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PLAN DE DESARROLLO MUNICIPAL (PDM) DE SOACHA

“EL CAMBIO AVANZA” (2020-2023)

INTRODUCCIÓN

El Plan de Desarrollo Municipal (en adelante PDM) es la síntesis entre la visión de


ciudad del Programa de gobierno elegido en las urnas y las propuestas movilizadas por la
ciudadanía a través del Concejo Municipal. La ley que reglamenta la elaboración de los
Planes de Desarrollo, es la ley 152 de 1994, define a la cabeza del poder ejecutivo (en este
caso, al alcalde municipal) como el principal orientador de la Planeación, y al Consejo
Territorial de Planeación (que es el órgano consultivo de la sociedad civil) y al Concejo
Municipal (que es el cuerpo político-administrativo que ejerce control político) como
instancias de dicha Planeación.
Hoy Soacha construye su PDM en medio de la mayor emergencia sanitaria de los
últimos tiempos causada por el COVID-19 que ha logrado trastocar todos los aspectos de la
vida cotidiana lo cual ha significado un reto para la gestión pública de los gobiernos a nivel
nacional y territorial, en especial para alcaldes y gobernadores que en menos de 100 días de
mandato ya estaban abocados a implementar las disposiciones de aislamiento social
indispensables para evitar la propagación del nuevo virus en medio de la emergencia
sanitaria, con la incertidumbre sobre los efectos a mediano y largo plazo del impacto
económico y social de la Pandemia que, en el caso de nuestro municipio, puso de relieve la
dramática situación humanitaria de sus gentes quienes con el trapo rojo simbolizaron el
histórico abandono estatal en la atención de sus necesidades humanas… La crisis social que
se expresa en estos días de cuarentena, al contrario de ser ocasionada por las medidas de
cuarentena, pone en evidencia un nefasto modelo de desarrollo depredador que ha
mercantilizado los derechos sociales y es responsable del deterioro ambiental, donde los
gobiernos terminan siendo rehenes de intereses contrarios a las mayorías sociales y meros
administradores de la crisis, mientras se reproduce la desigualdad social a niveles
dramáticos…
1. ¿Cuál es el modelo de desarrollo en el que está basado el Plan de
Desarrollo Municipal (PDM)?

En el modelo de desarrollo adoptado por el PDM el gobierno local es un garante del


funcionamiento y la expansión del mercado. Incluso, se asume que solo se avanza en el
desarrollo si se garantiza la seguridad jurídica de los actores privados. Es decir, para este
modelo de desarrollo el bienestar de la sociedad reposa sobre el crecimiento de los
indicadores económicos: el aumento de la riqueza material es la condición esencial del
desarrollo. Por esta razón se asume que el mercado es el regulador de las relaciones
sociales, pero también el instrumento y criterio de gestión para la política social. Bajo esta
lógica se ha justificado el desmantelamiento progresivo de los Estados en favor de los
operadores privados que mercantilizan los derechos sociales.
Mediante la gestión del uso del suelo (que es el elemento central de la propuesta de
Planeación Municipal) se busca aumentar las finanzas públicas garantizando la
reproducción del modelo de planificación urbana. Pero ya no en las formas extensivas de
los últimos años, sino en mecanismos de gestión que permitan el traslado de valores desde
el circuito económico de la ciudad-región. Por ello en el PDM sobresalen: la pretensión de
actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial, modernizar la gestión catastral, implementar
el Plan de Turismo, dotar de infraestructura vial y modernizar la administración pública con
miras a atraer y a fortalecer la presencia de actores económicos que incidan en los
indicadores sociales, entre otros.
PÁRRAFO POR TERMINAR. Esta perspectiva combina los enfoques de
racionalización de la oferta pública ante una escasez manifiesta; la estandarización de los
bienes y servicios públicos; la confianza en la eficacia de los actores económicos y la
implementación de políticas públicas focalizadas de corto plazo, pues el presupuesto se
destina a resultados medibles y verificables, el mejor ejemplo es la política social y
ambiental subordinadas a……
A pesar de esta concepción dominante, hay otras propuestas teóricas de desarrollo
que promueven la igualdad social, la defensa de lo público y la sustentabilidad ambiental –
claro, dentro de las posibilidades de cambio en el orden municipal–. Un ejemplo de ello es
el Modelo de Desarrollo Sostenible y Sustentable. Éste ofrece herramientas conceptuales
para centrar las políticas públicas en el bienestar humano y ambiental en tiempos de la
crisis climática.
MODELO DE DESARROLLO SOSTENIBLE AGENDA 2030
Las crisis muestran las fisuras del orden social y, por consiguiente, son oportunidades
de cambio –así lo explicó el economista y sociólogo italiano Giovanni Arrighi (2000) en
sus disertaciones sobre los ciclos económicos y los cambios de época. De modo que, la
reconstrucción económica post-COVID19 debería estar en sintonía con los grandes debates
de nuestra generación sobre: la desigualdad social, la transición energética, los modelos de
producción y consumo sostenibles y sustentables, las economías comunitarias y del
cuidado, las luchas de las mujeres, los derechos de la naturaleza, la soberanía alimentaria, el
saneamiento básico, la salud pública, la inclusión social, la educación de calidad, el arte, la
ciencia y la tecnología como derechos, y las nuevas ciudadanas en la transformación de sus
territorios –tal y como lo mandata la Agenda 2030, el Foro Social Mundial y las Agendas
globales de Hábitat III, por supuesto desconocidas en el PDM.
En definitiva, para aprender la lección histórica del COVID19 debe haber cambios
profundos en la planeación del desarrollo para mitigar el impacto ambiental, económico,
social y cultural de la crisis climática en ciernes. Se necesitan Estados más fuertes para
garantizar los derechos ciudadanos y economías centradas en asegurar el bienestar
colectivo. ¡Los gobiernos territoriales tienen esa responsabilidad ante la historia!
 
2. ¿Qué tan conectado está el Plan de Desarrollo Municipal (PDM)
con los grandes problemas de nuestro tiempo?

En su objetivo central El PDM plantea la necesidad de convertir el municipio en un


territorio “competitivo, ordenado, legal, educado, y seguro, donde se generen condiciones
de bienestar dignas y equitativas para la población” (véase artículo 9). No obstante,
desconoce el contexto regional y nacional en cuatro aspectos centrales: la construcción de
Paz en el municipio, la adaptación del territorio al cambio climático, y preparar la
institucionalidad pública para afrontar las consecuencias del COVID19.
Veamos a continuación cada uno de estos aspectos.
(2.1) Construcción de Paz en el municipio. Colombia vive los tiempos de la
implementación del Acuerdo de Paz de la Habana, el cual ubicó en el centro de la discusión
pública a las víctimas y su derecho a la Verdad, la Justicia, la Reparación y las Garantías
de No Repetición. Las heridas del conflicto armado exigen que la construcción de Paz sea
asumida por quienes incidieron directamente en la confrontación bélica, pero además por la
institucionalidad y la sociedad civil en su conjunto. Pues sólo así se podrán superar los
factores determinantes de la violencia: la exclusión política, la desigualdad social, la falta
de legitimidad de las instituciones, etc.
En el contexto municipal no hay duda de que Soacha sufre los estragos de la violencia
política. He ahí, por ejemplo, la presencia desde mediados de los años ochenta de actores
armados irregulares como guerrillas y paramilitares en varias comunas, la llegada al
municipio de comunidades desplazadas de todo el país a asentamientos suburbanos
desprovistos de equipamiento urbano, y la persecución al movimiento social y popular ha
sido una constante histórica en nuestro territorio. Los mal llamados “Falsos Positivos”
constituyen el hecho emblemático de la violencia en Soacha. Implicó la desaparición de
jóvenes presentados luego como guerrilleros dados de baja en combate. Sin embargo, bajo
este hecho emblemático había realidades sociales que todavía hoy las autoridades no
reconocen y que han marcado la vida de centenares de jóvenes y familias –en especial de
los barrios más excluidos que siguen padeciendo los estragos de la violencia política.
La Directiva 07 de 2020 de la Procuraduría solicita a las entidades territoriales
implementar en los Planes de Desarrollo la Ley 1448, los Decretos Ley 4633, 4634 y 4635,
para reparar a las víctimas y adecuar institucionalmente la construcción de paz en los
territorios. Esto, desde luego, no debe quedar reducido a elementos constitutivos de los
programas exclusivos de víctimas. Debe entender que la Paz es un aspecto que requiere la
transversalización en la administración pública para fortalecer el tejido social y
comunitario. Más si se tiene en cuenta que la propuesta del Plan de Desarrollo Distrital
(“Un nuevo contrato social y ambiental para el siglo XXI”) contempla en su Programa 39 la
constitución de Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) en la zona rural de
Sumapaz y en el borde de Bogotá con Soacha, para implementar así las bondades del
Acuerdo de Paz en la capital como elemento reparador de las comunidades.
La construcción de Paz pudo haber sido un eje del PDM que orientara la política
pública y las diferentes acciones de gobierno. Infortunadamente la Paz y las víctimas
quedaron relegadas a programas puntuales adscritos a la Secretaría de Desarrollo Social.
Esto impide el carácter transversal que por esencia debe garantizar la construcción efectiva
de una Paz estable, territorializada y duradera en las diferentes áreas de la gestión
pública.
(2.2) Un medio ambiente para enfrentar la crisis climática. El PDM no da
centralidad a los temas ambientales. Esto es inadmisible en pleno siglo XXI, ante las
evidencias del cambio climático. LO QUE SIGUE NO ESTÁ MUY CLARO: La reducción
de un 80% en el presupuesto de la agenda ambiental se sintetiza (¿O SE EXPRESA?) en las
12 metas del Programa 3 del eje Social y Competitividad.
Específicamente, el golpe ambiental en el PDM se concreta en estrategias aplazadas y
en la falta de proyección administrativa. No plantea, por ejemplo, la constitución de la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo rural, la construcción de la Política Pública Ambiental,
el fortalecimiento del Sistema de Gestión del Riesgo, la conectividad de la Estructura
Ecológica (EEP); todas estas son herramientas centrales en la adaptación del municipio al
Cambio Climático.
Asimismo, se quedaron por fuera: metas e indicadores que propendan por la
recuperación de la zona de Páramo ante la expansión del Polígono Minero, la conservación
de las fuentes hídricas de la parte alta del corregimiento 1, medidores de la calidad del aire
en el municipio, la reforestación de los cerros orientales. Estos son aspectos esenciales para
asegurar la vida digna de los ciudadanos bajo el compromiso institucional por proteger y
conservar el ambiente del territorio.
(2.3) El impacto del PostCOVID19. Además de ser un reto para la salud pública y la
investigación médica a nivel global, el COVID19 ha provocado fuertes impactos a nivel
local y territorial especialmente en el orden económico. Claro, el aislamiento social afecta
las proyecciones de crecimiento económico. De modo que en contextos de pobreza como el
nuestro (el 34.5% de la población soachuna se encuentra en situación de pobreza
multidimensional) los efectos de la cuarentena son letales. Más aún si se tiene en cuenta los
siguientes dos factores. En primer lugar, el 66% de población económicamente activa del
municipio está en la informalidad y el rebusque y, por tanto, carece de condiciones dignas
para generar ingresos y se encuentra fuera del circuito de consumo. En segundo lugar, en el
municipio hay una deficiencia en las políticas públicas universales, ya que históricamente
se han privilegiado las medidas focalizadas de carácter asistencialista. Si esto no se
corrige, en los tiempos del PostCOVID19 habrá un aumento de la pobreza, del desempleo
y de la informalidad bajo un clima de inconformidad social y de ilegitimidad de las
instituciones públicas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los gobiernos deben preparar
agendas de contingencia en materia económica y de salud pública para los próximos dos
años con repercusiones en las futuras generaciones. En el PDM entonces se hace una
extensa alusión al COVID19 que incluye: la caracterización de la enfermedad y las
recomendaciones de la OMS, la sistematización de las medidas gubernamentales para
afrontar la Pandemia, y las estrategias y metas a implementar para mitigar los efectos de la
Pandemia (véase artículo 13).
Sin embargo, esta alusión no goza de coherencia y armonía. Primero, no hay
distinción entre metas de corto, mediano y largo plazo. Segundo, indicadores que se señalan
en el diagnóstico luego son omitido en los Programas y las metas de inversión de las
Secretarías. Tercero, no se hace ni una sola referencia a uno de los actores sociales más
golpeados por la Pandemia: los trabajadores de la economía informal. Cuarto, no se señala
en ninguna meta un indicador de aumento del empleo formal en la ciudad. Quinto,
estrategias como: la reactivación comercial vía digital, la creación de banco de proyectos
para empresarios afectados por el COVID19, la evaluación, monitoreo y control de riesgos
en empresas formales y del sector salud, el establecimiento de mecanismos de atención
médica digital, la ampliación de cobertura y la gestión de alianzas con el sector privado;
son estrategias que evidencian una desconexión con las necesidades reales. Porque, entre
otras cosas, están basadas en diagnósticos superficiales y en pocos instrumentos de
seguimiento, control real, accesibilidad y prevención en materia de salud pública –sobre
todo en las zonas más apartadas del municipio.
La falta de coherencia y armonía del PDM en lo concerniente al COVID19, no es un
problema menor. Pues enfrentar adecuadamente esta crisis nos permitirá dar apertura a
materias históricamente aplazadas como: la modernización del municipio y lograr en él
condiciones de equidad, desarrollo y sostenibilidad acordes con los lineamientos de la
Agenda 2030. Hoy pagamos las consecuencias de un modelo económico depredador con la
naturaleza y con las fuerzas vivas de la sociedad que merece ser replanteado:

Confiemos en que tras el virus venga una revolución humana. Somos NOSOTROS,
PERSONAS dotadas de RAZÓN, quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el
capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a
nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta. (Han, 2020, p. 110-111)

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