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–No sabes cómo es Ernest–, argumentó Cage. –Quédate aquí con él.
–¿Qué pasó? –preguntó uno de los policías cuando los EMT1 entraron
detrás de ellos e inmediatamente comenzaron a trabajar en Owen.
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EMT: Emergency Medical Technicians = Técnicos de Emergencia Medica
2
IV= Intravenosa
Cage entró por la puerta trasera y comenzó a hablar con los oficiales.
Damien se puso en pie mientras los médicos colocaban a Owen en una
camilla. Su mente se aceleró y su garganta se secó mientras ataban a Owen.
Cage se pasó la mano por la cara y rezó para que Damien no saliera.
Cuando finalmente llegó a la Sala de Emergencias, Cage entró en el caos.
Tenía que agarrar a Damien y tirar de su hermano. Damien estaba
amenazando a la gente que estaba de pie frente a las puertas dobles que
obviamente llevaban atrás.
–Déjame ir, Cage. – Damien entrecerró sus ojos como un gruñido bajo
retumbó en su pecho. Su mirada feroz disparó a los hombres que le impedían
quedarse con Owen. Damien parecía como si fuera a asesinar a todos en el
hospital si no atravesaba esas puertas.
–Ahora mismo no puedes hacer nada por Owen –se atrevió a razonar
Cage. –Déjalos hacer su trabajo, Damien. Nos harán saber lo que está
pasando.
–Él ha estado así desde que Owen fue traído–, dijo Cage.
–Sebastian nos envió para que puedas ir a casa por Hatcher–, dijo
Grayson. –Tu compañero no tiene nada de que preocuparse –frunció las
cejas–. Hatcher sigue hablando de un Hombre en la Luna y va a buscar el
arma de su abuela para que pueda disparar a Ernest. Creo que tienes que ir a
calmarlo.
Mientras salía, Cage esperaba que las cosas salieran bien. Si alguien
merecía encontrar la felicidad y la paz interior, era Damien.
Damien estalló de sudor cuando el doctor entró en la sala de espera. -
¿Owen Long?
Damien se metió las manos en los bolsillos delanteros, con los nervios
estirados. –¿Qué pasa con mi pa-Owen?
–Las lesiones del Señor Long no son tan malas como pensamos por
primera vez–, dijo el médico. –Él fue golpeado muy mal, pero
afortunadamente sus heridas no son mortales. Su cara sufrió más, y tiene
una conmoción cerebral. Lo vamos a vigilar por la noche para observarlo.
3
Extraer Vísceras
los extraños que lo tocaban, y mucho menos un hombre con una bata de
laboratorio blanca.
Una hora más tarde les dijeron que podían visitar a Owen. Damien
luchó entre salir del hospital e ir a ver a su compañero. Al final, siguió al
empleado, que los llevo a Colt, Grayson y a él al quinto piso.
–Esperaremos aquí por ti, – dijo Colt mientras salían del ascensor a
una pequeña sala de espera.
Owen apartó la mirada. Se metió las manos entre las rodillas y miró
por la ventana. –Aprecio que me ayudes.
Tal vez ir a casa con un extraño no era una idea tan brillante. A pesar
de todo lo que Owen sabía, Damien podría llevarlo a algún tipo de
comunidad sexual.
Owen había decidido hacer algo bueno por Damien. No estaba seguro
de qué pasaba mientras caminaba por el dormitorio, buscando ideas. El tipo
era alto como el infierno y se apoyaba en los músculos. Llevaba un mechón
de pelo sobre sus mandíbulas y labios, y sus ojos marrones hacían que la
polla de Owen se contrajera. Eran lo que algunos se referirían a los ojos del
dormitorio.
Estaba dispuesto a apostar que Damien era diez veces más guapo
cuando sonreía, y Owen estaba decidido a averiguarlo.
Cuando sonó un golpe en la puerta, Owen levantó la vista. Era el tipo
que había estado en la tienda de mascotas con Cage. Había entrado sin
esperar a que lo invitaran.
Tal vez Owen podría pasar un buen rato también. Ni siquiera podía
recordar la última vez que se había divertido.
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ATV: all-trerrain vehicle = Vehículos todo terreno
Damien se dirigió a su dormitorio después de su conversación con
Sebastian. Estaba harto y cansado de que todos actuaran como si quisiera
asesinar a Owen mientras dormía. Por supuesto que había sido marcado
emocionalmente, mentalmente y físicamente desde su cautiverio hace tantos
años, pero no era homicida. No hacia Owen al menos.
–No entiendo. – Owen agarró su ropa interior del piso, con sus
movimientos sacudidos. –Tú saltas y me salvas, te quedaste a mi lado, y me
traes a tu casa, pero tú me mantienes a distancia. Sólo dime qué debo
pensar.
–¿Y crees que tengo un motivo ulterior porque quiero tener sexo
contigo? – Owen se puso los pantalones. –Lo tengo.
Damien entrecerró los ojos. Dio un paso más cerca, sintiendo que sus
caninos amenazaban con descender. –¿Qué tipo de motivo tienes?
Damien molió los dientes posteriores. –¿Por eso fue a por ti?
Eso nunca iba a suceder. Por razones que no podía explicar, Damien
no se sintió tan caótico y en guerra consigo mismo cuando Owen estaba
cerca. Podría ser el hecho de que eran compañeros, pero de alguna manera
se sentía más que eso.
–Eso no es necesario.
–Aún no, señor –dijo Lincoln Fitz. –Como sabes, su chip localizador
fue destruido cuando escapó. Tus hombres lo han seguido hasta aquí, y es
sólo cuestión de tiempo que Damien Short sea encontrado.
–Sí señor.
Una amplia sonrisa surgió por encima de la cara del hombre antes de
que le guiñe un ojo a Owen. –Porque hueles a margaritas, sexy.
–No es 'Sexy'–, dijo Owen. –Es Owen, ¿y coqueteas así con todos los
chicos?
–Nunca. – Owen estaba halagado, pero sólo tenía ojos para Damien.
Aunque Jace era precioso. Era la altura de Owen, cinco pies y seis5, pero la
personalidad de Jace le hacía parecer más alto. Sus ojos verdes parecían
brillar mientras sonreía a Owen.
Cameron se alejó.
5
1.68
–Entonces, ¿me vas a cortar un poco de holgura y tomar tu descanso
para que pueda arrebatarte?
–Para los frenos, Romeo. – Owen cruzó los brazos sobre su pecho,
incómodo con lo descarado que Jace parecía estar. –Vienes fuerte.
–No sabía que había otra forma. – Jace se encogió de hombros. –Me
han acusado de no tener filtro y lo siento si eso te ofende, pero soy quien
soy.
–Puede que sea por eso que sigues soltero –dijo Owen. –Prueba a
marcarlo de un momento a otro. – Encontró a Jace algo entretenido. El tipo
parecía un cachorro emocionado con un hueso.
–No estás tan sorprendido como yo–, dijo Jace mientras se frotaba la
garganta. Tenía que haber una explicación lógica.
Jace asintió con la cabeza. –Soy un shifter leopardo. ¿Por qué, eso te
asusta?
Jace miró por encima del hombro a Damien. –Si no vas a ayudar a la
situación, guárdatelo.
–¿Somos qué?
–¿Cómo sabes lo de los shifter, pero no tienes ni idea de los
compañeros? –preguntó Jace. Todavía estaba tratando de entender la
situación. Tener un poco de antecedentes de ambos hombres ayudaría, pero
en este momento estaba volando ciego.
–Qué idiota–, dijo Jace. –Dime que le dieron patadas por eso.
Jace miró a Damien. –Dime que estás buscando justicia por nuestro
compañero.
Damien gruñó.
–No uses ese tono con Owen. – Jace rodeó a Damien, cuadrando sus
hombros. –¿No puedes ver que ya está asustado? Sólo porque eres un lobo
no significa que tienes que actuar como un animal salvaje.
–Tu sutileza es una mierda –le dijo Damien a Jace. Su labio superior se
curvó, y Jace encontró la mirada sexy como la mierda. La personalidad
dominante de Damien era un gran giro, pero ahora no era el momento de
ponerse caliente y molesto.
–Te lo dije–, dijo Damien mientras miraba a Owen. –Estoy jodido. Los
dos estaríais mejor sin mí.
–Tal vez. – Owen retorció sus manos delante de él. Damien sabía lo
suficiente sobre lo que Owen había pasado para tener una buena idea de lo
mucho que temía a los shifter lobo. Damien debería haber dicho algo, pero
de nuevo, no sabía que Ernest era un lobo. No en el sentido literal. Ese olor
en la tienda de mascotas había sido abrumador, y Damien no había sido
capaz de percibir el olor de Ernest entre los demás.
Damien dio un paso atrás, luego abrió las puertas del balcón.
Necesitaba aire fresco, espacio para pensar, tiempo para no joder las cosas.
Siempre analizaba demasiado las cosas, y eso, más veces que no, le hacía
tomar las decisiones equivocadas.
–Pero-
–Joder, estoy cerca–, dijo Jace con una carcajada. –Vente por aquí,
Damien.
Había tanto que quería decir a ambos hombres, pero Damien nunca
había sido bueno en transmitir sus sentimientos. No desde su rescate, y
tampoco antes de eso. Damien había sido más extrovertido, con una mente
brillante y le encantaba sonreír. Sabía que era un hombre cambiado, y
maldito si no quería ser quien era antes de convertirse en alguien dañado.
–Prepara a Owen.
–Tú sabías tan bien en mi boca–, dijo Owen con un gemido. –Podría
chupar tu polla durante todo el día.
Nunca fue bueno para palabras blandas y floridas, pero las encontró
en sus labios ahora, listas para derramarse. Damien los mordió. Estaba
atrapado en el momento. Eso era lo que se decía, y eso era lo que él creería.
Más que nada, Damien quería confiar en sus compañeros, pero había
sido su mejor amigo quien lo había traicionado, que lo había vendido y
entregado a los Cazadores. Si no podía confiar en un tipo que había conocido
desde la infancia, ¿cómo podía confiar en alguien más?
–¿Eh, sheriff?
–Estoy un poco perdido aquí–, dijo Jace. –Tal vez si supiera más sobre
ti, no me sentiría como si estuviera sintiendo mi camino en la oscuridad.
–¿Qué significan las bolas peludas? –Jace cogió su ropa interior del
suelo y las subió por sus piernas. –Desde que me has amenazado en el café,
me he sentido obligado a entrar en tu vida. No me gusta esa sensación ni un
poco, así que tengo que conseguir todo 'vamos a hablar de dónde estamos,'
que me gusta aún menos. No soy un tipo que disfruta hablando de
sentimientos.
–Wow, eres una verdadera polla–, dijo. –Pensé que estaba jodido,
pero me tienes golpeado, manos abajo.
Jace suspiró. –Mira, la vergüenza es para las personas que han hecho
algo malo. No hiciste nada malo, así que deja de actuar como una víctima y
comienza a actuar como un sobreviviente. Mi papá se enteró que era gay y
me echó fuera. Ni siquiera me dejó conseguir mis cosas. Habla sobre ser
pateado en el estómago. –Él levantó su mano cuando Damien flexionó la
mandíbula. –Sé que lo que pasé es un estornudo en comparación con tu
virus, pero sólo porque mi problema no es en una escala más maníaca, no
significa que no tengo problemas.
–La pizza suena bien–, dijo Owen. –Podemos encontrar una película
en Netflix para ver.
Ahora eso suena bien. –Voy a pedir la comida mientras ustedes dos se
duchan.
–Habla.
–Tengo una situación que necesito manejar–, dijo Adam. –La
discreción es de la mayor importancia.
–Sí señor.
–¿Señor?
–¡Genial!– Dijo Hatcher con una sonrisa. –No puedo esperar a que el
restaurante de lujo pueda ser construido. Me gusta The Big Egg8, pero a
veces tengo ganas de comer carne suculenta.
Owen no tenía ni idea de lo que estaban hablando los dos. Eso solo le
dijo que tenía que ir a la cena. Conocer a los hombres con los que vivía era
una buena idea. Además, Owen quería amigos. –Tendrás que llenarme
cuando salgamos –dijo. –Pero ahora mismo tengo que cuidar de los clientes
alineados detrás de tuyo.
–Dulce–, dijo Jace. –¿La invitación significa que está pagando por la
comida? Si no lo has notado, todavía no he encontrado un trabajo.
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The Big Egg: El gran huevo. Nombre del lugar, se deja el original.
–Aw.– El labio inferior de Jace se deslizó hacia fuera. –Ahí van mis
planes de comprar algo de ropa. El uso de los mismos tres trajes se vuelve un
poco viejo.
Jace abrió mucho los ojos. –¿De verdad? Por favor, dime que no estás
bromeando. Odiaría tener que meter una almohada sobre tu cara en tu
sueño por ensuciar mis emociones.
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Beans and Buns: Granos y bollos. Ya saben, Nombre del lugar…
Tal vez no había pensado en ello, pero más de una vez había pillado al
tipo que lo miraba, como si lo estuviera estudiando. Owen comenzó a decir
algo a Damien, pero no estaba seguro de que algo raro estuviera pasando.
Tiró la taza de papel y vertió una fresca para el chico. La otra taza
parecía un poco maltratada, con manchas de café que corrían por los lados y
la tapa más marrón que blanco alrededor del pozo.
–Sí, pero no llego a la gente, mira –dijo Sebastian. –Me hace sentir
que estoy interactuando con mi comunidad.
–Están bien, – dijo King en voz baja. –No creo que nadie sea tan tonto
como para meterse con ellos mientras estamos aquí.
Damien miró a King apoyado en la silla. King casi había muerto por
las manos del padre de su compañero. ¿Por qué no era un molesto y rabioso
lobo? Cuanto más Damien trataba de averiguar cómo lidiar con su propia
situación desordenada, más dibujaba un espacio en blanco. La rabia no
desaparecería. Las pesadillas eran constantes. Lo único que quería era sentir
como lo hacía antes de su captura. Simplemente no sabía cómo encontrar su
camino de regreso a su antiguo ser.
Damien echó la cabeza hacia atrás y aulló antes de moverse, saltó por
la ventana y siguió las huellas de sus compañeros.
Jace gimió cuando volvió en si. Agarró sus sienes y abrió los ojos. No
estaba seguro de lo que estaba pasando, pero deseaba que su cabeza dejara
de golpear y el mundo dejara de girar. Se empujó en una posición sentada,
presionando su espalda contra la pared.
Lo último que recordó fue entrar al baño. Y entonces... Jace apretó los
ojos, tratando de recordar lo que había sucedido después, pero no pudo.
Jace no estaba seguro de lo que estaba pasando, pero tenían que salir
de allí. Escudriñó la habitación, pero lo único que vio fue una puerta metálica,
y dudó que estuviera desbloqueada.
Un ruido del otro lado de la puerta de metal hizo que Jace agarrar a
Owen y tirara de su compañero detrás de él. El lejano sonido de pasos se hizo
más fuerte. El corazón de Jace corría mientras esperaba a ver quién entraría.
No tenía ni idea de por qué alguien los llevaría. Por lo que sabía, no tenía
enemigos.
–Lo sé, pero lucharé para mantenernos a salvo. Damien tiene que
haber descubierto por ahora que nos hemos ido. Apuesto a que él y sus
hombres nos están buscando.
–Pónganselos.
Jace trató de ver más allá del extraño, pero él tomó la mayor parte de
la puerta. Sus amplios hombros se flexionaron mientras sonreía. –Volveré en
cinco minutos. Puedes hacer lo que te digo, o podemos hacerlo a tu manera.
El cocinero miró a Damien con los ojos muy abiertos, con dolor en los
ojos. –Yo... tenía deudas, hombre. Por favor.
Había sido Sebastián quien había olido los sedantes. Había sido el
cocinero que se había retirado de la cafetería, dejando la puerta de atrás
abierta y dándose a sí mismo. Ahora estaban de pie en el callejón detrás de
The Big Egg, y Damien estaba luchando para no encajar el cuello del fucker
antes de obtener la información que necesitaba.
–Él... Él no dijo su nombre, – Greg tartamudeó. –Me dio el dinero y las
drogas y me dijo que hiciera el trabajo. No hice ninguna pregunta.
–Lo serás –dijo Damien, mostrando sus caninos. –Tan pronto como te
deje ir, mejor sal de la ciudad y nunca vuelvas. No te detengas en casa, no
hagas llamadas, solo corre o te destrozaré.
Si los Cazadores tuvieran a Owen y Jace... Dios, Damien rezó para que
no fuera así. Lo habían escondido durante cinco largos años. No podía
imaginar que sus compañeros duraran tanto tiempo.
Conducir a la ciudad había sido nada más que un borrón. Para ser
honesto, ni siquiera recordó el viaje. Las calles se mezclaron, y el tráfico fue
ruido de fondo mientras se dirigía a The Manacle10. Christian debía descubrir
quién era Ernest. Damien rezó para que el vampiro hubiera encontrado
algunas pistas.
10
Esposas
tendió un trozo de papel. Su nombre es Ernest Horace. He escrito la dirección
de su burdel.
Jace puso una mano sobre la suya y forzó a Owen a detenerse. –No te
desnudarás. No estamos haciendo lo que él dice. Vamos a encontrar una
manera de salir de esto.
–¿Es humano?
–Es un lobo.
Owen levantó las manos. –Tienes que estar bromeando. ¿Vas a tratar
de luchar contra un lobo?
Eso era lo que Owen tenía miedo. Ató el cinto y se dirigió hacia Jace.
–Realmente no hemos tenido la oportunidad de conocernos, Jace. No estoy
seguro de lo que está pasando aquí, pero me gustaría tener más tiempo
contigo y con Damien. Mucho más tiempo. Ser imprudente no es lo más
inteligente que hay que hacer.
–O un gato.
–Sólo porque es una buena idea –dijo Jace. –Pero si alguien intenta
hacerme cosquillas con su salmuera, voy a ser fiera en su trasero.
Eso era lo mejor que Owen recibiría de Jace. Él cuadró sus hombros y
levantó su barbilla cuando la cerradura se deslizó a un lado y la puerta se
abrió.
–Dudo que haya gente inocente allí–, argumentó Damien. Sabía que
no era cierto, pero no estaba pensando con claridad. Ernest usó tácticas de
intimidación para conseguir lo que quería, así que la mayoría de las personas
de dentro estaban siendo intimidadas para prostituirse. Ese pensamiento
sólo hizo que Damien quiera desgarrar la piel hasta el hueso.
–Puede que sus compañeros estén allí –dijo Zeke. –¿Y quién puede
decir que mucha gente no está siendo obligada a trabajar para Ernest? Tú y
yo sabemos que el tráfico humano es real. Necesitamos ayudar a tantos
como podamos.
Damien sacudió la cabeza mientras cerraba los ojos. –Sólo somos tres.
Vinimos aquí por Jace y Owen. No tenemos las manos de sobra para ayudar a
nadie más.
Damien miró a los dos hombres. –No es que quiera ser cruel. Soy
realista. No podemos salvarlos por nosotros mismos, así que sí, esa redada
suena como si funcionara.
Damien era todo tipo de cosas, pero el corazón frío no era uno de
ellos. No cuando se trataba de hombres y mujeres inocentes. Por supuesto
que quería entrar allí, con armas en llamas, y ayudar a todos los que habían
sido forzados a entrar en esa vida, pero de nuevo, él era realista y quería que
algo fuera diferente de lo que realmente sucedía.
–Ustedes busquen desde el cuarto piso hacia abajo -dijo Damien. Una
vez más miró al último piso. –Yo tomare el quinto.
El hombre más grande que Damien había visto, un hombre aún más
grande que Zeus, salió de la última habitación del pasillo. El chico sonrió
mientras sus párpados bajaban a media asta. Su sonrisa dijo que estaba a
punto de infligir la máxima cantidad de dolor y posiblemente matar a Damien
si pudiera.
Jace se mordió la lengua. La chispa en los ojos del guardia dijo que
habría hecho más que quitarle la ropa si se le diera la oportunidad.
Owen gritó antes de atacar, pero era como mirar a una mosca golpear
a un toro. El guardia agarro a Owen por el frente de su túnica y lo sacudió.
–Si no quieres lo mismo, es mejor que te calmes, humano.
Jace se puso de pie y aparto a Owen del agarre del hombre. Empujó a
su compañero detrás de él mientras fruncía el ceño ante el guardia. –Marca
mis palabras, idiota. Vas a pagar por eso con tu vida.
No había notado el dolor palpitante hasta que Owen había dicho algo.
Tengo que amar la adrenalina. En cambio, escupió a los pies del guardia.
–Pedazo de mierda.
Antes de que Jace pudiera decir otra palabra, las puertas del ascensor
se abrieron y Damien pasó volando.
Owen se disparó desde el ascensor y corrió detrás de Damien. Su
compañero se estaba poniendo de pie, un gruñido oscuro en su rostro hasta
que su mirada aterrizó en Owen. Sus rasgos se suavizaron por un segundo,
luego el hombre que atacó a Damien se puso frente a Owen, humo saliendo
de su nariz.
Owen se sentía débil y su corazón latía como loco, pero ahora estaba
en medio de la pelea y no había dónde correr. Incluso si hubiera, Owen no
dejaría a sus compañeros atrás.
El hombre que tenía a Jace se volvió hacia Owen y Owen vio colmillos.
Infierno sangriento. Literalmente. El tipo era un vampiro. –¿Es uno de los
tuyos?
–¿Cuál es su nombre?
–Jace.
El hombre asintió y puso a Jace en pie. –Los dos esperen al otro
extremo del pasillo.
–No voy a dar otro paso hasta que Damien esté bien. – Owen habló
valientemente, pero él estaba hecho un lío tembloroso. Incluso si él quisiera
obedecer, él no podría conseguir que sus piernas trabajaran. Se sentían
gomosos cuando se quedó allí luchando por no desmoronarse.
Rock era tan fornido como los hombres con él, pero en lugar de
sombrero negro, llevaba un pañuelo rojo. Él dio una sonrisa malvada. –Vivo
por derramamiento de sangre, mi hermano11.
Owen tragó con fuerza. Bueno. Eso no fue retorcido en absoluto. –¿Es
tu hermano? – No sabía nada de vampiros y estaba asustado, pero un poco
curioso, también.
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En español en el original.
–Oh.
Rock se rió, dándole a Damien una mirada que decía que dudaba que
eso sucediera.
Damien miró por encima del hombro. El tipo que había estado más
cerca de sus compañeros todavía estaba allí, pero los otros hombres habían
tomado la escalera y se habían ido. Damien sacó su teléfono y envió un
mensaje a Zeke y a Cage, diciéndoles que llegaran al quinto piso.
–¿Está hecho?
–En camino.
–Tienes que dejarlo ir, Jace. Vivir en lo que pudo haber sucedido no te
va a hacer ningún bien.
Damien miró al techo. Jace yacía allí sintiéndose mal por darle una
puñalada, pero ¿cómo iban a avanzar si no limpiaban los huesos de su
pasado?
–Algunas cosas son más fáciles dejarlas ir que otras.
–No creo eso –dijo Jace. –Siempre debes mirar hacia adelante, nunca
hacia atrás.
–¿Qué vas a hacer con eso? – Damien movió sus caderas, jodiendo la
mano de Jace.
–Ah, ¿así que esta era una trampa? –Jace sonrió. Se frotó la corona de
la polla de Damien con su pulgar, su sonrisa se ensanchó cuando los
párpados de Damien se cerraron.
Jace nunca había intentado eso. Agarró las dos pollas pero encontró
que necesitaba dos manos para hacer el trabajo. La sensación de la polla de
Damien deslizándose sobre él, envió a Jace cerca del borde. Arqueó la
espalda, gimiendo mientras Damien empujaba sus caderas hacia adelante.
Damien sonrió.
–Creo que tengo ropa suficiente para durar un mes sin lavar la ropa–,
dijo Jace. Se volvió hacia Damien y sonrió. –No tenías que ir por la borda,
pero gracias.
–No más. – Owen sonrió, pero Damien vio las lágrimas no derramadas
en sus ojos azules. –Tengo todo lo que necesito ahora. – Se inclinó para ver
más allá de Jace. -Gracias, Damien.
Por primera vez desde que fue rescatado, Damien anhelaba pasar
tiempo fuera de su dormitorio. Honestamente había disfrutado en el centro
comercial, había reído unas cuantas veces ante las bromas de Jace y Owen, y
no podía dejar de sonreír.
Tendría que decir que era el mejor día que había tenido en mucho
tiempo.
Jace empujó su muslo contra el de Damien. –¿O tenemos que
devolverte el dinero más tarde?
–Sabes, hay más en una relación que sólo sexo–, dijo Owen mientras
se unía a ellos en la acera. –Apuesto a que ninguno de los dos puede pasar
cuarenta y ocho horas sin tener relaciones sexuales, y estoy hablando
también de tocarse.
–De acuerdo. – Jace le guiñó un ojo a Owen. – Pásate por el baño más
tarde y lo probaré.
Damien sonrió. –Creo que está pensando en ello. ¿Ves esa mirada en
sus ojos?
–¿Por qué está aquí? – Su tripa le dijo que ya sabía la respuesta. El Dr.
Fox había estado tratando de encontrar una manera de transferir la
“enfermedad” de Damien a un ser humano. Sentía que los soldados se
beneficiarían de cambiar y sanar en el campo de batalla, pero Damien
siempre había sospechado que el médico era más diabólico que eso. ¿Por
qué parar con el combate? Había gente ahí fuera que pagaría millones por
mejoras sobrenaturales. La fuerza diez veces más que la de un ser humano
era deseable, junto con la audición y la vista superior.
–No importa quién sea yo. Lo que importa es que Adam Fox tiene
hombres infiltrándose en tu ciudad.
Damien pensó de inmediato en Jace. –¿Dónde está el doctor Fox?
–Tenía que irse por negocios, pero dejó atrás a su lacayo, Lincoln Fitz.
Encuéntralo y descubrirás quiénes son los espías de Adam.
–Ese es Fitz.
Sebastian usó su teléfono para tomar una foto de la foto de Fitz. –Voy
a enviar esto a todos el teléfono para que sepa a quién buscar.
–Pero ahora todo el mundo tiene su fotografía–, dijo Jace. –Es sólo
cuestión de tiempo antes de que este tipo Fitz sea atrapado.
Lincoln dio una sonrisa de labio apretado mientras pagaba por su café
y se sentaba, ignorando la petición de Owen. Estaba allí para observar, no
para hacer amistad con los temas que estaba estudiando.
Damien emitió un bajo gruñido. –No voy a dejar a Owen aquí solo.
–No está solo –dijo Jace. –El lugar está lleno de clientes. Además,
Grayson está sentado junto a la ventana. ¿No puedes pedirle que vigile a
nuestro pequeño humano durante cinco minutos?– Con un suspiro
dramático, Jace se recostó. –Tienes razón. No podemos dejarlo solo. Aunque
no estaremos aquí todo el tiempo. Tengo una entrevista de trabajo en una
hora, y ¿qué pasa si te llaman para un negocio de la manada? Sólo tenemos
que asegurarnos de que Owen es consciente de lo que le rodea.
–Está junto a la ventana –le recordó Jace. –¿Tan perezoso eres que no
puedes caminar hasta allí?
–No vas a chupar el suelo –dijo Damien. –Ahora abre de par en par.
Jace vaciló. Se lamió los labios otra vez, hizo pequeños ruidos
sexuales, y provocó a Damien lo mejor que pudo, esperando que su
compañero cediera y dijera la palabra mágica. Ahora era más un desafío.
–Ah, demonios.– Damien frotó la corona sobre los labios de Jace otra
vez. –Joder, por favor.
Jace se movió hasta el final del mostrador para impedir que Owen se
acercara más. –No queremos hacer una escena. Él no sabe que sabemos
quién es él, y Damien está pidiendo respaldo. Tienes que fingir que todo está
bien.
–Yo también–. Damien parecía estar bien, pero Jace notó el sudor en
sus sienes. –Me voy a quedar con él para asegurarme de que no se vaya.
Tal vez no, pero Jace estaba preocupado por la salud mental de
Damien. –¿Hazme un favor?
Jace negó con la cabeza. –Prométeme que hablarás con él, aunque
sea sólo una vez.
–Estoy feliz de que hayas conseguido el trabajo, pero odio que sea el
tercer turno. Me gusta acurrucarme contigo cuando duermo. – Owen besó a
Jace en la mejilla. Cualquier otra cosa y no llegaría a la cafetería. Owen sabía
lo que sus compañeros habían hecho antes en el baño, y si el lugar no
hubiera estado tan lleno, se habría unido a ellos. Ahora estaba caliente y listo
para saltar a los huesos de Jace. Jace olía tan bien, y su tacto enloqueció a
Owen.
Tal vez podrían conseguir un poco de tiempo en el baño una vez que
llegaran a la cafetería. Owen cruzó los dedos.
–Eso suena bien–, dijo Jace. –Podría irme por un sandwich de carne.
Owen sacó su cartera del bolsillo trasero y sacó una tarjeta de crédito.
–Damien me dio esto. Dijo que era para emergencias, y creo que el hambre
es una emergencia.
–Vete a la mierda –dijo Fitz. –Su brazo estaba alrededor del cuello de
Jace, y Jace parecía muy molesto. –Me voy, y si alguien intenta detenerme,
voy a volar sus malditos sesos.
–Vas a liberar a Jace, y luego nos vas a decir quiénes son los
Cazadores en Desire. – Sebastian se metió detrás de Damien, haciendo que la
altura de seis pies de Damien parezca corta.
–No! – Jace luchó con el agarre de Fitz. –Nunca volverán a ponerle las
manos encima.
–También podría pedirme que le entregue mis bolas si piensa que voy
a dejar que tome mi lugar –dijo Damien.
Damien los agarró y los tomó en sus brazos. –Ser pareja de ustedes
dos no es caminar por el parque.
–Ahora sólo tenemos que averiguar quiénes son todos los Cazadores
en Desire y acorralarlos. – Zeke maldijo y se dirigió al mostrador. Owen se
volvió para ver al trabajador parado allí congelado, con las manos sobre la
boca.
–No tanto como ustedes dos me han estado asustando–, dijo Damien.
–Primero Ernest y ahora Fitz. Necesito por lo menos una década para
recuperarme entre situaciones amenazantes.
–Sí, eso. – Para el shock de Owen, las lágrimas brotaron de los ojos de
Damien.
–También dejó caer esa bomba sobre mí –dijo Jace desde el asiento
delantero.
Damien rió entre dientes, luego se estremeció. –No creo que tome
una bala por cualquier persona.
–Esa es mi manera de decir que los amo a los dos. – Damien cerró los
ojos. Owen observó la respiración de su compañero, todavía aterrorizado de
que algo saliera mal antes de que Damien tuviera la oportunidad de sanar.
–No trato de ser valiente– dijo Damien, con los ojos todavía cerrados.
–Sólo estoy tratando de proteger a las dos personas más importantes del
mundo para mí.
Owen rezó para que el Dr. Fox se mantuviera alejado durante mucho
tiempo. Indefinidamente estaría mejor, pero no era lo suficientemente tonto
como para pensar que el médico abandonaría a Damien. La vida con los no
humanos no sería fácil, pero Owen estaba dispuesto a hacer lo que fuera
necesario para estar con Jace y Damien.
Eran su vida, y Owen finalmente había encontrado a dos personas
que lo amaban y no lo tiraban como todos los demás en su vida. Con una
sonrisa, agarró la mano de Jace y lo condujo hacia arriba.
Owen miró hacia la cama para ver a Damien no sólo despierto, sino
en su forma humana, gloriosamente desnudo.
Con una profunda risita, Damien se unió a ellos, y Owen pasó el resto
del día desnudo, bien jodido, y tan feliz como había estado en la vida.
Maverick resopló. –No creo que nadie lo hiciera, aun. Este es un giro
interesante de los acontecimientos.
Sebastian sabía que no sería la última vez que tratarían con ellos en
su ciudad. Pero mientras permanecieran vigilantes, Desire seguiría siendo un
lugar que cualquiera se sentiría orgulloso de llamar hogar.