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1.- Presentació n
2.- Antecedentes Socio – histó ricos del uso de PFNM en la alimentació n del pueblo
Mapuche.
4.- Metodología
5.- Resultados
7.- Conclusiones
1.- Presentación
El uso de las plantas y otros productos del bosque tienen una larga data, existe
informació n que hace alusió n a má s de 5.000 añ os, donde la cultura China ordenó y
clasificó las diversas yerbas medicinales existentes en sus bosques y llanuras.
Posteriormente Hipó crates, padre de la medicina Moderna, realizó má s de 400
recetas a partir de yerbas y flores silvestres.
Por su parte, el uso de los hongos, también se remonta a la antigü edad, existe
informació n de su uso como alimento, remedios e incluso como elementos
alucinó genos para usos ceremoniales, se dice que hace 3.500 añ os
aproximadamente, la civilizació n Micénica, recibe su nombre debido al uso de una
seta, Perseo, el héroe griego dice que su reino recibe el nombre de Micenas como
consecuencia de utilizar una seta como vaso improvisado para saciar su sed; por su
parte los Egipcios tenían incorporado el uso de los hongos ya sea para
alimentació n, ceremonias, curativas, de hecho, existe evidencia de uso de hongos
microscó picos para la elaboració n de pan y cervezas.
En las culturas americanas, los diversos pueblos indígenas, se relacionan con los
productos silvestres, sean frutos, yerbas, hongos y otros, tanto en usos similares a
los ya mencionados, basando su sobrevivencia en conocer e incorporar a su dieta
los diversos productos de recolecció n, de igual forma, existe un amplio
conocimiento de los mismos, para fines curativos, alimenticios y ceremoniales, de
acuerdo a los antecedentes antropoló gicos, hablan de estos usos en los pueblos
indígenas de todo américa, Los Aztecas por ejemplo, llamaban a los diversos
Hongos “teonaná catli” que en lengua Nahuatl significa carne de Dios.
Ahora bien, esta actividad desarrollada por todas las culturas ancestrales, en la
medida que crece la població n, y se requiere una mayor disponibilidad de
alimentos, éstas especies comienzan a ser domesticadas y posteriormente, con el
comercio, llevada desde un lugar a otro. Así por ejemplo, en la cultura mapuche y
los pueblos en torno a la cordillera de los andes comienzan a domesticar la papa,
yuca, maíz y posteriormente la quinua, productos que se daban de manera
silvestres trayéndolas a zonas cercanas a sus vivienda bajo el concepto de tukü kan,
que consiste en imitar los procesos de la naturaleza, o colaborar con la naturaleza
poniendo en tierra, realizando cultivos de estos nuevos productos a través de
casillas. No obstante a las técnicas de cultivos, muchos productos silvestres,
principalmente yerbas, frutos y hongos siguen siendo parte de los bosques,
humedales, vertientes, quebradas, etc.
La cultura campesina Chilena en sus orígenes, adquiere muchos elementos del
saber del pueblo mapuche, en cuanto al uso de las yerbas, plantas, frutos, hongos
con fines alimenticios, medicinales y ceremoniales; dichos conocimientos y
costumbres se mantienen hasta hoy, no obstante, con la industrializació n, y el
consiguiente crecimiento de las ciudades, la actividad del mundo campesino, fue
tomando un rumbo ligado a la producció n industrial, por tanto monocultivos de
granos con la finalidad de producir alimentos, fue así como la actividad de
recolecció n fue perdiendo protagonismo y quedó relegada a una actividad sin
importancia, de bajo valor comercial, ademá s de un baja valoració n cultural y
social; golpeando muy fuerte en la autoestima de quienes realizan ésta actividad.
De hecho, en conversaciones con la Señ ora Fresia Antileo, Recolectora mapuche,
menciona que cuando, junto a sus vecinas, comenzaron a realizar la actividad de
recolecció n, las mismas personas de su comunidad la miraban despectivamente.
Sin embargo durante los ú ltimos 20 añ os, nuevamente a nivel internacional y
nacional, la recolecció n ha vuelto a tomar relevancia, má s aun, hoy la FAO la
considera esencial, a la hora erradicar el hambre del mundo, por ello, los diversos
gobiernos, se han dispuesto a generar investigació n al respecto y plantear políticas
y programas de apoyos a en la materia.
En Chile, tanto el INFOR como el TAC (taller de acció n Cultural) han sido
fundamentales a la hora de abordar los trabajos hacia y con los PFNM, Mientras
que INFOR desde el estado, realiza investigaciones sobre los productos y la forma
de industrializarlos, el TAC realiza su trabajo rescatando la esencia econó mica
bá sica de la recolecció n que es la subsistencia de las familias. No obstante, quienes
han trabajado la temá tica, lo han hecho desde la dimensió n econó mica,
ocupá ndose del producto de recolecció n y desde él los recolectores; a través de
éste trabajo en tanto, queremos cambiar la mirada y hacer el levantamiento de
informació n desde el o la recolectora, para ello se debió tomar contacto con
diversas agrupaciones de recolectores, queremos ahondar en los temas ligados a
su propia cultura, la cultura de la recolecció n y de qué manera ésta actividad
impacta en su vida má s allá de la sobrevivencia. Queremos adentrarnos a conocer
las percepciones sociales y emocionales de las personas ligadas a ésta actividad,
conocer sus desafíos, sueñ os y proyecciones futuras, conocerlas má s allá de la
economía, má s allá de los productos de recolecció n y su uso en la alimentació n. Es
necesario dar una mirada desde lo emocional, desde el o la recolectora como sujeto
individual y su vinculació n con otros iguales, en el medio natural, geográ fico, social
y cultural.
Por su parte, Latcham señ ala que junto al maíz, quínoa, papa, melosa, teca, frijoles,
ají y zapallos; se utilizaban frutos silvestres, plantas, raíces, tubérculos y plantas
con hojas comestibles, lo cual permitía a estos habitantes del territorio, hoy La
Araucanía, una alimentació n y modo de vivir muy superior a la de muchas partes
de nuestro continente. También, Tomas Guevara, en sus investigaciones da cuanta
que junto a todos los recursos cultivados, un importante componente en la
alimentació n lo proporcionan especies muy variadas de plantas silvestres, como
yuyo, romazas, berros, renuevos de quila, Bulbos, hongos, tubérculos.
Pero, a partir del añ o 1881 los mapuches, que habían sido un pueblo
independiente, tuvieron significativos cambios en su sistema econó mico y
alimentario, pues, a través de 3 siglos, detuvieron la conquista españ ola y fijaron
fronteras- mutuamente reconocidas en el río Bio- Bio. En este período de guerra y
paz, y sobre todo una larga vida fronteriza, permitió que los mapuches se
apropiaran de diversos elementos culturales del “españ ol” y los integraran a su
propia cultura.
El Pueblo Mapuche vivió siempre en un entorno ecoló gico que estaba densamente
poblado de flora y fauna, lo cual, ha hecho suponer, que los habitantes de este
territorio gozaban de abundante provisió n de recursos naturales para la
alimentació n. Así, Aldunate ha expresado, que los mapuches subsistían
mayormente de la recolecció n de frutos silvestres, de la caza y de la pesca; agrega
que solo el mapuche asentado en el valle habría empezado a practicar actividades
agrícolas en periodos estació nales.
También, debido al intercambio y la movilidad entre los distintos pisos ecoló gicos
que existen entre el Océano Pacífico y la Cordillera de los Andes (Costa lafken
mapu, valle Lelfun mapu y cordillera Inapü rel mapu) les permitía acceder a una
variada gama de productos de recolecció n. Esta variada gama de recursos para uso
alimentario proveniente de la recolecció n en el bosque se explica, porque ellos
desarrollaron ciclos de recolecció n de acuerdo con los ciclos bioló gicos de la flora
silvestre del bosque nativo.
En cada uno de los ciclos se expresa una alimentació n característica que combina
productos cultivados y silvestres.
Ricardo Latcham, hace una lista detallada de las especies silvestres para usos
alimentarios señ alando, la existencia de 14 á rboles que aportan frutos, 15 arbustos
y plantas de frutos comestibles, siete plantas que se consumían raíces y sus bulbos
de los cuales se destaca el Gnao o Nao, que es un bulbo utilizado antes de la papa
con el cual se preparaba una especie de pan, ensaladas y sopas.
3.- Metodología
Para llevar adelante esta investigació n, como primer paso metodoló gico se realizó
la fase exploratoria, que consistió en la revisió n de informació n existente respecto
a las agrupaciones de recolectores; y estudios realizados por especialista en
PFNM; en un segundo momento se llevó adelante un proceso de acercamiento a los
diversos grupos a través de sus representantes, e identificando a posibles
informantes claves, a quienes se les comentó el trabajo y posteriormente se realiza
planificació n de visitas; para finalmente concretar las entrevistas; para ello, se
utilizó la técnica de entrevistas abiertas, en las cuales el investigador busca
profundizar en temas objetos de su investigació n.
Los principales desafíos expresados por las socias de la agrupació n, es contar con
aportes econó micos que les permita construir una sala de secado de yerbas y
hongos y en segunda instancia, la formalizació n de la agrupació n.
5.- Resultados
Aspectos psicosociales
Organización
Capacitación
Infraestructura y asociatividad.
Valor agregado
Mercados
Otra brecha importante de los PFNM trabajados por recolectores dice relació n con
el mercado, si bien en estos ú ltimos 20 añ os, ha sostenido un aumento
significativo, éste aú n se encuentra en mercados precarios, principalmente ferias,
locales y algunas instancias de comercializació n de productos campesinos
auspiciadas por Instituciones pú blicas o privadas, no obstante, estas no han
logrado ingresar con fuerza a los mercados de productos gourmet, teniendo todas
las condiciones para ello. Como dice A. Tacó n “La importancia del comercio
nacional de PFNM estriba tanto en su valor comercial, como en el elevado valor
cultural de estos productos de consumo tradicional.” Es precisamente ese valor es
el que debe permitir que los PFNM lleguen a nuevos mercados, no obstante, para
ello, es necesario que las agrupaciones trabajen la agregació n de valor de los
mismo, incorporando nuevas presentaciones, rotulaciones, envasados, etc. Que
hagan de los PFNM, productos atractivos a la vista.
Vinculación con red de apoyo y programas de fomento.
Una brecha importante es la red de apoyo con la cual cuentan las diversas
organizaciones de recolectores, no solo relativo a las fuentes de financiamiento
para infraestructuras, sino má s importante aú n, dice relació n con las instituciones
que podrían apoyar en los procesos formativos previos a la organizació n. De
acuerdo a la experiencia desarrollada tanto la agrupació n de recolectoras de
Cullimpalihue y la agrupació n Renacer de San José de colico, en ambas ha sido
importante la presencia de PRODEMU en la entrega de herramientas bá sicas de
relacionamiento, autoestima, trabajo en equipo entre otros. También, no es menor
el aporte realizado por diversas entidades pú blicas en la generació n de bienes o
infraestructura para el desarrollo de sus actividades. Es de vital importancia, que
las agrupaciones tengan informació n de primera fuente sobre los posibles fondos
de fomento y capacitació n, para ello, se recomienda la generació n de talleres
informativos con representantes de las diversas instituciones que está n presentes
en la zona.
7.- Conclusiones
La primera parte del marco referencial nos sirve para constatar que la recolecció n
de PFNM, es una actividad de mucha importancia social y econó mica y por ende,
una actividad con altas proyecciones. De ahí entonces la relevancia de realizar esta
investigació n a fin de potenciar un proceso formativo-organizativo. Es necesario
que la organizació n y sus miembros compartan expectativas, necesidades y
problemas y desarrollen acciones conjuntas, a partir de las cuales, se potencie la
cultura propia del recolector.