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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

Escuela Superior de Física y Matemáticas

Departamento de Posgrado

Autoconsistencia termodinámica y temperaturas de inversión


de algunas ecuaciones de estado
y temperaturas de inversión para un gas de nucleones

TESIS

para obtener el grado de

Maestro en Ciencias Fisicomatemáticas

Presenta

Lic. Julián González Ayala

Director de Tesis

Dr. Fernando Angulo Brown

México, D.F. Diciembre 2010

1
Resumen

En la presente tesis se aborda el problema de verificar la autoconsistencia termodinámica


de algunas ecuaciones de estado comúnmente utilizadas para modelar el comportamiento de
algunos gases, es decir, comprobar su concordancia con la primera y segunda leyes de la
termodinámica. En este análisis no se involucra la afinidad con la tercera ley de la termo-
dinámica, pues no se espera que las ecuaciones de estado presentadas describan a los gases
hasta la región de temperatura cero. En los casos en que exista una consistencia termo-
dinámica se indagará sobre la posibilidad de encontrar temperaturas de inversión, es decir,
temperaturas para las cuales el gas al expandirse libre y adiabáticamente presenta un aumento
de temperatura si ésta al iniciar la expansión es mayor que la temperatura de inversión y un
decremento de temperatura si inicialmente estaba por debajo de la misma, de esta manera se
han obtenido temperaturas de inversión para algunos gases de hidrocarburos ligeros y que no
han sido reportadas con anterioridad. Esta clase de análisis se ha realizado para gases reales
simples como H2 , He, N e, Ar y Kr pero no se había realizado para hidrocarburos. El cálculo
de dichas temperaturas depende de las fuerzas de interacción entre las partículas de los gases;
las temperaturas así reportadas van de cientos a pocos miles de Kelvin. Otro tema que aborda
la tesis es el de encontrar la temperatura de inversión para un gas de nucleones, es la primera
vez que se realiza este tratamiento estadístico para fuerzas de carácter internucleónico y las
temperaturas obtenidas son del orden de 1013 − 1015 K.

La descripción de las interacciones entre nucleones se encuentra descrita por la cromodinámica


cuántica QCD por sus siglas en inglés, sin embargo, hasta la fecha no ha sido posible encon-
trar la forma analítica del potencial de interacción entre dichas partículas. Sólo mediante el
uso de métodos computacionales y grandes clusters de ordenadores resolviendo complicados
y numerosos sistemas de ecuaciones acopladas se ha logrado reproducir desde primeros prin-
cipios la forma de este potencial, a esto se le conoce como la cromodinámica cuántica de redes
(LQCD lattice quantum chromodynamics). Nosotros hemos propuesto un potencial que se
ajusta muy bien a los datos reportados, aclarando que no es de esperarse que éste describa
el verdadero potencial, sino que el comportamiento cercano al real nos ofrece la posibilidad
de obtener las temperaturas de inversión de este gas. Las temperaturas así encontradas a
nuestro criterio no son arbitrarias pues son temperaturas apenas mayores que las impuestas
por el modelo cosmológico para la formación de la materia nuclear primigénea.
ii

Abstract

This thesis addresses the problem of verifying the thermodynamic self-consistency of several
equations of state commonly used to model the behavior of some gases, ie to check their con-
sistency with the first and second laws of thermodynamics. This analysis does not involve the
affinity with the third law of thermodynamics, since it is not expected that those state equa-
tions describe the gas until the region of zero temperature. If a thermodynamic consistency
is found then we’ll explore the possibility of finding inversion temperatures, ie temperatures
to which the gas expanding adiabatically free present an increase of its temperature if the
temperature at the beginning of the expansion is greater than the inversion temperature and
a decrease in temperature if it was originally under that temperature, in this way it has been
obtained the inversion temperatures for some light hydrocarbon gases which have not been
reported previously. This kind of analysis has been done for simple real gases as H2 , He, N e,
Ar and Kr but had not been done for hydrocarbon. The calculation of these temperatures
depends on the interaction forces between the the gases’ particles and reported temperatures
vary in the range from hundreds to a few thousand Kelvin. Another issue addressed in this
thesis is to find the inversion temperature for a gas of nucleons, it is the first time that this
statistical treatment is applied to internucleon forces and the temperatures obtained vary in
the range from1013 − 1015 K.

The description of the interactions between nucleons is described by quantum chromody-


namics (QCD), however, even today it has not been possible to find the analytical form
of the potential interaction between these particles. Only through the use of computational
methods and large computer clusters solving complicated and numerous systems of coupled
equations it has been possible from first principles to reproduce the shape of this potential,
this is known as lattice quantum chromodynamics (LQCD) . We have proposed a potential
which fits very well with the data reported, it is clear that it is not expected that this pro-
posal describes the true potential, however its similarity with the one offers the possibility of
obtaining the inversion temperature of this gas. The temperatures found in our opinion are
not arbitrary since they are just above the temperatures imposed by the cosmological models
for the formation of the first nuclear matter.
iii

Agradecimientos

Agradezco a mis profesores por sus invaluables lecciones, especialmente a


Fernando y a Victor por su dirección, enfoque y compañerismo, a Norma y a
Luis Antonio por sus valiosos comentarios y observaciones y a Queijeiro que de
buena gana tuvo que leer esta tesis tan velozmente debido a las prisas que los
papeleos y fechas limites suelen imponer.

Los dos años de maestría que resultaron en unos muy breves no hubieran
sido los mismos sin mis estimados amigos de quienes aprendí bastante y que han
dejado una huella permanente, entre ellos Jennifer, Galaxia, Sandybell, Mario,
Luisel, José Francisco (el Tun), Jesús, Didier, Sergio, Axinia, el Champi, Maki,
Toño y Alfonso.

Y sobre todo le dedico esta tesis a José Clemente y a María de los Ángeles,
a Minerva y a Héctor mis muy queridos padres y hermanos, y al Capulín que
siempre me pone de buenas.
Índice general

Introducción vi

Notación ix

1. Expansión de Joule 1

1.1. Coeficiente de Joule . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

1.1.1. Punto de vista termodinámico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

1.1.2. Punto de vista estadístico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

1.2. Temperaturas de inversión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

2. Sobre las ecuaciones de estado 7

2.1. Ecuación de Callendar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

2.2. Ecuación de Redlich-Kwong . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

2.3. Ecuación de Soave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

2.4. Ecuación de Peng-Robinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

2.5. Ecuación de Benedict-Webb-Rubin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

2.6. Ecuación de Beattie-Bridgeman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

2.7. Ecuación de Dieterici generalizada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

2.8. Ecuación de Van der Waals . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

iv
ÍNDICE GENERAL v

3. Temperatura de inversión de un gas de nucleones 29

3.1. El Universo primordial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

3.1.1. La época de Planck . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

3.1.2. La época GUT . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

3.1.3. La época electrodébil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

3.1.4. La época cuark . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

3.2. El Universo temprano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

3.2.1. Época hadrónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

3.2.2. Época leptónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44

4. Conclusiones 49

Apéndices 51

A. Compatibilidad: Termodinámica y ecuaciones de estado 53

B. Sobre la unicidad de la temperatura de inversión. 57

C. Lema g de la termodinámica de tiempos finitos. 59

C.1. Demostración alternativa del lema g . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

D. Evolución del Universo observable. 67

Bibliografía 69
Introducción

Las ecuaciones de estado son ecuaciones constitutivas para sistemas hidrostáticos que des-
criben el estado de agregación de la materia como una relación matemática entre la tem-
peratura, la presión, el volumen u otro conjunto de variables (los sistemas p, V , T son los
más comunes), sin embargo, aún no se ha encontrado una ecuación de estado que describa a
alguna sustancia para cualquier combinación de presión, volumen ó temperatura, y muchas
veces estas ecuaciones provienen de leyes empíricas o ajustes realizados en un laboratorio
mediante parámetros para hacer coincidir el modelo con la realidad y por ello es que cada
ecuación tiene un rango de validez. Así pues, estas relaciones de carácter empírico no siempre
son validadas como verdaderas relaciones físicas al demandar que éstas cumplan con las leyes
de la termodinámica. En el año de 1972 fue publicado un trabajo[6] en el cual se establece
un criterio que afirma lo siguiente:

Si una ecuación de la presión para un gas del tipo p = p (T, V ) es consistente con la primera
y segunda ley de la termodinámica, entonces ésta debe de poder expresarse de la siguiente
forma

RT = [p + ξ (T, V )] φ (V ) , (1)

donde

ˆ  
∂U
ξ (T, V ) = −T T −2
dT, (2)
∂V T

V es el volumen, p la presión, U la energía total interna y T la temperatura. De esta manera


se puede verificar si una ecuación de estado es termodinámicamente válida.

vi
INTRODUCCIÓN vii

El concepto de temperatura de inversión en una expansión libre adiabática es similar al de


temperatura de inversión para un proceso de estrangulación, o proceso de Joule-Kelvin, sin
embargo, es común encontrar en la literatura que los gases pueden o no presentar tempera-
turas de inversión de Joule-Kelvin pero que ningún gas presenta temperatura de inversión de
Joule, que en lo sucesivo se referirá simplemente como temperatura de inversión.

Cuando un gas se expande adiabáticamente y de manera libre, generalmente éste se enfría, y


hasta hace menos de dos décadas se afirmaba que no podía ser de otra forma, sin embargo,
algunos experimentos demostraban lo contrario. Hasta el año de 1993 [5] se llegó a establecer
el fundamento teórico que resuelve la supuesta contradicción al sentido común. Como se verá
más adelante, la temperatura de inversión de un gas se relaciona con el coeficiente de Joule
J. El coeficiente de Joule J está definido como

 
∂T
J≡ , (3)
∂V U

de aquí que cuando V aumenta y T decrece J < 0 y si T crece J > 0, la temperatura para
la cual J=0 es la llamada temperatura de inversión, que como se demuestra en el Apéndice
B, si existe, es única.

A partir de 1993 las aportaciones en el tema han sido mas bien pocas y sin embargo creemos
que estos procesos podrían jugar un papel muy importante por ejemplo en refrigeradores, en
máquinas que utilizaran este incremento de temperatura para mejorar su eficiencia, e incluso
en procesos cosmológicos como mecanismo separador o segregador de materia con distintas
temperaturas de inversión. En el año de 2009 Erik Albarran Zavala y Fernando Angulo Brown
[10] demostraron que una mezcla de sustancias tienden a segregarse cuando se realiza una
expansión libre adiabática a una temperatura intermedia entre las temperaturas de inversión
de cada sustancia. Este fenómeno de acuerdo a ese trabajo podría utilizarse para abordar el
problema de la asimetría entre partículas y antipartículas en nuestra región del Universo.

En el Capitulo 1 se define de manera más detallada el coeficiente de Joule desde el punto


de vista termodinámico y estadístico, al igual que el concepto de temperatura de inversión.
En el Capítulo 2 se analizará la compatibilidad de diversas ecuaciones de estado, después
de lo cual en caso de ser termodinámicamente consistentes se obtendrá la temperatura de
inversión (si existe) para cada una de ellas. Finalmente en el Capítulo 3 se propondrá un
potencial bien comportado que describa de manera cualitativa la interacción nucleón-nucleón
viii Introducción

(NN) y se obtendrá su temperatura de inversión para posteriormente realizar un análisis de


la aplicabilidad de nuestro resultado. Algunas conclusiones se presentarán al respecto.
Notación

A continuación se dedicará una pequeña sección para mostrar la notación de la que se hará
uso a lo largo de la tesis, algunas más aparecerán en el texto y se definirán en el mismo, sin
embargo, para darle mayor continuidad a la lectura aquí se presenta el grueso de ellas, es la
notación usual y más utilizada.

T temperatura.

V volumen.

v volumen molar

p presión.

R constante de los gases = 8.314472 Kmol


J
.

k constante de Boltzmann = 1.380658x10−23 J/K.

U energía total interna.

S entropía.

J coeficiente de Joule.

µ potencial químico.

N número de partículas.

n número de moles.

NA número de Avogadro = 6.0221367x1023 mol−1

ix
x Notación

CV capacidad calorífica a volumen constante.

V (→

r ) energía potencial como función de la posición.

p~ vector momento en el espacio de momentos generalizados.

~q vector posición en el espacio de coordenadas generalizadas.

H función hamiltoniana.

< f > ó f¯ promedio de una función f .


Capítulo 1
Expansión de Joule

El efecto Joule o expansión de Joule hace referencia a la expansión libre adiabática que realiza
un gas en el vacío. Esta expansión es un proceso irreversible (el cambio en la entropía del
sistema no es cero) y como los estados inicial y final están en equilibrio, se puede tratar
termodinámicamente. Una medida del cambio de la temperatura respecto al cambio en el
volumen está dada mediante el coeficiente de Joule. A continuación se presentarán dos formas
análogas de encontrar el coeficiente de Joule, una de ellas se construye con principios de
la termodinámica clásica y la otra desde fundamentos de la mecánica estadística, ambos
desarrollos llevan (con algunas suposiciones) al mismo resultado.

1.1. Coeficiente de Joule

1.1.1. Punto de vista termodinámico

El coeficiente de Joule J se define como

 
∂T
J≡ .
∂V U

Comúnmente es más conveniente expresar este coeficiente como función de la presión, que es
más fácil de medir en la práctica, para ello se trabajará un poco la expresión arriba mostrada.
Primero se utiliza la relación cíclica con las variables U , T y V y se despeja la parcial de la
temperatura respecto al volumen,

1
2 CAPÍTULO 1. EXPANSIÓN DE JOULE

∂U
  
∂T
=− ∂V T
∂U
 , (1.1)
∂V U ∂T V

dado que ∂U = CV , queda por determinar el numerador de la expresión anterior, para



∂T V
ello se recurrirá a relación de Gibbs siguiente

dU = T dS − pdV, (1.2)

si se deriva respecto al volumen a temperatura constante

   
∂U ∂S
=T − p, (1.3)
∂V T ∂V T

para el caso en el que el número de partículas es constante y haciendo uso de la relación de


Maxwell ∂V ∂S ∂p
, el coeficiente de Joule es
 
T
= ∂T V

   
1 ∂p
J =− T −p . (1.4)
CV ∂T V

Este resultado es bastante práctico cuando se conoce la ecuación de estado del gas real. Sin
embargo, en ocasiones lo que se conoce es la fuerza de interacción entre las moléculas. Es más
deseable expresar la ecuación anterior de otra manera, para ello se hace lo siguiente: como es
bien sabido, para un gas real es posible expresar la presión en términos de un desarrollo en
serie de potencias del inverso del volumen V , llamado desarrollo virial

 
nRT B (T ) C (T )
p= 1+ + + ... , (1.5)
V V V2

donde B (T ), C (T ), etc. reciben el nombre de segundo coeficiente del virial, tercer coeficiente
del virial y así sucesivamente. Si se conocen las fuerzas de interacción intermoleculares del gas
es posible obtener la forma matemática de estos coeficientes a partir de la mecánica estadís-
tica; B (T ) corresponde a las interacciones entre pares de moléculas, C (T ) a las interacciones
entre tercias de moléculas y así sucesivamente.

A bajas densidades los dos primeros términos del virial son los que dominan pues las in-
teracciones binarias predominan por probabilidad sobre interacciones entre más elementos
1.1. COEFICIENTE DE JOULE 3

(podemos comparar esta analogía con una mesa de billar, la probabilidad de que dos bolas
colisionen es mucho más grande que la probabilidad de que tres lo hagan en un instante dado,
sobre todo si la trayectoria libre media es grande, es decir, cuando hay una baja densidad de
bolas). Entonces sustituyendo la Ec. (1.5) en la Ec. (1.4) se encuentra que

n2 RT 2 dB
J =− , (1.6)
CV V 2 dT

donde

˚  
NA V (→

r)
B (T ) = 1−e − kT
d3 r, (1.7)
2 V

y V es la región donde está contenido el gas.

1.1.2. Punto de vista estadístico

Ya obtuvimos que

 
1 ∂U
J =− , (1.8)
CV ∂V T

y es bien sabido que la energía total interna U es el promedio de las contribuciones de la


energía de todas las partículas del gas, es decir,

U (T, V, N ) =< H (→

q ,→

p ) >= H (→

q ,→

p ),

entonces

 
1 ∂H
J =− ,
CV ∂V T

donde →−q y→−p son las coordenadas y momentos generalizados para cada partícula, es decir,
en el caso en el que tenemos j grados de libertad y N partículas

(→

q1 , ..., −
q→
N ) = (q11 , q21 , ..., qj1 , q12 , ..., qj2 , ..., qjN ) ,
4 CAPÍTULO 1. EXPANSIÓN DE JOULE

de igual manera para →−p . H es la hamiltoniana para el sistema de N partículas, los braquets
y la barra superior indican promedio. Identificando a H = N 2m~2
p
+ V (→

r ), entonces

˚ ˚ ˚ ˚
1 p~ 2 1 N (N − 1)
H = 3N N ρ (r, p) d3 rd3 p + 3N V (→

r ) ρ (r, p) d3 rd3 p,
h Vp V 2m h 2 Vp V

con

H
e− kT
ρ (r, p) = ˝ ~2 ˝
p V (→

r)
,
1
h3N Vp e− 2mkT V e− kT d3 rd3 p

−→2
como P2m que es la energía cinética de una partícula depende únicamente de la temperatura,
entonces, la derivada respecto al volumen no contribuye al coeficiente de Joule; V (→

r ) que
es la energía potencial entre las partículas del gas será la única que contribuya,

∂V (→
− ∂V (→

2
! ! !
  p
~
∂H ∂N 2m r) r)
= + = .
∂V T ∂V ∂V ∂V
T T T

La energía potencial promediada es entonces la que debemos calcular,

˝ →
− p
~ 2
− 2mkT
V(r)
− kT 3
˝ →


− 1 N (N − 1) p e d p V V ( r ) e d3 r
V ( r ) = 3N ˝ − p~ 2 ˝ − V (→ −
r)
h 2 1
e 3
2mkT d p e kT d3 r
h3N p V

˝ →
− V(r)
− kT

N (N − 1) V V ( r ) e d3 r
= ˝ − V (→ −r)
. (1.9)
2 3
V e
kT d r

Donde el término N (N2−1) indica que se están tomando las interacciones entre parejas y no
se está sobre-contando en la energía. Como el rango donde V (→ −r ) no es despreciable es
mucho muy pequeño comparado con el volumen que contiene al gas (a lo mucho del orden
de nanómetros para moléculas sencillas como hidrógeno y helio por ejemplo, en el caso de
1.1. COEFICIENTE DE JOULE 5

interacciones internucleares del orden de femtómetros), la integral en el denominador es


prácticamente V , también al ser N muy grande, podemos aproximar N (N − 1) ≈ N 2 , por
lo cual,

˚
N2 V(r) →

V (→

r)= V (→

r ) e− kT d3 r, (1.10)
2V V

y así la Ec. (1.8) se convierte en

˚
N2 V(r) →

J =− 2 V (→

r ) e− kT d3 r. (1.11)
2V CV V

Como

˚  
dB d NA V (→

r)

= 1−e kT d3 r
dT dT 2 V

˚  
NA ∂ V (→

r)
= 1 − e− kT d3 r
2 V ∂T

˚
NA V (→

r ) − V (→

r)
=− e kT d3 r.
2 V kT 2

˚ →

NA 1 V(r)
=− 2 V (→

r ) e− kT d3 r, (1.12)
kT 2 V

k = NRA y N = nNA , por lo que de las Ecs. (1.11) y (1.12) se obtiene la expresión siguiente
para el coeficiente de Joule

N 2 kT 2 dB n2 RT 2 dB
J =− = − ,
NA CV V 2 dT CV V 2 dT

que es la misma que la Ec. (1.6), obtenida mediante argumentos puramente termodinámicos.

Ahora se verá cómo a partir de este coeficiente se calculan las temperaturas de inversión.
6 CAPÍTULO 1. EXPANSIÓN DE JOULE

1.2. Temperaturas de inversión

A partir de la Ec (1.6) es posible observar que el signo de J está determinado únicamente


por el término − dB dT
. Se define la temperatura de inversión Ti como la temperatura a la cual
el coeficiente de Joule pasa de ser negativo a positivo, es decir, la temperatura de inversión
se obtiene al imponer la condición dB dT
= 0 y que B (T ) no sea constante (de lo contrario
J = 0 para toda temperatura y no existe una temperatura de inversión como tal, al parecer
sólo un gas ideal cumple esto, pues las partículas del gas no interactúan entre sí), ó bien,
˝ →
− V (→
− kT

r)

V
V ( r )e d3 r = 0.

Como los campos de fuerzas entre pares de partículas son campos centrales (campos de fuerzas
conservativos) entonces la energía potencial entre partículas sólo depende de la distancia
entre ellas y podemos cambiar de coordenadas cartesianas a coordenadas esféricas e integrar
la parte angular

˚ →

ˆ ∞
V(r)
V (→
− V (r)
r ) e− kT d3 r = 4π V (r) e− kT r2 dr. (1.13)
V 0

A partir de este punto existen dos posibilidades como se ha mencionado anteriormente:

1. J < 0 ∀T y en tal caso no existe una temperatura de inversión (caso gas ideal y Van
der Waals por ejemplo).

2. Sólo existe una temperatura de inversión, como se demuestra en [5] (ver Apéndice B).
Capítulo 2
Sobre las ecuaciones de estado

De acuerdo a un artículo publicado por Tykodi y Hummel [6], para que una ecuación de estado
de la presión p = p (T, V ) sea consistente con la primera y segunda leyes de la termodinámica,
ésta debe poder expresarse de la siguiente forma

[p + ξ (T, V )] φ (V ) = RT, (2.1)

donde φ (V ) es una función del volumen y

ˆ  
∂U
ξ (T, V ) ≡ −T T −2
dT, (2.2)
∂V T

con la integral a V constante. En el Apéndice A se encuentra la deducción realizada por


Tykodi y Hummel [6].

En adición a la restricción anterior (Ec. (2.1)), también se requieren dos condiciones (ver
Apéndice A)

V
lim = 1, (2.3)
V →∞ φ (V )

lim V ξ (T, V ) = 0, (2.4)


V →∞

7
8 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

lo cual garantiza que en el límite cuando el volumen es muy grande la ecuación de estado se
convierte en la del gas ideal.

Lo que sigue ahora es a partir de la Ec. (2.1) obtener otra expresión para el coeficiente de
Joule. De la Ec. (1.4), el coeficiente de Joule es

   
1 ∂p
J =− T −p ,
CV ∂T V

despejando la presión de la Ec. (2.1) y sustituyendo en la Ec (1.4) se tiene que

RT
p= − ξ (T, V ) , (2.5)
φ (V )

luego entonces

     
1 R ∂ξ (T, V ) RT
J =− T − − + ξ (T, V )
CV φ (V ) ∂T V φ (V )

   
1 ∂ξ (T, V )
=− −T + ξ (T, V )
CV ∂T V

   
1 ∂ξ (T, V )
⇒ J= T − ξ (T, V ) . (2.6)
CV ∂T V

Se puede demostrar la concordancia entre esta ecuación y la definición si se sustituye la Ec.


(2.2) en la Ec. (2.6)

   ˆ     ˆ   
1 ∂ −2 ∂U −2 ∂U
J= T −T T dT +T T dT
CV ∂T ∂V T V
∂V T

 ˆ    ˆ    ˆ   
1 −2 ∂U 2 ∂ −2 ∂U −2 ∂U
= −T T dT − T T dT +T T dT
CV ∂V T ∂T ∂V T V
∂V T

 ˆ   
1 2 ∂ −2 ∂U
=− T T dT ,
CV ∂T ∂V T V
2.1. ECUACIÓN DE CALLENDAR 9

como todo es a V constante entonces tenemos una derivada total

 ˆ   
1 2 d −2 ∂U
=− T T dT
CV dT ∂V T V

   
1 2 −2 ∂U
=− T T
CV ∂V T

 
1 ∂U
⇒ J =−
CV ∂V T

de tal manera que obtenemos la definición original de J (Ec. (3)).

Ahora se analizarán algunas ecuaciones de estado que son comunes en la literatura [1, 2, 3,
4, 13, 16, 20]. Se comprobará si son ecuaciones de estado válidas y se determinará si tienen
temperaturas de inversión.

Es bien sabido que la ecuación del gas ideal y la ecuación de Van der Waals no producen
temperaturas de inversión [5, 7, 8], sin embargo, para algunas otras ecuaciones de estado esto
no ha sido probado.

2.1. Ecuación de Callendar

La ecuación de Callendar es la siguiente

ap
p(v − b) = RT − , (2.7)
Tr

o bien,

RT
p= a ,
v−b+ Tr

donde a, b y r son constantes [1, 4, 17], esta ecuación es una ecuación empírica que se
utiliza para describir con bastante precisión las propiedades del vapor de agua por encima
10 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

del punto de ebullición a una presión dada pero menor que la temperatura crítica1 . En este
caso podemos calcular el coeficiente J a partir de las Ecs. (1.4) y (2.6).

       
1 ∂p 1 ∂ RT RT
J =− T −p =− T a − a
CV ∂T V CV ∂T v − b + Tr V
v−b+ Tr

   
1 RT 2 ∂ 1 RT
=− a + RT a − a
CV v−b+ Tr
∂T v − b + Tr V
v−b+ Tr

ra

RT 2 RarT −r+1
(2.8)
T r+1
= =
CV v − b + ar 2 a 2
 
T
C V v − b + T r

de aquí que el signo de J depende de r y a, es claro que no puede haber un cambio de signo en
el coeficiente por lo cual las expansiones de Joule serán en todo caso siempre frías o siempre
calientes.

A manera de ejemplo se calculará también J a partir de la Ec. (2.6)

   
1 ∂ξ (T, v)
J= T − ξ (T, v) ,
CV ∂T V

como

ˆ  
−2 ∂U
ξ (T, v) ≡ −T T dT,
∂V T

sabemos que ∂U ∂p
− p, por lo cual,
 
∂V T
=T ∂T V

ˆ    
∂p
ξ (T, v) = −T T −2
T − p dT, (2.9)
∂T V

ˆ    
−2 2 ∂ 1
= −T T RT a dT,
∂T v − b + Tr V
1
Se denomina temperatura crítica a la temperatura límite por encima de la cual un gas no puede ser
licuado por compresión. Por encima de esta temperatura no es posible condensar un gas aumentando la
presión
2.1. ECUACIÓN DE CALLENDAR 11

ˆ  
∂ 1
= −RT a dT,
∂T v − b + Tr V

esta integral tiene dos posibles valores


 − RT a = −p
v−b+ r
ξ (T, v) = T
, (2.10)
 TR
r
(v−b)((v−b) Ta +1)

si sustituimos en la Ec. (2.1), [p + ξ (T, v)] φ (v) = RT , el primer resultado no puede ser el
correcto, así que se considerará el segundo valor,

" #
TR
RT = p + r  φ (v) , (2.11)
(v − b) (v − b) Ta + 1

también podemos calcular la función φ (v), despejando la presión y forzándola a reducirse a


la forma de la ecuación de Callendar se obtiene

" #
RT v − b + Tar v − b + Tar
p= a − r
(v − b) (v − b) Ta + 1

v−b+ Tr
φ (v)

" #
RT v − b + Tar v − b + Tar RT
= a − r  = a
v−b+ Tr
φ (v) (v − b) Ta v − b + a
Tr
v−b+ Tr

por lo cual,

v − b + Tar 1
− r = 1,
φ (v) (v − b) Ta

es decir,

v − b + Tar 1 v − b + Tar
=1+ r = ,
φ (v) (v − b) Ta v−b

y entonces φ (v) = v − b.
12 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

Nótese que para cualquiera de los dos posibles valores de ξ obtenidos el coeficiente de Joule
(Ec. (2.6)) es

RarT −r+1
   
1 ∂ξ (T, v)
J= T − ξ (T, v) = 2 .
CV ∂T V CV v − b + Tar

En concordancia con el cálculo realizado con la presión (Ec. (2.8)). Y por último, ya obtenidas
las funciones ξ y φ podemos determinar si la ecuación de Callendar es consistente con la
termodinámica. Se ha comprobado que dicha ecuación se puede llevar a la forma de Ec.
(2.1), falta corroborar que se reduce a la ecuación de gas ideal en el límite cuando v → ∞
(ver apéndice A).

vT R
lim vξ (T, v) = lim r  = 0,
v→∞ v→∞ (v − b) (v − b) T + 1
a

v v
lim = lim = 1,
v→∞ φ (v) v→∞ (v − b)

la conclusión es que la ecuación de Callendar es termodinámicamente consistente.

2.2. Ecuación de Redlich-Kwong

RT a
p= − , (2.12)
v − b v (v − b) T 12

2 2.5
donde a = 0.4748 R pTcc y b = 0.08664 RT pc
c
, Tc y pc son la temperatura crítica y la presión
crítica [4, 17]. La ecuación se puede reescribir como

!
a
RT = (v − b) p + 1 ,
v (v − b) T 2

e inmediatamente se reconocen los términos


2.3. ECUACIÓN DE SOAVE 13

a
ξ (T, v) = 1 , (2.13)
v (v − b) T 2

φ (v) = v − b, (2.14)

además se cumplen las condiciones

v
lim = 1,
v→∞ v − b

va
lim vξ (T, v) = lim 1 = 0,
v→∞ v→∞ v (v − b) T 2
concluyéndose que esta ecuación es compatible con la primera y segunda leyes de la termo-
dinámica. Para calcular el coeficiente de Joule utilizamos nuevamente la Ec. (2.6)

" ! #
1 ∂ a a
J= T −
CV ∂T v (v − b) T 21 v (v − b) T 2
1

" ! #
1 − 21 a a
= T 3 − 1
CV v (v − b) T 2 v (v − b) T 2
V

− 23 a
CV J = 1 < 0, (2.15)
v (v − b) T 2
lo que significa que siempre se tienen expansiones frías con esta ecuación de estado.

2.3. Ecuación de Soave

RT aα
P = − , (2.16)
v − b v (v − b)
 q 
0.42747R2 Tc2
donde a = Pc
,
b = 0.08664RT
Pc
c
, α = 1 + (0.48508 + 1.55171w − 0.15613w 2
) 1 − T
Tc
 sat 
y w = −1 − log PPc cuando TTc = 0.7 y se le conoce como factor acéntrico [4, 17]. Esta
14 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

ecuación fue introducida en 1972 y describe acertadamente el comportamiento de vapores de


hidrocarburos. Reescribiendo la Ec. (2.16)

 

RT = (v − b) P + ,
v (v − b)

inmediatamente se reconoce que


ξ (T, v) = , (2.17)
v (v − b)

φ (v) = v − b, (2.18)

v
lim = 1,
v→∞ v −b

vaα
lim vξ (T, v) = lim = 0,
v→∞ v→∞ v (v − b)

con lo cual esta ecuación de estado es consistente con la termodinámica. Ahora bien,

   
1 ∂ξ (T, V )
J= T − ξ (T, V )
CV ∂T V

   
a ∂α
CV J = T −α . (2.19)
v (v − b) ∂T V

Este coeficiente presenta una región positiva y una negativa, por lo cual es posible obtener
temperaturas de inversión. Se presentan algunos ejemplos para esta ecuación de estado:
2.3. ECUACIÓN DE SOAVE 15

Tabla 2.1: Temperaturas de Inversión para algunos gases obtenidas para la ecuación de estado
de Soave [18, 19, 20].
Compuesto w Tc Ti
Benceno 0.212 561.80 2816.67
n-Butano 0.193 425.16 2218.14
Etano 0.098 305.50 2022.82
n-Pentano 0.251 469.70 2184.21
Propano 0.152 369.99 2120.59
Dióxido de azufre 0.251 430.75 2003.09
Dióxido de carbono 0.225 304.19 1485.96
Monóxido de carbono 0.049 132.92 1029.74
Oxido Nítrico 0.607 180.25 539.61

Figura 2.1: T ∂α
− α vs T .
  
∂T V

(a) Benceno (b) Dióxido de Carbono

(c) Etano. (d) Monóxido de Carbono

(e) n-Butano (f) n-Pentano (g) Propano.


16 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

Las temperaturas de inversión presentadas en la Tabla 2.1 corresponden a los ceros de las
curvas mostradas en la Fig. 2.1 y es la primera vez que se reportan para estas sustancias.

2.4. Ecuación de Peng-Robinson

Introducida en 1976, da unos resultados similares a la de Soave, aunque es bastante mejor para
predecir las densidades de muchos compuestos en fase líquida, especialmente los apolares.

RT aα
P = − 2 , (2.20)
v − b v + 2vb − b2

0.4572R2 Tc2
a= Pc
, b= 0.0778RTc
Pc
, α es la misma que para Soave y w es el factor acéntrico [4, 17].

Reescribiendo la Ec. (2.20)

 

RT = (v − b) P + 2 ,
v + 2vb − b2

reconociendo términos se tiene que


ξ (T, v) = ,
v2 + 2vb − b2

φ (v) = v − b

también en este caso

v
lim = 1,
v→∞ v − b

y
2.5. ECUACIÓN DE BENEDICT-WEBB-RUBIN 17

vaα
lim vξ (T, v) = lim = 0,
v→∞ v→∞ v 2 + 2vb − b2

demostrando igualmente una consistencia con la termodinámica. El coeficiente de Joule es


entonces,

   
1 ∂ξ (T, V )
J= T − ξ (T, V )
CV ∂T V

   
a ∂α
CV J = 2 T −α . (2.21)
v + 2vb − b2 ∂T V

que presenta temperaturas de inversión, es más, éstas serán las mismas que para Soave, ver
Ec. (2.19).

2.5. Ecuación de Benedict-Webb-Rubin

Esta ecuación fue propuesta en 1940 para describir el comportamiento de hidrocarburos


livianos.

 
RT C 1 bRT − a αa c  γ  − γ2
p= + BRT − A − 2 + + 6 + 3 2 1+ 2 e v , (2.22)
v T v2 v3 v v T v

donde a, b, c, A, B, C, γ y α son constantes [4, 16].

Despejando RT de la Ec. (2.22) inmediatamente se obtiene la representación deseada de la


ecuación

  
1 A C a αa c  γ  − γ2
RT = 1 B b
p+ + + − 6 − 3 2 1+ 2 e v ,
v
+ v2
+ v3
v2 T 2v2 v3 v v T v

luego entonces,

A C a αa c  γ  − γ2
ξ (T, v) = 2 + 2 2 + 3 − 6 − 3 2 1 + 2 e v , (2.23)
v T v v v v T v
18 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

1
φ (v) = 1 B b
, (2.24)
v
+ v2
+ v3

de igual manera que en los dos casos anteriores

 
1 B b
lim v + 2+ 3 = 1,
v→∞ v v v

 
A C a αa c  γ  − γ2
lim vξ (T, v) = lim v + + − 6 − 3 2 1+ 2 e v = 0,
v→∞ v→∞ v2 T 2v2 v3 v v T v

por lo cual, esta ecuación sí es compatible con la primera y segunda leyes de la termodinámi-
ca, nótese que en esta ecuación se encuentran ilustradas de mejor manera las propiedades
atribuidas a las funciones ξ (T, v) y φ (v) en el apéndice A.

Y finalmente el coeficiente de Joule para esta ecuación de estado es

A a αa 3C 3c  γ  − γ2
CV J = + − + − 1 + e v . (2.25)
v2 v3 v6 T 2v2 v3T 2 v2

igualando el coeficiente de Joule a cero y despejando la temperatura de inversión, se obtiene

s  γ
3C
− 3c
1 + vγ2 e− v2
Ti = T 2 v2
αa
v3 T 2
, (2.26)
v6
− vA2 − va3

esta temperatura depende del volumen molar, a diferencia del caso de Soave y Peng-Robinson.
A continuación se presentan los valores de las constantes de esta ecuación para algunas
sustancias.
2.5. ECUACIÓN DE BENEDICT-WEBB-RUBIN 19

Tabla 2.2: Constantes del modelo de Benedict-Webb-Rubin para algunas sustancias [16].

Gas A B C a b c α γ
Nitrógeno 1.192 0.0458 5889.07 0.0149 0.00198154 548.064 2.91545E-4 0.0075
Metano 1.855 0.0426 22570 0.494 0.00338004 2545 1.24359E-4 0.006
Etileno 3.33958 0.0556833 131140 0.259 0.0086 21120 1.78E-4 0.00923
Etano 4.15556 0.0627724 179592 0.34516 0.011122 32767 2.43389E-4 0.0118
Propileno 6.1122 0.0850647 439182 0.774056 0.0187059 102611 4.55696E-4 0.01829
Propano 6.87225 0.097313 508256 0.9477 0.0225 129000 6.07175E-5 0.022
i-Butano 10.23264 0.137544 849943 1.93763 0.0424352 286010 1.07408E-3 0.034
i-Butileno 8.95325 0.116025 927280 1.6227 0.0348156 274920 9.10889E-4 0.0295945
n-Butano 10.0847 0.124361 992830 1.88231 0.0399983 316400 1.10132E-3 0.034
i-Pentano 12.7959 0.160053 1746320 3.7562 0.066812 695000 1.7E-3 0.0463
n-Pentano 12.1794 0.156751 2121210 4.0748 0.06681 824171 1.81E-3 0.0475
n-Hexano 14.4373 0.177813 3319350 7.11671 0.109131 1512700 2.81086E-3 0.0666849
n-Heptano 17.5206 0.199005 4745740 10.3647 0.151954 2470000 4.651E-3 0.09

A partir de ellas podemos encontrar las temperaturas de inversión, la solución para J = 0 es


una curva como se puede observar en la siguiente figura.

Figura 2.2: CV J para el n-Heptano

Las curvas que representan los ceros de este coeficiente están presentadas en las siguientes
figuras, se muestran las curvas para todos los compuestos de la Tabla (2.2).
20 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

Figura 2.3: T vs v que reproducen la condición J = 0. Las curvas que aparecen en cada
gráfica son todas las posibles combinaciones de temperaturas y volúmenes a los cuales se
tiene una temperatura de inversión, la diferencia con las encontradas en la ecuación de Soave
radica en la dependencia con el volumen.
(a) Nitrógeno (b) Metano

(c) Etileno (d) Etano


2.5. ECUACIÓN DE BENEDICT-WEBB-RUBIN 21

(e) Propileno (f) Propano

(g) i-Butano (h) i-Butileno


22 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

(i) n-Butano (j) i-Pentano

(k) n-Pentano (l) n-Hexano

(m) n-Heptano
2.6. ECUACIÓN DE BEATTIE-BRIDGEMAN 23

2.6. Ecuación de Beattie-Bridgeman

A0 1 − av
   
RT  c  b
p= 2 1− v + B0 1 − − , (2.27)
v vT 3 v v2

que suele escribirse como

RT  c  A
p= 2
1 − 3
(v + B) − 2 , (2.28)
v vT v

donde A0 , B0 , a, b y c son constantes [4].

A continuación se comprobará si ésta puede reescribirse de la forma

RT = (p + ξ (T, v)) φ (v) .

De la Ec. (2.9)

ˆ    
−2 ∂p
ξ (T, v) = −T T T − p dT
∂T V

ˆ     
−2 ∂ RT  c  A RT  c  A
= −T T T 1− (v + B) − 2 − 2 1− (v + B) + 2 dT
∂T v2 vT 3 v V v vT 3 v

ˆ    
−2 RT ∂   c  RT  c  A
= −T T (v + B) T 1− − 2 1− (v + B) + 2 dT
v2 ∂T vT 3 V v vT 3 v

ˆ
RT 2
   
−2 ∂  c  A
= −T T (v + B) 1− + 2 dT
v2 ∂T vT 3 V v

ˆ   ˆ
RT ∂  c  AT
= − 2 (v + B) − 3 dT + 2 T −2 dT
v ∂T vT V v
24 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

RT c A
= 2
(v + B) 3 + 2
v vT v

RT
= −p + (v + B)
v2

luego entonces,

RT = (p + ξ (T, v)) φ (v)

RT
⇒ RT = (v + B) φ (v) ,
v2

lo cual nos indica que esta ecuación de estado no es compatible con la primera y segunda
leyes de la termodinámica.

2.7. Ecuación de Dieterici generalizada

Esta ecuación tiene la forma siguiente [1, 4, 12],

a
p (v − b) = RT e− RT v . (2.29)

La incompatibilidad entre la ecuación de Dieterici y la termodinámica ya ha sido encontrada


en [6].

En el año de 1899 Dieterici propuso su ecuación de estado, que si bien permitía obtener
factores críticos de compresibilidad más exactos que los obtenidos por la ecuación de Van der
Waals propuesta en 1873 [13], a diferencia de ésta, la ecuación de Dieterici no ha proporciona-
do grandes contribuciones en el desarrollo de ecuaciones de estado modernas [14]. Muchos
modelos alternativos han sido propuestos, sin embargo, una de las formas más simples pero
mejor comportadas es la propuesta por Carnahan y Starling [15] que es la siguiente

RT (1 + y + y 2 − y 3 ) − a
p= e RT v (2.30)
v (1 − y)3
2.7. ECUACIÓN DE DIETERICI GENERALIZADA 25

donde y = b/4v y que ha sido probada como buena aproximación cerca del punto crítico para
diversos gases como el argón, xenon, kriptón, neón, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, n-octano,
n-pentano, propano, etano, metano, y moléculas poliatómicas como el agua H2 O, dióxido de
carbono CO2 , N H3 , SF6 , O2 y Cl2 [14].

Para abarcar esta modificación a la ecuación de Dieterici y otras más, se propondrá una
forma más general de esta ecuación de la siguiente manera:

RT − an
p= e vT ,
f (v)

ahora se calcula la función ξ (T, v) ,

ˆ    
−2 ∂p
ξ (T, v) = −T T T − p dT
∂T V

ˆ  
−2 RT − an naRT − an RT − an
= −T T e vT + e vT − e vT dT
f (v) f (v) vT n f (v)

ˆ
naR a
= −T n+1
e− vT n dT
f (v) vT

ˆ a
naRT e− vT n
=− dT,
f (v) vT n+1 T n+1

con un cambio de variable χ = a


vT n
, n+1 dT , entonces
dχ = − vTan

ˆ
RT
ξ (T, v) = e−χ dχ
f (v)

RT −χ
=− e = −p
f (v)

luego entonces, tenemos que una ecuación de este estilo tampoco es compatible con la primera
y segunda leyes de la termodinámica.
26 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

2.8. Ecuación de Van der Waals

Por último se trabajará el caso más sencillo (después de la ecuación de gas ideal) [1, 2, 3,
4, 13] con la finalidad de mostrar una aparente insuficiencia de las primeras dos leyes de la
termodinámica para concluir si una ecuación de estado es real.

La ecuación de estado de Van der Waals es:

RT a
P = − 2, (2.31)
v−b v

que se puede reescribir como

 a
RT = p + 2 (v − b) , (2.32)
v

de donde fácilmente se obtiene que

a
ξ (T, v) = , (2.33)
v2

y cumple también con las condiciones

v
lim = 1,
v→∞ v − b

va
lim vξ (T, v) = lim = 0,
v→∞ v→∞ v 2

concluyéndose que es consistente con la termodinámica de acuerdo a la primera y segunda


leyes de la termodinámica. Si se calcula el coeficiente de Joule se obtiene de la Ec. (2.6) que:

   
1 ∂ξ (T, V )
J= T − ξ (T, V ) ,
CV ∂T V
2.8. ECUACIÓN DE VAN DER WAALS 27

  a 
1 ∂ v2 a
J= T − 2 ,
CV ∂T V v

a
J =− ,
v2C V

que asegura que siempre habrá expansiones libres frías. Es bien sabido que las ecuaciones
de estado hoy por hoy no describen a las sustancias en un rango infinito de temperaturas y
presiones, y sin embargo esta limitante no se ha visto reflejada en el análisis anterior, es decir,
no ha surgido alguna condicionante que sujete la validez de tales ecuaciones a un dominio
restringido, y se toma como ejemplo al gas de Van der Waals que como bien se sabe, sirve a
lo mucho para descripciones cualitativas [2], pues falla al reproducir las isotermas aplanadas
presentes en los puntos críticos de los gases a bajas densidades (a altas densidades no existe
una ecuación de Van der Waals pues para su construcción se han despreciado interacciones
de más de dos partículas y esto influye fuertemente a grandes densidades). Y sin embargo,
en los resultados arrojados arriba, pareciera que la descripción ofrecida por la ecuación de
Van der Waals es correcta en todo el rango de temperaturas y volúmenes.

Si nos preguntáramos acerca de la posible contribución que pudiera ofrecer la tercera ley de
la termodinámica a este análisis, nos llevaría a tener una relación entre la función ξ (T, v) y
φ (v)(ver apéndice A), sin embargo difícilmente se le pide a una ecuación de estado que sea
válida hasta una temperatura de cero Kelvin, nótese que en el rango cercano a las temperat-
uras críticas, la tercera ley de la termodinámica no juega un papel decisivo.

En un trabajo publicado en el 2010 [25], se han propuesto varias leyes de transferencia de


calor que no corresponden a algún fenómeno conocido (ver Apéndice C), aún cuando en su
construcción no existe ninguna contradicción con los principios de la termodinámica. Fun-
ciones de tipo ln o senh modelando los flujos de calor parecen no violar ningún requerimiento
termodinámico y sin embargo no se conoce ningún proceso que realice los flujos de calor me-
diante este tipo de funciones.

Si las cuatro leyes de la termodinámica son o no suficientes para dilucidar acerca de la


“expresabilidad” de un modelo matemático en la naturaleza, está por encima de este trabajo,
pero los resultados obtenidos apuntan a que probablemente debemos buscar algún nuevo
postulado equivalente a alguno ya existente que llene este hueco ó, en definitiva, existe una
incompletez en los principios básicos de la termodinámica, recordemos que ha pasado casi un
siglo desde que se enunció la tercera ley de la termodinámica con sus postulados equivalentes.
28 CAPÍTULO 2. SOBRE LAS ECUACIONES DE ESTADO

Mecanismos de optimización han sido considerados por varios autores a lo largo del tiempo,
por ejemplo, principios de maximización de funciones como la función ecológica [23] han
resultado prósperos candidatos para explicar el régimen de trabajo en el cual la naturaleza
se ha especializado para un buen número de procesos, pero siguen sin establecerse como
principios de la termodinámica.
Capítulo 3
Temperatura de inversión de un gas de
nucleones

La búsqueda por develar los misterios dentro del núcleo atómico ha resultado en una emo-
cionante empresa en la cual muchas mentes brillantes han depositado su dedicación, convir-
tiéndose en una industria muy productiva y que nos ha llevado a la frontera tecnológica en
la física de altas energías.

A lo largo de esta búsqueda se ha llegado a una teoría fascinante, la cromodinámica cuántica


(QCD por sus siglas en inglés) que ha arrimado leña al fuego en la búsqueda de una teoría
unificadora que abarque todas las interacciones de la naturaleza y nos permita penetrar en
la cosmología del Universo primigenio. Sin embargo, desde el punto de vista de esta teoría el
problema original hasta hace unos pocos años había permanecido sin mucho avance.

La física nuclear ha sido mejor entendida mediante modelos consistentes de protones y neu-
trones moviéndose a velocidades mucho menores que la de la luz. Por otro lado, desde el
punto de vista de la QCD ambas partículas están constituidas de cuarks y gluones que se
mueven a velocidades cercanas a la de la luz. Estas partículas constituyentes básicas tienen
una carga denominada color, están agrupadas en arreglos de al menos tres cuarks que en
conjunto tienen color neutro.

Existen varias preguntas que saltan a relucir: ¿por qué los distintos arreglos no se unen en
un solo arreglo?, ¿qué propiedad hace que los nucleones se agrupen pero no se mezclen de
manera más íntima?.

De manera empírica la respuesta ha estado presente por décadas. La fuerza fuerte nuclear
es importante en la región de algunos femtómetros ó fermis (10−15 m). Esta interacción tiene

29
30 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

tres partes: la región de largo alcance (r & 2f m) es ligeramente atractiva, está bien entendida
y está dominada por la interacción de un mesón π. Debajo de eso está la región de medio
alcance (1f m . r . 2f m), en esta parte la interacción atractiva es más fuerte, recibe
importantes contribuciones del intercambio de múltipiones y mesones más pesados. Y por
último la región de corto alcance (r . 1f m) que es fuertemente repulsiva y cuyo origen no
entendemos todavía.

Las tres regiones en conjunto evitan que se mezclen los elementos constituyentes del núcleo y
lo mantienen unido. La parte repulsiva es importante para describir los datos experimentales
de la dispersión NN (nucleón-nucleón), la estabilidad y saturación del núcleo, para determinar
la masa máxima de las estrellas de neutrones, entre otras cosas.

Demostrar que esta interacción tiene sus fundamentos teóricos en la descripción de la fuerza
fuerte como originalmente propuso Hideki Yukawa en 1935 es una cuestión aún pendiente. En
principio las ecuaciones de la QCD contienen toda la física de la fuerza fuerte internuclear,
pero en la práctica resulta una tarea demasiado difícil el resolverlas.

Hasta el año de 2007 [26, 28] fue posible demostrar mediante métodos computacionales que
dicho comportamiento proviene de primeros principios fundamentados en la interacción fuerte
entre los cuarks que componen los nucleones.

Por otra parte, algunos potenciales han sido reportados como buenas aproximaciones a la
interacción nuclear fuerte, algunos de ellos pueden observarse en la Figura 3.1.

En realidad el potencial NN VN N es más complicado que una interacción central del tipo
V (r), con muchos más términos, como se muestra a continuación


− → −
VN N = VC (r) + VT (r) S12 + VLS (r) L · S + O ∇2


que en principio contiene acoplamientos entre espines, espines con momentos angulares, una
parte del potencial central, etc.

A su vez cada una de éstas se componen de varias contribuciones

S12 = 3 (~σ1 · r̂) (~σ2 · r̂) − ~σ1 · ~σ2


31

VC (r) = VC1 (r) + VCσ (r) ~σ1 · ~σ2 + VCτ (r) ~τ1 · ~τ2 + VCστ (r) (~σ1 · ~σ2 ) (~τ1 · ~τ2 )

donde ~σ1 , ~σ2 , ~τ1 y ~τ2 son los espines e isospines de las partículas 1 y 2 respectivamente y VT
es el potencial tensorial. El potencial central VC (r) está descompuesto en varios canales de
espines e isospines, donde los acoplamientos de espines e isospines juegan un papel importante.

Sin embargo, lo que usualmente se hace en física nuclear es considerar los llamados canales
1
S0 y 3 S1 (los canales de singulete y triplete de espín), recuérdese que en espectroscopia la
notación es:

2s+1
lj

donde s es el espín, j el momento angular total y l el momento angular orbital. Por lo tanto
1
S0 corresponde a una partícula con espín 21 y momento angular orbital cero. En este caso la
única componente que sobrevive del potencial es la del potencial central VC (r).

Figura 3.1: Tres ejemplos de potenciales centrales nucleón-nucleón modernos [30, 31, 32]
32 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

Como ya se ha dicho, la región de largo alcance está bien descrita mediante el potencial
propuesto por Yukawa [27], este potencial tiene la forma siguiente

2 mπ c2
g 2 (~σ1 · ~σ2 ) (~τ1 · ~τ2 ) e− r

mπ ~c
VCπ (r) = πN . (3.1)
4π 3 2mN r

g2
De acuerdo a las simulaciones realizadas por Ishii et al. [28] se toman valores para 4π
πN

2
gπN
que es la constante de acoplamiento entre el nucleón y el pión de 4π ' 14, además se
consideró mπ ' 9.448 × 10−28 kg y mN ' 2.388766 × 10−27 kg (por motivos computacionales
se tomaron estos parámetros) y demostraron mediante simulaciones numéricas que la QCD
es la responsable del centro repulsivo del núcleo.

En el estudio que a continuación se realizará no vamos a tomar en cuenta los aspectos más
finos de estos potenciales, sino que tomaremos un potencial que cumpla con que sea un
potencial tipo Yukawa a largas distancias que se ajuste a los valores esperados y a éste le
sumaremos un potencial repulsivo.

Los potenciales a considerar son

2 mπ c2
e− r

mπ ~c
VY ukawa = −A , (3.2)
2mN r

 2  
mπ 1 m0 mπ c2
VRepulsivo = B − e− ~c
r
, (3.3)
2mN r 2mπ

donde A, B y m0 son los parámetros de ajuste.

Un potencial como el repulsivo que hemos propuesto ha surgido de algo conocido como
potenciales fantasma [28], no abordaremos más en el tema por carecer de importancia en
este análisis.

Cabe aclarar en este punto que no esperamos que este potencial represente en forma alguna
el potencial real de interacción entre nucleones, sino que se ha propuesto para obtener un
comportamiento cualitativo adecuado.

Las curvas ajustadas se pueden observar en la siguiente figura.


33

Figura 3.2: Las líneas tenues son los potenciales reportados (cercanos a los reales), las líneas
fuertes son nuestros ajustes
(a) A = 26.7, B = 98 y m0 = 8.6 × 10−28 kg (b) A = 25, B = 60 y m0 = 7.72 × 10−28 kg

(c) A = 15, B = 82 y m0 = 9 × 10−28 kg (d) A = 25, B = 60 y m0 = 7.8 × 10−28 kg

Ahora se procederá a calcular la temperatura de inversión para estas interacciones. Para ello,
debemos integrar la Ec. (1.13), igualarla a cero y despejar la temperatura.

Se tiene entonces que

ˆ ∞
V (r)
V (r) e− kT r2 dr = 0,
0
34 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

donde

  2
B − A Bm0 mπ mπ c 2
V (r) = − e− ~c
r
, (3.4)
r 2mπ 2mN

es decir,

2 ˆ Bm0 mπ
2
2 − mπ c r
∞ [ B−A
r − 2mπ ]( 2mN )
  
mπ B − A Bm0 − m~c
2
πc r
e ~c

− e e − kT r2 dr = 0. (3.5)
2mN 0 r 2mπ

Debido a la compleja forma del integrando no fue posible obtener la integración exacta. Así
que se analizó el comportamiento del integrando y se buscó la temperatura a la cual el área
bajo la curva se anula.

A continuación se muestra el comportamiento del integrando a diferentes temperaturas.


35

2
Bm0 mπ 2 − mπ c r
h i
− m~c
2
πc r
[ B−A
r − 2mπ ]( 2mN )e ~c

Figura 3.3: B−A


r
− Bm0
2mπ
e e− kT r2 a diferentes temperaturas

Es posible observar que la temperatura de inversión está próxima a 1015 K. Para los 4 ajustes
36 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

(Fig. 3.2) mostrados las temperaturas de inversión caen en el mismo rango. Temperaturas
tan altas como las encontradas no son fáciles de conseguir. Hoy día se han podido alcanzar
temperaturas cercanas a 1013 K en los laboratorios y se ha observado que los hadrones se
rompen en sus elementos constituyentes produciendo el llamado plasma de cuark-gluón, es
decir, los cuarks se comportan como “casi” libres (se rompe el confinamiento de los cuarks).
Sin duda a estas temperaturas es difícil pensar que los resultados obtenidos mediante este
cálculo clásico albergaran algún grado de validez.

A continuación se presentarán algunos elementos que nos permitirán determinar el rango de


validez del tratamiento clásico que hemos realizado, se hará una breve discusión sobre la
evolución del universo primigenio, el estado en el que se encontraba la densidad de materia
cuando se produjo la primera producción de protones y neutrones para poder obtener su
longitud de onda de de Broglie λdB y compararla con la distancia media de recorrido d y
mediante su comparación establecer si nos encontramos en un límite clásico ó en su defecto,
determinar el momento a partir del cual es necesario un tratamiento cuántico. Recordemos
que el límite clásico es aquel en el cual la distancia media de separación entre partículas es
mucho mayor que su longitud de onda de de Broglie.

Comenzaremos analizando el universo actual. La materia presente en nuestra vida cotidia-


na está formada por átomos que están confinados en distancias del orden de 10−10 m, las
distancias representativas de los núcleos están en el orden de algunos pocos femtómetros
(1f m = 10−15 m). En la física nuclear como ya se ha dicho antes, se considera que las veloci-
dades de los nucleones en el núcleo atómico es mucho menor que la de la luz. Si obtenemos
la longitud de onda de de Broglie (λdB = hp ) para estos nucleones que ya forman átomos,
considerando que viajan a una velocidad de 1000 m/s, entonces λdB ' 4 × 10−10 m. Para
velocidades de 10 000 m/s, λdB ' 4 × 10−11 m. Comparadas con la distancia del núcleo, sin
duda alguna el tratamiento debe ser cuántico.

Ahora bien, se sabe que que más del 75 % de la materia visible del universo está compuesta
por hidrógeno en lo que respecta a masa y más del 90 % en número de átomos. En la Tierra
no es posible aislar los átomos de hidrógeno y a temperaturas y presiones normales de la
Tierra éste se encuentra en su estado molecular H2 , que es la forma en la que se encuentra
también en las nubes moleculares de H2 .

En el universo, sin embargo el hidrógeno se halla principalmente en su forma atómica y como


plasma. El plasma es un estado de la materia similar al gas, en el cual cierta porción de las
partículas están ionizadas. Cuando se calienta un gas se rompen los enlaces moleculares, y al
37

calentarlos más los átomos se comienzan a ionizar convirtiendo el gas en plasma. El plasma
es por mucho el estado más común de la materia en el universo, tanto por masa como por
volumen, usualmente se dice que el plasma representa más del 99 % de la materia del universo
visible [38, 39]. El hidrógeno puede encontrarse en 3 formas (ó isótopos) en la naturaleza,
el protio cuyo núcleo está compuesto por un solo protón, tiene una abundancia de más del
99.98 %, el deuterio, que tiene en su núcleo un protón y un neutrón tiene una abundancia
del 0,0026 % o el 0,0184 %, y el tritio que está compuesto por un protón y dos neutrones
que tiene la restante. Así pues considerar un universo cuya componente bariónica (materia
formada por cuarks) esté conformada principalmente por nucleones aislados no es una mala
primera aproximación.

Figura 3.4: Abundancia del Hidrógeno, la mayor parte se encuentra en su estado monoatómico

Para los plasmas encontrados en el espacio exterior las densidades medias van desde 1 partı́cula/m3
para el medio intergaláctico hasta 1030 particulas/m3 en los núcleos de estrellas [38, 39]. Las
temperaturas varían de los 100K para las auroras por ejemplo, hasta los 107 K para los inte-
riores solares. Para calcular la longitud de onda de de Broglie necesitamos el momento lineal,
las partículas al considerarse no relativistas tienen momento p = mv, con una velocidad
conocida como velocidad térmica, que proviene de igualar la energía cinética y la energía
térmica, es decir

1 3
Ecinética = mN v 2 = kT (3.6)
2 2

el 3
2
proviene de que estamos considerando un gas de partículas mono-atómicas, así pues

r
3kT
v= (3.7)
mN
38 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

por lo tanto

h
λdB = √ (3.8)
3mN kT

dando como resultado λdB ' 2.5 × 10−10 m para los plasmas más fríos hasta longitudes del
orden de λdB ' 7.96 × 10−13 m para los más calientes. Las distancias medias se calculan
tomando las densidades de partículas,

#partı́culas
n=
m3

entonces la distancia media de recorrido d será

1
d= 1 (3.9)
n3

entonces se tienen distancias medias de recorrido que van desde 1m para medio extragaláctico
hasta 10−10 m para el plasma en el núcleo de las estrellas. En todos los casos es evidente que
d  λdB , por lo tanto se tratan de sistemas que se pueden describir con termodinámica
clásica. Por otra parte si se tratara de electrones, λdB ' 6 × 10−11 m que comparada con
10−10 m (que es la separación media entre partículas) indica que un tratamiento cuántico es
necesario.
3.1. EL UNIVERSO PRIMORDIAL 39

Figura 3.5: La materia en estado de plasma representa más del 99 % de la materia visible.
La mayor parte del hidrógeno se encuentra en su forma monoatómica y además ionizado, en
forma de plasma. Un plasma de protones se puede considerar en la mayoría de los casos de
manera clásica.

En este panorama, se verifica que las condiciones son las adecuadas para poder realizar un
tratamiento clásico y así podemos afirmar que para el Universo actual (groso modo) nuestro
modelo es aplicable.

Ahora nos dirigiremos atrás en el tiempo, al límite en el cual la temperatura del Universo
permitió que existieran los primeros nucleones. Con la finalidad de entender de manera global
el panorama deberemos introducir una breve explicación de las condiciones del universo en
etapas tempranas de su desarrollo.

3.1. El Universo primordial

La historia del universo está dividida en tres eras: la era de radiación, la era de materia y
la era de energía oscura, denotadas así de acuerdo a la densidad de energía que domina en
el universo en determinado tiempo (son las dominantes, más no las únicas). En la primera,
la densidad que domina es la de radiación y materia relativista, en la segunda domina la de
la materia no relativista y en la tercera, en la que nos encontramos, se caracteriza por el
dominio de una energía de origen desconocido que acelera la expansión del Universo. Cada
una de estas eras se subdivide en épocas delimitadas por acontecimientos cruciales, como la
40 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

transición cuark-hadron, o el desacoplamiento de los fotones, etc. La primera etapa es llamada


la del universo primordial o de transiciones de fase, abarca desde el inicio del universo hasta
la última transición de fase o pérdida de unificación de las distintas fuerzas. Después le sigue
el universo temprano, en donde la división de épocas viene dada por el dominio de una
interacción o partícula determinada. Así pues comenzaremos explicando brevemente cada
una de ellas. Éstos son fragmentos tomados del libro de Jordi Cepa de Cosmología y del libro
de Barbara Ryden de Introducción a la Cosmología [36, 37].

3.1.1. La época de Planck

Inicio: 0 s.

Final: 4 × 10−44 s.

Composición: Espuma cuántica 10-dimensional de microagujeros negros con masas del orden
de la masa de Planck.

Descripción: Dominio de la super-unificación. La época termina cuando se separa la gra-


vitación de las demás interacciones.

Dado que la física que permitiría estudiar los primeros instantes del universo, la super-
unificación, además de ser compleja no se encuentra bien establecida en la actualidad, no es
posible abordar de manera simple ni rigurosa lo que sucedió entonces. Por estos motivos en
algunos textos se prescinde del universo primordial y se aborda directamente el temprano.

Se define la época de Planck como la que se desarrolla desde el origen del tiempo cosmológico
hasta el momento en que se separa la interacción gravitatoria y se pierde la super-unificación.

Durante la época de Planck nos encontramos en el reinado de las teorías de supercuerdas.


Según éstas, a partir del Big Bang el universo se expande desde el instante inicial hasta el
tiempo de Planck, pero no se puede considerar que exista ni espacio ni tiempo, al menos como
lo conocemos. El tiempo no está definido, y el espacio está compactado. La teoría de cuerdas
postula que el universo tenía 10 dimensiones durante la época de Planck, que se colapsan en
cuatro al finalizar dicha época.

Cualitativamente cuando termina la época de Planck en un instante de tiempo cosmológico tp


podemos considerar válidos los modelos macroscópicos basados en la relatividad general. En
este momento el universo puede considerarse como dominado por la radiación y de curvatura
nula (tenemos un espacio euclidiano), con un horizonte de partículas Hp = 2lp .
3.1. EL UNIVERSO PRIMORDIAL 41

3.1.2. La época GUT

Inicio: 4 × 10−44 s.

Final: 10−36 s.

Composición: Materia GUT.

Descripción: Dominio de la gran unificación (fuerza electrodébil y fuerte unificadas). Termina


cuando se separa la fuerza fuerte.

Al principio de esta época se genera el espacio-tiempo por descompactación de las tres


dimensiones espaciales actuales, y la gravitación se separa de la fuerza combinada fuerte-
electrodébil. La expansión del universo se realiza a una tasa menor que la velocidad a la
cual se darán colisiones ente partículas, por lo cual las partículas se hallarán en equilibrio
termodinámico. Al final de esta época se supone que tiene lugar un proceso muy importante:
la llamada bariogénesis. Al disminuir la temperatura del universo debido a la expansión, los
fotones ya no tienen la energía suficiente para crear nuevos pares de partícula-antipartícula
y los pares existentes se van aniquilando paulatinamente generando fotones. No hay indicios
de aniquilación de materia-antimateria en el universo actual, pero es un hecho que existe más
materia que antimateria, y aunque se desconoce el mecanismo que provocó esta asimetría, se
supone que se generó durante esta época. Bariogénesis es el momento a partir del cual los
cuarks y leptones se distinguen unos de otros, es decir, se rompe la simetría entre la fuerza
fuerte y la electrodébil mediante una transición de fase basada en el mecanismo de Higgs.

3.1.3. La época electrodébil

Inicio: 10−36 s.

Final: 10−10 s.

Composición: Materia leptónica y materia cuark.

Descripción: Dominio de la unificación electrodébil. Termina cuando se separa la interacción


electromagnética y la débil. Materia leptónica y materia cuark indiferenciada (lo que dife-
rencia a ambas familias en diferentes generaciones es el sabor, que viene dado por la fuerza
42 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

débil). El mecanismo de Higgs rompe la simetría entre la fuerza débil y la electromagnética y


dota a los diferentes tipos leptones y cuarks de su masa característica conocida actualmente.

Se supone además que entre el final de la época de Planck y el final de esta época se dio un
fenómeno de expansión exponencial que duró muy poco tiempo llamado periodo inflacionario,
aumentando en muchos órdenes de magnitud el factor de escala del universo.

3.1.4. La época cuark

Inicio: 10−10 s.

Final: 2.5 × 10−5 s.

Composición: Plasma cuark-gluón y leptones.

Descripción: La época termina con el confinamiento de los cuarks para formar hadrones.

Ya todas las interacciones están separadas y las partículas tienen masa, sin embargo, debido
a la alta energía del universo, los cuarks no están confinados formando hadrones. El universo
se compone de la mezcla de un plasma de cuark-gluón y leptones, con propiedades inciertas.
Hasta hace poco se pensaba que este plasma existiría como un gas, sin embargo en el año
2005 en el Brookhaven National Laboratory’s Relativistic Heavy Ion Collider (RHIC) se
obtuvieron los primeros plasmas de cuarks-gluones, donde se ha ido corroborando que más
bien se comportan como un líquido perfecto. Al final la interacción fuerte termina su dominio
en el universo al formarse los primeros hadrones,.

3.2. El Universo temprano

Después del confinamiento de los cuarks el universo está poblado por partículas como las que
conocemos hoy día, las fuerzas están separadas y no es de extrañar que el universo temprano
no sea tan incierto como el primordial.

En cosmología se definen distintos tipos de métricas, una de ellas, la que más resultados
ha proporcionado es la métrica de Friedmann-Robertson-Walker que se define simplemente
considerando un universo isotrópico y homogéneo, utilizando un factor de escala a y una
3.2. EL UNIVERSO TEMPRANO 43

curvatura ε. En esta métrica se tiene que el volumen es proporcional a a3 . Ahora bien, a


velocidad de una interacción entre dos colectivos es proporcional al producto de sus densi-
dades, como las densidades son inversamente proporcionales al volumen entonces la velocidad
de interacción es proporcional a a−6 , mientras que un universo dominado por radiación, el
tiempo evoluciona proporcionalmente a a−2 , como el factor de escala ha ido creciendo de cero
a 1 (su valor actual), siendo muy pequeño en el universo temprano, entonces las velocidades
de reacción son mucho mayores que la escala de tiempo de la expansión, por lo cual se puede
hablar de un equilibrio termodinámico. Este equilibrio es debido a un elevado número de
interacciones que se producen en diferentes procesos como el Compton doble

e− + γ ←→ e− + 2γ

y el simple, la radiación de frenado

e− + p ←→ e− + p + γ

o reacciones como

e− + p ←→ νe + n,

entre otras, que permitirán que todas las partículas involucradas siguieran una distribución
(ya sea de Fermi-Dirac o Bose-Einstein) a una misma temperatura, que será la temperatura
característica de los fotones (un baño térmico a temperaturas del orden de 1010 K) las veloci-
dades de los nucleones son del orden de 9 × 107 m/s, es decir, están en el límite no relativista
(una buena aproximación es cuando se considera que vc < 10 1
, aquí tenemos que vale ' 33 1
),
entonces la energía en reposo domina sobre la energía cinética (E = p2 c2 + m2N c4 ≈ mN c2 ).
p

3.2.1. Época hadrónica

Inicio: 2.5 × 10−5 s.

Final: 5 × 10−5 s.

Composición: Hadrones, leptones y fotones.


44 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

Descripción: Es una época muy breve en la que dominan las interacciones fuertes entre piones.

Comienza después del confinamiento de los cuarks (∼ 200M eV ) y la creación de hadrones,


y termina cuando se acaba la desintegración de par-antipar de hadrones (los últimos en
desaparecer son los mesones pi). Esta desaparición tiene lugar como una aniquilación de
partículas-antipartículas entre π + y π − que empieza a la energía umbral de su masa en
reposo, 140 M eV , al final de la época queda una pequeña fracción de hadrones resultado de
la asimetría materia-antimateria.

En este época que es muy breve el universo se compone de e− , µ− , τ − , p, n, π − , π 0 y


sus respectivas antipartículas. los protones y neutrones son mucho menos numerosos que las
demás partículas, en el momento en el que la asimetría es importante los potenciales químicos
de los nucleones ya no son despreciables. Sin embargo los potenciales químicos de las demás
partículas sí pueden ser despreciados.

3.2.2. Época leptónica

Inicio: 5 × 10−5 s.

Final: 4 s.

Composición: Leptones y fotones y pequeñas cantidades de protones y neutrones.

Descripción: Se aniquilan los muones y antimuones, se desacoplan los neutrinos y se aniquilan


los electrones y positrones, marcando el final de esta era con una temperatura de aproximada-
mente 6 × 109 K.

Para nuestro análisis es suficiente considerar hasta este punto, en la siguiente Figura se en-
cuentra una relación a escala log10 de diferentes cantidades, como la temperatura, la densidad
de materia y el tiempo, de la cual podemos obtener las densidades de materia del universo
(también se considera la radiación, convirtiendo su energía en masa), de ahí partimos para
calcular la distancia media de los nucleones y con la temperatura obtener la longitud de onda
de de Broglie para estas partículas.
3.2. EL UNIVERSO TEMPRANO 45

Figura 3.6: Esquema de la evolución de varias cantidades relacionadas con el universo visible
[41].

A partir de esta figura podemos tomar las densidades y calcular las distancias medias entre
partículas. Para calcular las densidades se ha realizado un ajuste entre la densidad y la
temperatura, este ajuste da como resultado

T 4 kg
ρrad = 32 4 3 , (3.10)
10 K m

para el periodo de tiempo que nos interesa (10−12 s hasta 1010 s ∼ 500 años).

El tiempo hasta el cual el universo fue dominado por la radiación es de aproximadamente


47 000 años, con un error del 10 % [37], por lo tanto podemos considerar que de esta densidad
la mayor contribución es la de la radiación. Por otra parte en la región donde domina la
materia, la densidad se ajusta como

T 3 kg
ρmat = , (3.11)
1027 K 3 m3

Estos ajustes muestran el hecho de que para un universo dominado por radiación la densidad
46 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

de energía es proporcional a T 4 y en un universo de materia no relativista o de polvo es


proporcional a T 3 [37].

Para hacer un cálculo rápido podemos suponer que la densidad consiste únicamente de los
protones y neutrones, que en un principio tenían un número de partículas similar1 , y puede
considerarse como un límite superior para la densidad de nucleones 2 . Si transformamos estas
densidades en número de nucleones por volumen nN y considerando que ρrad > ρN en esta
época,

NN mN ρN ρrad
nN = · = < ≈ 6 × 10−6 T 4 m−3 (3.12)
V mN mN mN

entonces

4
d > 55.032 T − 3 (3.13)

la densidad ajustada para tiempos mayores a 103 s da como resultado una densidad de nu-
cleones acotada por

nN < 0.59786 T 3 . (3.14)

por lo tanto
d > 1.187 T −1 (3.15)

Para T = 2.725 que es la temperatura actual da una densidad de nN < 11.75 m−3 , siendo la
densidad real para la materia bariónica de nbariónica = 0.22 m−3 [37].

La longitud de onda de de Broglie nuevamente tiene la forma de

h 1
λdB = √ = 2.5174 × 10−9 T − 2 (3.16)
3mN kT
1
Eventualmente los protones dominarían rápidamente sobre el número de neutrones conforme la tempe-
ratura del universo decrece, cabe destacar que el tiempo de vida medio de un neutrón libre es de aproximada-
mente 885 segundos, es cuando se encuentra ligado a un protón cuando es estable y no decae
2
Como ya se ha dicho anteriormente, en épocas tempranas éstos representan la minoría de las partículas.
3.2. EL UNIVERSO TEMPRANO 47

pues nos encontramos aún en el límite no relativista y el gas sigue siendo monoatómico. En
la siguiente Figura se muestra la gráfica logarítmica comparativa entre las distancias libres
medias y las longitudes de onda de de Broglie.

Figura 3.7: Longitud de de Broglie vs distancia media a partir de las densidades para épocas
tempranas y más tardías.

La línea verde si bien nos indica que el tratamiento debería se cuántico a temperaturas del
orden de 1011 K, la que más cerca debe estar de la densidad real de nucleones es la linea
roja, y en cuyo caso es correcto decir que el tratamiento clásico está bien empleado.

Volviendo a la temperatura de inversión obtenida, hay algunos comentarios al respecto.

No es posible obtener temperaturas mayores a 1013 K para un gas de nucleones, pues a los
nucleones (que son hadrones) se separan en sus partículas constituyentes formando el plasma
de cuarks-gluones.

Si la temperatura de inversión hubiera sido un poco menor que la encontrada, se hubiera


producido una expansión caliente del gas de nucleones, esta expansión caliente no hubiera
permitido la estabilización de los núcleos, átomos o moléculas. En este sentido se puede decir
48 CAPÍTULO 3. TEMPERATURA DE INVERSIÓN DE UN GAS DE NUCLEONES

que el resultado obtenido y los modelos cosmológicos (en particular el modelo estándar)
actuales son compatibles.

A manera de epílogo de este capítulo se puede agregar algo más. Como se ha dicho anterior-
mente, en algún momento un mecanismo desconocido produjo una asimetría entre materia y
antimateria, esta asimetría dio como resultado que por cada 10 000 anti-partículas hubieran
10 001 partículas. Por otra parte en algún otro trabajo [10], se ha encontrado que la mezcla de
dos gases con temperaturas de inversión distintas y sometidas a una expansión libre adiabáti-
ca a una temperatura que se encuentre entre ambas temperaturas de inversión, provocará una
segregación de ambos gases, el que se expande frío se acumulara en el centro y el que se ex-
pande caliente se dispersará hacia la periferia, entonces cabe la pregunta: es el potencial N N
el mismo que el potencial N N (anti-nucleón-anti-nucleón)?, sabemos ahora que al potencial
NN proviene fundamentalmente de las interacciones fuertes, recientemente ha comenzado a
revelarse que existe una diferencia de masas entre los cuarks y sus antipartículas, y dado
que los potenciales dependen directamente de las masas, no sería extraño encontrar que los
potenciales sean ligeramente distintos, dando temperaturas en el mejor de los casos inferiores
a 1013 K y podríamos decir que posiblemente estamos en una región del universo donde la
materia tuvo una expansión fría y que la antimateria al expandirse de manera caliente se
segregó hacia la “periferia del universo”, quizá eventualmente ésta pudo enfriarse al entrar
en equilibrio con el baño térmico y hubiera podido formar estructura a gran escala pero de
antimateria.

Como dato adicional y referente a nuestra idea, recientemente se ha tratado de explicar la


asimetría entre materia y antimateria como una segregación debida a ciertas diferencias entre
las propiedades cuánticas entre cuarks y anticuarks que pudieran suceder dentro del plasma
cuark-gluón [42]. Por lo cual la segregación de materia-antimateria pudiera darse en más de
una manera.
Capítulo 4
Conclusiones

En esta tesis se han logrado varios objetivos a citar:

Se ha logrado corroborar la consistencia, ó en su defecto, la inconsistencia que presentan


algunas ecuaciones de estado utilizadas para modelar el comportamiento de varios gases.
Las ecuaciones sometidas a esta prueba y los resultados se resumen en la Tabla 4.1.

Tabla 4.1: Ecuaciones de estado sometidas a la prueba de compatibilidad con la 1a y 2a ley


de la termodinámica.

Ecuación de Estado ¿Consistente?

ap
Callendar p(v − b) = RT − Tr Si
RT a
Redlich-Kwong p= v−b − 1 Si
v(v−b)T 2

RT aα
Soave P = v−b − v(v−b) Si
RT aα
Peng-Robinson P = v−b − v 2 +2vb−b2 Si
− γ2
   
RT C 1 bRT −a αa c γ
Benedict-Webb-Rubin p= v
+ BRT − A − T2 v2
+ v3
+ v6
+ v3 T 2
1+ v2
e v Si

RT c
 b
 A0 (1− a
v)
Beattie-Bridgeman p= v2 1− vT 3 v + B0 1 − v − v2 No
RT − vTan
Dieterici p= (v−b) e No
2 3
RT (1+y+y −y ) a
Dieterici-Carnahan-Starling p= v(1−y)3
e− RT v No

Dieterici generalizada 1 p= RT − vTan


f (v) e No
RT a
Van der Waals P = v−b − v2 Si

Se buscó la temperatura de inversión de las ecuaciones de estado que han sido probadas
como termodinámicamente consistentes, los resultados de esta búsqueda se resumen en

49
50 CAPÍTULO 4. CONCLUSIONES

la Tabla 4.2. Estos valores no habían sido calculados anteriormente. Las temperaturas
obtenidas están en un rango de valores en el cual no parece haber registros de mediciones
experimentales.

Tabla 4.2: Ecuaciones de estado que presentan temperatura de inversión.

Ecuación de Estado ¿Temp. inv.?

ap
Callendar p(v − b) = RT − Tr No
RT a
Redlich-Kwong p= v−b − 1 No
v(v−b)T 2

RT aα
Soave P = v−b − v(v−b) Si
RT aα
Peng-Robinson P = v−b − v 2 +2vb−b2 Si
− γ2
   
RT C 1 bRT −a αa c γ
Benedict-Webb-Rubin p= v
+ BRT − A − T2 v2
+ v3
+ v6
+ v3 T 2
1+ v2
e v Si
RT a
Van der Waals P = v−b − v2 No

Se ha hecho énfasis en que a pesar de hablar de una consistencia termodinámica, creemos


que aún existen elementos que no han sido considerados como fundamentos básicos
dentro de la disciplina. Las 4 leyes que rigen la termodinámica parecen no ser suficentes
para establecer una diferencia entre procesos reales y no reales, debemos nombrar por
ejemplo el caso de la ecuación de Van der Waals que no es una ecuación real y que sin
embargo no presenta ninguna contradicción con la termodinámica, ó el caso del lema
g de la termodinámica de tiempos finitos que acepta un gran número de funciones de
transferencia de calor sin poder explicar por qué sólo unas cuantas son las que vemos
en la naturaleza.

En lo que respecta al gas de nucleones, se propuso un potencial que representa cua-


litativamente la interacción nucleón-nucleón que permitió obtener la temperatura de
inversión para un gas de nucleones que resultó del orden de 1015 K. Apenas arriba de la
temperatura a la cual se sabe que se produjeron los primeros nucleones en la evolución
del universo observable.

Se realizó un análisis sobre la aplicabilidad del resultado obtenido con la teoría clásica,
obteniendo que el modelo sí es aplicable, pues un gas de nucleones libres es una razo-
nablemente buena primera aproximación como componente predominante del universo.
La comparación de la longitud de onda de de Broglie con la distancia media de recorrido
entre los elementos de este gas nos sugiere que el tratamiento clásico es el adecuado.
51

Las temperaturas de inversión encontradas con nuestro modelo simple está en concor-
dancia con el modelo de evolución cosmológico estándar en el sentido de que no altera
el proceso de evolución que se espera hubiera tenido el universo. Una temperatura de
inversión menor hubiera representado un panorama completamente distinto toda vez
que una expansión caliente hubiera impedido la formación de los primeros átomos es-
tables y las demás estructuras subsecuentes, ó al menos retrasando el momento en el
cual estas estructuras hubieran aparecido. Las implicaciones en este panorama distinto
serían importantes, por ejemplo en las abundancias de los elementos producidos durante
la nucleosíntesis primordial, ó incluso un cambio en la radiación de fondo producto del
desacoplo de materia y radiación, por citar algunas posibles consecuencias.

La forma en la que se construyen los verdaderos potenciales de interacción NN (que


dependen de las masas de las partículas) y la posible diferencia de masas entre cuarks y
anticuarks (aún no completamente aceptada) represetan un elemento a favor para seguir
indagando en la posibilidad de considerar una segregación de materia y antimateria
como un mecanismo productor de la anisotropía entre materia-antimateria presente en
nuestro universo visible o local.
Apéndices

52
Apéndice A
Compatibilidad: Termodinámica y
ecuaciones de estado

En el artículo “On the Equation of State for Gases” (1972) R. J. Tykodi y Edward P. Hummel
remarcan la ausencia de una adecuada manera de deducir leyes empíricas de ecuaciones de
estado.

La base termodinámica de todas las ecuaciones de estado son las relaciones

   
∂U ∂p
=T − p, (A.1)
∂V T ∂T V

   
∂H ∂V
− =T − V, (A.2)
∂P T ∂T P

y de la unión de ambas se obtiene una tercera igualmente importante

          
∂U ∂H 2 ∂p ∂V
P+ V − =T
∂V T ∂p T ∂T V ∂T p

= T (Cp − CV ) , (A.3)

donde las variables extensivas son cantidades por mol.

Si se tuvieran las expresiones exactas para la energía U y la entalpía H se podría obtener la


expresión exacta para la ecuación de estado.

53
54APÉNDICE A. COMPATIBILIDAD: TERMODINÁMICA Y ECUACIONES DE ESTADO

Nótese que

∂ Tp
   
∂p 2
T −p=T ,
∂T V ∂T V

!
∂ VT
 
∂V
T − V = T2 ,
∂T p ∂T
p

entonces, de las Eqs. (A.1) y (A.2) se sigue que

∂ Tp
   
∂U
T −2
= , (A.4)
∂V T ∂T V

y de igual manera

!
∂ VT
 
∂H
− T −2 = , (A.5)
∂p T ∂T
p

integrando primero la Ec. (A.4)

ˆ  
p ∂U
= T −2
dT + f 0 (V ) , (A.6)
T ∂V T

rearreglando la última ecuación, se obtiene que

ˆ
RT f 0 (V )
 
∂U
p−T T −2
dT = = RT f (V ) , (A.7)
∂V T R

´
donde se ha redefinido a f 0 (V ) como Rf (V ), y definiendo ξ (V, T ) = −T T −2 ∂U
dT y

∂V T
φ (v) = 1/f (V ) se llega a la Ec. (2.1).

[p + ξ (T, V )] φ (V ) = RT. (A.8)


55

También se puede hacer lo mismo para la Ec. (A.5),

ˆ  
V ∂H
=− T −2
dT + g 0 (p) , (A.9)
T ∂P T

reacomodando los términos y nuevamente redefiniendo la función g 0 (p) como Rg (p),

ˆ  
∂H
V +T T −2
dT = RT g (p) , (A.10)
∂P T

´
si definimos χ (T, p) = −T T −2 ∂H
dT y ψ (p) = 1/g (V ) se llega a la relación siguiente,

∂P T

[V − χ (T, p)] ψ (p) = RT, (A.11)

Se puede ahondar un poco más en la Ec. (A.15) si además se le pide a la ecuación de estado
que en el límite cuando V → ∞, ésta se reduzca a la ecuación de los gases ideales

pV
lim = 1, (A.12)
V →∞ RT

esto puede ser logrado si

lim V f (V ) = 1, (A.13)
V →∞

lim V ξ (T, V ) = 0. (A.14)


V →∞

Para que esto se cumpla se espera que la función f (V ) satisfaga que

f (V ) = V −1 + ..., (A.15)

y
56APÉNDICE A. COMPATIBILIDAD: TERMODINÁMICA Y ECUACIONES DE ESTADO

ξ (T, V ) = A (T ) V −2 + ... . (A.16)

Si se desea encontrar la representación virial de la Ec. (A.17), se sustituyen las funcione ξ y


φ, con lo cual se sigue que

RT
p= − ξ (T, V )
φ (V )


X
= RT V −1
+ RT Ci V −i , (A.17)
i=2

donde Ci es el i-ésimo coeficiente virial, que es la relación a la que esperaríamos llegar.


Apéndice B
Sobre la unicidad de la temperatura de
inversión.

Como ya se vio en la Ec (1.11)

˚
N2 V(r) →

J= V (→

r ) e− kT d3 r,
2V 2 CV V

entonces el calentamiento o enfriamiento de un gas en una expansión libre depende del signo
de la integral arriba mostrada; como la derivada del integrando es siempre positiva,

V (→

 →

 2
d V(r) r ) − V (→

r)
V (→

r ) e− kT = e kT > 0 ∀ V (→

r ) 6= 0
dT kT 2

entonces el integrando crece monótonamente para todo →



r cuando la temperatura crece, y
por lo tanto, también crece J.

Como ya se vio en el Capítulo 1

˚ →

ˆ ∞
V(r)
V (→
− V (r)
r ) e− kT d3 r = 4π V (r) e− kT r2 dr
V 0

si definimos a A como

ˆ r V (r 0 )
A (r) = V (r0 ) e− kT r02 dr0
0

57
58 APÉNDICE B. SOBRE LA UNICIDAD DE LA TEMPERATURA DE INVERSIÓN.

y como el integrando de A (r) es monótono creciente, entonces A (r) misma también es


monótona creciente, así pues, esta función sólo puede tener, a lo más, una temperatura
de inversión.
Apéndice C
Lema g de la termodinámica de tiempos
finitos.

En este artículo [25] se presentó una demostración alternativa del llamado lema g de la
termodinámica de tiempos finitos, el cual establece que para un ciclo de Curzon- Ahlborn
[21] (ver Figura 7.1) existe una relación entre la potencia P y la producción de entropía σ
por ciclo y establece que dadas dos leyes de transferencia de calor, la función g = P/σ no
depende de la función de transferencia de calor sino de las temperaturas de los almacenes de
calor externos y la eficiencia de la máquina de la siguiente forma:

g (η) = (T1 T2 η) ⁄ (T1 − T2 − ηT1 ) = (ηT2 ) ⁄ (ηC − η)

donde T1 y T2 son las temperaturas de los almacenes caliente y frío respectivamente, η y ηC


las eficiencias de la máquina y la eficiencia de Carnot [24]. Al establecer esta propiedad se
puede considerar que la primera y segunda ley de la termodinámica no establecen un criterio
de validación sobre qué tipo de leyes pueden o no existir en la naturaleza (al ser la función
g un resultado de la unión de estas dos leyes).

Uno de los modelos de máquinas térmicas más exitosos en la termodinámica de tiempos


finitos es el de la máquina de Curzon-Ahlborn (CA), el cual consiste de una máquina de
Carnot interna que se comunica con dos almacenes térmicos (uno caliente y el otro frío) y es
en esta parte donde mediante alguna ley de transferencia de calor, se realiza una producción
de entropía, a esto se le conoce como hipótesis de endorreversibidad (HER) [25, 21, 24, 22].

Ya en artículos anteriores [24] se ha demostrado que la cantidad g (η) que liga la producción
de entropía σ y la producción de potencia P por ciclo es una función independiente de la

59
60 APÉNDICE C. LEMA G DE LA TERMODINÁMICA DE TIEMPOS FINITOS.

ley de transferencia de calor que se utilice en los acoplamientos entre la máquina de Carnot
interna y los alrededores, a esto se le conoce como lema g de la termodinámica de tiempos
finitos.

En la literatura se suelen utilizar leyes de transferencia de calor del tipo Q1,2 = α1,2 T1,2w
k k

− T1w,2
donde α1,2 son las conductancias térmicas entre los almacenes T1 → T1w y T2w → T2 y k toma
distintos valores dependiendo de la ley de calor (k = 1 Newton, k = 4 Stefan-Boltzmann) o
bien leyes del tipo Q1,2 = α1,2 (T1,2w − T1w,2 )k donde k = 5/4 es para el caso de Dulong-Petit,
sin embargo, leyes de calor del tipo Q = αlnT /Tw o Q = α(senhT − senhTw ) no se utilizan,
así pues, podría cuestionarse si este tipo de leyes cumplirían con el lema g y si éste pudiera
convertirse en algún discriminante para proponer leyes de calor válidas en procesos reales.

Se presentan algunos casos de leyes de calor que cumplen con la segunda ley de la termod-
inámica y que no han sido consideradas como leyes de transferencia de calor en procesos
reales.

Comenzaremos presentando algunos ejemplos de funciones de transferencia de calor diferentes


a las usuales, en todos los casos las funciones permiten el flujo de calor del reservorio caliente
al frío y veremos que cada una de ellas cumple con el lema g.

En la siguiente figura se muestra un esquema de la máquina de Curzon y Ahlborn [22].

Example C.1. Sean

 
T1
Q1 = αln ,
T1w

 
T2w
Q2 = βln , (C.1)
T2

las funciones de transferencia de calor. De la hipótesis de endorreversibilidad (HER) [22]:

Q1 Q2
= , (C.2)
T1w T2w
61

por lo cual      
T1w T2w T1
γ ln = ln , (C.3)
T2w T2 T1w

y como la máquina interna es de Carnot,

T2w
η =1− . (C.4)
T1w

Sustituyendo las Ecs.(C.1) en (C.2) se obtiene:

   
γ T2w T1
ln = ln ,
1−η T2 T1w

 γ
 1−η
T2w T1
⇒ = , (C.5)
T2 T1w

así pues

 
T2w
P (η) = αlnT1 /T1w − βln
T2

 
γ T2w
=α lnT2 w/T2 − βln
1−η T2

   
γ T2w
= α − β ln
1−η T2

   
1 T2w
=β − 1 ln
1−η T2

   
η T2w
=β ln , (C.6)
(1 − η) T2

y
62 APÉNDICE C. LEMA G DE LA TERMODINÁMICA DE TIEMPOS FINITOS.

   
T1 T2w
αln T1w
βln T2
σ (η) = − +
T1 T2

αγ  
β
1−η T2w
= (− + )ln
T1 T2 T2

   
β T2 T2w
= − + 1 − η ln . (C.7)
T2 (1 − η) T1 T2

y entonces se obtiene que

 
η
β 1−η

T2

g (η) = β
− +1−η
T2 (1−η)
T1

T1 T2 η η
= = T2 , (C.8)
(1 − η) T1 − T2 ηc − η

es decir, estas funciones de transferencia de calor cumplen con el lema g.

Example C.2. Sean ahora

 
T1
Q1 = αsenh −1
T1w
y  
T2w
Q2 = βsenh −1 . (C.9)
T2
De la HER:

   
γ T2w T1
senh − 1 = senh −1 , (C.10)
1−η T2 T1w

así pues,

 
β T2w
P (η) = ( − β)senh −1 , (C.11)
1−η T2
63

 
β β T2w
σ (η) = (− + )senh −1 . (C.12)
T1 (1 − η) T2 T2
Entonces se obtiene nuevamente que

η
1−η
g (η) = −T2 /T1 +1−η
T2 (1−η)

T1 T2 η
= .
(1 − η) T1 − T2

Ahora veamos qué sucede si aplicamos dos leyes de transferencia de calor distintas (ya cono-
cidas) en los acoplamientos con los almacenes.

Example C.3. Dadas las leyes de transferencia de calor siguientes:

Q1 = α(T1k − T1w
k
),

Q2 = β(T2w − T2 )m . (C.13)

Aplicando directamente las ecuaciones nuevamente de HER y la eficiencia interna que es de


Carnot se llega a que

η
P (η) = β (T2w − T2 )m , (C.14)
1−η
y  
(1 − η) T1 − T2
σ (η) = β (T2w − T2 )m , (C.15)
(1 − η) T1 T2
entonces,

P (η) T1 T2 η η
gη = = = .
σ (η) (1 − η) T1 − T2 (ηc − η) T2
64 APÉNDICE C. LEMA G DE LA TERMODINÁMICA DE TIEMPOS FINITOS.

Ahora se mostrará cómo se generaliza el procedimiento para funciones de transferencia de


calor arbitrarias.

C.1. Demostración alternativa del lema g

Supongamos dos leyes de calor arbitrarias

Q1 = αf1 (T1 , T1w ) ,

y
Q2 = βf2 (T2 , T2w ) . (C.16)

De la hipótesis de endorreversibilidad (HER):

Q1 Q2
= ,
T1w T2w

y como la máquina interna es de Carnot,

T2w
η =1− .
T1w

Sustituyendo las Ecs.(C.16) en la Ec.(C.2) se obtiene que:

T1w
γ f2 (T2 , T2w ) = f1 (T1 , T1w ) , (C.17)
T2w
donde γ = β/α. Despejando T1w /T2w de la Ec. (C.4) se llega a la relación:

γ
f2 (T2 , T2w ) = f1 (T1 , T1w ) . (C.18)
(1 − η)
La producción de potencia P y la producción de entropía σ por ciclo están definidas como
sigue [22]

P = |Q1 | − |Q2 |,
C.1. DEMOSTRACIÓN ALTERNATIVA DEL LEMA G 65

y
Q1 Q2
σ=− + , (C.19)
T1 T2
entonces  
αγ
P (η) = − β f2 (T2 , T2w )
1−η
η
=β f2 (T2 , T2w ) , (C.20)
1−η
y  
αγ β
σ = σ (η) = − + f2 (T2 , T2w )
(1 − η) T1 T2
 
(1 − η) T1 − T2
=β f2 (T2 , T2w ) , (C.21)
(1 − η) T1 T2
por lo cual se llega al resultado deseado, obtenido en [24],

T1 T2 η
g (η) = P (η) /σ (η) = .
(1 − η) T1 − T2

Así pues, el valor de g (η) no depende de la forma particular de f1 (T1 , T1w ) y f2 (T2 , T2w ).

Ya se ha comentado que el lema g contiene a la primera y segunda ley de la termodinámica,


así que en el siguiente caso se mostrará como entra en juego la tercera ley.

Example C.4. Dadas las leyes de calor,

Q1 = α T1k − T1w
k

,

Q2 = β (T2w − T2 )m . (C.22)

Es decir, diferentes leyes en los acoplamientos inferior y superior, al aplicar directamente las
Ecs. (C.20) y (C.21),

βη
P (η) = (T2w − T2 )m , (C.23)
(1 − η)

 
(1 − η) T1 − T2
σ (η) = β (T2w − T2 )m , (C.24)
(1 − η) T1 T2

se llega rápidamente a
66 APÉNDICE C. LEMA G DE LA TERMODINÁMICA DE TIEMPOS FINITOS.

P (η) T1 T2 η η
g (η) = = = .
σ (η) (1 − η) T1 − T2 (ηc − η) T2

que es la función g (η), cumpliéndose el lema g. A partir de las Ecs. (C.23) y (C.24) uno
podría pensar que se es libre de elegir T1w dentro del intervalo (T2 ,T1 ) (ver Figura 7.1); sin
embargo, de la HER, se impone una condición necesaria para T1w y T2w ,

γT1w k k
m = T1 − T1w ,
T2w (T2w − T2 )

cuyas soluciones se grafican en la Figura 4.2. Nótese que algunos valores de T1w y T2w que son
solución a la HER son tales que T1w < T2w ó T1 < T1w ó T2w < T2 que no son deseables, sin
embargo al restringir que T1w y T2w cumplen con que la eficiencia de la máquina interna es la
de Carnot, se obtiene un resultado físico. El triángulo sombreado en la Figura 7.2 representa
el límite impuesto por la tercera ley de la termodinámica, y por lo tanto, la región donde T1w
y T2w pueden tomar valores; la esquina inferior derecha del triángulo corresponde al límite
cuando la máquina C.A. es una máquina de Carnot, es decir, η = 1 − T2 ⁄T1 y los puntos que
pasan por la hipotenusa corresponden a eficiencia cero.

Figura C.1: Solución a la HER y se gráfica η = 1 − T2w ⁄T1w para η = 0.35, T1 = 400,
T2 = 200, k = 1.7, m = 2 y γ = 1.
C.1. DEMOSTRACIÓN ALTERNATIVA DEL LEMA G 67

Entonces como puede verse en este último caso (en los otros ejemplos también ocurre la
misma situación), la tercera ley de la termodinámica restringirá los valores que pudieran
tomar las temperaturas de los acoplamientos, sin embargo sigue sin proponernos un criterio
claro que omita leyes del tipo senh que hasta hoy en día no se ha visto que describa un
fenómeno de transporte real.

Los autores de este trabajo creemos que posiblemente algún criterio de eficiencia ya sea en la
producción de entropía, energía o de alguna otra función como la función ecológica [23] que
en este aspecto ha resultado preferida (como función a optimizar) en procesos naturales tal
es el caso de la fotosíntesis por citar un ejemplo.
68 APÉNDICE C. LEMA G DE LA TERMODINÁMICA DE TIEMPOS FINITOS.

Apéndice D. Evolución del Universo observable [41]


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[37] Barbara Ryden. Introduction to Cosmology. Addison Wesley, Ohio EE. UU. (2006).

[38] D. A. Gurnett, A. Bhattacharjee. Introduction to Plasma Physics: With Space and


Laboratory Applications. Cambridge University Press, Cambridge, UK. (2005).

[39] K Scherer, H Fichtner, B Heber. Space Weather: The Physics Behind a Slogan. Springer.
p. 138. Berlín, Alemania (2005).

[40] ’Perfect’ Liquid Hot Enough to be Quark Soup, Protons,


neutrons melt to produce ‘quark-gluon plasma’ at RHIC.
http://www.bnl.gov/rhic/news2/news.asp?a=1074&t=pr

[41] Disponible en la página de Fermilab http://www-


visualmedia.fnal.gov/VMS_Site/gallery/stillphotos/1985/0100/85-0138CN.hr.jpg

[42] Datos obtenidos de la página oficial del RHIC.

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