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FUNDAMENTOS BÁSICOS DEL TIRO.

EMPUÑAMIENTO DEL ARMA.


Un acto previo a la ejecución del disparo será empuñar el arma. Un mal
Empuñamiento dará lugar a imprecisiones en el disparo. Por el contrario, un buen
empuñamiento favorecerá que nuestros disparos sean certeros (a no ser que
cometamos otro tipo de errores).
EMPUÑAMIENTO EN ARMAS CORTAS.
Empuñamiento a una mano. El arma deberá apoyarse en el centro de la mano
fuerte, situándola entre el dedo pulgar y el índice, como si fuera una prolongación del
brazo, el cual deberá absorber el retroceso de la misma en el momento del disparo.
La empuñadura debe quedar firmemente sujeta por los dedos medio, anular y
meñique, dejando completamente libre el índice que únicamente tendrá contacto con
el disparador. Los dedos no ejercerán una excesiva presión en la empuñadura, ya que
de producirse esto la tensión se transmitirá al arma, provocando oscilaciones que
perjudicarán a la precisión en el disparo.
La palma de la mano deberá apoyarse completamente en la empuñadura, no dejando
huecos entre ambas.
Empuñamiento a dos manos. La mano débil intenta cubrir los vacíos que ha dejado
la mano fuerte, situándose los dedos índices, medio, anular y meñique de la primera
sobre los de la segunda.
El dedo pulgar debe permanecer paralelo a su homónimo de la mano contraria o bien
se superpondrá.
En el empuñamiento del revólver algunos tiradores colocan el dedo pulgar sobre la
mano fuerte, estando totalmente desaconsejado en el empuñamiento de la pistola, ya
que el retroceso de la corredera podrá golpear en esta parte y, además de ocasionar
lesiones puede conllevar una interrupción del arma.
Si el dedo pulgar de la mano fuerte se sitúa paralelo al eje del cañón y el arma tiene
seguro de aleta, este es un buen sitio para emplazarle. Una de las precauciones que
debemos de tener siempre presente es no rozar con los dedos pulgares la corredera,
ya que produciríamos la interrupción del arma.
En cualquier caso, la mano que empuña debe situarse lo más próxima al eje del
cañón.
En cualquier caso, el empuñamiento debe hacerse lo más alto posible.
Empuñamiento en armas largas. El empuñamiento correcto de este tipo de arma
se realizará de la siguiente manera:
La mano fuerte sujeta el arma por la empuñadura entre los dedos pulgar, corazón,
anular y meñique, quedando el dedo índice con la función de presionar el disparador.
La mano débil sujeta fuertemente los guardamanos ejerciendo una ligera presión
hacia delante, y una vez que se ha producido el disparo retrocede con un movimiento
seco para efectuar la extracción de la vaina vacía y la incorporación de un nuevo
cartucho a la recámara del arma.
Será importante que el movimiento que realiza la mano débil se haga con decisión,
sin titubeos, ya que si no fuera así produciríamos una interrupción.
Elementos de Puntería. Para proceder a apuntar debemos alinear ojo, alza, punto y
blanco.

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Los elementos de puntería tienen la finalidad de orientar el arma, de tal forma que la
trayectoria del proyectil pase por el centro del blanco.
Diferentes elementos de puntería:
Miras abiertas. Compuestas por un punto de mira y un alza.
El punto de mira es el elemento más alejado del ojo del tirador y recibe también el
nombre de “guion”.
El alza es la parte más cercana al ojo del tirador, siendo normalmente un tablón
rectangular con una ranura en el centro, que tenemos que hacer coincidir con el
punto de mira en el acto de apuntar.
Las miras pueden ser fijas o móviles.
En las miras móviles desplazando el punto de mira o el alza podemos corregir el
punto de impacto.
En las armas con miras fijas no es conveniente manipular la mira para corregir el
punto de impacto, ya que lo normal es que esté bien centrada de fábrica.
Miras cerradas. Diópter. Es un aparato que carece de aumentos. Se sitúa en la
parte más cercana al ojo del tirador, es regulable y como punto de mira tiene un anillo
con distintas formas en su interior.
Miras telescópicas. Formadas por un aparato óptico con mayor o menor número de
aumentos, que nos proporcionan una imagen real y mayor del objeto sobre el que
vamos a disparar.
Las miras telescópicas ofrecen como ventaja la visión ampliada del blanco,
dependiendo de la amplificación de su sistema óptico, por el contra, las miras
convencionales sobresalen menos del eje del cañón y es más difícil que sean dañadas
por algún golpe fortuito.
Visores de punto rojo (red dot).Consiste en un cilindro en cuyo interior se
proyecta un punto rojo que hay que hacer coincidir con el blanco.
Su gran ventaja es que elimina los errores angulares al suprimir el alza y el punto de
mira.
Láser. Basada en la amplificación de la luz por emisión estimulada de radiaciones.
Consiste en un aparato situado generalmente en la parte inferior del cañón, que emite
un rayo de luz, normalmente de color rojo, que se proyecta en el blanco.
Infrarrojos. Sistema que más que de puntería es de visión nocturna y, que consiste
en un aparato que proyecta este tipo de rayos que al incidir sobre los objetos les hace
visibles para las personas que llevan puesto un convertidor óptico de rayos
infrarrojos.
Visores ópticos. Compuesto por una unidad sensora que convierte la energía
térmica radiada por un objeto en señales eléctricas. Estas señales son tratadas y
transmitidas a los elementos de la cámara encargados del procesamiento, donde son
amplificadas y la imagen resultante se muestra en el visor o en un monitor.
Acción de apuntar. Consiste en poner los ojos del tirador, los elementos de puntería
y el blanco en la misma línea, de tal manera que cuando el proyectil abandona la boca
de fuego del arma alcance el blanco sin ninguna dificultad.
Disparar con uno o dos ojos. Cada tirador debe escoger la opción que le resulte
más cómoda y le permita disparar mejor.

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Lo ideal sería disparar con los dos ojos abiertos, ya que se incrementa la visión
periférica en una situación de enfrentamiento, pero también es cierto que, con un
solo ojo la visión es más nítida.
En cualquier caso, lo primero es determinar cuál es el ojo dominante:
Puede ocurrir que el ojo dominante no coincida con la mano fuerte. Un error común
en personas con el ojo dominante contrario a la mano que empuña, es el enfrentar el
arma al ojo dominante en vez de hacer lo contrario. Esto produce grandes errores
angulares sobre el blanco apareciendo los disparos desplazados a derecha o izquierda
por creer el tirador que cuando dispara sus elementos están bien centrados, cuando
en realidad tienen una falsa percepción de la alineación.
Debe modificarse la posición de tiro si es necesario, para facilitar su alineación y la
posición de la cabeza.
Forma de apuntar. Conocido el ojo dominante, alineará el ojo maestro, el alza, el
punto de mira y el blanco.
Cuando se apunta en el tiro de defensa se debe dar prioridad al punto de mira.
El alza y el blanco deberán verse de forma difusa, en segundo plano, mientras que el
punto de mira deberá estar perfectamente nítido.
El factor más importante en el tiro es la visión del punto de mira.
Como norma general, si al disparar se observa la zona de impacto, es que está
haciéndose incorrectamente ya que la visión está enfocada en el blanco.
Hay que concentrarse en el punto de mira, el objetivo debe de quedar en segundo
plano al igual que el alza.
Presión del disparador. La presión sobre el disparador debe ser constante y
continua. Debe de realizarse con la yema del dedo índice de la mano fuerte y en la
misma dirección del eje del brazo arma.
El dedo del disparador debe mantenerse aislado e independiente del resto de los
dedos de la mano que empuña el arma.
Mientras éstos mantienen una presión constante sobre la empuñadura, el dedo índice
debe moverse sin que la fuerza empleada para la empuñadura le sea transmitida.
El único dedo que se mueve es el índice sobre el disparador.
Se trata de un movimiento que debemos de mecanizar, realizándolo con absoluta
precisión, ya que si no se producirá lo que se denomina el “gatillazo”.
En el momento del disparo se pueden producir dos tipos de errores: error paralelo y
error angular.
El error paralelo tiene lugar cuando tenemos perfectamente alineados los elementos
de puntería, pero la oscilación lógica que tiene lugar cuando tenemos el arma
levantada y apuntando hacia el blanco, hace que en el momento del disparo exista
una desviación del punto de impacto con el centro del blanco.
El error angular tiene lugar cuando ejercemos una presión brusca sobre el
disparador, produciendo con ello un desajuste o desalineamiento de los elementos de
puntería. Este desajuste, que en la boca del arma es de tan sólo unos pocos
milímetros, se traduce en varios metros en el lugar donde se encuentra el blanco, y
esto es lo que se denomina gatillazo.

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Organización de una sesión de clase o programa de tiro.
Antes de iniciar una sesión formativa será imprescindible que tengamos en cuenta
qué objetivos deseamos alcanzar con esta sesión.
Estos objetivos estarán en función del alumno y de los resultados que deseemos
obtener de nuestra acción formativa con él.
Una buena definición de los objetivos nos va a facilitar la posterior evaluación de los
resultados obtenidos.
Los objetivos habrán de ser definidos a lo largo del tiempo:
- A corto plazo.
- A medio plazo.
- A largo plazo.
Una vez conocidos nuestros objetivos, procederemos a analizar los medios que vamos
a utilizar, entre otros qué contenidos.
Los contenidos serán entendidos como un medio y no como un fin. Deberán tener un
sentido y una organización.
Para poder inculcar esos contenidos tendremos que analizar cuáles serán los caminos
más indicados.
Los métodos serán esos caminos, momentos y técnicas, que regirán el aprendizaje
para alcanzar los objetivos.
Los métodos incluirán:
- La técnica de enseñanza.
- Los estilos de enseñanza.
- La estrategia en la práctica.
- Los recursos didácticos.
- Fundamental será también la fase de evaluación, en la que comprobaremos en qué
grado se han alcanzado nuestros objetivos.
Será el método que nos permitirá conocer mejor la asimilación por parte del alumno
de esos contenidos vertidos en él así como nos va a permitir poder emitir un juicio y
realizar una valoración de las capacidades que nos permitirán llevar a cabo una toma
de decisión acerca del cumplimiento de los objetivos deseados.
En esta evaluación intervendrán:
- El alumno.
- El instructor.
- Los objetivos.
- Las propuestas.
- Los métodos.
Fases del Aprendizaje en el Tiro.
Podríamos definir el aprendizaje como la actividad racional por medio de la cual los
conocimientos, habilidades, hábitos, actitudes e ideas, son adquiridos, retenidos y
utilizados, originando una progresiva adaptación y modificación de la conducta.
En esta adquisición que supone el aprendizaje, intervendrán factores fisiológicos como
la fatiga y, factores psicológicos como la motivación.
Existen diferentes tipos de Aprendizajes. Para el Tiro cobra especial importancia el
Aprendizaje motor. Su finalidad es alcanzar la adaptación dinámica a los estímulos,

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consiguiendo precisión, ritmo y velocidad en las realizaciones. Supone el desarrollo de
pautas de coordinación muscular y de adaptación a una situación perceptual.
También cobra importancia el Aprendizaje asociativo, que trata de adquirir y
retener hechos e informaciones, manifestándose en primer lugar en el funcionamiento
de los procesos de asociación y memoria.
Por último también resulta de importancia el Aprendizaje valorativo o apreciativo,
que trata de alcanzar la estimación, apreciación o perfeccionamiento estético,
abarcando procesos de adquisición de actitudes, ideales, satisfacciones, juicios y
conocimientos que conciernen al valor implícito de las cosas, así como reconocer y
detectar lo valioso, implicando no sólo elementos intelectuales, sino también
emocionales.
Etapas en el Aprendizaje del Tiro.
- primera etapa de aprendizaje.
En esta etapa se trata de conseguir la comprensión por parte del alumno de todo
aquello que rodea al Tiro.
Buscaremos que el alumno adquiera unos contenidos que le permitan con
posterioridad conseguir los objetivos programados.
Será una primera etapa destinada al aprendizaje de las técnicas fundamentales del
Tiro.
Se hará hincapié en el aprendizaje individualizado y en la adquisición de experiencias
por parte de los alumnos.
- Segunda etapa o de potenciación de habilidades motrices.
Buscaremos precisamente potenciar las habilidades motrices de los alumnos para
tener después una buena base de partida.
Se trata también de eliminar errores en los movimientos que, nos lleven a cometer
imprecisiones en los ejercicios o que en el peor de los casos no proporcionen la
seguridad necesaria en el ejercicio del Tiro.
No se trata tanto de perfeccionar como de obtener una buena base.
-Tercera etapa o de fijación/afianzamiento del aprendizaje.
Con la práctica constante y mantenida de los ejercicios de la etapa anterior vamos a
alcanzar una soltura y naturalidad en el ejercicio del tiro, consiguiendo automatizar
gran parte de los movimientos.
Esta automatización ayudará a conseguir una técnica más eficaz, máxime si está
apoyada en una base sólida en anteriores etapas.
- Cuarta etapa o del perfeccionamiento técnico.
Llegados a este punto nos encontraremos con la consecución del dominio técnico del
Tiro por parte del alumno.
Este dominio va a conllevar un ahorro en sus esfuerzos por lograr el éxito en el
ejercicio del Tiro, incrementando su rendimiento.
Este perfeccionamiento técnico actuará positivamente sobre el tirador fortaleciendo su
personalidad. La propia consecución de objetivos actuará como refuerzo, estimulando
al tirador para que siga progresando por el camino adecuado.
Este perfeccionamiento tendrá que ir unido por último a la adquisición de un estilo
propio de cada uno de los alumnos o tiradores.

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Para conseguir este perfeccionamiento técnico tener en cuenta una serie de variables
que van a contribuir a la consecución o no de este. El perfeccionamiento técnico no
podrá tener lugar sin el acompañamiento de factores como:
- Factor físico.
- Factor intelectual.
- Factor emocional.
- Factor social.
Todos estos factores nos conducirán a una formación integral que desembocará en el
perfeccionamiento técnico de todo lo aprendido con anterioridad.
Integración del ciclo de disparo.
La acción de disparar un arma, exige la ejecución previa de las siguientes
operaciones:
Alimentar el arma, Cargar el arma, Montar el arma, Encarar el arma, Apuntar el
arma, Oprimir el disparador.
Arma alimentada: cuando su depósito contiene algún cartucho.
Arma cargada: cuando tiene cartucho en la recámara.
Arma montada: cuando además de cargada, está en disposición de disparar.
Arma encarada: consistente en colocar el arma en disposición de apuntarla,
orientada sensiblemente en la dirección del objetivo.
Arma apuntada: Consiste en llevar rápidamente la línea de mira al punto concreto
del blanco que se desea abatir.
Oprimir el disparador: consiste en presionar el dedo sobre el disparador para hacer
fuego, lo que se efectuará en dos tiempos, que vienen marcados por el disparador: al
final del primero, se hará una larga inspiración. En el segundo, se contendrá la
respiración, se perfeccionará la puntería y, se continuará oprimiendo el disparador
hasta que el disparo nos sorprenda.
Arma vacía: Cuando no tiene cartuchos en el depósito.
Arma descargada: Cuando no tiene cartucho en la recámara.
Arma desmontada: Cuando el mecanismo de disparo no se haya en posición de
disparar.
Instrucción de puntería.
La instrucción de puntería comprende los siguientes ejercicios:
Tomar la línea de mira.
2 .Llevar la línea de mira al blanco.
Comprobar la regularidad de las punterías.
Tomar la línea de mira. Consiste en lograr que la visual que parte del ojo del
tirador, pase precisamente por el punto medio de la base imaginaria de la muesca del
alza y, por la cúspide del punto de mira.
Si el vértice del punto de mira sobrepasa la base imaginaria de la muesca, el tiro irá
alto.
Si el vértice está desplazado a la derecha o izquierda del centro de la base, el tiro se
desviará a la derecha o izquierda. Si el vértice queda por debajo de la base
imaginaría, el tiro irá bajo.
Llevar la línea de mira al blanco. Una vez tomada la línea de mira, consiste en
mover el arma hasta conseguir que el blanco coincida con el vértice o cúspide del

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punto de mira, sin haber variado la posición relativa del ojo, alza y punto de mira,
obtenidas al tomar la línea de mira.
Comprobación de la regularidad de las punterías. Los ejercicios de
comprobación de la regularidad de las punterías, tienen por objeto, reiterar los
ejercicios anteriores, sobre la fundamental acción de apuntar y conocer los errores
que se cometan.
Práctica y distribución.
El ejercicio de tiro se realizará en un campo o galería de tiro debidamente
homologado, siendo aconsejable que para cada uno de los puestos de tiradores, haya
una calle individual, la cual aislé al tirador del resto de participantes.
También es conveniente, dotar a dicha calle, de un mostrador o repisa, donde poder
alojar la munición, arma y otros materiales mientras no se esté desarrollando el
ejercicio práctico o en los paros de los ciclos del ejercicio de tiro.
Se asignará a cada tirador un arma en seguridad, así como la correspondiente
munición, protectores auditivos y visuales.
Una vez entregado el material, se asignará una calle a cada tirador, debiendo éste
depositar todo el material en la bandeja de dicha calle.
El arma en seguridad, debe estar permanentemente con el cañón orientado hacia el
blanco.
El instructor de tiro explicará a los tiradores el ejercicio a realizar.
A continuación impartirá una serie de instrucciones según el ejercicio a realizar. Por
ejemplo:
Realización de dos disparos de pruebas a 25 metros en modalidad de tiro de
precisión.
1. Colocar protectores auditivos y visuales.
2. Municionar el cargador o cilindro.
3. Introducir el cargador o cerrar cilindro.
4. Cargar arma o amartillar el arma.
5. Sobre los blancos "x" disparos en simple o doble acción: fuego a discreción.
Al finalizar el ejercicio, el tirador extraerá el cargador o vaciará el cilindro.
Deposita el arma descargada (cierre atrás o cilindro abatido) en el mostrador y,
espera a la orden de alto el fuego por parte del instructor. Mientras, el tirador no se
moverá de la calle en la que esté realizando el ejercicio.
Si durante el ejercicio hubiese alguna interrupción, el tirador levantará una mano,
manteniendo el arma en posición de seguridad (45 grados al suelo frente al blanco),
diciendo en voz alta el número de su calle.
Dado el alto el fuego a todos los tiradores, se traerán los blancos hasta los puestos de
tiro (si es posible) o los tiradores, a la orden del instructor de tiro, se acercarán a los
blancos para ver los resultados y, parchear los impactos.
Una vez verificado el blanco y parcheado, los tiradores se retirarán a sus calles, y
esperarán las órdenes del instructor si el ejercicio de tiro continúa.
Corrección del tiro: El tirador al comprobar el blanco puede encontrar que los
impactos se encuentran agrupados pero no en el centro del blanco. Las causas de los
errores básicos, por las cuales se dispersa el tiro, son debidas al proyectil, al arma, a

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los agentes atmosféricos y al propio tirador debido básicamente a la mala alineación
de los elementos de puntería.
La corrección siempre debe hacerse a la inversa del error cometido. Es decir, si el tiro
se ha ido alto y a la derecha, se deberá apuntar sobre el blanco bajo y a la izquierda,
en el mismo porcentaje de la distancia que se aprecia en el error. De esta forma
conseguiremos centrar el disparo sobre el punto que queremos abatir, sin necesidad
de realizar ningún ajuste en los elementos de puntería (alza).
Posición de tiro: Postura que adopta el tirador en el momento de hacer fuego.
Posición de tiro ’a la cazadora” (escopeta): Peculiar posición derivada, como su
nombre indica, del deporte cinegético. Consiste, esquemáticamente, en llevar el arma
al apoyo del hombro y adelantando el pie contrario con flexión de su pierna
correspondiente, inclinar levemente el cuerpo hacia delante.
Posición de tiro “desde la cadera” (escopeta): Básicamente consiste en llevar el arma
a la cadera correspondiente a la mano que sujeta por la empuñadura, manteniendo
las piernas semiabiertas ligeramente flexionadas y el cuerpo sensiblemente
enfrentado al blanco.
Posición de partida: Posición previa al momento de iniciar el fuego. Se utiliza
normalmente para unificar movimientos en los entrenamientos, comprobación de las
armas, acción de cargar y descargar, etcétera.
Posición de partida “de guardia baja” (arma corta): Posición en la que el tirador,
enfrentado al blanco, empuña el arma apuntando al suelo y con el brazo en un ángulo
aproximado de 45 grados respecto a la vertical del cuerpo.
Posición de “prevengan”: Posición de partida en amia larga (carabina y escopeta).
Simplificando, esta posición consiste en que el tirador, enfrentado al blanco, sostiene
con ambas manos por delante del pecho, paralela al plano del cuerpo, inclinada unos
45 grados respecto a la vertical y con el cañón hacia arriba.
POSTURAS DE TIRO CON ARMA CORTA:
Posición de “Guardia Baja.
Postura “ Weaver":
Para asumir la posición Weaver, el tirador debe pararse
erguido, con su lado dominante (derecho o izquierdo)
desplazado unos 45 grados con respecto al blanco.
La mano fuerte, que sostiene el arma, se dobla ligeramente
y el brazo de ese mismo lado se dobla completamente, con
el codo apuntando al piso. La estabilidad descansa totalmente sobre la tensión
isométrica impuesta. La mano que sostiene el arma hace tensión hacia el blanco y la
otra mano, que actúa de soporte hace tensión en dirección contraria para afirmar la
imagen de miras.
Esta posición también permite una recuperación rápida del arma luego del retroceso
causado por el disparo.
También está involucrado el uso del ojo dominante, y un control independiente del
dedo que presiona el disparador.
1. Cuerpo erguido
2. Piernas abiertas aprox. a la anchura de los hombros, pies mirando a línea de
blancos
3. Retrasamos el pie fuerte hasta que la puntera este a la altura del talón de pie
contrario

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4. Brazo que empuña el arma estirado al frente ejerciendo fuerza hacia delante.
5. Brazo que no empuña contrarrestando dicha fuerza.
6. Hombro del brazo que no empuña ligeramente adelantado respecto del contrario.
7. Cabeza ladeada hacia el brazo que empuña para buscar los elementos de puntería.
8. Rodillas ligeramente flexionadas.
Posición Crouch.
Dicha postura consiste en:
1. Piernas abiertas aprox. anchura de
los hombros.
2. Flexionamos rodillas bajando en
centro de gravedad.
3. Brazos estirados empuñando el
arma al frente sin bloquear los codos.
4. Cabeza erguida pero sin tomar
elementos de puntería.
El arma se sujeta con ambas manos,
se flexionan un poco las rodillas y se
inclina el cuerpo ligeramente hacia
delante. Los codos deben flexionarse
para absorber la energía del retroceso
del arma. La posición de los pies debe ser la de la anchura de los hombros, pudiendo
dejarlos a la misma altura o retrocediendo ligeramente el pie de la mano fuerte. Para
finalizar, ponemos el arma a la altura de la vista, dejando la cabeza en una posición
natural.
Recordar siempre que el arma busca el ojo, no el ojo busca el arma.
POSTURAS DE TIRO CON ARMA LARGA:

POSTURAS DE TIRO a la cazadora":


Dicha postura consiste en:

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1. Se parte de la posición de prevengan.
2. Adelantamos el pie contrario a la mano fuerte, con la
profundidad de una zancada larga y dirigiendo la puntera
hacia el blanco quedando la otra pierna en línea recta con el
tronco.
3. Apoyamos la culata fuertemente sobre el hombro
hallándose el brazo fuerte en contacto con el tronco.
4. El brazo débil coge el arma por el guardamanos y orienta
el arma hacia el blanco siendo el que utilizaremos para
montar el arma una vez adoptemos la posición, tirando
enérgicamente de la corredera hacia nosotros.
5. Tomamos los elementos de puntería.
6. Estamos preparados para el disparo.
Postura "a la cadera":
Dicha postura consiste en:
1. Se parte de la posición de prevengan.
2. Situamos la culata del arma a la altura de la cadera del
lado fuerte apoyándola sobre la misma dirigiendo el cañón a
los blancos.
3. Mantenemos en todo momento el arma paralela al suelo.
4. E l brazo débil coge el arma por el guardamanos y orienta
el arma hacia el blanco siendo el que utilizaremos para
montar el arma una vez adoptemos la posición, tirando
enérgicamente de la corredera hacia nosotros.
5. Estamos preparados para el disparo.

ERRORES MÁS FRECUENTES Y REPERCUSIÓN EN EL TIRO.


Entre los defectos habituales que nos encontramos por causa de la presión en el
disparador está el “gatillazo". Llamamos así al fenómeno que ocurre cuando el tirador
tiene las miras perfectamente centradas sobre el blanco y quiere aprovechar el
momento para realizar el disparo. El resultado es que efectúa un brusco tirón del
disparador que suele ir acompañado de un aumento de la presión en la empuñadura.
Todo ello acaba con una dispersión enorme de los impactos en el blanco.
Este error también se suele presentar cuando un tirador, que está haciendo puntería
al área, observa que tiene una serie de disparos muy buenos y quiere culminar la
serie con un disparo en el centro de la misma. Se olvida de la puntería al área y
precipita el disparo para aprovechar el momento en que las miras están centradas
sobre el punto en el que quiere impactar.
De igual modo este defecto se presenta en tiradores no habituados, cuando están
realizando disparos con armas de gran potencia, y que transmiten un fuerte
retroceso.
Después de varios disparos, en los que el tirador ha sufrido en sus muñecas y oídos
las consecuencias de un calibre potente, el tirador intentará anticiparse al retroceso,
empujando el arma hacia delante en el momento en que va a disparar.

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Hay varias formas de corregir este error, pero todas pasan por un factor psicológico
muy importante: debemos hacer ver al tirador que realmente tiene este problema. Y
es que nos encontramos con una mayoría de tiradores que no reconocen este error. El
primer paso que se debe dar es que el tirador reconozca, este defecto.
Para ello, podemos utilizar una variante de la “Ruleta Rusa” que ayudará a descubrir
este error. Utilizaremos un revólver en el que introduciremos de forma aleatoria
cartuchos en perfectas condiciones y vainas vacías. El tirador no debe conocer la
disposición de estos cartuchos y vainas para no poder intuir cuando va a realizar un
disparo en seco
Cuando el tirador realice un disparo él no notará nada, pero cuando realice una acción
del percutor sobre un casquillo vacío, verá como el revolver se mueve al hacer el
disparo.
Esta técnica también se puede realizar con una pistola, con un instructor que a cada
disparo, preparará el arma y se la dará al tirador. Unas veces la pondrá con munición
y otras veces lo hará sin cariuchos.
Conseguido el reconocimiento del tirador respecto al error, la fase de corrección pasa
por realizar tiro en seco Con el calador vacío y el arma previamente verificada de que
no tiene cartucho en recámara, el tirador colocan un taco de goma entre el martillo y
la aguja percutora del arma y efectuará “disparos en seco" hasta conseguir que al
realizar el disparo la moneda no caiga del arma y por tanto esta no se mueva.
Otro error que se nos presenta en la presión del disparador es la mala dirección en la
que realizamos la fuerza. Aplicar la presión con la punta del dedo o con la articulación
de las falanges puede producir presiones laterales que se van a poner de manifiesto
en el resultado del tiro.
Una forma de descubrir estas presiones laterales sobre el disparador es la siguiente:
empuñamos el arma, sin munición y en condiciones de segundad, y efectuamos la
puntería sobre cualquier objeto. Comenzamos a presionar el disparador casi hasta el
final, pero sin producir el disparo Entonces aflojamos totalmente la presión del
disparador y observamos los elementos de puntería Si los elementos de puntería se
han movido es que estábamos realizando presiones laterales.
La corrección pasa por realizar entrenamientos en seco con el arma o con un palito de
1 centímetro de grosor y 5 o 6 de largo, que apoyaremos entre la palma de la mano y
el dedo índice.
OJO DOMINANTE Y DIRECTOR:
El ojo dominante o director es aquel con mayor agudeza visual, el que domina la
visión de profundidad, mientras el otro domina la periférica y espacial principalmente
haciendo llegar entre ambos una imagen tridimensional a nuestro cerebro. Es el ojo
que utilizamos preferentemente para mirar por un microscopio, la cámara de fotos,
apuntar para disparar, etc. Aquel que está en el lado contrario de la mano dominante
(el caso más común es encontrarse un diestro de mano con una dominancia zurda
visual).
Hay varias formas de saber cuál es el ojo dominante:
La más usada es coger una hoja de papel, un folio será más que suficiente, en él,
practicaremos un orificio en su centro de dos centímetros de diámetro La persona a
quien tengamos que hacer la prueba, lomará con ambas manos el papel, colocando

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cada una en un extremo del mismo. Buscaremos un punto de referencia, un objeto
que se encuentre a cierta distancia de quien realizará la prueba. Con los brazos
extendidos en dirección al objeto, mirará a través del orificio del papel con los dos
ojos abiertos hasta localizar el objeto

Tras ello, y sin cerrar ningún ojo, se acercará el papel hacia la cara, sin dejar de ver el
objeto. Observaremos como conduce el agujero del papel hacia un ojo determinado,
ese será el llamado "ojo director o dominante". Si repitiéramos la prueba en más de
una ocasión veríamos que siempre saldrá el mismo resultado Incluso si se quisiera
forzar la situación, intentando llevar el orificio del papel al ojo contrario, la persona
que realiza la prueba dejaría por un momento de ver el objeto
Otra opción es como dice arriba probar a hacer una fotografía y ver el ojo con que se
mira y otra forma es estirar el brazo (derecho o izquierdo, da igual) con el dedo índice
apuntando al techo. Mira fijamente al dedo con los dos ojos, guiña primero uno y
luego el otro, si al guiñar el derecho el dedo no se mueve, tu ojo dominante es el
izquierdo y viceversa.

Luego póngalo a cierta distancia de su rostro (entre 30 y 40 centímetros) y mire hacia


él pero sin enfocarlo, como si mirara al vacío o al horizonte.
Graduando con la mano la distancia encontrará el punto en el cual aparece un tercer
círculo entre los dos. Lo que tenga escrito en él será el resultado que queremos
conocer. Por ejemplo al medio aparece un circulo que diga «Derecha», por lo tanto
verás 3 círculos, dos que dicen «Derecha» y uno que dice «Izquierda»
Otra manera sencilla de averiguarlo es la siguiente:
Estirar los dos brazos delante y formar con las puntas de los dedos índice de ambas
manos una «V» a modo de mira y enfocar en el centro de la mira un objeto distante
(no es necesario que esté muy distante, bastará con dos metros o algo por el estilo),
luego cerrar el ojo derecho y luego el izquierdo. Con uno de los dos ojos se darán
cuenta que el objeto no se desplaza mucho de la mira, mientras que con el otro sufre
un fuerte alejamiento de él,

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No importa si usted dispara un rifle, escopeta o pistola, primero necesitara determinar
cuál es su ojo dominante o maestro. El “ojo dominante” es el ojo que usted utiliza
para apuntar, es el más fuerte de sus dos ojos. El ojo dominante calcula la velocidad y
la distancia, y enfoca con más precisión que su otro ojo.
En la mayoría de las personas que son diestras (usan la mano derecha) su ojo
dominante es el derecho y las zurdas tienen el ojo izquierdo dominante.
Algunas personas son dominantes cruzados. Ellos son diestros pero su ojo dominante
es el izquierdo Si usted es dominante cruzado, su instructor querrá que monte su rifle
o escopeta en su hombro izquierdo en lugar del hombro derecho. Esto puede hacer la
diferencia entre dar en el blanco o errar.
Los instructores en el uso de armas de fuego tienen otras opciones para ayudar a los
individuos que son dominantes cruzados.
Una vez hemos identificado cual es el ojo que debemos utilizar, nos enfocamos en la
siguiente pregunta: ¿qué es lo que debemos mirar para hacer una buena puntería? Es
anatómicamente imposible enfocar perfectamente los tres puntos que debemos ver
en el tiro (alza-guion-blanco). Si alguien duda de esta afirmación, que vea la yema de
su dedo índice con el brazo extendido apreciando la huella digital del mismo y verá
que el entorno del dedo y los objetos que están a mayor distancia se ven borrosos A
la inversa, si aprecia algún objeto en el fondo con claridad no podrá ver definidas las
huellas digitales.
Esto implica que si fijamos la visión en el blanco veremos borrosos los aparatos de
puntería y si enfocamos los aparatos de puntería veremos borroso el blanco. Es esta
última opción la que debemos utilizar para una puntería correcta. Dando por hecho
que tenemos un buen empuñe y una buena alineación con el blanco, tanto en deriva
como en altura, no es necesario prestarle mucha más atención al mismo.
NO SE DEBE CORREGIR NUNCA APUNTANDO A LA DIAGONAL DE LOS IMPACTOS
Este error, muy común, se comete ni cambiar la zona de apuntamiento, para que los
impactos vayan a la zona de apuntamiento primitiva.
Es lo que hemos visto (antas veces: si apuntando al centro los impactos van altos y a
la izquierda, apunto bajo y a la derecha y los impactos irán al centro.
Realizando correcciones de esta Corma encontraremos que la corrección realizada
puede ser válida para una determinada distancia de tiro, pero al variar la distancia
hemos de cambiar la corrección o apuntar sobre algo que esté fuera del blanco.
De igual forma, podemos encontrarnos que en algún momento, para impactar en el
centro del blanco, hemos de apuntar fuera de él.
Hay dos formas básicas de realizar correcciones con los elementos de puntería:
modificando los elementos de puntería, o sin modificar los mismos.
CORRECCIÓN SIN MODIFICAR LOS ELEMENTOS DE PUNTERÍA
La corrección sin modificar los elementos de puntería consiste en realizar una “mala”
alineación de los elementos de puntería para variar el centro de impactos que existe
cuando se hace una buena toma de alzar y punto de mira.
La norma general es que dentro de la muesca del alza, debemos situar el punto de
mira hacia el lugar al que queramos que vayan los impactos.
Si con una buena alineación de miras los impactos van altos, al corregir, no
llegaremos a enrasar el punto con el alza, sino que este quedará por debajo de la

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parte superior del alza. De este modo, el eje el cañón lo hemos dirigido más bajo que
cuando hacemos un buen alineamiento, y los impactos estarán por debajo.
Si los impactos son bajos, procederemos de la forma contraria, asomando el punto de
mira por encima de la ranura del alza.
Si los impactos van a la derecha llevaremos el punto de mira hacia la parte izquierda
de la ranura del alza, consiguiendo con esto que el eje del cañón se desplace a la
izquierda y con ella los impactos. De forma contraria se procede cuando los impactos
van a la izquierda.
Lógicamente, estas cuatro correcciones básicas se pueden combinar para conseguir el
efecto buscado.
Hemos de fijarnos que siempre la puntería la haremos sobre el mismo punto al que
hemos apuntado con anterioridad.
En relación con el número de disparos necesarios para determinar si un arma tiene
los elementos de puntería bien situados hemos de decir que son suficientes tres
disparos efectuados perfectamente para conocer el arma.
CORRECCIÓN MODIFICANDO LOS ELEMENTOS DE PUNTERÍA.
La modificación de los elementos de puntería puede hacerse de dos formas: actuando
sobre los tornillos micrométricos que reculan alza y punto de mira o limando
superficies de dichos elementos.
Este último sistema (limado de alza o punto) no se debe hacer nunca por un
inexperto, sino que debe dejarse en manos de un profesional armero y, por supuesto,
no se debe hacer sobre armas reglamentarias que no son de nuestra propiedad.
Debido a esto, no vamos a tratar en este capítulo de este tipo de modificaciones y
solo nos dedicaremos a las modificaciones que se pueden hacer actuando sobre los
tornillos micrométricos de graduación de alza y punto de mira.
Casi todas las armas de una cierta calidad poseen mecanismos de regulación tanto en
altura como en lateralidad de los elementos de puntería, fundamentalmente del alza.
La corrección micrométrica sobre punto de mira es un apartado destinado a las armas
de campeonato y desde el punto de vista policial no se contempla. No obstante, para
los interesados en esta forma de corregir, existen publicaciones y artículos que
recogen la forma de actuar. Vamos solo a tratar la corrección actuando sobre el alza.
Lo primero que debe saber la persona que va a manipular el arma es que hace el alza
cuando se actúa sobre los tomillos de reglaje. Debemos saber que los tomillos de los
elementos de puntería de las armas estén regulados de forma que cada paso del
lomillo corresponde a una desviación determinada del alza.
Cada uno de esos pasos de lomillo, denominados C1.IC. Varía el impacto en una
cantidad determinada de centímetros a una distancia dada. Conociendo ese número
podremos determinar el número de clic que debemos aplicar para efectuar una
modificación
Pero vamos a ver como se realiza la corrección. La acción a realizar sobre el alza es
idéntica a la que realizábamos con el punto de mira cuando no se modifican los
elementos de puntería Es decir, debemos llevar el alza hacia el lado al que queremos
llevar los disparos.
Si los disparos se van a la izquierda, debemos llevar el alza a la derecha. Así al
realizar una nueva puntería, para centrar el punto en la muesca del alza,

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desplazaremos el eje del cañón hacia la derecha y llevaremos los impactos a este
lado.
Si los disparos se van altos, debemos bajar el alza. Al apuntar de nuevo deberemos
bajar el punto de mira, y por consiguiente el eje del cañón, con lo que los impactos
serán más bajos.
Al efectuar la nueva puntería debemos apuntar al lugar anterior a la corrección y
realizar varios disparos para verificar que la actuación que hemos tenido sobre los
elementos de puntería de las armas ha sido correcta o en su caso, proceder a
efectuar nuevas modificaciones
En general hemos de decir que cuando se actúe sobre los lomillos se debe hacer con
energía y sabiendo de antemano el número de clic que vamos a modificar en el alza

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