejercicio
predictivo, en la décima página del artículo destaca como las confrontaciones del futuro
involucraran a los musulmanes, en dicha área (destacando a Pakistán) “comenzará la lucha
por el nuevo orden mundial” (p. 134); siguiendo con otro Choque de Civilizaciones, “la otra
gran interacción antagonista de la civilización islámica árabe ha sido la de los pueblos negros
del sur” (p. 134), potenciada con la cristianización de estos territorios; en su tiempo destaco
la guerra civil en Sudán, la cual termino con la creación de Sudán del Sur en 2011. Un tercer
Choque de Civilizaciones consiste entre musulmanes y el hinduismo (p. 135); Las diferencias
entre China y Estados Unidos tras la Guerra Fría, la competición económica de Japón y los
Estados Unidos, etc.

IV. SÍNDROME DE LA NACIÓN HERMANA

Los grupos o Estados pertenecientes a una civilización que está en guerra con una
civilización diferente tratan naturalmente de obtener apoyo de otros miembros de su
propia civilización. A medida que evolucionan las secuelas de la guerra fría, la

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comunalidad de civilización, lo que H. D. S. Greenway ha denominado el síndrome
de la “nación hermana”, va reemplazando las cuestiones de ideología política y del
tradicional equilibrio del poder como base principal, por la cooperación y las
coaliciones. (p. 136)

¿Qué es el “Síndrome de la Nación Hermana” ?, la necesidad de un grupo de asociarse con


sus similares buscando imponerse sobre los demás. Huntington cita como ejemplos a la
Guerra del Golfo, los conflictos de la antigua Unión Soviética o la guerra en Yugoslavia,

Sería redundante comentar cada ejemplo propuesto para explicar dicho fenómeno, sin
embargo, vale la pena resaltar la frase con la cual se finaliza dicho apartado “La próxima
guerra mundial, si llega a haberla, va a ser una guerra entre civilizaciones”. (p. 139), las
guerras mundiales mostraron alianzas de Estados con intereses comunes, por ejemplo, la
Segunda Guerra Mundial demostró como dos ideologías antagónicas se unieron para vencer
al Fascismo. En una eventual alianza entre civilizaciones en la hipotética nueva guerra, el
interés común vendrá de las características que la convierten en civilización y no la ideología
o algún interés económico.

V. OCCIDENTE

¿Dónde se encontraba la considerada como civilización occidental al momento de la


publicación de dicho artículo?, en palabras de Huntington (2001) “ocupa ahora una
extraordinaria cima de poder en relación con las demás civilizaciones” (p.139), esto debido
a la caída de la “Cortina de Hierro” y el capitalismo como el nuevo orden mundial, fomentado
por la OTAN (organización militar que abarca a las potencias occidentales), el nacimiento
de la Unión Europea y su cercanía a Estados Unidos, país consolidado en ese momento como
la única superpotencia. En su momento, las decisiones del Fondo Monetario Internacional y
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas “reflejan los intereses de occidente”.

Las diferencias sobre el control de ámbito geopolítico mundial, como las diferencias
culturales, generan conflicto entre occidente y las civilizaciones restantes. Se considera a
occidente como “la cuna” del individualismo, constitucionalismo, los derechos humanos, el

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libre mercado, la libertad, la democracia, entre otros conceptos. La dominación cultural de la
Civilización Occidental se ve plasmada en la cátedra universitaria de las ciencias sociales en
América Latina donde se estudian principalmente teorías y pensadores del hemisferio; en la
viralización del arte y la cultura occidentales a lo largo del mundo plasmado en ciudades
como Dubai o Tokio; la religión cristiana con miles de feligreses en cada Estado; etc. Así
mismo, el sistema del Derecho Internacional Público en su mayoría está influenciado por
occidente como la creación de la ONU, el Derecho Internacional Humanitario o los Tratados
de Libre Comercio bajo la lógica del libre mercado occidental. Dichas ideas “han tenido con
frecuencia escasa resonancia en las culturas islámica, confuciana, japonesa, hindú, budista y
ortodoxa” (p. 140), sin embargo, se sostiene a la Civilización Occidental como la
“Civilización Universal”.

La noción misma de que pudiese existir una “civilización universal” es una idea
occidental que choca frontalmente con el particularismo de la inmensa mayoría de
las sociedades asiáticas y con el énfasis que éstas ponen en lo que distingue a un
pueblo de otro. (p. 140 – 141)

Los valores occidentales y los orientales son diversos, políticamente, a pesar del esfuerzo
norteamericano por importar estas ideas al resto del mundo, que, a la luz de 2020, no ha sido
completamente exitosa. Así mismo, las dinámicas migratorias y el auge de civilizaciones
distintas a la occidental, ha permitido que en los Estados parte de occidente surjan partidos
de extrema derecha que busquen la protección de su cultura ante el inminente auge de otras
posibles potencias económicas y culturales.

VI. PAÍSES ESCINDIDOS

No todo Estado es homogéneo, dentro de sus fronteras es posible la existencia de diferentes


identidades culturales, dialectos, incluso formas de gobierno o jurisdicciones especiales. En
algunos casos, una identidad es impuesta por sobre las demás a pesar de ser reconocida
jurídicamente; mientras en otras ocasiones ambas identidades coexisten en armonía; pero

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también se dan diversos movimientos separatistas al interior de ese Estado Unitario o de esa
Federación con el fin de obtener la plena autonomía.

En palabras de Huntington “Algunos países tienen un grado definido de homogeneidad


cultural, pero están divididos respecto a la cuestión de si su sociedad pertenece a una cultura
u otra” (p. 141), estos son aquellos “países escindidos” donde sus dirigentes buscan adoptar
una estrategia de adhesión al partido ganador y forzar la transición a la cultura occidental. El
autor menciona a México y Turquía como ejemplos, donde se intentaron adaptar a occidente;
mientras que el país musulmán ha sido constantemente rechazado por la “élite occidental”
(lo cual aplica en el siglo XXI). México, por su cercanía geográfica a los Estados Unidos
intento norteamericanizarse, sin embargo, gran parte de la sociedad se ha resistido a dicho
cambio, reflejado en hechos como la elección de López Obrador en 2018.

El principal ejemplo propuesto por el politólogo norteamericano es Rusia, que tras la


disolución de la U.R.S.S. Boris Yeltsin intento adoptar medidas similares a las aplicadas en
occidente para hacer a Rusia parte de este, lo cual fue paralizado por el pueblo y la élite rusa,
donde algunos exponentes como Stankevich propusieron la línea que el país mantiene hoy
en día, el apoyo a los turcos y musulmanes y afianzar la identidad rusa. Así mismo, por esa
época se podía escuchar el discurso nacionalista y antioccidental que buscaba rehacer el
poderío militar ruso y mejorar la relación con la República Popular de China.

¿Dónde se encuentra la Federación de Rusia en 2020?: La Duma (órgano legislativo) posee


como fuerza política predominante al partido Rusia Unida (en segundo lugar el Partido
Comunista, considerado como el sucesor de aquel que controlaba la Unión Soviética), el
primer ministro y el presidente hacen parte del partido mayoritario, de fuerte tendencia
nacionalista, así mismo las relaciones con China hoy en día son muy estrechas.

Rusia aparentemente ha podido superar su condición de “país escindido” teniendo en cuenta


el siguiente criterio:

Al disolverse la Unión Soviética, Rusia atravesó graves crisis a nivel político y


económico. El nacionalismo, entendido como el proceso por medio del cual se

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anteponen los intereses del Estado en cualquier decisión política y se justifican en la
defensa de la nación. (González Bolívar, 2019, p. 12)

Este fragmento, desde el concepto propuesto por Huntington es visto como el fracaso de
“occidentalizarse” y reafirmar las convicciones internas de un pueblo, con el fin de mantener
la unidad de la nación y encontrar aliarse con quienes se encuentran en condiciones similares
a la suya.

¿Qué hace a una nación una “nación escindida”? (Huntington, 2001, p. 143 – 144)

1. Sus mandos políticos y económicos comparten entusiasmo por este movimiento


2. La ciudadanía busca verse englobada en un nuevo contexto cultural
3. Los grupos dominantes de la civilización receptora quieren acoger a los convertidos

La hegemonía occidental ha permitido que únicamente aquellos Estados con poder se acojan
a esta política, como ocurre con los Emiratos Árabes Unidos o Japón.

VII. ORIENTE

Durante los años 90´s, la mayor parte de países occidentales redujeron su poderío militar, sin
embargo, varios Estados en Asia empezaron a aumentar su poder militar, apareciendo una
nueva alianza entre países de civilización confuciana e islámica. “La conexión confuciano –
islámica emergió como desafío a los intereses, valores y poderío occidentales” (p. 144).

Desde el punto de vista de Huntington, este conflicto entre occidente y los Estados
confuciano – islámicos se mueve bajo la lógica del poder armamentístico con armas de
destrucción masiva; occidente busca la no-proliferación de dichas armas y las inspecciones
de su cumplimiento, mientras las naciones no occidentales se fundamentan en su derecho a
la autodeterminación para poseer las armas que necesiten para su seguridad.

¿Qué esta ocurriendo en 2020?, el año inició con “vientos de guerra” entre Estados Unidos e
Irán; durante los años 2010´s se alcanzó un elevado nivel de tensión con la República Popular
Democrática de Corea por su tenencia, desarrollo y amenazas de armas nucleares; así mismo

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la tensión al sur de China por el control del mar ha fomentado el desarrollo militar de esta
nueva superpotencia, quien además se encarga de ser una importante exportadora de armas.
Existe “un pacto de apoyo mutuo de renegados, firmado por los candidatos a la proliferación
y quienes los respaldan” (p. 146).

VIII. IMPLICACIONES PARA OCCIDENTE

Este apartado funciona como conclusión a la teoría, donde el autor aclara no desear la
existencia de un nuevo conflicto, se limita a dar una hipótesis de lo que él cree será el
conflicto futurista.

En resumen, advierte que:

Las civilizaciones no-occidentales continuarán tratando de adquirir la riqueza, la


tecnología, las habilidades, las máquinas y el armamento que son parte del ser
moderno. También tratarán de reconciliar esta modernidad con sus culturas y sus
valores tradicionales. Su poder económico y militar por relación a Occidente irá en
aumento. Y la consecuencia que de aquí se sigue es que Occidente tendrá que
acomodarse o adaptarse crecientemente a estas modernas civilizaciones no-
occidentales cuyo poder se aproxima al occidental, pero cuyos valores e intereses
difieren significativamente de los occidentales. Ello requerirá que Occidente
mantenga el poder económico y militar necesario para proteger sus intereses en
relación con esas civilizaciones. Pero también requerirá que Occidente desarrolle una
comprensión más profunda de los fundamentales supuestos filosóficos y religiosos
subyacentes a otras civilizaciones y de los modos en que las gentes de esas
civilizaciones suelen ver sus propios intereses. (p. 147)

Las demás civilizaciones se han hecho más relevantes a escala global, nuevamente occidente
ha pedido el monopolio del poder que poseía, ahora deberá coexistir para evitar el conflicto.

Las implicaciones del poderío de estas civilizaciones contrarrestan el peso de la que ha sido
dominante durante los últimos tiempos, quienes poco a poco irán ejerciendo influencia sobre

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otros países, que también influirán sobre otros manteniendo un ciclo, donde puede
desencadenar el conflicto o la tolerancia mutua. El debate va más allá de lo geopolítico,
adquiriendo dimensiones filosóficas con un fuerte énfasis en la ética y moral de la humanidad
vista como un conjunto de civilizaciones que interactúan entre ellas.

DESDE EL SIGLO XXI, A MODO DE CONCLUSIÓN REFLEXIVA

El mundo de hoy es diferente al conocido por Samuel antes de morir. Sin embargo, su teoría
se ha visto aplicada en las nuevas dinámicas que ha adquirido el escenario geopolítico en la
actualidad. Lo que se ha considerado como parte de occidente ha perdido el poder adquirido
tras el final de la Guerra Fría tras el ascenso de China como una nueva superpotencia
económica, la adquisición de armas nucleares por los países árabes o las constantes amenazas
de Corea del Norte que han “puesto a temblar” a los países occidentales. La Democracia
occidental se ha visto envuelta en una crisis manifestada por las largas jornadas de
manifestantes en América Latina, enlazada con la civilización occidental por ser su histórico
“patio trasero”.

Los conflictos al interior de la civilización también se han visto plasmados, las diferencias
culturales que acompañan a las naciones que conforman una civilización han permitido la
aparición de movimientos independentistas de territorios que conforman Estados
aparentemente unitarios. La ideología tampoco ha desaparecido, pero a escala internacional
paso a tener un segundo plano, sin embargo, al interior de las fronteras de cada Estado ha
mantenido su relevancia, donde el radicalismo a permitido la aparición de grupos de extrema
derecha que favorecen el proteccionismo cultural de un país, aislándole incluso de su misma
civilización.

El Choque de Civilizaciones es el protagonista del nuevo conflicto, donde culturas


históricamente relegadas hoy han resurgido y buscan obtener el espacio arrebatado por una
civilización legitimada como superior. Desde la teoría de Huntington, el ser humano
agrupado bajo ciertas condiciones condiciona su actuación a lo que la moral de dicho lugar
le indica, pudiendo discrepar con la moral de otra civilización e iniciar un nuevo conflicto.

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La invitación que el teórico hace al finalizar su texto es a la tolerancia mutua como fuente de
cooperación para el progreso conjunto de la humanidad. Las diferencias no tienen que ser
resueltas, los seres humanos somos extremadamente diversos lo cual se refleja en cada una
de las civilizaciones sobrevivientes hoy en día, ninguna posee un mayor nivel axiológico que
otra, simplemente se coexiste y se deben tolerar y entender las diferencias para superar el
conflicto, la imposición de ideas ha favorecido el surgimiento de nuevas discrepancias que
han terminado con vidas humanas.

La discusión sobre las implicaciones que traería la imposición o la tolerancia es muy amplia,
y posiblemente nunca se alcance un consenso. Pero una cosa es clara, las civilizaciones
históricamente han sido la base de lo que hoy conocemos como Geopolítica y los choques
entre ellas han forjado al mundo como lo vemos hoy, donde una se impuso sobre las otras
pero, como dice el principio básico de la Gravedad en el argot popular “todo lo que sube,
tiene que bajar”.

REFERENCIAS

Benavides Martinez, C. (n.d.). Huntington, Samuel Phillips (1927-2008). [online]


MCNBiografias. Disponible en: http://www.mcnbiografias.com/app-
bio/do/show?key=huntington-samuel [Consultado el 22 Feb. 2020].

Engels, F., y Marx K. (2000) El Manifiesto Comunista; Ediciones elaleph.com

Fazio Vengoa, H. (1997). El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial.


Historia Crítica, Número 15, junio 1997, págs. 84 – 86

Gonzáles Bolívar, D. (2019). Nacionalismo en Rusia: ¿Un arma de gobierno de Vladimir


Putin?. Justicia, 24 (35). https://doi.org/10.17081/just.24.35.3374

Hobbes, T. (2015). El Leviatán; Editorial Skla

Huntington, S. P. (2001) ¿Choque de civilizaciones? Teorema: Revista internacional de


filosofía, Vol. 20, Nº. 1-2, 2001, págs. 125-148

Stalin, I. (1976). El marxismo y la cuestión nacional. Madrid: Alianza Editorial

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