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El aire se torna tenso y

Siento como tu aliento

Florece avivadamente sobre mi cuello,

Haciéndome erizar.

Notas como se humedece mi pasión por ti,

Mientras hundes tus dientes con potencia

Entre mis dos florecidas montañas.

Los gemidos se hacen presentes

Cuando me introduces en una nave de placer,

Lamiendo desde la tierra,

Hasta detenerte en la luna;

Haciendo que sea un viaje por las estrellas.

El latir de tus ganas rápidamente

Comienzan a sentirse cada vez más

Debajo de mis brechas húmedas.

Me haces saber que anhelas

Penetrar mi alma,

Embestir con furia mi corazón

Toda la noche y parte del alba.

Que todo el vecindario den quejidos

De nuestra danza de amor

Y que por el día

Volvamos a danzar una

Y mil veces…

Por el resto de nuestras vidas.

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