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TEXTOS

La tiranía del statu quo*


Milton y Rosa FRIEDMAN

Un cambio que podría aportar resultados relativa- mismos lugares públicos. Los consumidores de dro-
mente rápidos sería la reducción de los actos que gas provocan accidentes cuando conducen, o en el
las leyes consideran delitos. La medida más prome- trabajo. Según un artículo reciente publicado en
tedora en este campo es la relativa a las drogas. La Newsweek «los empleados que utilizan drogas en el
mayoría de los delitos no los cometen individuos trabajo son un tercio menos productivos que los tra-
hambrientos de pan, sino individuos hambrientos de bajadores normales, tienen tres veces más probabi-
droga. ¿No deberíamos tener en cuenta la lección lidades de sufrir accidentes y faltan con mucha más
que significó para el país la Prohibición? Cuando se frecuencia al trabajo ... Los empleados excitados, pi-
introdujo la Prohibición en 1920, Billy Sunday, el fa- rados y estimulados por la coca afectan a la moral
moso evangelista y destacado adalid de la lucha de la oficina, alejan a los clientes y dañan la calidad
contra el alcohol, la saludó con estas palabras: «El de las camisas que usted viste, los coches que con-
reino de las lágrimas ha concluido. Transformare- duce, y el edificio en que usted trabaja».
mos las cárceles en fábricas y las prisiones en al- Cuando juzgamos una actuación del gobierno, pri-
macenes y graneros. Los hombres caminarán ergui- mero hemos de considerar si los resultados que se
dos. las mujeres sonreirán y los niños reirán. El in- pretenden alcanzar con esa actuación son propios
fierno lucirá siempre el letrero "Se alquila"». Hoy sa- de la actividad del gobierno y, en segundo lugar, si
bemos hasta qué punto se equivocaba trágicamen- tal actuación puede realmente lograr tales resulta-
te. Tuvieron que construirse prisiones y cárceles dos. Los datos que tenemos sobre el alcohol, el ta-
nuevas para los delincuentes que infringían la nue- baco y las drogas plantean dos problemas muy dis-
va ley contra el consumo de bebidas alcohólicas. La tintos: uno, de ética, y otro de conveniencia. La cues-
Prohibición minó el respeto a la ley, corrompió a los tión ética es si tenemos derecho a utilizar la maqui-
servidores de la justicia y creó un clima moral deca- naria del Estado para impedir a los ciudadanos be-
dente ... y no eliminó, en último término, el consumo ber, fumar o drogarse. Casi todos contestarían con
de alcohol. un sí matizado respecto a los niños. Casi todos con-
testarían con un sí sin matización respecto a medi-
A pesar de esta trágica lección objetiva, parece
das para impedir que los consumidores de alcohol,
que estamos dispuestos a repetir exactamente el
tabaco o drogas perjudiquen a terceros. Pero res-
mismo error en lo que se refiere a las drogas. No
pecto a los propios adictos, la respuesta es mucho
hay ninguna discrepancia respecto a algunos de los
menos clara. Es importante y adecuado, sin duda,
datos. El consumo excesivo de bebidas alcohólicas
razonar con un adicto potencial, explicarle las con-
perjudica al bebedor; fumar un número excesivo de secuencias, rezar por él y con él. Pero, ¿tenemos
cigarrillos daña al fumador. El consumo excesivo de derecho a utilizar la fuerza directa o indirectamente
drogas perjudica al usuario. Si consideramos estos para impedir a un conciudadano adulto beber, fumar
tres fenómenos, aunque resulten desagradables ta- o drogarse? Nuestra respuesta personal es no. Pero
les comparaciones, no cabe duda de que el consu- admitimos sin duda que el problema ético es un pro-
mo de tabaco y de bebidas alcohólicas mata a mu- blema difícil y que a menudo los hombres de buen'a
cha más gente que el consumo de drogas. voluntad discrepan.
Las tres conductas tienen también consecuencias Por suerte, no tenemos que resolver el problema
adversas para las personas que no beben ni fuman ético para ponernos de acuerdo sobre la política a
ni se drogan. Los conductores ebrios son responsa- seguir, porque la respuesta a si la actuación del go-
bles de gran número de accidente de tráfico. El con- bierno puede impedir la adicción es clarísima. La
sumo de tabaco perjudica a los ocupantes no fuma- prohibición (sea de bebidas alcohólicas, de tabaco
dores del mismo avión, el mismo restaurante y los o de drogas) es un remedio que, a nuestro juicio,

• En Tyranny of the statuos quo, Ariel, Barcelona, 1984. pp.


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IV
empeora las cosas, tanto para el adicto como para dores y asaltantes, ahora los cultivadores de mari-
los demás. En consecuencia, aunque considere us- juana tienen que proteger ellos sus cosechas ilega-
ted éticamente justificadas las medidas tomadas por les. Colocan guardias armados para proteger los
las autoridades para prohibir el consumo de drogas, campos de cultivo. Se producen inevitablemente ba-
creemos que aceptará que consideraciones prácti- tallas campales y tiroteos como sucedía durante la
cas y de conveniencia hacen desaconsejable la Prohibición.
adopción de tales medidas. Durante la Prohibición, tanto los fabricantes como
Pensemos primero en el adicto. La legalización de los que destilaban ginebra en casa utilizaban a ve-
las drogas pOdría aumentar el número de adictos, ces alcohol metílico u otras sustancias que conver-
aunque no es seguro que fuera así. El fruto prohibi- tían el producto en un veneno potente, que causaba
do resulta atractivo, sobre todo a los jóvenes. Más daños y a veces la muerte a los consumidores. En
importante aún, muchos individuos se convierten en la actualidad, está sucediendo lo mismo de un modo
drogadictos por la acción deliberada de los trafican- aún más reprobable. El propio Gobierno norteame-
tes, que proporcionan gratuitamente las primeras ricano ha convencido a algunos Gobiernos extranje-
dosis a los posibles adictos. Al traficante le compen- ros para que utilicen aviones que rocíen con para-
sa hacerlo porque el adicto, una vez enganchado, quat (un peligroso veneno) los campos de cultivo de
es un cliente cautivo. Si las drogas se pudieran ad- marijuana. No sólo eso, sino que recientemente tam-
quirir legalmente, desaparecería cualquier posible bién se ha hecho en Georgia. El propósito es que la
beneficio económico de esa actividad inhumana, marijuana no se pueda consumir. Pero al parecer,
dado que el adicto podría comprarla más barata. no existen medios de impedir que la hierba conta-
Prescindiendo de lo que se refiere al número total minada llegue al mercado y dañe a los consumido-
de adictos (y a su posible aumento), el adicto indi- res. y no hay certeza alguna de que los pilotos de
vidual estaría, sin lugar a dudas, mucho mejor si las los helicópteros tengan una puntería tan precisa
drogas fueran legales. Hoy las drogas son suma- para garantizar que el paraquat no caiga en otros
mente caras y sumamente inseguras en cuanto a ca- cultivos que no sean de marijuana.
lidad. Los adictos se ven obligados a relacionars~ Habría un gran escándalo si se supiese que los
con delincuentes para conseguir las drogas y ellos funcionarios del Estado habían envenenado delibe-
mismos acaban delinquiendo para financiarse el há- radamente los alimentos de delincuentes declara-
bito. Se arriesgan a un constante peligro de muerte dos. No hay duda de que es una práctica mucho
y enfermedad. más odiosa y totalmente injustificable rociar delibe-
Consideremos, luego, al resto de los ciudadanos. radamente con veneno cultivos que muy bien pue-
El perjuicio que nos causa la adicción de otros se den dañar a ciudadanos que pueden ser o no ino-
debe primordialmente al hecho de que las drogas centes de infringir una ley y que no tienen medio al-
son ilegales. Se ha calculado que un tercio a la mi- guno de defenderse.
tad de todos los delitos violentos y contra la propie- Algunos partidarios de la legalización de la mari-
dad que se cometen en Estados Unidos, los come- juana han afirmado que fumar marijuana no causa
ten bien drogadictos que delinquen para financiarse daño. No nos consideramos capacitados para juz-
el hábito o bien se deben a conflictos entre grupos gar esta debatida cuestión, aunque nos parecen
rivales de traficantes de drogas, o se realizan en el convincentes las pruebas que hemos visto de que
transcurso de la importación y distribución de dro- la marijuana es una sustancia perjudicial. No obs-
gas ilegales. Si las drogas se legalizasen, la delin- tante, aunque resulte paradójico, nuestro convenci-
cuencia callejera disminuiría de modo inmediato y miento de que es deseable legalizar la marijuana y
espectacular. Además, los adictos y los traficantes todas las demás drogas no se basa en que la mari-
no son los únicos corrompidos. Hay en juego sumas juana u otras drogas sean perjudiciales o inofensi-
inmensas. Es inevitable que algunos policías y otros vas. Por mucho daño que hagan las drogas a quie-
funcionarios relativamente mal pagados (y algunos nes las consumen, nuestra opinión meditada es que
también muy bien pagados) sucumban a la tenta- el prohibirlas es todavía peor, causa más daño a los
ción de aceptar dinero fácil. consumidores y al resto de los ciudadanos.
El caso más claro es la marijuana, cuyo uso se Legalizar las drogas reduciría simultáneamente la
ha generalizado lo suficiente como para remedar la cuantía de delitos y mejoraría la administración y la
pauta que se desarrolló cuando la prohibición de al- aplicación de la Ley. Es difícil dar con otra medida
cohol. En California, la marijuana ocupa hoy si no el tan eficaz en la tarea de favorecer el predominio de
primero, el segundo lugar de los cultivos en cuanto la ley y el orden. Pero, quizá digan ustedes, ¿debe-
a importancia económica. En grandes sectores del mos aceptar la derrota? ¿Por qué no acabamos sen-
estado, los agentes de la ley hacen la vista gorda a cillamente con el tráfico de drogas? Ahí es donde re-
los cultivadores de marijuana de modo parecido a lo sulta más relevante la experiencia de la Prohibición
que hacían los funcionarios con los fabricantes ile- y la experiencia de los últimos años con las drogas.
gales y traficantes de alcohol de los años veinte. Han No pOdemos acabar con el tráfico de drogas. Pode-
de organizarse patrullas especiales de helicópteros mos impedir que llegue opio de Turquía ... pero las
que localizan los campos de marijuana y realizan las amapolas del Dpio crecen en muchísimos lugares.
incursiones para destruirlos, igual que en los años Con la cooperación de las autoridades francesas,
veinte se organizaban patrullas especiales para im- quizá logremos que Marsella deje de ser un lugar fa-
poner la prohibición del alcohol. E igual que en los vorable para la fabricación de heroína, ... pero las
años veinte los fabricantes y los traficantes de alco- sencillas operaciones de fabricación pueden reali-
hol tenían que protegerse ellos mismos de atraca- zarse en muchísimos otros lugares. Podemos con-

v
vencer a las autoridades mexicanas para que rocíen El uso de drogas no es el único sector en el que
o nos dejen rociar los campos de marijuana con pa- la delincuencia podría reducirse legalizando activi-
raquat... pero la marijuana puede cultivarse prácti- dades que hoy son ilegales, aunque, sin duda, es el
camente en cualquier sitio. Podemos cooperar con más evidente y el más importante. Insistimos en este
las autoridades colombianas para reducir la entrada punto no sólo por la creciente gravedad de los deli-
de cocaína en Estados Unidos, pero no es fácil 10- tos relacionados con las drogas, sino también por-
grarlo en un país en el que esa exportación es un que estamos convencidos de que ahorrar a la poli-
factor importantísimo de la economía. Mientras haya cía y a los jueces el tener que combatir batallas per-
implicadas grandes sumas de dinero (y necesaria- didas contra las drogas les permitirá dedicar sus
mente las habrá mientras las drogas sean ilegales) energías más plenamente a combatir otros tipos de
es literalmente imposible parar el tráfico, e incluso delitos. Podríamos así asestar un doble golpe: redu-
reducir de un modo notable su cuantía. cir directamente la actividad delictiva y al mismo
En las drogas, como en otros sectores, la persua-
tiemJ)O incremntar la eficacia de la aplicación de la
sión y el ejemplo pueden ser mucho más eficaces
ley y de la prevención de la delincuencia.
que el uso de la fuerza para conseguir que otros se
adapten a nuestra imagen.

VI

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