Está en la página 1de 14

Gallego

CAPÍTULO 11. REVOLUCIÓN CUBANA


Introducción
Durante el período de la República neocolonial (1902- 1958) se consolida en Cuba
el desarrollo y capitalismo Agrario dependiente y del monocultivo azucarero. Los sectores
clave de la economía continuaron bajo el control norteamericano: los centrales, los
latifundios cañeros, el ferrocarril, los bancos, las refinerías, los servicios telefónicos y
electricidad.
Los intereses de la burguesía cubana se desarrollaron estrechamente ligados a las
inversiones imperiales. Fundamentalmente a la exportación del azúcar, aunque un sector de
esta clase se orientó a la producción de café, el tabaco o la ganadería.
En 1934, la administración reformista del presidente Roosevelt permitió a Cuba
cierto margen de decisión política para eliminar la Enmienda Platt. Sin embargo, Estados
Unidos continúa ejerciendo su dominio a través del sistema de cuotas comerciales:
estipulaba por ejemplo la cuota azucarera, qué le permitía unilateralmente determinar la
reducción un incremento en los volúmenes de producción de caña y regular su comercio.
Un mercado de trabajo caracterizado por el alto nivel de desempleo.
Si bien los norteamericanos dejaban el ejercicio del poder político en manos
cubanas, éste un medio fácil de prebendas y beneficios mutuos.
La dictadura de Gerardo Machado 1925-1933 no dio respuesta al descontento social
y reprimió el movimiento de la Reforma Universitaria, mediante el cierre de la Universidad
de La Habana y deportación de algunos dirigentes estudiantiles como Julio A. Mella, uno
de los fundadores de la federación estudiantil universitaria (FEU). El ámbito de la
universidad se había transformado en un importante centro de discusión y de agitación
política en el terreno fértil para las ideas reformistas y el nacionalismo cubano.
En 1933 Machado fue desplazado por la revolución de los sargentos. A partir de
este golpe en el que participó Fulgencio Batista, el ejército comenzó a designar y actuar de
garante de los sucesivos gobiernos cubanos. El primero asumió Ramón Gral San Martín, al
que le siguió el primer gobierno de Batista 1940-1944, luego recuperaron la presidencia
grau San Martín 1944-1948 y Carlos Prío A 1948-1952. El 1952, anticipándose a las
elecciones, el general Fulgencio Batista dio un nuevo golpe de estado instauró su segundo
régimen 1952 1958.

La insurrección
El movimiento estudiantil repudió El golpe de Batista; la resistencia se centró en las
clases medias de las grandes ciudades la Habana y Santiago de Cuba, pero fracasó y mucho
fueron encarcelados. Entre sus participantes se encontraba Fidel Castro, abogado, quién
había sido candidato diputado por el Partido Ortodoxo en las elecciones suspendidas por
Batista. Estos revolucionarios fueron liberados y se exiliaron en México.
Allí los cubanos engrosaron la comunidad de refugiados políticos procedente de
distintos países de Latinoamérica. También, habían arribado el joven médico argentino
Ernesto Che Guevara y su amiga peruana Hilda Gadea.
Desde el exilio El pequeño grupo de cubanos comienza a preparar el regresó y
planifica una invasión a la isla siguiendo la tradición de José Martí y Máximo Gómez. La
expedición a la que se había incorporado el Che, Desembarcó en Cuba en diciembre de
1956, fueron atacados y sólo sobrevivieron 12, que se internaron en la sierra Maestra, zona
fundamentalmente cafetalera, buscando el apoyo campesino.
Sin embargo la resistencia en la sierra se fortaleció y pudo coordinar sus
movimientos con la actividad opositora en las ciudades, huelgas y la lucha de la FEU. Los
estudiantes habían creado el directorio revolucionario, organización liderada por José
Antonio Echeverría, que intentó tomar el Palacio Nacional y organizó un atentado contra
Batista.
Los contactos entre la sierra y la resistencia urbana se realizaban a través de los
dirigentes del movimiento 26 de julio: Armando Hart, Celiai Sánchez, Frank País y
Faustino Pérez. Esto prepararon la primera entrevista realizada a Fidel Castro y ofrecieron
la exclusividad del New York time. El propósito era sortear la censura de la prensa cubana
Y obtener una mayor repercusión internacional. Herbert Matthews, cuya Crónica publicada
en Estados Unidos, pudo reflejar el avance opositor y el generalizado rechazo cubano a la
dictadura.
Durante 2 años Los rebeldes enfrentaron el ejército de Batista y distintas columnas
dirigido por Camilo Cienfuegos, Fidel Castro y el che fueron ocupando poblados de La Isla
según estrategia guerrillera.
En 1958 se unieron las fuerzas del movimiento 26 de julio, directorio revolucionario
y los viejos comunistas el partido socialista popular PSP.
En enero de 1959 los revolucionarios y entraron triunfantes en la Habana Manuel
Urrutia, asumió la presidencia provisional de la República; como primer Ministro lo hizo
José Miró Cardona.
Sin embargo, los sectores propietarios La burguesía cubana y la pequeña burguesía
acomodada- desertaron después de intentar restringir la revolución a un cambio de régimen
político. Pronto estas diferencias y conflictos de clase llevaron a la renuncia de los primeros
dirigentes Cardona y Urrutia. En Febrero de 1959 Fidel Castro asumió como primer
Ministro, y Osvaldo Dorticós ocupó la presidencia de Cuba hasta 1976.
Las medidas sociales y económicas
En 1959 el gobierno cubano dispuso una ley de reforma agraria para erradicar el
latifundio que afectó tanto a las propiedades cubanas como en las extranjeras. Con la
entrega gratuita de tierras y sus títulos de propiedad, desaparecieron la aparcería y el
arrendamiento. Se crearon numerosas cooperativas cañeras. Estos cambios afectaron a las
empresas norteamericanas radicadas en la isla, fundamentalmente a la United Fruit y la
Cuba Sugar Mills Co. Las transformaciones productivas fueron dirigidas por el Instituto
Nacional de la Reforma Agrario (INRA), presidido por Fidel Castro que también comenzó
la construcción de viviendas, escuelas y carreteras.
En el caso cubano se distinguió por la existencia un verdadero proletariado rural
debido al temprano desarrollo del capitalismo Agrario ligado al funcionamiento de los
centrales azucareros. La primera ley de la reforma agraria sólo se limitaron a las grades
propiedades. A partir de 1963, durante la segunda fase de la reforma, se estableció la
hegemonía del sector estatal.
Con la nacionalización del azúcar, las granjas agrícolas (granjas del pueblo) y la
colectivización, el gobierno revolucionario elegía una alternativa socialista. El desarrollo
Agrario quedó supeditado a la planificación del estado; el área agrícola se duplicó y se
crearon planes regionales que contemplaron zonas para promover las plantaciones de
cafeto, cítricos y arrozales.
El INRA impulsó la diversificación de los cultivos, Aunque el azúcar siguió siendo
el eje la economía exportadora. Además planificó Un aumento en la producción, la meta era
alcanzar los 10 millones de toneladas de azúcar en 1970.
Otras medidas del gobierno revolucionario fueron la reducción de los alquileres, la
suspensión de los desalojos y la ley de reforma urbana. Se establecieron rebajas en las
tarifas telefónicas y eléctricas (brindadas por compañías extranjeras) y comenzó una
campaña Nacional de alfabetización dirigida hacia el millón de cubanos que eran
analfabetos.
El Che en el Ministerio de Industrias
Ernesto Guevara ocupó los cargos clave de gobierno cubano: asumió el Ministerio
de industria para administrar al sector de empresas nacionalizadas y la presidencia del
Banco Nacional de Cuba. Cargos que desempeñó hasta 1965, dispuso la nacionalización del
sistema bancario y su preocupación central fue la transformación de la economía que
dependía del sector azucarero. El gobierno revolucionario pretendía diversificar la
producción y sustituir las costosas importaciones, ya que la mayoría los artículos
manufacturados y los insumos eran de origen norteamericano.
El Che denunció el sistema de concesiones otorgadas a las compañías extranjeras.
También se encargó de las relaciones económicas internacionales: viajó a Checoslovaquia a
Alemania, China y a la Unión soviética para obtener ayuda y técnica y crédito generosos
que permitirán superar los obstáculos económicos impuesto por Estados Unidos.
Realizó acuerdos comerciales con los países socialistas y estudió el funcionamiento
de sus economías planificadas (URSS, China y Yugoslavia).
Contó en su Ministerio con asesoramientos de técnico soviéticos y chinos que
llegaron para montar nuevas maquinarias. También hizo reflexiones e intervino en los
debates económicos que se plantearon acerca de la transición al socialismo en Cuba, es
decir, como construir una economía de tipo socialista en un país subdesarrollado como éste.
El bloqueo norteamericano
Desde el triunfo de la revolución comenzaron las represalias de Washington y las
presiones sobre los gobiernos de terceros países con el propósito de aislar en comunicar a la
isla. De este modo que el nuevo gobierno revolucionario tuvo que enfrentar el deterioro de
las relaciones con los Estados Unidos y su creciente hostilidad.
Desde 1960 las refinerías inglesa y estadounidense suspendieron el suministro de
petróleo; no enviaron un solo barril a territorio cubano y luego se negaron a refinar el
petróleo crudo importado de la unión soviética privando a la isla de combustible.
Fidel Castro contesta estatizando las compañías monopólicas shell, Iexaco y
Estándar Oil. Propiedad del norteamericano John D. Rockefeller. Un total de 26 compañías
de propiedad estadounidense fueron nacionalizadas: además de las petroleras, la
electricidad, los teléfonos y los modernos centrales azucareros que controlaban la
producción de La Isla. luego se nacionalizaron las filiales de tres bancos estadounidenses
que operaban en Cuba.
En enero de 1961 Estados Unidos decidió retirar de Cuba a su embajador y cónsul,
además prohibió a los ciudadanos estadounidenses viajar a la isla.
En 1962, la administración Kennedy impuso formalmente un bloqueo económico
interrumpiendo en las relaciones comerciales con el pretexto de proteger a los “ciudadanos
norteamericanos con propiedades nacionalizadas en Cuba”.
Los Estados Unidos decidieron finalmente suspender la cuota de importación de
azúcar cubano; la pérdida de este mercado determinó que la venta de la producción
azucarera se destinará los países socialistas de Europa del este, a través de compras
soviéticas.

Agresión militar
El 1961, durante la administración Kennedy oficiales de la CIA pergeñaron un plan
de invasión a Cuba. La intervención armada comenzó en el sur de la isla bahía de los
cochinos en abril de 1961. Sin embargo, una amplia movilización de las milicias cubanas
hizo fracasar la invasión y las fuerzas anticastristas fueron derrotadas en playa Girón. Pero
las hostilidad de los Estados Unidos continuaron a través de actos de sabotaje en las
refinerías nacionalizadas; envíos de aviones piratas que arrojaban el material incendiario
sobre las plantaciones de caña; introducción de armas lanzadas en paracaídas, así como la
confiscación de aviones cubanos.

La alianza para el progreso y la expulsión de Cuba de la OEA


En agosto de 1961 el gobierno estadounidense lanza un acuerdo de ayuda
económica a los países latinoamericanos. En esa reunión los países miembros de la OEA,
aprobaron el plan de Kennedy denominado Alianza para el Progreso. Kennedy anuncio una
década de desarrollo planificado y una colaboración de veinte mil millones de dólares, con
créditos a largo plazo. Sin embargo, Este generoso programa de préstamos e inversiones
destinadas los países en vía de desarrollo pretendía ser un instrumento para coordinar
reformas moderadas en América y afianzar la hegemonía de Estados Unidos en la región.
En la conferencia, la delegación cubana encabezada por el Che, rechazó la
propuesta de ayuda económica y denunció las intenciones políticas de ésta, ya que se
excluía a Cuba del otorgamiento de créditos y se promovía, en el marco de la OEA, la
ruptura de relaciones comerciales con la isla.
.En enero de 1962, por iniciativa del gobierno norteamericano, cuál fue finalmente
suspendida como miembro de la OEA. Estados Unidos utilizados los medios de presión a
su alcance para obtener el apoyo de los gobiernos de América Latina. 14 países apoyaron la
expulsión, entre ellos las dictaduras de Duvalier en Haití, de Alfredo Stroessner en
Paraguay, de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana y de Luis Somoza en
Nicaragua. México, Argentina Brasil Chile Bolivia y Ecuador en cambio se abstuvieron en
la votación.
Finalmente todos los países latinoamericanos excepto México siguieron el ejemplo
Los Estados Unidos y aislaron comercialmente a Cuba.
Recién en 1970 el presidente de Chile, Salvador Allende restableció las relaciones
con la isla. Argentina decidió retomar las relaciones en 1973, y ese mismo año creció un
acuerdo comercial otorgando un crédito a Cuba, que rompía por primera vez el bloqueo
latinoamericano impuesto por los Estados Unidos.
La revolución cubana no sólo tuvo que superar su aislamiento económico sino
además romper con el cerco informativo, es decir, crear sus propios medios para
contrarrestar las noticias y críticas que difundían los medios masivos de comunicación
norteamericanos. La red de corresponsales en distintas ciudades de Latinoamérica incluyó
la participación de destacados periodistas y escritores, Como Rodolfo Walsh y Rogelio
García Lupo (argentinos) y el colombiano Gabriel García Márquez.

La crisis de los misiles


En octubre de 1962, el presidente norteamericano John Kennedy denunció, la
presencia de bases de misiles soviéticos en Cuba. Con esas pruebas Estados Unidos exigió
al jefe de gobierno de La Unión soviética, Nikita Kruschev, La retirada inmediata de los
misiles, y establece un bloqueo marítimo contra Cuba. Sin embargo, los barcos soviéticos
que se dirigían a seguir recibieron instrucciones de ignorar el bloqueo y no desviar su ruta.
Está activo las tensiones de la Guerra fría. El mundo se encontraba al borde de una guerra
nuclear.
El conflicto terminó con el desmantelamiento de las rampas de lanzamiento
misilístico por parte de la unión soviética a cambio de la promesa norteamericana de retirar
sus armas estratégicas de Turquía y el compromiso de no invadir la Isla. Fidel Castro
consideró de todos modos que el acuerdo no garantizaba la seguridad de Cuba, porque
continuaban las acciones de bloqueo económico, el apoyo norteamericano en las
actividades anticastristas, las violaciones del espacio aéreo de La Isla y la ocupación de
Guantánamo, base militar estadounidense en territorio cubano.
El socialismo en Cuba
La revolución cubana continuó dos grandes tradiciones revolucionarias del siglo
XX: la que nace con la revolución socialista rusa en 1917 y la vinculada con la lucha
anticolonialista en la segunda posguerra..
Cuba inició una etapa de relativa desconexión del sistema capitalista mundial, al
relacionarse decididamente con los países de Europa del Este. Los cubanos fueron además
influidos por los modelos administrativos el socialismo soviético: la planificación Estatal y
las cooperativas agrícolas. Sin embargo, los problemas de la transición socialista en Cuba
estimularon interesantes debates y económicos entre los dirigentes de la revolución.
El Ministerio industrias contó con la colaboración de economistas latinoamericanos,
fundamentalmente chilenos ya que en Cuba faltaban cuadros técnicos puestos que las
universidades cubanas no contaban por entonces con una carrera económica.
Durante 3 décadas Cuba desarrolló vínculos con La Unión soviética. Estos lazos se
profundizaron en 1972 cuando el estado cubano decidió ingresar al CAME (Consejo de
ayuda mutua económica); abandonó su estrategia inicial de autosuficiencia alimentaria y se
supeditó a la llamada “división internacional socialista del trabajo”, respondiendo a sus
requerimientos al especializarse con la producción de azúcar, níquel y cítricos.

El internacionalismo
El nuevo estado cubano se plantea una política exterior de fuerte compromiso con la
lucha de los pueblos de África y Asia, en su proceso de descolonización.
En el contexto de la Guerra Fría, Cuba se atrevió a cuestionar los lineamientos
internacionales y la Unión Soviética: la llamada coexistencia pacífica, su estrategia en el
tercer mundo hacia los frentes populares o alianzas (con las burguesías nacionales) opuesta
a la vía armada, y su firme creencia en que el capitalismo sería enterrado por la
superioridad económica del socialismo.
Las relaciones con la unión soviética no implicaron la sumisión de La Isla como
satélite o supeditarse a su política exterior, más bien el gobierno cubano asumió una
orientación independiente y tercermundista.
Cuba fue uno de los fundadores en 1961, del movimiento de países No Alineados
que impulsaron importantes líderes del tercer mundo.
En 1965 después de renunciar definitivamente en sus puestos en Cuba, Ernesto
Guevara decidió participar personalmente en la lucha internacionalista brindando su apoyo
a los movimientos de liberación africanos. La primera misión se dirigió al Congo (ex
Colonia belga), que continuaba la lucha tras la muerte de Patricio Lumumba, asesinado
1961 por un golpe de estado. Los voluntarios cubanos dirigidos por el Che participaron
solidariamente junto a los revolucionarios congoleses, en los actuales territorios del zaire y
el Congo Brazaville.
Además establecieron contactos con dirigentes independentistas de Angola (Colonia
portuguesa), y se evaluó favorablemente las condiciones para crear un Vietnam africano.

Dos, tres, muchos Vietnam.


El caso de Vietnam fue paradigmático por el carácter brutal de la dominación
imperialista.
El movimiento de liberación nacional liderado por el legendario HoChiMing inicia
la resistencia en primer lugar contra la ocupación, luego por la emancipación del
colonialismo francés 1945-1954 y durante la Guerra fría, tuvo que enfrentar la intervención
norteamericana.
La independencia vietnamita y su unificación en un solo país despertaron y reserva
Estados Unidos, que estaba dispuesto a sostener la división de Vietnam en dos estados
separados, garantizando su apoyo a un régimen adecuado en Vietnam del sur (cuya capital
era Saigón). Durante una década Estados Unidos incrementó su intervención militar en este
país. El presidente John Kennedy comenzó la escalada a través del envío de asesores
aviones y helicópteros. Luego fueron los raids aéreos hacia blancos indiscriminados, la
fumigación desde helicópteros para eliminar cultivos, el empleo de napalm y la destrucción
de la base agrícola, que obligan a los campesinos a abandonar sus aldeas rurales.
El Che había evaluado el fracaso Estados Unidos en Asia (su ejército se empantana
en Vietnam). Sin embargo, consideraba que la resistencia del pueblo vietnamita no era
suficiente. Sólo una estrategia conjunta y los países atrasados podían hacer frente al
imperialismo.
En 1963, un representante del frente de liberación de Vietnam del sur fue recibido
en La Habana. Se creó un comité cubano en solidaridad con el pueblo vietnamita, y que
expresa su apoyo genuino enviando una emisión de médicos.
El Che tenía una visión global del funcionamiento del capitalismo: consideraba que
su dominación imperialista abarcaba el conjunto de Naciones del Tercer Mundo, y que los
pueblos subdesarrollados debían aprender su lección de Vietnam. Cuba también había
quedado sola frente a Estados Unidos a raíz de bloqueo y expulsión de la OEA en 1962. En
América Latina sólo era posible y la lucha con una dimensión continental.

Cuba y la “posguerra fría”


A partir de la caída precipitada de los socialismos reales en Europa del este,
comenzó en Cuba el denominado período especial. En 1991 las exportaciones cubanas a la
unión soviética se redujeron a un 38%, el precio del azúcar comenzó a regirse por el
mercado mundial y las importaciones disminuyeron a la mitad. Esto paralizó
completamente a la industria, falta de insumos, materias primas y la escasez de
combustible. Las dificultades económicas tuvieron un duro impacto en la vida cotidiana
debido a los racionamientos el consumo de energía, servicios y alimentos básicos.
Cuba tuvo que comenzar a diversificar sus relaciones comerciales, impulsa de crecimiento
en turismo como fuente alternativa de divisas, así como la industria médico-farmacéutica
que comenzó a exportar medicamentos.
El gobierno de Washington celebró el colapso de La Unión soviética. Además continuó su
negativa a reanudar las relaciones con Cuba, y propuso reforzar el embargo económico
contra ella, Aunque estas funciones dejaron de cumplir su función al finalizar la Guerra
fría. Para el escritor mexicano Carlos Fuentes el bloqueo representa un anacronismo, el hijo
de acelerar la caída del socialismo cubano, por el contrario contribuye a legitimar a Fidel
Castro que lleva 40 años en el poder. La cuestión del bloqueo fortalece a nivel internacional
la posición del legendario líder cubano y su defensa de la soberanía de Cuba.
Actualmente, Cuba ha renovado sus relaciones diplomáticas con casi todos los países
latinoamericanos y pudo multiplicar sus vínculos comerciales.
En 1992, la asamblea general de las Naciones Unidas aprobó una resolución que condena el
bloqueo a la isla y exhorta a poner fin.
Desde la década de 1980, miles de cubanos disconformes con el régimen recibieron asilo en
las costas de Florida y actualmente cerca de 1.000.000 de ellos viven en Estados Unidos.
Sin embargo, el gobierno de Washington limita la entrega de visas. En 1995 Cuba llegó a
un acuerdo con el presidente Bill Clinton, que otorgó a los emigrantes cubanos el mismo
trato que los provenientes de otras áreas del Caribe para residir en Estados Unidos.
La reforma de la Constitución cubana, en 1992, permite una apertura: autorizó las
inversiones extranjeras en su territorio, flexibilizó el comercio exterior (que antes era
función exclusiva del Estado) y garantizó la propiedad de la empresa mixta que se crearon
principalmente en el sector turístico y en el petróleo con capitales canadienses. La apertura
al capital extranjero en asociación con el estado cubano, la participación en el mercado
internacional y las relaciones mercantiles en la isla plantean cultura transformación en su
estructura económica y social. En un contexto bastante desfavorable, Cuba no tuvo otra
posibilidad que retroceder pero sin desistir de las prerrogativas esenciales creadas por la
Revolución.

Klein “La revolución nacional 1952-1964”


Para una comprensión de la revolución que se produjo en los meses que siguieron a abril de
1952 resulta imprescindible comprender el carácter de la sociedad y la economía bolivianas
a mediados del siglo.
Aunque conservaba todavía todos los rasgos clásicos de una economía subdesarrollada, a
mediados del siglo XX Bolivia había experimentado cambios en su composición social.
Entre 1900 y 1952 l en cada uno de los departamentos los principales centros urbanos
habían experimentado un crecimiento más rápido que el de la población global. El nivel de
alfabetización y el número de niños que asistían a la escuela también habían aumentado
durante el período mencionado, particularmente después de las sumas importantes
destinadas a la educación después de la Guerra del Chaco. Pero si hubiera que tipificar la
Bolivia de 1950, ésta aparecería todavía como una sociedad predominantemente rural, en la
que la mayoría de la población sólo estaba marginalmente integrada en la economía del
país.
Las causas de este atraso económico se deben a la constante expansión del sistema de
hacienda de fines del siglo XIX y comienzos del XX, y la situación del campo había
llegado a ser una de las más injustas y antieconómicas de América Latina. (latifundios
estaban subexplotados )
Bolivia constituía un ejemplo clásico del sistema latifundista latinoamericano. La
extremada desigualdad en el reparto de la tierra era imprescindible para el control de la
mano de obra campesina. Los latifundistas controlaban el acceso las tierras mejores de
todas las regiones del país. De esta forma, conseguían mano de obra barata ofreciendo tierra
a cambio de prestaciones laborales; a cambio de trabajo libre en el recinto de la hacienda,
los obreros indios sin tierra obtenían el usufructo de parcelas de los latifundistas. Los indios
habían de aportar semillas, herramientas y en algunos casos incluso los animales de
labranza para su trabajo, que dejaba al propietario con escaso aporte de capital que invertir.
Los indios incluso debían transportar la cosecha final. Este sistema no implicaba el peonaje
por deudas ni otros medios de coacción. Los indios tendieron a entrar y salir de los
latifundios sin ningún tipo de limitaciones. Además de las obligaciones laborales
agropecuarias en la hacienda, el hacendado imponía obligaciones de servicio personal a él,
a su familia y a las de sus capataces. El pongueaje, no había cosa que los indios odiaran
más que el servicio de pongo; exigía servir a la familia del hacendado incluso en la lejana
residencia urbana, consumiendo grandes cantidades de tiempo y dedicación, todo ello a
costa del campesino.
Con una mano de obra gratuita, con semillas e incluso a veces herramientas gratis o a un
costo mínimo, con unos mercados agrícolas protegidos, resultaban mínimos los incentivos
para que los hacendados invirtieran capital en sus propiedades. Predominaba la posición
ausentista en todas las regiones rurales, Los hacendados vivían en centros urbanos y ejercía
profesiones urbanas. El resultado del sistema era el empleo de una tecnología rudimentaria
y de una semilla de baja calidad, lo que daba lugar a una producción sumamente baja de
productos alimenticios. Ineficaz, improductivo, injusto y explotador en el peor grado, el
sistema agrícola boliviano no sólo era incapaz de satisfacer la demanda alimenticia
tradicional, sino que mantenía un gran porcentaje de la fuerza laboral nacional al margen
del mercado, comprimiendo sus ingresos con un trabajo explotador y las obligaciones
serviles.
Esto, a su vez, restringía el mercado manufacturero a la pequeña minoría urbana, la
industria consistía en algunas fábricas textiles y en plantas transformadoras de alimentos.
La misma falta de nuevos ingresos de capital que afectaba a la agricultura y a la industria,
era más evidente en la minería. En 1950 Bolivia era el productor de estaño más caro del
mercado mundial y hubo años en que apenas si cubría su costo.
Así pues, mientras la estructura social iba cambiando lentamente y el sistema político se iba
desintegrando, la economía experimentaba un estancamiento y una descapitalización
relativa en sectores clave. Esto explica que resultara relativamente fácil llevar a cabo los
cambios que el MNR iba a realizar con la Revolución de 1952.
Las haciendas, propiedad de una clase ausentista en su mayoría y con poca inversión de
capital, podían ser expropiadas sin una oposición notoria. Además, supuesta la
movilización campesina, no podían ser mantenidas sin un apoyo pleno de los poderes
policiales del estado. La expropiación por el estado del sector minero envejecido no
chocaría con una oposición decidida de los barones del estaño si se les ofrecía una
adecuada compensación.
Las fuerzas de la élite económica se encontraban relativamente de capa caída en el
momento de la revolución, de la misma forma que se había debilitado buena parte de su
poder político.
Los nuevos dirigentes movimientistas se encontraron con el control político absoluto del
país en un momento en que la élite era económicamente débil y no podía oponerse a las
reformas sociales y económicas fundamentales.
Los tres días de lucha armada entre los civiles y mineros por un lado y el ejército por otro
habían desembocado en el derrumbe de los militares. Este fue el acontecimiento realmente
conmovedor de abril de 1952: en un momento quedó derrotado todo el aparato represivo
del estado. La distribución generalizada de armamento a las masas populares, la creación de
las milicias urbanas y campesinas y la neutralización de la policía, todo ello contribuyó a
transformar la realidad política, económica y social boliviana mucho más allá de las
esperanzas más optimistas de la dirección del MNR. Además, una vez que los obreros con
conciencia de clase también obtuvieron armas, fue una tarea difícil mantener los sistemas
tradicionales incluso en las zonas urbanas.
La realidad del derrumbe del estado y el armamiento de las masas populares y de sus
dirigentes significó que el producto final sería una revolución social masiva. Al comienzo
el régimen realizó varias medidas fundamentales que iban a contribuir a desencadenar
nuevas presiones de reforma en un nivel todavía más básico. Uno de los primeros actos del
nuevo régimen fue declarar el sufragio universal, eliminando los requisitos de
alfabetización. Acto seguido se redujo el ejército a su mínima expresión y el Colegio
Militar fue clausurado. Por otro lado, las milicias civiles del MNR pronto estuvieron mejor
armadas que la policía y el ejército, haciéndose cargo de todas las funciones internas que
tradicionalmente habían desempeñado aquellos dos cuerpos.
El régimen apoyó plenamente a los mineros cuando éstos crearon una nueva federación
nacional obrera, la Central Obrera Boliviana. Si bien la COB proclamó su neutralidad
política y permitió la representación del POR (Partido Obrero Revolucionario), del PIR
(Partido de Izquierda Revolucionaria) y del nuevo PCB (Partido Comunista de Bolivia), en
realidad se convirtió en un aliado poderoso del régimen.
Entre los primeros actos de la COB figura la publicación de un bloque de demandas, entre
las que había la nacionalización de las minas sin indemnización, la liquidación del ejército
y su reemplazo por las milicias y un decreto de reforma agraria plena escala que aboliera el
sistema latifundista y todas las formas de prestaciones laborales.
Durante los pocos meses siguientes la dirección del MNR, encabezada por el presidente Paz
Estenssoro y Hernán Siles Zuazo, empezó a reaccionar lentamente a la presión política y
paramilitar de los obreros, aunque tratando de limitar sus reformas tanto como le fuera
posible.
Hasta julio el régimen no declaró monopolio estatal la exportación y venta de todos los
minerales del país, que a partir de ahora pasaría a manos del Banco Minero, creado por
Busch. Aunque se trata de un paso lógico incluso según los esquemas prerreformistas, se
había necesitado de varios meses de intenso debate para llegar siquiera a ello. Pero los que
en el partido deseaban quedarse ahí tuvieron que hacer frente a las crecientes demandas
obreras de una expropiación sin indeMNRación.
Esta presión llegó a ser tan poderosa que la dirección acabó aprobando una nacionalización
completa. A comienzos de octubre el gobierno creó una empresa estatal semiautónoma que
debía administrar todas las minas de propiedad estatal: la Corporación Minera de Bolivia
(COMIBOL).
Durante la segunda mitad de 1952 y primera mitad de 1953 la sociedad rural comenzó a
derrumbarse, se había producido un sistemático ataque campesino contra todo el sistema
latifundista. Además se contempló la destrucción de los libros de cuentas en las zonas
rurales, el asesinato o expulsión de los mayordomos y propietarios y la toma violenta de
tierras.
En enero de 1953 se creó una Comisión de Reforma Agraria de amplia base, en la que
figuraban miembros del POR y del PIR además de los funcionarios del MNR; el 3 de
agosto de 1953 fue promulgado un decreto radical de Reforma Agraria. En él se intentaba
salvar en lo posible el sector moderno con uso intenso de capital que subsistiera en el
campo. Estipulaba una indemnización formal a los terratenientes en forma de bonos de
Reforma Agraria amortizables en el plazo máximo de 25 años; concedía las tierras de las
exhaciendas a los obreros indígenas a través de sus sindicatos y comunidades, con la
condición de que tales tierras no podían ser vendidas a título individual. Si bien se exigía de
los indios una indemnización por las tierras ocupadas, en realidad todos los matices
recogidos por la Comisión quedaron en letra muerta.
Con la eliminación de los odiados hacendados y de muchos de sus intermediarios cholos y
la concesión de títulos de propiedad, los indios se convirtieron en una fuerza política
relativamente conservadora en el país, en realidad se fueron haciendo indiferentes, sino
hostiles, a sus antiguos colegas obreros urbanos.
A medida que la izquierda iba creciendo y el nuevo poder campesino se robustecía, el MNR
contempló la pérdida de sus núcleos de apoyo más fundamentales y tradicionales: la clase
media urbana. El derrumbe del estado, la consiguiente nacionalización de las grandes minas
y la destrucción del sistema de hacienda, junto con la asignación masiva de los recursos
gubernamentales para los programas de bienestar social, todo contribuyó a crear un caos en
la economía nacional y en la renta nacional. La expropiación de las minas sustrajo sumas
enormes de las arcas del estado; la reforma agraria disminuyó drásticamente el
abastecimiento agrícola de las ciudades, lo que obligó a efectuar masivas importaciones de
alimentos. La única forma de resolver todos estos problemas fue incrementar la circulación
monetaria interna. El resultado de este recurso fue una de las marcas inflacionarias más
altas del mundo entre 1952 y 1956.
Con la decisión de financiar la revolución por medio de la espectacular devaluación de la
moneda nacional el MNR, en realidad, hacía pagar a la clase media una parte de la
revolución.De repente la clase media vio atacados sus intereses más fundamentales. La
eliminación de una parte importante de sus ingresos provocó su instantánea hostilidad
contra el régimen. La clase media urbana, hasta entonces el corazón del partido y su
partidario más decidido desertó del MNR en gran escala y canalizó su lealtad hacia Falange
Socialista Boliviana, hasta entonces un partido minoritario. El FSB partido católico
conservador con adherencias fascistas, apoyo de la iglesia y adoptaron una posición
nacionalista moderada. Después de 1952, surgió como el partido más poderoso de los
centros urbanos.
El MNR se negó a lanzarse por entero a una revolución socialista. Mientras nacionalizaba
las tres grandes compañías mineras, hizo cuanto pudo para atraer nuevos capitales
extranjeros y para proteger la propiedad privada. Convirtió al gobierno en el mayor
productor particular de la economía nacional y creó un "capitalismo de estado" en la
economía.
La aparente divergencia entre las políticas derechista e izquierdista del gobierno de Paz
Estenssoro desembocó en una polarización mayormente derechista en los últimos años de
su primer gobierno. Enfrentado a la bancarrota económica, a la incapacidad del régimen
incluso para alimentar a su gente y a la falta de capitales para emprender todos los
ambiciosos programas de bienestar y reforma que se habían planteado, el partido decidió
inclinarse hacia la derecha, en busca de la ayuda financiera de los Estados Unidos. Bolivia
fue el primer país latinoamericano en recibir tal donación de alimentos exportados.
Para Estados Unidos la decisión de ayudar a Bolivia fue extremadamente paradójica, pues
tuvo lugar bajo el régimen tan conservador y de guerra fría del secretario de estado John F.
Dulles y el presidente Eisenhower. La administración Eisenhower creyó que el apoyo a los
"fascistas" del MNR era la única forma de evitar que la revolución cayera en manos
comunistas. La ayuda masiva que manó sobre Bolivia resultó decisiva para la seguridad y
el crecimiento económico del país. Los envíos de alimentos en virtud de la Ley Pública 480
proporcionaban los víveres necesarios para atravesar los período de grave desbarajuste
agrícola de los primeros años que siguieron a la Reforma Agraria. También trajo los
fondos para trazar un moderno sistema vial, tan vital para la integración de la sociedad
nacional. Inversiones masivas de capital en la salud y la educación también permitieron
desarrollar los atrasados servicios sociales de Bolivia, hacia un sistema más moderno.
Proporcionaron la paz social que no habría podido existir si el régimen no hubiera recibido
aquella ayuda.
Pero esta ayuda tuvo también su precio, esto significó que, junto con las incesantes
peticiones de reducir el poder de la COB y de acabar con el cogobierno obrero en las minas,
el Departamento de Estado también exigió un cambio en la política económica boliviana en
lo que se refería a las inversiones de Estados Unidos.
Así, si por un lado Estados Unidos abocaba su ayuda a cada uno de los sectores de la
economía boliviana, por otro se resistía a todos los esfuerzos de los bolivianos por financiar
YPFB. A continuación vino la presión de Estados Unidos para proseguir el pago de los
préstamos estadounidenses desde los años veinte, interrumpidos por Bolivia en 1931. El
resultado de esta presión fue que Bolivia se vio obligada a pagar a partir de 1957.
Estados Unidos ejercía enormes presiones sobre los bolivianos para satisfacer a los
intereses económicos privados norteamericanos. Las decisiones del MNR aceptando el
dictado de Estados Unidos en estos terrenos no afectó demasiado a la revolución misma.
Pero la decisión de obligar a Bolivia a aceptar la estabilización monetaria fue un asunto
completamente diferente, pues la decisión de restringir sus gastos y cesar la emisión de
numerario iba a tener un impacto espectacular en la estrategia política, económica y social
del régimen.
Desde el comienzo el MNR había surgido con dos grandes bloques: un ala de centro
derecha y de clase media representada por Siles Zuazo y un ala izquierda, de coalición
obrera, dirigida por Lechín y la COB. Paz Estrenssoro jugaba el papel de jefe neutral entre
ambas fracciones.
En las elecciones de junio de 1956 se puso en evidencia que el MNR podía movilizar
fácilmente su coalición poderosa de campesinos y obreros, consiguiendo una cómoda
mayoría, pero también quedó clara la erosión de las clases medias, (mayoritaria blancos y
urbanos) de FSB, que la convertían en el segundo partido en importancia.
Como un intento tanto de reconquistar esta base de clase media sumamente hostil e
inquieta, como de hacer avanzar sus ideas sobre el desarrollo, el régimen de Siles decidió
aceptar los dictados del FMI. Además, dada la situación cada vez más difícil de la
economía nacional y la total incapacidad del régimen para sobrevivir sin ayuda directa
estadounidense, resultaban inevitables ciertas concesiones.
Estas eran particularmente necesarias desde el momento en que Estados Unidos dejó de
apoyar la industria del estaño mediante los convenios de compra de minerales y los precios
internacionales siguieron bajando, contribuyendo así a reducir todavía más la capacidad de
maniobra del gobierno.
Con Siles Estados Unidos elaboró su "Plan de Estabilización" a fines de 1956; Bolivia lo
aceptó bajo el patrocinio del FMI en enero de 1957. El Plan exigía que Bolivia equilibrara
su presupuesto, pusiera fin a la subvención alimenticia de los mineros, redujera los
aumentos salariales, estableciera un solo tipo de cambio de divisas y aprobara una serie de
medidas colaterales que limitaban la iniciativa y el gasto públicos. El estricto plan del FMI
tuvo un éxito relativo. Se estabilizó la moneda, se redujeron los déficits del gobierno y la
COMIBOL logró un presupuesto más equilibrado. De hecho a comienzos de los años
sesenta Bolivia pudo por fin prescindir de los subsidios presupuestarios directos de Estados
Unidos.
En forma de préstamos e inversiones, ahora también ingresó una gran cantidad de capital
privado y, sobre todo, gubernamental. Por fin, aumentó la productividad de las minas y se
comenzó a lograr la estabilidad económica que se requería para el ahorro interno y la
inversión.
Pero el precio pagado fue alto. Estados Unidos insistió en que se ejecutara el programa sin
tener en cuenta sus consecuencias políticas. La izquierda acabó viéndose forzada a una dura
oposición al régimen de Síles. Tras muchas huelgas, fueron clausuradas las pulperías
subvencionadas de las minas, también por entonces Estados Unidos se hizo la ilusión de
poder aislar y destruir a Lechín.
En la estrategia del segundo período presidencial de Paz (1960–1964) se percibe con
evidencia el plan de un ataque contra Lechín. Pero el debilitamiento temporal de Lechín no
quebró el poder de la izquierda. Paz comenzó a rearmar a fondo al ejército, no cesando de
justificar tal medida ante los Estados Unidos como un medio para evitar la subversión
comunista. Además, ahora el ejército estadounidense se infiltró en la estructura de mando
boliviana; la mayoría de los oficiales de las Fuerzas Armadas recibieron formación
avanzada fuera de Bolivia, en una base militar estadounidense (Panamá).
En noviembre de 1964, pocos meses después de las elecciones y el triunfo de Paz
Estenssoro, los militares prescindieron de él en un golpe relativamente poco sangriento,
pusieron el gobierno en manos de una Junta encabezada por el vicepresidente Barrientos. El
ejército volvía la política nacional de 1964 hasta 1982.

También podría gustarte