Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
CONFERENCIA
ARTICULO
ESTADO DE DERECHO EN PANDEMIA, ¿QUÉ DERECHOS HEMOS
PERDIDO?
AUTOR
ROSA FLORIBEL DÁVILA DÁVILA
DOCENTE
CARLOS ANDRRE RODAS QUINTANA
CICLO
III
2020-I
ESTADO DE DERECHO EN PANDEMIA, ¿QUÉ DERECHOS HEMOS
PERDIDO?
Debo empezar esta opinión personal, agradeciendo los esfuerzos de nuestra casa de
estudios por traer a la comunidad universitaria, opiniones de uso académico respecto de
la actual coyuntura.
En ese orden de ideas, la ponente inicia haciendo un recuento del estado de emergencia,
situación excepcional, que se da cuando la nación se encuentra en grave riesgo, y desde
ese punto de vista, el presente artículo de opinión obedece a que el pasado 15 de marzo,
el presidente de la República Martín Vizcarra decretó un estado de emergencia nacional
por 15 días en atención al brote del COVID-19. El decreto supremo materia de análisis
por parte de la ponente es el 044-2020-PCM. En líneas generales, esta medida, la
ponente explica la suspensión parcial de derechos, encuadrados en cada circunstancia,
individualiza las actuaciones, y discrepa de la puesta en escena que a diario, durante el
confinamiento, los medios de comunicación nos han informado, es asi que mi análisis
respecto de la ponencia, supone estudiar la suspensión o restricción de los derechos
constitucionales relativos a la libertad personal, la libertad de tránsito, la inviolabilidad
de domicilio y la libertad de reunión.
En ese orden de ideas, tras hacer el estudio del decreto supremo en estudio, tanto como
la ponente y el análisis del mismo, se debe mencionar también que el transporte de
carga y mercancía no se encuentra comprendido dentro de este cierre temporal. Ello es
así ya que las autoridades competentes adoptarán las medidas necesarias para garantizar
el ingreso y salida de mercancías del país por puertos, aeropuertos y puntos de frontera
habilitados. Se deberá garantizar la atención prioritaria para el ingreso de los productos
de primera necesidad, para la salud y todos aquellos que se requieran para atender la
emergencia sanitaria.
En ese orden de ideas, y como opinión propia, y también estando a lo acontecido a nivel
mundial, no hay duda que el COVID-19 es una grave circunstancia que afecta o pone en
peligro la vida de la humanidad. Ello no solo por los contagios y las fatalidades
generalizadas sino también por el golpe indirecto a la economía y otros aspectos
esenciales en el desarrollo estatal. En cualquier caso, es menester recordar que en este
extremo el Presidente de la República, se ha desviado la atención en otras
circunstancias, y no ha sido el todo claro, respecto de la necesidad de la implantación
del estado de emergencia, mas hemos visto y esto es a título personal, la preocupación
de todas las autoridades, si es que gozan de la popularidad en las encuestas, o la opinión
de un determinado grupo de personas, y como dije en líneas anteriores, los medios de
comunicación jugando un papel importante en el manejo de la información.
Ahora bien, más allá de que el estado de emergencia cumple con los supuestos
constitucionales, corresponde analizar si las medidas adoptadas son razonables y
proporcionales. Para ello es fundamental analizar el objetivo de la norma. Es bien
sabido que la idea es reducir el movimiento de las personas y así evitar el contacto entre
ellas para mitigar el riesgo de contagio y contener el avance del virus. Visto así, el cierre
de fronteras, la cuarentena, los límites al derecho a reunión y la regulación del
transporte son medidas necesarias para contrarrestar la propagación del virus. Sin
embargo, y en esto puedo tener una opinión conjunta con la ponente, es que en las
noticias, se han visto ejemplos, en los cuales el uso de las normas han perdido el sentido
real del estado de emergencia, es así que la ponente hace mención a una fiesta familiar,
y una persona quien saca a pasear a su perro, pero a mi entender existen circunstancias
que los medios de comunicación nos han dicho, que son aún peores, y puedo decir, que
el manejo de la información por el órgano competente es decir el ministerio de salud,
hasta la fecha no han sido del todo claros.
La ponente hace énfasis en señalar que es necesario apuntalar que los procesos
constitucionales de hábeas corpus (para proteger el derecho a la libertad personal y
conexos) y amparo (para proteger otros derechos) no se han suspendido. En este
sentido, en caso se detenga a una persona arbitrariamente supuestamente por infringir lo
dispuesto por el estado de emergencia esto podría ser cuestionado en sede judicial. De
hecho, el Poder Judicial ha dispuesto que los juzgados penales aún operen para, entre
otras cosas, ver los casos de hábeas corpus. Hace mención también, respecto de que en
este estado de emergencia nacional, se han visto pocos de estos recursos.
El estado de emergencia nacional, dispuesto a través del Decreto Supremo N.° 044-
2020-PCM del 15 de marzo de 2020, impuso el “aislamiento social obligatorio” con la
finalidad de mitigar el riesgo de que la población se infecte del COVID-19. Esta
decisión gubernamental ha implicado la excepcional limitación de importantes derechos
como la libertad y seguridad personal (art. 2, inc. 24, literal f de la Const.), la
inviolabilidad del domicilio (art. 2, inc. 9 de la Const.) y la libertad de reunión y tránsito
en el territorio nacional (art. 2, inc.11 de la Const.).
Sin embargo, es necesario precisar que, a través del D.S. N.° 004-2020-PCM, no se
impide la prestación de servicios básicos, pues –en clave de ejemplo– se han exceptuado
del alcance de las mencionadas restricciones las actividades que se encuentran
relacionadas a la adquisición de alimentos y medicinas, asistencia a los establecimientos
de salud e incluso, cualquier otra que sea similar y que deba realizarse por caso fortuito
o fuerza mayor.
Desde un punto de vista general, dicha prohibición se hace necesaria, sin embargo desde
mi punto de vista, existe una contradicción, toda vez que la limitación excepcional de
los mencionados derechos debe llevarse a cabo a la luz del principio de
proporcionalidad, para que así las medidas que se implementen sean las más adecuadas
y duren lo estrictamente necesario para cumplir la finalidad que persigue la imposición
del estado de emergencia; que en este caso no es otra más que la protección de la vida y
salud de las personas ante la propagación del COVID-19.
Siendo esto así, no sería correcto que se imponga a algún individuo una restricción
arbitraria de sus derechos fundamentales o constitucionales, aun cuando el estado de
emergencia se encuentre vigente. Es por ello que, en el D.S. N.° 004-2020-PCM.
Lo dicho antes, merece un análisis por mi parte, y es discrepante, ya que soy una
convencida de que las leyes están hechas para cumplirlas, y mientras no haya nada malo
que ocultar, cualquier ciudadano esta en la obligación de prestar los requerimientos de
la autoridad para fines de identificación u otros, y como ya lo dije en líneas anteriores,
lo visto en los medios de comunicación, ha distado mucho desde mi punto de vista, con
lo que realmente ha ocurrido.
Conclusión
Es sabido que en nuestro país, en los últimos años se han declarado cientos de estados
de emergencia, como ejemplo más cercano tenemos el distrito azucarero de Tuman, que
después del VRAEM es el segundo en el país el cual mantiene estado de emergencia,
sin embrago, a pesar de ello, este es el primero declarado a nivel nacional en más de 15
años y el primero que restringe derechos y ser una emergencia sanitaria. La gravedad y
particularidad de la situación han hecho que el foco recaiga sobre este estado de
emergencia y las medidas adoptadas por el Poder Ejecutivo. En mi opinión, esta
declaración es constitucional y convencional pero por sobre todo necesaria, sin embargo
no puedo dejar de ver que existen varios vacíos legales en su aplicación, es decir una
cosa es el papel escrito, pero en la práctica existen muchas dificultades, que obedecen a
factores de intervención personal, es decir el manejo que le han dado las autoridades de
todo nivel de gobierno, no se condice con la realidad vista, toda vez que como lo he
mencionado a lo largo del presente artículo, que los medios de comunicación han sido
un factor muy importante, no solo para puntos positivos, sino más bien, desde mi óptica,
como puntos negativos.