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Mensaje a la congregación de Sardis

Ap. 3:1-6

1 Y escribe al ángel de la iglesia en Sardis: ``El que tiene los siete Espíritus de Di-s y las siete
estrellas, dice esto: `Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto.
2 `Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he
hallado completas tus obras delante de mi Di-s.
3 `Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete. Por tanto, si no velas,
vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
4 `Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán
conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.
5 `Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida,
y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
6 `El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.'

***

El sueño es pariente e imagen de la muerte (Jn 11:13; Sal 13:4; Jr 51:57). El responsable parece
despierto y esta adormilado, parece vivo y está muerto (o mortecino). Los dormidos deben velar (Is
46:10); los mortecinos deben revivir. El vestido blanco o relumbrante es signo de gloria (Ap. 6:11;
7:4) y hasta puede recordar la transfiguración (Lc 9:29).

1 Y escribe al ángel de la iglesia en Sardis: ``El que tiene los siete Espíritus de Di-s y las siete
estrellas (líderes de la congregación), dice esto: `Yo conozco tus obras (mitzvot), que tienes nombre de
que vives, pero estás muerto.
Sardis. Era el centro de la industria textil.
Ubicada en una acrópolis natural que se mantenía elevada a unos 400 m sobre el valle, esta ciudad
era casi impenetrable. Alrededor del año 1200 a.e.c. ganó prominencia como la capital del reino de
Lidia. La industria ovejera era su característica principal, y muchos de sus habitantes se dedicaban a
obtener la lana y tinturarla, así como a elaborar toda clase de prendas con ella. El famoso escritor y
poeta Esopo era oriundo de Sardis, y según la tradición había un miembro de la congregación
llamado Melito, quien escribió el primer comentario sobre ciertos pasajes en el libro de Apocalipsis.
La Congregación en Sardis estaba muerta en el sentido de que estaba compuesta en su gran mayoría
por personas no redimidas ni regeneradas.

El problema en la congregación de Sardis no era la herejía sino la muerte espiritual. Más allá de su
reputación de ser activa, Sardis estaba infestada de pecado. Sus obras eran malas y sus ropas
estaban manchadas. El Espíritu no tenía palabras de elogio para esta congregación que parecía tan
buena por fuera, pero estaba tan corrupta por dentro.

2 `Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he
hallado completas tus obras (Mitzvot) delante de mi Di-s.

3 `Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo (por mucho que aprendamos de ciencias bíblicas,
nunca debemos abandonar los fundamentos de nuestra fe) y arrepiéntete (haz Teshuvá). Por tanto, si no velas,
vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. (Mt. 24:43-44; Lc. 12:39-40; Ap. 16:15)
Aquí, no se hace referencia a la segunda venida del Mesías (16:15; 1 Ts 5:2; 2 P 3:10), sino a su visita
súbita e inesperada a su congregación muerta por la falta de arrepentimiento, para traer
amonestaciones.

4 `Pero tienes unos pocos (concepto de remanente) (C.R. yehudim) en Sardis que no han manchado sus
vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco (Kittel), porque son dignos.
No han manchado sus vestiduras. Son los que se han guardado de participar en las ceremonias
paganas, permaneciendo así, fieles al Mesías. Es decir conservan su Carácter de redimidos.

5 `Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida
(Sefer Jaim) (Ex. 32:32-33; Sal. 69:28; Ap. 20:12), y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de
sus ángeles. (Mt. 10:32; Lc 12:8)
Del libro de la vida. Es el registro de Di-s de los redimidos (v. 13:8; 20:12,15; 21:27).

6 `El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.'

Bendito seas Tú, Adonai nuestro Elohim, Rey del universo, que has dado
la Torá de la Verdad y las Buenas Nuevas de salvación para tu pueblo
Israel, y para todos los pueblos por medio de tu hijo Yeshúa el Mesías,
nuestro Señor.

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