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LA ARQUEOLOGÍA CLÁSICA EN EL SIGLO XX

El inicio del siglo XX, dos métodos diferentes de estudio contribuyeron a


extender las perspectivas de investigación en la arqueología clásica, por un lado,
hacia sus orígenes y, por otra parte, hacia su conclusión; las excavaciones de
Creta, con el descubrimiento de la civilización minoica, ofrecieron la posibilidad
de remontarse hasta los orígenes de la civilización griega, mientras que en el
campo de la historia del arte, el ``descubrimiento´´ del arte romano, permitió
trazar, una secuencia coherente, el desarrollo histórico de la fase final de la
civilización clásica y de su éxitos en la edad tardo-antigua y medieval.

La investigación sobre el terreno y las indagaciones histórico-artísticas tendieron


a converger, cada una por su parte, en la reconstrucción histórica de la formación
y del desarrollo de la civilización occidental, desenvolviendo, tanto una como la
otra, un rol relevante en el desarrollo de la arqueología clásica del siglo XX.

La exploración de Creta, que con las excavaciones de Cnosos y de Festo había


revelado y sacado a la luz la civilización minoica, continuó extendiéndose a otras
localidades de la isla. Paralelamente, en el continente continuaba en Micenas, la
excavación iniciada por Shliemann, mientras otras excavaciones se iniciaban en
los centros micénicos más importantes.

Profundizando en la clasificación y el conocimiento de los materiales, aislando


en su bastedad y complejidad la difusión de la civilización micénica, cuya
presencia se estaba revelando a lo largo de las principales rutas de la cuenca
mediterránea. Las excavaciones de Cnosos (The Palace of Minos) publicada entre
el 1921 y el 1935.

La atención de los arqueólogos clásicos, todavía encerrada hasta los primeros


decenios del siglo, dentro en los límites del cuadro `` Winckelmaniano´´ del
desarrollo del arte griego, se extiende así a la llamada ``edad oscura de Grecia´´.

El multiplicarse de exploraciones, excavaciones e investigaciones en las


diferentes localidades del mundo griego, suministraba un modo para aplicar y
precisar los conocimientos sobre la edad arcaica, clásica y helenística,
profundizando y enriqueciendo el cuadro ya delineado en la segunda mitad del
siglo XIX.

La excavación de los grandes santuarios como Olimpia, Delfos y Samotracia, fue


continuado sistemáticamente y se extendió a otras localidades: en los inicios del
siglo; los daneses excavaron el santuario de Atenea Lindia en Rhodas, los
ingleses, por su parte, el de Artemisa Ortia; los alemanes, Didymaion de Mileto;
los griegos el santuario de Epidauro. De los años 30 son las excavaciones inglesas
del santuario de Era Milenia y de la mitad del siglo, las intervenciones americanas
en el santuario de Poseidón en Itmo. Se alcanzaron nuevos e importantes
progresos a través de la exploración de las grandes ciudades de Grecia y del Asia
Menor: los americanos excavaron sistemáticamente Corinto en 1896 y el Ágora
de Atenas en el 1930. Además de Pérgamo, los alemanes condujeron en Asia
Menor las excavaciones de Mileto y en Grecia, las exploraciones sistemáticas en
Atenas; los franceses exploraron Argo y Taso en Grecia; los italianos condujeron
excavaciones en Creta y más recientemente en Hierápolis en Asia Menor: los
suizos Eretria. Los griegos, cada vez más presentes en el territorio, han excavado
sistemáticamente Thermos, Eleusis y más recientemente Corfú conocida por el
descubrimiento de la tumba atribuida a Filipo II.

En Roma, las excavaciones del foro romano y del palatino, conducidas por G.
Bone, al principio de siglo, fueron continuadas por A. Bartoli, a partir de 1926 y
posteriormente, en los años 20 y 30 fueron excavados sistemáticamente los foros
imperiales, con intervenciones muy discutidas que se produjeron en la vía abierta
en 1911 para cubrir el desnivel de Campidoglio con la arrogante masa lapidaria
del altar del Sacconi. En 1938 fue recuperada definitivamente en los cimientos del
Palacio Fiano, el Ara Pacis.

El "Ara Pacis" o "altar de la paz" fue erigido por el Senado Romano entre los años 13 y 9 a.C para
conmemorar la conquista de Hispania y la Galia y el comienzo de la denominada "Paz Augusta".
Originalmente estaba erigido en la Vía Flaminia en el Campo de Marte.

En el resto del mundo, se multiplicaban las investigaciones y se ampliaban y


profundizaba la exploración de las ciudades romanas, desde la Germania hasta
la Gallia, a Hispania, del África septentrional a oriente próximo; la civilización
romana, representada en el arco completo de su desarrollo por la secuencia
estratigráfica y cronología de Roma, era precisada en sus fases del conocimiento,
de ciudades de desarrollo delimitable en el tiempo como Timgad o Tarragona.
Una activa organización de los estudios fenicios y púnicos, particularmente
efectuada por S. Moscati, daba inicio a una exploración sistemática de las
ciudades púnicas, desde el África septentrional a Sicilia, a Cerdeña y a España.

De una reconstrucción de tipo evolucionista, como la de Wickhoff, que insertaba


el arte griego, en un desarrollo complejo en el interior del cual, el ilusionismo
romano, representaba el estadio más avanzado en el rendimiento del espacio, se
pasaba a un encuentro histórico-cultural en el cual, la atención se dirigía a la
formación y al desarrollo de las artes nacionales.

La orientación nacionalista, a la cual llega la historia del arte clásica en los años
20, no es un hecho nuevo en la investigación arqueológica. Patrimonio cultural
del movimiento romántico del siglo XIX, desde los inicios del novecento, había
encontrado espacio en los estudios de arte tardo-antiguo de J. Strzygowsky y,
sobre todo, en la investigación pre-histórica, cuando a la interpretación
evolucionista de los datos arqueológicos se sustituye el concepto de ``cultura´´ y
su referencia con los grupos étnicos. En Alemania, G. Kossinna, sobre la base de
este método teorizado por él mismo, sostiene el primado del pueblo germánico y
atribuye su grandeza a la falta de influencia física y cultural por parte de los
pueblos vecinos. La interpretación étnica y racial del concepto de ``cultura´´,
teorizado por Kossinna, suministra incluso después de su muerte (1931), una
base pseudo-científica a la ideología racial del nazismo, que dedicó particular
atención a la investigación pre-histórica dirigida a indagar sobre los orígenes y la
difusión de los pueblos germánicos, con el intento de suministrar un soporte
cultural a la pretensión de superioridad germánica y a la expansión territorial de
Tercer Reich.

El impacto con la tecnología, en los años inmediatamente posteriores a la


segunda guerra mundial, tuvo un particular desarrollo en la investigación
arqueológica. Ya en el siglo XIX, la adopción del método estratigráfico, separado
de las ciencias geológicas, había influido profundamente sobre los desarrollos de
la disciplina, afinando los procedimientos de excavación arqueológica y haciendo
de ellos un método científico.

En lo referido a los hallazgos submarinos, ya en los inicios del siglo, la utilización


de los trajes de buzo plomados había marcado el nacimiento de la arqueología
submarina, pero solo en 1942, con la invención del auto-respirador de aire,
técnicos y arqueólogos pudieron moverse en el agua más libremente y fue posible
trasladar a la investigación submarina los métodos de excavación en tierra firme.

A principios del siglo XX, se remonta la primera utilización de la fotografía aérea


con propósitos arqueológicos: las primeras tomas se efectuaron utilizando un
globo aerostático, pero fue después de la primera guerra mundial, cuando el uso
se convirtió en sistemático por el desarrollo del método de la foto-interpretación,
determinado por la exigencia de conocer el territorio enemigo y sus
posicionamientos defensivos. En el periodo entre guerras, la fotografía aérea
continuó siendo utilizada con buenos resultados, pero solo después de la
segunda guerra mundial, el perfeccionamiento de los sistemas fotográficos y de
interpretación, así como la disponibilidad de una enorme cantidad de fotografías,
daría un impulso decisivo a su aplicación extensiva y a la elaboración de una
metodología arqueológica específica. Ésta se adoptó, tanto como documento
gráfico para construir relieves plano-altimétricos con la aplicación de la Aero-
fotogrametría, como medio de investigación para determinar la situación de los
restos arqueológicos enterrados hasta la profundidad de un par de metros o
sumergido en fondos hasta una veintena de metros. En esta última función, la
fotografía aérea fue rápidamente integrada con el uso de otras técnicas aplicadas
a investigaciones de carácter geológico, y utilizadas para la prospección del
terreno con fines arqueológicos.

Se adoptan también en estos años, otras refinadas técnicas de prospección


importadas de la investigación geofísica para la identificación de restos
arqueológicos en el subsuelo. En el campo de la datación, nuevas técnicas fueron
aplicadas a partir de los años 40 con la medición del decaimiento radioactivo. Las
primeras dataciones con el método del radiocarbono (o carbono 14) fueron
publicadas en 1949; de fecha más reciente es la utilización de las dataciones con
el Potasio-Argón y con el Uranio-Plomo, con las trazas de fisión, que han
alcanzado gran relevancia, especialmente en el ámbito de la investigación pre-
histórica. Un desarrollo particular ha tenido en los últimos años, también en
estudios de los restos vegetales, faunísticos y humanos, para lo cual se han
utilizado las técnicas más avanzadas de las ciencias naturales, biológicas y
médicas, por los análisis del polen, los métodos de la bio-química y de la genética.
En lo que se refiere a los restos humanos, el análisis de los huesos ha permitido
identificar caracteres y enfermedades de los individuos, mientras que la
posibilidad de extraer de los restos incluso pequeñas dosis de DNA ha dado
inicio a sofisticadas investigaciones sobre las relaciones de parentela.
A parir de los años 60, se ha impuesto de manera cada vez más decisiva, el uso
de la informática. En un primer momento, la necesidad de recurrir para la
elaboración de los datos, a los ordenadores de los grandes centros, limitó
notablemente las posibilidades de utilización de las nuevas tecnologías, pero el
decenio siguiente, la invención de los micro-procesadores y su difusión, han
dado un impulso decisivo a la entrada de los ordenadores en la investigación
arqueológica. La mayor utilización se ha producido en el ámbito de las ciencias
pre-históricas, pero también los arqueólogos clásicos se han servido de este
instrumento para sus investigaciones.

En los últimos años, los estudiosos de topografía antigua, han dirigido su


atención a sectores como la cartografía computarizada o los sistemas
informáticos territoriales; análisis matemáticos estadísticos se han aplicado a
varias clases de materiales y en particular a la cerámica; pero, sobre todo, los
ordenadores han sido adoptados para la gestión de la investigación y para la
creación de bancos de datos. Esta última elección ha sido dictada por el enorme
crecimiento de la documentación arqueológica que ya no puede controlarse con
los medios de las fichas tradicionales.

El impacto con las nuevas tecnologías y las inevitables inter-relaciones que se han
ido estableciendo con las disciplinas de proveniencia, han contribuido a ampliar
las perspectivas de las investigaciones arqueológicas en lo que se refiere a los
contenidos desde el punto de vista de la reflexión sobre el principio y sobre los
métodos.

Las posibilidades que ofrecen las tomas aéreas y las tecnologías informáticas, han
orientado a los topógrafos a ocuparse cada vez más del territorio y a estudiar a
gran escala los asentamientos humanos desde el punto de vista de la
urbanización, de las actividades agrícolas, de las vías de comunicación, en un
cuadro complejo de la presencia antrópica. En la excavación de los sitios
habitados, es cada más sistemática la recuperación de los restos animales y
vegetales, de los cuales se obtiene informaciones sobre la flora, sobre la fauna,
sobre la alimentación, mientras en la exploración de las necrópolis, la
recuperación y el análisis de los restos óseos se acompaña sistemáticamente con
las de las estructuras de las tumbas y de los ajuares para completar el cuadro de
los usos funerarios. Estas exigencias, que penetran en el ámbito de la arqueología
clásica con tiempos más lentos, se han hecho sentir con mayor urgencia en el
campo de las disciplinas pre-históricas, estrechamente ligadas a las etnológicas y
antropológicas y por lo tanto, más abiertas a los problemas económicos y sociales.

En los últimos decenios, con la conclusión de la segunda guerra mundial, los


mayores cambios se produjeron en los países de la Europa occidental, donde la
derrota de los regímenes totalitarios de derecha tuvo como consecuencia un
cambio radical del cuadro político. En los países de la Europa oriental, que
formaban parte del área de control soviético, la organización estatal de los
institutos para la historia de la cultura material, impone una línea de
investigación marcada por un máximo dogmático, cerrado a las relaciones y la
discusión con el occidente. En los Estados Unidos, el creciente interés por el
estudio de las poblaciones norteamericanas, orientó la investigación
arqueológica hacia las disciplinas etnológicas y antropológicas. Los fenómenos
más significativos que emergen de esta situación, fueron los procesos de
interpretación y de transformación del marxismo (particularmente activos en la
Europa Occidental) y, en América, los intentos de ``cientificar´´ la investigación
arqueológica tomando prestadas fórmulas y procedimientos tanto de las
``ciencias exactas como de las disciplinas etno-antropológicas.

Una nueva orientación, encontró un terreno óptimo de investigación en la


historia del arte romana, a la cual se han dedicado fundamentalmente los escritos
recogidos en el volumen arqueología y cultura (1961), que marca el pasaje al
pensamiento marxista. Re-proponiendo, en clave económica y social, el tema del
bipolarismo en el arte romano, con una referencia particular a las tesis de G.
Rodenwaldt: éste había señalado, en el desarrollo del arte romano, dos corrientes,
``oficial´´ y ``popular´´, y en esta última había aislado los precedentes formales
del arte tardo-antiguo. Arte ``oficial´´ y arte ``popular´´ y en la reconstrucción de
Bianchi Bandinelli se convierten en expresión de dos clases sociales.

Un papel importante tuvo la enseñanza Crociana y las enseñanzas de la escuela


de Viena, la primera por la profunda exigencia histórica con la que aún seguía
marcada su investigación y la otra, por el tipo de acercamiento al lenguaje
figurativo conducido sobre la línea sugerida por Wickhoff a principios de siglo.
En los años 60, mientras que son más frecuentes en la investigación arqueológica
la aplicación de nueva técnicas y metodología científicas, se desarrolló entre los
arqueólogos de América septentrional, un movimiento de reforma y de protesta
que tomó el nombre de New Archaeology. Como manifiesto del movimiento, se
puede considerar un artículo de L.R. Binford en 1962, cuyo título, Archaeology as
anthropology, refleja el ambiente y las exigencias de las cuales nace. La ``nueva
arqueología´´ se mueve sustancialmente en la lógica de la relación entre
antropología y arqueología, asociadas en los Estados Unidos en los mismos
departamentos; la relación instaurada entre las dos disciplinas se expresa
sintéticamente en una máxima afirmada por dos representantes autorizados de
la antropología americana; Willey- Phillips (1958) y repetida por el mismo
Binford (1962): ``la arqueología americana o es antropología o no es nada´´.
Los creadores de la New Archaeology se propusieron dar a la arqueología la
dignidad de disciplina ``científica´´ y para este propósito creyeron necesario que
el arqueólogo operase con las metodologías las ciencias exactas y aplicase, como
en la física, en la biología o en la medicina, procedimientos hipotéticos-
productivos en sustitución del método inductivo propio de la ``arqueología
tradicional´´; en otros términos, querían llegar con método analítico a las leyes
generales representadas por modelos y deducir de estas explicaciones hechos
particulares. En la rica literatura originada por la New Archaeology, se han
sumado posiciones diferentes y a veces enfrentadas, pero se pueden identificar
aspectos comunes, como la exigencia de explicitar las premisas teóricas de los
procedimientos de investigación.

A finales de los años 60, los principios de la New Archaeology, llegaron a Europa,
primero a Gran Bretaña, donde fueron difundidos principalmente D. L. Clarke
(Analitical Archaeology, Londres, 1968; Models In Archaeology, Londres, 1972)
y por C. Renfrew (The Emergence of Civilization, Londres. 1971). La discusión se
refiere sobre todo a la investigación prehistórica en el interior de la cual se había
desarrollado, pero como no podía ser de otro modo, afectaba también a la
arqueología clásica, al menos por el intento de controlar los nuevos
orientamientos que habrían podido enriquecer el bagaje metodológico de la
disciplina. Las dificultades del diálogo consistían especialmente en la diferente
colocación inicial de los interlocutores, estrechamente relacionados en América
con las ciencias etno-antropológicas, en Europa, con las ciencias de la antigüedad
y con las disciplinas histórico-artísticas. La acogida más abierta a las nuevas
orientaciones se tuvo en Gran Bretaña, donde los trabajos de Clarke y de
Renfrew, habían aplicado los principios en campo prehistórico, en un intento de
acuerdo entre las dos culturas. A. M. Snodgrass, en un volumen de escritos sobre
las Grecia geométrica y arcaica (1987), sostiene que los métodos de investigación
de la arqueológica clásica, responden sustancialmente a las exigencias planteadas
por la ``nueva arqueología´´, atribuyendo en buena parte, a la falta de
conocimientos y a las polémicas contraposiciones por parte de los ``nuevos
arqueólogos´´ a la llamada ``arqueología tradicional´´.

Ligado a una rígida ortodoxia permanece A. Carandini, que en un volumen


(arqueología y cultura material) publicado en 1975, proponía la cultura material
como el único campo a indagar por la arqueología. Los modelos se buscaron en
la Unión Soviética y más directamente en Polonia, donde habían sido exportados.

Esta aplicación ponía, la arqueología clásica sobre el plano de la prehistórica y


confería una posición frontal a los procedimientos de indagación sobre el terreno
y a las técnicas de excavación. La perspectiva, de hecho, era calcada de la
situación existente en los países de la Europa septentrional, donde los
asentamientos medievales se sobreponen directamente a los prehistóricos, con
una prevalencia absoluta de la documentación relativa a la cultura material. La
presencia de asentamientos romanos en la franja centroeuropea había facilitado
la extensión a la arqueología clásica de los métodos aplicados en la investigación
prehistórica, mientras que contemporáneamente, había sufrido un notable
desarrollo la arqueología medieval y se habían ido definiendo contenidos y
finalidad de la arqueología industrial. En este mismo ambiente, habían
madurado los primeros intentos de arqueología experimental, que desde la
episódica reconstrucción de la nave vikinga descubierta en Noruega en 1890,
alcanza en los años 60, la sistemática reproducción de las condiciones de trabajo
y de vida de los antiguos, mediante la reconstrucción de fortificaciones, de
habitaciones pre-históricas y de varios instrumentos y objetos de uso cotidiano.

La arqueología de hoy, nacida en el siglo XV, como disciplina humanista, ha


conservado en el curso de su desarrollo el doble interés, artístico e histórico
documental, que le abrió inicialmente el camino a un racional retorno a lo
antiguo. En el largo plazo, los dos intereses se han articulado en manera de
responder a los cambios de perspectiva y exigencias que se han producido en el
tiempo y en los diversos países, adecuando a éstos finalización y metodología de
la investigación. Las disciplinas que se han separado del tronco de la arqueología
clásica han sido principalmente derivadas del interés histórico-documental; en el
ámbito de la arqueología clásica, en cambio, ha prevalecido siempre el interés por
las artes figurativas, que desde Winckelmann en adelante, ha tenido un papel
destacado en los desarrollos de la investigación.

La influencia de las orientaciones positivistas, y, sobre todo, las exigencias


impuestas por las grandes empresas de excavación, han contribuido a
reequilibrar, en los años precedentes e inmediatamente siguientes a la segunda
guerra mundial, las aplicaciones metodológicas de la investigación, asignando
un puesto adecuado a la documentación constituida por lo objetos de uso común
y por los manufacturados producidos en serie. En los manuales dirigidos al
estudio de la arqueología publicados en aquellos años, los dos aspectos de la
investigación encontraron, en la recíproca integración, un equilibrio que se refleja
en la definición académica de arqueología e historia del arte.

Entre las disciplinas ``visitadas´´ la que ha tenido una mayor fortuna ha sido la
informática, utilizada, sobre todo, en la investigación prehistórica, para la
aplicación de métodos matemáticos y estadísticos. Más ampliamente ha servido
para la gestión de la excavación y especialmente para la creación de ``bancos de
datos´´ cada vez más necesarios con el multiplicarse de la documentación; estas
últimas han tenido su mayor difusión, y también la mayor dificultad en el campo
de la arqueología clásica donde la variedad y la complejidad de los materiales ha
puesto en primer plano el problema de la ``normalización´´ del sistema
descriptivo. De este modo, se ha vuelto, pero con nuevos intereses, a los viejos
problemas de la objetividad de la descripción y a su distinción del momento
interpretativo. La discusión, profundizada sobre todo en Francia y en España, ha
llevado a la propuesta de llamar ``arqueografía´´ este momento del método,
confiriéndole autonomía. Los métodos informáticos, en proceso de absorción por
parte de la investigación arqueológica, forman ya parte de ésta de pleno derecho.
Bajo el nombre de arqueometría, están comprendidas las tecnologías elaboradas
en el ámbito de otras disciplinas y utilizadas por los arqueólogos para alcanzar
finalidades específicas como la datación de los materiales, la prospección del
terreno o de las murallas, el análisis de los objetos y la determinación de su
composición. En este caso, las técnicas son frecuentemente aplicadas por ``no
arqueólogos´´ pero en estrecha colaboración con los arqueólogos que formulan
preguntas a la investigación tecnológica.

Las dos competencias se integran, pero son distintas, aunque es peligrosa la


tendencia, en muchos casos latentes, a confundir los dos roles, como cuando la
identificación del degrado se confunde con el proyecto de restauración.

En el ámbito de las disciplinas en relación con la arqueología puede distinguirse


un tercer grupo: nos referimos a las disciplinas cuyos resultados convergen en la
formación del ``archivo biológico´´. Antropología física, arqueo-zoología y
arqueo-botánica desarrollan las indagaciones en el interior de su finalidad
institucional, apoyándose en el método arqueológico, especialmente para la
recogida de datos; el resultado de la investigación, confluye en el cuadro
complejo de la reconstrucción histórica a la cual se dirige la investigación
arqueológica. Es evidente que este género de indagaciones, ya sistemáticamente
asociadas a las empresas de excavación, ha aportado una contribución
fundamental al conocimiento de las relaciones entre asentamientos y ambiente,
que es uno de los aspectos esenciales de la ``reconstrucción total´´ del mundo
antiguo hacia el cual está orientada la moderna arqueología.

ALGUNOS DE LOS HITOS MÁS IMPORTANTES DE LA ARQUEOLOGÍA


EN EL SIGLO XX

1900 /1901. Mecanismo de Anticitera

El artefacto fue recuperado entre 1900 y 1901 de un antiguo naufragio cercano a


la isla griega de Anticitera. Supuestamente construido por científicos griegos, el
instrumento data de entre los años 150 a. C. y 100 a. C., o, según una observación
reciente, el año 200 a. C.

Después que el conocimiento de esta tecnología se perdió en algún momento en


la antigüedad, artefactos tecnológicos que se acercaran a la complejidad y
habilidad de construcción de este instrumento no aparecieron nuevamente hasta
que se inició el desarrollo de relojes astronómicos en Europa hacia el siglo XIV.

Todos los fragmentos recuperados del mecanismo de Anticitera se custodian en


el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

Mecanismo Anticitera

1902. Hallazgo de ruinas minoicas en Creta

En 1902, en Grecia, las investigaciones arqueológicas del Dr. Arthur Evans


permiten descubrir el gigantesco y hasta entonces mítico palacio de Gnosos en
Creta, en el que según la leyenda reinó el poderoso Minos, de ahí el término
"minoico" con que se conoce a la aún hoy enigmática civilización Minoica cuyas
ruinas datan de hace 5.000 años.
Excavaciones en Cnosos 1902

Acceso norte restaurado, con el famoso fresco del salto del toro
1906. Hattusa, la capital de los Hititas

En 1906 el estudioso alemán Hugo Winckler halla las primeras tablillas


cuneiformes excavando en las cercanías de Bogazkoy (Turquía). Ha descubierto
Hatussa, capital del imperio hitita hacia el 1700 AC, mencionado en textos
egipcios, babilonios y bíblicos, y su archivo real, lo cual pone fin a dos décadas
de controversias sobre la real pertenencia de otras tablillas similares y
asentamientos en la zona, descubiertos anteriormente.

1908. Venus de Willendorf

Es una estatuilla antropomorfa femenina datada entre 20 000 y 22 000 años a.C.
Fue hallada en un yacimiento paleolítico cerca de Willendorf (Austria), a la orilla
del Danubio, en 1908 por el arqueólogo austríaco Josef Szombathy. Es la más
conocida de las “venus” paleolíticas. Estas son figuras de mujeres de rostro
impreciso y con una fuerte exageración de las partes del cuerpo (vientre abultado,
enormes senos y piernas obesas). Esta imagen de la mujer gorda que está
completamente desnuda también era usual en las esculturas egipcias, griegas y
babilónicas del período Neolítico.

La figura de esta mujer desnuda, de unos 10,5 centímetros de alto, 5,7 de ancho
y 4,5 de espesor con 15 centímetros de circunferencia, fue tallada en piedra caliza
paleolítica y tintada con ocre rojo.
1911. Machu picchu

En Perú, el explorador Hiram Bingham descubre en las proximidades de Cuzco,


las ruinas incaicas que se identificarán como Machu Picchu, las cuales datan del
año 1500 DC aproximadamente.

Hiram Bingham se consagró a sí mismo como descubridor de Machu Picchu, cuando en realidad otros
ya habían visitado la ciudadela inca casi una década antes que él.
1919. Asiria y la Biblia

Durante 1919, el Instituto Oriental de Chicago adquiere a traficantes de


antigüedades en Irak, la denominada Estela de Senaquerib, un prisma escrito en
caracteres acadios que relata las conquistas del rey asirio hasta su muerte en el
año 681 a.C. El hallazgo respalda entre otros hechos la veracidad histórica del
relato bíblico del sitio de Jerusalén revelado en el Libro de Isaías. Un importante
hito para la arqueología bíblica.

1921. Harappa en la India: una nueva civilización

El británico John Hubert Marshall, Director del Servicio de Antigüedades, inicia


una campaña de excavaciones en el noroeste de la India que lleva al
descubrimiento de la primera de las ciudades de la hasta entonces desconocida
civilización del valle del Indo, cuyos orígenes se remontan hacia el 3300 a.C. Una
década más tarde será descubierta la ciudad de Mohenjodaro, una de las más
importantes. Hacia fines de siglo, más de 1.000 ciudades y asentamientos serán
identificados, en su mayor parte en el actual Pakistán.

1922. Descubrimiento de la tumba de Tutankamon .

La tumba KV62, situada en el Valle de los Reyes (Egipto), es una tumba real
egipcia que contiene a la momia de Tutankamón. Fue descubierta en 1922 por
Howard Carter, bajo los restos de las viviendas de los trabajadores de la época
ramésida, lo que la salvó de los saqueos de ese periodo. Como dato curioso,
Carter consiguió fotografiar algunas ofrendas florales que se desintegraron al
tocarlas.

La tumba consta de cuatro salas y estaba llena de objetos, pero en desorden.


Debido a su estado y al método meticuloso de estudio de Carter, se tardó ocho
años en vaciarla y trasladar al Museo Egipcio de El Cairo todo lo encontrado, más
de 5.000 piezas, incluida la máscara funeraria de Tutankamón de oro macizo.
Howard Carter, tumba de Tuthankamon 1922

En 1907, justo antes del descubrimiento de la tumba de Horemheb, el equipo de


Theodore M. Davis, encontró una pequeña cámara, la llamada KV54,
conteniendo objetos funerarios con el nombre de Tutankamón. Pensando que era
la tumba de este faraón, Davis concluyó la excavación.

El arqueólogo británico Howard Carter (a las órdenes de Lord Carnarvon)


descubrió la tumba de Tutankamón en el Valle de los reyes el 4 de noviembre de
1922, cerca de la entrada de la de Ramsés VI, la KV35. El hallazgo renovó el
interés del mundo occidental por la egiptología. Carter avisó a Carnarvon y el 26
de noviembre ambos hombres fueron los primeros en entrar en la tumba en 3300
años. Entonces, exclamó su famosa frase: «Veo cosas maravillosas».

1923 /27. Sumer: monumental ziggurat y tumbas reales en Ur

Entre 1923 y 1927 en el sur de Irak, el arqueólogo británico Leonard Wooley


desentierra en Ur, las ruinas de uno de los más grandes ziggurats sumerios y
también más de un millar de tumbas de sus dinastías que datan del 2.500 a.C
encontrando además vestigios geológicos de lo que sesupone ha sido el diluvio
bíblico.
1929. Ugarit y Mari:

El descubrimiento de miles de tablillas de textos en las ruinas de estas antiguas


ciudades-estados en Siria, representa el más grande descubrimiento literario de
la antigüedad desde el desciframiento de los jeroglíficos y de la escritura
cuneiforme en Mesopotamia

Durante 1929, el arqueólogo francés Claude Schaeffer, inspecciona una antigua


tumba en Minet el-Beida, en la costa siria, descubierta por pobladores locales. Es
el prólogo de excavaciones en Tell Ras Shamra que lleva al descubrimiento de la
antigua ciudad fenicia de Ugarit (1200-1600 AC). Posteriores excavaciones
descubrirán hasta cinco estratos de milenios anteriores.

En 1933, en Mari (Siria) ruinas amoritas. Tras otro providencial hallazgo de


lugareños en la frontera con Irak, el arqueólogo francés Andre Parrot rescata de
entre las ruinas imponentes construcciones a lo largo de varios años de campaña;
más de 20.000 tablillas cuneiformes en las excavaciones de la ciudad-estado de
Mari (Tell Harari), considerada en la antigüedad la capital del Éufrates medio.
Diversos hallazgos darán respaldo histórico a las revelaciones bíblicas sobre los
remotos tiempos de Abraham.

Tabilla con texto cuneiforme

1937. el arqueólogo alemán Helmuth Bossert descubre al pie de los Montes


Taurus, en Turquía central, las ruinas de la importante ciudad fortificada hitita
de Karatepe. Dos años más tarde, gracias al hallazgo de un texto bilingüe, logra
ser el primero en descifrar la lengua hitita en escritura jeroglífica.

1940. Cueva de Lacaux

La cueva de Lascaux es un sistema de cuevas en Dordoña (Francia) en donde se


han descubierto significativas muestras del arte rupestre y paleolítico.

La cueva fue descubierta el 12 de septiembre de 1940 por cuatro adolescentes:


Marcel Ravidat, Jacques Marsal, Georges Agnel, y Simon Coencas, acompañados
del perro de Marcel: Robot. El acceso público se facilitó tras la Segunda Guerra
Mundial. Hacia 1955, el dióxido de carbono producido por los 1200 visitantes que
la cueva recibía al día, dañó la misma visiblemente. La cueva fue cerrada al
público en 1963, para así preservar el arte

1947. Hallazgo de los rollos del Mar Muerto

En Medio Oriente trasciende el descubrimiento por parte de beduinos de


antiguos rollos manuscritos en la zona de Qumram; el sucesó llevara al
descubrimiento de los más antiguos manuscritos de contenido bíblico hallados
hasta entonces, los que serán conocidos como los rollos del Mar Muerto y serán
considerados uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo.

Datados de entre el siglo III antes de la era común y el I de nuestra era, los rollos
del Mar Muerto incluyen los manuscritos bíblicos más antiguos preservados
hasta la fecha y ofrecen un testimonio directo de la sociedad judía en la tierra de
Israel durante el periodo del Segundo Templo, la época del nacimiento del
cristianismo y del judaísmo rabínico. Hasta la fecha se han digitalizado cinco
rollos completos de la colección del Museo de Israel, que están ahora disponibles
online.

El Museo de Israel tiene el enorme privilegio de albergar en su Santuario del


Libro, los manuscritos ``más completos y mejor preservados de cuantos se han
encontrado en el Mar Muerto”, afirma James S. Snyder, Director. Anne y Jerome
Fisher del Museo de Israel. “Estos documentos son uno de los hallazgos más
importantes de la cultura del mundo monoteísta y representan un conjunto
único´´.

Los cinco manuscritos que hasta el momento se han digitalizado son: el Gran
Rollo de Isaías, la Regla de la Comunidad, el Comentario a Habacuc, el Rollo del
Templo y la Regla de la Guerra
Manuscrito del mar muerto, Gran rollo de Isaias y lugar de su hallazgo.

1949. Libby y la datación radiactiva

El químico estadounidense Williard Libby, descubre las bases del método de


datación histórica a partir de la medición del decaimiento del radioisótopo de
carbono 14 en restos fósiles y minerales, al demostrar que el mismo ocurre a una
tasa constante la cual hace que la presencia del radioisótopo se reduzca
sucesivamente a la mitad cada 5568 años aproximadamente. El impacto de su
hallazgo y su aplicación pocos años más tarde en arqueología, geología y
geofísica, extiende con un notable grado de fiabilidad el horizonte de datación,
hasta los 35.000 años de antigüedad, merced al desarrollo de técnicas de lectura
más sofisticadas y lo convierten en uno de los mayores logros científicos del siglo,
por lo cual Libby será galardonado en 1960 con el Premio Nobel.

1951. Dur Untash: en Persia (Irán) otro ziggurat elamita

El arqueólogo francés Roman Ghirshman realiza las primeras excavaciones a


gran escala para desenterrar las ruinas del imponente ziggurat y sus
fortificaciones, construido hacia el 1250 a.C por el rey elamita Untash-Gal, a 30
kilómetros al sudeste de Susa. Ghirshman se ha apuntado dos décadas antes el
mérito de haber excavado el más antiguo en Tappeh Sialk, cerca de Kashan,
originario del 2900 AC.

1956. Kramer : la historia empieza en Sumer

Samuel Kramer, estadounidense de origen ruso y experto en lengua sumeria


publica su obra "La historia empieza en Sumer" uno de los mayores aportes al
conocimiento de los enigmáticos orígenes de la civilización sumeria. El
desciframiento de miles de tablillas cuneiformes rescatadas durante el último
medio siglo aporta, entre otros trascendentales hallazgos, uno de los más
antiguos mapas conocidos.
Mapa estelar sumerio

1957. En Turquía, una gran ciudad del neolítico

El arqueólogo británico James Mellaart, excavando en Turquía, descubre un


asentamiento en Hacilar del 7000 AC. Un año más tarde, en Catalhoyuk (cerca de
la actual ciudad de Konya) otro más sorprendente: ruinas superpuestas de una
ciudad, las más antiguas del año 7500 a.C, que llegaron a albergar a cerca de
10.000 personas amalgamadas, según las evidencias, tan solo por actividades
pastoriles y una agricultura incipiente, pero sin vestigios de edificios públicos o
templos que denotaran una organización político-social acorde.

1961. El colosal cataclismo de Thera

En 1961 en Grecia, en la isla de Thera (Santorini), el arqueólogo Spiridon


Marinitos descubre vestigios de una ciudad del 1.500 a.C destruida por la
explosión de un volcán submarino. Esta catástrofe natural, la mayor que ha
asolado Europa jamás, hizo explotar el volcán de la isla. El sonido de la
gigantesca explosión debió haberse escuchado en gran parte del mundo y la
mayor parte de la isla se hundió en el mar.
Relaciones: El desastre de Thera convulsionó al mediterráneo y según se
especula, el maremoto resultante habría sido causa directa de la destrucción de
la poderosa flota minoica en la cercana Creta. El abrupto ocaso de esta
civilización, cuyas ruinas fueran descubiertas a comienzos de siglo por Arthur
Evans, habría sido consecuencia de su invasión por los micénicos desde Grecia,
aprovechando este repentino estado de indefensión.

1964. Göbekli Tepe:

Göbekli Tepe está situado en el sudeste de Turquía. Fue señalado ya en una


prospección estadounidense en 1964, cuando reconocieron que la colina podía no
ser enteramente natural, pero asumieron que yacía debajo un cementerio
bizantino. Desde 1994, las excavaciones han sido dirigidas por el Instituto
Arqueológico Alemán y los científicos turcos del Museo de Sanliurfa, bajo la
dirección del arqueólogo alemán Klaus Schmidt (1995–2000: Universidad de
Heidelberg; desde 2001: Instituto Arqueológico Alemán). Según Schmidt, los
fragmentos de piedra que se encontraban en la superficie lo llevaron a deducir
inmediatamente que aquel era un sitio prehistórico. Anteriormente, la colina
había sido cultivada durante generaciones y los habitantes locales habían
retirado las rocas, apilándolas en montones para despejar sus campos; muchas
evidencias arqueológicas han podido ser destruidas durante este proceso.
Investigadores de la Universidad de Karlsruhe comenzaron a documentar los
vestigios arquitectónicos y pronto descubrieron las columnas en forma de T,
algunas de las cuales han sufrido, aparentemente, intentos de destrucción.

Göbekli Tepe es el lugar de culto religioso más antiguo del mundo descubierto
hasta ahora. Hasta que las excavaciones comenzaron, no se consideraba posible
un complejo de este tamaño para una comunidad tan antigua. La sólida secuencia
estratigráfica sugiere varios milenios de actividad.

El nivel de ocupación más antiguo (estrato III), datado en el Neolítico pre-


cerámico A (PPNA, por sus siglas en inglés) comenzaría hacia el 9000 a. C., y
contiene pilares monolíticos enlazados entre sí por toscos muros que forman
estructuras circulares u ovales. Hasta ahora se han descubierto cuatro
construcciones de este tipo, que miden entre 10 y 30 metros de diámetro. Pero los
reconocimientos geofísicos indican la existencia de 16 estructuras más.

El estrato II, datado en el Neolítico pre-cerámico B o PPNB, entre 7500-6000 a. C.,


reveló restos de varias habitaciones adyacentes de forma rectangular con
pavimentos de cal pulimentada, que recuerdan los suelos de opus signinum de
la Antigua Roma. El nivel más reciente consiste en sedimentos depositados como
resultado de la actividad agrícola.

1964. Descubrimientos en Siria

Arqueólogos de la Universidad de La Sapienza de Roma, liderados por Paolo


Matthiae comienzan a excavar en Tell Mardikh, setenta kilómetros al sur de
Alepo. Pocos meses más tarde intuyen que han dado con una ciudad desconocida
datada provisoriamente como perteneciente a comienzos del segundo milenio
a.C. Cuatro años más tarde, identifican un busto acéfalo con inscripciones
cuneiformes en acadio, de uno de los reyes de Ebla. Pasará casi una década para
confirmar que están verdaderamente sobre los restos de la importante ciudad-
estado de Ebla.

Ebla finalmente revelada

En 1975, en Tell Mardikh, se produce el hallazgo de decenas de miles de tablillas


cuneiformes en las ruinas de uno de los palacios reales gracias a lo cual Giovanni
Pettinato, epígrafo italiano, identifica el más antiguo de los dialectos semíticos
que se denomina eblaita. La ciudad, hacia el 2300 a.C, gobernada por una
aristocracia mercantil, era una de las más importantes de su tiempo con más de
200.000 habitantes, contemporánea con las del reino acadio en la Mesopotamia.
Bajo sus ruinas otras más antiguas se datan hacia el 3500 AC.

1972. Los guerreros de Riace

Los Bronces de Riace conocidos también como Los Guerreros de Riace, son una
pareja de estatuas griegas del siglo V a. C., que se exponen en el Museo nacional
de la Magna Grecia de Regio de Calabria (Italia). Son dos de los pocos ejemplos
en bronce que quedan del arte griego antiguo, junto al Poseidón del Museo
Arqueológico Nacional de Atenas y al auriga de Delfos. Fueron encontradas en
las cercanías de la localidad de Riace, en la provincia de Regio en 1972.

1974. Lucy

Lucy (AL 288-1) es el conjunto de fragmentos óseos pertenecientes al esqueleto


de un homínido de la especie Australopithecus afarensis, de 3,2 a 3,5 millones de
años de antigüedad, descubierto por el estadounidense Donald Johanson el 24 de
noviembre de 1974 a 159 km de Adís Abeba, Etiopía.

Se trata del 40 % del esqueleto de una hembra de alrededor de 1,10 metros de


altura, de aproximadamente 27 kg de peso (cuando estaba viva), de unos 20 años
de edad (las muelas del juicio estaban recién salidas) y que al parecer tuvo hijos,
aunque no se sabe cuántos. Dotada de un cráneo minúsculo, comparable al de un
chimpancé, Lucy andaba sobre sus miembros posteriores, signo formal de una
evolución hacia la hominización. La capacidad bípeda de Lucy puede deducirse
de la forma de su pelvis, así como de la articulación de la rodilla.

La robustez relativa de sus brazos refuerza la idea de que pasaba una cantidad
notable de tiempo usando sus brazos para moverse por las ramas de los árboles.

El nombre Lucy proviene de la canción «Lucy in the Sky with Diamonds» de la


banda de música inglesa The Beatles, que oían los investigadores en el momento
del hallazgo.

Hasta 1977, la comunidad científica no tomó en consideración el hallazgo de


Johanson y su equipo del International Afar Research Expedition. La revista
Kirtlandia aceptó publicar el descubrimiento del nuevo homínido, al que sus
autores asignaron el nombre científico de Australopithecus afarensis.
Nombre Común; Lucy, Especie; Australopithecus afarensis, Antigüedad; 3,2 a 3,5 millones de años.
Descubrimiento: 1974; Lugar de descubrimiento: Hadar, Depresión de Afar, Etiopía. Descubierto por
Donald Johanson y Tom Gray

1974. Guerreros de Xi’an

Los Guerreros de terracota son un conjunto de más de 8000 figuras de guerreros


y caballos de terracota a tamaño real, que fueron enterradas cerca del
autoproclamado primer emperador de China de la Dinastía Qin, Qin Shi Huang,
en 210-209 a. C.

Se encuentran dentro del Mausoleo de Qin Shi Huang, también conocido como
Mausoleo del Primer Emperador Qin. Fueron descubiertos durante unas obras
para un abastecimiento de agua, en marzo de 1974 cerca de Xi'an (provincia de
Shaanxi, República Popular China). Desde el año 1987 están considerados como
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Excavaciones en Xi'an (provincia de Shaanxi, República Popular China)

1987. Enigmas sumergidos de Yonaguni

Se descubren en las profundidades vecinas a las costas de la isla de Japón,


llamada Yonaguni. Son formaciones rocosas que parecen ser construcciones de
una civilización remota y desconocida. En 1995, nuevas exploraciones alentadas
por científicos de la Universidad de Ryukyui (Japon) identifican lo que parecen
ser zigurats y construcciones de una extensión cercana a los 5 kilómetros. La
antigüedad estimada de estas enigmáticas construcciones dataría de entre 8.000
y 10.000 años. En colisión con la cronología histórica conocida, surgen, como es
habitual, controversias científicas que se prolongan hasta el presente
atribuyéndose a los descubrimientos un origen natural.

1989. Robert Bauval y Adrian Gilbert, publican por primera vez la teoría de
Correlación de Orión u OCT (siglas iniciales de Orion correlation theory en
inglés), y desarrollada a mediados de la década de 1990, en el libro The Orion
Mystery, Unlocking the Secrets of the Pyramids (El Misterio de Orión,
descubriendo los secretos de las pirámides). En 1994, la BBC la llevó a la
televisión en el documental The Great Pyramid: Gateway to the Stars, con el que
alcanzó gran repercusión.

Su tesis central afirma que existe una correlación entre el emplazamiento de las
pirámides de la meseta de Giza y la ubicación de las tres estrellas centrales del
cinturón de Orión, y que esta correlación fue deliberadamente buscada por los
constructores de las pirámides, al considerar que estas enormes construcciones
orientadas hacia las estrellas (dioses) facilitaban el paso de los faraones a una vida
después de la muerte, de acuerdo a la religión del Antiguo Egipto.

1999. El disco celeste de Nebra

El disco celeste de Nebra es, hasta el presente, la representación más antigua que
se conoce de la bóveda celeste y de los fenómenos astronómicos. Se trata de un
hallazgo arqueológico descubierto en el año 1999 en el monte Mittelberg, cerca
de Nebra (estado federado de Sajonia-Anhalt, Alemania). Es una placa de bronce,
casi redonda, que pesa cerca de 2 kg y tiene aproximadamente un diámetro de 32
cm. Pertenece a una cultura de antigüedad desconocida, cuyos conocimientos
eran autóctonos. Representa el firmamento, con representaciones de elementos
abstractos.

En el verano de 1999, Harry W. y Mario R. se dedicaban a buscar municiones y


armas militares en el bosque de Ziegelroda (la parte forestal del monte
Mittelberg, de 252 m de altura), con la ayuda de detectores de metales. Fue así
como se tropezaron, sin sospechar su importancia, con los restos de alguna
civilización prehistórica.

La modalidad con que fue encontrada la pieza provoco algunas dudas sobre su
autenticidad, pero en el 2013 el precioso hallazgo pasó a formar parte del registro
de la UNESCO "Memory of the World" definido como uno de los mayores
hallazgos del siglo XX.

Anverso y reverso del disco de Nebra

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