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Un
meta-análisis sobre los cambios en
la percepción del tiempo en la
edad
HILDA GAMBARA*, JUAN BOTELLA* Y RENÉ GEMPP**
*Universidad Autónoma de Madrid; **Universidad Mayor de Temuco. Chile
Resumen
Para estudiar si la duración subjetiva del tiempo cambia con el paso de los años se procedió a la realización de
un meta-análisis. En él se analizan algunas variables moderadoras metodológicas y contextuales. Los resultados
indican que, en general, la ratio entre duración subjetiva y objetiva es superior en los mayores que en los jóvenes. Sin
embargo, este resultado queda matizado cuando se consideran el método que los participantes utilizan para estimar
el tiempo (el método de estimación verbal produce mayores tamaños del efecto que los métodos de producción y
reproducción). Pero el resultado más novedoso encontrado originariamente en este meta-análisis ha sido el efecto
significativo del empleo de intervalos vacíos frente a llenos. Se encontraron tamaños del efecto y ratios del juicio de
duración en direcciones contrarias, indicando que se produce una sobreestimación de las duraciones temporales en tareas
vacías, pero una infraestimación en tareas llenas. Cuando los participantes estiman lo que dura un intervalo temporal
en el que hay estimulación o realizan alguna tarea durante su trascurso, los más mayores infraestiman el tiempo
subjetivo.
Palabras clave: Revisión meta-analítica, estimación juicios de duración, diferencias de edad.
Correspondencia con los autores: Hilda Gambara D´Errico. Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de
Madrid. Ciudad Universitaria de Cantoblanco. 28049 Madrid. E-mail: hilda.gambara@uam.es
© 2002 by Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0210-9395 Estudios de Psicología, 2002, 23 (1), 87-100
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Es frecuente oír a las personas mayores decir que les parece que el tiempo pasa
más rápido a medida que uno se va haciendo mayor. El propio James (1890) decía
que el mismo espacio de tiempo parece más corto a medida que uno va haciéndo-
se mayor, aunque señalaba que mientras que esto ocurre para los días, los meses y
los años, es dudoso que ocurra con las horas y que los minutos y los segundos
siempre parecen los mismos. Un cambio como este tendría implicaciones prácti-
cas inmediatas. La organización y planificación eficiente de las acciones están ínti-
mamente relacionados con una percepción ajustada del tiempo. El tiempo psico-
lógico es un elemento fundamental en la adaptación del organismo al medio.
Pensemos simplemente en el cálculo del tiempo para cruzar una calle, para llegar
a tiempo a los eventos o para adaptarse al ritmo de las actividades en un puesto
laboral. Un déficit en la estimación del tiempo puede producir desajustes en
ámbitos diversos de la vida cotidiana y pueden deteriorar la calidad de vida. Si es
cierto que se produce este deterioro, seguramente las personas desarrollan estrate-
gias compensatorias para minimizar sus desajustes, pero debemos conocer cómo
se producen para poder ayudar a desarrollarlas más rápida y eficientemente.
Esta impresión coincide con los resultados de numerosas investigaciones (e.g.,
Fraisse, 1984; Schroots y Birren, 1990; Lemlich, 1975; Craik y Hay, 1999). Las
interpretaciones teóricas de estos resultados se han basado, tradicionalmente, en la
formulación de alguna instancia que funciona como un reloj interno o marcapasos
biológico que fija el ritmo de las actividades en general y de las cognitivas en parti-
cular. El fenómeno que acabamos de describir se produciría porque al incrementar-
se la edad se iría enlenteciendo el ritmo de esa especie de reloj interno (Schroots y
Birren, 1990), quizás como una manifestación más de la reducción general en la
tasa del metabolismo (Cohen, 1967). Como consecuencia, la impresión del sujeto
sería que el mundo externo (cuya velocidad no ha cambiado) se desarrolla a más
velocidad (e.g., Lemlich, 1975; Schroots y Birren, 1990; Walker, 1977). Una posi-
ción teórica más moderna tiene que ver con elementos relacionados con la atención.
Dentro de este contexto se han propuesto déficits atencionales asociados a la edad
relacionados con un déficit inhibitorio (Hasher, Stoltzfus, Zacks y Rypma, 1991)
con la velocidad de procesamiento (Salthouse, 1988) o con la reducción del campo
visual funcional (Ball, Beard, Roenker, Miller y Griggs, 1988). Algunas de estas
explicaciones tienen en común que podrían a su vez explicarse desde la hipótesis de
que con la edad se reducen los recursos atencionales de procesamiento (Juola,
2001). De hecho, es comúnmente aceptado que con la edad se reducen los recursos
de procesamiento. Si se asume que parte de los recursos se dedican a procesar la
información relativa al tiempo, entonces la reducción general de los recursos impli-
caría una reducción de los dedicados a esta tarea. La consecuencia sería que la infor-
mación relativa al tiempo quedaría distorsionada (Block, Zakay y Hancock, 1998)
Los experimentos en los que se compara la magnitud de los juicios de dura-
ción entre adultos jóvenes y mayores se inician en los años 50 (Feifel, 1957;
Golstone, Boardman y Lhamon, 1958). Sin embargo, los datos son contradicto-
rios, indicando en ocasiones que ese reloj interno iría más rápido en las personas
mayores (p. ej., Feifel, 1957; Golstone et al., 1958; Polyukhov, 1989) y en otras
que iría más lento (p. ej., McNanamy, 1968; Beck, 1988). No es hasta el trabajo
de Block, Zakay y Hancock (1998) cuando se publica la primera revisión inte-
gradora de estos estudios, tratando de poner orden en lo que parecían contradic-
ciones empíricas.
Block et al. (1998) estudian en su meta-análisis las diferencias de edad en los
juicios de duración teniendo en cuenta una serie de variables moderadoras. Su
objetivo es aclarar el papel que los procesos fisiológicos, de memoria y de aten-
ción, como posibles factores explicativos de las contradicciones, pudieran tener
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sobre los juicios de duración. El tamaño del efecto global ponderado encontrado
en dicho meta-análisis indica que los juicios de duración de los mayores son sig-
nificativamente más largos que los juicios de los de menor edad. Puesto que los
datos de los juicios de duración se expresan como la ratio entre la duración subje-
tiva y objetiva; este resultado indica una sobreestimación de la duración del
tiempo en los sujetos de mayor edad. Otra de sus conclusiones se refiere a los
efectos del método psicofísico empleado para obtener la duración subjetiva.
Merece la pena detenerse en este aspecto.
Una de las conclusiones del meta-análisis de Block et al. (1998) es que los
resultados obtenidos al comparar los grupos de edad en sus ratios entre duración
subjetiva y objetiva no son independientes del método empleado para obtener
los datos. De hecho, estos autores obtuvieron un resultado significativo al clasifi-
car los estudios según el método de estimación de duración de tiempo. Esta con-
clusión es convergente con la idea de que estos diferentes métodos implican pro-
cesos cognitivos distintos. En concreto, en los métodos de estimación verbal y
producción hay implicada una traducción de una duración a un valor numérico
que lo representa. Todos los posibles sesgos asociados a la medición subjetiva (en
el sentido estricto de asociar números a magnitudes) están ausentes, sin embar-
go, en el método de reproducción (Block et al. 1998; Zakay, 1993; pero véase
también un punto de vista contrario en Craik y Hay, 1999).
Los métodos psicofísicos empleados para estudiar las diferencias de edad han
sido básicamente tres: estimación verbal, producción y reproducción (véase una
descripción de estos y otros métodos en Estaún, 1999). Los dos primeros implican
una comparación entre la experiencia de la duración y la información interna rela-
tiva a unidades de duración convencionales, habitualmente segundos y minutos.
Concretamente, en la estimación verbal se le presenta al observador la duración de
un estímulo target y tiene que traducir su experiencia a estimaciones hechas en
unidades de reloj, habitualmente segundos. En el método de producción el sujeto
trata de delimitar una medida de duración objetiva indicando verbalmente el
periodo de tiempo al que correspondería (di “¡alto!” cuando hayan pasado 60
segundos). La traducción es la dirección inversa al tiempo de estimación (de una
etiqueta de duración objetiva a la duración subjetiva). Una variante de éste es el
método de producción repetida, donde el sujeto delimita diferentes duraciones
previamente etiquetadas con una longitud objetiva especificada (presiona este
botón cada segundo hasta que te diga “¡alto!”). El método de reproducción no
exige especificar unidades verbales. El observador experimenta primero la dura-
ción de un intervalo y luego tiene que reproducir otro de la misma longitud.
Aunque Block et al. (1998) encontraron que los grupos de más edad presenta-
ban estimaciones verbales mayores que los adultos jóvenes, las estimaciones
hechas mediante el método de producción eran menores. Con el método de repro-
ducción las estimaciones de los grupos de edad eran similares. Estos resultados
eran, además, independientes de la longitud del estímulo empleado en el estudio.
Concluyeron que este resultado va en la dirección contraria a la predicción basada
en la noción de que el marcapasos biológico (biological pacemaker) se va enlente-
ciendo con la edad. Una noción como ésta llevaría a predecir el mismo resultado,
independientemente del método empleado. La principal virtud de la hipótesis del
enlentecimiento del marcapasos es que es convergente con las teorías más sólidas
sobre los cambios cognitivos asociados al envejecimiento. Estas se basan, precisa-
90
mente, en un enlentecimiento general de los procesos psicológicos (Salthouse,
1991, 1994). Por el contrario, Block et al. (1998) señalan como posible explica-
ción de esta aparente contradicción el hecho de que habitualmente en estos traba-
jos se emplean tareas vacías. Es bien sabido que si el intervalo de tiempo involu-
crado en el estudio es un intervalo vacío (intervalo transcurrido entre dos estímu-
los discretos), los resultados son distintos con respecto a si es un intervalo lleno, en
el que durante todo el intervalo se presenta estimulación o los observadores tienen
que realizar alguna tarea durante su transcurso (Estaún, 1999). Sin embargo, no
sabemos si esta distinción es relevante en el estudio de las diferencias de edad, es
decir, si el tipo de tarea y la edad interactúan. De hecho, en casi todos los trabajos
integrados en el meta-análisis de Block et al. (1998) se utilizaban tareas vacías.
Por el contrario, algunos trabajos recientes (Craik y Hay, 1999; Vanneste, Perbal
y Pouthas, 1999) han informado de resultados contrarios cuando los observadores
tenían que realizar otra tarea mientras transcurría el intervalo sujeto a estimación
(intervalo lleno). Merece la pena poner a prueba un modelo categórico en el que
los estudios se clasifiquen de acuerdo a si el intervalo es vacío o lleno.
Volviendo sobre los métodos de estimación y producción, Craik y Hay (1999)
argumentan que estos métodos no tienen porqué estar reflejando procesos diferen-
tes. En ambos casos los sujetos deben chequear o controlar su reloj interno o contador
cognitivo y después informar de lo “leído” (en la estimación verbal) o decidir si
deben parar o continuar con la tarea realizada (en la producción). Si el reloj interno
de una persona discurre lentamente (o se presta poca atención al paso del tiempo)
cuando han pasado, digamos, 60’’ de tiempo externo, el contador leerá una canti-
dad menor, por ejemplo 45’’. El observador informaría de este número si se está
empleando el método de estimación verbal. En el caso del método de producción el
observador continuará esperando (puesto que el contador solo ha leído 45’’) y se
detendrá cuando el contador cognitivo o reloj interno llegue a 60”, punto en el que
habrá transcurrido un período de tiempo real superior. Si este período fuera, por
ejemplo, de 80” entonces ambas ratios de juicios de duración serán iguales a 0,75
(45:60 en el método de estimación verbal y 60:80 en el de producción). Ambos
métodos deberían conducir a ratios entre duración subjetiva y objetiva en la misma
dirección (superiores o inferiores a 1) aunque no necesariamente idénticos.
El presente meta-análisis
MÉTODO
Muestra de estudios
Codificación de variables
Todos los cálculos que a continuación se describen, los realizaron dos de los
investigadores de forma independiente, resolviendo las discrepancias por consen-
so entre los tres autores.
Puesto que los estudios de este meta-análisis utilizan todos diseños que
implican comparaciones de promedios (estimaciones subjetivas de tiempo o
ratios de juicio de duración2) se calculó como estimación del tamaño del efecto, o
estimación del grado en que el fenómeno está presente en la población en pala-
bras de Cohen (1988), la diferencia de medias estandarizada.
Concretamente, el tamaño del efecto (d) se calculó como la diferencia de
promedios de las ratios de juicios de duración entre dos grupos de edad, grupo
de mayor edad menos grupo de menor edad, dividido por la desviación típica
conjunta. El cálculo de las ratios de jucios de duración se describe en el
siguiente apartado. Cada d se transformó en una g, corrigiendo el sesgo de
estimación (Hedges y Olkin, 1985; Botella y Gambara, en prensa). Se calculó
la d promedio ponderada (por el inverso de la varianza) y sin ponderar (Hedges
y Olkin, 1985). Para estos cálculos se utilizó el programa DSTAT (Johnson,
1989, 1993) y SPSS.
Un tamaño del efecto positivo indica que la ratio media de juicio de duración
(duración subjetiva vs. objetiva) es mayor para el grupo de más edad. Un tamaño
negativo indica que es mayor para el grupo de menor edad. Los tamaños del efec-
to se calcularon a partir de las medias, desviaciontes típicas y otros estadísticos
(pruebas t, F, p, etc.).
Se calcularon tantos tamaños de los efectos como variables moderadoras. Se
obtuvo una única estimación del tamaño del efecto para cada experimento pro-
93
mediando todos los tamaños del efecto del estudio y una sola estimación por
categoría de la variable moderadora que se analizó.
La homogeneidad de los tamaños del efecto se contrastó mediante el estadísti-
co Q. El análisis de las potenciales variables moderadoras se realizó aplicando
técnicas de análisis de varianza o modelos categóricos (Hedges y Olkin, 1985)3.
Para las variables continuas se recurrió a un modelo de regresión ponderado. Los
análisis se realizaron mediante los programas DSTAT y el SPSS.
Para cada condición se calculó la ratio del juicio de duración (duración subjeti-
va/duración objetiva) para cada grupo de edad. Esta ratio es una medida estandar
utilizadas en muchos de los estudios de estimación de duración (Hornstein y Rot-
ter, 1969) y permite la comparación entre estudios donde se hayan utilizado estí-
mulos de diferente duración. También se calculó la ratio de edad (juicio de dura-
ción del grupo de más edad/juicio de duración del grupo de menos edad). Valores
mayores que 1 indican que la ratio de la duración temporal es mayor en el grupo de
más edad; valores menores a 1 indican que es mayor en el grupo de menor edad.
Estas dos ratios (juicio de duración y edad) ayudan a interpretar los estadísti-
cos meta-analíticos. Se procedió a una diferencia de medias con la prueba t Stu-
dent para las ratios ponderadas y sin poderar.
RESULTADOS
Idioma Frecuencia:
Inglés 14
Español 1
Francés 1
Método Frecuencia:
Producción 10
Reproducción 4
Estimación verbal 5
Los tamaños del efecto y las ratios medias de juicios de duración de los dife-
rentes grupos de edad, así como la ratio entre estos juicios, se presentan en la
tabla II.
TABLA II
Ratios de juicios de duración y tamaños del efecto
Si el tamaño del efecto es positivo indica que la ratio media del juicio de dura-
ción fue mayor para el grupo de más edad; un tamaño negativo indica que lo fue
para el grupo más joven.
95
El tamaño del efecto medio ponderado fue de 0,42; el intervalo de confianza
al 95% comprende los límites: 0,30-0,54. Esta estimación del tamaño del efecto
indica un mayor juicio de duración para el grupo de mayor edad [son valores
muy cercanos a los de Block et al., 1998, g=0.40, CI: 95% = 0,28-0,52]
Tras el análisis de la homogeneidad de los tamaños de los efectos se observa
que hay un nivel de heterogeneidad en los resultados que es significativamente
mayor que lo que cabría esperar por fluctuaciones aleatorias Q(15)=116,18;
p<0,01.
Para las ratios de juicio de duración, se encontraron diferencias significa-
tivas entre los diferentes grup os d e edad de los partipantes,
t(15)=2,237p=0,041; siendo la ratio media de duración de los partipantes
de más edad entre los de menos edad de 1,13 , indicando que el ratio medio
de jucio de duración fue de un 13% mayor para los participantes de más
edad con respecto a los de menor edad (21% para Block et al. 1998). Esta
media no fue significativamente mayor que 1.00, t(15)=2,046, p=0,059 (sí
lo fue en el trabajo replicado).
DISCUSIÓN
Notas
1
En este sentido se excluyó el trabajo de Bull (1973) que aparecía reflejado en alguna tabla del meta-
análisis original, aunque los autores indicaron que no se utilizó en los análisis, por considerar que el
mencionarlo sin incluirlo en los análisis solo produce más ruido.
2
Estos ratios se explican en el siguiente subapartado.
3
En el meta-análisis los modelos categóricos son similares a los modelos de análisis de la varianza donde
se analizan si existen diferencias en la variable dependiente entre los diferentes niveles de una(s) varia-
ble(s) independiente(s). Es decir, se trata de analizar si la varianza observada en las estimaciones del
tamaño del efecto puede explicarse por el modelo propuesto, por ejemplo, por los diferentes métodos
empleados por los partipantes para la estimación de los tiempos subjetivos, o por la realización de tare-
as vacías o llenas.
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* trabajos incluidos en el meta-análisis