¿QUÉ ES UNA

CARACTERIZACIÓN?

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 ¿Qué es una Caracterización?

I. Introducción
Una caracterización es, primero y por sobre todo, algo que sucede en las
conversaciones. No es una cosa o la descripción de una cosa; es una conversación.
Es un tipo especial de conversación; tiene que ver con nuestras identidades. Si nos
piden que identifiquemos a alguien, una de las cosas que haremos es hacer
caracterizaciones: inteligente, ingenuo, gracioso, arrogante, y así sucesivamente.
Con esas caracterizaciones decimos algo acerca de quién es alguien.
También hacemos caracterizaciones de nosotros mismos. Tenemos conversaciones
con nosotros mismos y con otras personas, en las cuales nos identificamos,
indicando nuestros defectos y fortalezas. Hacemos esto cuando, en situaciones
sociales, se nos solicita que contemos algo acerca de nosotros. Lo hacemos también
cuando nos reprochamos o cuando nos elogiamos. Decimos que ganamos un cliente
de publicidad, porque somos creativos; que chocamos el automóvil, porque somos
descuidados; que no obtuvimos el ascenso, porque somos flojos.
Queremos llamar la atención sobre dos cosas.
· La primera es que olvidamos que la caracterización es una conversación.
Suponemos que identificar a una persona como inteligente, floja etc., es
identificar rasgos permanentes de su personalidad. Nos olvidamos que estos
"rasgos" existen solamente en las conversaciones, que no son "reales". En esto
diremos, estriba el empobrecimiento de nuestras posibilidades derivado de las
caracterizaciones.
· El segundo punto que queremos destacar es lo que las caracterizaciones pueden
hacer si recordamos que son conversaciones. Cuando hacemos
caracterizaciones, podemos ubicar áreas a las cuales abocarnos para hacernos
cargo de quiebres que ocurren una y otra vez, o para desarrollar oportunidades
concretas para nosotros mismos.

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II. ¿Cómo Empobrecemos nuestras Posibilidades?

Cuando olvidamos que la caracterización es una conversación, la caracterización se
convierte en la descripción de rasgos permanentes de nuestra personalidad.
Entonces, si digo que soy confiable, estoy afirmando que siempre actuaré en forma
confiable (y admito que habrá excepciones), que poseo un rasgo llamado
"confiabilidad". Lo que quiero decir con "confiabilidad" está determinado en mi
escuchar y en el de otros que me escuchan: que siempre haré lo que he prometido
hacer y que cancelaré mis promesas si no las voy a cumplir. Pero estoy diciendo que
esto será así siempre; que actuar de esta manera es un rasgo permanente de mi
personalidad o identidad.
Ahora bien, hay una cierta "mentira" en esto. No puedo saber cómo yo, u otras
personas, actuaremos siempre en el futuro. Sin embargo, hago las caracterizaciones
de todas maneras y todos las hacemos constantemente.
En lo que "mentimos" es en suponer que hay una verdad esencial acerca de una
persona, que podemos describir con palabras. Suponemos que estamos
describiendo esta verdad esencial cuando decimos que alguien es honesto,
confiable, arrogante, o cuando decimos que nosotros somos honestos, flojos, o
torpes. Suponemos que hemos capturado los rasgos esenciales que definen a una
persona en particular de una vez y para siempre.
Es entonces que usamos estas caracterizaciones para cerrar oportunidades con
otras personas -"es demasiado tonto, arrogante, deshonesto" - o con nosotros
mismos - "soy demasiado flojo, estúpido, indisciplinado" -. Generamos excusas que
hacen imposible que actuemos en forma competente: "Simplemente no puedo
calcular el saldo de mi cuenta bancaria. Soy malo con los números".
Con tales caracterizaciones destruimos nuestra capacidad para actuar. Destruimos
nuestra capacidad de modificar como actuamos, de lograr ser competentes en áreas
en las cuales actualmente nos consideramos incompetentes. Si nos caracterizamos
como "malos para los números", somos para siempre malos con los números; no
podemos hacer nada al respecto.
Nuestras caracterizaciones fijan nuestras competencias e incompetencias para
siempre y fijan para siempre, en nuestro escuchar, las competencias e
incompetencias de otros a nuestro alrededor.
Esto ocurre, porque olvidamos la conversación que constituye la caracterización.
Sucede, porque olvidamos que la caracterización es una conversación.

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III. Caracterizaciones Bien Fundamentadas

Sin embargo, hay algo que podemos hacer sobre nuestro olvido. Podemos
reconstruir la conversación acerca de en qué consiste la caracterización, para
recuperar aquello que hemos olvidado. Al hacerlo, podremos reconocer el rol positivo
que la caracterización puede desempeñar para nosotros; cuando la reconocemos
como la conversación que es y cuando hacemos caracterizaciones que llamaremos
"bien fundamentadas". Normalmente nuestras caracterizaciones no están bien
fundamentadas. Veremos exactamente de qué maneras dejamos de fundamentar
nuestras caracterizaciones.
Veamos, por ejemplo, ¿qué hacemos cuando caracterizamos a alguien como
confiable?
1. Primero, estamos diciendo algo acerca del pasado; acerca de cómo la persona
ha actuado una y otra vez en el pasado. En ocasiones específicas, él ha
cumplido las promesas que ha hecho y nunca ha dejado una promesa sin cumplir
o sin cancelar. Estas son afirmaciones que hacemos acerca de sus acciones
recurrentes en el pasado. Cuando caracterizamos a alguien en una conversación
y nuestra caracterización está bien fundamentada, podemos proporcionar tales
afirmaciones.
2. En segundo lugar, decir que alguien es confiable es decir algo acerca de sus
acciones en un determinado ámbito. Por ejemplo, nuestra caracterización puede
estar restringida al ámbito de los compromisos sociales. Como ámbito,
distinguimos un conjunto de tipos de accione, y le damos un nombre a dicho
conjunto. De esta manera, podemos agrupar las acciones "salir a cenar", "ir al
cine", "asistir a fiestas", y tal vez otras más, llamándolas a todas "compromisos
sociales". Puede ocurrir que hayamos observado acciones de una persona en
ese único ámbito. O que la hayamos observado actuar de manera confiable en
ese ámbito de compromisos sociales y de manera no confiable en otros como,
por ejemplo, sus promesas de trabajo o sus promesas relacionadas con el dinero.
La caracterización que podemos fundamentar está restringida a los ámbitos en
que podemos hacer afirmaciones acerca de sus acciones. Si no podemos
proveer afirmaciones acerca de sus acciones en el ámbito de los negocios, no
podemos fundamentar juicios en dicho ámbito. Si podemos hacer afirmaciones
acerca de sus acciones en el ámbito de los compromisos sociales, podemos
fundamentar caracterizaciones de él o ella en dicho ámbito.
3. Tercero, decir que alguien es confiable es decir algo acerca del futuro. Estamos
especulando acerca de cómo la persona va a actuar en el futuro; por ejemplo,
decimos que va a actuar en el futuro de la misma manera en que ha actuado en
el pasado. Siempre que hacemos una caracterización nos comprometemos con
esta especulación sobre el futuro. Cuando hacemos caracterizaciones bien
fundamentadas, sabemos que estamos realizando esta especulación.

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Típicamente no fundamentamos nuestras caracterizaciones de esta manera. A partir

de unas pocas acciones generalizamos características permanentes. Si alguien falta
a una promesa una o dos veces, decimos que no es confiable, entendiéndolo como
un pronunciamiento permanente acerca de su personalidad.
Fallamos al no restringir nuestras caracterizaciones a un ámbito determinado:
negocios, literatura, arte, etc. Generalizo mi incompetencia en un ámbito como un
rasgo permanente de mi identidad, el que aparecerá en todo tipo de acciones.
Además, olvidamos que estamos especulando. Suponemos que podemos realmente
predecir cómo una persona actuará en el futuro; suponemos que hemos descubierto
"algo" de una persona que la llevará a actuar siempre como lo hace. Olvidamos que
el "algo" no existe en la persona, sino que solamente existe en nuestra conversación
sobre ella.
Lo que típicamente es una caracterización para nosotros, es una fijación permanente
de lo que una persona puede o no puede hacer. Ahora bien, ¿qué puede ser una
caracterización si está bien fundamentada?

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IV. Oportunidades para Actuar

Las caracterizaciones bien fundamentadas pueden alertarnos acerca de ámbitos en
los cuales podemos anticipar quiebres y oportunidades en el futuro. Por ejemplo, si
me caracterizo como descuidado en el ámbito de las finanzas personales, puedo
escuchar mi caracterización apuntando a un ámbito sobre el cual interesarme en el
futuro. Si no hago nada acerca de mi descuido, especulo que lo que ha sucedido en
el pasado (sobregirarme en mi cuenta bancaria, comprar cosas que no uso),
sucederá de nuevo. Ahora puedo usar mi caracterización para ponerme en acción.
Puedo decidir calcular el saldo de mi chequera diariamente, puedo resolver
preguntarme sobre el uso que le daré a algo antes de comprarlo, puedo asistir a un
curso sobre finanzas personales, en fin, puedo tomar acciones para ser competente
en un dominio en el cual ahora me digo incompetente.
Las caracterizaciones positivas pueden jugar un papel similar. Si me caracterizo
como astuto en el ámbito de las inversiones, puedo empezar a escuchar nuevas
oportunidades en ese ámbito como oportunidades para las cuales soy competente.
Podría evaluar nuevas inversiones específicas, dedicando más de mi tiempo para,
quizás, ganarme la vida de esta manera. Podría incluso considerar el manejo de
inversiones o la asesoría de inversiones como una carrera.
Estos últimos dos casos corresponden a auto-caracterizaciones, pero podemos
hacer los mismos comentarios con respecto a caracterizaciones de nosotros mismos
que escuchamos de otras personas. Si sus caracterizaciones acerca de nosotros
están bien fundamentadas, podemos escucharlas también señalando ámbitos de
preocupación y oportunidades para nosotros.
Una caracterización es una conversación. Esa es la clave. Si olvidamos que la
caracterización es una conversación, caemos en suponer que las personas tienen
rasgos que podemos describir y fijar para siempre. Nuestras incompetencias se
convierten en incompetencias para siempre. Todo lo que podemos hacer es sufrir
con ellas. Si recordamos que la caracterización es una conversación, podemos
escuchar las caracterizaciones como llamados de atención a posibles quiebres y
como catalizadores para tomar acción y llegar a ser competentes donde ahora
somos incompetentes.

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