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“La aventura de la santidad comienza con un «sí» a Dios”  Juan Pablo II

Tema: La santidad
Oración: Gracias Señor, por mi familia, por mi hogar, por mi colegio, por los alimentos que me das
y por la bendición de cada día.
Dinámica: Se entregará a cada niño una hoja, en la que debe poner su nombre y apellido. Luego se
recogen y se mezclan. Se vuelven a repartir y cada uno deberá dibujar, de la mejor manera posible,
al compañero que tiene al lado, sin que su compañero se dé cuenta, ya que se verá reflejado en el
tema que estamos viendo, porque la santidad se vive en la cotidianidad y más aun con los
compañeros.
Pero es opcional se puede elegir otra dinámica que el seminarista vea indicada para el momento.

Objetivo: Crear en los niños, un deseo de ser santos y a tener una estrecha relación con Jesús, ya
que como dice el papa francisco “caminar hacia la santidad consiste en marchar hacia aquella gracia
que viene al encuentro, caminar hacia la esperanza, permanecer en tensión hacia el encuentro con
Jesucristo”. (Francisco 2018)
Texto Bíblico: (Levítico 20:26).
Sean ustedes santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los he elegido entre las demás naciones, para
que sean míos.
Reflexión:
“La santidad es un don, es el don que nos hace el Señor Jesús, cuando nos toma consigo y nos
reviste de sí mismo, nos hace como Él”. Pero ¿qué significa ser santo? Estar apartado, separado del
pecado para Dios, y ¿cómo logramos eso? Teniendo una relación diaria a través de la oración,
obedeciendo a nuestros padres y pidiéndole a Jesús que nos haga niños muy buenos.
Actividad: Atravesando el puente.
Para esta actividad, los niños tendrán que quitarse los zapatos, y deberán formar un puente con los
zapatos de los demás compañeros. Después pasaran sobre los zapatos de todos, sintiendo tal vez la
incomodidad, por los zapatos de sus compañeros, tal vez mal- oliente etc... Pero tendrán solo 2
vidas para lograr cruzar todos, ninguno debe caerse porque para eso tendrán que construir el puente
y Luego llegar hasta el final.
Con esta actividad se logra entender de cómo la santidad de Dios se puede asemejar a un puente,
que por el cual debemos pasar todos, así no seamos los mejores, o tengamos incomodidades, pero
que al final así es la santidad, es para todos sin distinción y todo porque Jesús nos llama a ser como
él santos, solo por ser sus Hijos.

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