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COMPRENSIÓN Y REDACCIÓN DE TEXTOS I

Ciclo MARZO 2020


Sesión 2B
Fuentes obligatorias para la Tarea Académica 1 (TA1)

INDICACIONES:
Lee y analiza las fuentes obligatorias y complementarias. Esta información te servirá para
desarrollar la Tarea Académica 1, que responde a la siguiente controversia: ¿Estás de acuerdo
con la prohibición del uso de dispositivos móviles dentro del aula de clases?

FUENTES AUDIOVISUALES

Fuente 1
¿El celular es una amenaza para el rendimiento de los estudiantes?
https://www.youtube.com/watch?v=ArnlHB8ruY4 (1:57)

Fuente 2
Unesco promueve el uso de tecnología celular en las aulas
https://www.youtube.com/watch?v=7vhIPeHPeXM (2:00)

Fuente 3
Polémica por el uso de celulares en aulas de clase
https://www.youtube.com/watch?v=OWgcDzLPF70 (2:15)

FUENTES TEXTUALES

Fuente 4
¿Qué es un dispositivo móvil?
Un dispositivo móvil se puede definir como un aparato de pequeño tamaño, con  algunas
capacidades de procesamiento, con conexión permanente o intermitente a una red, con memoria
limitada, que ha sido diseñado específicamente para una función, pero que puede llevar a cabo
otras funciones más generales.

Tipos de dispositivos:

Dispositivo Móvil de Datos Limitados (Limited Data Mobile Device): teléfonos  móviles
clásicos. Se caracterizan por tener una pantalla pequeña de tipo texto.  Ofrecen servicios de
datos generalmente limitados a SMS y acceso WAP.
 Dispositivo Móvil de Datos Básicos (Basic Data Mobile Device): se caracterizan  por tener una
pantalla de mediano tamaño, menú o navegación basada en iconos, y  ofrecer acceso a emails,
lista de direcciones, SMS, y, en algunos casos, un  navegador web básico. Un típico ejemplo de
este tipo de dispositivos son los teléfonos inteligentes (“smartphones”).
Dispositivo Móvil de Datos Mejorados (Enhanced Data Mobile Device): se caracterizan por
tener pantallas de medianas a grandes (por encima de los 240 x 120 pixeles), navegación de tipo
stylus, y que ofrecen las mismas características que el “Dispositivo Móvil de Datos Básicos”
(Basic Data Mobile Devices) más aplicaciones nativas como aplicaciones de Microsoft Office
Mobile (Word, Excel, PowerPoint) y aplicaciones corporativas usuales, en versión móvil, como
Sap, portales intranet, etc. Este tipo de dispositivos incluyen los S.O. como Windows Mobile.

[Extraído de: https://admsaludv.wordpress.com/59-2/ (Consultado el 22/02/2020)]

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Fuente 5
Pros y contras del smartphone en el salón de clases
El teléfono inteligente puede ser un instrumento de gran aporte en el salón de clases, pero
muchos adultos consideran que es un elemento distractor en un ambiente que prioriza el
aprendizaje. Este año, muchos chicos llegarán al colegio con un teléfono, y el debate se
mantendrá.
Estamos a pocos días del inicio de clases. Muchos son los padres que buscan los mejores
precios en útiles y uniformes, pero hay otras exigencias por parte de los chicos antes de volver a
los salones. Muchos de ellos, sobre todo los que están en secundaria, comienzan a exigir un
smartphone para mantenerse conectado con sus amigos y familiares. Lo cierto es que nuestro
actual modelo educativo, transformado a duras penas en los últimos años, aún no permite el uso
de teléfonos dentro del ambiente de clases. Parte de esa decisión radica en la visión adulta, que
califica al dispositivo móvil como “elemento distractor” para el adolescente. El debate es
desarrollado por varios países, y el Perú no es un espacio ajeno a esta conversación.
Hay mucho por evaluar, y es una mirada a mediano y largo plazo que debemos desarrollar.  En
menos de 6 años, 75 millones de puestos de trabajo serán reemplazados por procesos
automatizados, y el 80% de chicos en edad escolar se van preparando en las aulas para ingresar
a un mercado laboral que no está diseñado aún, con trabajos que no existen todavía. Bajo esa
perspectiva, en la que debemos conocer los empleos más redituables en un futuro basado en la
automatización de procesos, es importante iniciar a los chicos en el uso correcto de la
tecnología.
Los padres no tienen idea. Sin ánimos de ofender, creo que son muchos los casos en los que
observamos a personas adultas hablando maravillados sobre las “habilidades innatas de sus
hijos para el uso de una tablet”. Frases como “nacieron con el chip”, “son nativos digitales” o
“ellos ya nacen sabiendo” son excusas. Son frases cómodas para que un padre desprenda de su
lista de deberes la responsabilidad de orientar a su hijo en entornos digitales. Mientras menos
sepamos, menos responsabilidad tenemos. Mientras nuestros hijos sigan tomando distancia de
nosotros y prefieran pasar más tiempo con una tablet, la tecnología tiene la culpa.
Los profesores no tienen idea. Afortunadamente, hay algunos que sí, pero encuentran laberintos
burocráticos que deshacen cualquier intento interesante de adopción tecnológica. El discurso de
cambio y la “transformación digital” ha ido jugando más con lo “digital” y menos con la
“transformación”. Ante el poco atractivo de las clases, y la nula interactividad con el contenido
expuesto, los docentes no tienen más remedio que prohibir el uso de smartphones. Viejos
debates nos remontan a las prohibiciones de las calculadoras, por ejemplo, en donde los
profesores temían por un aparato que simplifique los pasos de una operación. La época en que
“la máquina tiene la respuesta” aterra a quien tiene un modelo anacrónico, basado en lo vertical
y que no permite la discusión abierta de un tema en clase.
Los niños, por ende, no tienen idea. Si los adultos a cargo no tienen idea, no podemos pedirles
mucho a los chicos. Añadamos a esto el eterno mensaje adjunto a la tecnología, reforzado en
todo momento desde que crecieron: “toma la tablet para que te distraigas”. Cuando lloran en un
banco, cuando están aburridos en la mesa, cuando no tienen nada que hacer, un adulto les da un
equipo para “distraerlos” o “borrar el aburrimiento”. Cuando entran a un colegio carente de
prácticas asociadas a lo digital, el profesor ratifica esa idea: “guarde ese teléfono, lo está
distrayendo de la clase”. Sí, pero no lo distrae solo porque es llamativo y más entretenido que
una estéril lección en un cuarto. Los distrae, porque toda la vida les hemos dicho que eso sirve
para distraer. Ningún adulto les dijo: “esto sirve para aprender”. Y esa omisión ha provocado
esto.

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¿Qué estamos haciendo mal?
No, no es una pregunta para generar culpabilidad. Por el contrario, el primer paso para
solucionar un problema es, evidentemente, reconocer que hay un problema. En este caso
específico, es el hecho que no hemos encontrado una manera eficiente para adaptar a los
teléfonos en las dinámicas educativas. Evelyn Téllez, investigadora de INFOTEC en México,
menciona que “no podemos luchar contra la tecnología. Es algo que llegó y que debemos
implementar”.
Este contexto es importante. En la declaración de la especialista encontramos que son los padres
los que deben establecer la rutina en el consumo de estos entornos, y no son los niños los que
proponen un consumo solitario. Las reglas claras y propósitos de uso provienen de los padres y
tutores. Cuando un padre le da un teléfono al niño “para evitar que llore o moleste”, le estamos
reforzando la idea de un dispositivo recreativo y distractor. Si esa observación la hacemos en el
salón de clases, cuando el docente advierte que “los teléfonos distraen a los estudiantes”
también alimentamos esa visión obtusa sobre el potencial de estos equipos
Entonces ¿qué esperamos para usar los teléfonos en clase?
Pues no se trata de aceptar toda implementación tecnológica, porque la tecnología es la solución
siempre. Laura León, fundadora y directora de investigación en la asociación “Crecer en Red”,
advierte sobre los eventuales riesgos que pueden aparecer por el uso de los smartphones en
clase sin supervisión docente. Entre ellos, destacan el ciberbullying y el acceso a páginas no
recomendables.
Esta reflexión debe ser piedra angular en el desarrollo y despliegue de una rutina sana para la
inserción de teléfonos en las aulas. La tecnología no es un aval en la solución de problemas,
sino es un recurso que se adapta a las necesidades particulares. Las estrategias deben ser claras,
pues no se trata de implementar a ciegas esto, sino de acomodar el recurso a la dinámica natural
del salón.
Es momento de fundar las bases de un cambio estratégico del modelo educativo. Prohibir no
entra en esta negociación, ni tampoco las condiciones castrantes. La experimentación incluye
prueba y error, un proceso tan antiguo como el éxito. A los niños les toca ser parte activa en esta
transformación digital y reconversión de la educación para adaptarla a sus necesidades cada
avance tecnológico. Los docentes son los estrategas en este terreno, quienes dosifican esa cuota
de innovación con modelos frescos y dinámicos, con convocatoria digital, con pasión por el
aprendizaje en todas sus formas. Los padres somos los guías éticos en esta labor, hablando del
tema en casa, estimulando los talentos correctos y estimando en medida real el impacto de estos
dispositivos y entornos digitales en la vida de nuestros hijos. La tecnología funciona en un
entorno integrado. La sociedad debe apuntar a lo mismo.

[Extraído de: https://rpp.pe/tecnologia/moviles/colegios-el-uso-de-telefonos-en-los-salones-de-clase-


pros-y-contras-noticia-1152200?ref=rpp (Consultado el 22/02/2020)]

Fuente 6
Prohibición del uso de celulares en las escuelas

El uso de celulares es parte importante de la vida de la mayoría de las personas del mundo. Hay
países donde hay más celulares que habitantes. Por ello, desde hace algunos años se viene
discutiendo si los estudiantes deben llevarlos o no a las escuelas y emplearlos como una
herramienta de trabajo educativo. Anteriormente, se habían realizado estudios sobre las ventajas
del celular en la formación de los estudiantes. Así, por ejemplo, el correo electrónico, el
WhatsApp, Facebook, Twitter u otros medios han probado ser una herramienta valiosa en el
desarrollo de habilidades de comunicación. Unos escriben, otros leen y contestan; hay necesidad
de que el texto sea entendible; en unos casos se recurre a imágenes, lo que significa elegir, entre
varias, la que mejor expresa lo que se quiere trasmitir.

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También a través del celular se puede ingresar a las redes de información y explorar las miles de
referencias que generalmente hay sobre un tema. Bien empleado, el celular se convierte en una
valiosa fuente de conocimientos, medio para investigar, complementar lo que el estudiante
aprende en clase y desarrollar encargos de tareas en casa.
Frente a estas evidentes ventajas, hay también muchas críticas. La comunicación a través de las
redes de navegación crea nuevos códigos de comunicación que deforman el lenguaje: se
debilita el desarrollo de la escritura convencional: la información que circula libremente no
discrimina edades, siendo a veces negativa y peligrosa para el desarrollo de los niños y
adolescentes.
Jaume Sarramona, en un artículo escrito hace algunas semanas añade: “existe la posibilidad de
ser utilizado sin el control de los docentes, lo que puede provocar distracciones dentro del
horario de actividad escolar, además de su uso no deseado para acosar a compañeros, enviar
documentos inadecuados, etc. Precisamente, la dificultad de poder controlar el uso adecuado de
la herramienta es la clave que explica el rechazo que provoca en el ámbito escolar su
introducción en las aulas, sin poder negar por ello la posible utilización inadecuada fuera de
ellas. La escuela ha marginado tradicionalmente aquellos elementos que pueden ser
perturbadores para realizar las actividades educativas que le son propias, como ha sido el caso
de otras herramientas tecnológicas y de la vida cotidiana, pero hay que entenderlo en el contexto
general en que se mueve como institución educativa”.
Además, una crítica no menos importante, es el carácter adictivo de esta herramienta que
termina aislando y afectando el nivel de relaciones familiares, el tiempo de dedicación a la
realización de actividades de aprendizaje, entre otras consecuencias. Es bastante conocido el
fastidio de padres de familia o de personas que están cenando o en una reunión tienen al frente
un niño o un joven que parece ignorarlos debido a que están concentrados en el celular.
El tema vuelve a ponerse en actualidad ante la decisión del gobierno francés de prohibir,
mediante ley, el uso de los celulares en las escuelas de educación básica. Había sido una de las
promesas de Emmnuel Macron, actual Presidente de Francia. Para el ministro de educación,
Jean Michel Blanquer, la ley es una respuesta a muchos padres, preocupados porque sus hijos se
pasan horas mirando las pantallas de sus teléfonos y por el aumento de los casos de acoso a
través de Internet.
Otros países, como el Reino Unido empiezan a evaluar la aplicación de una medida similar, En
tanto, existen los que se inclinan por dar libertad a sus colegios para que decidan. Lo cierto es
que la renovación de las metodologías de aprendizaje no ha ido al ritmo de cómo evoluciona la
tecnología de construcción de celulares. Cuando ello suceda, tarde o temprano las posibilidades
de facilitar más ampliamente su uso podrían darse. Además, el desarrollo de las tabletas es un
asunto que puede influir en la decisión de diferir su empleo por el momento. Con las tabletas se
hace todo lo que puede hacerse con un celular, excepto hacer llamadas, siendo el control de su
uso menos complicado.
Mientras tanto, el debate continuará. No solo se trata de decidir solamente si los estudiantes
pueden llevar o no el celular a las escuelas; también sobre otros temas no menos importantes: la
edad a partir de la cual es recomendable su empleo, las estrategias que ayuden a las escuelas y a
las familias a orientar sobre su buen uso, los efectos del contacto excesivo con esta herramienta,
entre otros.

[Extraído de: http://educared.fundaciontelefonica.com.pe/desafioseducacion/2018/08/15/prohibicion-del-


uso-de-celulares-en-las-escuelas/ (Consultado el 23/02/2020)]

Indicaciones para la Tarea Académica 1 (TA1)


En la sesión (3B), iniciaremos la Tarea Académica 1 (TA1). Por ello, investiga más sobre el tema de
la controversia. En esta sesión, desarrollarás un esquema de ideas, el mismo que te servirá como
insumo para redactar un texto argumentativo completo (introducción, párrafo de desarrollo y cierre).

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