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Velásquez M., G. Clases digitalizadas de Pedagogía.

Universidad Virtual de Quilmes, 2006

CARACTERISTICAS DE
LAS “SOCIEDADES DISCIPLINARIAS” MODERNAS –
UNIDAD I

Foucault analiza una serie de transformaciones que se dan en el sistema judicial y


penal, principalmente entre los Siglos XVII y XIX, y que van a dar paso a prácticas
de control de los sujetos hasta ese momento totalmente inexistentes. Este proceso
explica a su vez la aparición de nuevas instituciones, y conjuntamente con ellas de
nuevos saberes acerca de los individuos ligados a ellas.
Centralmente la transformación que define esta reorganización del sistema judicial
y penal, es planteada por Foucault de la siguiente manera:

“...la penalidad del siglo XIX se propone cada vez menos definir de
modo abstracto y general qué es nocivo para la sociedad, alejar a los
individuos dañinos o impedir que reincidan en sus delitos. De modo
cada vez más insistente la penalidad del Siglo XIX tiene en vista cada
vez menos la defensa general de la sociedad, que el control y la
reforma psicológica y moral de las actitudes y el comportamiento de los
individuos.” (pág. 5).

El ejercicio de un nuevo tipo de poder se va gestando en torno a los sujetos,


considerados ahora en su individualidad.

“Es así que se desarrolla en el siglo XIX alrededor de la institución judicial


y para permitirle asumir la función de control de los individuos al nivel de
su peligrosidad, una gigantesca maquinaria de instituciones que
encuadrarán a éstos a lo largo de su existencia; instituciones pedagógicas
como la escuela, psicológicas o psiquiátricas como el hospital, el asilo, etc. “
(pág.5)

CLARAMENTE...
.... la función de esta “red de poder” no es la de castigar, sino la de prevenir la
desviación de la conducta. Por ello resulta fundamental el poder del papel de la
norma, la que individualiza ubicando permanentemente a los sujetos respecto de su
distancia o no de ella; a diferencia de la ley que sólo se aplica cuando la falta ha sido
cometida efectivamente.

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La estructura de estas instituciones se configura de manera de permitir el
instrumento esencial que garantiza el control sobre la conducta de los individuos: LA
VIGILANCIA.
Foucault, señala cómo este giro se expresa en el modelo del Panóptico: forma
arquitectónica que permite que una única mirada vigile constantemente a los
individuos ubicados bajo su alcance.

“En el Panóptico se producirá algo totalmente diferente: ya no hay


más indagación sino vigilancia, examen. No se trata de reconstituir
un acontecimiento sino algo, o mejor dicho, se trata de vigilar sin
interrupción y totalmente. Vigilancia permanente sobre los individuos
por alguien que ejerce sobre ellos un poder —maestro de escuela, jefe
de oficina, médico, psiquiatra, director de prisión— y que, porque
ejerce ese poder, tiene la posibilidad no sólo de vigilar sino también
de constituir un saber sobre aquellos a quienes vigila. Es éste un
saber que no se caracteriza ya por determinar si algo ocurrió o no,
sino que ahora trata de verificar si un individuo se conduce o no como
debe, si cumple con las reglas, si progresa o no, etcétera.” (Pág.6).

Foucault encuentra estos tres elementos claramente relacionados:


 la vigilancia jerárquica,
 la norma y
 el examen.
Es fundamental entonces, comprender cómo a partir de ellos se va conformando un
tipo de saber sobre los individuos. El examen en el campo de la medicina y la
pedagogía, por ejemplo, las estadísticas que definen las formas normales de los
cuerpos, contribuyen a agrupar a los individuos, a clasificarlos y consiguientemente a
individualizarlos.

“Esta es la base del poder, la forma del saber-poder que dará lugar ya
no a grandes ciencias de observación como en el caso de la indagación
sino a lo que hoy conocemos como ciencias humanas: Psiquiatría,
Psicología, Sociología etcétera.” (Pág. 6)

El autor, rastrea todo el proceso histórico por el cual ciertas prácticas de control van
sufriendo estos desplazamientos hasta constituir la sociedad disciplinaria. Vincula a
la nueva distribución espacial y social de la riqueza industrial y agrícola con la
necesidad de estos nuevos controles sociales.
Además de la vigilancia como instrumento de control, también la reclusión de los
sujetos como mecanismo destinado a ello, sufre una transformación. Hasta el
momento, encerrar a un individuo tenía como fin separarlo de su grupo de
pertenencia. De este modo la reclusión significaba a su vez exclusión.

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Foucault observa, que a partir de este momento, las instituciones que se van
formando, y que encierran a los individuos, no tienen por finalidad excluirlos, sino
atarlos a un modo de funcionamiento determinado. De este modo

“La fábrica no excluye a los individuos, los liga a un aparato de


producción. La escuela no excluye a los individuos, aun cuando los
encierra, los fija a un aparato de transmisión del saber. El hospital
psiquiátrico no excluye a los individuos, los vincula a un aparato de
corrección y normalización. Y lo mismo ocurre con el reformatorio y la
prisión. Si bien los efectos de estas instituciones son la exclusión del
individuo, su finalidad primera es fijarlos a un aparato de
normalización de los hombres. La fábrica, la escuela la prisión o los
hospitales tienen por objetivo ligar al individuo al proceso de
producción, formación o corrección de los productores que habrá de
garantizar la producción y a sus ejecutores en función de una
determinada norma”(pág.15)

ESTOS MECANISMOS DE INCLUSIÓN SE GENERARÁN BÁSICAMENTE PARTIR


DEL CONTROL
 de la totalidad del tiempo de los individuos: de manera que se aproveche al
servicio de la producción.
 del cuerpo de los individuos, de manera que las conductas se ajusten a los
nuevos requerimientos del trabajo.
En la concepción de Foucault el poder no es algo que se posee, sino algo que se
ejerce. No es algo que se localiza en un centro determinado, sino que presenta una
estructura reticular. No es represivo, sino por el contrario profundamente
productivo, en tanto genera formas de actuar, de decir y de pensar permitidas, a
partir de ese ejercicio de poder.

En relación con la modernidad, Foucault señala que durante los siglos XVII y XVIII,

“una de las grandes novedades en las tácticas del poder fue


el surgimiento como problema económico y político, de la
población: población riqueza, la población mano de obra o
capacidad de trabajo, la población en equilibrio entre su
propio crecimiento y los recursos de que dispone”.

Al erigirse los estados nacionales como garantes y mediadores de los intereses


individuales, su problema fundamental residirá en la regulación y fijación
espacial de su población, para lo cual se procederá a la aplicación de mecanismos
empíricos y reflexivos destinados a:
 la vigilancia,
 control de los cuerpos

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 su sometimiento al ejercicio de los poderes
tendientes a la imposición de determinadas conductas,
valores.
 formación como fuerza de trabajo,
 hábitos de subordinación acorde a las exigencias
del nuevo orden económico y político, en concordancia con la
aceptación de las condiciones de su proletización.
EN SÍNTESIS.....
....... La instalación de toda una microfísica de poder, cuyo blanco será el cuerpo
de los individuos, sus movimientos, gestos y actitudes, tendientes al logro de
cuerpos sanos, dóciles y útiles.
PARA ELLO..... se promulgarán leyes contra la mendicidad, el vagabundeo, la
ociosidad; los órganos de policía estarán destinados a encerrar a la niñez y desde
una perspectiva más preventiva, LA ESCUELA ocupará un lugar destacado en el
interior de esa estrategia política de moralización y sometimiento
principalmente dirigida a las clases populares. Se asistirá a la fijación del cuerpo
infantil en el espacio escolar, institución especializada en la cual se procederá a la
fabricación de hombres y mujeres públicos, capaces de subordinar sus intereses
individuales al interés convocante de estado, de la nación.
Como ejemplo de ello podemos citar un artículo extraído del “El Monitor de la
Educación Común” de Las nuevas planillas de estadísticas del Departamento de
Escuelas Sección administrativa :

“(...) 2- Cerrar la escuela una vez pasada la hora fijada para


la entrada, concediendo cinco o diez minutos por la
diferencia que pueden tener los relojes (...), 4- No permitir
que ningún niño se retire de la escuela de la hora fijada por
reglamento. 5-exigir, siendo la asistencia obligatoria, que la
policía recoja durante las horas de clases los niños que por
su edad tengan la obligación de asistir a la escuela”
(Diciembre 1 de 1875, Año III N 12)

Se constata entonces la instalación – basada en la regularidad de algunos


dispositivos, instituciones, enunciados y acciones-, de una práctica
disciplinadora dentro de la sociedad moderna, que en los límites del ámbito escolar
adquirirá sus particularidades propias.
Específicamente en este espacio, se abre paso a un conjunto de técnicas, un
corpus de procedimientos y de saberes, de descripciones, recetas, destinados al
encierro y fijación del cuerpo infantil en la escuela para hacerlo productivo.
Estos enunciados sistematizados conforman la pedagogía, que en tanto discurso
analítico sobre la infancia, se instituye en uno de los grandes relatos de la
modernidad, reuniendo en su seno un cúmulo de saberes acerca de cómo hacer
más positiva en términos de eficacia la enseñanza, para ello elaborará una serie

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de reglas y prácticas particulares de gobierno, que paulatinamente y de forma
creciente han tendido a enfatizar el disciplinamiento y más precisamente el
autodisciplinamiento, mediante la multiplicación de técnicas y procedimientos que
Foucault denomina “Tecnologías del yo”.

EN OTRAS PALABRAS...
.... la pedagogía produce ciertos saberes y certezas sobre la infancia, que avalan
la producción e instauración de controles disciplinarios sobre ella; elaborando
categorías definitorias del niño como alumno que afianza, mediante mecanismos
reguladores de la cotidianeidad, precisamente una acción disciplinadora y de
control de los sujetos. La pedagogía se constituye como un régimen de verdad.
LA ESCUELA puede definirse de manera más específica como un acontecimiento de
saber poder, en tanto que al ser su objeto, la escolarización de los sujetos, el
proceso escolar se corporiza en relaciones de poder, en las cuales ciertos saberes,
nociones y verdades son producidas y reproducidas a través de mecanismos y
relaciones que implican otros modos de circulación.
En este sentido, EL PODER no es entendido como posesión, sino como ejercicio
practicado, es una relación de fuerza, que unido circularmente con el saber, pasa a
través de todos los actores de la institución escuela: docente, alumnos, personal
de servicio, directivos, padres, etc. en tanto todos constituyen singularidades.

Tal como define Foucault, “no existe relación de poder sin la


constitución correlativa de un campo de saber, ni saber que no
suponga y no constituya al mismo tiempo relaciones de poder”
(Foucault 1992: 157; Deleuze 1987: 65)

Cada institución, cada configuración específica, contiene un modo de ser en su


función pedagógica, en su practica de enseñanza, ciertas formas de
comportamiento que establecen relaciones de fuerzas inmanentes, propias, entre
sus protagonistas, que definen de manera particular de funcionar un diagrama de
relaciones. Las instituciones:
 definen fronteras.
 deciden sobre los individuos que las constituyen
 reciben mandatos y demandas
 pero a su vez generan demandas, programas de trabajo
 instalan una estructura organizativa, procedimientos
rutinarios, modos propios de regulación de conflictos, estrategias
de acción y de control, formas de presentar los contenidos a
transmitir, entre otras operaciones.

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