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Kraemer Koeller, Gustavo

Tratado de la previsión del papel y de la conservación


de bibliotecas y archivos. Madrid, Dirección general
de archivos y biblioteca, 1973. v.1, p.571-586.

IV. LOS MÉTODOS HIST6RICOS DE LA CONSERVACI6N


DEL PAPEL

Antes de ocuparnos de los problemas actuales vamos a resumir


las sustancias y los métodos hist6ricos, si bien hoy mayormente no
tienen importancia o valor pnictico. Pero no todas estas ideas son
anticuadas y entre 10s métodos gue han servido hasta hoy para con-
servar 10s objetos tratados han existido algunos realmente sorpren-
dentes. Ademas es importante conocer los procedimientos antiguos
en caso de un nuevo tratamiento o una restauraci6n.
El deseo de proteger el libro mismo, por algun tratamiento direc-
to, es muy antiguo y existeri numerosas f6rmulas y métodos g ue se
propusieron y en parte se han usado con éxito. Podemos agruparlos
en tres grupos: los procedimientos magicos, la defensa pasiva y el
tratamiento directo del papel, o de la biblioteca.

4a) MÉTODOS MA.GICOS

Naturalmente son sin valor practico para nuestros fines. Si los


tratamos agui, en parte es por pura curiosidad, en parte por ser
significativos para la mentalidad de su época.
En el primer momento parece chocantc, si vemos signos dc magia en un libro
e, incluso, en libros religiosos hemos encontrado tales inscripciones. Pero después
de vivir el que escribe durante unos diez aiios en un valle donde aun se crce
firmemente en la influencia de la luna sobre el cultivo agricola y de las abejas, y
ademas, naturalmente, en Ios brujos, y haber si do «acusado» ya personalmente de
ser brujo (por lanzar al mercado, en la fabrica que dirige, madera impregnada
contra el fuego, y cuyos rccortes, obtenidos por los obreros, les sirvieron para

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ganar apucstas en las tabernas del valle), no queremos ser tan rigidos. Todas la~
crccncias que a n050tr05 nos parecen absurdas, en su dia no han sido mas que
una rama, hoy muerta, de la evasi6n intelectual del hombre, que, atascandose en
su afil.l1 dc lIegar a conocer la verdad, ante la imposibilidad de conseguirla con
sus medios dc entonces, la sustituy6 por creencias y ritos. CEsta actuaci6n del
hombrc es muy genérica, salvo muy pocas exccpciones, como, por cjemplo, lo~
esquimales, lodos grupos étnicos desarrollaron crcencias re1igiosas y. o parnrre-
ligiosas.)

Fue GALLO (! 30-3) el primero que indico la existencia de estos


conceptos al citar la oraci6n arabe al genio Kubéikag, y cuyo originai
hemoS fotografiado (figura 461) (*). Por lo visto era un demonio
especial de los bibliMagos y, por tanto, eI genio de Ios conservadores
de bibliotecas.
Aparte de esto, conocemos numerosos casos dc inscripciones,
al principio o al final del libro, algunas dificilmente explicables, gue
en parte son seguramente figuras magicas. Rcproducimos en las figu-
ras 459 y 460 algunas de las que consideramos como simbolos de
proteccion. También hemos encontrado numeros, puestos encima de
ciertas letras de la portada y que resultaron en las mismas letras gue
en otro sitio hemos visto inscritas. Posiblementc son las iniciales de
alguna oraci6n o de una f6rmula magica. Despertado nuestro interés
por eI caso, hemos consultado con otras personas y, efectivamente,
también han visto a veces estas inscripciones. Podemos considerarlas
como no muy raras; solamente se ha olvidado el significado que en
su tiempo tendrian, y que seguramente han sido conocidos general-
mente, como hoy, por ejemplo, algunos sfmbolos técnicos.
También debemos incluir aqui posiblemente la conservaci6n
-esta vez eficaz- de los famosos rollos de los ESENOS en las cuevas
del valle del Jordan.
Aun no estan definitivamente ac\arados los motivos de su emplazamiento en
las cuevas, pero existen antiguos conceptos hebreos sobre el «entierro» dc textos
que han servido en el culto y a éstos recuerda la forma en que los rollos esta-
ban depositados. Si esta relaci6n es verdad, la antigua creencia israelita y su res-
peto a los mcdios de su culto ha conseguido una de las conservaciones de archivos
mas trascendentales que CDnocemos.

Ya por este resultado solamente podriamos perdonar todo lo


demas que nos parece raro en esta sociedad de los monjes ESENOS
y en sus creencias.
(*) El texto arabe dice: «Oh Kubéikag, .salva mi libro de (su) deterioro.»

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4b) DEFENSA PASIVA DE DOCUMENTOS Y LIBROS

En la AntigUedad se usaron con frecuencia capsulas para guar-


dar los rollos de papiro, siéndolas de madera con conocida calidad
repelente o activamente insecticida, o a su vez impregnada con algu-
na sustancia de conservaci6n.

El primero que describe con detalk un método de esta clase [uc, segun nues·
tro conocimicnto, HORACIO (65·8 a. Cr.). Dice que se debe guardar los rollos en
cajas de madera de ciprés o de nogal y tralarlas con balsamo (aceile) de cedro,
que, como veremos luego, contiene un cficaz conservante natura!. PLINIO EL VIEJO
cita ya el uso de hojas, etc., de citros dentro de la caja.
El aceile de cilranella es un eficaz repelentc de los insectos. Es una mezcla de
sustancias aromaticas (cimo/es, elc.), acido citronellico y dc alcoholes, principal-
mente citronellol. Como aceite extraido se ha usado en la India en la, cajas para
la protecci6n de escrituras.
También sc ha usado en el Oriente Medio aceites de rosales para el mismo
fin en las cajas, por lo visto con éxito. Luego se queria usar también en libros,
aplicando las sustancìas debajo de las tapas dc la encuadcrnaci6n, etc., pero sin
resultado satisfactorio. Seguramente faitaba la caja hermélicamente cerrada para
quc el gas aromatico conservara una concenlraci6n suficientc para ser repelentc
a Ios bibli6fagos.

En el Tibet, al prinCipio, se conservaron 10s legajos (todos sus


«Iibros» antiguos son realmente legajos de hojas sueltas) posibIe.-
mente de la misma forma, con plantas aromaticas y en envoltorios
herméticamente cerrados. No sabemos si realmente aplicaron conser-
vantes en los mismos envoltorios antes de inventar el papel impreg-
nado, pero por haber llegado a ser un rito del cullO lamaista el
abrir y cerrar cuidadosamente los legajos de textos religiosos, es po-
sible gue lo hicieran primero con tanto esmero para gue no se per-
diese la sustancia conservadora, o para controlar el estado del legajo
con regularidad.
De 10s arabes se cita gue usaron las mantas de sus caballos para
envolver en ellas sus libros con el fin de protegerlos mejor, pero por
lo visto sin éxito.
En muchas regiones hindues y budistas se ha conservado hasta
hoy la costumbre de usar protecciones pasivas para sus libros y do-
cumentos, debido a conceptos religiosos gue prohiben matar. Repe-
tidas veces estan descritos en la antigua literatura de la India los

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pr0'CcWmicntos para oblener unos rCClplentes seguros, citamlo prin-
cipalmente l1ladera de su/Ulalo tratada a veces con llceire de «c{I)le-
pUl», que luego conoccremos también como eficaz conservante na-
turaI. También sc uescribe c6mo ponian hojas de «margosa» (pIanta
muy arorrultica) en las cajas, sistema que, como ya hemos visto, se
us6 también en Olros sitios.
En China se usuron primero también recipientcs redondos, pero
CUUllUO ampliaron dc roUos a libretas y cuyo papel entonces ya
impregnaron, usaban las cajas ue los libros para guardar los dibujos
sobre papel no impregnado.
Cajas para textos del Oriente Mewo, donde cambiaron los ro1l05
de escrituras a librctas alrededor del ano 500 d. Cr., no conocemos,
parece quc abanuonaron la protecci6n pasiva junto con cl rollo.
Las figuras 462 y 463 muestran recipientes chinos y japoncses
para tcxtos.

4c) VIEJOS TRATAMIENTOS QUiMICOS DEL PAPEL

Existe una larga lista de sustancias que se usaron para proteger


prevcntivamente al papel o defender las bibliotccas. La enumeraci6n
quc a continuaci6n damos dcmucstra que en la mayoria de los casos
se ha observado bicn la eficacia de sustancias naturales y hasta hace
unos doscientos aflas no se han tenido ùcspistcs demasiado grand es ,
Cuando la industria quimica moùerna empez6 a desarrollarse, ve-
mos por primera vcz casos que bajo nuestros conocimicntos de hoy
dcbemos considerar como absurdos. No obstante, san pocos y la
mayoria de las suslancias usadas lienen cierto efecto protectivo.
Para' la pr:\clica pucdc tener trasecndenLaI importuneia saber algo sobrc una
posiblc imprcgnaeiòn dc un "bjeto his!òrieo y/o unico. En un caso dc restaura-
eiòn se pucdc tropcz~ r con sustaneias incspcradas, y la simple decisiòn de clima-
li~r el alojamicnlo dc objetos antiguos no es lan simple si cl ohjclo qucda sin
defcnsa cn cl caso dc un fallo téenieo. Por otra parte, comprendemos quc debe-
mos absb!nernos de tralamienlos dc protccci"n entre tanlo que ignordmos la reac-
ciòn dc cada uno de los componentes dci objeto, dc sus colores, etc.

Agrupamos, por tanto, a Ios di.fercntes papeles, etc .. segun su


origcn y rcferimos lo quc hemos poùido averiguar sobre eventualcs
tratamientos de protecci6n.

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4ca) TRATAM1ENTOS EN EL ORIENTE MEDIO

4ca-a) Papiro
Ab origen no estaban tratadas las fabricacioncs de los egipcios
ni las de los griegos y romanos. No obstante, en la literatura de la
Antigiiedad se cita multiples veces su tratamiento con soluciones del
balsamo de cedro y se puede suponer tjue realmente se hizo en gran
escala.
Esla citado por MOlsÉS (cn cl PentaICUCO), DIOOORO DE SICILIA, HORACtO, PLI-
NIO EL VIElO, AERONtO, AUSONIO, Marcelo EMI'IRICO, MARCJAL, Marciano CAPELLA,
OVIDIO, Persia FLAVIO, SERVIO I>L GKAMÀT'CO, Marco ViJrubio POLION.
Seguo PLINIO, el cfeclo Lienc una duraci6n de unos 500 anos. No hcmos podi-
do comprobar la duraci6n de la eficaeia, porquc careccmos de m:llcrial dc papiros
quc sepamos que esluvicsc lrataùo. La madcra de cedro no sicmprc suclc resislir
tanto tiempo. Unas piezas, cuya cdad sabiamos que era de 280 anos, se dcslru-
yeron totalmente en un cultivo de Allvbium puncla/um. Por otr.. parle, se con-
servan en El Cairo alaudes dc esta madcra dc la XX-XXII dinastia (1200·800
antcs de Cristo).
M. V. POl.lON lo citll también como cficaz contm la pudriciòn parda dc la
madcra (que rcalmente es) y SAN PACIÀN, obispo dc Darcelona y primer «eolega»
cspanol (si no qucremos dar cstc tilulo a MAKCIAL, que naCÌò en Calatayud, pero
viviò en Roma), lo cita ya para la conscrvaci6n de documentos y libros.
Otras sustancias citada. en la Antigiicdad son cxtraclos y hojas de plantas
citrica. (para enrollarlas simultl>neamcnte con el documenlo) y la savia dcI ccdro,
ambas sustancias citlldas por PLiNIO EL VmJo.

4ca-b) Pergamino
No conocemos ninguna informaci6n sobre posiblcs tratamientos
del pergamino en la AnligUedad ni posteriormente. Nos ex.tralia algo,
porque sobre la eonservaci6n de la encuadernaci6n de cuero en
seguida hay noticias de su conservaci6n cuando empezaron a usarla,
y el pergamino no resiste en forma notablemente mayor, solamente
algo mas tiempo, a los mismos dcstructores del euero.

4cb) PROCEDIMIENTOS EN AMÉRICA CENTRA L

Muy poco sabfamos de los papeles precolombinos referente a su


conservaci6n por los propios fabricantes del amatI. Desde que

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SCHWEDE (361) aclar6 la composiClon fibrosa -lodos los c6digos
de los mayas y aztecas que se conservan son de fibras parecidas,
procedente de la corteza de higueras de la regi6n; y cubiertos de
algun emplasle dc origen vcgetal-, ya no se ocuparon ffias del pro-
blema de su composici6n. Pero realmente qued6 sin formular la
prcgunta de c6mo se consigui6 su cLmservaci6n en un dima tan
humedo como, por ejemplo, el de la pèrunsula de Yucatan.
Lcycnùo las inùicaciones de DI1;(;O DE LANDA Y dc BERNAL Di.u DEL CASITlLO
sobrc cl alojamienlo dc las bibliolccas de 105 mayas. asi como las de ALEXANDER
VON HUMUOLDT sobre cl alojamicnto fataI en Mèjico, de los texlOs de los aztecas
que pertcnecian a la colecci6n dc 1300nJRINI y que por el eminenle viaj"ro alcm[1Il
[ucron aùquiridos en parte, nos ha parccido poco probablc que cl material r"sis-
la por naturnlczu. Suponiamos que exislc alguna imprcgnaci6n, porquc sus com-
poncnlcs. siendo los mismos solamenLe fibra de higuera y almidones con carbo-
nalo calcico. como dcda SCflWEDll. dcbian dcscomponcrse por acci6n bi6tica en
un clima tropica!.

Por la amabilidad dc la direcci6n del Museo de América en Mn-


drid hemos tenido la posibilidad de oblèner unas minusculas partieu-
las del c6digo Tro-Cortesiano. Este material lo hemos separa do en
fibras y emplastc y expuesto a la acci6n dc varios hongos (Mucor,
Bo/rytis y Chaetomium) en mierocultivos separados. Las fibras han
sido rapidamente victimas de los mismos; el emplastc, al contrario,
no fue descompuesto; en Mucor se observ6 incluso que las hifas
no pasaron encima de la particula ensayada.
Haciéndonos, por fin, varios emplastes a base de almid6n de
maiz. celliza de la madera de higuera y I o carbonaro calcico. incluso
usando la leche de las higueras como aglutinante, no hcmos obtenido
un material que resiste a 10s citados lIOngos.
Por otra parte, sabemos que los mayas conoclan maderas que
resisten al clima tropical, usando, por ejemplo, sapodilla (Achras
zapo/a) en sus construccioncs). Por tanto --con toda cautela-, con-
sidcramos muy probable que el amatI lieve algltna sustancia de
cOl1servacòn como aditivo. Sobre su composici6n no podemos decir
nada concreto. Por la escasa cantidad de material, no era posible
intentar ningun analisis, pero entre las sustancias naturales de conser-
vaei6n se puede ver tanlas gue no es dificil suponer que los mayas
conociefOl1 también alguna dc éstas. El extracto mlSl110 de la citada
sapodilla seria uti!, o resinas de copal, etc., que también conocieron
y usaron los mayas en sus colorantes.

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4cc) PAPELES CI-IINOS Y DEL EXTREMO ORIENTE

4cc-a) Fondos de escri/urus en la region de la lrulia e Indomalasia


Nos ha sido posible controlar la resistencia dc la muestra de
bhurjaparta que nos facilit6 amablemente cl Istituto di Patologia
del Libro, en Roma, y una muestra de un libro de hojas de pal-
mera, de Madras. de nuestra colecci6n. Ambas muestras no resistie-
ron a hongos bibliofagos como Mucor, Chae/omium y Bo/rytis
ni se noto modificaci6i1 alguna en cl crecimiento de sus hifas al
lado y encima de las muestras. Suponemos que no I1cvan ninguna
impregnaci6n. Tampoco hemos éncontrado indicaci6n alguna en este
sentido en la literatura. Las libros de palmera san facilmente ata-
cados por insectos (figura 231).

4cc-b) Papeles del Ex/remo Oriente

En el imperio chino sc empez6 muy pronto a estudiar la con-


servaci6n de sus libros. Cuando han si do aun de tablillas de bambu
ya procuraron una preparaci6n especial. Tomaron bambu fresco
que secaban al fucgo lento, lo que provoca la formaciòn de ciertos
alquitranes aptos para la conservaci6n de material leiloso contra
xil6fagos. Abandonado este material de bamb6 para sus libros, em-
pezaron a estudiar en seguida la protecci6n del papel contra bibli6-
fagos. Entre tanlo quc los (dibros» han si do rollos que ademas casi
siempre estaban provistos dc una caja correspondienle, la prolecci6n
se hizo anadiendo en la caja alcanfor echado sobre un pedazo de
tela o papel y dcpositado junto al del roUo. Avanzando en China la
distribuci6n de la fabricaci6n de papel, se establecieron varios sitios
(wficialcs» de su obtenci6n.
El sitio mas selceto ha sido la gran sala de Ch'cng-hsin, en Nanking; ya cn
los siglos del XI cn adclante su papel alcanzo gran valor, si IIcvaba alguna marca
que uemoslrara su fabricaci6n en eI siglo X o antes. llustres poetas procuraron
oblcncr un pedazo para anolar en cl mismo 5US mcjorcs pocmas.

Entonces, para poder negociar cl papel crudo, procuraron ailadir


al mismo papel sustancias que tenlan efecto de conservanle. En cl

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ano 674 d. Cr., el principe chino HUANG-NWH hizo un edicto que
obligaba a afiadir a 10ÙO papel chino un extracto de las frutas del
arbol de corcho de allf, Phellodendron amurense, que da al papel
un Jigero lono amarillenlo.
Sobrc los motivos de usar prc.:isamcnte esla ,ustancia C0l110 conservante exis-
tcn espcculacioncs, pero no se ha Ilcgado a una aclamci6n definitiva. lndudable
es guc CI) la medicina china se usa cl exlraClO dcsdc tiempos muy rcmotos como
antiséptico y adstringcntc intestinal. El il rbol dc corcho, ademils, csta muy cerca
del pcnsamicllto chino sobre material dc cscritura, porque su corteza qucmada
suminislra cl negro dc humo incorporado cn IGS lacas y tintas chinas. El extmcto
ùc las ccbollctas lostaù"s contiene principalmente complcjos dc ocido lo"ico. cn
rcducida cantiùud algunos aceitcs aromàlicos y, posiblemente, urushlo/ (= IOxico-
dell"rilla). Lo ùltimo podla proceder también, y segun nuestro concepto casi
scguro es a,i, dc lihus VCIIC/lDla (') (= cl sumac t6xico), quc cn inglé.~ lIaman
Poisvlt Oak (= roble ròxico, pero no es un roble, pertenecc a las /1 IIacardiacl!ol!)
y que crcce cn et nOrle dci Jap6n y, adeOlas, cerca dci arbol dc corcbo en la
rcgi6n amurctlsc. Si es ~st.a la combinacion glie se ha usado, la formulaci6n seria
l6gicamentc muy accptablc; los acido.\" tallicos son de notable efecto bacteri ci da y
el urushivl es muy t6xieo para animalcs.

En los papeles del sur de China se han usado, a veces, extractos


del sant/alo, arbol muy cslimado por su madera, que contiene un
conservante nalural muy fucrtc. Los extractos son bastante durade-
ros en su cfeclo. Su aplic-àci6n es, por lanto, totalmente razonable.
En papeles japaneses rara vez se ha usado algun aditivo direclo
(Urushiol, procedente de la Iaea obtcnida de Rhus vemiciflua, y
resil1a.l· de capa l son posibles aditivos); se ba ido mas por d camino
dc los adilivos en las cajas de los rollos. basta cl extremo de que
los japoneses, parccido como los ya citados monjcs lamas, han dcs-
arrollado un verdadero culto en abrir y ùcsenrollar () no sus rollos.
En ciertas temporadas del ano es practicamente imposible aun boy
qlle enscnen algun objeto de valor de csta e1ase, abriendo su caja.
Por otra parle, siguiendo el camino de la dcfensa pasiva, la maxi-
ma calidad de papel que alcanzaron los japoneses, protegido contra
influencias accidenlales y externas, se conserva sin alteraci6n o cnve-
jccimiento ya unos cinco siglos. Incunables japoneses que posee la
biblioteca del Real Monasterio de El Escorial aparecen aun boy
como recién salidos de la imprenla. La resistencia al doblaje de estos

(') Hoy se tiene co cl JapÒI1 también Rh. toxicodcndrvll, procedente de


América.

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papeles esla hoy (!) encima de 3.000, y si aplicamos las curvas que
calcul6 BARROW (014-5) p"dra el envejecimiento natural para papel
a partir de 1800, llcgariamos a cifras astronomicas como resistencia
inicial. Lo mas probable es que hayan conseguido una combinaci6n
de fibras cuya reducci6n de elasticidad por envejecimiento esta muy
por debajo de los demas papeles. Su secreto parece estar en la esrne-
rada maceraci6n biol6gica de las fibras naturales, que carecen del
menor porcentaje de lignina (fibras naturales tienen a veces hasta
unos 10-12 por 100 lignina) y de los aglutinantes naturalcs, proce-
dentes del moral papirifero.
El papel coreano parece también desarrollado mas en el sentido
japonés; por lo menos las muestras de nuestra propiedad no resistie-
ron en el ensayo de Ficomicetes, pero en su calidad mecinica algu-
nos no eslan tan lejos de los mencionados papeles japoneses.

4cd) LA CONSERVACION DEL PAPEL EN EL HIMALAYA

El camino chino, es decir, buscar una impregnaci6n eficaz, toma-


ron los fabricantes de papel en el alto Himalaya. En los monasterios
del Tibet y de Nepal hicieron papeles barnizados y fuertemente im-
pregnados contra insectos bibli6fagos.
Antes de ver estos pa peles , suponJamos que la impregnaci6n se
hizo con algun extracto de Nardostachys, pianta frecuente en cl
Himalaya (pertenece a las Valerianaceae) y muy usado alli como
sustancia de conservaci6n y para usos medicinales.
Et «aceit.: de nardo» es conocido desdc la AnLiguedad como perfume, y la eslatua a
de madcra de la diosa dc Artemisa (Diana), Cn Efeso (pequciia eiudad dc Jonia,
Asia Menor), [ue tratada, cn 628 a. Cr. ya, con esta sustancia, conscrvandose bien
duranle 272 anos, hasta que EROSTRATO, en su mania, qucm6 et tempio (cn la
misma noche en que naci6 ALE./ANDRO EL GRANDE). También Se suponia que ba
sido usado un balsamo dc nardo por los pcrsas para la eOllscrvaei6n dc sus
cseri turas.

Cuando, por la entrada de las tropas de China, el DALAI LAl"rA se


decidi6 a abandonar su palacio de Lasha, en Tibet, huyendo hacia
Nepal. los monjes se lIevaron lo que podian y lo vcndieron poste-
riormente en varios sitios de Europa para recaudar fondos de ayuda.
En esta ocasi6n nos ha sido posible comprar dos cjemplares de
textos impregnados. De las explicaciones del vcndedor, que conoda

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cl procedimiento del tratamiento quc usaron, resultaba que, segun
parece, nada aiiadieron al pape!, sino que incorporaron el barniz de
cxtractos obtenidos de las puntas de dos coniferas que, segun la
descripci6n, «son enanas y crecen en la alta montana en exposici6n
al sur, teniendo puntas que pinchan». Esta forma de caracterizar
inùica con bastante seguridad que se trata de arboles de Juniperus
o similares (*). Entre ellos conocemos varias especies que contienen
sustancias muy venenosas y de duradero efcclo de protecci6n contra
Ìnsectos. La sustancia mas conocida dc esta procedencia es el sabinén
y su acetato, que se obticne de Juniperus sabina L. y que incluso en
Espaiia se usaba como medicamento contra enfermedad~ de la piel
(y secretamente en la curandcria como abortivo, muy peligroso y de
frecuente resultado fa tal) .

Puestos nuestros papeles tibetanos al cultivo de hongos y de


Anobiidos, rcsistian espléndidamentc y, pulverizado el barniz, el
mismo result6 de activo cfecto germicida, aplicando el polvo sobre
un cultivo de Mucor y de PeniciLlium; menos eficaz era contra Chae-
tomium, si bien inhibia localmente también.

4ce) ANTIGUAS SUSTANCLAS PARA LA DE PENSA DE LIBROS


Y BIDUOTECAS

En la Edad Media los arabes negociaron con sustancias insecti-


cidas naturales, ya de gran poder. Su aplicaci6n, naturalmente, no se
limito a bibliotecas, si bien se ha citado su uso alli. Principalmente
eran polvos que contenian Derris y Peli tre.
El PeLi/re (figura 464,2), procedente de una crisantema, Chrysan-
themunl cinerariaefoLium, se obtenia de unas plantacioncs de esta
fior (IYdrecida a nuestras margaritas) que se tenian en las zonas tro-
picales de Arabia y Africa. En Africa orientaI hasta hoy es un cul-
tivo importante. Es el insccticida mas precoz que conocemos, pero
dc poca duracion.

t") I.as principales espccics dc cncbros dt!1 Himalaya son l/ll/ipcrus squamalU
llllch.-I-Iam., y su variedad l. s'I. fCCl/rVa Buch.-Ham., quc existcn cn mùltiplcs
formas locales; al~lInas form~.s dc l. sahilla L. y l. chill"mis L. se han clIltivadù
posiblcmcntc; C)'prcs.ws ror"loslI, elc., es natural dc alli.

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El Derris (cuyo nombre procede de la Iiana tropical Derris ellip-
tica) es la sustancia Rotenon (figura 464,1) y sus afines (= Rotene-
nas), que hay, aparte de en la citada liana, en varias leguminosas,
como Lonchocarpus, Thephrosia y otras.
Es conociùo como sustancia vcnenosa cn muchas culturas antiguas y primitivas.
Se usa ba como vene no de f1echas, medicamento veterinario, sustaneia quimica dc
pesca (con su prescncia en cl agua se atontan los peccs y se pucùc cogcrlos con
la mano), ele.

En loda la reglOn indomalasia y el EXlremo Oriente se prepara-


ban ya en ~I tiempo, cuando los arabes tenian practicamente cl mo-
nopolio del negocio entre el sur de Asia y Europa, varios tipos dc
polvos insccticidas y una especie dc viruta, impregnada con Derris
y alcan/or, que posteriormente alcanz6 notable éxito en las colonias
inglcsas bajo el nombre Wormwood. Este ultimo ha sido mliltiples
veces citado como eficaz medio de la dcfensa contra bibli6fagos.
Realmente debe ser mas litil que el pclitre, combinando el efccto
duradero de Rotenon como insecticida y el repeJcnte del olor de
alcanfor. (Véase también abajo en «leno de cuasia».)
Todas estas sustancias entonces comerciales no estaban muy lejos
en su efecto de nuestros insccticidas modernos, pero, naturalmente,
mas débiles en su deficiente preparaci6n y, por su elevado costo, dc
uso limitado en las bibliotecas dc entonccs.
En la Alemania de la Edad Meùia no se confiaba cntonces en ninguno dc
estos métodos ni en la resistencia natural ùcl papcl, rccién inlroùuciùo alli como
importaci6n. El cmperador alemlm FEDERICO 11 autoriz6 cn 1221 el uso ùc papel
cn su cancilleria, pero orùeno que todo documento becho sobre papel que ùes-
pués de dos aiios aun se neccsitara, habla que transcribirlo a pergami no. In<.lic6
en c9ta ocasi6n exprcsamente quc era por cl pcligro dc dano por moho y por
inscctos bibliMagos.

Entrc las sustancias naturales usadas en el Nuevo Mundo, el


leiio de cuasia es la madera de Picrasma exelsa (Swarlz) Planchon
(= Cuasia de Jamaica) y Quassia amara L. (=.c Surinam CuasÌa).

Las slIstancias activas dc su contcnido san la picrasmina y la cuasia. El mate-


riai ha siùo usa do cn forma dc vimta ya por los indios como insccticida. 19ual-
mente como la combinaci6n de Derris con aJcanfor se .IIamaban cn inglés
«Wormwood» o «Bitter Wood» y lo usaron antiguamcntc cn todo cl mundo, inclu-
so para las bibliotccas.

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Por fin se menciona del Brasil el uso de Araroba.
Esto en principio era un polvo quc se acumulaba cn las Cavernas del tronco
de Andira araruba y provoca violcntos eEeetos de irritaci6n sobre la piel mucosa.
Luego se apreodiò a haecr cxtractos dc la sustancia activa, quc son componcnlcs
de wlltachillonll, principalmente crisllwbilw, usandolos como medicamento contra
micosis de la piel, etc. Realmente es un fuertc germicida cl complcjo quc se extrac
y su aplicaciòn en papel tiene cierta 16gica.

Un seclor especial de la conservaci6n de libros era desdc el prin-


cipio la proleccion de las encuademaciones de cuero' Hasla cn tiem-
pos recientes se conservaron f6rmulas hist6ricas como usuales eli la
aplicacioll de reslauracion. Las cilaremos mas adel.anle. Antiguamen-
te se usaban también varias suslancias (raras y de elevado precio en
su dia) para mejorar el curtido de las encuadernaciones. Casca de
gambir (Ias hojas y puntas j6venes de la lrepadora asiatica Uncaria
gambir), que resulta en un cuero muy elastico y amarilIenlo, y Divi-
divi (las vainas del arbuslo cenlroamcricano Caesalpina coriaria),
que también amarillea cl color rojizo del curtido, han sido los com-
ponentes mas buscados.
Dividivi introduce notable eantidad de azucares cn cl cuero tfatado y por este
motivo rcalmente es contraproducente a la conscrvaci6o; Casca de gambir, al con-
trario, es realmente muy uti!.

4d) SUSTANCIAS ANTICUADAS DE TlEMPOS RECIENTES

Deseamos comprender bajo este concepto todo lo que se ha


usado en cl area del alcance de la cultura europea durante los tilti-
mos lrescienlos anos. Gran parte de estos productos realmente no
han sido usados en Europa, sino en los territorios coloniales de los
paises europeos, porque alli tropezaron a veces con violenlos dafios
en 5US archivos y bibliolecas. Lo demuestran daramente las fechas
de Jas primeras convenciones o normas que se intento articular para
la protecci6n de bibliolCca5.
Se suele citar como primcra la de la Real Sociedad de Gocttingen, del ano
1774, scguida por Méjico en 1811, Guadalupe cn 1822, Swatow (China) en 1887,
Siria en 1894 c India también cn 1894. Pero ya en I~OI public6 Mathias Koops,
en Londrcs, cn su HislOrical Accoullt del papeI. varias ideas sobre su conservaciòn.

582
4da) PRODUCTOS QULMlCOS

La lista mas completa de todas las sustancias citadas en los ùlti-


mos trescientos anos y muchas f6rmulas usadas en las bibliotecas
tropicales las publica PLUMBE (307-2), al que seguimos ahora aqui
reproduciendo a continuaci6n su lista (cn cl inglés originaI, pues scn
casi intraducibles algunas denominaciones) y algunas de las formu-
laciones; las que son representativas para los tratamientos de en-
tonces.

La lista de PLUMIlIl es: Absinth, Acorus, Calamus, Aillm, Alum with thymoJ,
Alum with vitriol, Oils of anis, Bitter appie, Becswax, Benzine, Berlills oil var-
nish, Withe birk-bark bilumen, Borax, Uw.:k-bcan, Cajapllt oil, Camphor-balls and
camphor-cakcs, Camphor-wood, Ccntaury, Bitter chesl-nuit, Dricd mcad, Wild
chest-uuit, Red chillies, Chloropicrin, Chinona, Cinnamon, Cloves, Clovcs-oil,
Colocynth, Capal varnish, Copper, Creosote, Derris clliptica, Oi! of eucaliptus,
Fin.-wood treated with lime or oil, Formalin, Burning of moistened gunpowder,
Halowax, Lanolin, Kcrosenc, Khus-khlls lac varnish, Lavender, Lcaves of the
margosa Ircc - placed between the pages of books, Mcrcllrial salve, Mercuric doride,
Oil of mirbane, Muriatic acid, MllSk, Rcd myrrh, Dishcs of naphtalenc - placcd en
bookshelves, Neels-foot oil, Dried necm leaves, Nicotine, Powder of arrisroot,
Ozone, Pandri grass, Parrafin wax, Oil of Pcnny royal, Dlack pepper, petrolCllm,
Phenic acid, PJaster of Paris, Porpoise oil, Pyrethrum powder, Qllassia, Twigs of
rosemariy, Shavings of Russian Leathcr, Sandalwood, Oi! of sassfras, ShelJac,
Snuff, Thyme, Thymol, tobacco smoke, Powdcred tabacco - mixed with powdcred
leaves of wormwood, Light traps for moths, Mccanical traps for cock-croachcs,
Turpentine, Vcrmuth and Spraels of wormwood.

Como se puede ver, aparte de varios productos bastante acerta-


dos, se cita algunas sustancias de impresionante despiste, como
absinto, vermut, los humos de la quemadura de p6lvora negra mo-
jada, aceitc de foca, cuero dc Russia (un perfume) en polvo, etc.
No obstante, hay que considerar, aparte la entonces reducida prepa-
raci6n biol6gico-quimica, el problema grave de la disponibilidad
regular de los medios cn el momento dc urgencia. Quien una vez
ha vivido en el tr6pico, sabe cantar el refran de este problema, alli
eterno.
Las f6rmulas que han sido de uso mas genérico cn las zonas
calientes del mundo, tienen su origen, aparte del concepto de la efi-
cacia de ciertas sustancias que se tenian en tonces , también en el

583
frecuente problema de baccrse con los componentes. Debemos com-
prender que se negociaban en los territorios, ocupados como colo-
nias por 105 paiscs europcos, ciertas mercancias y productos qui-
micos con notable frecuencia por otros destinos gue los archivos
y bibliotecas y, naturalmente, asi era facil obtenerlos. Este es, por
ejempJo, seguramente cl motivo del LISO de cloruro dc mercurio, que
escasamente se cito de Europa para Iibros, pero en muchas biblio-
tecas del tr6pico ha sido frecuente su aplicaci6n y hoy tenemos el
importante problema de su prcsencia en los Iibros de muchos sitios.
Habia tres principales grupos de productos o formulas gue se
usaba:
Cloruro dc mcreurio 1,0-2,5 %
Crcosota o acido fénico 0,5-5,0 %
Alcohol (resto)

Cloruro dc mercurio 1-2 %


Arseniato amònico 1-2 %
Alcohol (resto)

Cloruro de mercurio un 2,5%


Goma laca 5-8%
Aleohol ... (resto)

Ninguna de Jas suslanciJ.s, apa.rte del alcohol, es recomendablc


para la conservaci6n; a largo plaza son dafiinas para cualquier pa pel.
Sustancias «raras» se cita varias, como dc Nigeria un il/icitly deslil/ed gin
como disolvcntc (segun opini6n parLicular del que escribc y qlll! ha tenido cl
«placco) dc probar esta «gincbra» de la selva, es una sustancia absolutamenre
mortai) y loeal /wrbs. como sustancias aclivas usadas en el Kashmir. En 105 dos
casos se afirma un buen resultado. Estas sustancias no oCrccen peligro para las
fibras dci papcl.
Al cuntrario, otro disolvcnte, citado alla en cl ano 1933 dc la Library of thc
Imperial College of Tropical Agricullurc en Trinidad, n05 parl!ce menos accplablc.
Usaron slrollg while Barbados rUnI. En vista de quc ,-a minusculas cantidadcs dc
azucarcs daiian la fibra de cclulosa, y el ron siempre contiene un poco, no csm-
mos mn conformes con la calificaci6n dc PLUMBE, que dccla sobre estc organismo:
«Which was a pioncer library in the prcservatiun of books against insecL~}), si
bicn, la mucrtc de los bibli6fagos en el ron scgurarnente ha sido grata.

Si tropczamos con objetos tra tados con estas f6rmulas cascras


de entonces, lo primordial es detcnninar que contienen azucares,
creosotas y fenoles (no clorados); los tres componentcs son grave-

584
mente dafiinos. El cloruro de mercurio también dafia mucho a la
fibra de celulosa, pero es dafio ya hecho e irreversible. Los azucares
y el acido fénico, al contrario, no acluan rapidamente y con un
oportuno lavado de restauraci6n se puede salvar, aun después de
muchos arlos, por lo menos el status quo.
La prcsencia de goma-laca (si es libre de azucares) es inerte o
quiza favorable; incluso nos parece que ha frenarlo la actuaci6n del
cloruro de mercurio en los dos casos que nos eran posibles investigar.
De lodos modos, permitio eliminar, después de unos treinta y cinco
aftos (!!), notable cantidad del mercurio, lo que hubiera sido impo-
sible en caso dc una simple aplicaci6n eo soluci60 alcoh6lica.

4db) ANTIGUOS TRATAMlENTOS CON GASES

Ha sido un procedimiento usado durante mucho tiempo y eo


muchos sitios del munùo, incluso basta boy, combatir los insectos
con la exposicion de los libros en camaras cerradas a gases ve-
nenosos.
HOULllERT (175) dcscribe incluso una caia pequeiia util para cste fin. Dibliotc-
cas importanles estaban y eslan equipadas con habitacioncs aisladas y dotadas dc
las correspondicntcs instalaciones. A pesar de que lo considcramos hoy uo mé-
todo hist6rico y anticuado, se podia seguir con su uso, y hablarcmos de csto cn
cl capilulo 6db-c).

Lo que aqu! nos debe interesar es lo que antiguamente se usaron


como gases t6xicos, caso que fueran sustancias que daflaban a la
fibra. Haciendo un minucioso repaso de los gases y tratamientos
simultaneos que se public6, hemos encontraùo dos combinaciones
que pueden tener consecuencias negativas:
Una es la aplicaci6n de sulfuro carbònico como gas sobre pape-
Ies tratados con fenoles o, peor, con creosotas y / o azucares, porque
se forma n lentamente colorantes amarilleotos (xaruogenatos). Aparte
de esto, el sulfl/ro carbonico mismo no es favorable para la fibra,
acelera el envejecimiento.
La otra combinaci6n dafiina es la cxposici6n a gases o vapores
de fonnol, también en si ya poco recomendable, sobre pape\cs tra-
tados con fenoles o creosotas. Se forman varias resinas, generalmente

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duras, que hacen qucbrauiza la fibra de celulosa; adcmas, pueden
presentarse manchas por d tOIlO oscuro de algunas de estas resinas.
El primer caso es posiblemente reversible, si bien es cuesti6n de
cnsayar el procedimicnlo concrelo en cada caso para hacer deslava-
blcs a los coloranles. El scgundo caso no es reversible.

4e) LITERATURA DE INTERl;S PARA EL CUARTO CAPiTULO

El estudio de un aspecto hist(lrico tan especializado como cl uso


dc conscrvantes vara papel en liempos lejanos es como buscar la
famosa agllja cn cl mont60 dc paja. Por otra parte, parece ser gene-
rai la curiosidad por eslos origenes de nuestra ciencia, asi como co
otros seclorcs dc las ciencias nalurales lo observamos tambiéo. Datos
dc la historia de nuestro tema citan ya GALLO, PLUMDE o WEISS Y
CARRUTHERS. Muy afio a lo nuestro es la conservaci6n de maderas,
a cuya historia aporto BENITO MARTINEZ la primcra cita de un celu-
los6fago (qlle esta en la Biblia, en eI Levitico, la «Lepra de casa» =
Merulius lacrimans, que también destruye libros). Tampoco nosotros
hcmos podido resistir a la tenlaci6n de buscar nuevos datos. Las
principales obras que hemos consultado san las siguientes (* = am-
plio indice de literatura; ** = obra genérica):
ANDltf,s (006-l). KARADACEK (193).
AN()NIMO (la BiIJ/ia) (007-1). K1tA13MER KOELLER (217-2).
AN6NIMO (Hisloria mllndìal propy- lE COQ (234).
luca) (007-5). NARITA (280A-I).
BENITO MARTìNI'2 (025-1). NI'.UWALD (284).
CADRERA GARRIDO (059A). , . PEUCHRT (304).
CIIARDIN (071). PLlNIUS (305A).
FIIYYAZ (IO~-I). • PLUMDE (307-2).
FILLI01./\T (112). REID (320).
GALLO (130). SCI-IARI' + MOORTGAT (350).
CìOEI'PI'R (149). SCl1l1LEMANN (359).
• GOI"IZ (145). SCI-IWEDI'. (361).
• HACiEN, W. (157-1, 157-2). SPEISER (376).
}[EJ(OOOTO (166). TEUFFEN (388).
HUNTER (179-1, 179-3, 179-4) ". UJ.LMANN (396).
IWANOWSKI (187). • WEISS +
CARRUTHERS (419).
11lRISSI + Do'LY + GOE..lE (1793). WILHELM (422).

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