Este texto es una desgrabación de un cuento de Conceicao Evaristo que me llegó a
través de un audio. Comparto la desgrabación en español.
A moca de vestido amarelo
Doris de la Concepción, aparecida desde el primer año de vida, al empezar a hablar dejó a todos espantados. Abriendo sus brazos, estirando uno de los dedos como si mostrase a alguien o alguna cosa, balbuceó algo así “amaelo, amaelo” Creciendo fue y sus palabras también.Del balbuceo “amaelo” la palabra “amarillo” se hizo escuchar siempre correcta y presente en el vocabulario de la muchacha.El color aún más. El color amarillo era el preferido de aquella muchacha, para dibujar paisajes, para describir su propio cuerpo y todas las imágenes que conocía. Un dia , a los 7 años ella despertó hablando que había soñado con una joven de vestido amarillo. En su familia creyeron que era una amiga imaginaria. Sólo su abuela sabía lo que aquella muchacha estaba hablando. Espanto tuvieron todos, menos su abuela. ¿No podría Dolores haber soñado otros sueños ? ¿Con ángeles celestes ? ¿Con la hostia consagrada a quien debemos tanto respeto? Resolvieron creer que nada sería más católico que la muchachita soñara con la madre de jesús. La moza de vestido amarillo podría ser nuestra señora de los católicos que en vigilia estaba cuidando de los sueños de aquella muchachita y estaba acompañando aquel evento de su primera comunión que ella tomaba al otro día. Aquella que aparecía sólo podía ser la santa acompañando a aquella joven en la fe y en los milagros: la virgen de fátima, la señora de la concepción, señora aparecida, señora desatanudos, pero entre tanto un detalle no se ajustaba bien, ¿Por qué aquellos colores? azul y blanco eran los colores preferidos de la santa católica, aquella santa nunca había aparecido de amarillo. El padre al enterarse de aquel suceso fue lacónico y certero con su respuesta: como si ella tuviera alguna culpa, cada cual sueña con aquello que está guardado en su inconsciente, en el inconsciente ni la fuerza del catecismo puede apagar todo. Dolores estaba más bonita en aquella mañana que iba a tomar su primera comunión. Y después de narrar el sueño cayó en un sueño aún más profundo la noche entera. Sólo quien consiguió despertarla fue su abuela, doña Edoína, tocando algunas veces la cabeza de aquella muchachita. En la hora de la comunión , el rostro de dolores se iluminó, una intensa luz amarilla brillaba sobre ella, y la muchacha se revistió de tamaña gracia que su abuela al verla sonrió. Una paz increíble nunca sentida inundó la iglesia entera. Ruidos de agua diseñaban ríos caudalosos y mansos que fluían por el corredor central del templo.Dolores en vez de rezar Ave Maria , oración ensayada durante tanto tiempo, cantó otro cumplimento. Cantó y danzó como si tocase suavemente las aguas serenas de un río, Algunos entendieron la nueva celebración que le aconteció. La voz de Dolores se oía feliz. Dolores de la concepción aparecida cantó y danzó para nuestra otra mae, para nuestra otra señora.