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startpoint.cise.es/como-hacer-el-perfecto-elevator-pitch
21 de marzo de
2018
Uno de los puntos clave que tendría que tener en cuenta un emprendedor que esté
gestando un proyecto es aprender, desde el primer minuto, a comunicarlo. Y comunicarlo
no es hablar sin parar sobre sus inicios, cómo surgió la idea, los errores cometidos,… Saber
comunicar es captar la atención de la persona (o personas) que tenemos delante y
transmitir en un tiempo limitado, todos los puntos fuertes de lo que tengas entre
manos. De todo eso se encarga el elevator pitch, el discurso que te ayudará a enfrentarte a
cualquier audiencia.
Pero esta habilidad no aparece de un día para otro, hay que trabajarla y entrenarla para
que, después de mucho practicar, salga solo. En muchas ocasiones te enfrentarás a públicos
grandes, a medios de comunicación o a inversores que pueden marcar el rumbo de tu vida
profesional, por lo que es conveniente que aprendas desde ya qué es el elevator pitch y
cómo hacerlo perfecto.
El elevator pitch es un anglicismo cuya traducción literal es 'el discurso del ascensor'. Según
Investopedia, es un término que se usa 'para describir un breve resumen que cuente, de
manera precisa, la idea de un servicio, un producto o un proyecto'. Se le dio ese
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nombre porque lo ideal sería que ese discurso durara lo mismo que un trayecto en
ascensor, que podría ir de los 20 a los 60 segundos.
Captar la atención.
Lo primero que debería buscar nuestro discurso es impactar desde el primer momento,
sorprender. Que la persona (o personas) que tenemos delante quieran saber más. Esto se
consigue comenzando con una frase directa y llamativa, que deje espacio para el misterio y
no desvele todos los detalles.
Presentar.
Exponer los puntos fuertes de nuestra idea, proyecto o servicio para que nuestra audiencia
nos conozca. Contar en un espacio limitado qué hacemos, por qué lo hacemos y cómo lo
hacemos.
Persuadir.
Sea cual sea nuestra audiencia, nuestro objetivo siempre será persuadir. Si estamos en un
medio de comunicación, quizás persuadimos para ganar clientes, para aumentar las ventas.
Si estamos frente a un inversor, tenemos que intentar que invierta en nosotros. Lo que
vayamos a contar tiene que ser tan atractivo, que genere el interés suficiente para que se
interese por nuestro proyecto.
1- Factor sorpresa: Comienza captando la atención de la audiencia con una frase ingeniosa,
un guiño, un eslogan,… que quieran saber más.
2- Responde muy brevemente a las preguntas clásicas: ¿Qué? ¿Cómo? Y ¿Por qué? Te
ayudarán a organizar el discurso.
3- Valor diferencial: En los últimos años hemos visto cómo el mundo emprendedor ha
crecido sin parar, por lo que los proyectos cada vez son menos únicos. Busca qué te
diferencia del resto y apórtalo como prueba del valor que tienes como empresa.
4- Por qué será un éxito: Es importante, sobre todo si estás dirigiéndote a inversores, que
cuentes brevemente dónde está el éxito de tu idea o negocio.
5- Expón tus redes sociales, página web: Si alguien está interesado, querrá buscar más
información y tienes que ponérselo fácil.
6- Final para el recuerdo: Al igual que habíamos empezado con una frase llamativa, al
acabar tenemos que dejar el listón alto. Además, por supuesto, de agradecer al público que
haya prestado atención a lo que acabas de comunicar.
Errores a evitar
Uno de los errores más graves que mencionaba Dave McClure es que todas los discursos
van enfocados en las soluciones que ofrecen las diferentes empresas pero muy pocos se
enfocan en los problemas. Según McClure, si te enfocas en los segundos, generarás una
conexión emocional más rápidamente.
También recomienda no hacer una lista demasiado larga de las diferentes formas de ganar
dinero con el proyecto. Esto podría dar la sensación de que realmente no sabes de dónde
sacar la facturación.
En cuanto a la forma de expresarte, deberías evitar las frases muy largas, que puedan
hacer que la audiencia se pierda. Céntrate en un lenguaje sencillo y claro, ordenado
gramaticalmente y con frases cortas.
Esto te ayudará también con el lenguaje no verbal: los gestos, las muecas, las posiciones
de las manos. Aunque a priori no se le de importancia, son fundamentales para generar
confianza y dejar al público con una buena imagen de ti.
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Y lo más importante, ve con seguridad y con confianza. Nadie mejor que tú conoce tu
empresa, nadie podría responder mejor que tú a las posibles preguntas. Con simpatía y
desparpajo todo entra mejor, por lo tanto sonrisa y al ruedo.
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