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3) Sobre la falta de correspondencia entre los hechos que imputa el Ministerio Público y
el tipo penal por el que acusa. Al respecto, de la página 4 de la acusación (segundo
párrafo, primeras líneas) se tiene que el Ministerio Público si bien está acusando por la
presunta comisión del delito de falsificación de documentos, señala que “éstos en concierto
de voluntades integrando una organización con fines delictivos para fines de obtener
ventaja económica –induciendo en error a los agraviados mediante engaño- conducta
plasmada de manera objetiva con la escritura pública de compra-venta (…)”, lo señalado
hace referencia a otro tipo penal –asociación ilícita para delinquir-, mas no así al delito
materia de acusación.
El artículo 427° del Código Penal, señala respecto al delito de falsificación de documentos:
“El que hace, en todo o en parte, un documento falso o adultera uno verdadero que pueda dar
origen a derecho u obligación o servir para probar un hecho, con el propósito de utilizar el
documento, será reprimido, si de su uso resultar algún perjuicio, con pena privativa de libertad
no menor de dos ni mayor de diez años y con treinta a noventa días multa si se trata de un
documento público, registro público, título auténtico o cualquier otro transmisible por endoso o al
portador y con pena privativa no menor de dos ni mayor de cuatro años, y con ciento ochenta a
trescientos sesenticinco días-multa, si se trata de un documento privado.
El que hace uso de un documento falso o falsificado, como si fuese legítimo, siempre que de su
uso pueda resultar algún perjuicio, será reprimido, en su caso, con las mismas penas”.
1) El primero, contenido en el primer párrafo, que hace referencia a dos modalidades del tipo,
referidos por medio de los verbos HACER –en todo o parte- y, ADULTERAR.
Ahora bien, respecto al primer supuesto –supuesto materia de acusación fiscal- el acto de hacer, en
todo o en parte, un documento falso equivale a crear, fabricar o confeccionar un documento que no
existe. El documento falso, tal como se encuentra regulado en nuestra legislación, requiere que su
preparación o confección corra a cargo de una persona y que el mismo –al menos en su literalidad-
no exista previamente. Por otro lado, la adulteración tiene lugar cuando el documento tiene una
existencia previa o anterior a la acción material y sólo se modificara uno de sus elementos o signos
de autenticidad se habrá realizado.
En este sentido, se tiene de la acusación que el Ministerio Público imputa a WALTER DIMAS
BARRAZA DE LA ROSA, la complicidad primaria en la presunta comisión del delito de
falsificación de documentos, primer párrafo –supuesto primero-, principalmente por los siguientes
hechos:
Sin embargo, de los propios hechos imputados por el Ministerio Público, se tiene que EL
IMPUTADO NO HA REALIZADO O HA AYUDADO A REALIZAR ALGUNA ACCIÓN
TENDIENTE A LA CREACIÓN O ADULTERACIÓN DE LA ESCRITURA DE COMPRA
VENTA, por cuanto, para cuando al imputado se le solicitó la incorporación de la escritura pública
de compra venta al archivo regional, dicho documento ya había sido elaborado o adulterado, con lo
cual se tiene que los hechos que el Ministerio Público, imputa a Walter Barraza, NO SE
ENCONTRARÍAN SUBSUMIDOS EN EL PRIMER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 427° DEL
CÓDIGO PENAL, en virtud que este primer supuesto únicamente describe la conducta de hacer o
adulterar documentación falsificada.
Por otro lado, tal hecho tampoco configura el tipo penal de Uso de Documento Público
Falso, previsto en el segundo párrafo del artículo 427 del Código Penal, que señala: “El
que hace uso de un documento falso o falsificado, como si fuese legítimo, siempre que de
su uso pueda resultar algún perjuicio (…)”; puesto que, entre otros elementos típicos, la
citada figura penal requiere para su configuración que se efectúe el uso, lo cual según
Bramont Arias y García Cantizano “(…) se cumple con el requisito típico del uso de
documento falso, cuando se introduce al tráfico jurídico a dicho documento 1”; en ese
sentido, en el presente caso la escritura pública de compra venta falsificada fue introducida al
tráfico jurídico por Joel Alfredo Vargas Venegas cuando fue presentado ante Walter Días
Barraza de la Rosa, responsable del área de registros históricos del Archivo de la Dirección
Regional de Archivo de Ayacucho, es decir ya se había consumado.
Cabe precisar que dicho documento no fue usado (introducido al tráfico jurídico)
posteriormente por el acusado Walter Días Barraza de la Rosa, pues se advierte que los
hechos que se atribuyen al citado imputado consisten en un conjunto de comportamientos
(suscripción del acta de entrega y recepción, incorporación de la escritura pública falsa en
el archivo y emisión de visto bueno para certificar dicha escritura) para hacer pasar como
verdadero la escritura pública falsificada en lugar de la escritura pública verdadera
sobre el fundo “Santa Elena”, lo cual se enmarca en el delito de Falsedad Genérica,
previsto en el artículo 438 del Código Penal, el cual señala:
1
Luis Bramont Arias y María García Cantizano citados por José Luis Castillo Alva en: La Falsedad
Documental. Jurista Editores, lima, agosto de 2001, p. 226.
“El que de cualquier otro modo que no esté especificado en los Capítulos precedentes,
comete falsedad simulando, suponiendo, alterando la verdad intencionalmente y con
perjuicio de terceros, por palabras, hechos o usurpando nombre, calidad o empleo que
no le corresponde, suponiendo viva a una persona fallecida o que no ha existido o
viceversa, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de
cuatro años.
Por tanto, los hechos que se atribuyen al imputado Walter Días Barraza de la Rosa al
enmarcarse en una simulación deben ser reconducidos al tipo penal de Falsedad Genérica.
PRIMER ADEMÁS DIGO. Consigno como abogada a ANALI E. AGUIRRE PALOMINO, con
registro de colegiatura de Ayacucho N° 1902.
POR TANTO.