Sí, es verdad que mi presidente auspició las Convivir, pero todo fue por ayudar a

la gente humilde del campo, los terratenientes y los ganaderos que se esfuerzan a
diario. Ellos no podían seguir siendo víctimas de los terroristas de las Farc (como
el sosegado José Félix Lafaurie), por eso, camaradas del CD, era necesario que el
pueblo se sublevara y tomara las armas y se defendiera del extremo izquierdismo.
Que hubo muchas muertes, es cierto, pero en la guerra mueren los inocentes. Además,
mi presidente castigó a los que abusaron de su poder enviándolos a Estados Unidos u
otorgándoles 8, ojo ¡8 años de cárcel! No la impunidad que pretende darle Santos a
los terroristas. Es por eso que hoy muchos de los paramilitares hablan sandeces de
mi presidente, porque les da rabia que él haya tenido los pantalones de
extraditarlos. Mi presidente sí es muy verraco, ola ¡va la madre!

Que hubo feria de títulos mineros durante sus mandatos presidenciales, claro, y
entonces qué: que el oro y demás minerales se queden enterrados en el subsuelo
mientras en el suelo la gente muere de hambre. ¡No! Mi presidente es muy audaz y
sabía que lo mejor era dejar que las multinacionales extranjeras hicieran lo que a
las empresas nacionales les queda grande. Si aquí todo el mundo sabe que lo público
es malo por definición, si luego están con sus sindicatos y sus paros y hasta gente
infiltrada de Las Farc. Hipócritas castro-chavistas, si con ese dinero es que esos
bandidos que hoy dialogan en Cuba fuman habanos y caminan en las playas. Todo
gracias a mi presidente Uribe, ¡vamos presidente!

Como ustedes saben, el presidente Álvaro Uribe Vélez es lo mejor que le ha pasado a
este país: volvió a darle a la nación la seguridad que merecía, volvió a atraer la
inversión extranjera, se paró en la raya con Chávez y con Correa, etc. Mi
presidente Uribe es humilde y por eso es atacado por las élites; pero mi presidente
Uribe es fuerte y de mano firme y si hay que darle en la cara a alguien, o espiarlo
o fustigarlo, no lo dudaría. ¡Adelante mi presidente!

porque los aliados del castro-chavismo siguen insinuando que mi presidente Uribe
fue elegido jefe de Estado con dineros de 45 empresarios agrícolas, que luego
salieron favorecidos con multimillonarios subsidios entregados bajo el amparo de
Agro Ingreso Seguro. ¡Qué tontos los castro-chavistas! ¡qué mezquinos! Y es que
acaso no hay que agradecerles que gracias a sus aportes, fue elegido gobernador del
pueblo la persona más inmaculada de este país, que Luis Carlos Sarmiento también
salió favorecido, pues claro: Luis Carlos fue inteligente y sabía que mi presidente
sabe devolver los favores con agradecimiento, por eso, los 50 mil millones que
aportó se le reintegraron con un subsidio por 12.705.203.704 millones. Mi
presidente si es muy generoso ola, ¡qué gobernador! ¡qué prócer!

Hay muchas cosas que tengo por decir, amigos del Centro Democrático, pero no tengo
más espacio, así que termino exhortándolos a la marcha de este sábado en contra del
castro-chavismo, del neoliberalismo, del sindicalismo, del petrismo, del
clientelismo y todo lo que termine en ismo (menos el Uribismo). En contra,
camaradas, de la persecución a la oposición política, porque esta no es de ahora,
no, recuerden que desde que mi presidente estaba en el poder los medios aliados al
castro-chavismo, tergiversaban la realidad con mentiras que buscaban afectar la
imagen de mi prócer. Por fortuna, había (y hay) periodismo objetivo como el de
Claudia Gurisatti, que dirigía (y dirige) uno de los noticieros más objetivos del
país: RCN.

En suma, camaradas del Centro Democrático, hay que estar pilas con lo que pueda
pasar, mi presidente está débil y no puede dar en la cara como antes, así que, de
calentarse las cosas, de endilgarlo de mentiras, es dable que consiga que una
nación de verdad le brinde la protección que se merece. No lo voy a negar, estoy
triste camaradas por el país que nos tocó, pero guardo la esperanza que estoy
fariseos se arrepientan y logren entender que lo mejor que le ha pasado a este país
es que mi presidente Uribe Vélez haya llegado al poder.