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Creación Evolución PDF
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C
uando hablamos de teo- De estas tres cuestiones, la primera
ría de la evolución, en rea- puede considerarse, efectivamente, como
lidad podemos estar re- un hecho. Hay datos más que suficientes
firiéndonos a diferentes para afirmar como científicamente cierto
cuestiones. Y ocurre lo mismo que todas las especies existentes tienen an-
con el término creación. Como siempre, el tepasados comunes, y que se ha dado por
encaje de ambas nociones dependerá de a tanto una evolución desde unas especies
qué nos referimos con cada una de ellas. primitivas y menos complejas hasta las que
conocemos en la actualidad. También sabe-
El profesor Francisco Ayala afirma en mos con certeza, por los restos fósiles, que
un libro del año 1994, La teoría de la Evolu- muchas especies se han extinguido.
ción, lo siguiente:
Este último hecho pertenece al segundo
«La teoría de la evolución se ocupa de aspecto de la evolución señalado por Aya-
tres materias diferentes. La primera es la: el de la historia de la evolución. En este
el hecho de la evolución; esto es, que las ámbito de la teoría, el grado de certeza que
especies vivientes cambian a través del poseemos es menor que el que pueden al-
tiempo y están emparentadas entre sí canzar las ciencias matematizadas. Los ha-
debido a que descienden de antepasados llazgos que se van produciendo hacen que
comunes. La segunda materia es la histo- cambie con bastante frecuencia lo que ya
ria de la evolución; esto es, las relaciones estaba establecido. La genética moderna ha
particulares de parentesco entre unos contribuido a confirmar muchos de los re-
organismos y otros (por ejemplo, entre sultados obtenidos por otras vías.
el chimpancé, el hombre y el orangután)
y cuándo se separaron unos de otros los El aspecto quizás más difícil y problemá-
linajes que llevan a las especies vivientes. tico es el de la determinación de las causas
La tercera materia se refiere a las causas de la evolución. Lo que se trata de explicar
de la evolución de los organismos».
¿Cómo encajan la teoría de la evolución 16
y la doctrina de la creación?
interés. Defender la existencia de una inde- rectamente por Dios. El creacionismo nunca
pendencia completa evitaría el conflicto en- ha formado parte de la fe católica. Sí forma
tre ambas, pero también sería perjudicial parte de la fe católica la noción de creación.
para las dos, aunque de distinta manera. Dicha noción se puede abordar al margen
de la fe, aunque las aportaciones más im-
No solo son compatibles y no hay oposi- portantes a esta noción se han conseguido
ción entre teoría de la evolución y creación, en el intento de comprender el contenido
sino que pueden considerarse complemen- de la Revelación.
tarias.
La mecánica de Newton dio lugar a un
Se trata de la misma complementarie- modo de pensamiento de tipo filosófico que
dad existente entre la filosofía y las ciencias se conoce con el nombre de «mecanicismo».
en general. Ambos tipos de racionalidad Se trata de una filosofía que erige la mecá-
parten de la misma experiencia humana. La nica como paradigma de la racionalidad y
historia muestra que se han influido recí- que, por tanto, tiene un carácter reduccio-
procamente y, en la mayoría de las ocasio- nista porque pretende explicar toda la rea-
nes, de manera positiva. Por ejemplo, algu- lidad con las herramientas de la mecánica.
nos historiadores de la ciencia comparten De la misma manera, desde finales del siglo
la tesis de que pensar que el mundo ha sido XIX y a lo largo del siglo XX, se ha desarro-
creado por un Dios que es «Logos» (razón, llado un pensamiento de carácter filosófi-
sabiduría), ha supuesto un impulso decisi- co estrechamente vinculado a la teoría de
vo en la aparición de la ciencia moderna. la evolución. Se podría denominar «evolu-
De hecho, las ciencias naturales, tal como cionismo». También en este caso lo que se
las conocemos hoy, nacen en el occidente defiende es que toda la realidad se puede
cristiano y de mano de pensadores que en explicar con las leyes que propone la teo-
su gran mayoría eran cristianos. ría de la evolución. Los evolucionistas (en-
En este punto, interesa distinguir dos tendiendo evolucionismo como propues-
cosas: la noción de creación, por una par- ta filosófica y no como teoría puramente
te, y el movimiento conocido con el nombre científica) suelen poner el énfasis en el azar
de “creacionismo”, por otra. El creacionis- y la selección natural como mecanismos
mo nace en los Estados Unidos, en ámbito principales de la evolución biológica y de
protestante y en gran medida como una re- cualquier otro dinamismo material. Tam-
acción a la teoría de la evolución. Esta fue bién suelen reducir lo espiritual al mismo
percibida desde su inicio por muchos cris- esquema, es decir, a lo orgánico sometido a
tianos como una amenaza para la fe. En rea- las leyes evolutivas. El mismo desarrollo de
lidad, a lo que se opone la teoría de la evo- la biología actual pone de manifiesto las di-
lución es a una comprensión de la creación ficultades que presenta defender este plan-
que se desprende de una lectura literal del teamiento.
Génesis. Dicha interpretación literal niega Así como el evolucionismo (como filoso-
que unas especies provengan de otras por fía materialista) es contrario a la fe, también
evolución y defiende que están creadas di-
¿Cómo encajan la teoría de la evolución 16
y la doctrina de la creación?
hay patologías de la fe, como el «fideísmo», una racionalidad que da unidad y sentido a
que en ocasiones han supuesto un obstá- toda la realidad: la racionalidad que proce-
culo para la ciencia. Las relaciones entre fe de de su Creador, del «Logos». De esta ma-
y razón han sido problemáticas cuando la nera, la Naturaleza constituye una llamada a
ciencia ha querido decir más de lo que su pensar, a buscar, la racionalidad que la sos-
método le permite o, también, cuando se ha tiene, a tratar de conocerla más y mejor, y
defendido una fe cerrada a la razón. Unas ve- a no rendirse ante las dificultades que lleva
ces esto ha podido ocurrir por una reacción consigo toda investigación. n
defensiva contra reduccionismos filosóficos
alentados desde alguna ciencia particular.
En otras ocasiones la causa ha sido no tener
en cuenta que la expresión en un lenguaje
humano de la fe revelada es necesariamente Para saber más:
Catecismo de la Iglesia Católica,
limitada y que, además, está sometida a las 279-289.
reglas propias del estilo con el que el texto Santiago Collado
está escrito. Los estilos pueden variar mu-
cho según la época y la finalidad con la que
fueron escritos.
En resumen, la ciencia empírica no pue-
de afirmar la creación. Pero tampoco la pue-
de negar.
Por otra parte, las diversas ciencias, al
darnos a conocer el mundo natural con sus
procesos, su organización y sus múltiples
relaciones, nos invitan a pensar en el funda-
mento o principios que sustentan la unidad
que guardan entre sí y con otros ámbitos de
la realidad que no son puramente materia-
les. Las ciencias nos invitan a preguntarnos,
entre otras cosas, si el mundo que ellas nos
permiten conocer cada vez mejor puede
dar razón de sí mismo, si es autosuficiente.
Cuestiones como estas pueden llevar a vis-
lumbrar que la noción de creación ilumina
estas preguntas que la ciencia suscita en el
ser humano, aunque desde otro nivel de ra-
cionalidad.
Finalmente, la fe en un mundo que es
creado proporciona la seguridad de que hay