La acción de tutela es el mecanismo de protección de los derechos fundamentales.
La constitución de 1991 la establece en los siguientes términos: "Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe en su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que estos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública. "La protección consistirá en una orden para que aquel respecto de quien se solicita la tutela, actúe o se abstenga de hacer. El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, éste lo remitirá a la Corte Constitucional para su eventual revisión. "Esta acción sólo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. "En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de tutela y su resolución. "La ley establecerá los casos en los que la acción de tutela procede contra particulares encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación renuente o indefensión". La acción de tutela fue desarrollada por el Decreto Extraordinario 2591 de 1991, el cual a su vez fue reglamentado por el Decreto 306 de 1992. En lo que sigue se aprecian los principales aspectos de la acción de tutela. Lo demás puede ser ampliado con el estudio de los decretos mencionados y la jurisprudencia de la Corte Constitucional
ACCIÓN POLPULAR La acción popular es uno de los mecanismos de protección de los derechos e intereses colectivos que las personas pueden invocar, cuando posiblemente se le vaya a vulnerar un derecho o para evitar un perjuicio o un daño, es decir, para estos casos la vulneración al derecho no ha ocurrido, pero si no se previene mediante la acción popular posiblemente se vulnere los derechos e intereses colectivos. Esta acción se encuentra estipulada en el artículo 88 de la Constitución Política y regulada en la ley 472 de 1998 y se caracteriza por poseer un carácter preventivo y restaurador. ¿Cuáles son los derechos e intereses colectivos que pueden ser protegidos por medio de la Acción popular? El artículo 4 de la ley 472 de 1998 estipula algunos de los derechos e intereses colectivos, sin embargo, para un mejor entendimiento enunciare algunos de los más comunes que si son vulnerados podrán ser protegidos por la acción popular. El goce de un ambiente sano, de conformidad con lo establecido en la Constitución, la ley y las disposiciones reglamentarias. La existencia del equilibrio ecológico y el manejo y aprovechamiento racional de los recursos naturales para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución. La conservación de las especies animales y vegetales, la protección de áreas de especial importancia ecológica, de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas, así como los demás intereses de la comunidad relacionados con la preservación y restauración del medio ambiente. El goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público. La seguridad y salubridad públicas. El acceso a una infraestructura de servicios que garantice la salubridad pública. El acceso a los servicios públicos y a que su prestación sea eficiente y oportuna. Ley Antidiscriminación en Colombia Colombia aprobó la Ley 1482 de 2011, que tiene por objeto garantizar la protección de los derechos de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, que sean vulnerados a través de actos de racismo o discriminación. De esta manera, se da desarrollo al Estado Social de Derecho, con el cual pretendemos identificarnos en medio de la diferencia, a través de los principios constitucionales fundamentales del pluralismo artículo 1, el principio de la diversidad étnica artículo 7 y el multiculturalismo del artículo 70 de la Constitución Nacional. Por esta razón, es necesario que los esfuerzos legislativos realizados para lograr el objetivo de la igualdad, sean lo más incluyentes posibles, garantizando la diversidad y el derecho a la diferencia. En este contexto, encontramos la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, Ley 22 de 1981, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, Ley 51 de 1981 y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Ley 1346 de 2009, que prohíben la discriminación contra estas personas. Sin embargo, la Ley 70 de 1993, por la cual se desarrolló el artículo transitorio 55 de la Constitución Política, ya consagraba la sanción de la discriminación racial. La Corte Constitucional en la Sentencia T-1090 de 2005, ha definido la discriminación como: “un acto arbitrario dirigido a perjudicar a una persona o grupo de personas con base principalmente en estereotipos o perjuicios sociales, por lo general ajenos a la voluntad del individuo, como son el sexo, la raza, el origen nacional o familiar, o por razones irrelevantes para hacerse acreedor de un perjuicio o beneficio como la lengua, la religión o la opinión política o filosófica”. Agrega la Corte en el mismo fallo, “que el acto discriminatorio es la conducta, actitud o trato que pretende consciente o inconscientemente anular, dominar o ignorar a una persona o grupo de personas, con frecuencia apelando a preconcepciones o prejuicios sociales o personales, y que trae como resultado la violación de sus derechos fundamentales”. La Ley 1482 de 2011, establece que el Título I del Libro II del Código Penal tendrá un Capítulo IX, referido a los actos de discriminación, con 4 artículos que regulan la materia así: 134 A. Actos de Racismo o Discriminación; 134 B. Hostigamiento por motivos de raza, religión, ideología política, u origen nacional étnico o cultural; artículo 134 C. Circunstancias de agravación y un artículo 134 D. Circunstancias de Atenuación Punitiva. Por último, la Ley 1482 incorpora el artículo 102 del Código Penal sobre la apología del genocidio, estableciendo que “El que por cualquier medio difunda ideas o doctrinas que propicien, promuevan, el genocidio o el antisemitismo o de alguna forma lo justifiquen o pretendan la rehabilitación de regímenes o instituciones que amparen prácticas generadoras de las mismas, incurrirá en prisión de 96 a 180 meses, multa de 666.66 a 1500 salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de 80 a 180 meses”. En conclusión, debemos generar espacios académicos y culturales que incidan en un cambio de concepto sobre cómo vemos a los demás y nos relacionamos con ellos, para crear así una cultura de la no discriminación, por esto convoco a todos los sectores de nuestra comunidad, a la socialización de la Ley 1482 de 2011, que sanciona todo acto de discriminación.