En un pueblo de la provincia del Aconcagua, durante la luna
menguante, una pareja hace el amor en un cuartito de paredes azules. Del coito, el espermatozoide de Gonzalo penetra el óvulo de Gabriela en lo que se opaca el gemido de ambos. Se besan los labios, los pómulos y se duermen empapados de sudor.
Infancia
Nueve meses y siete años después en el living de la misma
casa, un 28 de Julio de 1999, Marcelito orina sus juguetes por culpa del sonambulismo que lo aqueja. Gabriela, ahora llamada madre, ve las últimas tres gotas de pipí. El sol cae junto con las bolsas del supermercado que tira al suelo la madre mientras corre a sarandiar a Macerlito. Queda llorando castigado en su cuarto Marcelito y el día se acaba.
Pubertad
Marcelito, una tarde de marzo, cumplió los diecisiete años
entre torta, galletas, kuchen, panes con palta y jamón, se fue acostar temprano, al día siguiente a las seis y media de la mañana tenía clases con el maestro Ku-chuan. El maestro era tanto su sensei de artes marciales como su profesor de flauta traversa, de una u otra manera al enseñarle los secretos del karate le enseñaba el respirar adecuado para soplar la flauta traversa.
Adultez
El año 2009, Marcelito da su primer concierto de flauta
traversa, siendo un éxito rotundo logró emocionar al público sacándole lágrimas de los ojos con una de las interpretaciones más complejas hechas para la flauta traversa: pájaros de fuego sobre el hielo de Suiza de Theobald Brohom, virtuoso compositor austriaco de dicho instrumento.