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Argentina

UNMDP

Fernando Guagnini

Fernan2guagnini@gmail.com

Ars Magna: La posibilidad de volver a discutir sobre metodologías en la actualidad

Resumen: La siguiente ponencia hablará de dos temas en base a la figura de Ramón


Llull y su metodología. El primero de ellos será el alcance de la filosofía en el
Medioevo y su importancia; el segundo tema es el alcance de la filosofía en sí, en tanto
disciplina que hoy en día se encuentra relegada a las ciencias. El disparador entonces,
será un trabajo expuesto en conjunto por varios autores en 2011 y acercado por el
Institut d’Investigació en Intelligència Artificial (IIIA) que se titula Ramon Lull: From
the Ars Magna to Artificial Inteligence. En el mismo, los compiladores hablan sobre la
influencia que tuvo el pensamiento lógico de Llull en la construcción que hoy en día se
hace de los sistemas para las computadoras (es decir, el trabajo de los programadores).
Nos plantearemos de esta manera la posibilidad de una filosofía medieval que, lejos de
ser oscura e inútil, ha logrado sentar bases para cuestiones tan novedosas como los
esquemas lógicos que se usan actualmente. A su vez, veremos la cuestión del rol de la
filosofía en la historia la cual parece oscilar entre lo magnánimo, siendo aquella que
configura el mundo, y lo completamente improductivo, convirtiéndose en una disciplina
especulativa y para gente sin afanes constructivos. Finalmente, la discusión central
tomando tanto filosofía como tecnología y ciencias será la de debatir, a través de la
figura de Ramón Llull sobre la posibilidad de ampliar nuestros horizontes en cuanto a la
cuestión de las metodologías.

Palabras clave: Ars Magna, Ramón Llull, filosofía, método

Abstract: The following article will discuss two main points thanks to Lull´s
methodology. One of them will be the importance of Philosophy in the Medieval Era.
The other, will be the importance of Philosophy in history, which is today a forgotten
discipline as the new sciences come by. In this context, an excellent compilation of
articles brought in 2011 by the Artificial Intelligence Research Institute (IIIA) named
Ramon Llull: From the Ars Magna to Artificial Inteligence will take part. The writers of
the article talk about the influence of Llull´s logic in the construction of computer
systems. They also make a comparison between the thoughts of the philosopher and the
thoughts of people who are into computer studies. Thanks to this, we can say that
medieval philosophy, far from being dark and useless, created the basis for really
important advances as the logic systems of computers. Also, we will debate about the
importance of philosophy, discipline that sometimes it is seen as the one who creates the
world as it is, and some other times it is seen as something completely unproductive and
without a particular objective. Finally, in the main discussion philosophy and science
will take place to debate about the possibility of expanding our horizons when we talk
about diverse methodologies.

Key words: Ars Magna, Ramón Llull, philosophy, method

Introducción

Se puede ser un estudiante de primer año o un doctor en filosofía, da lo mismo, la


pregunta siempre va a volver a formularse: ¿Para qué sirve la filosofía? Algunos
realmente piensan en esta pregunta, en el sentido en que se esfuerzan para entender que
es lo que nuestra disciplina pueda aportarle al mundo. Otras veces, la pregunta está
planteada con cierta malicia, con la intención de provocar al estudiante, porque la idea
de que la filosofía no sirve para nada últimamente está muy instalada en la sociedad. La
modernidad ha hecho sus quehaceres con ciertos conceptos y planteos y los ha
amoldado como toda época a su propio momento. Algunos nos debatimos sobre el
alcance de la filosofía medieval, otros aún están discutiendo sobre si la filosofía en sí ha
logrado algo. Si bien muchas veces es inteligente volver sobre los pasos, en este caso el
bajón anímico de los estudiantes producido por esta pregunta debe ser paliado de una
vez por todas. Más aun, encuentro que el trabajo a exponer será intenso en tanto plantea
una relación con esta disciplina y los estudios de programación y sistemas, aquellos que
son los más tomados en cuenta hoy en día. No importa que el programador se dedique a
generar esas publicidades insoportables que se cruza uno cada tanto por internet,
siempre será más útil lo que hace él a lo que hace el filósofo. Y si nuestra tarea es pura
superstición y especulación ¿Qué queda para aquellos que pensaron en la Edad Media,
cuando ni las computadoras existían? Cierto es, que una computadora no nace de la
nada y que su sistema está basado en ciertos mandos lógicos. Esto no significa que la
lógica haya sido entonces fundadora de los artefactos que usamos cada vez con más
frecuencia, pero sí que podemos encontrar indicios en la misma, sobre todo para la
formulación de un denominado software. De esta manera, entra también la cuestión del
método en tanto muchas veces los planteos más místicos o de raíz metafísica son
menospreciados más allá del resultado que nos puedan dar.

Ante tal situación, nos encontraremos con un trabajo realizado en conjunto por
profesionales del área de tecnología quienes poseen además cierto conocimiento por la
figura de Ramón Llull y más específicamente por su obra titulada el Ars Magna, en
donde el mismo se propone una maquinaria inventiva cuyo fin sea el de la conversión
de los infieles al cristianismo. Una cuestión importantísima a revisar antes del desarrollo
del trabajo será que por momentos encontramos una división entre el Ramón Llull
místico y ocultista y el más lógico. La idea parte del argumentar que Llull es una
persona entera cuyos trabajos ofrecen un corpus completo y no una parte de interés y
otra a ser completamente ignorada, justamente, porque su trabajo revalida la
introducción de la cuestión mística a los saberes que nos debatimos hoy en día. Bajo
esta introducción veremos entonces, como el mallorquín ha sentado las bases para
grandes descubrimientos tanto en su escritura más considerada como en la
peyorativamente tratada como mística.

El Ars Magna: Pionera de la inteligencia artificial

Podemos decir que se empieza a hablar del desarrollo de la computación y la


inteligencia artificial por primera vez luego de la Segunda Guerra Mundial. Alan
Turing desarrolló el primer ordenador de almacenamiento programado, y planteó un test
que era capaz de evaluar si una máquina era capaz de pensar. En el verano de 1956,
durante la Conferencia de Dartmouth ("the Dartmouth Summer Research Project on
Artificial Intelligence"), varios investigadores prestigiosos sentaron las bases de la
inteligencia artificial y el desarrollo de "máquinas capaces de aprender". Quizás sea por
esto que asociamos la idea de inteligencia artificial a la era moderna. A su vez, es
imposible negar el gran avance que se está haciendo en este campo de manera que
muchos incluso se debaten sobre la posibilidad de un robot que tenga sentimientos
humanos. Sobre esto no hablaremos ya que supone un debate aparte de inmenso interés
y nuevas problemáticas. Para dejar planteado sin embargo un interrogante sobre lo
mismo, podríamos decir que tal vez sea la posibilidad de que una máquina sienta más
allá del razonamiento lo que realmente está resultando tan problemático el día de hoy. 1
Pero volviendo a la cuestión que nos atañe, debemos una vez más arrebatarle a la
modernidad su condición auto impuesta de madre de toda la ciencia conocida para
remontarnos a la “oscura” época medieval. El planteo de implementar una máquina que
pueda validar o invalidar argumentos a través de un razonamiento artificial fue iniciado
por el filósofo Ramón Llull. Así nacería el Ars Magna.

Para Llull, el razonamiento podía trasladarse a un proceso secuencial y automatizable.


Con esa teoría intentaría demostrar de manera objetiva que las ideas de la fe cristiana
eran correctas con el fin de convencer a quienes no fueran creyentes. Tales ideas
intentarían ser desarrolladas posteriormente por Leibniz a quien se le suele tomar por
pionero del asunto. Sin embargo, cabe en nuestro trabajo centrarnos en la figura del
mallorquín ya que como hemos mencionado, fue quien sentó las bases para una
inteligencia artificial. Para Lull, el conocimiento consistía en la unión de ideas simples a
las que denominó “raíces” y tabuló en 54 tipos. Al combinar esas 54 ideas raíces
obteníamos el conocimiento científico (scientia generalis). Esta máquina a su vez
representaba los sujetos, predicados y teorías teológicas en figuras geométricas tales
como círculos, cuadrados y triángulos. Luego, operando palancas y ruedas las
proposiciones y teorías se movían sobre unas guías para detenerse en una postura
verdadera o una falsa. Así, se podía llegar a la conclusión acerca de la verdad o falsedad
de un postulado. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que parte de esta maquinaria
estaba influenciada por el trabajo de Llull cuya ideología cristiana lo condicionó en
tanto al armado de la cuestión de ideas raíces (un tercio de ellas estaban vinculadas a la
doctrina católica). Además, tenemos en cuenta que el mecanismo de esta primera
máquina era muy rudimentario. De todas maneras y más allá de esto, podemos
considerar hoy en día al Ars Magna por su idea de construcción como la primera
máquina lógica capaz de producir postulados.

Ahora bien ¿Cuál sería la respuesta de la Iglesia frente a esta máquina? Es aquí donde la
figura de Llull comienza a ser interesante ya que su invención en varios aspectos iba en
contra de las ideas de la Iglesia. De hecho, varias fueron las problemáticas de Llull por
haber concebido tal obra. Justamente, la cuestión partía de las acusaciones ante el

1
Y es que, el sentimiento suele tomarse como otra vía de conocimiento alejada del razonamiento lógico.
El tema que se verá está absolutamente relacionado con esto, sólo que elegiremos no tomar tal discusión
en el trabajo. Más bien veremos si la misma puede tomar parte en las jornadas como discusión aparte ya
que de expandirse sobre esta cuestión el trabajo se haría muy extenso.
mallorquín de dar prioridad a estas verdades racionales desentendiéndose de otras
cuestiones más elevadas. Dios excede el conocimiento racional y es por esto que tal
máquina no sería vista con buenos ojos. Ante ello, Llull toma una posición que combina
los saberes de la filosofía con los de la teología, motivo que llevó a un debate aun más
profundo. Frente a tal cuestión, dirá Werner Kunzell en un pequeño trabajo titulado El
ars generalis última (estudios sobre un origen secreto de la teoría computacional):

La intención decisiva del Ars Magna radica en la construcción de demostraciones, esto


es, conclusiones racionales, que deban servir de ayuda a los dogmas teológicos y a las
verdades de la Revelación, y prestarles más fuerza en la lucha de la fe. ¿La filosofía
como sirvienta de la teología? El caso es el contrario: exactamente en la medida en que
tales productos lógicos se comprometen a llevar el peso de la demostración de la verdad
de la revelación, en esa medida empieza a retroceder la específica legitimidad de la
revelaci6n en favor de la filosofía y la autoridad de la Iglesia comienza a erosionarse.
Aunque para el Ars Magna Iuliano nada queda más lejos que semejante desequilibrio
entre estas dos instancias portadoras de sentido, la insistencia radical en la fuerza
demostrativa de la pura razón humana y su ensamblaje con las tareas propuestas por una
teología combatiente en muchos frentes entrañan peligros al menos a largo plazo y
enormes irritaciones en lo que se refiere a la integridad de las verdades reveladas. (p.92)

Dirá finalmente el autor que no es llamativo que personalidades como Giordano Bruno
y Leibniz hayan interpretado a Llull como un lógico innovador colocando su labor
misionera en segundo plano. Y es que la idea del mallorquín frente a su invento fue la
de realizar un trabajo misionero que tuviese el fin de convertir a los infieles a lo largo y
ancho del mundo. Con el sólo haber creado esa máquina sin embargo, el filósofo ya se
habría ganado un lugar entre las figuras más importantes de la historia. Dirá entonces el
autor del trabajo citado anteriormente:

Al querer garantizar la producción de conclusiones correctas y racionales mediante un


algoritmo abstracto, Llull emprende el ensayo revolucionario de hacer saltar la antes
estática estructura de la lógica formal tradicional. (p.3)

El método llulliano provoca entonces una doble interpretación que divide a la figura del
filósofo la cuál creemos en nuestro trabajo, es por demás errónea. El carácter místico
que ha poseído por instancias el filósofo lo lleva hoy en día a una crítica por parte de la
modernidad cientificista, mientras que sus intentos de mecanización elevaron cierta
duda frente a algunos sectores de la iglesia en aquel entonces. De todas maneras, vemos
que los trabajos de Llull han generado grandes aportes tanto a la filosofía, como al
desarrollo tecnológico. Queda expuesta nuestra intención entonces, la cuál es dar crédito
tanto a la cuestión lógica como a la mística como dadoras de nuevos conocimientos y
herramientas. En el trabajo mencionado en el resumen, llamado “Ramón Llull: Del Ars
Magna a la inteligencia artificial” uno de los escritores criticará a nuestra manera de
prejuzgar tales métodos para llegar a los objetivos deseados. Con respecto a esto, una
concepción errónea de Llull que nos lleva a ello será la de no comprender que su
sistema no estaría jerarquizado ni en base a la metafísica ni a la lógica. El dirá entonces:

Aquellos que poseen conocimiento de la lógica medieval y tratan de contra argumentar


a Llull desde la misma se sorprenden al ver que el mallorquí no trata del todo los
tópicos que creen que debería estar discutiendo y que sus contemporáneos si hicieron.
Por su parte, aquellos que tratan de contra argumentarlo desde el punto de vista de la
lógica formal moderna intentan hacerlo desde su sistema basado en un extremo realismo
platónico y por lo tanto, haciéndolo depender en el contenido más que en la forma. Llull
estaba al tanto de estos problemas, y es por ello que cuidadosamente intentó explicar
que su sistema no estaba amoldado ni a la lógica ni a la metafísica. (p.6)

Se da por entendido que lo planteado reside en tomar la originalidad y eficacia de Llull


para con sus trabajos sin prejuzgar antes por el fin de los mismos o la intencionalidad
del filósofo. Justamente, un tipo de pensamiento como el del mallorquí podría ser
incluso más maduro que el que posee el vicio cientificista de hoy en día. Ante tal
cuestión, los autores del trabajo mencionado anteriormente demuestran como el
conocimiento de este filósofo fue de gran utilidad para un asentamiento tecnológico. El
problema reside en que muchas veces se arranca al pensador de su época y se lo acusa
por cuestiones relacionadas a ello. Entendemos que resulta extraño hoy en día
mencionar que la idea de una computadora sea la de convertir a los infieles, pero ello no
desestima la figura de Llull ni su obra. La relación entre la fe y la razón es un punto
central dentro de la filosofía medieval así como hay temas centrales dentro de otras
épocas. En el trabajo “El principio de conveniencia en el núcleo de la metafísica de
Ramon Lull” Francisco Canals Vidal dice lo siguiente respecto a la interpretación de
Llull en tanto pensador medieval:
Pienso incluso que este es el único hilo conductor valido para la interpretación
histórico-filosófica de unos sistemas en que doctrina sagrada y pensamiento racional se
despliegan en una conexión que los haría incomprensibles desde la perspectiva de una
separación entre filosofía y teología, según esquemas de siglos posteriores. […]. Seria,
pues, erróneo leer a Llull fuera de su contexto histórico y de su situación espiritual. La
lectura metafísica de Llull, para ser fiel al espíritu y a la letra del autor, y en definitiva
aceptarle en el plano de la historia del pensamiento, tendrá que moverse siempre desde
su propio punto de vista sobre la inserción del pensamiento racional en el horizonte y el
ambiente de la fe. De otro modo se correría el riesgo de atribuirle una actitud de
primacía de la razón metafísica — y de absorción de la fe en la misma — lo que
paradójicamente lo situaría en la línea de Averroes, a la que Llull se enfrentaba
radicalmente. (p.200)

Ahora bien, luego de todas estas argumentaciones podemos tener por claro que Llull fue
un filósofo diverso planteando métodos tanto lógicos como más, si se nos permite decir,
“irracionales” en el transcurso de su obra. Esto lo ha llevado a varios tipos de críticas a
lo largo de la historia. Por otro lado, existe otra realidad que es la de que el filósofo
también ha sido influencia para grandes pensadores en el futuro lo cual nos demuestra
que la manera de obrar inusual del mallorquín tiene su propio estilo. Sin embargo,
cuando se mencionó que el trabajo en compilación entre programadores sería el
disparador del tema de nuestra ponencia se hizo para ver esta cuestión en particular.
Seremos honestos al admitir que el trabajo no se centra tanto en la figura de Llull en
tanto una revisión de sus escritos y obras, sino más bien de su legado e influencia.
Pareció entonces interesante en nuestra actualidad hablar sobre los conocimientos que
nos dejó un hombre con los métodos de Llull dado que tan importante es hoy en día
acoplarse a los modelos estándar en la metodología. La academia incluso legitima la
imposición de una reducida cantidad de métodos aprobados para considerar de un
trabajo algo adecuado (cuando no se reduce a un método único). Es por ello, que el
siguiente y último apartado abrirá con una cita de Llull para luego hablar de la
experiencia de los autores del trabajo mencionado anteriormente con el fin de discutir
sobre el tema del método en nuestros días.
Ramón Llull y la posibilidad de volver a discutir sobre metodologías

¡Paciente Señor! Así como los ojos corporales no pueden ver tan bien las figuras que le
quedan lejos como aquellas que tienen cerca, del mismo modo el entendimiento del
hombre no puede ver ni entender tan bien las cosas que está lejos de imaginar y poseer
pensando como hace con aquellas cosas que imagina y recuerda. (Llull 2009:175)

La siguiente cita del mismísimo Ramón Llull abre la posibilidad de debate sobre la
cuestión de plantearnos nuevas metodologías o vías de conocimiento a la hora de
esbozar ideas tanto filosóficas como de cualquier otro tipo. No entraré en detalles sobre
la cuestión del filósofo en tanto introducido en la alquimia, ya que el mismo
desencadenaría muchas otras cuestiones. Pero resulta interesante entender que la
alquimia, si bien hoy en día se la ve como mero trabajo místico o incluso mágico, era
una manera de hacer ciencia en esa época. La diferencia radicaba en que el método de la
alquimia era de caràcter más experimental en lugar de atenerse a un razonamiento
lógico. Ante ello, volvemos a explicar que si bien no hablaremos sobre Llull en tanto
involucrado con este tipo de prácticas, si es irrefutable el hecho de que el mallorquín
poseía una manera no convencional de llegar a sus postulados y de dar vida a sus
proyectos. En el trabajo en conjunto Ramon Lull: From the Ars Magna to Artificial
Inteligence, uno de los escritores nos mostrará como el trabajo de Llull, que se convirtió
en uno de los esbozos para un proyecto de inteligencia artificial, partió desde un método
con características que hoy en día no tendríamos en cuenta. El escritor nos dirá
entonces:

Sin embargo, es también necesario señalar las diferencias entre la obra llulliana y la
evolución de la lógica moderna y la inteligencia artificial. Particularmente desde
principios del siglo XX con el llamado Círculo de Viena, al cual pertenecieron
pensadores como Rudolf Carnap, el proyecto de un lenguaje elemental se relacionó a la
idea de eliminar toda expresión metafísica del lenguaje ordinario. A su vez, el proyecto
de un lenguaje elemental, concebido desde el paradogma de la lógica matemática se
tornó automáticamente anti metafísico. En contraste, la obra llulliana estaba claramente
concebida explícitamente dentro del lenguaje metafísico. (p. 3)

Si bien la idea no era desprestigiar como filósofo a Carnap, es necesario traer esta cita
textual ya que habla sobre un caso claro de cómo una obra como el Ars Magna pudo
sentar las bases para desarrollos tecnológicos posteriores estando basada en postulados
que no tienen sentido para una corriente filosófica actual. Puede criticársenos aquí que
el proyecto llulliano estaría dividido en dos: La idea de la máquina, y su manera de
proceder y los postulados que la misma maneja. Sin embargo, que los postulados fueran
(como admitimos nosotros mismos) por momentos claramente volcados hacia el interés
del cristianismo, no desmerece el avance hacia un nuevo tipo de proceder artificial. Los
logros en ciencia del Medioevo en muchas ocasiones sentaron las bases para los logros
de la modernidad. Luego, este período olvida aquellas bases y se autoproclama como
creadora de tales inventos desmereciendo a la Edad Media por los fines que poseía. El
uso hacia mejores fines (si es que así queremos llamarlo) proviene de los arreglos de la
modernidad, mientras que los orígenes de la creación de las máquinas provinieron de
pensadores medievales. A su vez, otro debate muy interesante se desencadena de la
siguiente temática: Si se desmerece la obra de Llull por sus fines teológicos, ¿Pensamos
que los fines de la modernidad para con sus implementos tecnológicos son en su
totalidad fiables?

Ahora bien, también podemos preguntarnos como es que se relaciona la cita del inicio
del apartado con la cuestión de las metodologías, siendo que en realidad Llull habla
sobre la capacidad del entendimiento humano. Encuentro sin embargo algo más en este
fragmento, más bien un llamado hacia la búsqueda de otro tipo de pensamiento. Una vía
de conocimiento distinta, que no necesariamente sea la fe, pero que pueda de algún
modo derribar el modelo tradicional del método racional de la lógica moderna. No se
trata de comenzar a realizar nuevos inventos a partir de ideas disparatadas, sino de
entender que ante los límites del pensamiento racional, puede existir otra vía que abra
tales puertas cerradas. Schopenhauer, en tanto filósofo que retomó viejos textos indios
habló sobre la posibilidad de encontrar la solución a problemas que la razón no puede
resolver a partir de otras vías de pensamiento. Sin embargo, cometió un error
hermenéutico en tanto intérprete de tales textos, ya que diferenció sobre el mundo
“racional” y el mundo “irracional” haciendo énfasis sobre el segundo. Lo que no sabía,
era que en el hinduismo los irracionales serían más bien los locos, y que ese
pensamiento al cual el aludía, en realidad se lo consideraba como “supra racional”. 2

2
Se decidió con respecto a este tema no plantear una cita aislada con el fin de argumentar sino más bien
inducir al lector al sano ejercicio de la lectura sobre ciertos temas de estudios orientalistas que hablan
sobre el tema. Entre ellos recomendamos el texto de René Guenón La metafísica oriental o el de la autora
Wendy Doniger Shiva: El asceta erótico. Si bien entendemos que al hacer esto arrojamos la
responsabilidad de lectura sobre el lector, resultó interesante dejar abierta esta cuestión oriental que
lamentablemente, es muy compleja como para poder tratarse en este trabajo.
Lo que nos resultó de gran interés entonces, fue ver como varios especialistas en
estudios de informática y tecnología se reunieron para hacer una especie de tributo a la
obra llulliana, en tanto consideraron que ella fue de gran influencia para su actualidad.
Los autores evitan entonces considerar al filósofo como un místico y plantearse sus
postulados en tanto sean absurdos o no, sino que se remontan al legado, a lo logrado
gracias a las bases que el mallorquín estableció con su Ars Magna. Finalmente, uno de
los escritores dirá:

Por el lado negativo, hemos demostrado que la obra de Llull no pertenece a la lógica
formal, pero el lado positivo es inusual y nos debe muchas explicaciones. Era un
sistema de compleja estructura al punto de ser semi mecánico. Y entre uno más lidia
con ello, más consistente e interesante parece tornarse. Finalmente, su estructura era
relacional y combinatoria. […] ¿Podrán estos factores no ser capaces de programar, al
menos una parte de la obra de Llull en un lenguaje relacional como prólogo? Y si eso es
posible ¿No nos clarificará esto que, poniéndolo en términos modernos no es este el
funcionamiento de su computadora del siglo XIII? El problema básico, como lo veo, es
que nos ha sido legada una antigua computadora hecha de pergamino y tinta, pero en el
camino el manual se perdió. Por suerte, tenemos muchos de los materiales para hacer
una nueva. (p. 21)

Terminaremos frente a esto explicando con nuestro entendimiento limitado sobre


informática porque es que el Ars Magna resulta para estos autores tan importante y por
qué es que se hace hincapié en la cuestión relacional. Aparentemente, Ramón Llull ha
creado con su máquina un esbozo de modelo relacional, el cuál hoy en día es el más
utilizado en las bases de datos de las computadoras modernas para modelar problemas
reales y administrar datos dinámicamente. Muchos de los lógicos que se desenvuelven
en diversas ramas toman a Frege como incentivo para la creación de estos sistemas, sin
embargo hay quienes ven en Llull un gran antecedente a pesar de que el filósofo no
aplicaba a este nuevo tipo de lógica. Las bases moldeadas para tal modelo fueron
postuladas en 1970 en los laboratorios IBM de California y en ella, una relación
representa una tabla que no es más que un conjunto de filas, cada fila es un conjunto de
campos y cada campo representa un valor que interpretado describe el mundo real.
Finalmente, y reconociendo la similitud entre este sistema y el inventado por Llull cabe
replantearnos si no estamos condicionando o limitando el conocimiento nosotros mimos
cuando reprimimos la posibilidad de nuevas metodologías. El mallorquín demostró que
a pesar de sus caracteres místicos ha sido capaz de crear una máquina capaz de haber
sentado las bases para un muy posterior y novedoso modelo informático.

Bibliografía

 AA.VV (2011): Ramon Lull: From the Ars Magna to Artificial Inteligence
Artificial Intelligence Research Institute, IIIA Consejo Superior de
Investigaciones Científicas Barcelona, España.
 Canals Vidal, Francisco (1978): “El principio de conveniencia en el núcleo de la
metafísica de Ramón Llull” en Studia Lulliana 22 (1-3) 199-207.
 Kunzell, Werner (1998): “El Ars Generalis Ultima de Ramón Llull (Estudios
sobre un origen secreto de la teoría computacional)” Revista Espanola de
Filosofía Medieval, 5 pp. 89-107, traducción Luis Baz Palma.
 Llull, Ramón (2009): Llibre de contemplació, Barcelona, Editorial Barcino.

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