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¿QUÉ APRENDIMOS DE

ESTOS MESES DE
PANDEMIA Y QUÉ VIENE
AHORA?
22 DE JUNIO, 2020 · ACTUALIDAD> ACTUALIDAD GLOBAL

EL PALACIO DE HIELO DE MADRID CONVERTIDO EN MORGUE DE EMERGENCIA DURANTE LAS SEMANAS MÁS DURAS DE LA EPIDEMIA.

Hoy en España ya no rige el estado de alarma. Para llegar aquí se dejaron de


contar muertes, aunque siguiera habiéndolas, para luego, de golpe darles un
estirón que, con todo, parece haber quedado muy por debajo de la cifra real
seguramente, a día de hoy, sea más cercana a los 50.000 fallecidos. Una matanza
en toda regla… que no ha terminado. A nivel global la enfermedad está en su
pico, pero en Europa se reabren progresivamente las fronteras. Se quiere que
todo aparente «normalidad» para que la acumulación retome ritmo, pero
estamos muy lejos de nada parecido. Es hora de sacar algunas conclusiones y
clarificar algunas perspectivas sobre lo que nos viene.

Lo que «pasó»

UNIDAD DE EMERGENCIAS DEL EJÉRCITO SALE DE UNA RESIDENCIA DE MAYORES TRAS RECOGER CADÁVERES.

De las prisas, los bailes de cifras y las aperturas antes de tiempo de negocios

1 hosteleros y fronteras quedan claras dos cosas: que el fin del confinamiento
antes de tiempo costó vidas y que el objetivo sanitario siempre estuvo
supeditado al miedo a dañar las inversiones.

TRABAJADORES EN HUELGA EN ITALIA PARA CERRAR LA PRODUCCIÓN DURANTE EL CONFINAMIENTO.

De la experiencia en cada país queda claro que todas las formas de

2 precarización y pauperización han sido claves para empeorar el impacto de


la epidemia cargando el peso sobre la clase trabajadora mundial. Empezando
por el desmantelamiento de los sistemas públicos de salud al que desde hace
décadas han contribuido gobiernos de izquierda y derecha, siguiendo por el
modelo de las residencias de mayores y terminando con la precariedad en el
propio centro de trabajo. La correlación en los tres casos es tan directa y las
causas tan claras que los centenares si no miles de huelgas y luchas que las han
enfrentado en los hospitales y en las fábricas de todo el mundo han sido
simplemente «borradas» de los medios de comunicación porque eran inapelables.

VILLA AZUL, BUENOS AIRES, COMPLETAMENTE AISLADA DEL RESTO DE LA CIUDAD TRAS UN FOCO PANDÉMICO.

La pandemia ha hecho evidente en cada país la incompatibilidad entre las

3 necesidades del capital y las necesidades humanas más básicas, comenzando


por la necesidad de no contagiarse ni contagiar una enfermedad mortal y
siguiendo por la necesidad universal de acceder a consumos básicos en una
emergencia. El carácter anti-humano del capital como base de la organización
social se ha visto en todos y cada uno de los países afectados. Por supuesto,
capitales más débiles lo han mostrado con más crudeza e incluso entre los
capitales relativamente más fuertes, como el italiano o el español, si tenían
grandes inversiones en turismo han sufrido proporcionalmente más y eso se ha
traducido en las bolsas tanto como en los focos y modos de sus planes de
recuperación. Pero no ha habido excepciones. Basta ver la situación de la
pandemia en EEUU, Japón o Gran Bretaña.

MANIFESTANTES PRO-BLM SE ARRODILLAN PIDIENDO PERDÓN POR UN SUPUESTO «PRIVILEGIO» QUE DISFRUTARÍAN
TODOS LOS BLANCOS DEL MUNDO CON INDEPENDENCIA DE SU CLASE.

La epidemia nos ha dejado también tres lecciones tácticas importantes. La

4 primera, evidente desde el primer momento: la absoluta imposibilidad de


que nada parecido a la «independencia nacional» sirva en ninguna medida a
los trabajadores. La epidemia es global y solo hubiera podido enfrentarse
globalmente. Pero, segunda lección, al tensar la competencia entre capitales la
epidemia ha acelerado también la competencia entre todos y cada uno de los
estados y capitales nacionales. No hay uno solo que no haya mostrado su carácter
imperialista. El resultado se ha dado a todas las escalas comenzando por el
desmantelamiento de los ya escasos y sesgados sistemas multilaterales, siguiendo
por la crisis de la UE y llegando hasta el paso de la guerra comercial a una fase de
negociación comercial armada y el nuevo boom de las armas nucleares que acaba
con el equilibrio atómico de los últimos 30 años. La nación y los «intereses
nacionales», es decir, los intereses de todos y cada uno de los capitales nacionales
son hoy tan abiertamente reaccionarios que su legado después de tres meses de
pandemia no es otro que un continuo de guerras reavivadas y nuevos focos de
conflicto armado desde Africa Occidental hasta al Mar de China y el Pacífico.

Este marco general que la pandemia ha hecho evidente sobre el carácter de la


nación y el estado nacional en nuestros días, se materializa con inusitada
radicalidad en la clase «patriota» por excelencia: la pequeña burguesía. La
epidemia ha renovado y refrescado su revuelta quitando el poco pudor que
quedaba a sus reivindicaciones. Caso por caso, país por país y sector por sector,
desde la pequeña burguesía agraria a la industrial, desde los taxistas a la pequeña
burguesía corporativa y financiera, su objetivo ha sido desde el primer momento
acabar el confinamiento y exigir que se les diera vía libre legalmente para
implantar condiciones agravadas de explotación. Han sido el ala burguesa más
radical contra los trabajadores y más anti-humana en sus mensajes.

Lo que viene ahora


MANIFESTACIÓN CONTRA LA REFORMA DE PENSIONES EN GRECIA.

En España no han esperado ni un día para confirmar abiertamente lo que

1 veníamos adelantando: viene un ataque al trabajo y las pensiones disfrazado


de «negociación» europea. Los ansiados fondos europeos propuestos por
Alemania y Francia son todavía una entelequia cuyas negociaciones no
avanzan. De esperar fondos en junio han pasado a poner el horizonte en «enero
o febrero». Y a pesar de todo resultan ser, sin saber sus términos, los que
decidirán los «objetivos de la legislatura». Lo que ocurre en España no es muy
diferente de lo que se dibuja en Francia y demás países europeos.

URSULA VON DER LEYEN PRESENTA EL «PACTO VERDE» EN BRUSELAS.

Desde el principio de la crisis fue haciéndose más claro que la llamada

2 «reconstrucción» supondría un acelerón del «pacto verde», y no solo en


Europa. La Agencia Internacional de la Energía sacó la semana pasada sus
propios cálculos y objetivos: movilizar 3.000.000 de millones de dólares en
tres años para elevar en 3,5 puntos el crecimiento del PIB global en 2023. Es
decir, propiciar una transferencia de rentas gigantesca del trabajo al capital para
reanimar la acumulación mediante un cambio «tecnológico» pagado con sobre-
explotación por los trabajadores de todo el mundo.

MANIFESTACIÓN DE «EXTINCTION REBELLION»

Se hace más que previsible pues que se reanime la campaña ideológica verde

3 a toda costa y toda potencia. En la «nueva normalidad» el estado tiene que


dar una apariencia «progresiva» a las medidas y sacrificios impuestos para
rescatar al capital nacional. Vuelven las nacionalizaciones y con ellas las
mistificaciones sobre la «propiedad pública». Por lo mismo los movimientos
identitarios impregnarán las políticas de estado y las campañas ideológicas: todo
lo divisivo, todo lo que rompa a los trabajadores será estratégico porque ayudará
a conjurar la única respuesta que realmente puede enfrentar la lógica de un
capital herido.

Así que después de tres meses de desaparición pública, volverá el feminismo e


intentarán consolidarlo como ideología de estado tras algunas batallitas contra
sus herejías. Posiblemente intenten importar también el racismo -renombrado
«racialismo»- del mundo anglosajón a los países en los que, siguiendo a Francia,
la burguesía se definió en su día desde un modelo «universalista» basado en la
ciudadanía. En países como España o Italia en los que la revuelta
pequeñoburguesa tiende a manifestarse como conflicto territorial, el giro hacia el
particularismo y el identitarismo es cada vez más tentador para la clase dirigente.
Por un lado le sirve para absorber en sus partidos e instituciones sistémicas el
conflicto con una pequeña burguesía cada vez más desbocada y delirante, por
otro permite por ejemplo presentar la situación del proletariado agrícola como
una cuestión racial separándola de la precarización general e impulsando a la
pequeña burguesía migrante como «mediadora».

MARCHA DE CONDUCTORES DE AUTOBUSES EN ROSARIO, ARGENTINA, AYER.

Pero no todo son jugadas desde el poder y tendencias impuestas por el

4 capital. Invisible mediaticamente, desde el comienzo de la pandemia hemos


vivido la mayor oleada de huelgas simultáneas en casi un siglo. Desde las
maquilas mexicanas y los jornaleros en el estado de Washington al
Donbass, desde el personal sanitario de los cinco continentes a los conductores
de autobuses y las fábricas, las movilizaciones han levantado consignas que
expresaban claramente la necesidad de imponer las necesidades humanas sobre
las urgencias del capital y su rentabilidad. No les ha faltado coraje ni claridad de
objetivos. Necesitan ahora sin embargo, entender qué necesitan para pasar de
resistir a ganar.

Lee también
«Entender el capital», folleto de «Emancipación»

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