Taller I Procesos de pensamiento
propio punto de vista
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1. La identidad humana es una identidad narrativa
porque lo que llamamos subjetividad no es ni una serie
incoherente de acontecimientos ni una sustancia
inmutable inaccesible al devenir y está mediado por
los símbolos culturales que recibimos. Por ello, lo que
comprendemos de nosotros mismos es el resultado de
una articulación narrativa de los acontecimientos que
hemos vivido. Pero el alcance de estos
acontecimientos vividos sólo lo obtenemos al
comparar lo que hemos sido con lo que podíamos
haber sido; y esto último, lo posible, lo conocemos sin
haberlo vivido, por los relatos de ficción. Con este
empadronamiento entre lo histórico y lo ficcional
acaba por reconstruirse la identidad personal que, al
fin y al cabo, es narrativa. (Ricoeur).
a. Los relatos de ficción no permiten conocer
situaciones posibles que nunca experimentaremos,
pero que podemos imaginar y de este modo generan un
tipo de conocimiento basado en la ficción.
b. Es imposible que la ficción no haga parte de nuestra
identidad personal.
c. La identidad que poseemos como humanos se
estructura como una narrativa y su comprensión
depende precisamente de este hecho.
d. Todas las anetriores.
2. Las narraciones literarias despliegan modelos
ampliados de carácter, acción y compromiso, mientras
investigan las pasiones relevantes con aguda
percepción. Nos muestran, de una manera que los
ejemplos aislados no pueden lograr, qué significa
organizar una vida en busca de lo que uno valora, y
qué conflictos y obstáculos impiden tal búsqueda
(Nussbaum).
a. La literatura carece de utilidad porque no sirve para
explorar nuestra forma de ser y de actuar.
b. La literatura es irrelevante para conocer las pasiones
humanas.
c. La literatura permite conocer el sentido de la vida
entendido como comprender el significado de ordenar
una vida con base en la búsqueda de lo que uno valora.
d. Ninguna de las anteriores.
3. Con tal de que una persona posea una razonable
cantidad de sentido común y de experiencia, su propio
modo de arreglar su existencia es el mejor, no porque
sea el mejor en sí, sino por ser el suyo (J. S. Mill).
a. Es imposible determinar qué tipo de existencia es el
mejor para los seres humanos porque nadie es capaz de
juzgar cuál es la mejor manera de vivir desde su
b. Es posible determinar qué tipo de existencia es el
mejor para los seres humanos porque cada uno es
capaz de juzgar cuál es la mejor manera de vivir desde
su propio punto de vista.
c. Es posible determinar qué tipo de existencia es el
mejor para los seres humanos porque cada uno es
capaz de juzgar cuál es la mejor manera de vivir desde
un punto de vista objetivo ajeno al propio punto de
vista.
d. Ninguna de las anteriores.
4. Un hombre, para ser verdaderamente bueno, debe
imaginar de forma intensa y comprensiva; debe
ponerse en el lugar de otro y de muchos otros; y debe
sentir como propias las penas y alegrías de todo el
género humano. El gran instrumento del bien moral es
la imaginación, y la poesía (Shelley).
a. Sin poesía no hay imaginación y sin imaginación es
imposible sentir el dolor y la alegría que experimentan
los demás, y sin este sentir no es posible promover el
bien moral de la humanidad.
b. La bondad de nuestra acciones presupone que uno
pueda sentir como propio el dolor ajeno.
c. Sin aginación es imposible ser bueno con los demás.
d. Todas las anteriores.
5. Este proceso de llegar a concebir a los demás como
seres humanos como «uno de nosotros», y no como
«ellos» depende de una descripción detallada de cómo
son las personas que desconocemos y de una
redescripción de cómo somos nosotros. Ello no es
tarea de una teoría, sino de géneros tales como la
etnografía, el informe periodístico, los libros de
historietas, el drama documental y, especialmente la
novela. Ficciones como las de Dickens, Olive
Schreiner, Richard Wright nos proporcionan detalles
acerca de formas de sufrimiento padecidas por
personas en las que anteriormente no habíamos
reparado. Ficciones como las de Choderlos de Laclos,
Henry James o Nabokov nos dan detalles acerca de las
formas de crueldad de las que somos capaces, y, con
ello, nos permiten redescribirnos a nosotros mismos.
Esta es la razón por la cual, la novela, el cine y la
televisión poco a poco, pero ininterrumpidamente, han
ido reemplazando al sermón y al tratado como
principales vehículos del cambio y el progreso moral
(Rorty).
a. La ficción literaria tiene una enorme trascendencia
moral porque permite reconocer formas de crueldad no
conocidas.
b. El valor moral de la literatura es que permite una
descripción detallada de cómo son las personas que
desconocemos.
c. El valor moral de la literatura es que permite una
redescripción detallada de cómo somos nosotros.
d. Todas las anteriores.