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TUPAC AMARU: LA REBELION DE LOS PUEBLOS LIBRES

Martes 15 de mayo de 2007


(Argenpress). El 18 de mayo de 1781 fue asesinado por los españoles el inca José Gabriel Túpac Amaru. Junto a él cayeron sus familiares más
cercanos y algunos de los que colaboraron con la rebelión. Mutilados, ahorcados, decapitados, descuartizados, vilipendiados por sus carceleros,
los tupamaristas escribieron una página de heroísmo que todavía conmueve a los pueblos indoamericanos.
El propio inca Túpac Amaru relató cuáles eran algunas de las formas de vida impuestas por los conquistadores a los nativos americanos. "Nos
oprimen -decía- en obrajes, chorillos y cañaverales, cocales, minas y cárceles en nuestros pueblos, sin darnos libertad en el menor tiempo de
nuestro trabajo; nos recogen como a brutos, y ensartados nos entregan a las haciendas para laborar, sin más socorro que a nuestros propios
bienes y a veces sin nada".
Era la descripción de una explotación terrible donde "los indios rinden la vida con vómitos de sangre".
La de Túpac Amaru fue una de las rebeliones más importantes contra el imperio español. Algunos historiadores han tratado de menospreciar su
significado. Vicente Sierra la redujo a una sublevación contra un corregidor y Ernesto Palacio intentó oscurecerla vinculándola a maquinaciones inglesas en las
colonias españolas.
Las causas de la rebelión tupamara fueron políticas, sociales y culturales y pusieron a la luz del día las lacras infames del imperio español en América.
Marx en El Capital describió acertadamente, hace más de un siglo, aquel derramamiento de sangre que caracterizó la dominación española. Fue, según Marx, una
"cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento de la población aborigen en las minas" y recordó: "Los actos de barbarie y desalmada crueldad cometidos por
las razas que se llaman cristianas contra todas las religiones y todos los pueblos del orbe que pudieron subyugar, no encuentran precedentes en ninguna época de la
historia universal ni en ninguna raza, por salvaje e inculta, por despiadada y cínica que ella sea".
La propia muerte de Túpac Amaru es un testimonio de la crueldad contra la raza americana. En la condena a Túpac Amaru se detalló cómo debía morir: "Que sea
sacado de la cárcel, arrastrado a la cola de una bestia de albarado y conducido a la horca... que muerto naturalmente en ella por mano del verdugo, le sea cortada la
cabeza y descuartizado; que la cabeza se lleve en una jaula de hierro al puerto de La Guaira... que se ponga uno de los cuartos a la entrada del pueblo de Macuto".
La realidad fue peor que la orden. Pedro De Angelis incluyó en una de sus obras documentales la descripción de un testigo ocular que relató minuciosamente el
sacrificio. Primero se ahorcó a José Verdejo, Andrés Castelo y a la mujer de Túpac Amaru, Micaela Bastidas, que sufrió infinitos tormentos; a su tío Francisco Túpac
Amaru y a su hijo Hipólito, se les cortó la lengua antes de ahorcarlos; a la india Condemaita, cacica de Acos, se le aplicó el garrote. A José Gabriel se le cortó la lengua
y se amarraron sus extremidades a cuatro caballos. Como no lograron descuartizarlo, le cercenaron la cabeza.
Era común estos tratamientos para con los indígenas americanos y otros rebeldes. Pese a los esfuerzos hechos por España para eliminar el influjo incaico, peligroso
para su estabilidad imperial, no lo logró plenamente y el pensador Alexander von Humboldt expresó en el último decenio de la época colonial: "Dondequiera que ha
penetrado la lengua peruana, la esperanza de la restauración de los incas ha dejado huellas en la memoria de los indígenas que guardan algún recuerdo de su historia
nacional".
La epopeya de Túpac Amaru forma parte del conjunto de rebeldías populares anticolonialistas del siglo XVIII. Lo mismo que Antequera, que conmovió al Paraguay, el
comunero Mompox quien en 1732 levantó a los guaraníes. O la población de Venezuela que se levantó contra la Compañía Guipuzcuana entre 1762 y 1764. O el
pueblo de Quito que se sublevó en 1765 contra el estanco al alcohol.
Los escritores peruanos Urteaga y Valega han explicado el contexto de la sublevación tupamara de 1780: "La mita, convertida en trabajo perpetuo, sin excepción de
climas; los obrajes, factores de aniquilamiento; los pongos, en esterilización de la juventud; los repartimientos, en focos de esclavitud; el monopolio comercial, en
fuerza disgregante; el excesivo arancel eclesiástico, en elemento empobrecedor; la ley ineficaz, en auspiciadora de las represalias contra quienes reclamaban
derechos legítimos".
Hubo un influjo garcilasiano en Túpac Amaru. El Inca Garcilaso de la Vega, con su prédica libertadora, determinó a muchas conciencias de la época. Aquellos
Comentarios Reales del Inca Garcilaso reunían parte de la cosmovisión indigenista que entroncaba la situación real con el pensamiento mágico-religioso de los
oprimidos. Visitadores, corregidores, clérigos y militares de la época se dieron a la tarea de destruir aquella obra "peligrosa" que, sin embargo, era leída con interés
por los rebeldes.
Pero he aquí que Túpac Amaru, estudiante de los jesuitas, conoció también muchas ideas tributarias del tomismo español que alentaban la resistencia a la opresión e,
incluso, que planteaban el tiranicidio contra los déspotas. Con ese arsenal espiritual, político e ideológico, Túpac Amaru amasó su rebeldía que también tuvo un
contenido social. Los hispanos consideraban a los indios como seres "bípedos inferiores" y a partir de ello, su explotación era considerada como moneda corriente. En
el programa social de Túpac Amaru figuraron cinco reivindicaciones básicas. 1) La supresión de la mita; 2) eliminación de los obrajes; 3) anulación del reparto de los
corregidores; 4) abolición de todo tipo de alcabala, y 5) manumisión de los esclavos, a condición de adherir a la causa.
Túpac Amaru propuso "extirpar" a los españoles de suelo americano, salvo los sacerdotes, demostrando con ello una voluntad independentista.
El mayor de sus biógrafos, Boleslao Lewin, en su obra no superada, La rebelión de Túpac Amaru y los orígenes de la Independencia de Hispanoamérica, demuestra
que en sus edictos a los mestizos e indios, el líder rebelde, si bien son notables las expresiones de fidelidad al catolicismo, no demuestra ninguna exaltación hacia los
monarcas y a los españoles.
Tal era su velado anunció de separatismo, de independentismo, que recién se afianzaría cuatro décadas después. En uno de sus documentos, fechado el 23 de
diciembre de 1780, se refirió a las "amenazas hechas por el reino de Europa" y les promete que "en breve serán libres del todo".
Todavía su grito de libertad perdura. Como También persiste el avasallamiento de los derechos indígenas en toda la América Latina.
Túpac Amaru II
Nacimiento
19 de marzo de 1738
Tinta, Virreinato del Perú
Fallecimiento
18 de mayo de 1781
(43 años)
Cuzco,
Virreinato del Perú
Ocupación
curaca, caudillo y primer líder libertador de América
Cónyuge
Micaela Bastidas Puyucahua
Hijos
Hipólito, Mariano y Fernando
José Gabriel Condorcanqui Noguera (Tinta, Virreinato del Perú, 19 de marzo de 1738 - Cuzco, 18 de mayo de 1781), mayormente conocido como Túpac Amaru II, fue
un caudillo indígena líder de la mayor rebelión anticolonial que se dio en América durante el siglo XVIII. Descendía de Túpac Amaru I (último sapa inca, ejecutado por
los españoles en el siglo XVI). Usó indistintamente los dos nombres.[1]
Lideró la denominada «Gran rebelión» que se desarrolló en el Virreinato del Río de la Plata y el Virreinato del Perú, iniciada el 4 de noviembre de 1780 con la captura
y posterior ejecución del corregidor Antonio de Arriaga. [1]
Curaca de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, era adinerado y se dedicaba al comercio. Se trataba de un personaje de origen mestizo en el que confluía la sangre
del Sapa inca Túpac Amaru con la de los criollos. De hecho, durante una gran parte de su vida, habiendo sido criado hasta los 12 años por el sacerdote criollo Antonio
López de Sosa y luego en el Colegio San Francisco de Borja, mostró preferencia por lo criollo llegando a dominar el latín y utilizando refinadas vestimentas hispanas, [2]
pero posteriormente se vistió como un noble inca y fue excomulgado de la Iglesia católica.
Encabezó el mayor movimiento de corte indigenista e independentista en el Virreinato del Perú. Fue el primero en pedir la libertad de toda América de cualquier
dependencia, tanto de España como de su monarca, implicando esto no sólo la mera separación política sino la eliminación de diversas formas de explotación
indígena (mita minera, reparto de mercancías, obrajes), de los corregimientos, alcabalas y aduanas (14 de noviembre de 1780). Además decretó la abolición de la
esclavitud negra por primera vez en América (16 de noviembre de 1780). Su movimiento constituyó un «parteaguas», debido al cual las autoridades coloniales
eliminaron a la clase indígena noble y acrecentaron la represión contra lo andino, por el temor de que algo así volviera a repetirse.
En Perú ha sido reconocido como el fundador de la identidad nacional [1] peruana. Fue una figura capital para el régimen velasquista (1968-1975) y desde entonces ha
permanecido en el imaginario popular reivindicado.
editar] Riqueza
José Gabriel Condorcanqui fue hijo de Miguel Condorcanqui y Rosa Noguera. Por su condición de indígena noble realizó su estudios con los jesuitas del Colegio San
Francisco de Borja o Colegio de Caciques del Cuzco.
Dominaba el quechua, castellano y latín, destacando entre sus lecturas los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega, las Siete Partidas de Alfonso el Sabio, las
Sagradas Escrituras, el drama quechua Apu Ollantay, así como posterior y clandestinamente textos de Voltaire y Rousseau, en aquella época censurados.
El 25 de mayo de 1758, contrajo matrimonio con Micaela Bastidas con quien tuvo tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando; seis años después de su matrimonio fue
nombrado cacique de los territorios que le correspondían por elemental herencia. Condorcanqui fijó su residencia en la ciudad del Cuzco, desde donde viajaba
constantemente para controlar el funcionamiento de sus tierras.
Debido a sus prósperas actividades económicas, Condorcanqui empezó a sufrir la presión de las autoridades españolas, en especial por presión de los arrieros que
vivían en la región de la cuenca del Río de La Plata, quienes intentaban tener el monopolio del tránsito de mineral por el Alto Perú. Las autoridades españolas
sometieron a Condorcanqui al pago de prebendas.
Vivía la situación típica de los curacas: tenía que mediar entre el corregidor y los indígenas a su cargo. Sin embargo, se vio afectado, como el resto de la población, por
el establecimiento de aduanas y el alza de las alcabalas. Realizó reclamos sobre estos temas pidiendo también que los indígenas fueran liberados del trabajo
obligatorio en las minas, reclamos dirigidos por las vías regulares a las autoridades coloniales en Tinta, Cusco y después en Lima, obteniendo negativas o indiferencia.
Además buscó que se le reconociera su linaje real inca, siguiendo por años un proceso judicial en la Audiencia de Lima y siendo este finalmente rechazado.
[editar] Sublevación
Véase también: Rebelión de Túpac Amaru II
El 4 de noviembre de 1780 se inicia el movimiento militar de José Gabriel Condorcanqui contra la dominación española, adoptando el nombre de Túpac Amaru II, en
honor de su antepasado. Al comienzo el movimiento reconoció la autoridad de la corona, ya que Túpac Amaru afirmó que su intención no era ir en contra del rey sino
en contra del «mal gobierno» de los corregidores. Más tarde la rebelión se radicalizó llegando a convertirse en un movimiento independentista.
Con el apoyo de otros curacas, mestizos y algunos criollos, la rebelión se extendió. Entre sus ofrecimientos se hallaban la abolición tanto del reparto como de la
alcabala, la aduana y la mita de Potosí.
La convocatoria de Túpac Amaru II buscó integrar a indígenas, criollos, mestizos y negros en un frente anticolonial, pero no pudo evitar que la masificación del
movimiento convirtiera el accionar en una lucha racial contra españoles y criollos (en general en el Virreinato los criollos no tenían en su actuar antagonismos con los
españoles, siendo como mucho contrarios a las reformas borbónicas pero fieles a la corona en los demás aspectos).
Su movimiento tuvo dos fases:
 Primera fase o fase tupacamarista, donde destaca la hegemonía de José Gabriel Túpac Amaru y continuada tras su muerte por su primo Diego Cristóbal
Túpac Amaru.
 Segunda fase o fase tupacatarista, donde destaca el protagonismo de Julián Apaza Túpac Katari.
[editar] Juzgamiento y ejecución

Intento de descuartizamiento.
El 18 de mayo de 1781, en la Plaza de Armas del Cuzco, Túpac Amaru II fue obligado, tal y como señalaba la sentencia, a presenciar la tortura y asesinato de sus
aliados y amigos, su esposa y finalmente sus dos hijos, en ese orden. Después le cortaron la lengua. En los días anteriores, había sido torturado con el objetivo de
arrancarle información acerca de sus compañeros de rebelión, infructuosamente. [3]
Se le intentó descuartizar vivo atando cada una de sus extremidades a sendos caballos, de manera infructuosa. Los científicos que han estudiado este tema
concluyeron que por la contextura física de Túpac Amaru II no hubiera sido posible despedazarlo de esa manera, sin embargo se le dislocaron brazos y piernas junto
con la pelvis. Aunque Amaru hubiera sobrevivido a ese intento de descuartizarlo hubiera quedado prácticamente inválido. Finalmente sus verdugos optaron por
decapitarlo y posteriormente despedazarlo. Su cabeza fue colocada en una lanza exhibida en Cuzco y Tinta, sus brazos en Tungasuca y Carabaya, y sus piernas en
Livitaca (actual Provincia de Chumbivilcas) y en Santa Rosa (actual Provincia de Melgar, Puno).
A pesar de la ejecución de Túpac Amaru II y de su familia, el gobierno virreinal no logró sofocar la rebelión, que continuó acaudillada por su primo Diego Cristóbal
Túpac Amaru, al tiempo que se extendía por el Alto Perú y la región de Jujuy.
[editar] Reconocimiento
La fama de Túpac Amaru II se extendió a tal punto que los indígenas sublevados en el llano de Casanare, en la región de Nueva Granada, lo proclamaron rey de
América.
Movimientos posteriores invocaron el nombre de Túpac Amaru II para obtener el apoyo de los indígenas, caso entre otros de Felipe Velasco Túpac Amaru Inca o
Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui, quien pretendió levantarse en Huarochirí (Lima) en 1783. La rebelión de Túpac Amaru II marcó el inicio de la Etapa Emancipadora
de la Historia de Perú.
Esta Gran Rebelión produce una fuerte influencia sobre la Conspiración de los tres Antonios indicios descubiertos en Chile el 1 de enero de 1781, en pleno desarrollo
de la insurrección. Los conspiradores se animaron a actuar gracias a las noticias de los avances de Túpac Amaru II en el Virreinato del Perú.
[editar] Siglos XX y XXI
En el Perú, el gobierno del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975) acogió la efigie estilizada de Túpac Amaru II como símbolo del Gobierno Revolucionario de las
Fuerzas Armadas que él encabezaba. En su honor renombró uno de los salones principales del Palacio de Gobierno, el hasta entonces llamado salón Francisco Pizarro
(que la élite de la Lima republicana creó y mantuvo los primeros 2/3 del siglo XX en su aprecio al conquistador español), retirando además su retrato del centro
superior del salón y reemplazándolo por el del revolucionario indígena. Una Avenida que nace en el fuerte "Hoyos Rubio" honra la memoria de este precursor de la
Independencia sudamericana, en una extensión de 22 km y alberga el terminal del Tren Metropolitano, que recorre dicha avenida en 10 km.
Túpac Amaru II es considerado un precursor de la Independencia del Perú. Actualmente su nombre y figura es acogida ampliamente por los movimientos indígenas
andinos, así como por los movimientos de izquierda política.
En otro sentido, su nombre también fue utilizado por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru o MRTA, agrupación guerrillera que operó en Perú de 1985 a 1997.
El MRTA se dio a conocer internacionalmente por la Crisis de los rehenes de la embajada de Japón (1996 - 1997) y fue uno de los beligerantes del conflicto armado
interno en Perú (1980 - 2000).
En Uruguay los Tupamaros también conocidos como Movimiento de Liberación Nacional o por sus siglas MLN-T, fue un grupo insurgente que estuvo activo entre los
años de 1960 y 1970, que se denominó como tal por la admiración y respeto que según sus militantes sentían por Túpac Amaru II.[cita  requerida]
En Venezuela, inspirados en la guerrilla uruguaya mencionada, el Movimiento Tupamaro de Venezuela desarrolló acciones armadas entre 1992 y 1998, para después
integrarse a la política formal.
En Estados Unidos el famoso rapero 2pac (1971-1996) tuvo como nombre de nacimiento el de Túpac Amaru Shakur debido a la admiración que su madre Afeni
Shakur (activista de la organización afroestadounidense Pantera Negra) tenía por Túpac Amaru II.
En Argentina el nombre de este líder rebelde fue adoptado por la Asociación Túpac Amaru, un movimiento indigenista político y social surgido en 2001 en la provincia
de Jujuy que actualmente tiene presencia en 15 provincias argentinas. También pertenece a la Galería de los Patriotas Latinoamericanos, [4] creada en Casa Rosada por
la presidenta Cristina Fernández en 2010 (año del Bicentenario de la Revolución de Mayo).

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