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El objetivo principal del presente trabajo fue identificar relaciones entre los
discursos de la Ley 26.743 y un dispositivo de aplicación -el consultorio de la
diversidad y salud sexual-, en la perspectiva de sus usuarias; como también la
descripción de los tipos de intercambio del orden del saber-poder que circulan
entre el discurso legal, el dispositivo consultorio, y las mujeres trans que a él
asisten; por último, propuse la indagación en relación a los modos en que
dicho consultorio, aborda la concepción de sujeto de derecho que plantea la
letra de la ley que lo funda.
En relación con el eje “la ley”, las entrevistas dieron cuenta de que a partir de la
sanción de la Ley de Identidad de Género, el colectivo trans* encontró
accesibilidad rápida y sencilla al cambio de DNI, pudiendo modificar de este
modo su nombre registral, sin tener que demostrar patologización y sin
necesidad de intervenciones quirúrgicas, hormonización o modificación en la
vestimenta; en palabras de una de las entrevistadas: “El trámite de DNI fue
rapidísimo, cuando me hizo el clic de decir: no soy esto y voy a modificar mi
vida, dejé pasar un año, en el que me dediqué a mí y luego hice el documento
nuevo, no tuve que hacer cola ni esperar, ellos me estaban esperando; a la
semana ya tenía mi DNI”.
Puede inferirse, así mismo, a partir del decir de las entrevistadas, que el
cambio de DNI impacta directamente sobre la construcción e interiorización de
la misma identidad transgénero. La posibilidad de acceder a un reconocimiento
legal y por tanto, a una normativización de la “identidad transgénero” impactó
en sus demandas y prácticas de visibilización: “A partir del DNI me cambió la
vida, el cuerpo”.
Por otro lado, en lo referido al eje de lazo social, se advierte en los relatos de
las entrevistadas, la idea de que la construcción de la identidad de género no
es “sin otros”, como tampoco se crea en soledad la sexualidad; punto en el
cual, algunas mujeres valoran la contención, el trato recibido y el
acompañamiento por parte del consultorio de la diversidad y de las
asociaciones a las que algunas eligen pertenecer: “Cuando empecé el
tratamiento de homonización, yo tenía miedo, veía como las trataban a las
chicas, sabía que eran excluidas de la familia y en el consultorio me sentí muy
contenida”
Esta normativa, implica una serie de normativas para el Estado; que incluyen el
reconocimiento político-legal de las identidades y corporalidades trans*,
reubicando de este modo el poder constiuyente del discurso médicolegal, que
durante un largo tiempo operó en la construcción de situaciones de
vulnerabilidad para las subjetividades trans*. En la singularidad de este caso,
un profesional del consultorio de la diversidad, fue quien intervino por medio de
lo que refirió como “presión legal”, para dar a conocer las consecuencias del
incumplimiento de las normativas, por parte de los médicos de Salud Pública:
“Lo puse (al DR. X) en conocimiento de La Ley y de los riesgos legales a los
que se exponía exigiendo el DNI con cambio de identidad, antes de realizar las
intervenciones”.
Por otro lado, en este esfuerzo de análisis, también es importante localizar los
momentos en que el campo médico puede correrse de un rol moralizante, para
ocupar un lugar de proveedor de herramientas de mejoramiento y optimización
corporal, tal y como lo expresa una de las entrevistadas: “Empecé con la nariz,
porque me dijeron que en el hospital VV lo hacían gratis y que era parte del
reconocimiento a la visibilidad trans, que no lo tomaban como algo estético sino
como algo constructivo”.
Las demandas del colectivo trans*, son un intento por saldar las faltas
detectadas en la sociedad y al ser formuladas pretenden cuestionar y modificar
el contenido del “sentido común”; buscan legitimar la identidad trans* dentro del
universo humano y por ende, dentro del paradigma de igualdad de derechos;
tal y como lo explica uno de los agentes del consultorio de la diversidad: “Para
conseguir más prótesis hubo que meter un recurso de amparo, una chica tuvo
que meter abogado” o bien, los momentos en que irónicamente, las situaciones
de violencia, dejan al trasluz, los quiebres en el sentido común: “Me pasó una
vez que fui al hospital a retirar unos análisis y me habían cargado con el
nombre anterior, el chico me preguntó ¿Cómo te pongo? Y yo le dije, mirame
¿Qué ves?”
Por otro lado, sabemos que esta ley viene a romper ciertos paradigmas
biopolíticos, instalando en el centro la de escena la decisión de subjetiva,
decisión que desde el psicoanálisis no es, sin tener en cuento el inconsciente.
Desde esta línea, entendemos que el sujeto del inconsciente no siempre
coincide con el de la conciencia; ubicando en este punto: por un lado, la
cuestión de la libertad del sujeto para elegir y por el otro, su registro más
pulsional e inconsciente.
Arribando a esta instancia, podemos pensar por qué cada quién puede
narrarse cómo: “Soy una puta feminista” o “Yo me voy a sentir realizada
cuando me haga la resignación de sexo” u otra pueda decir con naturalidad
“Tengo una vida muy heterosexual: la facultad, el trabajo y mi familia”.
Síntesis final
La tensión entre el discurso legal y el dispositivo: Consultorio de La Diversidad
y Salud Sexual, inició con una problematización de los conceptos de género,
cuerpo y sexualidad, que abordaban la temática del binarismo sexual, lo
natural-cultural y lo dado-construido; a partir de referentes tales como:
Así mismo, podemos pensar que a pesar de los intentos del Derecho por
domesticar las libertades y los procesos emancipatorios de las diversidades,
siempre existen grietas, fisuras, espacios rebeldes que demuestran la
inestabilidad de su performatividad: lo plástico se vuelve elástico. En este
sentido, los cuerpos no son sólo ubicables de un lado y otro; también pueden
habitar la invisibilidad, el (pre)juicio y la exclusión y desde allí, construir nuevas
formas posibles.
Michel Foucault () señalaba que “El cuerpo es el punto cero del mundo, allí
donde los caminos y los espacios vienen a cruzarse, el cuerpo no está en
ninguna parte: en el corazón del mundo es ese pequeño núcleo utópico a partir
del cual sueño, hablo, expreso, imagino, percibo las cosas en su lugar y
también las niego por el poder indefinido de las utopías que imagino. Mi cuerpo
es como la Ciudad del Sol, no tiene un lugar, pero de él salen e irradian todos
los lugares posibles, reales o utópicos.”