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La gastritis consiste en la inflamación de la mucosa que recubre la pared del estómago, pudiendo
afectar a parte o a la totalidad de su superficie. También denominada dispepsia gástrica.
Entre las causas más comunes que favorecen su aparición, están la deficiente masticación en la
ingestión de alimentos (el estómago debe realizar un trabajo extra), dieta con exceso de alimentos
fuertes en especias, dieta con exceso de grasas animales, abuso en el consumo de alcohol,
tabaquismo, exceso de café y comidas copiosas. También pueden originarse por exceso en el
consumo de determinados medicamentos (aspirina, esteroides y otros).
Gastritis agudas: Por causas de una deficiente alimentación, por ingestión de productos tóxicos
(tabaco, alcohol y otras sustancias). Se aprecia un dolor considerable en el centro del estómago,
pérdida de apetito, vómitos con mucosidad purulenta (con pus) y en ocasiones acompañados de
algo de sangre. En caso de recaídas frecuentes puede emanar en una gastritis crónica.
Gastritis crónicas: Puede afectar sólo a la mucosa interestomacal; o bien, verse implicado el
estómago al mismo tiempo por otras enfermedades más serias, como una úlcera gastroduodenal o
tumores. Entre los síntomas de las gastritis crónicas pueden resaltar: el ardor de estómago,
distensión o aumento de volumen abdominal, sensación de plenitud estomacal y necesidad
continua de eructar. Normalmente, al ingerir alimentos, aquel que las padece sabe cuales les
sientan bien y cuales no.